Procesos Especiales - Universidad Sede Heredia

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Procesos Especiales
PROCESOS ESPECIALES
INTRODUCCIÓN
Luego de estudiar los procesos declarativos y sumarios, corresponde en esta cuarta
unidad conocer el trámite de los denominados procesos especiales. Con la entrada en
vigencia de la Ley de Resolución Alterna de Conflictos y Ley de Cobro Judicial, se derogó
el proceso arbitral, las tercerías y el monitorio.
Por lo expuesto, el Código Procesal Civil solo regula tres procedimientos
especiales: incidental, pericial y disolución – liquidación – de sociedades.
El proceso incidental cubre los incidentes propiamente dichos y las tercerías. No
obstante, éstas últimas están reguladas a partir del artículo 13 de La Ley de Cobro Judicial.
Ambos tienen un trámite muy similar, pues no tienen vida jurídica independiente porque
dependen de un proceso principal.
Dentro de los incidentes, además, reviste importancia distinguir entre los
suspensivos y los no suspensivos (Los incidentes suspensivos, como su nombre lo indica,
son los que suspenden el curso normal del proceso principal hasta que se resuelva en
definitiva. En estos incidentes el Juez no puede continuar con el procedimiento normal del
asunto, pues debe tramitarlo y resolverlo
primero. Los incidentes no suspensivos son los que no suspenden el trámite del principal,
de ahí que el Juez puede tramitar y resolver tanto el principal como el incidente en forma
conjunta).
Dentro de los primeros se incluyen las excepciones falta de: competencia y
capacidad o defectuosa representación – tienen trámite incidental - y el incidente de
nulidad. Todas las demás incidencias se califican de no suspensivas. Por ejemplo, el
incidente de pobreza, remoción de depositario judicial, inembargabilidad, entre otros.
Aun cuando el juicio pericial no es muy utilizado, se debe conocer el procedimiento
a seguir en un Juzgado Civil. Por último, se incorpora la demanda disolución y liquidación
de sociedades, con la finalidad de cubrir la totalidad de los procesos especiales.
PROCESO INCIDENTAL
El proceso incidental es un proceso de conocimiento, donde la etapa de debate es
muy breve en relación con los declarativos y sumarios. Se le llama incidental porque no
tiene existencia legal independiente y, por ende, su procedimiento es muy corto. Se
encuentra regulado en el Código Procesal Civil de artículo 483 al 489. Dependen de un
proceso principal. Es imposible dar curso a un incidente en forma autónoma.
En los incidentes se debaten cuestiones accesorias o de menor importancia con respecto al
proceso principal. Algunos afectan el desarrollo normal del expediente del cual dependen
(Sucede con el incidente de nulidad, el cual suspende el trámite del proceso principal hasta
que se resuelva en definitiva la incidencia.). Por otro lado, se reclaman pretensiones de
carácter procesal; esto es, peticiones vinculadas con el trámite del principal. Por ejemplo, la
petición del beneficio de pobreza o la nulidad de una notificación. A la parte que promueve
el incidente se le identifica con el nombre de “incidentista” y, a la parte contra quien se
dirige, se denomina “incidentado”.
Universidad de Las Ciencias y el Arte de CR. D. Procesal Civil. Prof. Ramón Meza.
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Incidente suspensivo y no suspensivo
Se debe distinguir los incidentes suspensivos de los no suspensivos. Como resulta
obvio, los primeros suspenden el trámite del proceso principal y los segundos no tienen ese
efecto. De acuerdo con el artículo 483 ibídem, los suspensivos se caracterizan porque
afectan la validez del procedimiento. Los comunes – así llamados a los no suspensivos tienen relación estrecha con la pretensión principal, pero se tramitan y resuelven en legajo
aparte.
Los tres incidentes suspensivos son: la excepción de falta de competencia, la
excepción de falta de capacidad o defectuosa representación y el incidente de nulidad.
Numeral 484 ibídem. También se debe incluir como suspensiva la solicitud de deserción
(Conforme al numeral 215 del Código Procesal Civil, la deserción procede a petición de
parte, sin indicar la vía correspondiente. En la práctica se toma como una solicitud y se
tramita por vía incidental. Como se trata de una forma anormal de terminar el proceso, por
abandono tácito de la parte actora, tiene carácter suspensivo porque el procedimiento del
expediente principal se suspende hasta tanto se resuelva la deserción.).
Ningún incidente de nulidad se tramita en legajo aparte. Lo correcto es hacerle
carátula para identificar su existencia dentro del expediente principal y conceder el plazo de
tres días. Si bien la falta de competencia y la falta de capacidad o defectuosa representación
se denominan “excepciones”, se tramitan y resuelven como “incidentes”.
Por ese motivo, el ordinal 484 ibídem incluye esas dos defensas previas como
incidentes suspensivos. Con ambas excepciones se pretende sanear el proceso principal al
definir al Juzgado competente y la capacidad o representación de las partes, en cualquier
tipo de procesos.
Por su lado, el incidente de nulidad está regulado en los artículos 194 al 200 ibídem (El
incidente de nulidad se refiere a las nulidades de carácter procesal y no a las sustantivas. La
nulidad procesal es la que ataca vicios de actos realizados dentro de cualquier proceso;
como las actas de notificación, de embargo o remate. Por el contrario, la nulidad sustantiva
es la que ataca vicios de actos o contratos, como sucede con la nulidad de una compraventa.
Hasta aqui
La nulidad sustantiva se regula en el artículo 835 del Código Civil y se reclama como
pretensión principal en un ordinario o abreviado según la cuantía.). El incidente de nulidad
sólo es admisible, para efectos de tramitación, cuando se refiere a actuaciones conforme al
párrafo 1º del artículo 199 ibídem, según se explicó anteriormente. El incidente de nulidad
contra resoluciones se debe rechazar de plano, cuyo pronunciamiento carece de apelación
porque se trata de una nulidad relativa (La nulidad relativa es aquella donde existe un vicio
que se puede subsanar con el transcurso del tiempo. En principio, de existir un vicio en una
resolución, se convalida o se subsana de no recurrirse.). Precepto 200 ibídem.
La única manera de alegar la nulidad de una resolución, sería en forma
concomitante con el recurso ordinario correspondiente. Ordinal 570 inciso 1º ibídem. Es
improcedente el incidente autónomo de resoluciones.
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Los restantes incidentes, excluyendo esos cuatro, se tramitan en legajo aparte y no
suspenden el curso normal del procedimiento principal. Entre ellos se puede citar:
1. incidente de objeción a la cuantía Siempre que no afecte la competencia.
2. de inembargabilidad,
3. de remoción de albacea en un sucesorio,
4. de remoción de depositario judicial,
5. de prescripción
6. de pago
7. falta de exigibilidad en un proceso de ejecución hipotecaria o prendaria
8. de pobreza
Todos los incidentes, suspensivos o no, tienen el mismo trámite contemplado en el
artículo 483 ibídem. La única diferencia es que los suspensivos se tramitan dentro del
expediente principal y los restantes en legajo aparte.
En los incidentes no hay parte actora ni demandada, términos propios del proceso
principal. El incidente puede ser promovido por cualquiera de las partes, según las
condiciones de cada caso. Ejemplo: la presentación de un incidente de nulidad de
notificación, dependerá del acta que contenga el vicio.
Cuando lo promueve un tercero, en principio, se debe denegar de plano por no estar
legitimada. Ilustración: la esposa del demandado no está legitimada para promover un
incidente de nulidad de la notificación de su esposo. No obstante, se ha permitido que un
tercer adquirente - hipotecario o prendario - pueda cuestionar vía incidental su notificación,
prescripción o pago (El tercer adquirente – antes denominado tercer poseedor - es la
persona que compra un bien que soporta o tiene una hipoteca o una prenda anterior inscrita
en el Registro Nacional. Cuando se ejecuta se le debe notificar para que pague, a fin de
liberar el gravamen o de lo contrario debe entregar el bien para ser rematado).
En definitiva, la característica de los suspensivos es que se tramitan y resuelven
dentro del proceso principal y, en consecuencia, suspende el procedimiento de éste. Los no
suspensivos se tramitan y resuelven en legajo aparte, lo que facilita la continuación del
expediente principal.
COMPETENCIA
Los incidentes no son estimables; esto es, no tienen cuantía. Por ende, el competente
para conocer de un incidente es el mismo juez o jueza del proceso principal.
En lo que nos interesa, el artículo 21 ibídem dice: “El Juez competente para conocer
de un asunto lo es también para conocer de sus incidentes”. En definitiva, en los incidentes
no se cuestiona la competencia por materia, cuantía o territorio De oponerse la excepción,
conforme a la norma indicada, se debe rechazar de plano.
Procedimiento
Demanda. La demanda incidental, de acuerdo con el inciso 1º del artículo 483
ibídem, debe contener lo siguientes requisitos:
Una relación de hechos. Desde luego no es necesario enumerarlos como en los declarativos,
pues se trata de una simple narración.
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La pretensión incidental. Es lo que se declare en la resolución de fondo. Por
ejemplo, la nulidad de la notificación, del embargo practicado, la remoción de un albacea o
de un depositario judicial, pago parcial o total, entre otros. Es una pretensión formal porque
se refiere a un acto del proceso. No podría pedirse, en consecuencia, la nulidad de un
contrato, de la hipoteca al cobro, de un poder o la condena en daños y perjuicios.
El ofrecimiento de prueba. Como sucede en los procesos declarativos y sumarios, el
promovente de un incidente debe aportar la prueba documental y ofrecer la restante
(confesional, pericial, testimonial, reconocimiento judicial). Si la prueba consta dentro del
expediente principal, basta con mencionarla.
A las demandas incidentales no se les aplica la inadmisibilidad del artículo 291
ibídem. La omisión de ofrecer prueba produce el rechazo de plano, sanción prevista en el
citado numeral 483, salvo que consten en el expediente.
AUDIENCIA.
De conformidad con el inciso 2º del artículo 483 ibídem, de cumplir el escrito los tres
requisitos, se debe conceder una audiencia de tres días a la parte incidentada. Se trata de
una simple providencia (La clasificación de las resoluciones se encuentra en el artículo 153
del Código Procesal Civil.), la cual se notifica a las partes en el medio señalado en el
expediente principal y, de no ser posible, opera la notificación automática del numeral 11
de la Ley de Notificaciones Judiciales. La parte incidentada, igualmente, debe ofrecer toda
su prueba al contestar el incidente.
De constar en los autos, basta con indicarla. Transcurrida la audiencia sin oposición,
sin resolución expresa, el expediente se pasa al juez o jueza para la resolución de fondo. De
la misma manera se procede de haber oposición, pero no hay prueba por practicar. Ese
escrito no se resuelve, simplemente se agrega.
PRUEBAS.
Los incidentes tienen una pequeña fase demostrativa de diez días. Artículo 483
inciso 3º ibídem. Únicamente se puede admitir la prueba pertinente en función del punto
debatido, dentro de la incidencia y no en el principal.
La pertinencia de la probanza depende de cada caso en concreto y, le corresponde al
juez o jueza, definir la admisión de los medios probatorios. En términos generales, se aplica
las reglas de la demostrativa del ordinario, a la cual se remite.
No obstante, tal y como ocurre en los sumarios, la prueba abandonada por la parte
proponente se prescinde. Si bien el inciso 3º del numeral 483 no lo dice, no requiere de
resolución expresa.
Las providencias son aquellas que no tienen ningún juicio de valor; es decir, son de
mero trámite y por ende ese pronunciamiento carece de recurso (artículo 553 ibídem). Es
providencia la resolución que concede audiencia: a un incidente, a una liquidación de
intereses, a un informe pericial, entre otras.
RESOLUCIÓN DE FONDO.
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Para remitir el expediente al juez o jueza, con el fin de resolver el incidente, no se
requiere de un pronunciamiento concreto en ese sentido. El traslado a esa oficina se
produce inmediatamente a una vez:
1. vencida la audiencia de tres días sin oposición.
2. vencida la audiencia de tres días y no hay pruebas que practicar.
3. practicada o prescindida – total o parcial - la prueba admitida.
El juez o la jueza tienen un plazo de cinco días para dictar la resolución de fondo
(Según la naturaleza del incidente, la resolución de fondo podría tener apelación. Si es
formal, como un incidente de nulidad, se trata de un auto y se apela al tercer día. Por el
contrario, si es de carácter sustantivo o de fondo, por ejemplo un incidente de prescripción,
es apelable al quinto día, siempre y cuando sea de mayor cuantía. Si se tramita en un
proceso de menor, también es apelable al tercer día). Numeral 483, inciso 3º ibídem. Se
reitera, no es correcto tener por contestada la audiencia del incidente y ordenar la
resolución de fondo al no existir pruebas por evacuar.
Ese pronunciamiento, frecuente en algunos despachos, resulta totalmente
innecesario. De no haber prueba, porque toda se encuentra agregada al expediente
principal, el escrito de oposición se agrega y se traslada al juez o jueza. Únicamente se debe
resolver para admitir prueba confesional, testimonial, pericial o reconocimiento judicial. La
resolución de fondo no requiere de la estructura prevista en el numeral 155 ibídem para las
sentencias.
CADUCIDAD
Los incidentes, al igual que el proceso principal, pueden ser abandonados por la
parte proponente. El abandono tácito (Por abandono tácito se entiende la omisión de la
parte actora o incidentista de gestionar el proceso o el incidente hasta la sentencia o
resolución de fondo. Se trata de un abandono que impide al juez o jueza impulsar de oficio
el asunto), en el expediente principal, es de tres meses y se sanciona con la deserción. En
ese supuesto, el archivo del proceso se extiende a las incidencias pendientes.
Distinta es la situación a la inversa; esto es, cuando el abandono tácito es del
incidente y no del principal. En este caso, si la incidencia se paraliza por un mes, se decreta
su caducidad pero el proceso continúa su tramitación normal.
Para decretar la deserción, es indispensable una resolución expresa. La caducidad
del incidente opera sin necesidad de pronunciamiento. El artículo 485 ibídem dice: “Los
incidentes, de cualquier clase que sean, que no hayan sido activados durante un mes por la
parte que los formuló, se tendrán por definitivamente desestimados sin necesidad de
resolución que así lo declare. Si no obstante se dictara resolución, ésta no tendrá recurso
alguno”.
La caducidad del incidente solo procede cuando queda abandonado, sin que el
Juzgado pueda impulsarlo de oficio. En otras palabras, la incidencia esta paralizada por
responsabilidad es exclusiva de quien la promovió. Un ejemplo ilustra el tema: se puede
pensar en un incidente donde se le previene a la promovente que aporte, dentro de un plazo
determinado, certificación de la personería de la sociedad incidentada para notificar la
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audiencia. El incumplimiento de esa prevención impide al Juzgado notificar la audiencia y,
en consecuencia, opera la caducidad.
Para decretar la caducidad de un incidente, basta con señalar en la carátula el
artículo 485 del Código Procesal Civil en números grandes. Eso significa que, sin
necesidad de resolución, la incidencia se declaró caduca. Sin embargo, se advierte, esa
sanción no se aplica a las excepciones falta de: competencia y capacidad o defectuosa
representación.
Tampoco a los incidentes de pago total, prescripción y privilegiado de cobro de
honorarios. Las defensas son previas y están vinculadas a la validez del proceso, lo cual
debe resolverse para evitar nulidades. En cuanto a las restantes incidencias mencionadas,
son pretensiones de fondo y le ponen fin al conflicto.
De aplicarse la caducidad a un incidente de nulidad, basta con indicar el artículo en
la carátula, ello porque esa incidencia se tramita dentro del principal. En los incidentes no
suspensivos - se tramitan en legajo aparte - una vez consignado el número del artículo, de
inmediato se debe agregar al expediente.
Cuando la incidentada solicita por escrito decretar la caducidad, de proceder ésta,
ese memorial no debe resolverse. Es suficiente con marcar el número del artículo en la
carátula. De no proceder se rechaza la solicitud. Esa resolución denegatoria únicamente
tiene recurso de revocatoria; es decir, carece de apelación.
Aplica, por analogía (La analogía es una forma de integración de las normas
procesales, regulada en el artículo 4º del Código Procesal Civil. Se utiliza para resolver en
forma similar situaciones parecidas en caso de ausencia de norma. Por ejemplo, la
deserción y la caducidad son instituciones similares, de ahí que ante la falta de una
disposición que regula los recursos en la caducidad se puede aplicar lo previsto para la
deserción), el párrafo final del numeral 217 ibídem.
En la práctica, la caducidad no se utiliza con mucha frecuencia. El incidente tiene un
trámite muy sencillo y breve, de manera que una vez conferida la audiencia, el resto del
procedimiento se puede realizar sin necesidad de gestión de la incidentista. Veamos:
Esa audiencia se notifica en el medio señalado y, en su defecto, opera la notificación
automática. La falta de oposición implica pasar el incidente a la resolución de fondo. De
haber oposición, sin prueba que practicar, igual se pasa al juez o jueza para resolver. Por
último, de admitirse prueba, es posible prescindir de la no evacuada y remitir el asunto a
esos funcionarios.
De acuerdo con el artículo 485 ibídem, el incidente caduco se tiene por
definitivamente desestimado. Para la jurisprudencia, no es posible promover un segundo
incidente en las mismas condiciones. Si se reitera, se debe rechazar de plano.
A manera de resumen, los incidentes son procesos cuya existencia depende de un
proceso principal en trámite. No existen incidentes independientes, únicamente pueden ser
promovidos por las partes, salvo algunas excepciones suspensivos son los que se tramitan y
resuelven dentro del proceso principal, el cual suspenden hasta que se resuelvan en
definitiva.
Suspensivos son: falta de competencia, falta de capacidad o defectuosa
representación y el de nulidad comunes se tramitan y resuelven en legajo separado y no
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suspenden el proceso principal tienen un procedimiento sencillo. Se reduce a una audiencia
por tres días a la incidentada.
Una vez vencido ese plazo, se admite o rechaza la prueba que se haya propuesto. De
no haber prueba propuesta, evacuada la admitida o prescindida, se pasa el incidente al Juez
para que lo resuelva, sin necesidad de resolución expresa en ese sentido, son de
conocimiento del mismo que conoce del principal, abandonados se declaran caducos, sin
necesidad de resolución y no se pueden presentar de nuevo.
JUICIO PERICIAL
Este proceso se encuentra regulado en los artículos 530 al 533 del Código Procesal
Civil. Se incorporó como una modalidad de solución entre partes, sin necesidad de
sentencia. Por ese motivo, aparece inmediatamente después del arbitraje, el cual se trasladó
a la Ley de Resolución alterna de Conflictos.
El procedimiento es más sencillo que el arbitral, pero no ha se logrado consolidar.
La ausencia de una cultura de solución pacífica de los conflictos jurídicos, especialmente en
aquellos donde requiere de un criterio técnico, impide que las partes equiparen la decisión
de un perito con una sentencia judicial o de un laudo arbitral.
PROCEDENCIA
De conformidad con el numeral 530 ibídem, procede para resolver conflictos
relacionado con la estimación de alguna cosa, la ejecución de una obra o puntos técnicos.
Aplica para valorar una maquinaria, cuyas partes no están de acuerdo con su cuantificación
definitiva.
También para definir la forma de ejecutar un movimiento de tierra contratado o
bien, si la casa se construyó de acuerdo con los parámetros legales y pactados (Muchos de
esos conflictos jurídicos se debaten en procesos ordinarios o abreviados, en los cuales
resulta indispensable la prueba pericial. En sentencia, salvo casos excepciones, la decisión
final se apoya en el dictamen del perito. Por economía procesal, el juicio pericial pretende
evitar todo el procedimiento declarativo y que las partes acepten, como solución final, el
criterio del experto.).
PROCEDIMIENTO
No se trata de un proceso de conocimiento, pues ambas partes están de acuerdo en
resolver el conflicto por medio de un juicio pericial. Para ese efecto, basta con acreditar la
cláusula compromisoria (Se entiende por cláusula compromisoria aquella donde las dos
partes se ponen de acuerdo para que, en caso de conflicto, se comprometen a sujetarse a un
juicio pericial. Implica una renuncia a la jurisdicción estatal), en el escrito inicial. Puede
ser en un contrato o, bien, indicar la norma legal respectiva.
Artículo 531 ibídem. El procedimiento se limita a dos actos en concreto:
1. por un lado, el nombramiento del tribunal pericial y,
2. el segundo, recibir la decisión definitiva sobre el punto debatido.
La designación del tribunal se debe ajustar a la redacción de la cláusula
compromisoria, en cuanto a la cantidad de peritos y cualidades específicas. De no existir
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convenio para ello, el nombramiento se hará de acuerdo con las reglas de la prueba pericial
de los numerales 401 a 408 ibídem.
En ese caso, a falta de pacto sobre el número, se designará solo uno. Ordinal 532
ibídem. El o los expertos deben aceptar el cargo, previa fijación de sus honorarios. La
decisión pericial solo tiene recurso de nulidad ante la Sala Primera de la Corte Suprema de
Justicia y produce cosa juzgada material.
DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE SOCIEDADES
Es un proceso especial vinculado con la extinción de las sociedades, todo de
acuerdo con las disposiciones del Código de Comercio. Así lo dispone el artículo 542 del
Código Procesal Civil:
Cualquiera de los socios de una sociedad comercial podrá solicitar la declaratoria judicial
de disolución y la consiguiente liquidación, con base en las causales previstas en la ley
(Consultar el artículo 201 del Código de Comercio).
Procedencia
Se trata de dos supuestos distintos. En el primero, se pide la disolución de la
sociedad por alguna causal prevista en el Código Mercantil, cuyo proceso es de naturaleza
controversial. Firme la sentencia que declara disuelta la persona jurídica, se procede a su
liquidación. En el segundo, por acuerdo de socios y fuera del ámbito judicial, se disolvió la
sociedad. La solicitud, en consecuencia, se refiere a liquidar conforme a los términos
pactados.
PROCEDIMIENTO
Disolución y liquidación judicial.
El procedimiento está previsto en los artículos 543 al 545 del Código Procesal Civil.
Esa normativa remite al proceso abreviado y, por ende, las explicaciones de la segunda
unidad. La demanda debe cumplir con los requisitos del numeral 290 y 292, con algunas
exigencias específicas según la naturaleza de la sociedad a disolver. Ordinal 543 ibídem. La
ausencia de las formalidades previstas en esas disposiciones, convierte la demanda en
defectuosa, para lo cual se aplica lo dispuesto en el numeral 291 ibídem.
Si la demanda se presenta con arreglo a derecho o se subsana los defectos dentro de
los cinco días, se procede al traslado. Además del contenido propio del auto inicial de un
proceso abreviado, la única diferencia radica en el plazo para contestar. Será de diez días
cuando se trata de una sociedad colectiva, en comandita o de responsabilidad limitada.
Se extiende a quince días únicamente cuando es sociedad anónima. Precepto 544
ibídem. El resto del procedimiento – formas de contestación, excepciones, recursos y
régimen probatorio – se rige por el proceso abreviado. Numeral 545 ibídem.
En realidad, salvo el emplazamiento, la demanda de disolución y liquidación
judicial se tramita como abreviado. No obstante, el legislador ubica el proceso como
especial. Esa distinción reviste importancia para definir al Tribunal competente, en caso de
apelación. En San José, por ejemplo, las apelaciones de los abreviados son conocidas por el
Tribunal Segundo Civil. Sin embargo, si bien la disolución se tramita como abreviado, es
un proceso especial y la alzada la deberá conocer el Tribunal Primero Civil.
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Liquidación sin previa disolución judicial. El procedimiento lo establece el numeral
546 ibídem. Se entiende que la sociedad esta disuelta, por ejemplo, por vencimiento del
plazo constitutivo.
Ese mismo pacto regula la forma de liquidar el patrimonio societario y, solo de existir
oposición de algún interesado, el liquidador nombrado debe solicitar la liquidación en sede
judicial.
La demanda debe cumplir los requisitos exigidos en el artículo 543 y éste a su vez
remite al ordinal 290, de manera que se trata de una demanda abreviada. No obstante, se
debe aportar la prueba de la disolución de la sociedad, el nombramiento del liquidador y la
calidad de socio del oponente. Cualquier omisión conlleva aplicar el trámite de demanda
defectuosa.
El traslado se hará por diez días a los socios oponentes, con intervención del
liquidador. De aquí en adelante, el procedimiento aplicable es el del sumario, respecto a la
oposición, excepciones, recursos y régimen probatorio. Para ello, se remite a la tercera
unidad, concretamente, al sumario con oposición.
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