PROVINCIA DE BUENOS AIRES TRIBUNAL DE CASACIÓN PENAL ACUERDO En la ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, Sede de la Sala III del Tribunal de Casación Penal, a los 4 días del mes de septiembre de dos mil doce, reunidos en Acuerdo Ordinario los señores jueces, doctores Víctor Horacio Violini y Ricardo Borinsky, con la presidencia del primero de los nombrados (artículo 451 del Código Procesal Penal), a los efectos de resolver la causa n° 9.950 (Registro de Presidencia n° 35.797) USO OFICIAL – JURISDICCIÓN ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA caratulada “Pintos, Rubén s/recurso de casación (art. 417 CPP)”, conforme al siguiente orden de votación: BORINSKY-VIOLINI.ANTECEDENTES En lo que interesa destacar, el Tribunal en lo Criminal nro. 1 de La Plata rechazó la acción de habeas corpus interpuesta a favor de Rubén Ezequiel Pintos (fs.44/45 y vta.). Contra dicho pronunciamiento, interpone recurso de casación el defensor del imputado (fs. 52/61 y vta.) por el cauce de los artículos 417 y concordantes del ritual, denunciando violación del debido proceso y de la defensa en juicio, al vedar la posibilidad de impugnar la condena. Alega un deficiente asesoramiento técnico y solicita la revocación de su firmeza, con la concesión del plazo de siete días que establece el artículo 451 del Código Procesal Penal para recurrirla, toda vez que el habeas corpus procede a la manera de recurso de revisión. Radicado en Sala con debida noticia a las partes (fs. 66 y vta.), la Defensora denunció indefensión solicitando la revisión del fallo (fs.67/69). Por su parte el Fiscal solicitó su rechazo (fs.70/71). Encontrándose la causa en condiciones de ser resuelta, se plantean y votan las siguientes A-1 CUESTIONES Primera: ¿Es procedente el recurso interpuesto? Segunda ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? VOTACION A la primera cuestión el señor juez doctor Borinsky dijo: Llamados a resolver, se observa que el recurrente pretende por una vía incorrecta, impugnar la condena a través de una denegada acción de revisión. Más allá que con anterioridad esta Sala la tuviera por desistida, la indefensión denunciada de quien llega condenado, autorizan a considerar que el pedido casatorio es admisible en los términos de los artículos 8.2.h. de la CADH.; 14.5. del PIDCyP. y 451 del Código Procesal Penal como expresara, entre otros casos el doctor Violini en Toloza Luna (C/34.289) al recordar que con comienzo en la causa Ac. 81.109 (res. del 20-XI-2002), la Suprema Corte de Justicia modificó -con apego a lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación- sus anteriores criterios y paulatinamente consolidó la denominada doctrina del “excesivo rigor formal” empleado al analizar la admisibilidad del recurso de casación a partir del precedente P. 79.554 “Schwab,...”, sentenciado el 28-VII-2004 (“J.A” 2004-IV-768). Agregó, asimismo, que desde allí, un sinnúmero de pronunciamientos (P. 88.886, P. 82.659, todos del 1-XII-2004; P. 80.464, sent. Del 21-IX-2005; entre otros) le fueron proporcionando a la mencionada interpretación legal el perfil que ostenta hoy en día, cuando se advierte en el trámite que media menoscabo a la garantía constitucional de la defensa en juicio del acusado, circunstancia que reviste una entidad tal que afecta la validez misma del proceso, por lo que debe ser atendida. Y si, como en el caso, en el período posterior a la notificación de la sentencia el defensor particular no recurre la condena en PROVINCIA DE BUENOS AIRES TRIBUNAL DE CASACIÓN PENAL tiempo –ni fundamenta tampoco la manifestación efectuada por el interesado-, queda insatisfecha la exigencia del auténtico patrocinio letrado consagrado en el artículo 18 de la Ley Fundamental, cuya protección debe ser resguardada por el tribunal, a quien corresponde salvar la extemporaneidad de la defensa técnica cuando se encuentran en juego los derechos esenciales de las personas. Por otras palabras, hay indefensión cuando, como ocurrió USO OFICIAL – JURISDICCIÓN ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA en el veredicto y sentencia que trae a estudio el ahora Defensor Oficial, la inactividad del anterior defensor veda el acceso a la instancia revisora por circunstancias ajenas al justiciable. En la fijación exacta del tema a resolver, debo insistir en algo expuesto ya expuesto en Sala, esto es, si la sentencia de primera instancia pasó en autoridad de cosa juzgada o no, es relevante la inacción del entonces defensor particular a partir de la notificación de la condena impuesta a su defendido, pues en el control difuso de convencionalidad debe subrayarse que si bien el Estado no puede ser considerado responsable de todas las fallas de desempeño del abogado defensor, por el carácter independiente de la profesión, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos asegura que, no obstante, el artículo 8.2.h. de la CADH, impone a las autoridades nacionales la obligación de intervenir si la omisión del abogado de brindar un patrocinio eficaz es evidente (ver Informe 41/04, con referencia a los casos “Leroy Lamey y otros c/ Jamaica”, caso 11826, Informe 49/01, Informe Anual 2000, parágrafos 216-217 y sus citas por María Fernanda López Puleio en El acceso a un defensor penal y sus ámbitos especialmente críticos, en La aplicación de los tratados sobre derechos humanos en el ámbito local. Del Puerto. Buenos Aires). A-1 Acerca de tal evidencia se impone advertir la existencia de circunstancias claras e inequívocas de la inefectividad o desidia profesional, y sin que esto constituya un tobogán procesal aliviador conforme al cual bastaría con separar del cargo a uno y designar a otro para retrotraer el proceso a etapas concluidas. La Suprema Corte de los EEUU sostuvo, por mayoría Strickland vs.Washington en (466 US 668- 1984) que el acusado debía demostrar que el asesoramiento de su abogado estuvo por debajo del estándar de razonabilidad y que ello le generó perjuicio. El juez Marshall puso en duda, desde la minoría, que debiera ser carga del acusado demostrar perjuicio en la actuación de un abogado supuestamente incompetente y dijo: La mayoría sostiene que la Sexta Enmienda no se viola cuando un acusado manifiestamente culpable es condenado en un juicio en el que estuvo representado por un abogado manifiestamente ineficaz. No estoy de acuerdo." Por último, Marshall se opuso a la conclusión de la Corte de que la misma norma debe aplicarse tanto a la ineficacia del contrato como al procedimiento en que se aplica la pena capital en un juicio ordinario, destacando que el proceso de la pena de muerte está destinado a ser especialmente fiable, y la confiabilidad en la imposición de la misma se puede aproximar solamente si el sentenciador está plenamente informado de toda la información posible relevante sobre el acusado individual cuyo destino debe determinar, y el abogado del acusado es responsable de hacer esto. Por esta razón, agregó, y teniendo en cuenta la gravedad e irrevocabilidad de la sanción en juego, el estándar para una ayuda eficaz en los procesos de pena capital debe ser especialmente rigurosa. Dicho también por él, una persona en el corredor de la muerte buscando alivio a tal pena por motivos de asistencia inefectiva no debería PROVINCIA DE BUENOS AIRES TRIBUNAL DE CASACIÓN PENAL tener que demostrar una probabilidad razonable de que no hubiera recibido una sentencia de muerte si el abogado había presentado más pruebas atenuantes. Porque estaba claro que el abogado de Washington no había investigado y luego presentado amplia información a la juez que dictara sentencia, Marshall llegó a la conclusión que el abogado del nombrado era ineficaz. USO OFICIAL – JURISDICCIÓN ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA Aún en la postura mayoritaria de Strickland v. Washington que se repite en Glover v. United States, sentencia del 9 de enero de 2001, es claro también para mí que la inactividad del defensor particular de Sickinger significó indefensión. Por de pronto, un abogado que no toma en cuenta las expresas instrucciones de su defendido de interponer una apelación (así se llame casación) actúa de un modo profesionalmente irrazonable (Rodríguez v. United States), pero si el acusado le ordena expresamente a su abogado no apelar una decisión, después no puede alegar que, por seguir esas instrucciones, su abogado actuó en forma incompetente (Jones v. Barnes). Claro es que la determinación de si un abogado ha actuado en forma deficiente requiere analizar, en primer término, si el letrado realmente consultó con su cliente el tema de la apelación (casación), asunto sobre el que no debemos pasar de largo. Con la palabra consultar la Corte de los EEUU hace referencia a la obligación de asesorar al acusado sobre las ventajas y desventajas de interponer una apelación (casación en el caso), y de hacer un esfuerzo razonable para descubrir el deseo del acusado. A-1 Si el abogado consulta con su cliente sólo actúa en forma profesionalmente irrazonable cuando no cumple con sus instrucciones expresas relativas a dicho recurso. Si el abogado no hace la consulta, el tribunal debe preguntarse si esa omisión, por sí sola, demuestra un desempeño deficiente. La buena práctica indica, agrega la Corte, que el abogado rutinariamente debe consultar con su defendido el tema del recurso. Empero, un abogado sólo tiene una obligación de raigambre constitucional de hacer esta consulta cuando posee motivos razonables para creer que un acusado sensato quería apelar este supuesto. No hay razones ni sentido común en no impugnar la condena a prisión perpetua, pues bajo tales circunstancias es claro que el acusado tenía fundamentos no frívolos para recurrir. Dice la Corte de los EEUU (Glover v. United States) que la carencia total de asesoramiento en un estado crítico del proceso judicial hace presumir el perjuicio pues el proceso contradictorio mismo ha pasado a ser presuntamente no confiable (United States v.Cronic). El derecho a la defensa es a una defensa efectiva y el derecho a un abogado es el derecho a la asistencia efectiva de un abogado. Cosa juzgada significa inmutable e irrevocable decisión de un tribunal, cuyo fundamento está dado por la exigencia de la certeza en el caso concreto y el mantenimiento de la paz social, que a veces no aplaca la expectativa de justicia en razón que la sentencia no estuvo precedida de un proceso justo. La garantía de defensa en juicio no se reduce al otorgamiento de facultades para ejercer la defensa, sino que se extiende a la provisión del Estado de los medios necesarios para que el proceso se desarrolle en paridad de condiciones respecto de quien ejerce la acción y quien debe soportar la imputación (Corte Suprema, G.445.XXI, “G:R.H.”). PROVINCIA DE BUENOS AIRES TRIBUNAL DE CASACIÓN PENAL Si bien no es obligación de la asistencia técnica del imputado fundar pretensiones de su defendido que no aparezcan, a su entender, mínimamente viables, ello no la releva de realizar un estudio serio de las cuestiones eventualmente aptas para ser canalizadas por las vías procesales pertinentes, máxime porque se trata de una obligación que la sociedad puso a su cargo(Corte Suprema, resolución del seis de mayo de 1.997 “S.A.F.” en JA 1997 IV, 354 y La Ley 1998 C, 762-97366. USO OFICIAL – JURISDICCIÓN ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA Por tanto, cuando en el trámite recursivo media, como fue el caso, un menoscabo a la garantía constitucional de la defensa en juicio de tal entidad que se afecta la validez misma del proceso, esa circunstancia debe ser atendida y resuelta con antelación a cualquier otra cuestión que se hubiese planteado, ya que la protección de la garantía compete a todos los tribunales, salvando la falta de asistencia técnica (ver en lo pertinente, Corte Suprema, sentencia del 12 de mayo de 1.998, en LL 1998 E, 341-97880). En materia criminal, en la que se encuentran en juego los derechos esenciales de la libertad y el honor de las personas, deben extremarse los recaudos que garanticen plenamente el ejercicio del derecho de defensa (Corte Suprema, Fallos: 5: 459; 192: 152; 237:158; 255: 191, entre otros más). Además, no puede endilgarse al imputado la inoperancia – a la que ha sido ajeno – de la institución prevista para asegurar el ejercicio de su derecho constitucional, cuya titularidad ostenta exclusivamente y cuya inobservancia puede acarrear responsabilidad internacional al Estado argentino (artículos 75 inciso 22 de la Constitución Nacional; 1° y 8°, párrafo 2, incisos “d” y “e” de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos; 2.1, 14.3, “b” y d” del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; A-1 Corte Suprema, causa “G.342.XXVI. “ G., H.D. y otro s/ recurso de casación del 7 de abril de 1.995, considerando 12). Luego, como bajo el panorama expuesto en los antecedentes se termina limitando el derecho al recurso, haciendo recaer en cabeza del imputado la inacción de su defensora, corresponde remitir las presentes actuaciones a la instancia a fin que la defensa técnica de Rubén Ezequiel Pintos confeccione el recurso de casación contra la sentencia de condena impuesta al nombrado (artículos 18 y 75, inciso 22, de la Constitución Nacional; 8.2.h. de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos; 448, 451, y 454 del Código Procesal Penal). ASI LO VOTO A la misma cuestión el señor juez doctor Violini dijo: Adhiero por sus fundamentos al voto del doctor Borinsky. ASI LO VOTO. A la segunda cuestión el señor juez doctor Borinsky dijo: De conformidad al resultado que arroja el tratamiento de la cuestión precedente corresponde remitir las presentes actuaciones a la instancia a fin que la defensa técnica de Rubén Ezequiel Pintos confeccione el recurso de casación contra la sentencia de condena impuesta al nombrado (artículos 18 y 75, inciso 22, de la Constitución Nacional; 8.2.h. de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos; 448, 451, y 454 del Código Procesal Penal). ASI LO VOTO. A la misma cuestión el señor juez doctor Violini dijo: Voto en el mismo sentido que el señor juez doctor Borinsky. Con lo que no siendo para más, se dio por finalizado el Acuerdo, dictando la Sala la siguiente, RESOLUCIÓN REMITIR las presentes actuaciones a la instancia a fin que la defensa técnica de Rubén Ezequiel Pintos confeccione el recurso de casación contra la sentencia de condena impuesta al nombrado. PROVINCIA DE BUENOS AIRES TRIBUNAL DE CASACIÓN PENAL Rigen los artículos 18 y 75, inciso 22, de la Constitución Nacional; 8.2.h. de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos; 448, 451, y 454 del Código Procesal Penal. Regístrese, notifíquese y cúmplase. FDO.: RICARDO BORINSKY – VÍCTOR HORACIO VIOLINI USO OFICIAL – JURISDICCIÓN ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA Ante mi: Andrea Karina Echenique A-1