EL CONJUNTO ROMÁNICO DE LA VALL DE BOÍ Natacha Melgar Fuentes 3º Grado Historia del Arte. Grupo B Historia y Gestión del Patrimonio Artístico ÍNDICE DE CONTENIDOS Introducción 3 La creación (S.XI-XII) 3 De la creación al redescubrimiento (S.XII-XIX) 4 Los siglos XIX y XX Los nuevos movimientos sociales 5 El descubrimiento del románico 6 Lluís Domenech i Montaner Josep Pijoán Soteras Josep Puig i Cadafalch Las primeras medidas de protección del patrimonio en España 10 El arranque de las pinturas 10 Protección y reconocimiento 13 El proyecto museográfico 13 La reproducción de las pinturas y la restauración de las iglesias 14 Actualidad 15 A modo de conclusión 16 Bibliografía 17 2 INTRODUCCIÓN La Vall de Boí se encuentra en la provincia de Lleida, en la comarca de la Alta Ribagorça. A lo largo de todo el valle existen núcleos diseminados de población que fueron configurándose a través de los tiempos. Durante muchos siglos estos núcleos estuvieron vieron casi incomunicados con el resto de la región y más aún con el resto de España, de ahí que se hayan conservado, casi intactas, su arquitectura, urbanización y costumbres. El románico de la Vall de Boí es excepcional por la concentración en un espacio espac reducido de un número tan elevado de iglesias de un mismo estilo arquitectónico, conservado a lo largo del tiempo con pocas modificaciones que hayan alterado significativamente su concepción inicial. El conjunto románico de la Vall de Boí está formado por or las iglesias de Sant Climent y Santa María de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia de Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Nativitat de Durro, Santa María de Cardet, la Assumpció de Cóll y la ermita de Sant Quirc de Durro. Durro En el año o 2000 este conjunto con fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero este es sólo el último capítulo de una larga y fascinante historia que a continuación relataremos, haciendo un recorrido desde su creación en los siglos XI y XII hasta la actualidad. LA CREACIÓN (S.XI-XII) XII) Las ocho iglesias y una ermita que forman el conjunto románico de la Vall de Boí fueron erigidas durante los los siglos XI y XII, siguiendo el modelo proveniente del norte de Italia, el románico lombardo, que se caracteriza por la funcionalidad funcionalid de sus construcciones, el esmerado trabajo de la piedra, los esbeltos campanarios y la decoración exterior de arcuaciones ciegas ciega y bandas lombardas. 3 Aunque ahora no seamos capaces de imaginarlo, pues tenemos una falsa idea del románico, las iglesias estarían completamente policromadas, tanto interior como exteriormente, cumpliendo una función fundamentalmente pedagógica, por lo que debemos tener en cuenta que nuestra imagen actual de ellas es bastante sesgada. Como dice Xavier Barral i Altet en un artículo reciente: “Nosaltres no veiem els monuments romànics tal com eren a l’edat mitjana, sino més aviat tal com els han anat configurant els diversos restauradors des del segle XIX fins avui”. ¹ Estas nueve obras arquitectónicas constituyen el reflejo artístico de una sociedad estructurada en torno a las jerarquías eclesiásticas y señoriales, personificadas en este caso en los señores de Erill y el obispado de Roda de Isábena, promotores de los templos del valle. En esta sociedad medieval, la Iglesia no sólo cumplía una función religiosa, sino que también desempeñaba un importante papel social, como lugar de reunión y refugio del pueblo. DE LA CREACIÓN AL REDESCUBRIMIENTO (S.XII-XIX) Durante los siglos sucesivos las iglesias cumplieron una función práctica como lugar de culto para los habitantes del valle. Por esta razón, las iglesias sufrieron remodelaciones y añadidos adaptándose a las necesidades y a las modas de cada momento. Las pinturas se cubrieron, se añadieron retablos góticos, decoraciones barrocas, nuevas estancias. En estos momentos no existía una conciencia de patrimonio, ni se consideraban las iglesias como una creación artística que debiera valorarse y por lo tanto, conservarse. Tampoco existía una legislación en materia de patrimonio, por lo que las obras y modificaciones se realizaban sin ningún tipo de control. Por suerte, la ubicación alejada de estas iglesias y su difícil acceso hizo que las alteraciones fueran mínimas. Esto se debió principalmente a la falta de recursos económicos en la zona por el auge de las ciudades y a la dificultad y alto coste del transporte de nuevos materiales de construcción. Posiblemente sin estas “dificultades” las iglesias románicas de la Vall de Boí ya no existirían como tal, como ocurrió con las catedrales románicas de Barcelona, Burgos o León, que fueron destruidas para reconstruirlas en el nuevo estilo de moda, el gótico. Es aquí donde reside el verdadero valor de este conjunto, el haber permanecido en el tiempo. Quizá si las catedrales románicas de las grandes ciudades hubieran pervivido se hubiera considerado a estas iglesias un arte “de segunda”, pero eso es algo que nunca sabremos. Las iglesias de la Vall de Boí forman un conjunto bastante homogéneo, pero aun así cada una de ellas tiene su personalidad, peculiaridades y recorrido histórico propio, y por ello se hace necesario recorrerlas individualmente. Para un estudio específico de los aspectos formales de cada iglesia y sus diversas modificaciones, consultar el Anexo. ¹ BARRAL I ALTET, X. L’arquitectura religiosa d’època romànica a Catalunya (Segles XI-XIII): balanç i notes crítiques. Catalan Historical Review nº4, Institut d’Estudis Catalans, Barcelona, 2011. 4 LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES: EL ROMANTICISMO EUROPEO Y LA RENAIXENÇA CATALANA (S.XIX) Para entender el cambio de uso y de valoración que experimentó este conjunto y en general el patrimonio histórico-artístico a partir del siglo XIX es necesario hablar en primer lugar del contexto histórico de la época. El Romanticismo fue un movimiento cultural, literario y artístico que surgió en Europa a finales del S.XVIII y principios del XIX. Nació inicialmente en Inglaterra y Alemania para pasar en la primera década del S.XIX a Francia, donde tuvo su mayor florecimiento y desde donde se extendió a España e Italia entre otros. Algunas de sus características fueron el subjetivismo, el individualismo, la importancia de los sentimientos, la imaginación frente al racionalismo ilustrado, recreando mundos pasados como la Edad Media y la reafirmación de lo nacional y lo popular creando un ideal nacionalista. Dentro de este nacionalismo romántico debemos destacar el concepto alemán Volksgeist, o espíritu del pueblo, que defiende la existencia de naciones independientes y diferenciadas, a cada una de las cuales les corresponden unos rasgos constitutivos. Unos de sus defensores, los hermanos Schlegel, negaron la existencia de unas normas artísticas y literarias universales, como defendía el Neoclasicismo, y dieron importancia a aquellos géneros y elementos en los que, según su punto de vista, se observaba con mayor claridad el espíritu propio de cada nación. A ellos se debe, por ejemplo, la revalorización de la época medieval. Paralelamente al movimiento romántico en Europa se desarrolló otro en Cataluña conocido con el nombre de Renaixença, que nació como un movimiento cultural que pretendía la recuperación de la lengua, la literatura y la cultura catalanas después de siglos de decadencia cultural. Era una voluntad de reafirmar la personalidad autónoma de Cataluña en el terreno de la cultura. Ambos movimientos tuvieron mucha importancia en el cambio de visión, por parte de la sociedad, de lo que significaba el patrimonio histórico artístico, y en concreto, el de la Edad Media. Este reencuentro con los orígenes nacionales de cada estado europeo, asociado al movimiento romántico, llevó a un mayor conocimiento del pasado, a su estudio y a campañas sistemáticas para la conservación de los vestigios medievales. Durante el siglo XIX, el retorno a la edad media y el redescubrimiento del pasado nacional, implicó una revalorización de los orígenes propios de Cataluña, condicionados por posiciones nacionalistas que tendían a adjudicar a cada estado orígenes específicos y, por consiguiente, diferentes de los estados vecinos. No solo se contentaban con subrayar estas diferencias, sino que además se pretendía demostrar la mayor importancia del arte románico del estado propio en relación con el del país vecino. Este acercamiento al pasado medieval se hizo principalmente durante la segunda mitad del S.XIX, en tres direcciones: el estudio que ayudaba a entender el 5 monumento, a clasificarlo y confrontarlo con otras arquitecturas; la restauración y la protección de los monumentos y la nueva arquitectura que miraba hacia el pasado con proyectos de edificios religiosos construidos en estilo neomedieval y que no dudaba en reconstruir monumentos en estado de ruina.² Este movimiento cultural fue clave para el redescubrimiento del arte románico catalán y para su puesta en valor, como un estilo nacional único en toda Europa y como paradigma de la cultural catalana. EL DESCUBRIMIENTO DEL ROMÁNICO Podríamos citar a numerosos historiadores, arquitectos, políticos, que contribuyeron a un mayor conocimiento del arte románico catalán pero el discurso sería demasiado extenso así que se ha elegido a tres por su gran contribución especialmente en el conocimiento y reconocimiento de las iglesias de la Vall de Boí. Lluís Domènech i Montaner (1849-1923) Domènech i Montaner, historiador, político y arquitecto catalán, autor del Hospital de Sant Pau y el Palau de la Música Catalana fue un aventurero que, con el reto de buscar las raíces del país, rastreó las iglesias catalanas a principios del siglo XX. Afiliado desde su juventud a las sociedades catalanistas de excursionismo científico, aprendió a conocer el territorio viajando, como antes lo habrían hecho Alexandre de Laborde y su Voyage Pittoresque en 1788 o Pau Piferrer en 1839. Del 9 al 11 de octubre de 1904 Domènech i Montaner visita la Vall de Boí. Al visitar la iglesia de Sant Climent de Taüll descubre – nadie lo había mencionado antes - el conjunto pictórico más importante del arte románico catalán. Él hizo la primera fotografía conocida de las pinturas del ábside central, todavía medio ocultas por un retablo gótico. Primera fotografía del ábside de Sant Climent de Taüll. “Son importantíssimes les restes que se troben en aquesta església. Hi ha restes de pinturas murals fins á dintre el campanar y dihuen que també n’hi ha darrere dels altars que tapen los absis”, escribe en su dietario.³ ² BARRAL I ALTET, X. Catalunya destruïda. Edicions 62, Barcelona, 2005. ³ GRANELL, E., RAMON, A. Lluís Domènech i Montaner, viatges per l’arquitectura romànica. Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, Barcelona, 2006. 6 Este dietario es una narración en la que se reúnen informaciones diversas, se explican itinerarios y se describen el paisaje, los monumentos y las relaciones sociales del arquitecto. Todo ello acompañado de fotografías y dibujos. Este dietario iba acompañado de unas fichas clasificadas alfabéticamente que describían como llegar al monumento, distancias, etc. Todo este estudio sobre el románico parecía dirigido a la redacción de un libro que finalmente nunca se editó. Sí dirigió la publicación de Historia General del Arte, editada entre 1886 y 1901. En esta obra se observa un interés especial por situar el arte de la edad media catalana junto a las obras maestras europeas. Precisamente, el capítulo dedicado a la arquitectura románica se lo encargó al entonces joven y prometedor arquitecto J.Puig i Cadafalch, que años después, paradójicamente, se avanzaría con la publicación de la obra L’arquitectura romànica a Catalunya, al proyecto previo de Domènech i Montaner. Como arquitecto, el románico también supuso para él una fuente de inspiración, y sus estudios de la ornamentación románica lo veremos luego plasmados en las fachadas de sus edificios más emblemáticos. Josep Pijoán Soteras (1879-1963) Josep Pijoán, arquitecto, historiador, crítico de arte, ensayista y poeta catalán realizó también grandes aportaciones al conocimiento y la valoración del arte románico catalán. Hombre polifacético, cuenta con una extensa biografía, de la cual sólo haré referencia a los temas que aquí nos interesan. Su formación en historia del arte venía dada sobretodo por Josep Guidol i Cunill, que había publicado en el año 1902 las Nocions d’arqueologia sagrada catalana, un libro que tuvo gran repercusión en Cataluña, tanto desde el punto de vista del estudio del arte medieval, como de la toma de conciencia nacionalista en el campo del arte. En la introducción de su libro, podemos leer lo siguiente: “Aquest estudi á Catalunya (refiriéndose al arte medieval) li ha ensenyat noves págines de sa primitiva història y l’importancia que tingueren ses antigues ciutats ab prou feynes mentades pels geografs é historiadors; ab éll s’hi ha vist confirmada l’independencia y potencia de nostra antiga nacionalitat, nos ha senyalat com aquesta terra tingué époques de gran riquesa artística é industrial, ha sigut un dels més abundosos rius de que s’ha regat la renaixensa catalana y un motiu més per fernos estimar un passat de glories; una font, en fi, d’amor á la patria” Josep Pijoán fue uno de los creadores, en 1907, del Institut d’Estudis Catalans, corporación académica, científica y cultural que tiene por objetivo la investigación científica de todos los elementos de la cultura catalana. Este Instituto sería el que posteriormente organizaría el segundo viaje al valle de Boí, la “Missió Arqueologico-jurídica de la ratlla d’Aragó”. Uno de los primeros miembros del instituto sería Puig i Cadafalch, posterior director de la misión. La primera de las actividades de Pijoán en el Instituto y como miembro de la Junta Municipal de Museus i Belles Arts fue la idea de la creación de un museo nacional de arte catalán. ⁴ BARRAL I ALTET, X. Catolicisme i nacionalisme: el primer manual català d’arqueologia. Quaderns d’Estudis Medievals, Barcelona, núm. 23-24 (1988). 7 Fue él quien planificó las campañas a los Pirineos con un doble objetivo, el de realizar un inventario de la pintura románica catalana y el de contribuir a ampliar la colección de la Junta de Museos para el museo de Barcelona. Fue también el primero en darse cuenta de que algunos extranjeros ya habían comprado obras para llevarlas a sus museos. Aquí surgieron los primeros debates sobre si las pinturas murales debían conservarse in-situ o debían trasladarse. Reproduzco aquí una parte de un informe de Pijoan en una de las campañas: “El día siguiente, miércoles, por la mañana, lo dedicamos á visitar algunas parroquias vecinas, donde sabíamos que existían tesoros artísticos de gran valor, pero que encontramos ya en parte enajenados. Vimos la iglesia devastada de Angustrina, la de Ur, Ix y las Escaldas. Nada encontramos que se pudiese adquirir para nuestros Museos Municipales. [...] El día 7, jueves, primera hora de la mañana, salimos de Puigcerdá en dirección á Bolvir, y toda la mañana la pasamos en aquel pueblo, dejando convencido al párroco de la conveniencia de vender el precioso frontal á la Junta de Museos por 1250 pesetas, conviniendo también que él haría la petición al Obispado, después de recibir el oficio que desde Barcelona le enviaríamos confirmando nuestra oferta en firme de las 1250 pesetas.” Observamos aquí la participación directa de Pijoán en la salvaguardia del patrimonio artístico medieval. En un momento en el que todavía no existía una efectiva legislación protectora del patrimonio, la única solución pasaba por la compra directa de las obras a los párrocos y propietarios de los bienes, antes de que otros los hicieran primero. De esta actuación dependió muy directamente una parte importante de la colección del primer museo de arte catalán. Josep Puig i Cadafalch (1867-1956) La mayor aportación de Josep Puig i Cadafalch, arquitecto catalán, fue la publicación, entre 1909 y 1918, del libro compuesto de tres volúmenes, L’arquitectura romànica a Catalunya. En el prólogo, y continuando la línea creada por sus antecesores nos dice: “Per fi, els nostres monuments són com els millors i els més importants monuments d’Alemanya, de França, d’Itàlia, de Rumania” Puig i Cadafalch había ido madurando poco a poco la idea de contribuir a crear una individualidad nacional por medio del arte medieval. Para construir un arte románico nacional, Puig entendía que hacía falta estudiar sistemáticamente los monumentos describiéndolos uno a uno y analizándolos de manera que definiesen su originalidad dentro de una serie y como expresión de un grupo nacional. Con este objetivo, y como primer paso del salvamento del patrimonio catalán escribió su obra junto a A. de Falguera y J. Goday, a partir de las expediciones realizadas a los Pirineos para hacer fotografías y dibujar plantas y alzados. La idea ⁵ BARRAL I ALTET, X. Josep Pijoán: del salvament del patrimoni artístic català a la història general de l’art. Institut d’Estudis Catalans, Barcelona, 1999. 8 del catálogo monumental ya estaba presente como forma de contribuir al salvamento del patrimonio arquitectónico. Esta preocupación por la salvaguardia del patrimonio la vemos plasmada también en la carta que envió el 28 de noviembre de 1907 al ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes pidiéndole que Sant Climent de Taüll fuera declarada Monumento Nacional. Como veremos, este reconocimiento llegaría unos años más tarde. Páginas del libro en las que aparecen las iglesias de Santa María y Sant Climent de Taüll La obra continúa de actualidad por la acumulación de informaciones que contiene. Fue un trabajo de primera mano de catalogación, reconocimiento y ordenación, que permitió escribir una historia coherente que se convirtió en la pauta para futuras investigaciones. Actualmente, puede que las teorías nacionalistas surgidas a partir de la Renaixença nos parezcan un poco fuera de lugar, pero lo que no podemos negarle a estos personajes es su gran aportación al reconocimiento del arte catalán y su contribución al salvamento de un patrimonio que en aquellos momentos no contaba con una gran protección. 9 LAS PRIMERAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO EN ESPAÑA A raíz del anterior apartado, debemos hablar un poco sobre la situación jurídica del patrimonio en España durante estos años. Los siglos XIX y XX no fueron buenos años para el patrimonio, afectado por la desamortización, el expolio y la falta de sensibilidad. Es a partir de estos estudiosos cuando empieza un movimiento a favor del patrimonio, que se traduce en la creación en 1900 del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y dentro de éste, la Dirección General de Bellas Artes. Anteriormente, en el S.XVIII, habían aparecido algunas normas de protección del patrimonio histórico pero con escasa eficacia. La creación del ministerio dio paso a la formación de distintos organismos como juntas y comisiones y a la redacción de reales decretos y leyes, como la Ley de Excavaciones Arqueológicas de 1911 y la Ley de Patrimonio Artístico Nacional de 1933, que coincide con la redacción de la Carta de Atenas a nivel internacional. Esta carta, aun no siendo vinculante, tuvo gran incidencia sobre las legislaciones de los distintos países. Esta preocupación incipiente por el patrimonio también se plasmó en la constitución de 1931, que ya contenía un precepto específico sobre Patrimonio Histórico Artístico.(6) Por desgracia, estos primeros intentos por proteger el patrimonio llegaron demasiado tarde para algunos bienes, que fueron comprados y llevados al extranjero como ocurrió con los frescos de Santa María de Mur el verano de 1919, arrancados y vendidos al Museum of Fine Arts de Boston. Este hecho saltó la voz de alarma y supuso la inmediata organización de la campaña de arranque de las pinturas murales románicas del pirineo catalán para conservarlas en el Museo de Arte y Arqueología de Barcelona. Los primeros arranques en la Vall de Boí se iniciaron en diciembre de 1919 y en el año 1924 se inauguraron las colecciones de arte románico en el museo. EL ARRANQUE DE LAS PINTURAS En esta primera intervención se arrancaron las pinturas de las iglesias de Sant Climent y Santa María de Taüll y las de Sant Joan De Boí con la técnica del Strappo. Franco Steffanoni, de la escuela de Bérgamo fue el restaurador encargado del arranque, junto a sus colaboradores Arturo Dalmati y Arturo Cividini. (6) GARCÍA FERNÁNDEZ, J. La regulación y la gestión del Patrimonio Histórico-Artístico durante la Segunda República (1931-1939), Revista Electrónica de Patrimonio Histórico, nº1, diciembre 2007. 10 A continuación vemos algunas imágenes del proceso: Andamiaje y arranque de las pinturas de Santa María de Taüll Embalaje y traslado de las pinturas a Barcelona 11 Instalación de las pinturas en el museo Las fotografías resultan bastante impactantes, pero en aquel momento era la técnica más novedosa para el arranque de pintura mural. La técnica del Strappo consiste, resumidamente, en aplicar sobre la pintura mural diversas capas de tela mojada con cola orgánica soluble al agua. Cuando las telas están secas, se arrancan del muro. Junto a la tela, salta la capa pictórica. Estas telas se enrollan y se embalan para su traslado. Para trasladar las pinturas al nuevo soporte en el museo, se diluye la cola orgánica con agua caliente para separar las telas de la capa pictórica. El strappo es el sistema más rápido y sencillo de realizar, de ahí que se generalizara a finales del siglo XIX, pero según relata MoraR en su popular libro sobre restauración de pintura mural, presenta varios inconvenientes que hacen que su empleo esté poco extendido en la actualidad. Los dos inconvenientes principales son la pérdida de materia pictórica (normalmente parte de ella no se arranca) y la pérdida de la preparación del muro. Al instalarse la capa pictórica en un nuevo soporte, esto hace que varíe el aspecto de la pintura ya que se modifican parámetros tales como la reflexión de la luz y la transparencia. Actualmente la utilización de esta técnica puede ser bastante discutible, pero en aquel momento, supuso la mejor solución al problema de las pinturas. Posiblemente sin esta actuación las pinturas hubieran acabado en algún otro museo o, en el peor de los casos, hubieran desaparecido. Posteriormente a este primer arranque, se descubrieron nuevas pinturas que también fueron arrancadas y llevadas al museo. ⁷ MORA, P., MORA, L., y PHILIPPOT, P. Conservation of wall paintings. Butterworths, London, 1984. 12 PROTECCIÓN Y RECONOCIMIENTO El primer reconocimiento institucional del valor histórico y artístico de las iglesias de la Vall de Boí lo recibieron las iglesias de Sant Climent y Santa María de Taüll el año 1931 al ser declaradas Monumento Histórico Artístico. En 1962 la declaración se hizo extensiva a las iglesias de Sant Joan de Boí y Santa Eulàlia d’Erill la Vall. Finalmente, en el año 1992 la Generalitat de Cataluña declaró Bien de Interés Cultural todo el conjunto de iglesias románicas de la Vall de Boí y en 1994 amplió su programa de restauración. EL PROYECTO MUSEOGRÁFICO Las raíces del Museo Nacional de Arte de Cataluña, lugar en el que se encuentran las pinturas actualmente, se tienen que buscar en la labor de recuperación y conservación del patrimonio que empezó en la segunda mitad del siglo XIX y culminó, en 1934, con la inauguración del Museu d'Art de Catalunya, instalado en el Palau Nacional de Montjuïc. El primer “hogar” de las pinturas fue el Museu d’Art i Arqueología en la Ciutadella (inaugurado en 1915), para pasar posteriormente al Museu d’Art de Catalunya en el Palau Nacional (1934), que posteriormente y tras unirse a la colección del Museu d’Art Modern pasaría a denominarse en 1990 Museu Nacional d’Art de Catalunya. La reapertura del museo se hizo en 1995. El proyecto de reforma y museografía fue llevado a cabo por Gae Aulenti, la cual para las salas dedicadas al románico concibió unas recreaciones arquitectónicas a tamaño real para exponer los ábsides y las pinturas murales de las iglesias. El pasado 29 de junio se inauguró una nueva presentación de la colección de arte románico. La remodelación de las salas que acogen esta colección propone una nueva museografía que incorpora las últimas investigaciones científicas, a la vez que incluye aspectos que explican su génesis, así como la técnica de los arranques de pintura mural. Esta nueva presentación también conlleva mejoras importantes en la iluminación y en la conservación preventiva de las obras. 13 Aun así, en el MNAC todavía quedan muchas cosas por hacer. El reciente nombramiento de Pepe Serra, actual director del Museo Picasso, como nuevo director se ha hecho valorando su “capacidad para liderar el cambio de paradigma que el MNAC debe afrontar en los inicios del siglo XXI”. Comprobamos así que los museos no son algo estático sino que están en constante construcción, debiéndose adaptar a la situación de cada momento. Pero, quizás todavía nos queda la pregunta más importante de todas: ¿Se pueden entender las pinturas fuera de su lugar de origen? Joan Sureda, director del MNAC entre 1986 y 1991, opina en una entrevista concedida a TVEX, que “al eliminarles de su contexto, no solamente se elimina un espacio arquitectónico, sino que se les elimina un contexto histórico, un contexto espacial, geográfico, un concepto cronológico. Hay que diferenciar entre la apreciación estética y apreciación histórica de las pinturas. La apreciación estética es posible sin el entorno geográfico pero, la apreciación histórica exige esta comprensión del espacio, de la arquitectura, de la geografía, que no se tiene en el museo.” Desde el museo, se ha intentado que la compresión de las pinturas sea lo más amplia posible, pero aun así, como nos dice Joan Sureda, estamos perdiendo su apreciación histórica, que sólo puede ser posible en el lugar de origen. LA REPRODUCCIÓN DE LAS PINTURAS Y LA RESTAURACIÓN DE LAS IGLESIAS. En un principio, no se pensó en reproducir las pinturas, sin embargo, las iglesias empezaron a gozar de reconocimiento y a recibir la visita de miles de personas cada año y sin las pinturas, una parte del discurso se perdía. Ramón Millet fue el encargado de reproducir el ábside central de Sant Climent de Taüll en el año 1959, un proyecto que le llevó 2 años. En una entrevista a TVEX y en cuanto a quienes dicen que las pinturas son falsas él argumenta que él “es verdadero y su pintura también lo es”. Pero, por otro lado, están los que cuestionan la reproducción de las pinturas románicas en favor de la pintura contemporánea: “si la societat gòtica o barroca hagués actuat de la mateixa manera, demanant als pintors del segle XV o del segle XVIII de tornar a pintar en romànic, no hauríem tingut pintura ni gòtica ni barroca”(9). Este es un interesante tema que daría para más de un debate. El ábside del Sant Climent fue el primer paso para la reproducción de todas las pinturas de las demás iglesias. En todos los casos las pinturas se reprodujeron tomando como modelo el original y en ningún caso se añadieron elementos que no figuraran en los fragmentos originales. Las primeras restauraciones en la Vall de Boí se realizaron en los años 70, tras el reconocimiento institucional del conjunto de iglesias como Bien de Interés Cultural. Éstas se realizaron bajo el influjo de las teorías de la restauración científica de Cesari Brandi y los criterios seguidos se encaminaron hacia la mínima intervención ⁸ La mitad invisible, El Pantócrator de Sant Climent de Taüll. Programa emitido el 20 de junio de 2010 en la 2 de TVE. (9) BARRAL I ALTET, X. L’art romànic català a debat. Edicions 62, Barcelona, 2009. 14 y el respeto a las distintas épocas artísticas, con un amplio estudio interdisciplinar previo. Es cierto que no siempre ha ocurrido así en las restauraciones del románico catalán. Para la Basílica de Ripoll, Elies Rogent, arquitecto formado en Francia y Alemania y seguidor de las ideas de Eugène Viollet-le-Duc, concibió la restauración de la Basílica de una forma totalmente distinta. Tomó la decisión de inmovilizarla en un momento determinado de su historia, prescindiendo tanto de todo lo anterior como de los añadidos posteriores. Vemos así la convivencia de distintas corrientes de restauración. Tras la inscripción en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en el año 2000, las iglesias se volvieron a restaurar en un proceso que duró hasta el año 2008. Esta restauración supuso una “museización” de las iglesias, instalando taquillas y paneles informativos para facilitar la visita turística. ACTUALIDAD La Vall de Boí se enfrenta hoy a nuevos retos y disyuntivas. Uno de ellos, la búsqueda del equilibrio entre la promoción turística y la preservación del entorno. Otro, la cuestión sobre si las pinturas deberían volver a las iglesias o no, polémica abierta por la misma UNESCO, que entre sus recomendaciones incluía lo siguiente: “ICOMOS is conscious of the need to ensure that the Romanesque art from the Vall de Boí churches is conserved and curated in conditions of complete security, as provided in the MNAC, Barcelona. It hopes, however, that the responsible authorities will keep the situation under constant review, in the hope that some of these artistic treasures may one day be restored to their original settings.” Fue precisamente la inscripción en la lista de Patrimonio Mundial la que dio un vuelco a las estadísticas turísticas. Antes del año 2000, el conjunto recibía una media de 30.000 visitas al año, después de esta fecha, unas 130.000, lo que supone 1,3 millones de visitantes en diez años. Quizá, si lo comparamos con los 4 millones de visitantes que recibe al año la Sagrada Familia de Barcelona nos puede parecer poco pero el entorno no es el mismo y la Capacidad de Carga Turística es mucho menor respecto a la ciudad de Barcelona. Entendemos la Capacidad de Carga Turística como el “nivel máximo de uso de visitantes e infraestructura correspondiente que un área puede soportar, sin que se provoquen efectos en detrimento de los recursos y se disminuya el grado de satisfacción del visitante, o se ejerza un impacto adverso sobre la sociedad, la economía o la cultura de un área”. La dificultad añadida en esta zona viene dada porque confluyen distintos atractivos turísticos de tipologías completamente distintas en un espacio muy reducido, como son el turismo cultural (conjunto románico), el turismo de nieve (Boí-Taüll Resort), el turismo de salud (Balneario Caldes de Boí) y el turismo de montaña (Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici). Esto supone un enorme esfuerzo a la hora de compatibilizar el desarrollo turístico con la preservación del entorno y la cultura tradicional. En los últimos años ya se han podido percibir transformaciones derivadas del crecimiento del turismo como el 15 declive de la agricultura y la ganadería, la explosión urbanística (bastante controlada en este caso), el envejecimiento de la población y el despoblamiento, la desaparición de los comercios tradicionales en detrimento de establecimientos turísticos estandarizados, etc. Pero, como en todo, siempre hay aspectos positivos y negativos. Lo que debe haber (y de momento hay) es un intento, por parte de todos los actores sociales implicados, por minimizar las amenazas que pueda suponer el desarrollo turístico (pérdida de identidad cultural, masificación, explotación del medio no sostenible, dependencia excesiva del turismo, etc.) y potenciar las oportunidades, que son muchas (turismo de calidad, consolidación del destino, crecimiento de la población por oportunidades laborales, mejora en la economía de la zona, etc.) Al fin y al cabo, todo se basa en encontrar el equilibrio entre modernidad y antigüedad, desarrollo y conservación, innovación y tradición. A MODO DE CONCLUSIÓN La historia de este conjunto monumental no es un sistema cerrado. En la actualidad siguen surgiendo nuevas disyuntivas, críticas y problemas en torno a él. Todavía queda mucho por hacer, por discutir. La diferencia es que ahora sí contamos con una legislación eficaz, que protege y vela por nuestros monumentos más preciados. El patrimonio se valora, crea admiración, pero no siempre ha resultado fácil. Si las paredes de los monumentos hablaran nos contarían por todas las vicisitudes que han tenido que pasar para llegar hasta aquí. Yo he intentado dar un poco de luz sobre la historia de los distintos usos y valoraciones de las iglesias de la Vall de Boí, pero la historia no se acaba aquí, continúa, y así debe ser. Siempre, claro está, dentro del respeto y la voluntad por preservar el legado que nos ha sido transmitido. 16 BIBLIOGRAFÍA - BARRAL I ALTET, X. Catalunya destruïda. Edicions 62, Barcelona, 2005. - BARRAL I ALTET, X. L’art romànic català a debat. Edicions 62, Barcelona, 2009. - CAMPILLO BESSES, X., FONT FERRER, X. Avaluació de la sostenibilitat del turisme a l’Alt Pirineu y Aran. Documents de recerca 8, Escola Universitària de Turisme y Direcció Hotelera, Universitat Autònoma de Barcelona, 2004. - CAMPS, J., PAGÈS, M. Guía visual arte románico. 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Vídeos: - Vídeo de la Generalitat de Catalunya sobre la Vall de Boí: http://youtu.be/LyfFgooyrHw - Las claves del románico III, programa emitido por TVE: http://www.canalpatrimonio.com/es/contenido/?iddoc=53220 - La mitad invisible, programa emitido el 20 de junio de 2010 en la 2 de TVE: http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible/mitad-invisible-pantocratorsant-climent-taull/956617/ - El futur de la Vall de Boí: http://www.youtube.com/watch?v=gTQMzmtYv90 Los niños nos muestran el valle en el que nacieron y en donde se quedarán para cuidar de él. Campaña de promoción de la Vall de Boí. 18