Teoría del capital y de la medición de desarrollo sustentable: un

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Gaceta de Economía
Año 16 , Número Especial, Tomo II
Teoría del capital y de la medición de desarrollo
sustentable: un indicador de sustentabilidad “débil”
David W. Pearce y Giles D. Atkinson
*
Sumario
La medición del desarrollo sustentable tiene considerables dificultades,
pero esto no debe detractar los avances positivos que pueden hacerse en
esta dirección. En este documento presentamos una de las formas que un
indicador de sustentabilidad “débil” puede tomar. Derivado de una simple
pero intuitiva regla de ahorro, se incorpora la idea de que el nivel general
de acervo de capital debe ser no decreciente. Aunque sujetos a calificación,
se presentan resultados interesantes que emergen de la aplicación de la
regla a 18 países.
Clasificación JEL: Q50, Q51, Q55, C83.
1. Introducción
Victor [1991] ha realizado una tarea importante al revisar las principales
cuestiones teóricas del debate sobre desarrollo sustentable. Compartimos su
conclusión de que el concepto de “capital natural” no describe adecuadamente el
vínculo entre economía y medioambiente. Sólo una “economía ecológica”
comprensiva puede hacerlo y consideramos que aún no existe un cuerpo de
pensamiento en este sentido. Sin embargo, los cimientos están ahí y en el espíritu
de una interpretación Kuhniana del avance científico, argumentamos que
mientras más se empuje a los paradigmas existentes a tomar en cuenta los
problemas ambientales, es más probable que estos cimientos se consoliden.
Desde nuestro punto de vista, el concepto de capital natural está logrando esto de
manera exitosa. Aunque el artículo de Victor está enfocado al desarrollo de
“indicadores de sustentabilidad”, ninguno fue presentado. En este breve
documento delineamos una aproximación conceptual al desarrollo sustentable, la
cual resulta en un indicador de sustentabilidad. Además, proporcionamos
resultados provisionales para 18 países. Un enfoque más detallado se encuentra
en Pearce y Atkinson [1992]. Este trabajo es parte de un proyecto de
investigación en curso.
*
Centre for Social and Economic Research on the Global Environment (CSERGE), University
College London, Gower Street, London, WClE 6BT, UK
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Gaceta de Economía
2. Una regla de ahorro
Comenzamos con una regla intuitiva para determinar si un país está o no sobre
una senda de desarrollo sustentable. Para ello, adoptamos una postura neoclásica
y asumimos que existe la posibilidad de sustitución entre capital “natural” y
capital “hecho por el hombre” (KN y KM respectivamente) en el sentido descrito
por Victor (veáse Solow [1986]). Afirmamos que una economía es sustentable si
ahorra más que la suma de las depreciaciones de las dos formas de capital. Es
decir
Z > 0 sii S > (  M+
 N),
(1)
donde Z es un índice de sustentabilidad, S es el valor de los ahorros,  M es el
valor de la depreciación del capital hecho por el hombre y  N es el valor de la
depreciación del capital natural.
por el ingreso (Y) tenemos
Dividiendo

 M/Y)+(  N /Y)] 
se expresa
 fácilmente
Z>0 sii (S/Y)>[(
(2)
La regla de ahorro resultante
en proporciones
conocidas de los componentes. El Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones
Unidas y los Reportes de Desarrollo Mundial del Banco Mundial proveen


información para S/Y y  M/Y. El componente  N/Y es discutido por separado
más adelante. Nos referimos a ésta como una regla de sustentabilidad débil ya
que no tiene restricciones sobre la elasticidad de sustitución entre KN y KM. Como
Victor hace notar, ésta no es la postura de la “London School”, la cual enfatiza

 La discusión de Victor sobre la London
más las limitaciones
en la sustituibilidad.
School está limitada al esbozo en Pearce y Turner [1990], pero se pueden
encontrar exposiciones más extensivas en Barbier et ál. [1990] y Pearce et ál.
[1990]. Aquí nos enfocamos en un indicador de sustentabilidad débil.
3. Medición de  N
Como Victor hace notar, la London School y otras enfrentan problemas midiendo
el capital natural. Sin embargo, él exagera mucho los problemas de la
monetización. Pearce y Atkinson [1992] reúnen estimados del daño ambiental

nacional y de la depreciación de recursos para 18 países. Detalles sobre las
fuentes pueden ser encontradas en ese artículo. Nosotros enfatizamos que: (a) la
valoración es compleja, pero no al grado de muchos otros componentes de las
cuentas nacionales de ingreso modificadas; (b) las valuaciones que usamos están
basadas en precios de mercado, por ejemplo, las pérdidas de producción de las
cosechas por erosión de la tierra. De esta manera, evadimos los procedimientos
de medición más controversiales como la valoración contingente (con la cual, sin
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embargo, acordamos). Estas estimaciones se muestran en el Cuadro 1, en la
columna  N/Y.
4. Un indicador de sustentabilidad “débil”
 La
desigualdad (2) puede usarse para derivar un indicador de sustentabilidad
débil de la forma
Zl=(S/Y)-(  M/Y)-(  N/Y).
(3)
Usando porcentajes, Zl produce una medida de desviación de la línea límite o
de sustentabilidad marginal. Mientras más alto sea cualquier valor negativo de Z l,
más grande es el “esfuerzo” necesario para regresar a la sustentabilidad relativa al


ingreso nacional. Una alternativa es
Z2=S-  M-  N,
(4)
donde Z2 se mide en unidades monetarias absolutas. Es posible que ésta sea
preferida si, por ejemplo, se requiere una medida de los flujos auxiliares para
asegurar la sustentabilidad.
 
El Cuadro 1 reporta Z1 para 18 países. Los resultados son preliminares y
deben ser tratados como tales. Sin embargo, sugieren que aún bajo una regla de
sustentabilidad débil, varios países tienen pocas posibilidades de pasar una prueba
de sustentabilidad. Como era de esperarse, algunos de los países que fallaron la
prueba son: Madagascar, Etiopía y Malí. De hecho, Malí falla en satisfacer una
condición de tasa de ahorros positiva. Algunos son sorpresas, por ejemplo, a
pesar de tener una tasa de ahorros relativamente alta, México es sólo
marginalmente sustentable. Para Estados Unidos, los valores mostrados en el
Cuadro 1 son de 1981. Esto enfatiza la naturaleza esencialmente estática de Z1 en
el escenario presente. Debe hacerse notar que la tasa de ahorros de este país ha
caído del nivel aquí indicado durante el resto de los años ochenta; por tanto, si los
valores de  M y  N permanecieron constantes a lo largo de estos periodos, y
suponiendo todo lo demás constante, entonces, Z1 se volvería negativo, indicando
que no hay sustentabilidad. Ello contrasta con los resultados de otros países
como: Alemania, Países Bajos y Japón.


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Gaceta de Economía
Cuadro 1
Prueba de desarrollo sustentable. Una economía es sustentable si su ahorro es
mayor que la suma de las depreciaciones de las dos formas de capital.
S/Y
M
N
26
3
8
15
30
10
12
7
13
26
6
8
Hungría
26
10
5
11
Japón
33
14
2
17
Países Bajos
25
10
1
14
Polonia
30
11
10
9
Estados Unidos
18
12
4
2
México
24
12
12
0
Filipinas
15
11
4
0
Burkina Faso
2
1
10
-9
Etiopía
3
1
9
-7
Indonesia
20
5
17
-2
Madagascar
8
1
16
-9
Malawi
8
7
4
3
Malí
-4
4
6
-14
Nigeria
15
3
17
-5
Papúa Nueva Guinea
15
9
7
-1
/Y
/Y
Z1
Economías sustentables
Costa Rica
Checoslovaquia
Alemania (preunificada)

Marginalmente sustentables
Insostenibles
5. Conclusión
Victor [1991] establece el reto para los economistas ambientales de desarrollar
indicadores de sustentabilidad. Hemos mostrado como el reto puede ser abordado
con base en una regla de ahorro para la sustentabilidad, y con una recopilación de
los datos existentes sobre depreciación de recursos, de los cuales depende la
apropiada medición de Z1. Hemos utilizado un requisito de sustentabilidad débil.
Detrás de éste, se encuentra el supuesto de que la degradación ambiental es
compatible con la sustentabilidad, siempre y cuando se sigan ciertas reglas (para
un ejemplo ver Hartwick [1990]). Muchos autores en la literatura ecológica
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niegan la existencia de las posibilidades de sustitución necesarias para apuntalar
dichas reglas (Pearce y Atkinson [1992] proveen una discusión más completa de
estas objeciones). Un indicador de sustentabilidad fuerte evolucionaría
identificando y midiendo el capital natural ‘crítico’, tal que cualquier
depreciación positiva sería un signo de no sustentabilidad. Como Victor, nosotros
creemos que la medición del capital natural puede no ser suficiente para capturar
todas las funciones económicas de los sistemas ecológicos, pero sostenemos
firmemente que los esfuerzos para monetizar los valores de dichas funciones
impulsan el desarrollo de una economía fundamentada en la ecología.
6. Referencias
Barbier, E.B., Markandya, A. y Pearce, D.W., (1990) “Environmental
sustainability and cost-benefit analysis”. Environmental. Planning, Núm. 22,
pp. 1259-1266.
Hartwick, J.M., (1990) “Natural resources, national accounts, and economic
depreciation”. Journal of Public Economics, Núm. 43, pp. 291-304.
Pearce, D.W. y Atkinson, G.D., (1992) “Are National Economies Sustainable?
Measuring Sustainable Development”. Documento de trabajo, Centre for
Social and Economic Research in the Global Environment (CSERGE), pp.
92-11, University College London.
Pearce, D.W. y Turner, R.K.,(1990) Economics of Natural Resources and the
Environment. Harvester Wheatsheaf, Londres.
Pearce, D.W., Barbier, E.B. and Markandya, A., (1990)
Development. Earthscan, Londres.
Sustainable
Solow, R.M., (1986) “On the intergenerationalallocation of resources”. Standard
Journal of Economics, Núm. 85, pp. 141-149.
Victor, P.A., (1991) “Indicators of sustainable development: some lessons from
capital theory”, Ecological Economics, Núm. 4, pp. 191-213.
Fuentes para valores de
 N:
Alemania: Pearce, D.W. (1991) “German Studies of Environmental Damage”,
Centre for Social and Economic Research on the Global Environment
(CSERGE),
 Londres.
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Gaceta de Economía
Burkina Faso: Lallement, D. (1990) “Burkina Faso: Economic Issues in
Renewable Natural Resource Management”. Agricultural Operations,
Sahelian Department, Africa Region, Banco Mundial. Costa Rica.
Solorzano R., de Camino, R., Woodward, R., et ál. (1991) “Accounts Overdue:
Natural Resource Depreciation in Costa Rica”, World Resources Institute,
Washington, DC.
Checoslovaquia: Wilczynski, P. (1990) “Czechoslovakia: Environmental
Economics – Finance”. Europe department, Banco Mundial.
Ethiopia: Newcombe, K. (1989) “An economic justification for rural
afforestation: the case of Ethiopia” en G. Schramm y J. Warford
(Editores), Environmental Management
and Economic Development.
Johns Hopkins
University Press, Baltimore.
EUA: Freeman, A. (1990) “Air and water pollution control: a benefit cost
assessment” en: P. Portney (Editor), Public Policies for Environmental
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Filipinas: Cruz, W. y Repetto, R. (1992) “The Environmental Effects of
Stabilisation and Structural Adjustment Programs: The Philippines Case”.
World Resources Institute, World Bank, Washington, DC.
Países Bajos: Opschoor, J. (1986) “A review of monetary estimates of benefits of
environmental improvement in the Netherlands”. OECD Seminar, Aviñón.
Hungría: World Bank (1990) “Hungary - Environmental Issues”. World Bank,
Washington, DC.
Indonesia: Repetto, R. (1989) “Wasting Assets - Natural Resources in the
National Income Accounts”, Instituto de los Recursos del Mundo,
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net national welfare and beyond” en F. Archibugi y P. Nijkamp (Editores),
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Madagascar: World Bank (1988) “Madagascar-Environmental Action
Banco Mundial, Washington, DC.
Plan”
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Departamento de Operaciones en Malawi,
Banco Mundial, Washington,
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Teoría del capital y de la medición de desarrollo sustentable
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Malí: Bishop, J. and Allen, J. (1989) “The On-Site Costs of Soil Erosion in Mali.”
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México: Van Tongeren, J., Schweinfest, S., Lutz, E., Gómez Luna M. y Guillén,
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Study for Mexico”, Documento de trabajo del Departamento Ambiental,
Banco Mundial, Washington, DC.
Nigeria: World Bank (1990) “Towards the Development of an Environmental
Action Plan for Nigeria”. Banco Mundial, Washington, DC.
Papúa Nueva Guinea: Bartelmus, P., Lutz, E. y Schweinfest, S. (1992)
“Integrated Environmental and Economic Accounting: A Case Study for
Papua New Guinea”. Documento de trabajo del Departamento Ambiental,
Banco Mundial, Washington, DC.
Polonia: Hughes, G. (1992) “The Costs of Environmental Damage in Poland:
Methodology” Banco Mundial, Washington, DC.
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