2. SE ACTIVO. 1. CUIDA TU ALIMENTACION. 3. EJERCITA TU

Anuncio
1. CUIDA TU
› Hay una amplia variedad de alimentos de
cada grupo (cereales, frutas y verduras, lácteos,
carnes magras, aceite de oliva). ¡Disfruta de
ella!
ALIMENTACION.
› Combina alimentos entre sí, ya que la falta de
algún nutriente se puede compensar con otro.
COME BIEN PARA
SENTIRTE BIEN
› Consume alimentos en pequeñas cantidades
a lo largo del día, así mejorarás tu digestión.
Una buena alimentación se basa en
comer de todo, pero con moderación.
› Escoge alimentos bajos en grasas.
› Limita el consumo de sal para mejorar la
hipertensión y, mejor, utiliza sal yodada.
› Incluye un alimento que sea fuente de calcio,
como la leche, el yogurt, el queso blanco
fresco…
› Controla los dulces, déjalos para ocasiones
especiales.
› Procura beber al menos 6 vasos de agua al día.
No olvides que tu cuerpo necesita hidratarse.
› Los cereales y tubérculos, como arroz,
pan, patatas… deben ser los alimentos más
abundantes en tu dieta, ya que te proporcionan
la energía necesaria para tener fuerzas todo el
día.
› Las legumbres, carnes, pescados y huevos
te dan las proteínas necesarias para reponer
tus tejidos y también te ayudan a combatir
infecciones.
› Las frutas y verduras son la fuente principal de
muchas vitaminas y minerales necesarias para
que todo tu cuerpo funcione bien. Cualquier
variedad te ayudará a mantener la juventud.
› Para evitar infecciones, cuida la limpieza en la
preparación de los alimentos.
2. SE ACTIVO.
DI NO AL
SEDENTARISMO
No es lo mismo hacer deporte que
mantenerse activo con algo de ejercicio
habitual, ligero y moderado.
› La actividad física aumenta la longevidad,
favorece el rendimiento físico y mental, previene
de caídas, reduce la ansiedad y la depresión,
mejora la calidad del sueño, el ánimo y el
bienestar.
› Mejora patologías asociadas con la edad como
la hipertensión, la diabetes o la enfermedad
cardiovascular.
› Ayuda a sentirse bien con uno mismo, y eso
significa creer más en ti.
› Para mantenerse activo no valen excusas.
¡Fuera la pereza! No importa la edad, ni que
estés limitado por alguna enfermedad, lo
fundamental es empezar y, ya sabes, “nunca
es tarde si la dicha es buena”, luego, nunca es
tarde para iniciarse en una actividad física.
› ¡Ahora tienes más tiempo! Hacerse mayor
significa disponer de más tiempo para uno
mismo y puedes aprovecharlo para realizar un
montón de actividades: visitar museos, pasear,
relacionarte con gente en talleres de trabajo
como pintura, jardinería, actividades culturales,
bailar, viajar…
› Si optas por realizar alguna actividad física
de forma habitual, hazlo de manera planificada,
sensata y prudente; no se trata de recuperar el
tiempo perdido. Cuida tu cuerpo, trátalo bien
y no cometas excesos. Utiliza ropa cómoda y
práctica. Y, muy importante, no olvides beber
agua para evitar deshidratarte.
› Inténtalo con un alguna actividad sostenida
que incluya movimientos repetitivos. Una muy
sencilla es caminar o pasear una hora al día y, si
durante el paseo te propones algún reto, como
contar los árboles que ves, o los semáforos si lo
haces por ciudad, estás también ejercitando tu
memoria.
› ¡Mejor al aire libre! Así te podrá dar el sol y
absorberás vitamina D, muy importante para
fortalecer tus huesos.
› ¡Mucho
mejor
acompañado!
Realizar
actividades en grupo puede ser más divertido,
ameno y satisfactorio. Además, conoces gente
y te apetecerá volver en más ocasiones.
3. EJERCITA
TU MEMORIA,
¡PONLA A
TRABAJAR!
La memoria es un almacén de
recuerdos con un funcionamiento en
ocasiones desconcertante.
› Tener una buena o mala memoria depende de
muchos factores; entre otros, de la capacidad
de concentración, el nivel de estrés, la dieta,
la edad, la tendencia genética, la calidad
del sueño, los hábitos tóxicos o la actividad
intelectual.
› El cerebro es un órgano que necesita actividad
para ofrecer un rendimiento adecuado a sus
posibilidades. Si no se ejercita, disminuye su
capacidad para pensar y recordar.
› Ahora que tienes más tiempo, es el momento
de prestarle atención a tu memoria.
› Ejercítala con actividades sencillas que
además sean entretenidas, como los
pasatiempos: haz crucigramas, sudokus, sopas
de letras, juega a las cartas...
› ¿Tienes nietos? Ayúdales a hacer los deberes,
enséñales los juegos de siempre como el
parchís, la oca, las parejas... Sólo necesitarás
un poquito de paciencia.
› Puedes apuntarte a talleres de actividades
en los que, además de mejorar la memoria y
la atención, te diviertas, encuentres nuevas
aficiones y, por qué no, incluso descubras en ti
nuevas facetas desconocidas hasta ahora.
› La lectura también es muy importante, ya
que con ella, además, también mejoras la
comprensión y el vocabulario. Incluso algo tan
sencillo como leer el periódico todos los días te
permite no sólo estar informado, sino también,
sentirte partícipe de la comunidad en la que
vives y comentar las noticias con los vecinos y
amigos.
› Debes saber que la asimilación y
memorización de lo que hemos aprendido a lo
largo del día se consolida durante el sueño, por
eso, es necesario dormir las horas suficientes
por la noche.
No lo olvides:
Recuérdalos y ponlos en práctica
todos los días.
En tus manos está retrasar
el proceso de envejecimiento.
Una iniciativa de:
¡Tu cuerpo necesita
movimiento! No lo
pares por la edad.
En tus manos está
retrasar el proceso de
pérdida de memoria.
Financiada por:
Y, lo más importante:
mantén la energía y el
entusiasmo necesarios
para llevar una vida plena,
tranquila e independiente.
convenio mapa-FIAB.2007
Por eso, te queremos regalar
3 sencillos consejos
Descargar