Los vaqueros en el pozo; Juan García Hortelano

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Índice
• Biografía breve del autor
• Breve resumen del libro y corriente literaria
• Intención de los mitos
• Nominalismo
• Fuentes Mitográficas
• Elementos Pictóricos
• Otros
• Juan García Hortelano
Nació en Madrid en 1928− Novelista español. Perteneciente a la generación del medio siglo, se inicia en la
línea más objetiva de la narrativa social de los años cincuenta, la representada por EL Jarama de Sánchez
Ferlosio, con dos novelas que gozaron de una gran difusión: Nuevas amistades (1959), testimonio de la abulia
e irresponsabilidad de un sector de la juventud universitaria y Tormenta de verano (1961), visión crítica de la
alta burguesía a través de la conducta de un grupo de veraneantes en la costa catalana. En ambas novelas, y
por motivos diferentes, se produce la posibilidad de romper el Código que rige la conducta del grupo, pero se
trata de un vano gesto individual y al final se reinstaura el viejo orden.
El autor cede la palabra a sus personajes, de forma que éstos se expresan y definen por el diálogo. En 1967
aparece el libro de relatos Gente de Madrid. La posterior evolución de J. García Hortelano hacia una novela
más compleja e intelectual se manifiesta en la extensa obra El gran momento de Mary Tríbune (1972).
Temáticamente enlaza con las dos novelas anteriores: se trata también de una búsqueda y una deserción, por
parte de un abúlico personaje que al final se refugia en la soledad de una casa abandonada, en un medio social
burgués, pero difiere por la enorme carga de subjetividad narrativa, por el nuevo recurso del humor y el
sarcasmo.
Tras las parodias de Apólogos y milesios (1975), ha publicado el libro de poemas Echarse las pecas a la
espalda (1977), las breves novelas intelectualizadas e irónicas Los vaqueros en el pozo (1979) y Gramática
parda (1982) −fantasmagoría metaliteraria− y los veinte relatos del libro Mucho cuento (1987).
En la poesía de Juan García Hortelano (Madrid 1928−1992) se encuentra su especial propensión a la
caricatura y el esperpento, junto a una vena erótica muy potente, que en ocasiones llega a la crudeza. Los
motivos amor y desamor coexisten en su lírica. El aletear de la muerte es elemental y no puede dejarse fuera a
la hora de abocetar los pilares de la poesía de J. García Hortelano y es aquí donde el autor alcanza alturas
poéticas de una concisión, belleza, intensidad, malicia y emoción personalísimas y perdurables.
• Sinopsis de la obra
Los Vaqueros en el pozo, publicada en 1979, es quizá la menos popular de las novelas del escritor madrileño,
pero se trata de su obra más enigmática e inquietante. La novela basa su argumento en la visita que unos
viejos amigos hacen a prudencia, una antigua prostituta, ahora enriquecida, que vive retirada en una casa de
campo, con la única compañía de una criada llamada Dionisia, un espeluznante jardinero, y la visita semanal
de una muchacha joven que tiene el nombre de Viernes.
El grupo de amigos, compuesto por una compañera de Prudencia, Marcela, dos hombres, Conrado y Darío, y
una joven pareja, Teresa y Niso, irán pasando los días con Prudencia entre recuerdos y reproches, mientras
estos dos jóvenes tratan de sumergirse en las aguas de un pozo. Un buen día todos desaparecen, lo que puede
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indicar que la visita jamás tuvo lugar realmente, y la novela concluye con el regreso de Teresa, ya sola, que
comunica a Prudencia la muerte de Niso.
Corriente Literaria
Juan García Hortelano pertenece a la generación de mediados del siglo XX, al realismo social. La novela
española de esta década recoge pronto las nuevas preocupaciones sociales y abandona la visión existencial de
la década anterior. En 1951 Cela publica La Colmena de tono crítico y testimonial, con un amplio personaje
colectivo.
A lo largo de la década, el realismo social se intensifica y en el año 1954 alcanza su momento cumbre, pues se
publican varias obras de este tipo de Ana Mª Matute, Ignacio Aldecoa, Jesús Fdez. Santos, Juan Goytisolo,
Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y Juan García Hortelano.
El tema de la novela es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la
transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la explotación del proletariado y la vanalidad
de la vida burguesa. El estilo de la novela realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica
narrativa, se pretende llegar a un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.
• Intención de los Mitos
Lo que no era más que un uso exclusivamente paródico y ocasional de referencias míticas en su novela El
gran momento de Mary Tribune (1972), parece haber evolucionado hacia una forma irónica y muy sutil en
Los vaqueros en el pozo (1979), tanto es así que resulta difícil encontrar esas referencias mitológicas, ya sea
en lo que se refiere a los personajes, ya sea en las situaciones que se suceden.
En lo que se refiere a los personajes, y en términos generales, podemos establecer tres grupos:
• Niso y Euríalo.
Niso, junto a su compañera, Teresa, presentan ciertas similitudes con la pareja de compañeros que se
encuentran en la ENEIDA de Virgilio. Algunos de estos rasgos y similitudes serían por ejemplo la belleza, la
juventud, el compañerismo y la cierta complicidad existente entre ellos, el valor y la osadía, el espacio
geográfico donde se desarrollan los acontecimientos, y por supuesto, la propia muerte de Niso como desenlace
de su aventura. Por lo demás, los personajes de Niso y Teresa son el contrapunto heroico entre ellos y el resto
de los personajes de la novela, éstos son personas mayores, fracasadas y conformistas.
En lo que se refiere al nombre de Niso, podría tener dos posibilidades, además de la que se ha explicado
anteriormente. Estas posibilidades serían bien como abreviación de Narciso: N(arc)iso, o bien de Dioniso:
(Dio)niso.
• Fauno y Ninfa.
Recreados en los personajes del jardinero y Dionisia, la criada de Prudencia. Éstas representan la otra pareja
de la novela. Frente al amor juvenil y desenfadado de Niso y Teresa, se presenta el jardinero, hombrecillo
repulsivo, de mandíbulas hirsutas y de aspecto sileno, y Dionisia, mujer exuberante, de rubia cabellera, ambos
mantienen una oscura relación en el jardín silvestre.
«... es una arboleda salvaje, entrecruzada por caminos de grava y agobiada de flores silvestres. (...) peculiar
jardinero, un hombrecillo repulsivo que aparece cuando quiere, (...), le tengo empleado por influencia de
Dionisia, que le ampara con exagerada devoción....»
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• Dioniso y Apolo.
Se nos vuelven a presentar dos polos opuestos en la novela que nos ocupa:
• Por un lado Dionisia, de la que destacamos sus rasgos cercanos a los de una ninfa, en particular a las que
aparecen en los cuadros de Rubens: mujer de pronunciadas curvas, larga y rubia (medio cana) cabellera, J.
G. Hortelano, al igual que Rubens, nos presenta a una mujer madura... a Dionisia la identificaríamos con
Dioniso, por su vivacidad, sus ganas de vivir, principalmente por la aventura que mantiene con el jardinero,
sin importarle lo que puedan opinar los demás; la manera que tiene de cuidar, atender y preocuparse por
Prudencia; ¿podríamos decir que de un modo muy similar a cómo Dioniso se preocupó y apiadó de
Ariadna?. Además de la similitud con el nombre.
• Por otro lado nos presenta a Prudencia, a partir de la cual se desarrolla la novela. De Prudencia
destacaremos el don de saberlo y adivinarlo todo: « ... ¡ Tú, que todo lo sabes y todo lo adivinas!.... » (pág.
120). Para entender esta relación y esta identificación, debemos hacer alusión a la vida de Apolo, que tanto
él como todos sus hijos poseían el don de la adivinación, del mismo modo, Apolo, podía conceder este don
a quien él quisiera.
• Nominalismo
J. G. Hortelano ha puesto por lo general especial cuidado en los nombres que elige para sus personajes a lo
largo de toda su producción narrativa, posiblemente por la influencia que ejercía sobre él el autor francés
Boris Vian.
Podríamos decir que los nombres de Prudencia y Marcela, de clara reverberación latina, así como los de Niso
y Dionisia, no sean casuales.
• Literatura Clásica Y Fuentes Mitográficas
Aunque no podamos hablar de una fuente literaria reconocida, podemos pensar que el episodio de la Eneida
de Virgilio referido a Niso y Euríalo debe figurar entre las posibles fuentes de inspiración de la obra. J. G.
Hortelano procesa una gran admiración a la lengua latina, además, el final de la novela podría enmascarar
ciertas resonancias pastoriles.
«Prudencia presintió que unos instantes después los ojos se le llenarían de lágrimas. Pero Dionisia estaba
encendiendo la chimenea de la biblioteca y olía ya a humo de leña.» (pág. 146)
• Elementos Pictóricos
Tanto el paisaje que nos describe Hortelano como las características físicas del jardinero y de Dionisia, nos
evocan directamente a las pinturas mitológicas de Rubens.
Dionisia puede ser, en efecto, una de las ninfas perseguidas por los sátiros en los idílicos bosques. Estamos
ante un motivo mitológico visto a través del prisma de la pintura barroca.
• Otros Aspectos Mitológicos
Aparte de los aspectos mitológicos referentes a los nombres de los personajes, o la relación que mantienen
entre ellos, el objetivo de esta presentación es también encontrar alguna alusión mitológica en el contexto de
la obra, en las situaciones y los acontecimientos que viven sus protagonistas. Sin embargo, y muy a mi pesar,
me veo en la obligación de decir que no he encontrado dichas reseñas, salvo en contadas ocasiones y las
cuales posiblemente no sean intencionadas.
Estas alusiones o acontecimientos no están concebidos en la obra con el motivo de recordar escenas
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mitológicas, sino más bien todo lo contrario, ¿o posiblemente si? :
«...Niso se había adelantado a ultimar los preparativos, que le habían ocupado las horas del atardecer, y los
esperaba ahora en la puerta del pabellón, simulando la ordenada agitación de un mayordomo ceremonioso...»
«... de los jarrones desbordaban plantas y flores silvestres. En un tibor de porcelana, agujereado e
improvisado, como pebetero, ardían unas varillas de sándalo. Sobre la mesa ovoide, de una única pata
terminada en tres garras, Niso había colocado el cubo en el que se enfriaban las botellas de champagne, las
copas, y en el centro con amapolas, orlado con tallos de espliego, había escrito el nombre de Prudencia...»
(pág. 66, 67).
Esta preparación de la situación por parte de Niso, la ornamentación de la fiesta con flores colgadas por todas
partes, el champagne, etc., nos podría recordar a la preparación por parte de Dionisos/Baco de una bacanal, y
su espera deseoso a que llegasen los invitados.
«...Bebieron con avidez, sin cesar de moverse por el salón, asombrados y locuaces, mimando ante los espejos
reverencias y pasos de danza...»
«... Hasta cuatro veces Teresa, después de dar cuerda, pausas que las parejas utilizaban para beber una copa de
champagne entre ahogos y risas, colocó la aguja en el inicio de la misma placa. Luego, Marcela impuso un
tango y Prudencia y ella invirtieron las posiciones de sus brazos. Teresa descorchó más botellas, cambió las
agujas y, en la atmósfera cargada de humo y de olores, a veces creía encontrarse entre desconocidos.
− Estoy borracho, pero es maravilloso − repetía Niso, que hasta sin música continuaba danzando... [ ... ] ... Se
perseguían unos a otros, gritaban sus nombres, se abrazaban, se separaban, saltaban cogidos de las manos,
Marcela rodó por la hierba, Conrado y Niso se echaron sobre ella y Prudencia les incitaba a que la
desnudasen. A su vez Marcela luchaba por rasgarles las ropas y ellos se guarecían detrás de Prudencia, quien
les azuzaba a puntapiés. Teresa rompió a cantar con voz estentórea, sorprendentemente modulada; la noche,
horadada por las carcajadas y las vociferaciones, se ensanchó. Al tiempo que a la canción de Teresa se unían
Prudencia y Niso...» (pág. 67, 78, 79, 80).
Como podemos leer en las líneas anteriores, la fiesta relatada es digna del mismísimo Dioniso, las similitudes
son evidentes, las flores, la música, el vino o champagne, la desnudez.... todo ello nos incita a pensar que el
autor está aludiendo a una orgía o bacanal, tanto de la antigüedad mitológica como de las que tenían lugar en
los distintas ciudades, aldeas, etc., grecorromanas en los que sus habitantes están consagrados al dios. En esta
especialmente, es como si los protagonistas de la obra fueran también los protagonistas de la fiesta, en la que
ahora Niso, ya no aparecería como el dios sino como un miembro más del séquito. En ella, hombres y mujeres
formasen parte del cortejo del dios y sus bacantes.
Por lo demás, no he encontrado ninguna referencia mitológica más, no sé si el motivo es que se trata de
literatura contemporánea y en esta época la mención a los clásicos, a la mitología y al mundo antiguo es más
sutil, casi inapreciable, se deja intuir, simplemente lo utilizan como un arma para criticar el sistema político,
social, económico existente o que en la literatura contemporánea la mitología y los clásicos ya no tienen la
influencia ni la importancia que tenían en tiempos pasados. En cualquier caso, es evidente que nuestro autor
es conocedor de los clásicos, de los mitos y los dioses...
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