1. CUIDA TU › Hay una amplia variedad de alimentos de cada grupo (cereales, frutas y verduras, lácteos, carnes magras, aceite de oliva). ¡Disfruta de ella! ALIMENTACION. › Combina alimentos entre sí, ya que la falta de algún nutriente se puede compensar con otro. COME BIEN PARA SENTIRTE BIEN › Consume alimentos en pequeñas cantidades a lo largo del día, así mejorarás tu digestión. Una buena alimentación se basa en comer de todo, pero con moderación. › Escoge alimentos bajos en grasas. › Limita el consumo de sal para mejorar la hipertensión y, mejor, utiliza sal yodada. › Incluye un alimento que sea fuente de calcio, como la leche, el yogurt, el queso blanco fresco… › Controla los dulces, déjalos para ocasiones especiales. › Procura beber al menos 6 vasos de agua al día. No olvides que tu cuerpo necesita hidratarse. › Los cereales y tubérculos, como arroz, pan, patatas… deben ser los alimentos más abundantes en tu dieta, ya que te proporcionan la energía necesaria para tener fuerzas todo el día. › Las legumbres, carnes, pescados y huevos te dan las proteínas necesarias para reponer tus tejidos y también te ayudan a combatir infecciones. › Las frutas y verduras son la fuente principal de muchas vitaminas y minerales necesarias para que todo tu cuerpo funcione bien. Cualquier variedad te ayudará a mantener la juventud. › Para evitar infecciones, cuida la limpieza en la preparación de los alimentos. 2. SE ACTIVO. DI NO AL SEDENTARISMO No es lo mismo hacer deporte que mantenerse activo con algo de ejercicio habitual, ligero y moderado. › La actividad física aumenta la longevidad, favorece el rendimiento físico y mental, previene de caídas, reduce la ansiedad y la depresión, mejora la calidad del sueño, el ánimo y el bienestar. › Mejora patologías asociadas con la edad como la hipertensión, la diabetes o la enfermedad cardiovascular. › Ayuda a sentirse bien con uno mismo, y eso significa creer más en ti. › Para mantenerse activo no valen excusas. ¡Fuera la pereza! No importa la edad, ni que estés limitado por alguna enfermedad, lo fundamental es empezar y, ya sabes, “nunca es tarde si la dicha es buena”, luego, nunca es tarde para iniciarse en una actividad física. › ¡Ahora tienes más tiempo! Hacerse mayor significa disponer de más tiempo para uno mismo y puedes aprovecharlo para realizar un montón de actividades: visitar museos, pasear, relacionarte con gente en talleres de trabajo como pintura, jardinería, actividades culturales, bailar, viajar… › Si optas por realizar alguna actividad física de forma habitual, hazlo de manera planificada, sensata y prudente; no se trata de recuperar el tiempo perdido. Cuida tu cuerpo, trátalo bien y no cometas excesos. Utiliza ropa cómoda y práctica. Y, muy importante, no olvides beber agua para evitar deshidratarte. › Inténtalo con un alguna actividad sostenida que incluya movimientos repetitivos. Una muy sencilla es caminar o pasear una hora al día y, si durante el paseo te propones algún reto, como contar los árboles que ves, o los semáforos si lo haces por ciudad, estás también ejercitando tu memoria. › ¡Mejor al aire libre! Así te podrá dar el sol y absorberás vitamina D, muy importante para fortalecer tus huesos. › ¡Mucho mejor acompañado! Realizar actividades en grupo puede ser más divertido, ameno y satisfactorio. Además, conoces gente y te apetecerá volver en más ocasiones. 3. EJERCITA TU MEMORIA, ¡PONLA A TRABAJAR! La memoria es un almacén de recuerdos con un funcionamiento en ocasiones desconcertante. › Tener una buena o mala memoria depende de muchos factores; entre otros, de la capacidad de concentración, el nivel de estrés, la dieta, la edad, la tendencia genética, la calidad del sueño, los hábitos tóxicos o la actividad intelectual. › El cerebro es un órgano que necesita actividad para ofrecer un rendimiento adecuado a sus posibilidades. Si no se ejercita, disminuye su capacidad para pensar y recordar. › Ahora que tienes más tiempo, es el momento de prestarle atención a tu memoria. › Ejercítala con actividades sencillas que además sean entretenidas, como los pasatiempos: haz crucigramas, sudokus, sopas de letras, juega a las cartas... › ¿Tienes nietos? Ayúdales a hacer los deberes, enséñales los juegos de siempre como el parchís, la oca, las parejas... Sólo necesitarás un poquito de paciencia. › Puedes apuntarte a talleres de actividades en los que, además de mejorar la memoria y la atención, te diviertas, encuentres nuevas aficiones y, por qué no, incluso descubras en ti nuevas facetas desconocidas hasta ahora. › La lectura también es muy importante, ya que con ella, además, también mejoras la comprensión y el vocabulario. Incluso algo tan sencillo como leer el periódico todos los días te permite no sólo estar informado, sino también, sentirte partícipe de la comunidad en la que vives y comentar las noticias con los vecinos y amigos. › Debes saber que la asimilación y memorización de lo que hemos aprendido a lo largo del día se consolida durante el sueño, por eso, es necesario dormir las horas suficientes por la noche. No lo olvides: Recuérdalos y ponlos en práctica todos los días. En tus manos está retrasar el proceso de envejecimiento. Una iniciativa de: ¡Tu cuerpo necesita movimiento! No lo pares por la edad. En tus manos está retrasar el proceso de pérdida de memoria. Financiada por: Y, lo más importante: mantén la energía y el entusiasmo necesarios para llevar una vida plena, tranquila e independiente. convenio mapa-FIAB.2007 Por eso, te queremos regalar 3 sencillos consejos