CANON 1: Del Ministerio de todas las personas bautizadas El

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Saludos. Este recurso tiene como fin dar un breve comentario y algunas referencias para los cánones sobre
el ministerio del Título III de la Iglesia Episcopal. El comentario busca ser, en general, una breve
explicación de la intención del canon o sección. Los recursos que se incluyen no son exhaustivos y el orden
en que se presentan no indica preferencia alguna en cuanto a su contenido. Las diócesis se enumeran en
orden alfabético. Cada diócesis elige lo que ha de publicar en su sitio web, y el contenido se revisa
constantemente. Esperamos que los recursos que aquí se ofrecen sean útiles a los usuarios y los estimulen
a escoger lo que sea apropiado según las necesidades de cada quien. Esperamos poder actualizar este
recurso periódicamente.
CANON 1: Del Ministerio de todas las personas bautizadas
El contenido de este canon establece las bases para desarrollar una teología sobre el
ministerio. La frase “el ministerio de todas las personas bautizadas” se funda en la
convicción de que todas las personas bautizadas son ministros. La sección (a) recalca este
concepto aun más al afirmar directamente “que se convoca a todas las personas
bautizadas al ministerio en el nombre de Cristo.” El Libro de Oración Común contiene
una descripción enfática del ministerio de todos los bautizados en el pacto bautismal. Las
renuncias, las afirmaciones y los votos agregan detalles que aclaran el supuesto básico de
que todo ministerio se funda en el bautismo. El Bosquejo de la Fe (Catecismo) amplía el
concepto más aun al declarar que “la Iglesia lleva a cabo su misión mediante el ministerio
de todos sus miembros.”
El Canon 1, por su posición primaria, subraya la importancia del ministerio de todos los
miembros de la iglesia. Dirige a cada diócesis a “tomar las medidas necesarias para el
desarrollo y la consolidación del ministerio de todas las personas bautizadas”
ayudándoles a entender que todas son llamadas a utilizar los dones que han identificado
en sí mismas para ejercer un ministerio y para servir a la misión de Cristo continuamente.
Tal como se afirma en el catecismo, el Canon 1 conecta el ministerio con la misión que se
lleva a cabo “mediante el ministerio de todos sus miembros.”
La misión y el ministerio de todos los bautizados abarca todas las edades, lo cual exige, a
su vez, que se ofrezca formación cristiana a lo largo de toda la vida. Cada diócesis está
llamada a ofrecer diversas maneras de afirmar, desarrollar, asistir y sostener la vocación
de todos sus miembros bautizados para la misión y el ministerio. Esta comisión es amplia
e inclusiva y está dirigida a todos los cristianos.
CANON 1: Del Ministerio de Todas las Personas Bautizadas 
Sec. 1. Cada Diócesis tomará las medidas necesarias para el desarrollo
y la consolidación del ministerio de todas las personas bautizadas, lo
que incluye:
(a) Ayudar a entender que se convoca a todas las personas bautizadas
al ministerio en nombre de Cristo a identificar sus dones con la ayuda de la
Iglesia y a servir a la misión de Cristo en todo momento y en todo lugar.
(b) Ayudar a entender que se convoca a todas las personas bautizadas
a que sustenten sus ministerios entregándose a la formación cristiana
a lo largo de toda la vida.

Todas las citas de los cánones que se incluyen en este documento han sido tomadas, parcialmente y con
las revisiones y modificaciones aclaratorias que se han juzgado necesarias, de la versión española de los
Cánones de la Convención General de 2006 que aparece publicada en el siguiente sitio web:
http://www.churchpublishing.org/general_convention/index.cfm?fuseaction=candc_spanish
Las diócesis “toman medidas” de maneras diversas. Las Comisiones para el Ministerio,
las oportunidades de educación cristiana, los cursos de educación continua y los eventos
para el ministerio de todos los bautizados son ejemplos de cómo se puede ayudar a la
consolidación y desarrollo del ministerio de todas las personas bautizadas.
Sec. 2. A ninguna persona se le negará en esta Iglesia el acceso al
proceso de discernimiento para cualquier ministerio, laico u ordenado,
por causa de raza, color, origen étnico, nacionalidad, sexo, estado civil,
orientación sexual, incapacidad o edad, a excepción de lo que esté
dispuesto de otro modo en estos Cánones. Tampoco se establece aquí
ningún derecho a licencia, ordenación o elección.
Sec. 3. Las disposiciones de estos Cánones para la admisión de
Candidatos para Ordenación a las tres Órdenes: episcopal, sacertodal
y diaconal, se aplicarán igualmente tanto a hombres como mujeres.
El discernimiento está, pues, abierto a todas las personas, sin distingos de “raza, color,
origen étnico, nacionalidad, sexo, estado civil, orientación sexual, incapacidad o edad.”
Sin embaro, el canon aclara cuidadosamente que ni la otorgación de licencias ni la
ordenación ni la elección se dan por derecho.
Todos los cánones del Título III se desprenden del “Canon 1: Del Ministerio de todas las
personas ordenadas.” Se entiende que el establecimiento de las Comisiones para el
Ministerio y de los procesos para otorgar licencias que desarrolle cada diócesis así como
de los procesos hacia la ordenación de diáconos, sacerdotes y obispos debe planearse y
llevarse a cabo de tal manera que se cumpla la visión del Canon 1.
Recursos:
http://www.TEforall.org
http://www.aftersunday.org
http://www.baptized.org
http://www.kootenay.anglican.ca/directory/forum
Diócesis del Oeste de Nueva York: http://www.episcopalwny.org, Ministries
http://www.episcopalchurch.org/mdl.htm
http://www.leaderresources.org, Journey in Faith program
CANON 2: De las Comisiones para el Ministerio
“La Iglesia lleva a cabo su misión mediante el ministerio de todos sus miembros.” 1[1]
Toda persona bautizada está llamada a cumplir diversas funciones dentro del cuerpo de la
iglesia. El propósito de ordenar diáconos, sacerdotes o presbíteros y obispos es poder
ofrecer líderes ordenados que sirvan a la comunidad como modelos del ministerio
cristiano al que todas las personas están llamadas. Las Comisiones para el Ministerio a
nivel diocesano son las encargadas de vigilar el proceso de discernimiento para todos los
ministerios tanto laicos como ordenados y facilitar el proceso hacia la ordenación de
diáconos y sacerdotes.
CANON 2: De las Comisiones para el Ministerio
Sec. 1. En cada Diócesis existirá una Comisión para el Ministerio
(en adelante, “Comisión”) constituida por presbíteros, diáconos, si
los hubiere, y personas laicas. Los cánones de cada diócesis estipularán
el número de miembros, la duración de los cargos y las formas de
selección de la Comisión.
Conviene que los miembros de la Comisión para el Ministerio representen los valores,
necesidades e inquietudes de la diócesis como un todo (es decir, que tenga mujeres,
minorías, personas jóvenes, etc.). Tambien conviene incluir a clérigos que hayan pasado
recientemente por los procesos de ordenación y de educación teológica. También se
recomienda que haya un equilibrio entre laicos, sacerdotes y diáconos. El tamaño de la
Comisión para el Ministerio dependerá de los procesos diocesanos de discernimiento y
ordenación (número promedio de personas que suelen estar en el proceso en cualquier
momento determinado, cuántas personas se necesitan para las entrevistas, limitaciones de
tipo geográfico y económico, etc). También conviene que haya representantes de grupos
específicos de los que la diócesis espera atraer y reclutar líderes futuros.
Recursos:
Diócesis de Massachusetts: http://www.diomass.org, Commission on Ministry
Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org, Commission on Ministry
Diócesis de Nueva York: http://www.dioceseny.org, Commission on Ministry
Diócesis de Colorado: http://www.coloradodiocese.org, COM Overview
Documento: Toward a Theology of Ministry (Hacia una teología sobre el ministerio)
http://www.episcopalchurch.org/documents/towardtheologymin.pdf
Sec. 2. La Comisión asesorará y ayudará al obispo:
(a) En la puesta en práctica del Título III de estos cánones.
(b) En la determinación de las necesidades y oportunidades presentes
y futuras para el ministerio de todas las personas bautizadas.
(Véase el Canon 1: Del Ministerio de todas las Personas Bautizadas).
(c) En el diseño y la supervisión del proceso continuo de reclutamiento, discernimiento y
formación para el ministerio y de la buena disposición para el mismo.
Es responsabilidad de la Comisión para el Ministerio asesorar al obispo sobre el
desarrollo ministerial en la diócesis. Esto incluye los temas que se enumeran en la
Sección 2 de este canon.
1[1]
Libro de Oración Común, (New York: The Church Hymnal Corporation, 1989), p. 747.
Reclutamiento y discernimiento: La Comisión para el ministerio (COM) tiene a su cargo
ayudar a las congregaciones en el discernimiento de ministros laicos y ordenados. La
COM diseñará y supervisará el desarrollo y ejecución de procesos de discernimiento para
ministros licenciados y ordenados.
Formación: La COM tiene a su cargo el establecimiento de los procesos de formación
para las personas llamadas a los ministerios que requieren licencia u ordenación.
Evaluación: La COM asiste al obispo en la evaluación inicial y continua de la buena
disposición de las personas que se encuentran discerniendo un llamado a los ministerios
ordenados. Las evaluaciones pueden llevarse a cabo de varias maneras, incluyendo
actividades y entrevistas individuales o en grupo, retiros para el discernimiento,
revisando las evaluaciones remitidas por el seminario o por algún ministerio supervisado,
los resultados de los Exámenes Generales para la Ordenación (General Ordination
Examination), etc.
Recursos:
Diócesis de Michigan: http://www.edomi.org, Whitaker School of Ministry
Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org, Discernment Groups
Sec. 3. La Comisión podrá adoptar reglas para su desempeño, sujetas
a la aprobación del obispo, siempre y cuando sean coherentes con la
Constitución y los Cánones de esta Iglesia y de la Diócesis.
La COM debe establecer procesos intencionales para garantizar el desempeño adecuado,
ordenado y concienzudo de su trabajo. Es necesario prestar atención especial al
tratamiento legal, canónico, ético y hospitalario de todas las personas que interactúen con
la COM a todo nivel, y ser conscientes en particular de todo lo relacionado con la
inclusividad y las prácticas antidiscriminatorias apropiadas. Habrá reglas de orden o de
procedimiento que dicten la frecuencia de las reuniones, los requisitos de nombramiento
y elección de los miembros y otros requisitos (asistencia a las reuniones, por ejemplo),
prácticas para la toma de decisiones (por votación, consenso, etc.), fechas específicas y
calendario para los pasos fijos dentro de los procesos de discernimiento y ordenación,
fechas límite, documentación y requerimientos específicos para las personas que se
encuentran en el proceso. Son muchos los beneficios de establecer una estructura como
ésta, entre otros: aumentar el nivel de continuidad conforme van cambiando los
miembros de la COM, ofrecer un sistema de orientación para los nuevos miembros y para
los nuevos obispos y mantener un modelo de operación coherente a través de los años de
duración del proceso de ordenación de una persona.
Recursos:
Diócesis de Georgia: http://georgia.anglican.org, Licensed and Lay Ministry Standards
Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org, “Flowchart for Ordination to the
Priesthood”
Diócesis de Colorado: http://www.coloradodiocese.org, Ministry Support, COM
Ordination Process
Sec. 4. La Comisión podrá establecer comités constituidos por
miembros y otras personas para que informen a la Comisión o actúen
en su nombre.
La COM puede delegar parte de su trabajo a subcomités los cuales trabajarán bajo la
directiva de la COM y serán responsables ante ella. Algunos ejemplos son los comités de
discernimiento, ordenación y formación.
Recursos:
Diócesis del Sur de Ohio: http://www.episcopal-dso.org, Commission on Ministry SubCommittee
Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org, Commission on Ministry Sub-Committee
Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org, COM, Lay Ministry
Subcommittee Guidelines
Sec. 5. El Obispo y la Comisión deberán asegurar que los miembros
de ésta reciban educación y capacitación continuas para su trabajo.
Los miembros de la COM podrán recibir capacitación en las destrezas siguientes:
realización de entrevistas, cómo escuchar atentamente, cómo moderar reuniones, cómo
ser hospitalarios. Cualquier programa de capacitación que se requiera para el personal
diocesano o parroquial también se recomienda para los miembros de la COM (cursos
antirracismo y de prevención de conducta sexual inapropiada, por ejemplo).
Recursos:
Oficina para el Desarrollo Ministerial de la Iglesia Episcopal:
http://www.episcopalchurch.org/ministry.htm
Diócesis de Texas: http://www.epicenter.org/edot, “Iona Center,” Training the Baptized
for Leadership
CANON 3: Del Discernimiento
El discernimiento es un proceso que puede enseñarse en toda congregación. Aprender a
ponernos en las manos de Dios y a buscar la voluntad y dirección de Dios en nuestra vida
es una habilidad que requiere práctica y compromiso pero que nos recompensa con el
establecimiento de una relación más profunda con Dios. Nuestra vida como cristianos es
una vida de servicio, es una vida dirigida por Dios para ayudar a la reconciliación del
mundo con Dios. Cultivar una vida dirigida por Dios, haciendo la voluntad de Dios
significa que tenemos que poder escuchar a Dios cuando nos llama.
CANON 3: Del discernimiento
Sec. 1. El Obispo y la Comisión tomarán las medidas necesarias para
el fomento, la capacitación y los recursos necesarios para ayudar a cada
congregación en el desarrollo de un proceso continuo de discernimiento
de la comunidad que sea apropiado a los antecedentes culturales, edad y
experiencias de todas las personas que buscan orientación en su llamado
al ministerio.
El discernimiento es un proceso que dura toda la vida y que se concentra en la búsqueda
continua de la voluntad de Dios para nuestra vida. Dicha apertura al llamado de Dios nos
guía a muchas clases de ministerios, incluyendo el ministerio ordenado.
El discernimiento entraña aspectos tanto individuales como comunitarios. Puede empezar
en soledad; no obstante, como miembros de una comunidad cristiana, nos beneficiamos
de la sabiduría de la comunidad al escuchar la dirección que Dios nos da. Parte de nuestra
labor como cristianos es ayudar a escuchar a quienquiera que busque seguir la voluntad
de Dios en su vida.
Las comunidades cristianas deben capacitar a sus miembros para la labor de
discernimiento. A medida que un número creciente de personas vayan participando en los
equipos de discernimiento a nivel de la congregación se irá formando una cultura de
discernimiento, entendida como una actitud constante, la cual llegará a convertirse en un
proceso normal disponible a todos como parte de la vida de la congregación. La
capacitación inicial de equipos de discernimiento puede ofrecerse en respuesta a los
cánones que estipulan que las personas que buscan la ordenación empiecen con un
proceso de discernimiento en su propia congregación. El objetivo ulterior y más amplio
es lograr que el discernimiento se vuelva parte normal de la vida de cada persona. La
iglesia puede ayudar a realizar este objetivo dando capacitación en el proceso de
discernimiento para cumplir los cánones pero luego alentar a todas las personas a que
sigan cultivando esta destreza.
Obviamente, cada comunidad tendrá que desarrollar los procesos de discernimiento que
sean útiles a sus miembros. Los procesos pueden tener ciertos elementos básicos en
común, pero se darán variaciones dependiendo de las necesidades culturales de cada
persona y de cada comunidad.
Los recursos que aquí se incluyen ofrecen ejemplos que le ayudarán a cualquier diócesis
o congregación a iniciar el establecimiento de su propio proceso de discernimiento; sin
embargo, cada diócesis o congregación tendrá que personalizarlo para su contexto. En
general, las congregaciones deben recordar que el discernimiento lleva tiempo. No es
fuera de lo común que un comité de discernimiento se reúna durante ocho ó nueve
sesiones de dos horas cada una. Es importante tomarse el tiempo que se estime necesario.
Esto redunda en grandes beneficios tanto para la persona que está en discernimiento
como para todo el comité.
La COM de la diócesis debe ser capaz de evaluar los diversos procesos de discernimiento
que se desarrollan en las congregaciones. La perspectiva de la COM es un elemento
adicional del discernimiento de cualquier persona llamada al ministerio ordenado. La
COM puede ayudarle a la persona a definir más claramente el tipo de ministerio ordenado
y la vía hacia la ordenación. Los equipos de discernimiento a nivel congregacional
fortalecen no sólo a la congregación sino a cada miembro al ofrecer una comunidad que
estimule a los feligreses a explorar su llamado al ministerio, a profundizar su relación con
Dios y a profundizar su conocimiento y apoyo de la comunidad crisiana.
Recursos:
Diócesis de Atlanta: http://www.episcopalatlanta.org/commissions/ministry/process.html
Diócesis de Connecticut: http://www.ctdiocese.org/aboutus/discern.pdf
Diócesis del Este de Michigan: http://www.eastmich.org
Diócesis de Florida: http://www.diocesefl.org, Ordination process
Diócesis de Iowa: http://www.iowaepiscopal.org/ministries
Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org
Diócesis de Minnesota: http://www.episcopalmn.org/holyorders.htm
Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org/discernmenthandbook.pdf
Diócesis de Nueva Jersey: http://newjersey.anglican.org/Discernment
Diócesis de Nueva York: http://www.dioceseny.org, Programs, Ministry Development
Diócesis de Olympia: http://olympia.anglican.org/onlinedocuments, Utilice la sección del
Título III que aparece en el menú lateral
Diócesis de Rochester: http://www.rochesterepiscopaldiocese.org
Diócesis de Texas: http://www.epicenter.org/edot/, Discernment
Diócesis del Oeste de Missouri: http://www.diowestmo.org/bishop.php
“Listening Hearts” (Corazones que escuchan) por Suzanne Farnham:
http://www.listeninghearts.org
Pastoral Leadership Search Effort –PLSE (Esfuerzo para la búsqueda de líderes
pastorales): http://www.theplse.org
Sec. 2. El Obispo, en consulta con la Comisión, puede utilizar los centros de
ministerio en universidades y colegios y otras comunidades de fe como comunidades
adicionales para el discernimiento. En casos en que estas comunidades de
discernimiento estén ubicadas en otra jurisdicción, el obispo consultará con
el obispo donde esté ubicada dicha comunidad.
Muchas personas han discernido un llamado al ministerio ordenado mientras asistían a la
universidad. Con frecuencia, los jóvenes exploran cuestiones de filosofía y religión
mientras están en la universidad o luego de graduarse de la escuela preparatoria cuando
están lejos de su congregación local. La COM reconoce que el discernimiento ocurre en
lugares donde las personas se sienten en confianza y donde están rodeadas por una
comunidad de personas que tienen preguntas similares y están dispuestas a escuchar. Los
ministerios universitarios son una buena manera de alentar a los jóvenes a continuar
seriamente el proceso de discernimiento y abren la posibilidad para que otras personas
entren a formar parte del mismo.
Recursos:
Diócesis de Chicago: http://www.epischicago.org/diocese/offices
Diócesis de Minnesota: http://www.uec-mn.org/discernment
Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org/campus.htm
Diócesis de Nueva York: http://www.dioceseny.org, Programs
Diócesis de Texas: http://www.epicenter.org/edot, College Ministries
Pastoral Leadership Search Effort - PLSE (Esfuerzo para la búsqueda de líderes
pastorales): http://www.theplse.org
Sec. 3. El Obispo y la Comisión solicitarán de manera activa de todas
las congregaciones, colegios y otras organizaciones juveniles, de los centros
de ministerio universitario, de los seminarios y de otras comunidades de fe los
nombres de aquellas personas que por su entrega cristiana y por su
potencial para el liderazgo y su visión constituyan candidatos deseables para
cargos directivos de la Iglesia.
Para tomar esta sección seriamente, la COM deberá tomar ciertas medidas específicas.
Deberá determinar las cualidades de liderazgo que son deseables en una persona. Para
responder a la cultura en la que vive, la Iglesia debe buscar líderes que puedan dirigirla
en su trabajo en el mundo. La inmadurez no es de por sí una barrera para la ordenación.
Los grupos juveniles parroquiales, ministerios juveniles diocesanos, retiros de fin de
semana y otras ocasiones similares pueden ser oportunidades para ayudar a los jóvenes a
considerar su vocación y para animar a la iglesia a buscar personas que puedan ser líderes
en diversos entornos y comunidades.
Recursos:
La Red EYE
Douglas Fenton en la Sede de la Iglesia Episcopal ([email protected])
http://episcopalchurch.org, Ministries with Young People, Higher Education
Proyecto de Siervos Líderes (Servant Leadership Projects)
Colegios Episcopales (Episcopal Colleges)
Sec. 4. El Obispo, la Comisión y la comunidad de discernimiento
ayudarán a las personas que se encuentran en un proceso de discernimiento
para el ministerio a determinar las vías para la expresión y el apoyo de sus
ministerios, sean éstos laicos u ordenados.
Es importante que la COM, al capacitar los equipos de discernimiento a nivel de las
congregaciones, las inste a que busquen recursos apropiados para estimular, capacitar y
apoyar a una persona para cualquier ministerio que ésta llegue a discernir. El
discernimiento no es solamente para el ministerio ordenado, sino para el ministerio en el
mundo. Pedirle a cada miembro de un equipo de discernimiento que escriba su propia
autobiografía espiritual antes de empezar a trabajar en el discernimiento de una persona
constituye una profunda experiencia para quienes participan e invita a todos al
discernimiento.
Recursos
Diócesis de Minnesota: http://www.episcopalmn.org/layMinistry_Procedures.pdf
Diócesis de Missouri: http://www.esmmo.org/index.html
Diócesis de Texas: http://www.epicenter.org/edot, Discovery Series
CANON 4: De los Ministerio Autorizados
De acuerdo con el pacto bautismal, todos los cristianos son llamados a una vida piadosa,
con dedicación al culto, al servicio y al ministerio. Dentro de este contexto, algunas
personas tienen dones y capacidades especiales para guiar al pueblo de Dios y prepararlo
para su trabajo en el ministerio. Es preciso reconocer y formar a dichas personas para que
en el desempeño de su ministerio puedan ser testigos eficaces del Cristo resucitado entre
nosotros.
Los ministerios autorizados son ministerios reconocidos a nivel diocesano mediante una
licencia que afirma los dones especiales y la capacitación recibida y proporciona
normalización y responsabilidad cuando la iglesia se reúne en el culto. Estos ministerios
dan apoyo a otros ministerios. Vemos cómo en los albores de la iglesia, San Pablo no
tomaba decisiones importantes por sí solo; por ejemplo cuando se presentó el caso de
admitir o no a gentiles creyentes en el seno de la iglesia, Pablo presentó su caso ante los
ancianos de la iglesia y ante los apóstoles de Jerusalén (Hechos: 15). Por su gran
entendimiento de la iglesia fue capaz de corregir algunos de los excesos cometidos por la
congregación de Corintio (I Cor.: 14). 2[2] Es dentro de la comunidad como podemos
discernir el movimiento del Espíritu Santo. Las personas que ejercen posiciones de
liderazgo son parte de la comunidad y están sujetas a su dirección. Las personas
autorizadas actúan dentro de los parámetros del Libro de Oración Común y dentro de la
fe y la tradición de la Iglesia Episcopal.
Entre las características deseables en las personas que han de ejercer los ministerios
enumerados en este cánon se encuentran las sigiuente: el deseo de aprender y de crecer en
la fe y en el ejercicio de un ministerio particular; entrega y dedicación a los deberes y
responsabilidades que se les han asignado; el deseo de fortalecer su ministerio mediante
la educación continua y la evaluación periódica y la capacidad de trabajar con y para
otros. Las personas recomendadas para recibir una licencia deberán dedicar sus mejores
esfuerzos a modelar su vida de acuerdo con las enseñanzas de Cristo y ser ejemplos
intachables del pueblo de Dios. 3[3]
CANON 4: De los Ministerios Autorizados
Sec. 1.
(a) Un comulgante confirmado activo o, en circunstancias extraordinarias,
con sujeción a las directrices establecidas por el Obispo, un comulgante activo
podrá ser autorizado por la Autoridad Eclesiástica para servir como Líder Pastoral,
Líder del Culto, Predicador, Ministro Eucarístico, Visitante Eucarístico o Catequista.
Los requisitos y directrices para la selección, capacitación, educación continua y
utilización de tales personas y la duración de las licencias serán establecidos por el
Obispo en consulta con la Comisión para el Ministerio.
El obispo en consulta con la Comisión para el Ministerio podrá elaborar la lista de
requisitos y pautas para los ministerios autorizados. Los cánones no establecen requisitos
estándar. El término actual de las licencias es de uno a cinco años.
2[2]
Ministerios autorizados en la Diócesis de Dunedin, Nueva Zelanda (http://www.dn.anglican.org.nz) p.2.
Pautas para Ministerios Laicos Autorizados en la Diócesis de Florida Central
(http://centralflorida.anglican.org) p. 4.
3[3]
(b) El Obispo Presidente o el Obispo Sufragáneo para las Fuerzas Armadas puede
autorizar a un miembro de dichas Fuerzas para ejercer uno o más de estos ministerios en
las Fuerazas Armadas conforme a las disposiciones de este Canon. Los requisitos y las
directrices para la selección, capacitación, educación continua y utilización de dichas
personas serán establecidos por el Obispo que otorga la licencia.
Recurso:
Obispo sufragáneo para capellanías: http://www.ecusa-chaplain.org
Sec. 2.
(a) El Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la congregación u otra comunidad
de fe podrá solicitar a la Autoridad Eclesiástica que tenga jurisdicción que licencie a
personas dentro de tal congregación u otra comunidad de fe para que ejerza tales
ministerios. La licencia deberá emitirse por un período que se determinará según el
Canon III.4.1(a) y podrá ser renovada. La licencia puede ser revocada por la Autoridad
Eclesiástica mediante una petición o por medio de una nota dirigida al Clérigo o a otro
líder que ejerza la supervisión de la congregación u otra comunidad de fe.
Las razones para revocar una licencia incluyen, entre otras, abstenerse de realizar el
ministerio autorizado, predicar o enseñar conceptos contrarios a la doctrina establecida de
la Iglesia Episcopal y llevar una vida que cause escándalo dentro de la congregación.
(b) Al renovar la licencia, la Autoridad Eclesiástica deberá considerar el desempeño del
ministerio por parte de la persona licenciada, la educación continua en el área de la
licencia y el respaldo del Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la congregación
u otra comunidad de fe en la que la persona esté sirviendo.
(c) Una persona licenciada en cualquier Diócesis conforme a las disposiciones de este
Canon puede prestar servicios en otra congregación u otra comunidad de fe de la misma
Diócesis o de otra, solamente por invitación del Clérigo u otro líder que ejerza la
supervisión, y con el consentimiento de la Autoridad Eclesiástica en cuya jurisdicción
habrá de tener lugar la prestación del servicio en cuestión.
Sec. 3. Un Líder Pastoral es un laico autorizado para ejercer responsabilidades
pastorales o administrativas en una congregación en circunstancias especiales, según sean
definidas por el Obispo.
Cuando no se dispone de un sacerdote a largo plazo o de manera regular, o si se trata de
una congregación que hace ministerio en equipo, tal vez convenga licenciar a un Líder
Pastoral. Esta licencia se otorga normalmente en circunstancias muy limitadas.
Las materias que deben incluirse en el programa de educación para un líder pastoral son
entre otras:
 Las Sagradas Escrituras
 El Libro de Oración Común y el Himnario
 La conducción del culto
 Uso de la voz/oratoria
 Historia de la Iglesia
 La doctrina como se expresa en los credos y en el catecismo
 Administración parroquial
 Los cánones pertinentes
 Cuidado pastoral
Sec. 4. Un Líder del Culto es un laico que en forma regular dirige el culto público bajo
la dirección del Clérigo u otro líder que esté a cargo de la congregación u otra comunidad
de fe.
El culto forma parte integral de lo que hacemos como episcopales. Quienes hayan
recibido licencia como líderes del culto deberán haber recibido suficiente capacitación de
manera que los servicios que dirijan hagan honor al culto en lugar de desvirtuarlo. El
concepto clave en esta sección es “en forma regular.” Una persona que dirija el culto
ocasionalmente no precisa de una licencia.
Pautas educativas que utilizan algunas diócesis:
 Liturgia con énfasis en el Libro de Oración Común y el Himnario
o Conocimiento y facilidad para utilizar el Leccionario
o Conocimiento del Año Litúrgico y cómo se observa
o Ley sobre derechos de autor
o Rúbricas
 Manera de celebrar el culto
 Uso de la voz/oratoria
 Cánones relacionados con culto (Título II)
 Culto episcopal y lo que éste significa para la vida y obra de la iglesia.
Recursos:
Richard Giles, Creating Uncommon Worship (Liturgical Press, 2005)
Leonel Mitchell, Praying Shapes Believing (Morehouse Publishing, 1991)
Sec. 5. Un Predicador es un laico autorizado para predicar. Las personas autorizadas de
este modo podrán predicar en una congregación sólo bajo la dirección del Clérigo u otro
líder que ejerza la supervisión de la misma o de otra comunidad de fe.
El énfasis en esta sección radica en la invitación a predicar. La invitación deberá provenir
de quienes tengan autoridad para hacerla. Muchos equipos ministeriales designan a
algunas personas como predicadores y deben asegurarse de que reciban una licencia.
Algunas diócesis utilizan los siguientes temas educativos:
 Las Sagradas Escrituras y cómo se interpretan en la tradición episcopal
 Métodos de exégesis
 El Libro de Oración Común y el Himnario
 Conducción del culto
 Uso de la voz
 Historia de la Iglesia
 Ética cristiana y teología moral
 La doctrina según se expresa en los Credos y en el Catecismo
 Cuidado pastoral
 Homilética (el arte de predicar, con repaso y crítica de sermones excelentes)
o la capacidad de predicar ante públicos diferentes (niños, jóvenes, adultos,
ancianos) y de manera formal e informal
o relacionar la Escritura con el mundo contemporáneo
o uso efectivo de anécdotas, ilustraciones y humor
Sec. 6. Un Ministro Eucarístico es un laico autorizado para administrar los elementos
consagrados durante la celebración de la Sagrada Eucaristía. El Ministro Eucarístico procede
normalmente bajo la dirección de un Diácono, si lo hubiere, o de otro modo, bajo la dirección
del Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la congregación u otra comunidad de fe.
Los temas educativos para este ministerio son:
 Historia del ministerio eucarístico
 Teología eucarística
 Conocimiento de la liturgia eucarística
 Métodos de administración del sacramento
 Preparación personal
Sec. 7. Un Visitante Eucarístico es un laico autorizado para llevar los Elementos Consagrados de
manera oportuna después de la celebración de la Sagrada Eucaristía a los miembros de la
congregación que, por motivos de enfermedad o incapacidad no pudieron estar presentes en el
Oficio. Un Visitante Eucarístico deberá actuar normalmente bajo la dirección de un Diácono, si lo
hubiere, o de otro modo, bajo la dirección del Clérigo o de otro líder que supervise a la
congregación o a otra comunidad de fe.
Esta categoría estaba separada de la licencia de Ministro Eucarístico bajo el canon
anterior. Dado que los Visitantes Eucarístico estarán interactuando con los feligreses en
forma individual y muchas veces en privado, es necesario hacer énfasis en las pautas para
evitar situaciones de conducta sexual inapropiada y ofrecer educación en aspectos de
cuidado pastoral.
Los temas educativos para este ministerio son:
 Historia del Ministerio Eucarístico
 Teología eucarística, incluyendo el Sacramento Resevado
 Diversos métodos de recibir el sacramento
 Disposición reverente de los elementos
 Cuidado pastoral, incluyendo técnicas para escuchar adecuadamente,
confidencialidad y saber cómo y cuándo comunicar una necesidad pastoral
 Informe y registro de visitas
 Preparación personal
 Práctica del ministerio en diversos lugares: en casa, en instituciones de cuidado
intermedio o de la tercera edad, en hospitales y en la cárcel
 Capacitación para la prevención de conducta sexual inapropiada
Recursos
“Comunión en Circunstancias Especiales,” Libro de Oración Común, pp. 319-322
Diócesis de Florida Central: http://www.cfdiocese.org, Guidelines for Licensed Lay
Ministries in the Diocese of Central Florida
Sec. 8. Un Catequista es un laico autorizado para preparar a una persona para el
Bautismo, la Confirmación, la Recepción y la Ratificación de los votos bautismales y
deberá actuar bajo la dirección del Clérigo u otro líder que supervise la congregación u
otra comunidad de fe.
Los temas de educación para este ministerio son:
 Las Sagradas Escrituras (conocimiento del bosquejo histórico y el contenido del
Antiguo y Nuevo Testamentos)
 El Libro de Oración Común (especialmente el Catecismo y los Ritos de
Iniciación) y el Himnario
 Conocimiento de la política bautismal de la Iglesia Local
 Historia de la Iglesia: La Iglesia en la antigüedad, desarrollo de los credos,
desarrollo general de la teología cristiana
 La doctrina tal y como se presenta en los Credos y en el Catecismo
 Conocimiento general de los cánones, el gobierno, la estructura y los procesos
decisorios en la Iglesia Episcopal y la Comunidad Anglicana.
 Métodos de catequisis
Recursos:
Marion J. Hatchett, Commentary on the American Prayer Book, 1980.
“Commissioning Lay Ministries in the Church” The Book of Occasional Services, p. 179.
Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net, Diocesan Ministry, Shared
Ministry, Update on Licensed Ministry, Licensed Ministry Notebook (Diocese of
East Tennessee, 2005)
Diócesis de Georgia: http://www.georgia.anglican.org, “Licensed Lay Ministry Training”
Diocesis de Iowa: http://www.iowaepiscopal.org
Diócesis de Kansas: http://www.episcopal-ks.org
Diócesis de Louisiana: http://www.edola.org, Administration and Staff, Ministry Lay and
Ordained
Diocesis de Minnesota http://www.episcopalmn.org, Governance, Commission on
Ministry
Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Licensed Ministries in the
Diocese of Missouri (2005)
Diócesis de Montana: http://mtepiscopal.homestead.com, Home, Links, Ministries
Manual
Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org
Diócesis de Ohio: http://www.dohio.org
Diócesis de Dakota del Sur: http://www.diocesesd.org, What We Do, Ministry Handbook
Diócesis de Washington: http://www.edow.org, Governance, Licensing
CANON 5: De las Disposiciones Generales sobre la Ordenación
Dentro de la comunidad de los bautizados, algunos son llamados a reunir a la comunidad
en culto y oración, a dar cuidado pastoral y a simbolizar la presencia de Cristo entre
nosotros, en tanto que otros son llamados a un ministerio de servicio y a proclamar a los
fieles las necesidades del mundo y a alentarlos a proveer respuestas para tales
necesidades.
CANON 5: De las Disposiciones Generales sobre la Ordenación
Sec. 1 (a) La autoridad canónica asignada al Obispo Diocesano en virtud de este Título
podrá ser ejercida por un Obispo Coadjutor, cuando haya sido autorizado en virtud del
Canon III.19 y, a solicitud del Diocesano, podrá ser ejercida por un Obispo Sufragáneo, o
también por cualquier otro Obispo de una Iglesia que esté en plena comunión con esta
Iglesia y que haya sido ordenado en la sucesión histórica, a solicitud del Obispo del
ordenando.
(b) El Consejo Asesor de la Convocación de Iglesias Estadounidenses en Europa y la
junta nombrada por un Obispo que tenga jurisdicción en un Área de Misión de
conformidad con las disposiciones del Canon I.11.2(c), tendrán, para fines de éste y otros
cánones del Título III, los mismos poderes que el Comité Permanente de una Diócesis.
(c) En caso de producirse una vacante en el episcopado de una diócesis, la Autoridad
Eclesiástica podrá autorizar y solicitar al Presidente de la Cámara de los Obispos de la
Provincia que se encargue de la ordenación.
Sec. 2 (a) Ningún Nominado, Postulante o Candidato a la ordenación firmará ninguno de
los certificados requeridos por este Título.
(b) Los testimonios que deberá firmar el Comité Permanente de conformidad con este
Título deberán ser firmados por una mayoría de todo el Comité durante una reunión
debidamente convocada, excepto cuando los testimonios se suscriban por separado pero
en fácsímiles del documento, cada uno de los cuales se considerá un original.
Las copias individuales firmadas tomadas de un solo original se consideran “facsímiles”.
(c) Siempre que se requiera una carta de respaldo de una Junta Parroquial, dicha carta
deberá ir firmada y fechada por lo menos por dos tercios de todos los miembros de dicha
Junta, durante una reunión debidamente convocada, y por el Rector o Sacerdote
Encargado de la Parroquia y con la firma del Secretario(a) de la Junta como testigo. Si no
hubiese un Rector o Sacerdote Encargado, la carta deberá ir firmada por un Presbítero de
la Diócesis que conozca al nominado y a la parroquia, indicando el motivo de la
sustitución en la cláusula de atestación.
(d) Si la congregación u otra comunidad de discernimiento a la que pertenece el
nominado no es una parroquia, la carta de respaldo que exige el Canon III.6 ó el Canon
III.8 deberá ser firmada y fechada por el clérigo y por el consejo de la congregación u
otra comunidad de fe y atestada por el secretario(a) de la reunión en la cual se aprobó la
carta. De no haber un clérigo encargado, la carta será firmada y fechada por un presbítero
de la diócesis que conozca al nominado y a la congregación u otra comunidad de fe,
indicando el motivo de la sustitución en la cláusula de atestación.
(e) Si el solicitante es miembro de una Orden Religiosa o Comunidad Cristiana
reconocida por el Canon III.24, las cartas de respaldo a que se refieren los cánones III.5 ó
Canon III.6 y cualquier otro requisito que se impone a una congregación o clérigo podrá
ser cumplido por el Superior o persona a cargo, y por el Cabildo, u otro órgano
comparable de la Orden o Comunidad.
Sec. 3. Cualquier solicitud de dispensa permitida bajo este Título de cualquiera de los
requisitos para la ordenación deberá hacerse en primer lugar ante el Obispo y, de ser
aprobada, deberá remitirse al Comité Permanente para su consejo y consentimiento.
CANON 6: De la Ordenación de Diáconos
A comienzos de la historia de la Iglesia cristiana, surgieron tres modelos distintos de
liderazgo dentro de la comunidad bautismal: obispo, presbítero y diácono. El Libro de
Hechos de los Apóstoles describe la selección de los primeros diáconos que ayudaban a
los apóstoles en el ministerio de la comunidad eclesiástica primitiva. El diácono es un
símbolo del ministerio de Cristo en servicio a los demás 4[4] y, como tal, les recuerda a
todos los bautizados su llamado al servicio.
Según se consigna en el Libro de Oración Común, el diaconado se caracteriza por ser un
ministerio de servicio directamente bajo el obispo. Cada obispo interpreta la frase
“directamente bajo tu obispo” en forma diferente. La relación entre obispo y diácono
puede ser diferente en cada diócesis. El diácono habrá de servir a todas las personas,
“particularmente a los pobres, débiles, enfermos y solitarios.” El diácono “interpreta a la
Iglesia las necesidades, preocupaciones y esperanzas del mundo” y “ayuda al obispo y a
los presbíteros en el culto público y en la ministración de la Palabra de Dios y los
Sacramentos.” 5[5] Los diáconos le ayudan a la iglesia a enfocar sus inquietudes hacia
afuera, hacia las necesidades del mundo. El diaconado fue revivido en la Iglesia
Episcopal a medidados del siglo XX.
CANON 6: De la Ordenación de Diáconos
Sec. 1. Selección
El obispo, en consulta con la Comisión, establecerá los procedimientos para identificar y
seleccionar a personas con claras dotes y aptitudes para la ordenación al Diaconado.
Además de las peresonas que puedan sentirse llamadas por Dios para este ministerio, el
obispo y la Comisión trabajarán con las congregaciones y los ministerios especializados,
tales como los ministerios universitarios, para desarrollar programas y procedimientos
que ayuden a discernir e identificar a personas cuyo ministerio sea diaconal y a alentarlas
a considerar esta vocación. Se presume que cualquier persona que busque la nominación
habrá participado en un proceso de discernimiento. (Véase Canon III.3.1.)
Sec. 2. Nominación
Un adulto confirmado, activo y comulgante puede ser nominado para la ordenación al
diaconado por la congregación a la que pertenece o por otra comunidad de fe.
(a) La Nominación será presentada por escrito e incluirá una carta de respaldo de la
congregación del Nominado(a) o de otra comunidad de fe que se comprometa a
(1) aportar económicamente para su preparación y
(2) a participar en la preparación del Nominado(a) para su ordenación al Diaconado.
Si se trata de una congregación, la carta será firmada por dos tercios de la Junta
Parroquial u órgano similar y por un clérigo o líder supervisor.
Un nominado(a) es una persona que ha aceptado la nominación pero que aún no es
Postulante. Durante este período se hace la solicitud a la diócesis y se llevan a cabo más
pruebas y discernimiento. Es bueno informar a la Junta Parroquial acerca de los costos
de la educación y formación de un diácono: costo de la matrícula, transporte, libros y, en
algunos casos, vacaciones del trabajo. Se sugiere, por ejemplo, designar a un miembro de
4[4]
5[5]
James Barnett, The Diaconate: A Full and Equal Order (Seabury Press, 1985) pp. 141-142.
Libro de Oración Común, p. 445.
la junta parroquial o a un miembro del comité de discernimiento para que esté en
contacto periódico con el nominado, para asegurarse de que reciba el boletín de la
parroquia y el periódico diocesano así como otra información pertinente de ambas
entidades, para instar al nominado(a) a que escriba algún artículo periódicamente para
publicarlo en el boletín parroquial, para rezar por el nominado con nombre propio en la
liturgia semanal, alentar su participación en la liturgia e invitarlo a tomar parte en
iniciativas de servicio social. Cuando hay una vacante o cuando no hay un clérigo en la
parroquia, véase el Título III, Canon 5, Sec. 2(c).
(b) El Nominado(a), si está de acuerdo con la nominación, presentará su aceptación por
escrito y deberá proporcionarle al Obispo los datos siguientes:
(1) Nombre completo y fecha de nacimiento.
(2) Tiempo que lleva residiendo en la diócesis.
(3) Comprobantes de bautismo y confirmación.
(4) Si ha solicitado anteriormente admisión al postulantado o si ha sido nominado en
alguna diócesis.
(5) Una descripción del proceso de discernimiento por el cual se le ha identificado para
la ordenación al Diaconado.
(6) Nivel de educación alcanzado y, de ser el caso, los título obtenidos y las áreas de
especialización , así como copias de las calificaciones oficiales.
Se deberá incluir una fotocopia del libro de registros donde tuvo lugar el bautismo y la
confirmación o un certificado de bautismo y de confirmación o una declaración de alguna
persona que hubiera estado presente durante la(s) ceremonia(s).
Además de una descripción del proceso de discernimiento, algunas diócesis piden que el
comité de discernimiento haga una reflexión sobre el mismo.
La información sobre la educación previa es útil para diseñar un programa de preparación
adecuado para el diácono u ofrecer equivalencias de las clases en un programa de
formación diaconal ya establecido. El requisito de presentar calificaciones oficiales se
agregó en la revisión de 2006.
Sec. 3. Postulantado
Postulantado es el tiempo que transcurre entre la nominación y la candidatura y puede dar
inicio a la preparación formal para la ordenación. El Postulantado requiere la exploración
continua del llamado al Diaconado y de las decisiones al respecto.
Es importante que el nominado entienda que el discernimiento del llamado al Diaconado
continúa durante el Postulantado y la Candidatura. La comunidad de discernimiento
incluye ahora tanto a la diócesis como a la congregación. No hay plazo límite para el
Postulantado. La preparación formal para la ordenación puede comenzar durante el
Postulantado.
(a) Antes de admitir a un nominado(a) como Postulante, el Obispo deberá
(1) determinar si el Nominado(a) es un adulto comulgante, confirmado y activo en su
congregación y
(2) reunirse en persona con el Nominado(a)
El Título I, Canon 17, Sec. 3 define quién es un “adulto comulgante y activo”. Es útil
para el nominado(a) saber cuánto tiempo debe esperar para conseguir una cita con el
obispo y cómo hacerla de la mejor manera.
(b) Si el Obispo aprueba al Nominado(a) como Postulante, la Comisión o un comité de la
misma se reunirá con él o ella para estudiar la solicitud y preparar una evaluación de sus
cualificaciones para seguir un programa de estudio en preparación para la ordenación al
Diaconado. La Comisión presentará su evaluación y recomendaciones al Obispo.
Es útil que los miembros de la Comisión así como el nominado(a) tengan por lo menos
dos meses de plazo antes de la reunión. Si no es posible tener todas las evaluaciones listas
y enviadas al obispo y la Comisión dentro de ese plazo, se le dará al nominado una fecha
pendiente hasta que se le pueda enviar una invitación oficial. Si no se da la
recomendación al nominado(a) para que se reúna con la Comisión o si se pospone la
fecha de la reunión, dicha información debe compartirse con el nominado tan pronto
como esté disponible.
(c) Ningún Obispo considerará aceptar como Postulante a una persona que haya sido
rechazada como Candidata para la ordenación al Diaconado en cualquier otra Diócesis o,
quien, habiendo sido admitida, haya luego dejado de ser Candidata, hasta tanto no reciba
una carta del Obispo de la Diócesis donde se le negó admisión o donde la persona fue
Candidata, declarando la causa de rechazo o rescisión.
Este requisito puede ahorrarle a la diócesis tiempo de discernimiento y el costo de
exámenes y verificación de antecedentes de alguien que puede no ser idóneo para el
ministerio ordenado. También es útil saber la causa de rechazo o rescisión de alguien que
parece idóneo para el ministerio ordenado para poder determinar si ha habido crecimiento
y cambio suficientes en esa persona desde que su candidatura fuera rechazada o
rescindida.
(d) El Obispo puede admitir al Nominado(a) como Postulante para la ordenación al
Diaconado. El Obispo registrará el nombre del Postulante y la fecha de admisión en un
libro de registro que se mantiene para tal fin. El Obispo informará al Postulante, al
Clérigo o a otro líder que ejerza la supervisión de la congregación del Postulante o de otra
comunidad de fe, a la Comisión, al Comité Permanente y al director del programa de
preparación del Postulante sobre el acto de admisión y la fecha del mismo.
(e) Cada Postulante a ordenación al Diaconado se comunicará con el Obispo en persona
o por carta cuatro veces al año durante los Días de Témporas, donde hará una reflexión
sobre su desarrollo académico, diaconal, humano, espiritual y práctico.
Se supone que las cartas de Témporas son entre el obispo y el postulante. Se deberá
mantener una copia de dichas cartas en el expediente confidencial del postulante para
fines de referencia.
(f) Cualquier Postulante podrá ser depuesto del Postulantado a discreción exclusiva del
Obispo. El Obispo informará su decisión por escrito al Postulante y al Clérigo u otro líder
que ejerza la supervisión de la congregación del Postulante o de otra comunidad de fe, a
la Comisión, al Comité Permanente y al director del programa de preparación.
Sec. 4. Candidatura
La candidatura es un tiempo de educación y formación, en preparación para la ordenación
al Diaconado que se establece mediante un compromiso formal entre el Candidato, el
Obispo, la Comisión, el Comité Permanente y la congregación u otra comunidad de fe.
Se entiende que la candidatura habrá de ser una época dedicada a la educación y la
formación. La preparación comienza con el programa de educación aprobado por la
Comisión para el Ministerio cuando la persona fue admitida al postulantado. El programa
requiere el compromiso formal del candidato, el obispo, la COM, el Comité Permanente
y un representante de la congregación del candidato. La candidatura requiere una
solicitud por separado hecha ante el obispo y una nueva carta de respaldo recibida del
clérigo y la congregación. Además, la Comisión para el Ministerio deberá dar fe de la
formación continua del Postulante, y el Comité Permanente deberá entrevistarlo. Debe
anotarse aquí que la función del Comité Permanente ha cambiado un poco con respecto al
canon anterior. Por lo tanto, por aspectos prácticos, la candidatura podrá darse en algún
momento durante el proceso de educación y formación. No hay una duración límite
establecida para la Candidatura.
(a) Una persona que desee ser Candidata para la ordenación al Diaconado deberá
presentar una solicitud al Obispo. Dicha solicitud deberá incluir lo siguiente:
(1) la fecha de admisión al Postulantado y
(2) una carta de respaldo de la congregación u otra comunidad de fe del Postulante. Si es
una congregación, la carta deberá estar firmada y fechada por lo menos por dos tercios de
la Junta Parroquial u órgano homólogo y por el Clérigo u otro líder supervisor.
(b) Luego de que se cumplan estos requisitos y una vez que haya recibido una
declaración escrita de la Comisión donde se ateste que el Postulante ha continuado con su
formación y después de recibir la aprobación escrita del Comité Permanente que habrá
entrevistado al Postulante y que habrá tenido la oportunidad de revisar la documentación
que acompaña la solicitud de candidatura presentada por el mismo, el Obispo podrá
admitir al Postulante como Candidato(a) para la ordenación al Diaconado. El Obispo
asentará el nombre del Candidato(a) y la fecha de admisión en el Libro de registro que se
mantiene para tal fin. El Obispo informará el acto y fecha de admisión al Candidato(a), al
Clérigo u otro líder supervisor de la congregación u otra comunidad de fe del
Candidato(a), a la Comisión, al Comité Permanente y al Decano del serminario donde el
Candidato(a) estudia o al que se propone asistir, o al director del programa de
preparación.
(c) Un Candidato(a) deberá permanecer en relación canónica con la Diócesis en la que se
le otorgó la Candidatura hasta su ordenación al Diaconado bajo este Canon, excepto que,
por razones que sean aceptables al Obispo, el Candidato(a) podrá, si así lo solicita,
transferirse a otra Diócesis, siempre y cuando el Obispo de la Diócesis receptora esté
dispuesto a aceptarlo(a).
(d) Cualquier Candidato(a) podrá ser depuesto a discreción exclusiva del Obispo. El
Obispo informará su decisión por escrito al Candidato y al Clérigo u otro líder supervisor
de la congregación del Candidato u otra comunidad de fe, a la Comisión, al Comité
Permanente y al director del programa de preparación.
(e) Si un Obispo ha removido el nombre del Candidato(a) de la lista de Candidatos,
excepto por motivo de una transferencia, o si se ha rechazado la solicitud de ordenación
de un Candidato(a), ningún otro Obispo podrá ordenar a la persona sin que ésta haya sido
readmitida a la Candidatura durante un período de por lo menos 12 meses.
Sec. 5. Preparación para la Ordenación
El obispo y la COM diseñan el programa de formación con el postulante o candidato(a) y
supervisan el programa hasta que llegue a su final. La formación puede incluir la
asignación a una congregación por parte del obispo y un programa de educación que sea
apropiado a la cultura y antecedentes del postulante o candidato(a). Siempre que sea
posible, la formación y la educación deberán ocurrir dentro de una comunidad. Sin
embargo, no se espera que la educación tenga que llevarse a cabo en un seminario ni que
tenga que ser equivalente a una educación de seminario.
La clara intención de este canon es utilizar la práctica del ministerio diaconal como
núcleo de formación y educación. Además, los requisitos académicos formales buscan
mejorar el funcionamiento del diácono en la iglesia. El compromiso formal (Título
III.6.4) que esboza el programa de educación y formación deberá ser firmado por el
candidato(a), el obispo, la COM, el Comité Permanente y un representante de la
congregación del candidato(a).
Se evaluará el progreso en la formación y en la educación y se presentará un informe
sobre el mismo ante la COM. Puesto que no hay un plazo límite para la duración del
Postulantado o la Candidatura, cada diócesis podrá racionalizar y regularizar los tiempos
de evaluación, pero que sean por lo menos cada año.
(a) El Obispo y la Comisión trabajarán con el Postulante o Candidato(a) para desarrollar
y monitorear un programa de preparación para la ordenación al Diaconado de
conformidad con este Canon para asegurar que la persona reciba guía pastoral durante
todo el período de preparación.
(b) El Obispo podrá asignar al Postulante o Candidato(a) a cualquier congreagación de
la Diócesis u otra comunidad de fe luego de consultarlo con el clérigo un otro líder
encargado de la supervisión.
(c) La formación deberá tener en cuenta la cultura local y los antecedentes de cada
Postulante o Candidato(a), así como su edad, ocupación y ministerio.
(d) La educación y experiencia previas podrán considerarse como parte de la formación
necesaria para la ordenación.
(e) Siempre que sea posible, la formación para el Diaconado deberá tener lugar en la
comunidad que incluirá a otras personas en preparación para el Diaconado u otros en
preparación para el ministerio.
Un programa de formación diaconal a nivel diocesano puede facilitar la formación en
comunidad y asegurar la calidad y coherencia del proceso y de la educación.
(f) Antes de la ordenación, cada Candidato(a) deberá haber recibido preparación y
demostrar competencia básica en cinco áreas generales:
(1) Estudios académicos: las Sagradas Escrituras, teologia y la tradición de la Iglesia
(2) Diakonia y el diaconado
(3) Consciencia y comprensión del ser humano
(4) Desarrollo y disciplina espirituales
(5) Capacitación y experiencia prácticas
La competencia es determinada por cada diócesis. Sus programas de formación pueden
incluir una amplia gama de experiencias que pueden conducir a la competencia.
Recursos:
Véase la sección de Recursos al final del Comentario sobre el Canon 6.
(g) La preparación para la ordenación deberá incluir capacitación en
(1) prevención de conducta sexual inapropiada
(2) requisitos civiles para reportar casos de abuso y oportunidades pastorales para
responder a los mismos
(3) la Constitución y Cánones de la Iglesia Episcopal, especialmente el Título IV de los
mismos
(4) la enseñanza de la iglesia sobre el racismo
Recursos:
“Safeguarding God’s Children”
El asesor jurídico de la diócesis puede ayudar a encontrar la información específica. La
información referente a los estatutos estatales para reportar el abuso de menores puede
encontrarse haciendo una búsqueda sobre el tema en Internet.
El asesor jurídico diocesano puede ser la persona indicada para dar capacitación sobre la
Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal.
Capacitación antirracismo: Contacte al consultor(a) sobre antirracismo en la Sede de la
Iglesia Episcopal; los seminarios pueden ofrecer sugerencias, especialmente Church
Divinity School of the Pacific en Berkeley; la Iglesia Luterana (ELCA) tiene un proceso
de capacitación antirracismo.
(h) Cada Candidato(a) al Diaconado se comunicará con el Obispo en persona o por carta
cuatro veces al año durante los Días de Témporas para reflexionar sobre su desarrollo
académico, diaconal, humano, espiritual y práctaico.
(i) Durante el período de Candidatura se evaluará el progreso de cada candidato(a) de
vez en cuando, y se presentará un informe por escrito de dicha evaluación por parte de
quienes hayan sido autorizados por la Comisión para realizarlas. Al recibir la
certificación de parte de los encargados del programa de preparación indicando que el
Candidato(a) ha culminado su preparación con éxito y está listo(a) para la ordenación, se
preparará una evaluación final por escrito en tal sentido, según lo determine el Obispo en
consulta con la Comisión. Dicho informe habrá de incluir una recomendación de la
Comisión sobre la preparación y disposición del candidato(a) para la ordenación. Se
mantendrá un registro de todas las evaluaciones, valoraciones y de la recomendación, el
cual estará a disposición del Comité Permanente.
(j) Dentro de un plazo de 36 meses antes de la ordenación al diaconado, se deberán
cumplir los siguientes requisitos
(1) una verificación de antecedentes de conformidad con los criterios establecidos por el
Obispo y el Comité Permanente
(2) una evaluación médica y psicológica por parte de profesionales aprobados por el
Obispo, utilizando las formas preparadas para tal fin por el Church Pension Fund, y si se
desea o si fuere necesario, una referencia al psiquiatra
(k) Se conservarán de manera permanente en los archivos del Obispo los informes de
todas las investigaciones y exámenes los cuales pasarán a formar parte del expediente
diocesano permanente.
Algunos obispos y comisiones desean tener la información solicitada en los cánones
precedentes antes que un nominado sea admitido al postulantado. En tales casos, el
tiempo de preparación para la ordenación a menudo excederá el máximo de 36 meses de
vigencia acordado para dichos exámenes en cuyo caso habrá que actualizarlos. Una
verificación de antecedentes puede incluir una investigación de antecedentes penales, un
informe crediticio y una investigación del historial de conducción. Algunas diócesis
pueden indagar en lugares de empleo anteriores para determinar si ha habido casos de
conducta sexual imapropiada. Muchas diócesis hacen una verificación de antecedentes de
los últimos 10 años. Algunas diócesis disponen una visita de seguimiento para que el
psicólogo(a) pueda revisar sus hallazgos con el nominado(a). Algunas diócesis permiten
que el nominado(a) reciba una copia de la evaluación psicológica; otras no. Si la
información va a distribuirse a otras personas además del obispo, deberá prepararse una
lista de las personas que tendrán acceso a la evaluación psicológica. Dicha información es
confidencial y su uso deberá ocurrir únicamente con las salvaguardas apropiadas.
Recursos:
Las diócesis emplean diversos recursos para realizar la indagación de antecedentes.
Choice Point: http://www.choicepoint.com
Sec. 6. Ordenación al Diaconado
(a) Cualquier persona podrá ordenarse al diaconado:
(1) después de pasados por lo menos dieciocho (18) meses a partir del momento de la
aceptación escrita de la nominación por parte del Nominado(a) según lo disppuesto en
III.6.2(b), y
(2) luego de haber cumplido por lo menos 24 años de edad.
(b) El Obispo obtendrá por escrito y proveerá al Comité Permanente:
(1) una petición del Candidato(a) solicitando la ordenación al Diaconado bajo este
Canon
(2) una carta de respando de la congregación del Candidato(a) u otra comunidad de fe,
firmada y fechada por lo menos por dos terceras partes de la Junta Parroquial y el Clérigo
u otro líder supervisor
(3) evidencia escrita de admisión del Candidato(a) al Postulantado y a la Candidatura,
con las fechas de admisión correspondientes
(4) un certificado del seminario o de otro programa de preparación que indique el
desempeño académico del Candidato(a) en los temas requeridos por los Cánones y que
ofrezca una evaluación recomendando al Candidato(a) por sus otras cualificaciones para
la ordenación junto con una recomendación para la ordenación al Diaconado según las
disposiciones de este Canon
(5) un certificado de la Comisión dando una recomendación para la ordenación al
Diaconado según las disposiciones de este Canon
(c) Al recibir dichos certificados, el Comité Permanente, con el consentimiento de la
mayoría de los miembros, certificará que se han cumplido los requisitos canónicos para la
ordenación al Diaconado según lo dispuesto en este Canon, que no existe objeción
suficiente de orden médico, psicológico, moral o espiritual, y que recomienda la
ordenación. El Comité Permanente dará fe de dicha certificación mediante testimonio
dirigido al Obispo siguiendo la fórmula que se incluye a continuación y firmado por los
miembros del Comité Permanente que dan su consentimiento.
Al Reverendísimo __________, Obispo de __________ Nosotros, los miembros del
Comité Permanente de __________, luego de reunirnos debidamente en __________
__________, damos fe de que A.B., quien desea ser ordenado al Diaconado bajo el
Canon III.6 ha presentado ante nosotros los certificados según lo exigen los Cánones
los cuales indican que A.B. está preparado para la ordenación al Diaconado
conforme a lo dispuesto en el Canon III.6; y certificamos que se han cumplido todos
los requisitos para la ordenación al Diaconado bajo el Canon III.6 y que no
encontramos objeción suficiente en contra de la ordenación. Por consiguiente,
recomendamos a A.B. para la ordenación. En fe de lo cual, ponemos nuestra firma
este día _____ de _____, del año del Señor _____.
(Firmado)____________
(d) Una vez presentado el testimonio ante el Obispo, y si no hubiere objeción suficiente
de carácter médico, psicológico, moral o espiritual, el Obispo podrá ordenar al
Candidato(a) al Diaconado conforme a las disposiciones de este Canon; y en el momento
de la ordenación el Candidato(a) suscribirá públicamente y hará, en presencia del Obispo,
la declaración que requiere el Artículo VIII de la Constitución.
El único plazo fijo en el proceso hacia el diaconado es el que indica que una persona no
puede ser ordenada en menos de 18 meses a partir del momento de la nominación. Todos
los demás plazos son flexibles y son determinados por el programa de educación y
formación y otros requisitos diocesanos.
La COM deberá certificar que el candidato(a) ha concluido a satisfacción el programa de
educación y formación y deberá certificar si la persona está preparada para la ordenación.
El Comité Permanente deberá dar su consentimiento para la ordenación y certificar el
cumplimiento de todos los requisitos canónicos.
Recursos:
North American Association for the Diaconate (NAAD): http://www.diakonoi.org
Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net
Diócesis de Georgia: http://www.georgia.anglican.org, Deacon’s page
Diócesis de Los Angeles: http://www.ladiocese.org, Formation in Faith, Clergy
Formation
Diócesis de Louisiana: http://www.edola.org, Administration and Staff, Ministry, “Lay
and Ordained”
Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org, Committees and Commissions,
Commission on Ministry
Diócesis de Massachusetts: http://www.diomass.org, Governance and Administration,
Commission on Ministry, 2006 Ordination Discernment Handbook
Diócesis de Milwaukee: http://www.diomil.org, Resources, Commission on Ministry,
Ordination Process Manual
Diócesis de Minnesota: http://www.episcopalmn.org, Governance, Commission on
Ministry, Handbook for Holy Orders
Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Making Disciples, Commission
on Ministry, form for the ordination process
Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org, Ministry Resources
Diócesis de Nueva Jersey: http://www.newjersey.anglican.org, Considering a Vocation in
the Church
Diócesis del Norte de Michigan: http://www.upepiscopal.org, Ministry Development
Diócesis de Rochester: http://www.rochesterepiscopaldiocese.org, Resources, Vocational
Discernment Handbook
Diócesis del Sur de Ohio: http://www.episcopal-dso.org, Vocations, Handbook on
Ordination Process
Diócesis de la región norte de Carolina del Sur: http://www.edusc.org, Ministry, School
of Ministry
Diócesis de Utah: http://www.episcopal-ut.org, Handbook on Ministry
Comuníquese con los programas de formación de diáconos de las diócesis siguientes, los
cuales no aparecen actualmente en los sitios web diocesanos: Arkansas, Alabama,
California, Central Florida, Dallas, Kansas, Maryland, Mississippi, Northern California,
Olympia, Texas, Utah, Western North Carolina.
CANON 7: De la Vida y Obra de los Diáconos
La North American Association of the Diaconate (Asociación Norteamericana del
Diaconado - NAAD) fue instrumental en el desarrollo de este canon. Al reclamar su
papel en la vida de la iglesia, los diáconos, a nivel individual, a través de los Consejos de
Diáconos y a través de la organización de la NAAD, han podido definir más claramente
la vida y obra del diaconado como orden plena e igual en la Iglesia Episcopal.
Este canon dispone la base para entender cómo se vive el diaconado en las
congregaciones de una diócesis bajo la guía del obispo. Esta base proviene en parte de la
experiencia práctica de los diáconos y las diócesis que han trabajado juntos para forjar
este camino y del concepto teológico de que Dios nos ha llamado a todos al servicio y
que el Espíritu nos ha dado a algunos los dones y destrezas para el liderazgo diaconal.
Los diáconos guían a las congregaciones en su respuesta al llamado de Dios a la diakonia.
CANON 7: De la Vida y Obra de los Diáconos
Sec. 1. Los diáconos sirven directamente bajo la autoridad del Obispo y son responsables
ante el mismo o, en ausencia del Obispo, la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis.
Sec. 2. Los diáconos con domicilio canónico en una diócesis constituyen una Comunidad
de Diáconos que habrá de reunirse periódicamente. El Obispo podrá nombrar
Archidiácono a uno o más de dichos diáconos para que le ayuden en la formación,
colocación, supervisión y apoyo de los Diáconos o de quienes estén en preparación para
ser Diáconos y en el cumplimiento de este Canon.
Sec. 3. El Obispo podrá establecer un Consejo de Diáconos para supervisar, estudiar y
promover el Diaconado.
En el libro de Hechos, los Apóstoles esbozaron la estructura de la iglesia cuando se
dieron cuenta de que algunas personas tenían dotes de supervisores mientras otros eran
llamados a trabajar directamente con el pueblo. El obispo o autoridad eclesiástica retiene
la supervisión de las personas llamadas al servicio diaconal. Las secciones 1, 2 y 3 de este
canon sugieren una estructura organizacional para diáconos y diócesis que ha probado ser
útil para aclarar las líneas de autoridad para este ministerio ordenado. Todos los diáconos
forman la Comunidad de Diáconos la cual suele ser el grupo responsable de la formación.
El Consejo puede ser un subcomité de la COM o un órgano aparte. Los miembros pueden
ser laicos, sacerdotes u obispos. Este órgano puede ser el encargado de educar a la
diócesis acerca del diaconado.
Sec. 4. El Obispo, luego de consultar con el Diácono y el Clérigo u otro líder supervisor
puede asignar a un Diácono a una o más congregaciones, otras comunidades de fe o a un
ministerio no parroquial. Los diáconos asignados a una congregación u otra comunidad
de fe actúan bajo la autoridad del Clérigo u otro líder supervisor en todos los asuntos
relacionados con la congregación.
(a) Sujeto a la aprobación del Obispo, los Diáconos pueden elaborar una carta contrato
donde se estipulen las responsabilidades mutuas del ministerio y, de existir, dicha carta
estará sujeta a renegociación con la Junta Parroquial o Comité del Obispo luego de la
renuncia del Rector o Sacerdote Encargado.
(b) Los diáconos informarán anualmente al Obispo o a su designado sobre su vida y obra.
(c) Los diáconos pueden servir como administradores de congregaciones u otras
comunidades de fe, pero ningún diácono será puesto a cargo de una congregación u otra
comunidad de fe.
(d) Los diáconos pueden aceptar capellanías en cualquier hospital, institución carcelaria u
otra insitución.
(e) Los diáconos pueden participar en el gobierno interno de la Iglesia.
(f) Durante dos años luego de la ordenación, los Diáconos nuevos continuarán un proceso
de formación autorizado por el Obispo.
(g) El Obispo o quien éste designe, en consulta con la Comisión, asignará un Diácono
mentor a cada Diácono recién ordenado, siempre que haya uno disponible. El mentor se
reunirá periódicamente con el Diácono nuevo por lo menos durante un año para ofrecer
guía, información y un diálogo continuo sobre el ministerio diaconal.
Sec. 5. El Obispo y la Comisión requerirán y dispondrán la educación continua de los
Diáconos y mantendrán un registro de dicha educación.
Estas dos secciones ofrecen pautas específicas de autoridad y responsabilidad sobre el
trabajo de los diáconos asignados a una congregación. Se establece una relación de
acuerdo mutuo entre el obispo o autoridad eclesiástica, el diácono y la congregación
donde el diácono habrá de ejercer su ministerio. La sección 4(a) establece que si bien las
“Cartas Contrato” pueden ser opcionales, conviene tenerlas para ayudar a aclarar las
funciones y responsabilidades.
La sección 4(c) especifica que un diácono no puede estar a cargo de una congregación lo
cual evita la confusión sobre el papel del diácono en la congregación.
La sección 4(g) sugiere que se asigne un Diácono mentor a cada diácono recién
ordenado, siempre y cuando exista un mentor apropiado. La intención de esta sección es
que se deberán hacer todos los esfuerzos posibles para identificar a un mentor apropiado,
incluso si es necesario visitar una diócesis vecina. Es bueno para la diócesis tener un
esbozo de los temas a incluir durante el diálogo.
La sección 5 insiste que la educación continua es indispensable e intencional para los
diáconos de la iglesia.
Recursos
North American Association of the Diaconate:http://www.diakonoi.org
Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net, Clergy and Lay Professionals
Diócesis de Kentucky: http://www.episcopal.ky.org, Continuing Education Grant
Applications, Church Resources, Forms
Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Making Disciples, Commission
on Ministry, Cont Ed forms and resources
Sec. 6 (a) Un Diácono no podrá servir como tal por más de dos meses en ninguna
Diócesis a excepción de aquélla donde tiene su domicilio canónico, a menos que el
Obispo de la otra Diócesis le haya dado licencia al Diácono para servir en dicha Diócesis.
(b)
(1) Un Diácono que desee obtener su domicilio canónico en una Diócesis deberá solicitar
un testimonio de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde tiene su domicilio
canónico a fin de presentarlo ante la Diócesis donde desea domiciliarse, testimonio el
cual, de ser otorgado, se le entregará por la Autoridad Eclesiástica al solicitante enviando
un duplicado del mismo a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde se propone
transferirse. El testimonio se escribirá con la fórmula siguiente:
Por medio del presente certifico que A.B., quien me ha expresado su deseo de
transferir su domicilio a la Autoridad Eclesiástica de __________, es Diácono activo
de __________ y, según mi leal saber y entender, no ha sido sujeto con causa justa
de ningún informe en su contra por errores de religón ni por inmoralidad de vida,
en los últimos tres años.
(Fecha)_________ (Firmado) _______________
(2) Dicho testimonio lleva el nombre de Carta Dimisoria. Si la Autoridad Eclesiásitica
acepta la Carta Dimisoria, el domicilio canónico del Diácono, así transferido, datará a
partir de la fecha de aceptación de la misma de la cual se dará pronta notificación tanto al
solicitante como a la Autoridad Eclesiástica que la emitió.
(3) Una Carta Dimisoria que no se presente en el plazo de seis (6) meses a partir de su
entrega al solicitante quedará sin vigencia.
(4) Un registro de los pagos hechos al Church Pension Fund por o en nombre del Diácono
en cuestión acompañará a la Carta Dimisoria.
La sección 6 determina el proceso para transferir el domicilio canónico de una diócesis a
otra. El obispo, o la autoridad eclesiástica, supervisa la vida de la diócesis. Es
responsabilidad del obispo registrar oficialmente a cualquier diácono que sirva de manera
oficial en la diócesis. La forma de “Carta Dimisoria” que aparece en la Sec. 6(b)(i) debe
mantenerse en los archivos de las oficinas diocesanas.
Sec. 7. Al cumplir 72 años de edad, un Diácono renunciará a todo servicio activo en esta
Iglesia, y dicha renuncia será aceptada. El Obispo podrá asignar a un Diácono que haya
presentado su retiro obligatorio y con el consentimiento de éste, a cualquier
congregación, otra comunidad de fe u otro ministerio por un plazo que no exceda doce
(12) meses, el cual podrá ser renovado.
La sección 7 estipula que para todas las órdenes sagradas, la iglesia ha establecido los 72
años como edad de retiro obligatorio. Esta renuncia no significa jubilación total, ya que
un diácono podrá continuar en un cargo año tras año a discreción del obispo diocesano.
Este canon busca facilitar transiciones que pueden ser incómodas o injustas.
Sec. 8. Si cualquier Diácono de esta Iglesia, y sin sujeción a las disposiciones del Canon
IV.8, declarare por escrito al Obispo de la Diócesis en la cual el Diácono tiene su
domicilio canónico, su renunciamiento al Ministerio ordenado de esta Iglesia y su deseo
de retirarse del mismo, será deber del Obispo registrar la declaración y solicitud así
presentadas. El Obispo, habiéndose cerciorado de que la persona que así declara no está
sujeta a lo dispuesto en el Canon IV.8 sino que actúa de manera voluntaria y con causas,
manifiestas o conocidas, que no afectan el carácter moral del Diácono, llevará el asunto
ante los clérigos miembros del Comité Permanente y, con la asesoría y consentimiento de
la mayoría de los mismos, podrá dar por aceptado dicho renunciamiento y liberará al
Diácono de las obligaciones del oficio ministerial y le privará del derecho de ejercer los
dones y autoridad espirituales como Ministro de la Palabra y Sacramentos de Dios que se
le otorgaron con la Ordenación. El Obispo también declarará al pronunciar y registrar tal
decisión que fue por causas que no afectan el carácter moral de la persona y, presentará,
si así se desea, un certificado para tal fin a la persona así removida del ministerio
ordenado.
Sec. 9. Si el Diácono que hace la declaración de renunciamiento al ministerio ordenado
hubiese sido acusado de algún delito, o hubiese sido llevado a juicio por el mismo, la
Autoridad Eclesiástica a quien se le haya hecho dicha declaración no la considerará ni
tomará una decisión al respecto sino hasta después de que se haya desechado la acusación
o haya concluido el juicio y se haya juzgado que el Diácono no cometió ningún delito.
Sec. 10. En caso de que un Diácono renuncie al Ministerio ordenado según lo dispuesto
en este Canon, el Obispo pronunciará una declaración de remoción en presencia de dos ó
más miembros del clero, la cual quedará asentada en los registros oficiales de la Diócesis
en la cual tiene su domicilio canónico el Diácono así removido. El Obispo que pronuncia
la declaración de remoción, según lo dispone este Canon, notificará por escrito a todos
los miembros del clero, a todas las juntas parroquiales, al Secretario(a) de la Convención
y al Comité Permanente de la Diócesis en la que el Diácono tenía su domicilio canónico,
así como también a todos los Obispos de esta Iglesia, a la Autoridad Eclesiástica de cada
Diócesis de esta Iglesia, al Obispo(a) Presidente, al Registrador de Ordenaciones, al
Secretario(a) de la Cámara de los Obispos, al Secretario(a) de la Cámara de Diputados, al
fondo de pensiones Church Pension Fund y a la Junta de Colocaciones de la Iglesia.
Las secciones 8, 9 y 10 establecen el procedimiento en caso de que un diácono decida
renunciar al ministerio ordenado de la iglesia. Vale la pena anotar que el renunciamiento
requiere el consentimiento del Comité Permanente, lo cual provee un sistema de control
mutuo y limitación de poderes que permite una decisión justa e informada.
CANON 8: De la Ordenación de Presbíteros
Otra posición de liderazgo entre los bautizados es la de sacerdote o presbítero. El
sacerdote concentra su atención en la comunidad bautismal y se reúne con ella en el culto
y la oración. El sacerdote ha sido “llamado a trabajar como pastor, sacerdote y maestro y
junto al obispo a participar en los consejos de la iglesia.” 6[6] El sacerdote pronuncia la
absolución, bendice, bautiza y celebra la Eucaristía y también realiza otros ritos
sacramentales. 7[7] Como maestro, el sacerdote faculta a los bautizados para que ejerzan su
ministerio. Como pastor, el sacerdote da consuelo, apoyo y guía a quienes los necesitan.
Las revisiones canónicas de 2003 consolidaron la separación de cánones para
postulantado y candidatura y los incluyeron en los procesos separados para la ordenación
al diaconado y al presbiterado. Las revisiones de 2003 también pusieron más énfasis en el
proceso de discernimiento de la parroquia incluyendo un canon aparte sobre
discernimiento (Canon 3) y agregando la frase “participar en la preparación del nominado
a la ordenación al presbiterado” al certificado de la junta parroquial. La intención es
mantener a la persona que está en preparación para el sacerdocio en las oraciones y vida
activa de la congregación. Las revisiones de 2006 agregaron otra frase al certificado de la
junta parroquial: “comprometerse a contribuir económicamente a dicha preparación.”
Esta afirmación da reconocimiento al costo de la preparación aun cuando la persona lo
haga a nivel local y a la necesidad de que la congregacón ofrezca ayuda económica para
compensar parte del costo. Las revsiones de 2003 y 2006 han convertido a la Nominación
en una categoría aparte y utilizan el término nominado(a) para alguien que ha recibido el
respaldo de la junta parroquial pero que no ha sido admitido aún al Postulantado. La
intención de la revisión de 2006 fue hacer que los procesos de ordenación para diáconos
y sacerdotes fueran lo más similares posible. La mayoría de los cambios se dieron en el
proceso diaconal.
CANON 8: De la Ordenación de Presbíteros
Sec. 1. Selección
El obispo, en consulta con la Comisión, establecerá los procedimientos para identificar y
seleccionar a personas con claras dotes y aptitudes para la ordenación al Presbiterado.
Además de las personas que se sientan llamadas por Dios a este miniserio, el obispo y la
Comisión pueden colaborar con las congregaciones y ministerios especializados, tales
como los ministerios universitarios, para desarrollar programas y procedimientos
tendientes a identificar a personas que tengan dotes y aptitudes para el sacerdocio.
Sec. 2. Nominación
Un adulto confirmado, activo y comulgante puede ser nominado para la ordenación al
presbiterado por la congregación a la que pertenece o por otra comunidad de fe.
(a) La Nominación será presentada por escrito e incluirá una carta de respaldo de la
congregación del Nominado(a) o de otra comunidad de fe que se comprometa a
(1) aportar económicamente para su preparación y
(2) a participar en la preparación del Nominado(a) para su ordenación al Presbiterado.
Si se trata de una congregación, la carta será firmada por dos tercios de la Junta
Parroquial u órgano similar y por un clérigo o líder supervisor.
6[6]
7[7]
Libro de Oración Común, p. 433
Libro de Oración Común, p. 433
Es bueno informar a la Junta Parroquial acerca de los costos de la educación y formación
de un sacerdote. Para quienes van al seminario, están los costos de matrícula,
alojamiento, comida y libros los cuales son considerables. La cantidad de la deuda que
han contraído los seminaristas para cuando se gradúan es una inquietud creciente para la
iglesia. Para quienes se preparan a nivel local, los costos de matrícula, transporte, libros
y, en algunos casos, vacaciones del trabajo pueden ser bastante onerosos.
Una forma en que la congregación podría participar en el proceso de la persona es
designando a un miembro de la junta parroquial o a uno de los miembros del comité de
discernimiento para que esté en contacto periódico con el nominado(a), para asegurarse
de que reciba el boletín de la parroquia y el periódico diocesano así como otra
información pertinente de ambas entidades, para instar al nominado(a) a que escriba
algún artículo periódicamente para publicarlo en el boletín parroquial, para rezar por el
nominado(a) con nombre propio en la liturgia semanal y alentar su participación en la
liturgia. Si un nominado(a) está asistiendo a una institución educativa lejos de su ciudad o
estado, se sugiere que cuando un miembro de la parroquia viaje al lugar donde está el
seminarista le visite y le invite a cenar, de ser posible.
El clérigo o líder supervisor no cuenta como parte de las dos terceras partes de la junta
parroquial que se requieren para respaldar al nominado. Cuando hay una vacante o
cuando no hay un clérigo en la parroquia, véase el Título III, Canon 5, Sec. 2(c).
(b) El Nominado(a), si está de acuerdo con la nominación, presentará su aceptación por
escrito y deberá proporcionarle al Obispo los datos siguientes:
(1) Nombre completo y fecha de nacimiento.
(2) Tiempo que lleva residiendo en la diócesis.
(3) Comprobantes de bautismo y confirmación.
(4) Si ha solicitado anteriormente admisión al postulantado o si ha sido nominado en
alguna diócesis.
(5) Una descripción del proceso de discernimiento por el cual se le ha identificado para
la ordenación al Presbiterado.
(6) Nivel de educación alcanzado y, de ser el caso, los títulos obtenidos y las áreas de
especialización , así como copias de las calificaciones oficiales.
Se deberá incluir una fotocopia del libro de registros donde tuvo lugar el bautismo y la
confirmación o un certificado de bautismo y de confirmación o una declaración de alguna
persona que hubiera estado presente durante la(s) ceremonia(s).
Además de una descripción del proceso de discernimiento, algunas parroquias y diócesis
piden que el comité de discernimiento dé una recomendación.
La información sobre educación previa es útil para diseñar un programa de preparación
para el sacerdocio u ofrecer equivalencias de las clases en un programa local establecido
para la formación de presbíteros. Para quienes asisten al seminario, las calificaciones dan
una idea de la capacidad del nominado para manejar la educación de postgrado e indican
qué áreas pueden requerir trabajo adicional.
Sec. 3. Postulantado
Postulantado es el tiempo que transcurre entre la nominación y la candidatura y puede dar
inicio a la preparación formal para la ordenación. El Postulantado requiere la exploración
continua del llamado al Sacerdocio y de las decisiones al respecto.
Es importante que el nominado entienda que el discernimiento del llamado al
Presbiterado continúa durante el Postulantado. La comunidad de discernimiento incluye
ahora tanto a la diócesis como a la congregación. No hay plazo límite para el
postulantado. La revisión de 2006 otorgó permiso para iniciar la preparación formal para
la ordenación durante esta fase en lugar de dejar toda la preparación para la etapa de
candidatura.
(a) Antes de admitir a un nominado como Postulante, el Obispo deberá
(1) determinar si el Nominado(a) es un adulto comulgante, confirmado y activo en su
congregación,
(El término “adulto comulgante activo” se define en el Título I, Canon 17, Sec. 3).
(2) reunirse en persona con el Nominado(a) y
Es útil para el nominado(a) saber cuánto tiempo debe esperar para conseguir una cita con
el obispo y cómo hacerla mejor. Este requisito se agregó durante la revisión de 2006.
(3) consultar con el Nominado(a) sobre los recursos financieros que estarán disponibles
para apoyarle durante el período de preparación para la ordenación. Durante el
postulantado y luego la candidatura, el Obispo o alguien que éste designe revisará
periódicamente la situación económica y los planes financieros de la persona en proceso.
(b) Si el Obispo aprueba al Nominado(a) como Postulante, la Comisión o un comité de la
misma se reunirá con él o ella para estudiar la solicitud y preparar una evaluación de sus
cualificaciones para seguir un programa de estudio en preparación para la ordenación al
Presbiterado. La Comisión presentará su evaluación y recomendaciones al Obispo.
Es útil que los miembros de la Comisión así como el nominado(a) tengan por lo menos
dos meses de plazo antes de la reunión. Si no es posible tener todas las evaluaciones listas
y enviadas al obispo y la Comisión dentro de ese plazo, se le dará al nominado una fecha
pendiente hasta que se le pueda enviar una invitación oficial. Si no se da la
recomendación al nominado para que se reúna con la Comisión o si se pospone la fecha
de la reunión, dicha información deberá compartirse con el nominado(a) tan pronto como
esté disponible.
(c) Ningún Obispo considerará aceptar como Postulante a una persona que haya sido
rechazada como Candidata para la ordenación al Presbiterado en cualquier otra Diócesis
o, quien, habiendo sido admitida, haya luego dejado de ser Candidata, hasta tanto no
reciba una carta del Obispo de la Diócesis donde se le negó admisión o donde la persona
fue Candidata, declarando la causa de rechazo o de rescisión.
Este requisito puede ahorrarle a la diócesis tiempo de discernimiento y el costo de
exámenes y verificación de antecedentes de alguien que puede no ser idóneo para el
ministerio ordenado. También es útil saber la causa de rechazo o rescisión de alguien que
parece idóneo para el ministerio ordenado para poder determinar si ha habido crecimiento
y cambio suficientes en esa persona desde que su candidatura fuera rechazada o
rescindida.
(d) El Obispo puede admitir al Nominado(a) como Postulante para la ordenación al
Presbiterado. El Obispo registrará el nombre del Postulante y la fecha de admisión en un
libro de registro que se mantiene para tal fin. El Obispo informará del acto de admisión y
la fecha de la misma al Postulante, al Clérigo o a otro líder que ejerza la supervisión de la
congregación del Postulante o de otra comunidad de fe, a la Comisión, al Comité
Permanente y al Decano del seminario donde esté matriculado el Postulante o al que
piense ingresar o al director de su programa de preparación.
Se guardará una copia de dicha carta en el expediente del postulante.
(e) Cada Postulante al Presbiterado se comunicará con el Obispo en persona o por carta
cuatro veces al año,
Es útil para el postulante si el obispo o la Comisión para el Ministerio preparan una serie
de pautas para dichas cartas, incluyendo información sobre quién además del obispo
tendrá autorización para leerlas y tal vez enumerar algunas preguntas comunes que
surgen con frecuencia sobre las mismas. Las pautas indicarían también si la Comisión ha
de recibir una copia de cada Carta de Témporas o solamente una o dos al año; incluirían
permiso para eliminar cualquier información personal compartida con el obispo que el
postulante no desee compartir con la Comisión y permiso para enviar el documento por
vía electrónica (dentro de un correo electrónico o como anexo al mismo) o no al obispo o
a la Comisión. También se deberá incluir información de contacto adecuada (nombre,
dirección, dirección electrónica, etc.). Se deberá guardar una copia de la Carta de
Témporas en el expediente del postulante para fines de referencia, y especialmente para
dejar constancia y preservar cualquier comunicación electrónica.
(f) Cualquier Postulante podrá ser depuesto del Postulantado a discreción exclusiva del
Obispo. El Obispo informará su decisión por escrito al Postulante y al Clérigo u otro líder
que ejerza la supervisión de la congregación del Postulante o de otra comunidad de fe, a
la Comisión, al Comité Permanente y al director del programa de preparación.
Sec. 4. Candidatura
Se entiende que la candidatura es una época dedicada a la educación y la formación
aunque dicha preparación comienza, en la mayoría de los casos, durante el postulantado
(Véase el canon III.8.3). La candidatura requiere una solicitud por separado hecha ante el
obispo y una nueva carta de respaldo recibida del clérigo y de la junta parroquial. La
Comisión para el Ministerio deberá dar fe de la formación continua del postulante y, bajo
la revisión canónica de 2006, el Comité Permanente deberá entrevistar al postulante y
aprobar la solicitud por escrito. Debe anotarse aquí que la función del Comité Permanente
ha cambiado un poco con respecto a los cánones anteriores. No hay una duración límite
establecida para la Candidatura.
La candidatura es un tiempo de educación y formación, en preparación para la ordenación
al Presbiterado que se establece mediante un compromiso formal entre el Candidato, el
Obispo, la Comisión, el Comité Permanente y la congregación u otra comunidad de fe.
(a) Una persona que desee ser Candidata para la ordenación al Presbiterado deberá
presentar una solicitud al Obispo. Dicha solicitud deberá incluir lo siguiente:
(1) la fecha de admisión al Postulantado y
(2) una carta de respaldo de la congregación u otra comunidad de fe del Postulante. Si se
trata de una congregación, la carta deberá estar firmada y fechada por lo menos por dos
tercios de la Junta Parroquial u órgano homólogo y por el Clérigo u otro líder supervisor.
(b) Luego de que se cumplan estos requisitos y una vez que haya recibido una
declaración escrita de la Comisión donde se ateste que el Postulante ha continuado con su
formación y después de recibir la aprobación escrita del Comité Permanente que habrá
entrevistado al Postulante y que habrá tenido la oportunidad de revisar la documentación
que acompaña la solicitud de candidatura presentada por el mismo, el Obispo podrá
admitir al Postulante como Candidato(a) para la ordenación al Presbiterado. El Obispo
asentará el nombre del Candidato(a) y la fecha de admisión en el Libro de registro que se
mantiene para tal fin. El Obispo informará el acto y fecha de admisión al Candidato(a), al
Clérigo u otro líder supervisor de la congregación u otra comunidad de fe del Candidato,
a la Comisión, al Comité Permanente y al Decano del serminario donde el Candidato
estudia o al que se propone asistir, o al director del programa de preparación del
Candidato.
Se deberá incluir también una copia de la carta en el expediente del candidato(a).
(c) Un Candidato(a) deberá permanecer en relación canónica con la Diócesis en la que se
le otorgó la Candidatura hasta su ordenación al Diaconado bajo este Canon, excepto que,
por razones que sean aceptables al Obispo, el Candidato(a) podrá, si así lo solicita,
trasnferirse a otra Diócesis, siempre y cuando el Obispo de la Diócesis receptora esté
dispuesto a aceptarlo(a).
(d) Cualquier Candidato(a) podrá ser depuesto a discreción exclusiva del Obispo. El
Obispo informará su decisión por escrito al Candidato(a) y al Clérigo u otro líder
supervisor de la congregación del Candidato u otra comunidad de fe, a la Comisión, al
Comité Permanente y al Decano del seminario donde esté estudiando el Candidato(a) o al
director del programa de preparación.
(e) Si un Obispo ha removido el nombre del Candidato(a) de la lista de Candidatos,
excepto por motivo de una transferencia, o si se ha rechazado la solicitud de ordenación
de un Candidato(a), ningún otro Obispo podrá ordenar a la persona sin que ésta haya sido
readmitida a la Candidatura durante un período de por lo menos 12 meses.
Sec. 5. Preparación para la Ordenación
El obispo y la COM determinarán el curso de preparación en consulta con el postulante o
candidato(a). En la mayoría de los casos, la educación se llevará a cabo en un seminario
acreditado. Sin embargo, las diócesis están en libertad de diseñar sus propios programas
de preparación. Si el postulante no ha recibido previamente un grado universitario, la
COM diseñará un programa para prepararle para su educación teológica. Siempre que sea
posible, la preparación tendrá lugar en comunidad.
Además de las siete áreas de estudio que se enumeran en el canon, la preparación habrá
de incluir capacitación en prevención de abuso infantil y seguridad en la iglesia,
capacitación en la constitución y los canones, especialmente el Título IV y capacitación
antirracismo. Los postulantes y candidatos habrán de escribir cartas de témporas al
obispo. El seminario u otro programa de preparación habrá de proveer informes
periódicos sobre el progreso del postulante o candidato(a) por lo menos una vez al año.
Para fines del período de candidatura, la persona deberá someterse a una investigación de
antecedentes y a evaluaciones médicas y psicológicas.
(a) El Obispo y la Comisión trabajarán con el Postulante o Candidato(a) para desarrollar
y monitorear un programa de preparación para la ordenación al Presbiterado de
conformidad con este Canon y para asegurarse de que la persona reciba guía pastoral
durante todo el período de preparación.
(b) Si el Postulante o Candidato(a) no ha obtenido previamente un grado universitario, la
Comisión, el Obispo y el Postulante o Cantidato(a) diseñarán un programa que incluya el
contenido académico necesario para preparar a la persona para poder iniciar un programa
de educación teológica.
(c) La formación deberá tener en cuenta la cultura local y los antecedentes de cada
Postulante o Candidato(a), así como su edad, ocupación y ministerio.
(d) La educación y experiencia previas podrán considerarse como parte de la formación
necesaria para el Sacerdocio.
(e) Siempre que sea posible, la formación para el Presbiterado deberá tener lugar en la
comunidad que ha de incluir a otras personas en preparación para el Presbiterado o a
otros en preparación para el ministerio.
(f) La preparación incluirá educación teológica, experiencia práctica, desarrollo
emocional y formación espiritual.
(g) Las áreas de estudio durante el programa de preparación incluirán las siguientes:
(1) Sagradas Escrituras
(2) Historia de la Iglesia, incluyendo el movimiento ecuménico
(3) Teología cristiana, incluyendo teología misionera y misiología.
(4) Ética cristiana y teología moral
(5) Estudios sobre la sociedad contemporánea, incluyendo la experiencia histórica y
contemporánea de los grupos raciales y minoritarios y destrezas para el ministerio
transcultural, las cuales pueden incluir la capacidad de comunicarse en una lengua
moderna diferente a la lengua materna.
La revisión de 2006 agregó lo referente a hablar un segundo idioma y dio una explicación más
detallada sobre la sociedad contemporánea.
(6) Liturgia y Música de la Iglesia; Culto Cristiano y Música de acuerdo con el contenido
y uso del Libro de Oración Común y el Himnario y de otros textos complementarios
autorizados.
La revisión de 2003 expandió esta sección sobre liturgia para incluir la música, el
himnario y los textos suplementarios autorizados.
(7) Teoría y práctica del ministerio, incluyendo liderazgo y los ministerios de
evangelismo y mayordomía.
La revisión de 2006 agregó el texto sobre liderazgo, evangelismo y mayordomía.
(h) La preparación para la ordenación habrá de incluir capacitación en
(1) prevención de conducta sexual inapropiada
En la actualidad, esta capacitación incluye dos componentes: adultos y niños. La
capacitación para prevención de conducta sexual inapropiada con niños se llama,
“Safeguarding God’s Children” y la ofrece la organización Church Pension Group. El
componente para adultos está en revisión actualmente por el mismo grupo y se ofrecerá al
público en 2008.
(2) requisitos civiles para reportar casos de abuso y oportunidades pastorales para
responder a los mismos.
El asesor jurídico de la diócesis puede ayudar a encontrar la información específica; una
búsqueda por Internet es otra manera de encontrar los estatutos estatales que disponen la
manera de reportar casos de abuso.
(3) la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, en particular el Título IV de los
mismos.
El asesor jurídico de la diócesis puede ser un buen recurso para dar esta capacitación.
(4) la enseñanza de la Iglesia sobre el racismo.
La Oficina de Asuntos Étnicos de la Sede de la Iglesia Episcopal en Nueva York es un
buen recurso para encontrar información e instructores que dicten cursos sobre el tema.
(i) Todo Postulante o Candidato al Presbiterado se comunicará con el Obispo en persona
o por carta, cuatro veces al año durante los Días de Témporas, para reflexionar sobre su
experiencia académica y su desarrollo personal y espiritual.
(j) El seminario u otro programa de formación llevará un control y presentará informes
sobre el desempeño académico y las cualificaciones personales del Postulante o
Candidato(a). Estos informes se presentarán a solicitud del Obispo y de la Comisión, por
lo menos una vez al año.
Los seminarios suelen ofrecer una evaluación completa a comienzos de la primavera
durante el segundo año académico del postulante/candidato. Las otras dos evaluaciones
son bastante generales a menos que el seminarista no esté progresando tan bien como
debiera. La evaluación de último año incluye una recomendación del cuerpo docente para
ordenar.
Si la diócesis elige utilizar el Examen General para la Ordenación, la Junta de Capellanes
Examinadores envía los formularios a cada diócesis en el otoño. Los exámenes tienen
lugar durante la primera semana de enero y los resultados suelen llegar al candidato y al
obispo a fines de febrero o comienzos de marzo.
(k) Dentro de los 36 meses previos a la ordenación al Diaconado, bajo este Canon, se
deberá cumplir con los siguientes pasos
Algunos obispos y comisiones desean tener esta información antes de que el nominado
sea admitido como postulante. En tales casos, con frecuencia el tiempo de preparación
para la ordenación excederá el plazo de 36 meses de vigencia de dichos documentos los
cuales tendrán que ser actualizados.
(1) una verificación de antecedentes, de acuerdo con los criterios establecidos por el
Obispo y el Comité Permanente.
La verificación de antecedentes incluye, en general, una investigación de antecedentes
penales, así como un informe crediticio y el historial de conducción. Otros elementos de
la indagación incluyen la investigación de antecedentes de conducta sexual inapropiada
en lugares de empleo anteriores. Muchas diócesis hacen una investigación que se remonta
10 años.
(2) una evaluación médica y psicológica por parte de profesionales aprobados por el
Obispo, utilizando formularios preparados para tal fin por el Church Pension Fund y, si se
desea o si fuere necesario, una remisión al psiquiatra.
Las evaluaciones psicológicas suelen incluir una entrevista y la administración de
exámenes tales como el MMPI. Algunas diócesis disponen una visita de seguimiento para
que el psicólogo(a) pueda repasar sus hallazgos con el nominado(a). Algunas diócesis
permiten que el nominado(a) reciba una copia de la evaluación psicológica; otras no. Si la
información va a distribuirse, deberá prepararse una autorización que nombre a las
personas que tendrán acceso a la evaluación psicológica.
(l) Se conservarán de manera permanente en los archivos del Obispo los informes de
todas las investigaciones y exámenes los cuales pasarán a formar parte del expediente
diocesano permanente.
Sec. 6: Ordenación al Diaconado para quienes han sido llamados al Presbiterado
Los candidatos deberán ser ordenados al diaconado antes de poder ser ordenados al
sacerdocio. El período del diaconado no será inferior a seis (6) meses.
(a) Un candidato debe ser ordenado Diácono antes de ser ordenado Presbítero.
(b) Para ser ordenada al Diaconado en virtud de este canon, una persona debe haber
cumplido los 24 años de edad.
(c) El Obispo requerirá por escrito y proporcionará al Comité Permanente:
(1) una petición del Candidato solicitando ser ordenado Diácono de conformidad con
este Canon.
(2) una carta de respaldo de la congregación u otra comunidad de fe, firmada y fechada
por al menos dos tercios de la Junta Parroquial y el Clérigo u otro líder supervisor.
(3) comprobante escrito de admisión del Candidato al Postulantado y a la Candidatura,
indicando las fechas de admisión.
Esta carta ya no tiene que venir del obispo como se requería en los cánones del año 2000.
Si el obispo ha designado a alguien para facilitar el proceso de ordenación, esa persona
podría ofrecer dicho comprobante escrito.
(4) un certificado del seminario o de otro programa de preparación, que muestre los
registros académicos del Candidato en las materias requeridas por los Cánones donde se
incluya una evaluación y una recomendación de las cualificaciones personales del
Candidato para ser ordenado y una recomendación específica para la ordenación al
Diaconado conforme este Canon.
(5) un certificado de la Comisión donde se recomiende la ordenación al Diaconado en
virtud de este Canon.
(d) Al recibo de dichas certificaciones, el Comité Permanente, con el consentimiento de
la mayoría de sus miembros, certificará que se han cumplido los requisitos canónicos
para la ordenación al Diaconado conforme a este Canon y que no existen objeciones
suficientes por motivos médicos, psicológicos, morales o espirituales y, por tanto,
recomiendan la ordenación por medio de un testimonio dirigido al Obispo según la
fórmula que se especifica a continuación la cual irá firmada por los miembros del Comité
Permanente que han dado su consentimiento.
Al Rvdmo. _________,Obispo de _________: Nosotros, el Comité Permanente de
_________, habiéndonos reunido debidamente en _________, damos fe de que A.B.
quien desea ser ordenado al Diaconado y al Presbiterado en virtud del Canon III.8
nos ha presentado los certificados conforme a lo requerido por los Cánones que
indican la preparación de A.B. para la ordenación al Diaconado en virtud del Canon
III.8; y certificamos que se han cumplido todos los requisitos Canónicos para la
ordenación al Diaconado y que no encontramos objeciones a la ordenación. Por lo
tanto, recomendamos a A.B. para la ordenación. En fe de lo cual, ponemos nuestra
firma este día _________ del mes de _________, del año de nuestro Señor ________.
(Firma) ______________________
(e) Una vez que se haya presentado el testimonio al Obispo y no habiendo objeciones por
motivos médicos, psicológicos, morales o espirituales, el Obispo podrá ordenar al
Candidato al Diaconado, y al momento de la ordenación el Candidato deberá firmar
públicamente y hacer, en presencia del Obispo, la declaración que se dispone en el
Artículo VIII de la Constitución.
Sec. 7. Ordenación al Presbiterado
(a) Una persona puede ser ordenada al Sacerdocio:
(1) después de por lo menos seis meses de la ordenación como Diácono en virtud de este
Canon y dieciocho meses a partir del momento de la aceptación escrita de la nominación
por parte de la Persona Nominada como se dispone en el canon III. 8.2(b), y
(2) no antes de haber cumplido 24 años de edad y
(3) si el examen médico y psicológico y la indagación de antecedentes han tenido lugar o
se han actualizado dentro de los 36 meses previos a la ordenación como Presbítero.
(b) El Obispo requerirá por escrito y proporcionará al Comité Permanente lo siguiente:
(1) una petición del Diácono solicitando la ordenación como Presbítero, que incluya las
fechas de su admisión al Postulantado y a la Candidatura y de la ordenación como
Diácono de conformidad con este Canon,
(2) una carta de respaldo de la congregación del Diácono u otra comunidad de fe, firmada
y fechada por al menos dos tercios de la Junta Parroquial y por el Clérigo u
otro líder supervisor,
(3) un comprobante de admisión al Postulantado y a la Candidatura que incluya las fechas
de admisión y ordenación al Diaconado,
(4) un certificado del seminario o de otro programa de preparación el cual se presentará a
la culminación del programa de preparación e incluirá el registro académico del Diácono
en las materias requeridas por los Cánones así como una evaluación con una
recomendación de las otras cualificaciones personales del Diácono para la ordenación
junto con una recomendación respecto de la ordenación al Presbiterado y
(5) una declaración emitida por la Comisión que ateste la conclusión satisfactoria del
programa de formación diseñado durante el Postulantado de conformidad con el
Canon III.8.5 y la competencia en las áreas obligatorias de estudio y que recomiende al
Diácono para la ordenación al Presbiterado.
(c) Al recibo de las certificaciones, el Comité Permanente, con el consentimiento de la
mayoría de sus miembros, certificará que se han cumplido los requisitos Canónicos para
la ordenación al Presbiterado y que no hay objeciones por motivos médicos, psicológicos,
morales, o espirituales y que recomienda la ordenación, por medio de un testimonio
dirigido al Obispo siguiento la fórmula que se especifica a continuación y firmada por los
miembros del Comité Permanente que dan su consentimiento.
Al Reverendísimo _________, Obispo de _________: Nosotros, el Comité
Permanente de _________, habiéndonos reunido debidamente en _________, damos
fe de que A.B. quien desea ser ordenado(a) al Presbiterado nos ha presentado los
certificados conforme a lo requerido por los Cánones que indican la preparación de
A.B. para la ordenación al Presbiterado y certificamos que se han cumplido todos
los requisitos Canónicos para la ordenación al Presbiterado y que no encontramos
objeciones para la ordenación. Por lo tanto, recomendamos a A.B. para la
ordenación. En testimonio de lo cual, ponemos nuestra firma este día _________ del
mes de _________, del año de nuestro Señor ________.
(Firma) ______________________
(d) Una vez que se haya presentado la carta de recomendación al Obispo y no habiendo
objeciones por motivos médicos, psicológicos, morales o espirituales, el Obispo podrá
ordenar al Diácono al Presbiterado; y al momento de la ordenación el Diácono deberá
firmar públicamente y, en presencia del Obispo, hacer la declaración que se dispone en el
Artículo VIII de la Constitución.
(e) A ningún Diácono se le ordenará Presbítero antes de haber sido nombrado para servir
en algún Curato Parroquial dentro de la jurisdicción de esta Iglesia o como Misionero
sujeto a la Autoridad Eclesiástica de una Diócesis o como funcionario de alguna
Sociedad Misionera reconocida por la Convención General o como Capellán de las
Fuerzas Armadas de Estados Unidos o como Capellán de algún hospital u otra institución
asistencial reconocidos o como Capellán o instructor de alguna escuela, universidad u
otro seminario o sin tener alguna otra oportunidad para el ejercicio del oficio de
Presbítero dentro de la Iglesia que el Obispo juzgue apropiada.
(f) Una persona ordenada para el Diaconado de conformidad con el Canon III.6 que sea
llamada luego al Presbiterado deberá cumplir con los requisitos del Postulantado y la
Candidatura que se disponen en este Canon. Una vez que estos requisitos se cumplan, el
Diácono puede ser ordenado Presbítero.
Este requisito es adicional a los cánones del 2000 donde el postulantado y la candidatura
eran cánones separados y podían aplicarse tanto al diaconado como al presbiterado.
RECURSOS
Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net
Diócesis de Los Angeles: http://www.ladiocese.org, Formation in Faith, Clergy Formation
Diócesis de Massachusetts: http://www.diomass.org, Governance and Administration,
Commission on Ministry, 2006 Ordination Discernment Handbook
Diócesis de Michigan: contactar al Canon para el Desarrollo Ministerial en la oficina diocesana
Diócesis de Milwaukee: http://www.diomil.org, Resources, Commission on Ministry, Ordination
Process
Diócesis de Minnesota: http://www.episcopalmn.org, Governance, Commission on Ministry,
Handbook for Holy Orders
Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Making Disciples, Commission on
Ministry, Discernment Handbook
Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org, Ministry Resources
Diócesis del Norte de Michigan: http://www.upepiscopal.org, Ministry Development
Diócesis de Rochester: http://www.rochesterepiscopaldiocese.org, Vocational Discernment
Handbook
Diócesis del Sur de Ohio: http://www.episcopal-dso.org, Vocations, Handbook on Ordination
Process
Diócesis del norte de Carolina del Sur: http://www.edusc.org, Ministry, School of Ministry
Diócesis de Utah: http://www.episcopal-ut.org, Handbook on Ministry
CANON 9: Vida y Obra de los Presbíteros
Este canon sienta las bases para el trabajo de los sacerdotes en la iglesia.
CANON 9: De la Vida y Obra de los Presbíteros
Sec. 1. El Obispo y la Comisión requerirán y ofrecerán educación continua a los
Presbíteros y llevarán un registro de dicha educación.
Es importante anotar que la primera sección de este canon sobre la vida y obras de los
presbíteros aclara que se habrá de requerir y ofrecer educación continua para todos los
sacerdotes de la diócesis.
Recursos:
Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net, Clergy and Lay Professionals
Diócesis de Kentucky: http://www.episcopalky.org, Church Resources, Forms
Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Making Disciples, Commission on
Ministry, Continuing Education
Las siguientes diócesis tienen programas de Educación Continua que no aparecen en sus sitios
web diocesanos: Hawai, Norte de Michigan, Olympia, Sur de Ohio y Wyoming
Sec. 2. Asignación de Mentores para Presbíteros recién ordenados
El Obispo asignará a cada Presbítero recién ordenado, ya sea que esté o no empleado, un
Presbítero mentor en consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el nuevo
Presbítero se reunirán periódicamente por espacio mínimo de un año con el fin de ofrecer
orientación, información y un diálogo continuo acerca del ministerio sacerdotal.
La COM y el obispo deberán cerciorarse de que haya una buena compatibilidad entre el
sacerdote y su mentor. Los obispos y las COM deberán tener en cuenta las cualidades del
mentor para asegurarse de que esta relación vulnerable fomente una oportunidad de
aprendizaje. En muchas diócesis, se utiliza un proceso en grupo para este fin (como por
ejemplo el programa “Fresh Start”). Se considera que esta relación o programa ha de
durar un año como mínimo.
Recursos:
Programa para nuevos presbíteros “Fresh Start”
Sec. 3. Nombramientos de un Presbítero
(a) Rectores
(1) Cuando una Parroquia se encuentre sin Rector, los Guardianes u otros funcionarios
notificarán por escrito y a la brevedad posible a la Autoridad Eclesiástica. Si han pasado
30 días sin que la Parroquia pueda ofrecer servicios de culto público, la Autoridad
Eclesiástica tomará las medidas necesarias para prestarlos.
(2) Ninguna Parroquia podrá elegir a un Rector antes que los nombres de los nominados
propuestos hayan sido enviados a la Autoridad Eclesiástica y sin que se otorgue un plazo,
no mayor de sesenta (60) días, a la Autoridad Eclesiástica para que se comunique con la
Junta Parroquial ni antes de que dicha comunicación se considere en una reunión
debidamente convocada y efectuada para tal propósito.
(3) Se deberá enviar una notificación por escrito a la Autoridad Eclesiástica, firmada por
los Guardianes, informándole acerca de la elección de un Rector. Si la Autoridad
Eclesiástica está conforme con que la persona así elegida es un Presbítero debidamente
calificado y que ha aceptado el oficio para el que se la eligió, se notificará al Secretario(a)
de la Convención quien procederá a asentar el registro correspondiente. La raza, el color,
el origen étnico, el sexo, la nacionalidad, el estado civil, la orientación sexual, las
discapacidades o la edad, excepto si se especifica lo contrario en estos Cánones, no
habrán de incidir en la determinación por parte de la Autoridad Eclesiástica sobre si dicha
persona es o no un Presbítero debidamente calificado. El registro de la notificación
constituirá prueba suficiente de la relación entre el Presbítero y la Parroquia.
(4) El Rector puede firmar una carta contrato con la Parroquia donde se establezcan las
responsabilidad mutuas, siempre y cuando el Obispo otorgue su aprobación.
(b) Presbíteros Encargados
Luego de consultar con la Junta Parroquial, el Obispo podrá nombrar a un Presbítero para
que funja como Encargado de cualquier congregación que no tenga Rector. En dichas
congregaciones, el Presbítero Encargado cumplirá con las funciones de Rector que se
describen en el Canon III. 9.5, con sujeción a la autoridad del Obispo.
(c) Asistentes
Un Presbítero que sirva en una Parroquia como asistente, independientemente del título
con que se le designe, será seleccionado por el Rector y, cuando los cánones de la
Diócesis así lo dispongan, estará sujeto a la aprobación de la Junta Parroquial, y servirá
bajo la autoridad y dirección del Rector. Antes de la selección de un asistente, se
informará el nombre del Presbítero propuesto al Obispo y se dispondrá un plazo no
mayor de sesenta días para que el Obispo se comunique con el Rector y la Junta
Parroquial respecto de la selección propuesta. En el evento de que el Rector renuncie o
fallezca o en caso de que haya disolución de la relación pastoral entre el Rector y la Junta
Parroquial, un asistente podrá continuar al servicio de la Parroquia si así se lo pide la
Junta Parroquial bajo las condiciones que el Obispo y la Junta Parroquial determinen. Un
asistente puede seguir sirviendo a petición del nuevo Rector. Los asistentes pueden firmar
una carta contrato con el Rector y la Junta Parroquial donde se establezcan las
responsabilidades mutuas y que contenga una cláusula de disolución claramente
dispuesta, con sujeción a la aprobación del Obispo.
(d) Capellanes
(1) La Oficina del Obispo Sufragáneo para las Fuerzas Armadas puede darle respaldo
eclesiástico a un Presbítero para que sirva como Capellán de las Fuerzas Armadas de los
Estados Unidos de América o de la Administración de Veteranos o de cualquier
institución correccional federal, sujeto a la aprobación de la Autoridad Eclesiástica de la
Diócesis en la cual el Presbítero tiene su domicilio canónico.
(2) Cualquier Presbítero que preste servicio activo en las Fuerzas Armadas conservará su
domicilio canónico y estará bajo la supervisión eclesiástica del Obispo de la Diócesis
donde tiene su domicilio, aun cuando su trabajo como capellán esté bajo la supervisión
general de la Oficina del Obispo Sufragáneo para las Fuerzas Armadas o cualquier otro
Obispo que el Obispo(a) Presidente designe para tal fin.
(3) Todo Presbítero que preste servicios en una instalación militar o en una instalación
de la Administración de Veteranos o en una institución correccional federal, no estará
sujeto a los Cánones III.9.3.(e)(1) ó III.9.4.(a). Cuando un Capellán sirva en un lugar que
no sea una instalación militar o una instalación de la Administración de Veteranos o una
institución correccional federal, estará sujeto a dichas secciones.
(e) Empleo de Presbíteros en otros lugares
(1) Cualquier Presbítero que haya dejado un cargo en esta Iglesia sin haber recibido una
convocatoria para un nuevo puesto eclesiástico y que desee continuar ejerciendo el oficio
de Presbítero habrá de notificar a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde tiene su
domicilio canónico e indicará al Obispo que existen oportunidades razonables para
ejercer el oficio de Presbítero y que se aprovecharán tales oportunidades. Una vez que se
haya determinado que la persona tendrá y aprovechará las oportunidades para ejercer el
oficio de Presbítero, el Obispo, con la asesoría y el consentimiento del Comité
Permanente, podrá aprobar el ejercicio continuo del oficio con la condición de que el
Presbítero presente un informe anual escrito, de la manera prescrita por el Obispo,
conforme se dispone en el Canon I.6.2.
(2) (i) Un Presbítero que no esté en desempeño de un cargo parroquial y que se traslade a
otra jurisdicción deberá informarle al Obispo de aquella jurisdicción en el plazo de
sesenta días después del traslado.
(ii) El Presbítero:
(a) Podrá oficiar o predicar en aquella jurisdicción sólo de conformidad con los términos
del Canon III.9.5.(a).
(b) Notificará tal traslado, por escrito y dentro de sesenta (60) días, a la Autoridad
Eclesiástica de la Diócesis donde tiene su domicilio canónico.
(c) Enviará una copia del informe requerido por el Canon I.6.2 a la Autoridad Eclesiástica
a cuya jurisdicción se ha trasladado.
(iii) Al recibir la notificación del traslado requerida por el Canon III.9.3.(e)(2)(b)(ii), la
Autoridad Eclesiástica, a su vez, notificará por escrito a la Autoridad Eclesiástica a la que
se ha trasladado la persona.
(3) Si el Presbítero no cumple con las disposiciones de este Canon, el Obispo de la
Diócesis en la cual el Presbítero tiene su domicilio canónico, podrá proceder de
conformidad con el Canon IV.11.
La sección sobre “Nombramientos de un Presbítero” explica las cinco categorías de
nombramientos posibles para un sacerdote. Los cánones diocesanos pueden incluir
requisitos adicionales para los nombramientos. Los presbíteros que se nombren como
asistentes de algún tipo pueden firmar una carta contrato que especifique sus
responsabilidades y compensaciones.
La sección 3(a)(2) pone de manifiesto la importancia para los presbíteros de tener un
perfil actualizado (en los últimos dos años) en la base de datos de la Oficina de
Colocación de Clérigos (Clergy Deployment Office) en la Sede de la Iglesia Episcopal.
Recursos:
Cartas Contrato
Fresh Start: http://www.episcopalfreshstart.org, Living into Our Ministries
Sitio Web para capellanes: http://www.ecusa-chaplain.org, AHE, Association of Health
Care Chaplains
Diócesis de Delaware: http://www.dioceseofdelaware.net, Active Clergy Guide for Part
Time Clergy
Sec. 4. Carta Dimisoria
(a) Un Presbítero que desee obtener su domicilio canónico en una Diócesis deberá
solicitar un testimonio de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde tiene su actual
domicilio canónico a fin de presentarlo ante la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis
donde desea domiciliarse, testimonio el cual le será entregado al solicitante por la
Autoridad Eclesiástica pudiendo enviar un duplicado del mismo a la Autoridad
Eclesiástica de la Diócesis donde se propone transferirse el presbítero en cuestión. El
testimonio irá acompañado por un registro de los pagos hechos al Church Pension Fund
por o a nombre del Presbítero y podrá incluir un expediente con los cursos de
capacitación, educación continua y ejercicio de los ministerios. El testimonio se escribirá
con la fórmula siguiente:
Por medio del presente certifico que A.B., quien me ha expresado su deseo de
transferir su domicilio a la Autoridad Eclesiástica de __________, es Presbítero
activo en __________ y, según mi leal saber y entender, no ha sido sujeto con causa
justa de ningún informe en su contra por errores de religón ni por inmoralidad de
vida, en los últimos tres años.
(Fecha)_________ (Firmado) _______________
(b) Dicho testimonio lleva el nombre de Carta Dimisoria. Si la Autoridad Eclesiásitica
acepta la Carta Dimisoria, el domicilio canónico del Presbítero, así transferido, datará a
partir de la fecha de aceptación de la misma de la cual se dará pronta notificación tanto al
solicitante como a la Autoridad Eclesiástica que la emitió.
(c) Una Carta Dimisoria que no se presente en el plazo de seis (6) meses a partir de su
entrega al solicitante quedará sin vigencia.
(d) Si un Presbítero ha sido convocado a un Curato en una congregación de otra Diócesis,
deberá presentar una Carta Dimisoria. Será deber de la Autoridad Eclesiástica de la
Diócesis aceptarla en un plazo de tres meses, a menos que el Obispo o el Comité
Permanente haya recibido información confiable con respecto al carácter o conducta del
Presbítero en cuestión, que constituya fundamento suficiente para proceder con una
indagación y una denuncia de tipo canónico. En tal caso, la Autoridad Eclesiástica
notificará al respecto a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual el Presbítero
tiene su domicilio canónico y no tendrá que aceptar la Carta Dimisoria a menos que el
Presbítero haya sido exculpado de toda acusación. La Autoridad Eclesiástica no se
rehusará a aceptar la Carta Dimisoria por motivos de raza, color, origen étnico, sexo,
nacionalidad, estado civil, orientación sexual, discapacidades o edad de la persona.
(e) Ningún Presbítero será puesto a cargo de una congregación de la Diócesis a la cual se
ha trasladado sin antes haber obtenido de la Autoridad Eclesiástica de dicha Diócesis una
certificación en los siguientes términos:
Certifico, por medio de la presente, que A.B. ha sido trasladado canónicamente a mi
jurisdicción y que es un Presbítero activo.
(Fecha) __________ (Firma) _______________
(f) Ninguna persona a quien se le haya negado la ordenación o la recepción como
Candidato(a) en una Diócesis, y que luego haya sido ordenada en otra Diócesis, será
transferida a la Diócesis en la cual tuvo lugar tal denegación, sin el consentimiento de su
Autoridad Eclesiástica.
Sec. 5. Rectores y Presbíteros Encargados y sus Deberes
(a)
(1) La autoridad y la responsabilidad de la dirección del culto y la jurisdicción espiritual
de la parroquia están investidas completamente en el Rector o Presbítero Encargado,
sujeto a las rúbricas del Libro de Oración Común, a la Constitución y Cánones de la
Iglesia y a la dirección pastoral del Obispo.
(2) Para efectos del cargo y para el pleno y libre ejercicio de todas las funciones
inherentes al mismo, el Rector o Presbítero Encargado tendrá derecho, en todo momento,
al uso y control de la Iglesia y de los edificios parroquiales junto con todos sus muebles y
enseres y tendrá acceso a todos los libros y registros mantenidos por o en nombre de la
congregación.
(b)
(1) Será deber del Rector o Presbítero Encargado asegurarse de que todas las personas a
su cargo reciban instrucción en las Sagradas Escrituras, en las materias contenidas en el
Bosquejo de la Fe, comúnmente llamado Catecismo, en la doctrina, disciplina y culto de
esta Iglesia y en el ejercicio de su ministerio como personas bautizadas.
(2) Será deber de los Rectores o Presbíteros Encargados asegurarse de que todas las
personas bajo su cuidado reciban instrucción sobre la mayordomía cristiana, incluyendo:
(i) reverencia por la creación y por el correcto uso de los dones de Dios;
(ii) la generosa y consecuente ofrenda de tiempo, talento y dinero para la misión y el
ministerio de la Iglesia dentro y fuera del país;
(iii) la norma bíblica del diezmo para la mayordomía financiera y
(iv) la responsabilidad de todas las personas de hacer un testamento tal como se dispone
en el Libro de Oración Común.
(3) Será deber de los Rectores o Presbíteros Encargados asegurarse de preparar a las
personas para el Bautismo. Antes de bautizar a infantes, los Rectores o Presbíteros
Encargados prepararán e instruirán a los padres y a los padrinos en lo relativo al
significado del Sagrado Bautismo, las obligaciones de padres y padrinos en la formación
cristiana del niño bautizado y cómo habrán de cumplirlas adecuadamente.
(4) Será deber de los Rectores o Presbíteros Encargados motivar y preparar a las personas
para la Confirmación, la Recepción y la Reafirmación de los Votos Bautismales y
presentar sus nombres al Obispo.
(5) Al ser notificado de la intención del Obispo de visitar una congregación, el Rector o
Presbítero Encargado anunciará el hecho a la congregación. En cada visita será deber del
Rector o del Presbítero Encargado y de los Guardianes, la Junta Parroquial u otros
funcionarios, presentar al Obispo el registro parroquial e informarle acerca del estado
espiritual y temporal de la congregación, en aquellas categorías que el Obispo haya
solicitado por escrito previamente.
(6) Las Limosnas y Ofrendas, no designadas específicamente para otro fin, recolectadas
durante la Administración de la Sagrada Comunión un domingo de cada mes calendario y
otras ofrendas para los pobres se entregarán en depósito al Rector o Presbítero Encargado
o a un funcionario de la Iglesia que éste haya designado para ser dedicadas a los usos
piadosos y caritativos que el Rector o Presbítero Encargado estime convenientes. Cuando
una Parroquia se encuentre sin Rector o sin Presbítero Encargado, la Junta Parroquial
nombrará a un miembro de la Parroquia para desempeñar esa función.
(7) Cada vez que la Cámara de los Obispos emita una Carta Pastoral, será deber del
Rector o Presbítero Encargado leerla a la congregación en una ocasión del culto público
en un Día del Señor, o hacer copias de la misma para distribuirlas entre los miembros de
la congregación a más tardar treinta días después de haberla recibido.
(8) Cada vez que la Cámara de los Obispos adopte un Documento de Opinión y requiera
comunicar el contenido del mismo a la feligresía de la Iglesia, el Rector o Presbítero
Encargado habrá de informar acerca de su contenido según se dispone en la sección
anterior de este Canon.
(c)
(1) Será deber del Rector o Presbítero Encargado asentar en el Registro Parroquial todos
los Bautismos, Confirmaciones (incluso los equivalentes canónicos del Canon I.17.1(d)),
Matrimonios y Entierros.
(2) El registro de cada Bautismo será firmado por el Clérigo que oficie.
(3) El Rector o Presbítero Encargado inscribirá en el Registro Parroquial a todas las
personas que hayan recibido el Santo Bautismo, a todos los comulgantes, a todas las
personas que hayan recibido la Confirmación (incluidos los equivalentes canónicos que
se mencionan en el Canon I.17.1(d)), a todas las personas fallecidas y a todas las que han
sido aceptadas o removidas por medio de una carta de transferencia. El Rector o
Presbítero Encargado habrá de escribir también en el Registro Parroquial los nombres de
(1) aquellas personas cuyo domicilio no sea conocido, (2) aquéllas cuyo domicilio sea
conocido pero que estén inactivas y (3) aquellas familias y personas que se encuentren
activas dentro de la congregación. El Registro Parroquial deberá permanecer en la
congregación en todo momento.
Este canon constituye una descripción del cargo de rector y rector encargado. Cada
diócesis puede incluir resposabilidades y expectativas adicionales. Esta sección es útil
para el desarrollo de equipos ministeriales y para sacerdotes recién ordenados.
La Sección 5(a) de este canon supone que todo rector y sacerdote encargado entiende y
está dispuesto a cumplir las enseñanzas del Libro de Oración Común, la constitución y
los cánones de esta iglesia y la dirección pastoral del obispo diocesano.
La Sección 5(b) trata de ciertas responsabilidades para sacerdotes en congregaciones.
El canon supone la existencia de una confianza implícita en que el rector o presbítero
encargado se conducirá de conformidad con los cánones y honrará el uso de todas las
edificaciones y registros de la iglesia.
Recursos:
Fresh Start
Sec. 6. Licencias
(a) Ningún Presbítero predicará, administrará los sacramentos ni oficiará en ningún culto
público, dentro de los límites de ninguna Diócesis que no fuere aquella en que tiene su
domicilio canónico sin una licencia de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual
el Presbítero desee oficiar. A ningún Presbítero se le denegará una licencia debido a su
raza, color, origen étnico, sexo, nacionalidad, estado civil, orientación sexual,
discapacidades o edad, excepto si se dispone lo contrario en estos cánones. El Presbítero
deberá dejar de oficiar de inmediato cuando se venza la licencia o cuando le sea retirada.
(b) Ningún Presbítero oficiará en una congregación, ya sea predicando, leyendo
oraciones en culto público o realizando alguna otra función similar sin el consentimiento
del Rector o del Presbítero Encargado de la misma, excepto en los casos siguientes:
(1) Cuando el Rector o el Presbítero Encargado esté ausente o impedido y si no existiesen
disposiciones para ofrecer dichos oficios en la congregación u otra comunidad de fe, un
Guardián podrá dar su consentimiento.
(2) Si existen dos o más congregaciones o Iglesias en un Curato, como se contempla en el
Canon I.13.3(b), el consentimiento puede ser otorgado por la mayoría de los Presbíteros
Encargados de las mismas o por el Obispo; siempre y cuando ningún aspecto de esta
sección impida que algún clérigo de esta Iglesia oficie con el consentimiento del Rector o
del Presbítero Encargado en la iglesia o lugar de culto público utilizado por la
congregación del Rector o Presbítero Encargado que da su consentimiento o en privado
para miembros de la congregación; o en ausencia del Rector o Presbítero Encargado, con
el consentimiento de los Guardianes o Síndicos de la congregación y siempre y cuando
también se obtenga, de ser necesario, la licencia de la Autoridad Eclesiástica según lo
dispuesto en el Canon III.9.5(a).
(3) Este Canon no se aplicará a ninguna iglesia, capilla u oratorio que sea parte de los
terrenos de una institución corporativa creada por autoridad legislativa, siempre que tal
lugar de culto haya sido designado y dedicado para uso de esa institución y no como
lugar de culto público o parroquial.
(c) Ningún Rector o Presbítero Encargado de cualquier congregación de esta Iglesia, o si
no lo hubiere, ningún Guardián o miembro de la Junta Parroquial o Síndico de ninguna
congregación habrá de permitir que persona alguna oficie en la congregación sin pruebas
suficientes de que tal persona está debidamente autorizada y ordenada y que es miembro
activo de esta Iglesia; no obstante, nada de lo dispuesto en estos cánones impedirá que:
(1) La Convención General, por Canon o de otra manera, autorice a personas para que
oficien en congregaciones de conformidad con los términos que estime conveniente; o
(2) El Obispo de cualquier Diócesis otorgue permiso
(i) A un Clérigo de esta Iglesia de invitar a un Clérigo de otra Iglesia para ayudar en
oficios del Libro de Oración Común como el Santo Matrimonio o el Rito de Entierro o en
la lectura de la Oración Matutina o Vespertina, del modo que lo específica el Canon
III.9.5 ó
(ii) A un Presbítero de cualquier otra Iglesia de predicar el Evangelio o, en un servicio
ecuménico, de ayudar en la administración de los sacramentos o
(iii) A personas piadosas que no sean Clérigos de esta Iglesia de dirigirse a la Iglesia en
ocasiones especiales o
(iv) A al Rector o Presbítero Encargado de una congregación, o en caso de que no lo
hubiere, a los Guardianes, de invitar a un clérigo ordenado en otra Iglesia en comunión
con esta Iglesia a oficiar ocasionalmente, siempre que dicho clérigo instruya y actúe de
una manera coherente con la doctrina, la disciplina y el culto de esta Iglesia.
(d) Si algún Clérigo o el Presbítero a Cargo abandona el desempeño de los oficios
habituales de la congregación, ya sea por incapacidad o por cualquier otra causa, y se
rehúsa sin razón justificada a dar su consentimiento para que otro Clérigo debidamente
calificado realice dichos oficios, los Guardianes, la Junta Parroquial o los Síndicos de la
congregación, al presentar pruebas ante la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis de tal
abandono o repulsa y con el consentimiento escrito de la Autoridad Eclesiástica,
quedarán facultados para permitir que oficie cualquier Clérigo debidamente calificado.
(e) Cualquier Presbítero que desee oficiar temporalmente fuera de la jurisdicción de esta
Iglesia pero en una Iglesia en comunión con ella, habrá de obtener de la Autoridad
Eclesiástica de la Diócesis en la cual tiene su domicilio canónico, un testimonio que
establezca su posición oficial y el cual puede redactarse con la fórmula siguiente:
Certifico, por medio del presente, que A.B., quien me ha expresado su deseo de que
se le permita oficiar temporalmente en Iglesias fuera de la jurisdicción de la Iglesia
Episcopal, pero en comunión con ella, es un Presbítero activo de ____________ y
como tal tiene los derechos y privilegios de su Orden.
(Fecha) __________ (Firma) _______________
Este testimonio tendrá vigencia de un año al término del cual habrá de ser devuelto a la
Autoridad Eclesiástica. La Autoridad Eclesiástica que otorga el testimonio asentará el
nombre del Presbítero a quien le fue otorgado, la fecha en que se otorgó y la fecha de su
devolución.
Las licencias permiten que un clérigo pueda oficiar fuera de su residencia canónica
cuando así se precise. El proceso de licenciamiento asigna un nivel de responsabilidad y
ofrece seguridad en el sentido de que el clérigo está autorizado para desempeñar los
deberes requeridos.
Sec. 7. De la renuncia o retiro obligatorio
Al cumplir la edad de setenta y dos años, todo Presbítero deberá retirarse de todo cargo
de servicio activo en esta Iglesia y su renuncia será aceptada. De ahí en adelante, el
Presbítero podrá aceptar cualquier puesto en esta Iglesia, incluso el cargo o cargos al que
renunció de conformidad con esta sección, con el consentimiento de la Autoridad
Eclesiástica; Siempre y cuando
(a) el tiempo de servicio en tal puesto sea por un período no mayor de doce meses, el cual
puede ser renovado periódicamente,
(b) dicho servicio tenga la aprobación expresa del Obispo de la Diócesis en la cual ha de
desempeñarse el cargo, actuando en consulta con la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis
en la cual el Presbítero tiene su domicilio canónico.
(c) No obstante cualquier disposición contraria en este Canon, un Presbítero que haya
prestado servicios voluntarios en algún puesto antes de su retiro podrá, a petición del
Obispo, prestar servicios en el mismo puesto durante un término que no excederá doce
meses de ahí en adelante, término el cual se podrá renovar.
El término “retiro” se entiende aquí como un retiro del cargo actual. Una persona puede
seguir trabajando como sacerdote por períodos de 12 meses renovables. El retiro
obligatorio a la edad de 72 está de acuerdo con los cánones que tratan lo concerniente a
diáconos y obispos. Está de acuerdo también con las pautas del Church Pension Fund.
Los clérigos que hayan pasado de la edad de retiro obligatorio, que según los cánones es
al cumplir los 72 años, podrán licenciarse para servir en cargos por el término de un año
renovable por nombramiento.
Sec. 8. Renunciamiento del Ministerio Ordenado
Si un Presbítero de esta Iglesia, sin sujeción a las disposiciones del Canon IV.8,
manifestase por escrito al Obispo de la Diócesis en la cual tiene su domicilio canónico su
renunciamiento al Ministerio Ordenado de esta Iglesia y su deseo de separarse del mismo,
será el deber del Obispo registrar la declaración y solicitud así presentadas. El Obispo,
una vez convencido de que la persona declarante no está sujeta a las disposiciones del
Canon IV.8 y que está actuando voluntariamente y por causas, manifiestas o conocidas,
que no afectan el carácter moral del Presbítero, presentará el asunto ante los clérigos del
Comité Permanente y, con el consejo y consentimiento de la mayoría de dichos
miembros, podrá pronunciar la aceptación de dicho renunciamiento y liberar al Presbítero
de las obligaciones del cargo Ministerial y privarlo del derecho a ejercer los dones y la
autoridad espiritual de un Ministro de la Palabra y los Sacramentos de Dios que le fueron
conferidos en la Ordenación. El Obispo también declarará, al pronunciar y anotar dicha
acción, que fue por causas que no afectan el carácter moral de la persona y podrá, si así lo
desea, entregar un certificado a este efecto a la persona así removida del Ministerio
Ordenado.
Sec. 9. Un Presbítero a quien le esté permitido, conforme a este Canon, renunciar al
ejercicio del oficio ordenado y que desee ingresar a otro trabajo distinto del eclesiástico,
podrá declarar por escrito a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual tiene su
domicilio canónico el deseo de ser liberado de las obligaciones del oficio y de ser
liberado del ejercicio del oficio de Presbítero. Una vez recibida tal declaración, la
Autoridad Eclesiástica habrá de proceder de la misma manera que si la declaración fuera
de renunciamiento al Presbiterado según lo previsto en este Canon.
Sec. 10. Si un Presbítero que hiciese la anterior declaración de renunciamiento al
Ministerio ordenado fuese objeto de una Denuncia por cualquier Delito o si hubiese sido
enjuiciado por el mismo, la Autoridad Eclesiástica ante quien se haya hecho la
declararación no considerará ni tomará decisión alguna con respecto a la misma sin que
antes se haya retirado la denuncia o se haya concluido el juicio y el Presbítero haya sido
declarado inocente de haber cometido delito alguno.
Sec. 11. En el caso de que un Presbítero renuncie al Ministerio Ordenado según se
dispone en este Canon, el Obispo hará una declaración de remoción en presencia de dos o
más Presbíteros, la cual será asentada en los registros oficiales de la Diócesis en la cual el
Presbítero depuesto tiene su domicilio canónico. El Obispo que pronuncie la declaración
de remoción, según se dispone en este Canon, notificará por escrito a todos los Clérigos,
a cada Junta Parroquial, al Secretario de la Convención y al Comité Permanente de la
Diócesis en la cual el Presbítero tenía su domicilio canónico; a todos los Obispos de esta
Iglesia, a la Autoridad Eclesiástica de cada Diócesis de esta Iglesia, al Obispo Presidente;
al Registrador de Ordenaciones, al Secretario de la Cámara de los Obispos, al Secretario
de la Cámara de Diputados; al Church Pension Fund y a la Junta de Colocaciones de la
Iglesia.
Sec. 12. Reconciliación de Desacuerdos que Afecten la Relación Pastoral.
Cuando en una parroquia la relación pastoral entre el Rector y la Junta Parroquial o la
Congregación se encuentre en peligro por desavenencias o disensión, y el Rector o la
Junta Parroquial por una mayoría de votos determinan que los asuntos son graves,
cualquiera de las dos partes podrá solicitar, por escrito, la intervención de la Autoridad
Eclesiástica para ayudar a las partes a resolver sus desacuerdos. La Autoridad
Eclesiástica iniciará los procesos que estime convenientes para ese propósito, según las
circunstancias, incluyendo el nombramiento de un consultor. Las partes en desacuerdo,
siguiendo las recomendaciones de la Autoridad Eclesiástica, trabajarán de buena fe para
lograr la reconciliación. Cuando el Comité Permanente sea la Autoridad Eclesiástica, se
solicitará al Obispo de una Diócesis vecina que desempeñe las funciones de Autoridad
Eclesiástica en virtud de este Canon.
Parte de la formación del clero consiste en dar instrucción con respecto a la Constitución
y los Cánones de la Iglesia Episcopal, incluyendo el Título IV.
Sec. 13. Disolución de la Relación Pastoral
Excepto en caso de la renuncia obligatoria por motivo de la edad, un Rector no podrá
renunciar a su cargo en una parroquia sin el consentimiento de su Junta Parroquial, ni
ningún Rector canónica o legalmente elegido y encargado de una Parroquia podrá ser
destituido de su cargo contra su voluntad por la Junta Parroquial, excepto por las razones
que se disponen a continuación.
Sec. 14. Si por alguna razón urgente un Rector o una Junta Parroquial desean disolver la
relación pastoral, y las partes no logran llegar a un acuerdo, cada una de ellas podrá
notificar por escrito a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis. Cuando el Comité
Permanente sea la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis, se le pedirá al Obispo de otra
Diócesis que desempeñe los deberes del Obispo conforme a este Canon.
Sec. 15. En un plazo de sesenta días a partir del recibo de la notificación por escrito, el
Obispo, como pastor principal de la Diócesis, mediará las diferencias entre el Rector y la
Junta Parroquial valiéndose de todos los medios informales que estime convenientes y
podrá designar a un comité integrado por al menos un Presbítero y un Laico, ninguno de
los cuáles podrá ser miembro de la Parroquia en cuestión, para que prepare un informe al
Obispo.
Sec. 16. Si las diferencias entre las partes no se resolvieran luego de concluida la
mediación, el Obispo procederá de la manera siguiente:
(a) Informando al Rector y a la Junta Parroquial de que se emitirá un dictamen piadoso
sobre el asunto luego de consultar con el Comité Permanente y que cada una de las partes
tiene el derecho de pedir por escrito, en un plazo de diez días, una oportunidad de
reunirse con el Comité Permanente antes de que éste consulte con el Obispo.
(b) En caso de que la solicitud se haga dentro del plazo determinado, el Presidente del
Comité Permanente fijará la fecha de la reunión, la cual tendrá lugar a más tardar en
treinta días.
(c) En la reunión cada parte tendrá derecho a ser representada y a exponer plenamente su
posición.
(d) En un plazo de treinta días después de la reunión o después de la notificación del
Obispo si no se solicita una reunión, el Obispo hablará con el Comité Permanente y oirá
su recomendación; luego, como árbitro y juez final, emitirá un dictamen piadoso.
(e) A petición de cualquiera de las partes, el Obispo explicará las razones del dictamen.
Si la explicación se hace por escrito, se entregarán copias a ambas partes.
(f) Si la relación pastoral ha de continuar, el Obispo exigirá a las partes que convengan en
la definición de deberes y responsabilidades para el Rector y la Junta Parroquial.
(g) Si la relación ha de disolverse:
(1) El Obispo instruirá al Secretario de la Convención para que asiente la disolución.
(2) El dictamen incluirá los términos y condiciones, incluidos los arreglos financieros,
que el Obispo estime justos y compasivos.
Sec. 17. En cualquier caso, el Obispo ofrecerá servicios apropiados de apoyo al
Presbítero y a la Parroquia.
Sec. 18. En caso de que alguna de las partes no cumpla o se niegue a cumplir con los
términos del dictamen, el Obispo podrá aplicar las sanciones que se establecen en la
Constitución y los Cánones de la Diócesis; a falta de disposiciones sobre sanciones en
dicha Diócesis, el Obispo podrá actuar de la manera siguiente:
(a) En el caso del Rector, suspenderlo del ejercicio del oficio sacerdotal hasta que haya
acatado el dictamen.
(b) En el caso de la Junta Parroquial, invocar cualquier sanción disponible, incluso la de
recomendar a la Convención de la Diócesis que coloque a la Parroquia bajo la
supervisión del Obispo como misión hasta que acate el dictamen.
Sec. 19. Con causa justificada, el Obispo podrá extender los períodos que se especifican
en este Canon, siempre que todo se haga para acelerar el proceso. A todas las partes se les
notificará por escrito de la duración de cualquier extensión.
Sec. 20.
(a) Las declaraciones que se hagan en el curso de las deliberaciones bajo este Canon no
serán revelables ni admisibles en ningún proceso bajo el Título IV siempre y cuando esto
no requiera la exclusión de pruebas de cualquier proceso según los Cánones que, de otro
modo, sean revelables y admisibles.
(b) Si en el curso de las deliberaciones de este Canon, la Junta Parroquial hace una
acusación contra el Rector que pudiera dar lugar a un proceso disciplinario en virtud del
Canon IV.1, se suspenderán todas las deliberaciones de conformidad con este Canon con
respecto a dicha acusación hasta que se resuelva o retire la misma.
Sec. 21. Las secciones 13-20 de este Canon no se aplicarán en ninguna Diócesis que haya
dispuesto sobre la materia en sus cánones de manera que sea acorde con este Canon.
Después de la disolución de una relación pastoral es posible que haya oportunidades para
que la COM asesore al obispo sobre las necesidades ministeriales de una congregación en
particular.
CANON 10: De la Recepción de Clero de Otras Iglesias
El Canon 10 se refiere a la recepción de clérigos de otras iglesias. La estructura del canon
se funda en los valores y perspectivas de la Iglesia Episcopal, especialmente en su
relación con otras denominaciones cristianas. Básicamente, los cánones dividen la iglesia
en tres grupos: los que tienen obispos en sucesión histórica y están “en comunión con
esta iglesia”; los que tienen obispos en sucesión histórica pero no están en comunión con
nosotros y los que no tienen sucesión histórica de obispos. Así divididos, los cánones
resaltan la importancia del episcopado histórico. Además, la iglesia valora la congruencia
de pensamiento, la tradición y la actitud como estímulos conducentes a la comunidad y la
comunión. Muchos de los detalles que se incluyen en este canon tienen como fin alentar y
preservar dichos valores.
La recepción de clérigos de otras iglesias no es un hecho frecuente. Los cánones están allí
inactivos hasta el momento en que se necesitan. Cuando surge la ocasión, el canon guía al
obispo, a la COM y a quienes buscan ingresar a esta iglesia. En preparación para el
momento en que este canon sea necesario, una COM podría reunir recursos que ayuden a
la educación y formación de quienes han de ser recibidos, de manera que se pueda poner
en práctica fácilmente un plan educativo que responda a cada situación individual.
El canon también puede utilizarse para identificar valores y animar una conversación
acerca de nuestra relación con otras denominaciones; sirve para identificar los
conocimientos, actitudes y destrezas necesarias y deseables no sólo en los clérigos, sino
también en todos los bautizados y, por último, esboza áreas importantes de contenido que
ayudan a identificar el tipo de educación que debe existir dentro de la iglesia.
El Canon 10 hace énfasis en la importancia de verificar y documentar el aprendizaje, el
carácter y la destreza del clero que busca ingresar a la Iglesia Episcopal.
CANON 10: De la Recepción de Clero de otras Iglesias
Sec. 1. Antes de la recepción u ordenación, se dispondrá lo siguiente
(a) una investigación de antecedentes, de conformidad con los criterios establecidos por
el Obispo y el Comité Permanente y
(b) una evaluación médica y psicológica realizada por profesionales aprobados por el
Obispo, empleando los formularios creados para tal propósito por el Church Pension
Fund y, si se desea o fuere necesario, una remisión al psiquiatra Si el examen médico y
psicológico o la indagación de antecedentes tuvieron lugar más de 36 meses antes de la
recepción u ordenación, deberán actualizarse.
(c) comprobantes de capacitación en
(1) prevención de conducta sexual inapropiada
(2) requisitos legales para reportar casos de abuso y oportunidades pastorales para
responder a los mismos
(3) la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, especialmente el Título IV de
los mismos
(4) las enseñanzas de la Iglesia sobre el tema del racismo
(d) Se mantendrá un registro permanente de los informes de todas las investigaciones y
evaluaciones en los archivos del Obispo los cuales pasarán a formar parte del expediente
diocesano permanente.
(e) Antes de la recepción y ordenación, el Obispo le asignará a cada clérigo un Presbítero
mentor previa consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el clérigo se
reunirán periódicamente con el fin de que el clérigo tenga la oportunidad de recibir
orientación, información y un diálogo continuo sobre el ministerio en la Iglesia
Episcopal.
Los mentores son el vehículo principal para poner en práctica el Canon 10. La selección
de un mentor requiere que se conozca un sacerdote dentro de la diócesis o de una diócesis
vecina. El mentor debe tener conocimiento, experiencia, madurez y destreza suficientes
para guiar al aspirante efectivamente. El canon no especifica las cualidades de un buen
mentor. El obispo y la COM deberán definir cuáles son dichas cualidades. La situación
puede requerir educación y capacitación continuas para quien se seleccione como mentor.
Sec. 2. Clero Ordenado por Obispos de Iglesias en Comunión con esta Iglesia
(a)
(1) Un Clérigo ordenado por un Obispo de otra Iglesia en comunión con esta Iglesia o por
un Obispo consagrado para un territorio extranjero por Obispos de esta Iglesia, de
conformidad con el Artículo III de la Constitución, deberá, para poder oficiar en
cualquier Congregación de esta Iglesia, presentarle al Clérigo encargado, o en caso de no
haberlo, a la Junta Parroquial un certificado con fecha reciente, firmado por la Autoridad
Eclesiástica de la Diócesis que confirme que las cartas de las Órdenes Sagradas de la
persona y otras referencias son válidas y auténticas y dadas por un Obispo en comunión
con esta Iglesia y cuya autoridad es reconocida por esta Iglesia; y también que la persona
ha presentado a la Autoridad Eclesiástica prueba satisfactoria de (i) un carácter moral y
piadoso y de (ii) cualificaciones teológicas.
(2) Antes de que se le permita hacerse cargo de una congregación o de ser recibido en
una Diócesis de esta Iglesia como miembro de su Clero, la Autoridad Eclesiástica deberá
recibir una Carta Dimisoria, o una credencial equivalente, firmada y sellada por el Obispo
de la Diócesis con la que la persona tuvo su más reciente relación y dicha carta o
credencial tendrá que presentarse como máximo seis meses después de haber sido
redactada. Antes de recibir al Clérigo, el Obispo exigirá una promesa por escrito de que
éste se someterá en todos los aspectos a la Disciplina de esta Iglesia, sin recurrir a
ninguna jurisdicción extranjera, civil o eclesiástica, y exigirá además que la persona firme
y haga la declaración que exige el Artículo VIII de la Constitución en presencia del
Obispo y de dos o más Presbíteros. El Obispo y por lo menos un Presbítero examinarán a
la persona en lo que respecta a su conocimiento de la historia de esta Iglesia, su culto y su
gobierno. El Obispo, quedando satisfecho asimismo de las cualificaciones teológicas de
la persona, podrá entonces recibirla en la Diócesis como Clérigo de esta Iglesia.
(3) Las disposiciones de esta sección 1 se aplicarán plenamente a todos los Clérigos que
hayan sido ordenados en cualquier Iglesia en proceso de entrar en la sucesión del
episcopado histórico con el cual la Iglesia Episcopal está en comunión plena según se
especifica en el Canon I.20, quedando sujeto al pacto de las dos Iglesias, según lo adopte
la Convención General.
(i) las Diócesis, Provincias e Iglesias regionales debidamente constituidas y en comunión
con la Sede de Canterbury,
(ii) las Iglesias Católicas Antiguas de la Unión de Utrecht,
(iii) la Iglesia Independiente Filipina
(iv) la Iglesia Siria Mar Thoma de Malabar y
(v) la Iglesia Evangélica Luterana de América
Las iglesias que se enumeran aquí representan las comuniones con quienes tenemos
estrechos lazos teológicos e históricos. Algo que la COM podría hacer sería reunir y
proveer información acerca de las iglesias que están en comunión plena con la Iglesia
Episcopal y darla a conocer por toda la diócesis.
(b) Un Clérigo que sea Diácono no será ordenado Presbítero mientras no haya residido
dentro de la jurisdicción de esta Iglesia al menos durante un año y haya cumplido con
todos los requisitos para la ordenación al Presbiterado como se dispone en el Canon III.8.
(c) Después de la recepción el Obispo le asignará a cada clérigo un Presbítero mentor
previa consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el clérigo se reunirán
periódicamente para que el clérigo tenga la oportunidad de recibir orientación,
información y tener un diálogo continuo sobre el ministerio en la Iglesia Episcopal.
La COM puede buscar y desarrollar recursos e identificar algunas personas que le ayuden
al obispo a trabajar de manera eficaz y eficiente con personas provenientes de las iglesias
enumeradas en la Sección 3. Será neceseario referirse al Título I, Canon 17, Sec. 3, para
definir a un “comulgante adulto confirmado.” Véanse también los comentarios que
aparecen al final de la Sección 1.
La COM puede ser llamada a opinar con respecto al clero de otras provincias dentro de la
Comunión Anglicana que ya no se consideran en comunón plena con esta iglesia.
Sec. 3. Del Clero Ordenado por Obispos en Iglesias en Sucesión Histórica pero No en
Comunión con esta Iglesia
(a) Cuando un Presbítero o Diácono, ordenado en una Iglesia por un Obispo en Sucesión
Histórica pero no en comunión con esta Iglesia y habiendo sido aprobada la regularidad
de su ordenación por el Obispo Presidente como lo dispone el Título I, Canon 16.3, desea
ser recibido como Clérigo de esta Iglesia, la persona hará la solicitud por escrito a un
Obispo, adjuntando lo siguiente:
(1) Prueba de que la persona es un adulto confirmado, activo y comulgante en una
Congregación de esta Iglesia
(2) Prueba del ministerio anterior y de que todas sus otras credenciales son auténticas y
válidas
(3) Prueba de conducta moral y piadosa y de que la persona es libre de cualquier voto u
otro compromiso incompatible con el ejercicio de las Órdenes Sagradas en esta Iglesia
(4) Calificaciones oficiales de todos sus estudios académicos y teológicos
(5) Una certificación de por lo menos dos Presbíteros de esta Iglesia que declaren que en
su opinón, y fundándose en una entrevista personal o en pruebas satisfactorias
presentadas a ellos, la salida de la persona de la comunión a la cual pertenecía no se debió
a ninguna circunstancia adversa desde un punto de vista moral o religioso ni a una que
sugiera que no es apropiado admitir a esa persona a las Órdenes Sagradas de esa Iglesia.
(6) Certificados del Rector o del Clérigo Encargado y de la Junta Parroquial de una
parroquia de esta Iglesia, según las formas estipuladas en los cánones III.8.6 y III.8.7.
(7) Una declaración de las razones que la motivan a buscar ingreso en las Órdenes
Sagradas de esta Iglesia.
(b) Se aplicarán las disposiciones del Canon III.8.5(a).
(c) Si la persona ha ejercido un ministerio en la Iglesia anterior con buena reputación y
éxito y si presenta pruebas de preparación teológica satisfactoria en dicha Iglesia, será
examinada por la Comisión y deberá demostrar competencia en las materias siguientes:
(1) Historia de la Iglesia: historia de la Comunión Anglicana y de la Iglesia Episcopal
(2) Doctrina: las enseñanzas de la Iglesia según se establecen en los Credos y en el
Bosquejo de la Fe, comunmente llamado Catecismo
(3) Liturgia: los principios e historia del culto anglicano; el contenido del Libro de
Oración Común
(4) Teología Práctica:
(i) El oficio y labor de un Diácono y un Presbítero de esta Iglesia
(ii) La conducción del culto público
(iii) La Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal y de la Diócesis donde reside
el solicitante
(iv) El uso de la voz al hablar y leer
(5) Los puntos de doctrina, disciplina, gobierno interno y culto en que difieren la Iglesia
de la cual procede el solicitante y esta Iglesia: Esta parte del examen se llevará a cabo, al
menos parcialmente, mediante preguntas y respuestas escritas, y las respuestas se
mantendrán archivadas por lo menos durante tres años.
(d) La Comisión puede, con la aprobación del Obispo, y con notificación al solicitante,
examinar a este último en cualquier materia exigida por los cánones III.6.5(f) y (g) ó
III.8.5(g) y (h).
(e) Antes de ser examinado de conformidad con la Sección 3(c) de este Canon, el
solicitante deberá haber recibido certificados del Obispo y del Comité Permanente de que
es aceptable como Clérigo de esta Iglesia con sujeción a la satisfactoria finalización del
examen;
(f) Antes de que la persona pueda ser ordenada o recibida en las Órdenes Sagradas de esta
Iglesia, el Obispo requerirá una promesa por escrito de que se someterá en todo a la
disciplina de esta Iglesia sin recurrir a ninguna otra jurisdicción eclesiástica o civil
extranjera, y requerirá además que firme y haga la declaración que se dispone en el
Articulo VIII de la Constitución en presencia del Obispo y de dos o más Presbíteros.
(g) Cumplido todo lo anterior, el Obispo, convencido de las calificaciones teológicas de
la persona y de la culminación exitosa del examen especificado en la Sección 3(c) de este
Canon y de su firmeza en la fe, podrá:
(1) Recibir a la persona en esta Iglesia, con el consejo y consentimiento del Comité
Permanente, en las órdenes a que ya haya sido ordenada por un Obispo en sucesión
histórica o
(2) Confirmar y ordenar a la persona al Diaconado y, no antes de transcurridos cuatro
meses, ordenarla Sacerdote, si todavía no hubiese recibido dicha ordenación u
(3) Ordenar a la persona al Diaconado y, no antes de transcurridos seis meses, ordenarla
como Sacerdote condicionalmente (habiéndola bautizado y confirmado condicionalmente
de ser necesario) si ha sido ordenada por un Obispo cuya autoridad para conferir dichas
órdenes no ha sido reconocida por esta Iglesia.
(h) En el caso de una ordenación en virtud de este Canon, el Obispo deberá, en el
momento de dicha ordenación, leer este prefacio durante el servicio:
La Autoridad Eclesiástica de esta Diócesis está convencida de que A.B. acepta la
doctrina, disciplina y culto de esta Iglesia y ahora desea ser ordenado Diácono (u
ordenado Presbítero) en esta Iglesia. Estamos a punto de conferirle a A.B. la gracia
y autoridad de las Órdenes Sagradas como las ha recibido esta Iglesia y las requiere
para el ejercicio del ministerio de Diácono (o Presbítero).
El certificado de ordenación en estos casos contendrá la fórmula siguiente:
Reconociendo el ministerio que A.B. ya ha recibido y por este medio aunando a esa
comisión la gracia y autoridad de las Órdenes Sagradas como las entiende y
requiere esta Iglesia para el ejercicio del ministerio de un Diácono (o Presbítero).
(i) En el caso de una ordenación condicional de conformidad con este Canon, el Obispo
deberá, en el momento de la ordenación, leer este prefacio durante el servicio:
La Autoridad Eclesiástica de esta Diócesis está convencida de que A.B., quien ha
sido ordenado por un Obispo cuya autoridad no ha sido reconocida por esta Iglesia,
acepta la doctrina, disciplina y culto de esta Iglesia y ahora desea una ordenación
condicional. Mediante este servicio de ordenación, proponemos establecer que A.B.
tiene méritos para ejercer el ministerio de Diácono (o Presbítero).
(j) Nadie podrá ser ordenado ni aceptado como Diácono ni Presbítero mientras no haya
cumplido veinticuatro años de edad.
(k) Un Diácono recibido en virtud de este Canon y que desee ser ordenado como
Presbítero deberá satisfacer todos los requisitos de ordenación dispuestos en el Canon
III.8.
(l) Nadie podrá ser recibido ni ordenado en virtud de este Canon antes de transcurridos
menos de doce meses desde la fecha en que haya sido confirmado como comulgante de
esta Iglesia.
(m) Después de la recepción u ordenación, el Obispo le asignará a cada clérigo un
Presbítero mentor previa consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el
clérigo se reunirán periódicamente para fines de orientación, información y diálogo
continuo sobre el ministerio en la Iglesia Episcopal.
Véanse los comentarios de la Sección 1.
La COM deberá revisar la Sección 4 a la luz del contexto de las diversas denominaciones
presentes dentro de la cultura social e intelectual en la que funciona la diócesis episcopal.
Dicho contexto da forma y recalca los elementos que se describen en el canon.
Sec. 4. Del clero ordenado en Iglesias que no están en la Sucesión Histórica
(a) Si una persona que ha sido ordenada o licenciada por alguien que no sea un Obispo en
Sucesión Histórica para ejercer el ministerio en una Iglesia que no esté en comunión con
esta Iglesia desea ser ordenada:
(1) Dicha persona deberá ante todo ser un adulto confirmado, activo y comulgante, de
una Congregación de esta Iglesia;
(2) La Comisión examinará al solicitante e informará al Obispo con respecto a lo
siguiente:
(i) Si el solicitante ha servido en la anterior Iglesia con diligencia y buena reputación y
ha declarado las causas que le han obligado a abandonar esa entidad y procurar la
ordenación en esta Iglesia,
(ii) El tipo y nivel de educación y preparación teológica del solicitante,
(iii) La preparación necesaria para la(s) Orden(es) a que el solicitante ha sido llamado
(3) Se deben acatar las disposiciones del Canon III.5,6 y 8 salvo que no será necesario
aplicar el período mínimo de Candidatura si el Obispo y el Comité Permanente previa
recomendación de la Comisión, consideran que el Candidato está preparado para
ordenación en el Diaconado antes de los doces meses; el solicitante será examinado por la
Comisión y demostrará sus conocimientos en las siguientes materias:
(i) Historia de la Iglesia: la historia de la Iglesia Anglicana y de la Iglesia Episcopal en
Estados Unidos de América,
(ii) Doctrina: las enseñanzas de la Iglesia según se establecen en los Credos y en el
Bosquejo de la Fe, comunmente llamado Catecismo;
(iii) Liturgia: principios e historia del culto anglicano; contenido del Libro de Oración
Común;
(iv) Teología práctica:
(a) El oficio y labor de un Diácono y un Presbítero en esta Iglesia,
(b) La conducción del culto público,
(c) La Constitución y los Cánones de la Convención General y de la Diócesis donde
reside el solicitante,
(d) El uso de la voz para hablar y leer;
(v) Los puntos de doctrina, disciplina, gobierno interno y culto en que difieren la Iglesia
de la cual procede el solicitante y esta Iglesia: Esta parte del examen se llevará a cabo, al
menos parcialmente, mediante preguntas y respuestas escritas, y las respuestas se
mantendrán archivadas por lo menos durante tres años.
(4) Si se han cumplido todos los requisitos de este Canon, el Obispo podrá ordenar
Diácono al Candidato, pero no antes de transcurridos doce meses desde que el Candidato
fuera confirmado como comulgante de esta Iglesia. Después de seis meses, a discreción
del Obispo, el Candidato podrá ser ordenado Presbítero. Cuando se lleve a cabo dicha
ordenación, el Obispo leerá este prefacio después de la firma de la declaración de
conformidad:
La Autoridad Eclesiástica de esta Diócesis está convencida de que A.B. acepta la
doctrina, disciplina y culto de esta Iglesia y ahora desea ser ordenado Diácono (u
ordenado Presbítero) en esta Iglesia. Estamos a punto de conferirle a A.B. la gracia
y autoridad de las Órdenes Sagradas como las recibió esta Iglesia y las exige para el
ejercicio del ministerio de Diácono (o Presbítero).
En dichos casos, el certificado de ordenación deberá contener las palabras:
Reconociendo el ministerio que A.B. ya ha recibido y, por este medio, aunando a esa
comisión la gracia y autoridad de las Órdenes Sagradas como las entiende y exige
esta Iglesia para el ejercicio del ministerio de un Diácono (o Presbítero).
(5) Después de la recepción u ordenación, el Obispo le asignará a cada clérigo un
Presbítero mentor previa consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el
clérigo se reunirán periódicamente con el fin de que el clérigo tenga la oportunidad de
recibir orientación, información y diálogo continuo sobre el ministerio en la Iglesia
Episcopal.
CANON 11: De la Ordenación de Obispos
CANON 12: De la Vida y Obra de los Obispos
CANON 13: De las Diócesis sin Obispos
Puesto que las COM son un órgano asesor del obispo, no son responsables de la
ordenación ni de la vida y obra de los obispos y, por lo tanto, no se ha hecho ningún
comentario sobre los cánones 11, 12 y 13 en este manual.
CANON 14: De las Órdenes Religiosas y Otras Comunidades Cristianas
Es importante que la COM tenga un conocimiento lo más competente que sea posible
sobre las órdenes religiosas y las comunidades cristianas. Las oportunidades de vocación
en dichos ámbitos son muchas. Puede ser de utilidad para la COM invitar a un miembro
de una orden religiosa para que ayude a orientar a la Comisión acerca de la vida en una
orden religiosa y del proceso hacia la profesión de votos. El tiempo de discernimiento
puede señalar un llamado a una orden religiosa o comunidad cristiana.
Si una persona de una orden religiosa solicita su ingreso al proceso de ordenación, la
COM deberá seguir el proceso canónico para la ordenación ya sea al diaconado o al
presbiterado. Es importante observar en el Canon 14.1(g) y en el Canon 14.2(g) que las
órdenes religiosas y las comunidades cristianas no se consideran congregaciones de la
diócesis.
CANON 14: De las Órdenes Religiosas y otras Comunidades Cristianas
Sec. 1 (a) Una Orden Religiosa de esta Iglesia es una sociedad de cristianos (en
comunión con la Sede de Canterbury) que de manera voluntaria prometen de por vida o
por un término de varios años: mantener todas sus posesiones en común o en fideicomiso,
mantener una vida de celibato en comunidad y obedecer su Regla y Constitución.
(b) Para ser reconocida oficialmente, una orden religiosa debe tener por lo menos seis
miembros profesos y ser aprobada por el Comité Permanente para Comunidades
Religiosas de la Cámara de los Obispos y registrarse ante dicho Comité.
(c) Cada orden tendrá un Obispo Visitante o Protector, que no tiene que ser el Obispo de
la diócesis en la cual esté establecida la orden. No obstante, si el Obispo Visitante o
Protector no es el Obispo de la diócesis en que está situada la casa matriz de la orden, no
aceptará su elección como tal sin el consentimiento del Obispo de dicha diócesis. El
Obispo Visitante o Protector será el Custodio de la Constitución de la orden y servirá de
árbitro en asuntos que la orden o sus miembros no puedan resolver mediante proceso
normal.
(d) Cualquier persona sujeta a votos en una orden religiosa y que haya agotado todos los
procesos normales de la orden, podrá solicitar al Obispo visitante o protector que se le
dispense de dichos votos. En el caso de que el peticionario no quede satisfecho con el
dictamen del Obispo visitante o Protector al respecto, podrá elevar una petición ante el
Obispo Presidente de esta Iglesia, quien designará una junta de tres Obispos para evaluar
la petición y las decisiones al respecto y hacer una recomendación ante el Obispo
Presidente. Éste último tendrá la autoridad máxima de dispensación para las órdenes
religiosas y su dictamen sobre la petición será definitivo.
(e) Una orden religiosa podrá establecer una casa en una diócesis sólo con el permiso del
Obispo de la misma. Este permiso una vez concedido no podrá ser revocado por éste ni
por ningún Obispo sucesor.
(f) La Constitución de cada orden religiosa dispondrá sobre la propiedad legal y la
administración de los bienes temporales de la misma, y en el caso de que ésta se
disolviera o dejara de existir, dispondrá también sobre sus bienes según las leyes que
rigen a las organizaciones (religiosas) sin fines de lucro en el estado donde la orden haya
sido establecida como tal.
(g) Se reconoce que una orden religiosa no es una parroquia, misión, congregación o
institución de la diócesis, según el significado del Canon I.7.3, y las disposiciones de
éstas no se aplicarán a las órdenes religiosas.
Sec. 2 (a) Una Comunidad Cristiana de esta Iglesia según este Canon es una sociedad de
cristianos (en comunión con la Sede de Canterbury) que voluntariamente se
comprometen de por vida, o por un cierto número de años, a obedecer su reglamento y
constitución.
(b) Para ser reconocida oficialmente, una comunidad cristiana debe tener por lo menos
seis miembros plenos según su reglamento y constitución y ser aprobada por el Comité
Permanente para Comunidades Religiosas de la Cámara de los Obispos y registrarse ante
el mismo.
(c) Cada comunidad cristiana de esta Iglesia tendrá un Obispo Visitante o Protector, que
no tiene que ser el Obispo de la diócesis en la cual la comunidad está establecida. No
obstante, si el Obispo Visitante o Protector no es el Obispo de la diócesis en que está
situada la casa matriz de la comunidad, éste no aceptará la elección sin el consentimiento
del Obispo de dicha diócesis. El Obispo Visitante o Protector será el Custodio de la
Constitución de la comunidad y servirá de árbitro en asuntos que la comunidad o sus
miembros no puedan resolver mediante proceso normal.
(d) Cualquier persona comprometida plenamente en tal comunidad cristiana y que haya
agotado todos los procesos normales de la comunidad, podrá solicitar al Obispo visitante
o protector que se le dispense de dicho compromiso pleno. En el caso de que el
peticionario no quede satisfecho con el dictamen del Obispo visitante o protector al
respecto, podrá elevar una petición ante el Obispo Presidente de esta Iglesia, quien
designará a una junta de tres Obispos para evaluar la petición y las decisiones al respecto
y hacer una recomendación ante el Obispo Presidente. Éste último tendrá la autoridad
máxima de dispensación para las comunidades cristianas y su dictamen sobre la petición
será definitivo.
(e) Una comunidad cristiana podrá establecer una casa en una diócesis sólo con el
permiso del Obispo de la misma. Este permiso, una vez concedido, no podrá ser revocado
por éste ni por ningún Obispo sucesor.
(f) La Constitución de cada comunidad cristiana dispondrá sobre la propiedad legal y la
administración de las posesiones temporales de la comunidad, y en el caso de que ésta se
disolviera o dejara de existir, dispondrá también sobre sus bienes según las leyes que
rigen a las organizaciones (religiosas) sin fines de lucro en el estado donde la comunidad
haya sido establecida.
(g) Se reconoce que una comunidad cristiana no es una parroquia, misión, congregación
o institución de la diócesis, según el significado del Canon I.7.3, y las disposiciones de
éstas no se aplicarán a las comunidades cristianas.
Sec. 3. Cualquier Obispo que reciba los votos de una persona que no sea miembro de una
orden religiosa u otra comunidad cristiana usando la fórmula para "separar o reservar a
una persona para una vocación especial" que se encuentra en el Book of Occasional
Services o un rito similar, deberá registrar la información siguiente ante el Comité
Permanente para Comunidades Religiosas de la Cámara de los Obispos: el nombre de la
persona que hace los votos; la fecha del servicio; la naturaleza y el contenido del voto
hecho, ya sea temporal o permanente; y cualquier otra consideración pastoral que se
considere necesaria.
CANON 15: De la Junta General de Capellanes Examinadores
CANON 16: De la Junta de Colocaciones de la Iglesia
Los canones 15 y 16 hacen referencia a las dos juntas que se mencionan en los títulos. La
importancia de éstos para la COM se mencionó en los cánones anteriores cuando ha sido
pertienente. No se requieren comentarios adicionales sobre estos cánones.
GLOSARIO
ASOCIACIÓN NORTEAMERICANA PARA EL DIACONADO (NORTH
AMERICAN ASSOCIATION FOR THE DIACONATE - NAAD): es una
organización nacional que ofrece recursos educativos y una red de comunicación para
diáconos (http://www.diakonoi.org).
CANDIDATO(A): es un postulante que ha cumplido todos los requisitos para la
Candidatura y ha recibido la recomendación de su junta parroquial, de la Comisión para
el Ministerio, del Comité Permanente y que ha sido admitido como candidato(a) por el
obispo. “La Candidatura es un tiempo de educación y formación, en preparación para la
ordenación al Diaconado o el Sacerdocio, establecido a través de un compromiso formal
entre el candidato(a), el obispo, la Comisión, el Comité Permanente y la congregación u
otra comunidad de fe.” (Título III, Canon 6, Sec. 4 y Canon 8, Sec. 4).
CANON: es una ley o reglamento eclesiástico. La Constitución y los Cánones de la
Iglesia Episcopal abarcan todos los reglamentos formales de la Iglesia Episcopal.
CARTA CONTRATO: es un documento que enumera los deberes y responsabilidades
mutuos entre un sacerdote o diácono y la junta parroquial.
CARTA DIMISORIA: es una carta que solicita el clérigo del obispo cuando desea
transferir su domicilio canónico de una diócesis a otra. El obispo debe certificar que la
persona en cuestión es un sacerdote o diácono activo. Para formalizar la transferencia de
domicilio canónico a la nueva diócesis, el obispo de dicha diócesis deberá recibir la Carta
Dimisoria.
CARTA DE TEMPORAS: es una carta escrita al obispo por un postulante o un
candidato(a) al diaconado o al sacerdocio durante la semana de témporas en la cual
reflexiona sobre su desarrollo académico, diaconal (o sacerdotal), humano, espiritual y
práctico. (Canon 6, Sec. 4(e))
CERTIFICADO: es una carta emitida normalmente por la junta parroquial en la cual se
da aprobación o respaldo a una persona que está en el proceso ministerial para pasar a la
siguiente fase formal del mismo (postulantado, candidatura u ordenación).
CHURCH PENSION FUND: es una organización oficial que recibe las cotizaciones
tanto de clérigos como de empleados laicos, maneja dichos fondos y distribuye pensiones
de jubilación y prestaciones por muerte y supervivencia. También funge como registrador
oficial de las ordenaciones de la Iglesia Episcopal. También tiene varias filiales que
manejan seguros de salud, vida y propiedad.
COMISIÓN PARA EL MINISTERIO (COM): es un comité permanente de cada
diócesis que asesora y asiste al obispo en el desarrollo y ejercicio del ministerio en la
diócesis.
 En el diseño y supervisión del proceso constante de reclutamiento,
discernimiento, formación para el ministerio y evaluación de la disposición para
el mismo.” (Título III, Canon 2)
 En la determinación de oportunidades y necesidades presentes y futuras para el
ministerio de todas las personas bautizadas
 En la implementación del Título III (los cánones sobre el ministerio)
COMPETENCIA: es la idoneidad demostrada en asuntos académicos o habilidades
técnicas. El obispo y la Comisión para el Ministerio (COM) determinan la competencia
de quienes están en el proceso de ordenación.
COMUNIDAD DE DIÁCONOS: incluye a todos los diáconos con domicilio canónico
en una diócesis quienes se reúnen periódicamente. Uno de ellos puede ser nombrado
archidiácono.
CONSEJO SOBRE EL DIACONADO: es un consejo cuyos miembros pueden ser
obispos, sacerdotes, diáconos y laicos quienes “supervisan, estudian y promueven el
Diaconado” (Título III, Canon 7, Sec. 3).
CURA ASISTENTE/ASOCIADO: es un sacerdote que asiste al rector de una
parroquia. También se le llama sacerdote “asistente” o “asociado”.
CURATO: es una comunidad espiritual o feligresía; una congregación. Antes que un
diácono transicional pueda ser ordenado al sacerdocio, deberá asignársele a un curato.
DIÁCONO TRANSICIONAL: es una persona que ha sido ordenada al diaconado en el
proceso hacia el sacerdocio. El plazo mínimo es de seis meses.
DIAKONIA: es el término con que se describe el ministerio de servicio del diácono.
DÍAS DE TEMPORAS: son los días miércoles, viernes y sábado después del Primer
Domingo en Cuaresma, después del Día de Pentecostés, después del Día de la Santa Cruz
(14 de septiembre) y después del 13 de diciembre. Los cánones para el diaconado y el
sacerdocio requieren que todos los postulantes y candidatos escriban cartas a su obispo
durante esas cuatro épocas.
EDUCACIÓN CONTINUA: es un requisito para todos los sacerdotes (Título III, Canon
9, Sec. 1) y diáconos (Título III, Canon 7, Sec. 5). Cada diócesis está en libertad de
determinar lo que constituye educación continua y cúantas horas al año se requieren.
Algunas áreas posibles son por ejemplo: conferencias, seminarios, talleres, cursos
académicos formales, lecturas individuales, grupos de estudio y preparación para enseñar
clases de educación religiosa.
EN COMUNIÓN: es la expresión se que usa cuando otra confesión cristiana cumple las
normas establecidas en el Cuadrilátero de Chicago-Lambeth de 1886, 1888 (LOC. p. 771)
adoptado por la Cámara de los Obispos. En la actualidad (2007), las iglesias que están en
comunión plena con la Iglesia Episcopal son las iglesias de la Comunión Anglicana, la
Iglesia de Bangladesh, la Iglesia del Norte de la India, la Iglesia de Pakistán, la Iglesia del
Sur de la India, las Iglesias Católicas Antiguas (Unión de Utrecht), la Iglesia Filipina
Independiente, la Iglesia Siria Mar Thoma de Malabar y la Iglesia Evangélica Luterana
en Estados Unidos (ELCA).
EXAMEN GENERAL PARA LA ORDENACIÓN (GOE, por sus siglas en inglés):
es un examen que se administra anualmente durante la primera semana de enero con el
fin de evaluar la competencia de la persona en las siete áreas de educación que requieren
los cánones en preparación para la ordenación al sacerdocio. Se suele administrar a
estudiantes de último año de seminario pero también a quienes no siguen estudios en el
seminario. El obispo debe nominar a quienes han de tomar el examen a más tardar el 15
de octubre. Indague con su diócesis quién paga la cuota para presentar el examen.
FORMACIÓN: es la preparación global para el ministerio laico especializado o para el
ministerio ordenado. Incluye la preparación académica, espiritual y emocional, así como
la obtención de las destrezas necesarias.
MINISTERIO BAUTISMAL: es la base de todo ministerio según se esboza en el
Oficio Bautismal (LOC, pp. 219-235) y en la sección del Catecismo titulada El
Ministerio (LOC, pp. 747-748).
OTRAS COMUNIDADES DE FE: Por ejemplo, “una sociedad de cristianos … que se
dedican voluntariamente ya sea de por vida o por un plazo de varios años a obedecer su
Regla y Constitución” (Título III, Canon 14. Sec. 2a). Difieren de una orden religiosa en
que no se hace voto de celibato ni se tiene propiedad en común.
PERFIL DE LA OFICINA DE COLOCACIÓN DE LA IGLESIA (CHURCH
DEPLOYMENT OFFICE PROFILE o CDO PROFILE en inglés): es una
autoevaluación del ministerio, destrezas y experiencia y una breve historia de la
educación y empleo de un clérigo. Es útil para las parroquias que están buscando un
clérigo y para un clérigo que busca empleo.
POSTULANTE: es un nominado que ha sido admitido formalmente al proceso de
ordenación. Las dos fases del proceso son el postulantado y la candidatura. Las personas
que están preparándose para el sacerdocio también deben cumplir un período de seis
meses como diáconos transicionales. “El postulantado es el tiempo entre la nominación y
la candidatura y puede iniciar el proceso formal hacia la ordenación. Durante el
postulantado se continúa la exploración del llamado de la persona al [diaconado o al
sacerdocio] y las decisiones al respecto.”
PROGRAMAS DE FORMACIÓN DIOCESANOS: es el proceso diocesano que
prepara a una persona para la ordenación y que puede incluir cursos en las áreas
canónicas que se exigen para la ordenación al diaconado (Título III, Canon 6) o al
sacerdocio (Título III, Canon 8). También incluye los exámenes, evaluaciones, dirección
espiritual, entrevistas y recomendaciones.
RECTOR: es un sacerdote que ha sido elegido legitimamente, ha sido llamado a servir
por la junta parroquial y ha aceptado dicho llamado y a quien la autoridad eclesiástica
considera calificado para ser sacerdote.
RETIRO OBLIGATORIO: Al cumplir 72 años de edad, todos los clérigos deben
renunciar a su cargo actual. Con aprobación del obispo, podrán seguir trabajando durante
un año en un cargo determinado. Al final del período de 12 meses, podrá renovarse el
contrato de mutuo acuerdo entre el obispo y el sacerdote o diácono. En terminología
eclesiástica, los clérigos se “retiran” de un cargo (al cumplir la edad límite) y “renuncian”
a las órdenes sagradas.
SACERDOTE O PRESBÍTERO ENCARGADO: es un sacerdote nombrado por el
obispo en consulta con la junta parroquial para hacerse cargo de una congregación
cuando no hay rector y que desempeña las funciones de rector según se estipulan en el
Título III, Canon 9. Sec. 5.
SEMINARIO: es una institución de postgrado que ofrece un programa de estudio
normalmente de tres años de duración el cual otorga un grado de M.Div. (Master of
Divinity o Máster en Teología). Hay once seminarios acreditados en la Iglesia Episcopal.
La lista se encuentra en el sitio:
http://www.episcopalchurch.org/8020_58606_ENG_HTM.htm
SUCESIÓN HISTORICA: Uno de los cuatro ingredientes clave para la comunión plena
con otra confesión cristiana. Indica que los obispos actuales pueden remontarse en el
tiempo y seguir la transmisión en la imposición de manos que los ordena como obispos
en línea regresiva hasta la época de los apóstoles.
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