contradicción de tesis 26/2006-ps - Suprema Corte de Justicia de la

Anuncio
CONTRADICCIÓN DE TESIS 145/2006-PS
SUSCITADA ENTRE LAS SUSTENTADAS
POR EL TERCER Y OCTAVO TRIBUNALES
COLEGIADOS, AMBOS EN MATERIA CIVIL
DEL PRIMER CIRCUITO.
MINISTRA PONENTE: OLGA SÁNCHEZ CORDERO
GARCÍA VILLEGAS.
SECRETARIA: MARIANA MUREDDU GILABERT.
DE
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
catorce de marzo de dos mil siete.
V I S T O S, y
RESULTANDO:
PRIMERO.- Mediante oficio 156/2006-T de fecha nueve de
octubre de dos mil seis, recibido en la Oficina de Certificación
Judicial y Correspondencia, en esa misma fecha, dirigido al
Ministro Presidente de la Primera Sala de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, el Magistrado Presidente del Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, denunció la posible
contradicción de tesis, entre la sustentada por éste y la sostenida
por el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, al resolver el amparo directo civil DC-518/2006 y el
amparo directo civil DC-477/94, respectivamente.
La denuncia de contradicción de tesis presentada por el
Presidente del Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, consiste en que este Tribunal Colegiado, al
resolver el juicio de garantías número D.C. 518/2006, sostuvo que
el interés convencional a que se refiere el artículo 2395 del
Código Civil para el Distrito Federal comprende tanto intereses
ordinarios como moratorios corroborándose ello con el texto del
artículo 2394, del que se desprende que la ley únicamente hace
distinción
entre
intereses
legales
y
convencionales,
en
consecuencia, aunque las partes en un contrato pueden
establecer libremente los términos en los que habrán de obligarse
y dentro de esa libertad pueden convenir tanto el pago de
intereses ordinarios como moratorios, de ahí que ambos tipos de
interés encuadran en el supuesto de intereses convencionales
puesto que derivan de la voluntad de las partes, de modo que
cuando los estipulan, pueden determinar si se generarán, a partir
de cuándo, cuál será la tasa por concepto de intereses ordinarios
y cuál la de intereses moratorios, y si ambos pueden coexistir o
no; y por su parte el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Primer Circuito al resolver el amparo directo civil 477/94,
estima lo contrario, pues afirma que el artículo 2395 del Código
Civil para el Distrito Federal, regula únicamente los intereses
ordinarios o normales que se estipulan por razón del mutuo y que,
carece de aplicación en relación a los intereses moratorios, ya
que éstos son pactados para el caso de injusto retardo en el
cumplimiento de las obligaciones contraídas por las partes, esto
es, como una sanción por incumplimiento, por lo que son de
naturaleza y origen diverso a los intereses ordinarios.
SEGUNDO.- Por proveído de dieciséis de octubre de dos mil
seis, el Presidente de la Primera Sala de esta Suprema Corte de
2
Justicia de la Nación, ordenó formar y registrar el expediente
relativo a la posible contradicción de tesis; así como girar oficio a
los Presidentes de los Tribunales Colegiados de referencia para
que remitieran las copias certificadas de las sentencias de los
demás casos en que hubieran sostenido un criterio similar, e
informaran, en caso de que en posterior ejecutoria esos órganos
colegiados se hubiesen apartado del criterio sostenido en los
expedientes en cuestión.
TERCERO.- Por oficios de fechas veinte y veintitrés de
octubre de dos mil seis, los tribunales colegiados contendientes,
informaron a este Alto Tribunal que no han sustentado similar
criterio en ninguna otra resolución, ni se han apartado del mismo.
CUARTO.- Por acuerdo de treinta y uno de octubre de dos
mil seis, el Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, tuvo por integrada la contradicción de tesis
145/2006-PS; ordenó dar vista al Procurador General de la
República, por el término de treinta días, para que expusiera su
parecer y turnó el asunto a la señora Ministra Olga Sánchez
Cordero de García Villegas, para que formulara el proyecto de
resolución correspondiente.
El Agente del Ministerio Público de la Federación, formuló
pedimento en el sentido de que sí existe contradicción de tesis y
que debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio
sostenido por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito.
3
CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, es competente para conocer de la posible
contradicción de tesis denunciada, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 197-A de la Ley de
Amparo y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, en relación con el Punto Segundo del Acuerdo
5/2001, emitido por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación el veintiuno de junio de dos mil uno y
publicado en el Diario Oficial de la Federación el día veintinueve
del mismo mes y año, en virtud de que se trata de la posible
contradicción entre tesis que sustentan Tribunales Colegiados de
Circuito en relación con un asunto de carácter civil.
SEGUNDO.- El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Primer Circuito, al fallar el amparo directo D.C. 518/2006,
sostuvo el siguiente criterio:
D. C. 518/2006.
“QUINTO. De conformidad con el artículo 79 de la
Ley de Amparo, los conceptos de violación se
analizan de manera conjunta dada la estrecha
vinculación de las cuestiones que comprenden,
pues todos tienden a combatir la reducción que
hizo
el
juez
responsable
de
los
intereses
moratorios al tipo legal. --- Aduce el quejoso que: -- a).- El juez viola en su perjuicio las formalidades
4
esenciales del procedimiento porque al emitir su
fallo no tomó en cuenta la resolución de cinco de
abril de dos mil seis, ni el contrato fundatorio de la
acción, pues fue voluntad de las partes que en el
caso de incumplimiento se pagaran intereses
moratorios. --- b).- La sentencia reclamada no es
clara, ni precisa ni congruente porque en ella el
juzgador se limita a argumentar que tomando en
cuenta lo manifestado por la codemandada (…) al
momento de dar contestación a la demanda, en el
sentido de que se encontraba en extrema pobreza
en la época de la celebración del contrato, existe
una presunción de que los intereses moratorios
fijados en un diez por ciento mensual sobrepasan
lo que establece la ley, considerando además que
el
ahora
quejoso
tenía
que
desvirtuar
las
afirmaciones de la deudora. Tales argumentos son
violatorios
de
garantías
toda
vez
que
de
conformidad con el contenido del documento base
de
la
acción
las
partes
se
sometieron
voluntariamente a él. --- c).- El juez no debió tomar
en cuenta las aseveraciones de extrema pobreza
porque únicamente fue el dicho de la demandada el
cual
no
tiene
ningún
sustento
jurídico
ni
probatorio, y además contraviene lo pactado en el
documento base de la acción, el que tiene valor
probatorio pleno por ser un documento público. --d).- La responsable fundamenta equivocadamente
su fallo, pues aplica el artículo 2395 del Código
5
Civil para el Distrito Federal para reducir al tipo
legal el interés moratorio pactado, el cual no es
aplicable porque dicho precepto únicamente se
refiere al interés ordinario (cita tesis del Octavo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, de rubro: ‘INTERESES MORATORIOS
ESTIPULADOS EN LOS CONTRATOS DE MUTUO,
NO
SE
RIGEN
ESTABLECIDAS
POR
LAS
PARA
DISPOSICIONES
LOS
INTERESES
ORDINARIOS.’ --- e).- En todo caso la reducción
respectiva debió hacerse de manera equitativa
como lo marca el citado artículo 2395 del Código
Civil para el Distrito Federal. --- Dichos afirma lo
anterior, porque si bien es cierto no se encuentra
debidamente acreditada la extrema pobreza de la
demandada, también lo es que el artículo 2395 del
Código Civil para el Distrito Federal no lo exige,
circunstancia
que
se
advierte
de
su
propio
contenido: --- ‘ARTÍCULO 2,395.- El interés legal es
el nueve por ciento anual. El interés convencional
es el que fijen los contratantes, y puede ser mayor
o menor que el interés legal; pero cuando el interés
sea tan desproporcionado que haga fundadamente
creer que se ha abusado del apuro pecuniario, de la
inexperiencia o de la ignorancia del deudor, a
petición de éste el juez, teniendo en cuenta las
especiales circunstancias del caso, podrá reducir
equitativamente el interés hasta el tipo legal. --- El
sentido literal del artículo transcrito, es claro en
6
cuanto a que el juez, a petición del deudor,
teniendo en cuenta las especiales circunstancias
del caso, puede decretar la reducción del interés,
siempre que éste sea tan desproporcionado que le
haga fundadamente creer que se ha abusado del
apuro pecuniario, de la inexperiencia o de la
ignorancia del deudor. --- De modo que para que el
juez ejerza la facultad de reducir equitativamente el
interés, se necesita que: --- 1.- Lo solicite el deudor.
--- 2.- El interés estipulado por las partes sea muy
desproporcionado respecto del interés legal.--- 3.Existan datos o circunstancias especiales que
permitan creer que se ha abusado del apuro
pecuniario, de la inexperiencia o de la ignorancia
del deudor. --- De lo anterior, se advierte que no es
necesario
que
se
encuentre
plenamente
demostrado que el deudor al momento de solicitar
el préstamo de dinero, se halle en extrema pobreza,
sino que basta que de las circunstancias del caso
derive la presunción fundada de que se actualiza
cualquiera de los supuestos para que el juez pueda
hacer la reducción respectiva. --- Lo expuesto, de
ninguna manera transgrede el elemento esencial de
todo contrato, que es la voluntad de las partes, ni
implica la privación del derecho del acreedor a
cobrar los intereses pactados, ya que en su caso, la
condena a pagar los intereses, ya fueran ordinarios
o moratorios, subsistiría, con la única salvedad de
que el monto deberá reducirse incluso hasta el tipo
7
legal, tomando en consideración las circunstancias
especiales del caso. --- También cabe precisar que
al advertirse una gran diferencia entre la tasa de
interés pactada para cubrir ordinarios o moratorios
y el legal, surge una presunción en favor del
deudor de que existió un abuso, por lo que con
base en su petición, y siempre que la presunción
no sea desvirtuada por otras pruebas, el Juez,
teniendo en cuenta las especiales circunstancias
del
caso,
estará
facultado
para
reducir
equitativamente el interés hasta el tipo legal. --Asimismo, de lo dispuesto en el artículo 2395 en
análisis, no deriva que el interés convencional que
puede ser materia de reducción sea únicamente el
ordinario y no el moratorio, puesto que el texto
legal
se
refiere
al
interés
convencional,
sin
distinguir entre ordinario y moratorio, por lo que no
cabe distinción alguna, y debe concluirse que
comprende a ambos tipos de interés. --- En la
especie, de las constancias que la autoridad
responsable adjuntó a su informe justificado cuya
naturaleza de actuaciones judiciales les caracteriza
como documentos públicos, y por ende, tienen
valor probatorio pleno de conformidad con lo
dispuesto por los artículos 129 y 202 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo, se advierte que: --1.-
Las
partes
al
celebrar
el
contrato
de
reconocimiento de adeudo sin interés con garantía
8
hipotecaria pactaron entre
otras cláusulas, la
siguiente (foja 11 del juicio de origen, testimonio
veintidós mil ochocientos noventa y dos, pasado
ante la fe del notario público ciento ochenta del
Distrito
Federal):
---
‘CUARTA.-
LA
PARTE
DEUDORA conviene y acepta que el capital
adeudado no causará intereses ordinarios, pero si
la parte DEUDORA no paga puntualmente alguna
de las mensualidades estipuladas en las cláusulas
anteriores o faltare al cumplimiento de cualesquiera
de las obligaciones contraídas se darán por
vencidos anticipadamente todos los plazos y se
procederá en el acto a promover juicio, causando
intereses a razón del DIEZ POR CIENTO MENSUAL,
sobre el total del capital adeudado, desde la fecha
del primer plazo vencido y no pagado hasta la total
solución del adeudo’. --- 2.- La parte demandada al
contestar la demanda interpuesta en su contra,
narró lo siguiente (fojas 44 y 45 del expediente): --‘V.- …por lo cual la parte actora valiéndose de la
denominación del contrato y de la extrema pobreza
en que se encontraba el señor (…) junto con la
suscrita el día siete de enero de dos mil cinco, hizo
creer a la suscrita que el préstamo dado era sin
ningún tipo de interés, haciendo de esta manera
que la suscrita plasmara su voluntad, aunado a que
el 10% de intereses sobrepasa lo que establece la
ley en materia civil que es del seis por ciento anual
y no del 10% mensual lo que conlleva a un
9
enriquecimiento ilícito por parte de los (sic) (…) .’ --
Las
anteriores
transcripciones
tanto
del
documento fundatorio de la acción como del
escrito de contestación de demanda, evidencian
que la deudora sí se inconformó respecto de los
intereses pactados, pues precisó que el porcentaje
del 10% ‘sobrepasa’ lo que establece la ley, y esa
situación bastó para que el juez responsable
legalmente apreciara que existe una gran diferencia
entre el interés legal y el pactado en el contrato de
reconocimiento de adeudo sin interés con garantía
hipotecaria y es una circunstancia que permite
presumir que se ha abusado del apuro pecuniario
de la deudora, sin que en el caso existan pruebas
que desvirtúen dicha presunción. --- En ese
contexto, puede válidamente concluirse que en la
especie sí se reúnen todos los requisitos que exige
el artículo 2395 del Código Civil para el Distrito
Federal para que sea procedente el uso de la
facultad del juzgador de reducir los intereses
incluso hasta al tipo legal. --- Por otra parte,
también es infundado el argumento que hace valer
el quejoso en cuanto a que la parte demandada sí
debe ser condenada al pago de los intereses
moratorios en los términos del fundatorio de la
acción, toda vez que así fue convenido al momento
de la celebración del contrato, y que como las
partes pueden convenir el pago de intereses
moratorios es procedente su condena. --- En efecto,
10
si bien es cierto que en los contratos civiles cada
una de las partes se obliga en la forma y términos
que aparezca que quiso obligarse, también lo es
que la propia ley precisa ciertos límites a esa
libertad contractual,
tal como se advierte de los
artículos 6 y 1832 del Código Civil para el Distrito
Federal, los cuales son del tenor siguiente: --‘Artículo 6º.- La voluntad de los particulares no
puede eximir de la observancia de la ley, ni alterarla
o
modificarla.
Sólo
pueden
renunciarse
los
derechos privados que no afecten directamente al
interés público, cuando la renuncia no perjudique
derechos de tercero’. --- ‘Artículo 1832. En los
contratos civiles cada uno se obliga en la manera y
términos que aparezca que quiso obligarse, sin que
para
la
validez
del
contrato
se
requieran
formalidades determinadas, fuera de los casos
expresamente designados por la ley’. --- De los
artículos transcritos se advierte que las personas
que intervienen en la celebración de un contrato se
encuentran en plena libertad de obligarse en los
términos que consideren más convenientes, ello
siempre
y
cuando
no
se
contravengan
disposiciones legales ni se afecte el interés
público. --- Por su parte, el diverso precepto 1796
del
mismo
ordenamiento
legal,
textualmente
señala: --- ‘Artículo 1,796.- Los contratos se
perfeccionan por el mero consentimiento; excepto
aquellos que deben revestir una forma establecida
11
por la ley. Desde que se perfeccionan obligan a los
contratantes
no
expresamente
sólo
al
pactado,
cumplimiento
sino
también
de
a
lo
las
consecuencias que, según su naturaleza, son
conforme a la buena fe, al uso o a la ley’. --- El texto
del precepto legal recién transcrito, es claro en
cuanto a que cuando los contratantes llegan a un
acuerdo
y
otorgan
su
consentimiento
queda
perfeccionado el contrato respectivo, y están
obligados a lo expresamente pactado en él, dado
que en materia de contratos la voluntad de las
partes es ley suprema, puesto que la propia ley les
da la facultad de incluir las cláusulas que estimen
convenientes. --- Así, las partes están facultadas
para pactar el pago de intereses ya sea ordinarios o
moratorios; al respecto, los artículos 1839, 2393,
2394 y 2395, del ordenamiento legal en cita
previenen lo siguiente: --- ‘Artículo 1,839.- Los
contratantes pueden poner las cláusulas que crean
convenientes; pero las que se refieran a requisitos
esenciales del contrato, o sean consecuencias de
su naturaleza ordinaria, se tendrán por puestas
aunque no se expresen, a no ser que las segundas
sean
renunciadas
en
los
casos
y
términos
permitidos por la ley’. --- ‘ARTÍCULO 2,393.- Es
permitido estipular interés por el mutuo, ya
consista en dinero, ya en géneros’. --- ‘ARTÍCULO
2,394.- El interés es legal o convencional’. --‘ARTÍCULO 2,395.- El interés legal es el nueve por
12
ciento anual. El interés convencional es el que fijen
los contratantes, y puede ser mayor o menor que el
interés legal; pero cuando el interés sea tan
desproporcionado que haga fundadamente creer
que se ha abusado del apuro pecuniario, de la
inexperiencia o de la ignorancia del deudor, a
petición de éste el juez, teniendo en cuenta las
especiales circunstancias del caso, podrá reducir
equitativamente el interés hasta el tipo legal’. --- El
sentido literal de esas disposiciones legales, es
claro en cuanto a que las partes pueden pactar
todas aquellas cláusulas que crean convenientes,
entre las que se encuentra precisamente el
establecimiento del pago de intereses ordinarios o
moratorios, los cuales pueden ser mayores o
menores que el interés legal, pero si la tasa que se
pacte resulta ser tan desproporcionada en relación
al interés legal, que permita presumir que se ha
abusado del deudor, a petición de éste, el juez
puede reducirlos incluso hasta el monto del interés
legal. --- En conclusión, puede considerarse que en
los contratos las partes se obligan en los términos
que aparezca que quisieron obligarse, pero que en
el caso de la estipulación del pago de intereses ya
sea ordinarios o moratorios, existe cierto límite, el
que se encuentra establecido en el propio artículo
2395 del Código Civil para el Distrito Federal, con lo
que se pretende evitar un abuso por parte de uno
de
los
contratantes,
es
decir,
el
órgano
13
jurisdiccional queda facultado para que a petición
del
deudor,
establezca
en
la
sentencia
una
situación de equilibrio entre los derechos y
obligaciones de las partes. --- De ahí que si en el
caso, se actualiza el supuesto previsto en el
artículo mencionado, el juez sí tenía la facultad para
hacer la reducción del interés respectivo, razón por
la que resulta infundado el argumento del quejoso.
--- En otro aspecto, tampoco asiste razón al
peticionario de garantías en cuanto afirma que el
artículo 2395 de la ley sustantiva civil citada,
únicamente es aplicable a los intereses ordinarios
más no a los moratorios. --- Ello es así, porque esa
facultad del juzgador opera y es aplicable tanto
respecto de los intereses ordinarios como de los
moratorios, lo anterior se corrobora con el propio
texto de los artículos 2394 y 2395 del ordenamiento
legal citado, que estatuyen: --- ‘ARTÍCULO 2,394.- El
interés es legal o convencional’. --- ‘ARTÍCULO
2,395.- El interés legal es el nueve por ciento anual.
El interés convencional es el que fijen los
contratantes, y puede ser mayor o menor que el
interés legal (…)’. --- De los artículos copiados se
desprende que la ley únicamente hace distinción
entre
intereses
entendiéndose
establecidos
legales
por
los
expresamente
y
convencionales,
primeros,
en
la
ley
aquellos
civil
o
mercantil, y que en el caso la tasa es del nueve por
ciento anual, y por los segundos, aquellos que fijen
14
los contratantes. --- Por tanto, aunque las partes en
un contrato pueden establecer libremente los
términos en los que habrán de obligarse y dentro
de esa libertad pueden convenir tanto el pago de
intereses ordinarios como moratorios, ambos tipos
de interés encuadran en el supuesto de intereses
convencionales puesto que derivan de la voluntad
de las partes, de modo que cuando los estipulan,
pueden determinar si se generarán, a partir de
cuándo, cuál será la tasa por concepto de intereses
ordinarios y cuál la de intereses moratorios, y si
ambos pueden coexistir o no. -- De ahí que ambos
tipos de intereses, ordinarios y moratorios, sean
convencionales. --- En otro aspecto, no son
aplicables al caso los criterios que cita el quejoso,
emitidos el primero (tesis), por el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, el
cual aparece publicado en la página 1074, Tomo
XVII, febrero de 2003, y el segundo (jurisprudencia),
por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Sexto Circuito, publicado en la página 502,
tomo XV, junio de 2002, ambos de la Novena Época
del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, de rubro y texto siguientes: --- ‘INTERESES
MORATORIOS, DESDE CUÁNDO PROCEDE LA
CONDENA A LOS’ (se transcribe). --- ‘INTERESES
MORATORIOS.
LEGALIDAD
DE
ELLOS
AUN
CUANDO SU MONTO EXCEDA A LA SUERTE
PRINCIPAL’ (se transcribe). --- En efecto, no son
15
aplicables porque se refieren, el primero, a desde
cuándo procede la condena al pago de intereses
moratorios, y el segundo, a que no es ilegal la
condena al pago de intereses moratorios aun
cuando exceda la suerte principal, puesto que a
mayor tiempo de mora mayor será el monto de
tales intereses; mientras que en el caso se trata de
la reducción del interés moratorio pactado por las
partes, que por las circunstancias especiales del
asunto se catalogó como desproporcionado, y que
en sí mismo permitió creer que se había abusado
del apuro pecuniario de la deudora, dado que en
condiciones ordinarias es difícil aceptar un interés
tan alto, de manera mensual, cuando es un hecho
notorio que las tasas anuales que están cubriendo
las instituciones de crédito, no son de tal monto.
Además, se trata de criterios emitidos por órganos
jurisdiccionales de la misma jerarquía que este
tribunal, y por tanto no lo obligan en términos del
artículo 192 de la Ley de Amparo. --- Finalmente,
tampoco beneficia al quejoso la tesis que cita para
fortalecer sus conceptos de violación, emitida por
el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, que aparece publicada en la página
461, Tomo XIV, Noviembre de 1994, Octava Época
del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, que es del tenor siguiente: --- ‘INTERESES
MORATORIOS
ESTIPULADOS
EN
LOS
CONTRATOS DE MUTUO, NO SE RIGEN POR LAS
16
DISPOSICIONES
ESTABLECIDAS
PARA
LOS
INTERESES ORDINARIOS’ (se transcribe) --- En
efecto, aunque sí resultaría aplicable al caso la
tesis recién transcrita no beneficia al peticionario
de amparo porque además de que se trata de una
tesis aislada emitida por un órgano jurisdiccional
de la misma jerarquía que este tribunal, y por tanto
lo obliga en términos del artículo 192 de la Ley de
Amparo, este tribunal colegiado no comparte dicho
criterio por las razones expuestas a lo largo de esta
sentencia, y de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 196 de la Ley de Amparo, debe hacerse la
denuncia
de
correspondiente.
demostrada
la
contradicción
---
de
Consecuentemente,
inconstitucionalidad
del
tesis
no
acto
reclamado, procede negar el amparo y protección
de la justicia federal”.
TERCERO.- Por su parte, el Octavo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo directo
477/94, sostuvo las siguientes consideraciones:
D.C. 477/94
“CUARTO.- Los quejosos aducen en síntesis que la
autoridad responsable infringió en su perjuicio las
garantías individuales consagradas en los artículos
14 y 16 constitucionales, al no considerar nula la
cláusula segunda del contrato básico en la que se
establece un interés a razón del diez por ciento
17
mensual en caso de juicio. Que dicha autoridad
deja de observar lo dispuesto por el artículo 2395
del Código Civil para el Distrito Federal, del que se
observa que el ánimo del juzgador es proteger a los
deudores, reuniéndose en el caso concreto los
presupuestos de dicho numeral ya que existió
apuro pecuniario; además, de ser excesivo el
interés pactado ya que el legal asciende al nueve
por ciento mensual y el convenio en el contrato
básico asciende a ciento veinte por ciento anual lo
que a todas luces es desproporcionado. --- Son
ineficaces los argumentos que anteceden, por los
motivos que a continuación se exponen. --- Los
artículos 1840, 2393 y 2395 del Código Civil para el
Distrito Federal, establecen: --- ‘ART. 1840.- (se
transcribe). --- ‘ART. 2393.- (se transcribe). --- ‘ART.
2395.-
(se
integrantes
transcribe).
del
---
juicio
De
las
especial
constancias
hipotecario,
expediente 1054/91, origen del acto reclamado y
que merecen plena eficacia probatoria en términos
de los artículos 129 y 202 del Código Federal de
Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la
Ley de Amparo, se desprende lo siguiente: --- 1.Que mediante escrito de fecha diecinueve de julio
de mil novecientos noventa y uno, (…) por
conducto de su representante legal, demandó de
(…) , las prestaciones siguientes: --- ‘a).- El pago de
la cantidad de $20’000,000.00 (VEINTE MILLONES
DE PESOS 00/100 M.N.), por concepto de suerte
18
principal o capital mutuado.- b).- El pago de los
intereses adeudados correspondientes a los meses
de ENERO DE 1991 A JULIO DEL MISMO AÑO, mas
los que se sigan devengando hasta la total solución
del presente juicio.- c).- El pago del 1% más sobre
capital como interés moratorio.- d).- El pago de la
suma de $2’000,000.00 (DOS MILLONES DE PESOS
00/100 M.N.) como pena por los daños y perjuicios
que origine su incumplimiento.- e).- El pago de los
intereses a razón del 10% mensual a partir de la
presentación de esta demanda.- f).- El pago de los
gastos y costas que se originen por motivo de la
tramitación del presente juicio’. --- En los hechos
de la demanda, entre otras cuestiones se manifestó
que el catorce de diciembre de mil novecientos
ochenta y nueve, las partes celebraron contrato de
mutuo con interés, transmitiéndoles la actora a los
demandados la cantidad de veinte millones de
pesos.
Que
se
pactó
que
los
demandados
devolverían el capital en seis meses, forzoso para
la acreedora y voluntario para los deudores. Que
durante el tiempo en que el adeudo estuviera
insoluto, se pagarían intereses a razón del uno por
ciento mensual. ‘…c).- Si los intereses no fueren
cubiertos dentro de los cinco días siguientes a la
fecha señalada para su pago, los deudores pagarán
un uno por ciento más, sobre el capital como pena
durante todo el tiempo de mora.- d).- Que si los
deudores dieren a lugar a juicio, el interés se
19
computará a razón del diez por ciento mensual, en
lugar del antes fijado…’. --- 2.- La actora acompañó
a
su
demanda,
la
escritura
notarial
número
veintisiete mil quinientos cuarenta y siete, de fecha
catorce de diciembre de mil novecientos ochenta y
nueve, en la que consta el contrato de mutuo e
hipoteca
celebrado
demandados.
En
la
entre
la
cláusula
actora
segunda
y
de
los
la
documental referida las partes en litigio pactaron lo
siguiente: --- ‘…SEGUNDO.- A partir de la fecha de
firma de la presente escritura, los deudores
solidariamente contraen a favor de sus acreedores
las siguientes obligaciones; - Devolverán el capital
prestado dentro del plazo de SEIS MESES forzoso
para
las
acreedoras
y
voluntario
para
los
deudores;- Durante todo el tiempo en que el
adeudo esté insoluto devengará intereses a razón
del UNO por ciento mensual, pagaderos por
mensualidades adelantadas y puestos, lo mismo
que el capital en el domicilio de las acreedoras o de
quien las represente sin necesidad de previo cobro,
y en efectivo, en el entendido, de que todo mes
comenzado de intereses se tendrá por transcurrido
y se pagará integro; - Si los intereses no fueren
cubiertos dentro de los cinco días siguientes a la
fecha señalada para su pago, los deudores pagarán
un UNO por ciento mensual más sobre capital
como pena, durante todo el tiempo de mora; y, si
los deudores dieren lugar a juicio el interés se
20
computará a razón del DIEZ por ciento mensual en
lugar del antes fijado y además incurrirán en una
pena de DOS MILLONES DE PESOS, por los daños
y perjuicios que origine su incumplimiento …’--Por otro lado, en la sentencia reclamada que
modificó la de primer grado, la ad quem en el sexto
punto
resolutivo
hizo
la
siguiente
condena:
‘SEXTO.- Se condena a la parte demandada a pagar
a la parte actora los intereses moratorios causados
a partir del mes de MARZO de mil novecientos
noventa y tres hasta que se liquide totalmente la
suerte principal, a razón del DIEZ POR CIENTO
MENSUAL
sobre
saldos
insolutos,
previa
liquidación en ejecución de sentencia’. Lo anterior,
en razón de que consideró que si bien los testigos
que ofrecieron los demandados, manifestaron que
el origen del mutuo lo fue la enfermedad de uno de
ellos; también era cierto que no se demostró que
las
penas
impuestas
por
incumplimiento
sobrepasaran los límites de lo razonable, ni se
observaba que fueran excesivas. --- De la relación
anterior,
se
argumentos
advierte
en
la
estudio,
ineficiencia
toda
de
vez
los
que
independientemente de lo que estimó la sala
responsable
en
relación
con
los
intereses
moratorios pactados para el caso del litigio; lo
cierto es, que los supuestos del artículo 2395 del
Código Civil en cita, que invocan los quejosos
como sustento para su solicitud de que se rebaje el
21
porcentaje del interés moratorio al tipo legal, no
resultan aplicables en forma alguna a la cuestión
controvertida. --- En efecto, vinculando el contenido
del artículo 2395 del artículo 2393, ambos del
Código Civil en cita, es evidente que aquél precepto
regula los intereses ordinarios o normales que se
permite legalmente estipular por razón del mutuo; y
en el caso, la cuestión en controversia no se refiere
a tales intereses ordinarios, sino a los intereses
moratorios, que está permitido legalmente pactar
convencionalmente en términos del artículo 1840
del ordenamiento sustantivo invocado. De tal
suerte, que al regular el artículo 2395 del Código
Civil multicitado los intereses ordinarios, carece de
aplicación alguna en relación con los intereses
moratorios que nos ocupan, ya que éstos son
pactados para el caso de injusto retardo en el
cumplimiento de las obligaciones contraídas por
las partes, esto es, como una sanción por
incumplimiento,
de
ahí,
la
ineficacia
de
los
argumentos en estudio puesto que los quejosos
pretenden la aplicación del artículo 2395 citado, en
relación con los intereses moratorios pactados en
el contrato básico. --- Sobre el particular tiene
aplicación analógica, la tesis número III. 1°. C. 269C, del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Tercer Circuito, publicada a fojas doscientos
cuatro
y
doscientos
cinco,
del
tobo
VIII,
correspondiente a octubre de mil novecientos
22
noventa y uno, Octava Época del Semanario
Judicial de la Federación que dice: --- ‘INTERESES
MORATORIOS.
DISPOSICIONES
INTERESES
NO
SE
RIGEN
POR
LAS
PARA
LOS
(LEGISLACIÓN
DEL
ESTABLECIDAS
ORDINARIOS
ESTADO DE JALISCO.’ (se transcribe). --- Es
pertinente destacar, en este aspecto primeramente
que el criterio antes transcrito y que comparte este
tribunal
colegiado,
resulta
aplicable
al
caso
concreto por existir similitud en lo dispuesto por
los artículos 2313 del Código Civil para el Estado
de Jalisco (que refiere la tesis transcrita) y el
artículo 2395 del Código Civil para el Distrito
Federal. --- Por otro lado, no puede estimarse que
lo dispuesto por el artículo 2395 del Código Civil
para el Distrito Federal pueda tener aplicación
analógica a los intereses moratorios, ya que éstos
son de naturaleza y origen diverso a los intereses
ordinarios, puesto que aquéllos como ya se dijo
constituyen una sanción al incumplimiento de las
obligaciones contraídas; en cambio los segundos,
constituyen una justa ganancia que la ley permite
recibir al mutuante por el hecho de transferir la
propiedad de una suma de dinero o de otra cosas
fungibles al mutuario, durante el tiempo que
transcurra para que éste se las devuelva a aquél. --En consecuencia, habiendo resultado ineficaces
los conceptos de violación aducidos, procede
23
negar el amparo y protección de la justicia federal
solicitados”.
Las anteriores consideraciones dieron lugar a la tesis cuyos
datos de localización, rubro y contenido se precisan a
continuación:
Octava Época
Instancia: OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL
DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XIV, Noviembre de 1994
Tesis: I. 8o. C. 82 C
Página: 461
"INTERESES MORATORIOS ESTIPULADOS EN LOS
CONTRATOS DE MUTUO, NO SE RIGEN POR LAS
DISPOSICIONES
ESTABLECIDAS
INTERESES ORDINARIOS.
PARA
LOS
El artículo 2395 del
Código Civil para el Distrito Federal, que regula los
intereses ordinarios o normales que se permite
legalmente estipular por razón del mutuo, carece de
aplicación en relación a los intereses moratorios,
ya que éstos son pactados para el caso de injusto
retardo en el cumplimiento de las obligaciones
contraídas por las partes, esto es, como una
sanción por incumplimiento, y no cabe estimar que
lo dispuesto por el artículo citado pueda aplicarse
por analogía a los intereses moratorios, ya que
éstos son de naturaleza y origen diverso a los
intereses ordinarios, puesto que aquéllos como ya
24
se dijo, constituyen una sanción al incumplimiento
de las obligaciones contraídas; en cambio los
segundos constituyen una justa ganancia que la ley
permite recibir al mutuante por el hecho de
transferir la propiedad de una suma de dinero o de
otras cosas fungibles al mutuario, durante el
tiempo que transcurra para que éste se los
devuelva a aquél".
"OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO".
"Amparo directo 477/94. María Irene Sánchez Rivera de
Camacho y otro. 8 de septiembre 1994. Unanimidad de votos.
Ponente: María del Carmen Sánchez Hidalgo. Secretaria: María
Concepción Alonso Flores”.
CUARTO.- Cabe señalar que aun cuando los criterios
sustentados por los Tribunales Colegiados contendientes, no
constituyen jurisprudencia debidamente integrada, ello no es
requisito indispensable para proceder a su análisis y establecer si
existe la contradicción planteada y en su caso cuál criterio debe
prevalecer.
Tienen
aplicación
las
tesis,
que
a
continuación
se
transcriben:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXI, Enero de 2005
25
Tesis: 1a./J. 129/2004
Página: 93
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. ES PROCEDENTE LA DENUNCIA
RELATIVA CUANDO EXISTEN CRITERIOS OPUESTOS, SIN QUE
SE
REQUIERA
QUE
CONSTITUYAN
JURISPRUDENCIA.
Adicionalmente al criterio establecido por el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis de
jurisprudencia P./J. 26/2001, de rubro: 'CONTRADICCIÓN DE
TESIS
DE
TRIBUNALES
COLEGIADOS
DE
CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA.', publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII,
abril de 2001, página 76, para que la denuncia de contradicción
de tesis sea procedente, no se requiere que los criterios que se
consideren opuestos constituyan jurisprudencia, toda vez que
los artículos 107, fracción XIII, primer párrafo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y 197-A de la Ley de
Amparo, que establecen el procedimiento para resolverla, no
imponen dicho requisito."
"Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XII, Noviembre de 2000
Tesis: 2a./J. 94/2000
Página: 319
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. SU EXISTENCIA
REQUIERE
DE
CRITERIOS
DIVERGENTES
PLASMADOS EN DIVERSAS EJECUTORIAS, A
PESAR DE QUE NO SE HAYAN REDACTADO NI
PUBLICADO EN LA FORMA ESTABLECIDA POR LA
LEY.
Los artículos 107, fracción XIII, de la
26
Constitución General de la República, 197 y 197-A
de la Ley de Amparo, regulan la contradicción de
tesis sobre una misma cuestión jurídica como
forma o sistema de integración de jurisprudencia,
desprendiéndose que la tesis a que se refieren es el
criterio
jurídico
sustentado
por
un
órgano
jurisdiccional al examinar un punto concreto de
derecho, cuya hipótesis, con características de
generalidad y abstracción, puede actualizarse en
otros asuntos; criterio que, además, en términos de
lo establecido en el artículo 195 de la citada
legislación, debe redactarse de manera sintética,
controlarse y difundirse, formalidad que de no
cumplirse no le priva del carácter de tesis, en tanto
que esta investidura la adquiere por el solo hecho
de reunir los requisitos inicialmente enunciados de
generalidad y abstracción. Por consiguiente, puede
afirmarse que no existe tesis sin ejecutoria, pero
que ya existiendo ésta, hay tesis a pesar de que no
se haya redactado en la forma establecida ni
publicado y, en tales condiciones, es susceptible
de formar parte de la contradicción que establecen
los preceptos citados".
QUINTO.- En primer lugar debe determinarse si en el caso
existe contradicción de criterios, pues sólo en tal supuesto es
dable determinar cuál es el que debe prevalecer.
27
Para que exista materia a dilucidar respecto de cuál criterio
es el que debe prevalecer, debe existir, cuando menos
formalmente, una oposición de criterios jurídicos en los que se
analice la misma cuestión; es decir, para que se surta su
procedencia, la contradicción denunciada debe referirse a las
consideraciones,
razonamientos
o
interpretaciones
jurídicas
vertidos dentro de la parte considerativa de las sentencias
respectivas.
En otras palabras, existe contradicción de criterios cuando
concurren los siguientes supuestos:
a) Que al resolver los negocios se examinen cuestiones
jurídicas esencialmente iguales y se adopten posiciones o
criterios jurídicos discrepantes;
b) Que la diferencia de criterios se presente en las
consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de
las sentencias respectivas, y
c) Que los diferentes criterios provengan del examen de los
mismos elementos.
Al respecto, es aplicable la jurisprudencia que a continuación
se transcribe:
"Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XIII, Abril de 2001
28
Tesis: P./J. 26/2001
Página:
76
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA
SU EXISTENCIA.
De conformidad con lo que
establecen los artículos 107, fracción XIII, primer
párrafo, de la Constitución Federal y 197-A de la
Ley de Amparo, cuando los Tribunales Colegiados
de Circuito sustenten tesis contradictorias en los
juicios de amparo de su competencia, el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala
que corresponda deben decidir cuál tesis ha de
prevalecer. Ahora bien, se entiende que existen
tesis
contradictorias
cuando
concurren
los
siguientes supuestos: a) que al resolver los
negocios
jurídicos
se
examinen
cuestiones
jurídicas esencialmente iguales y se adopten
posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b)
que la diferencia de criterios se presente en las
consideraciones, razonamientos o interpretaciones
jurídicas de las sentencias respectivas; y, c) que
los distintos criterios provengan del examen de los
mismos elementos".
Establecido lo anterior, es procedente examinar si en la
especie se da o no contradicción de criterios.
A juicio de esta Primera Sala los criterios confrontados son,
en términos lógicos, efectivamente contradictorios, pues lo que
29
uno de ellos afirma acerca de un mismo problema, el otro lo
niega.
En efecto, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, al resolver el amparo directo civil 518/2006,
sostuvo que el juzgador a petición del deudor, teniendo en cuenta
las especiales circunstancias del caso, con fundamento en el
artículo 2395, del Código Civil para el Distrito Federal, puede
decretar la reducción de los intereses moratorios, siempre que
estos sean tan desproporcionado que le haga fundadamente
creer que se ha abusado del apuro pecuniario, de la inexperiencia
o de la ignorancia del deudor.
El referido Tribunal Colegiado considera que el citado
precepto también debe regir a los intereses moratorios pactados
por las partes, toda vez que éste no prevé que el único interés
que pueda ser materia de reducción, sea el ordinario y no así el
moratorio, puesto que el texto legal se refiere a interés
convencional, sin distinguir entre ordinario y moratorio, por lo que
no cabe distinción alguna, y debe concluirse que comprende a
ambos tipos de intereses.
En el amparo directo en el que el Tercer Tribunal Colegiado
en
Materia
Civil
del
Primer
Circuito,
hizo
el
anterior
pronunciamiento, el acto reclamado consistió en la resolución
dictada por el Juez Décimo
Primero de Paz Civil del Distrito
Federal, dictada con motivo de un juicio especial hipotecario, en el
que la demandada fue condenada al pago de las prestaciones
derivadas del incumplimiento del contrato de reconocimiento de
30
adeudo sin interés y garantía hipotecaria, sin embargo, se
redujeron los intereses moratorios que originalmente se habían
pactado por las partes, esto es, en un diez por ciento mensual
desde que se constituyó en mora hasta la total solución del
adeudo, al tipo legal del nueve por ciento anual, desde que se
constituyó en mora hasta la total solución del adeudo, motivo por
el cual se promovió el juicio de garantías que dio lugar al criterio
de referencia.
Por su parte, el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Primer Circuito, al resolver el amparo directo 477/94, sostuvo
que no puede estimarse que lo dispuesto por el artículo 2395 del
Código Civil para el Distrito Federal pueda tener aplicación
analógica a los intereses moratorios, ya que éstos son de
naturaleza y origen diverso a los intereses ordinarios, puesto que
aquéllos constituyen una sanción al incumplimiento de las
obligaciones contraídas, en cambio los segundos, constituyen una
justa ganancia que la ley permite recibir al mutuante por el hecho
de transferir la propiedad de una suma de dinero o de otras cosas
fungibles del mutuario, durante el tiempo que transcurra para que
éste se las devuelva a aquél.
Los antecedentes que fueron analizados por el Tribunal
Colegiado de referencia, derivaron del análisis del amparo directo
promovido en contra de la sentencia dictada por la Tercera Sala
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en un juicio
especial hipotecario, con motivo de un contrato de mutuo con
interés, transmitiendo la actora a los demandados la cantidad de
veinte millones de pesos. En el contrato se pactó que los
31
demandados devolverían el capital en seis meses y que en el
tiempo en el que el adeudo estuviera insoluto, se pagarían
intereses a razón del uno por ciento mensual, y si los intereses no
eran pagados dentro de los cinco días siguientes a la fecha
señalada para su pago, los deudores pagarían un uno por ciento
más, sobre el capital como pena durante todo el tiempo de mora y
por último acordaron que si los deudores dieran lugar a juicio, el
interés se computaría a razón del diez por ciento mensual, en
lugar del antes fijado. En la sentencia de segundo grado que
modificó la de primer grado, la Sala responsable consideró que no
era procedente disminuir los intereses moratorios pactados pues
no se había demostrado que fueran excesivos. Contra ésta
resolución es que se promovió el juicio de garantías en la que el
Tribunal Colegiado sostuvo el criterio referido en el párrafo
anterior.
De lo antes relacionado se desprende que ambos Tribunales
Colegiados analizaron que si derivado del incumplimiento de un
contrato en el que el objeto era el préstamo de una determinada
cantidad de dinero, y habían sido pactados intereses moratorios
en caso de incumplimiento de la deudora, al actualizarse éste, era
procedente o no aplicar las reglas del artículo 2395 del Código
Civil para el Distrito Federal, en el sentido de si el juzgador se
encontraba facultado para disminuir los intereses moratorios por
considerar que había existido abuso con motivo del estado de
necesidad del deudor, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito, sostiene que sí es aplicable la regla
prevista en el precepto mencionado, pues se trata de intereses
convencionales, aunque sean moratorios, y el Octavo Tribunal
32
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, sostiene que no lo
es, pues se trata de intereses pactados para el caso de injusto
retardo en el cumplimiento de las obligaciones contraídas por las
partes.
En consecuencia, estamos ante una oposición lógica de
carácter contradictorio, ya que no es posible considerar que
ambas afirmaciones sean al mismo tiempo verdaderas o al mismo
tiempo falsas, sino que necesariamente una ha de considerarse
como verdadera y la otra como falsa, de acuerdo al principio
lógico de contrariedad.
Asimismo, se considera que las cuestiones jurídicas
planteadas son esencialmente iguales, esto es, provienen del
examen de los mismos elementos, habiéndose adoptado criterios
discrepantes.
Las cuestiones jurídicas gravitan en torno al mismo tipo de
problema jurídico, el cual consiste en determinar si en el caso de
incumplimiento de un contrato cuyo objeto consiste en el
préstamo de una determinada cantidad de dinero y se pactaron
intereses moratorios para el caso de incumplimiento de las
obligaciones contraídas, es aplicable o no la regla del artículo
2395, del Código Civil para el Distrito Federal.
Por último, de las constancias de autos y como se demostró
con antelación, se advierte que los puntos de vista que se
presentan
como
contradictorios
provienen
de
la
parte
considerativa de las distintas ejecutorias de los tribunales
33
colegiados contendientes, esto es, los puntos de vista se
encuentran en los razonamientos o interpretaciones jurídicas de
las sentencias respectivas.
Cabe hacer la precisión de que no pasa desapercibido a
ésta Sala, el hecho de que en el caso resuelto por ambos
Tribunales contendientes, si bien los juicios de garantías
derivaron
de
resoluciones
dictadas
en
juicios
especiales
hipotecarios entre particulares; también lo es, que en el caso del
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, el
documento base de la acción lo fue un contrato de apertura de
crédito con garantía hipotecaria, mientras que del que tuvo
conocimiento el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, derivó de un contrato de mutuo con interés, sin
embargo ello no es motivo para considerar que no se actualiza la
contradicción de tesis en estudio, pues como quedó señalado con
antelación,
ambos
Tribunales
Colegiados
realizaron
la
interpretación del artículo 2395 del Código Civil para el Distrito
Federal, y de su aplicación en cuanto a los intereses moratorios
pactados en los contratos, razón por la cual se considera que no
obstante que los contratos de origen que fueron analizados por
los Tribunales Colegiados eran distintos, si es el caso de
pronunciarse respecto del criterio efectivamente contradictorio
relativo a la aplicabilidad de las reglas del artículo antes señalado,
respecto de los intereses moratorios.
SEXTO.- Así las cosas, esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, considera que en la especie si
existe contradicción de tesis y que el punto a dilucidar radica en
34
determinar si los intereses moratorios pactados por las partes, se
rigen por las reglas del artículo 2395 del Código Civil para el
Distrito Federal o no, para efectos de poder ser reducidos por el
juzgador cuando sea evidente la desproporción establecida en el
contrato pactado entre las partes.
En primer lugar resulta indispensable señalar que los
intereses en sentido estricto, constituyen el provecho, rendimiento
o utilidad que se obtiene del capital. Asimismo, pueden
considerarse como el beneficio económico que se logra
de
cualquier clase de inversión.
Igualmente debe decirse que el préstamo de dinero no
implica en si mismo la obligación de pagar un interés, pues
existen muchos préstamos gratuitos; sin embargo, esta es una
cuestión que es pactada por las partes y que genera a favor del
mutuante o del acreedor, el derecho a exigir intereses y de forma
correlativa, la obligación a cargo del deudor de pagarlos.
Al respecto, los artículos 2393 y 2394, del Código Civil para
el Distrito Federal, disponen:
"Artículo 2393.- Es permitido estipular interés por el
mutuo, ya consista en dinero, ya en géneros."
"Artículo 2394.- El interés es legal o convencional".
35
De la lectura conjunta de los preceptos transcritos, se
desprende que el legislador estableció la posibilidad de que en el
contrato de mutuo se pacten intereses.
Resulta indispensable señalar que ante la celebración de un
contrato cuyo objeto es el préstamo de dinero, ya sea a través del
contrato de mutuo con intereses o del de apertura de crédito, las
partes tienen derecho a pactar intereses, los cuales pueden ser
ordinarios y/o moratorios.
Ahora bien, resulta indispensable establecer que la
naturaleza jurídica de los intereses ordinarios y moratorios es
distinta, pues unos derivan del préstamo y otros provienen del
incumplimiento en el pago del préstamo.
En efecto, los primeros constituyen el rédito que produce o
debe producir el dinero prestado, es decir, el precio pagado por el
uso del propio dinero, de manera que su naturaleza jurídica
consiste en la obtención de una cantidad como ganancia, por el
simple hecho de que una persona dio a otra una cantidad de
dinero
que
éste
necesitaba
para
satisfacer
sus
propias
necesidades, por ello se afirma que al momento de regresar el
dinero prestado, es cuando cesa la obligación del deudor de
cubrir los intereses respectivos.
Por su parte, los intereses moratorios consisten en la
sanción que debe imponerse por la entrega tardía del dinero, de
acuerdo con lo pactado en el contrato donde se plasmó el
préstamo respectivo; si no se entrega el dinero prestado en la
36
fecha estipulada, surge el derecho del titular del dinero para que
se le sancione al deudor por su incumplimiento, imponiéndole una
carga por su mora, carga ésta que generalmente es una cantidad
en numerario.
Con lo anterior queda demostrado que los intereses
ordinarios y moratorios, tienen orígenes distintos, puesto que uno
deriva del simple préstamo y el otro del incumplimiento de la
entrega de la suma prestada, por lo que el acreedor adquiere el
derecho de que se le compense, generalmente, con una suma de
dinero equivalente a la ventaja que le hubiera proporcionado el
cumplimiento efectivo y exacto de la obligación.
En este sentido se confirma que los intereses moratorios no
son una consecuencia inmediata del contrato, sino más bien una
sanción impuesta por falta de cumplimiento del mismo.
Ahora bien, como quedó señalado con anterioridad, los
Tribunales Colegiados contendientes interpretaron el contenido
del artículo 2395, del Código Civil para el Distrito Federal, que
establece:
"ARTÍCULO 2395.- El interés legal es el nueve por
ciento anual. El interés convencional es el que fijen
los contratantes y puede ser mayor o menor que el
interés legal; pero cuando el interés sea tan
desproporcionado que haga fundadamente creer
que se ha abusado del apuro pecuniario, de la
inexperiencia o de la ignorancia del deudor, a
37
petición de éste el juez, teniendo en cuanta las
especiales circunstancias del caso, podrá reducir
equitativamente el interés hasta el tipo legal."
Del texto del precepto antes transcrito, se advierte que éste
hace referencia al interés legal y al interés convencional, sin que
respecto de éste último se haga una distinción entre intereses
ordinarios o intereses moratorios; sin embargo sí establece una
regla general en cuanto al procedimiento que se deberá seguir en
caso de que los intereses convencionales sean excesivos, la cual
consiste en que a petición del deudor, el juzgador podrá disminuir
los intereses pactados por las partes hasta el tipo legal, en el caso
de que se presuma que hubo abuso del apuro pecuniario del
deudor.
Al respecto debe decirse, que si bien es cierto que en los
contratos civiles cada una de las partes se obliga en la forma y
términos que aparezca que quiso obligarse, también lo es que la
propia ley precisa ciertos límites a esa libertad contractual, tal
como se aprecia del contenido de los artículos 6 y 1832 del
Código Civil para el Distrito Federal, que disponen:
"Artículo 6.- La voluntad de los particulares no
puede eximir de la observancia de la ley, ni alterarla
o
modificarla.
Sólo
pueden
renunciarse
los
derechos privados que no afecten directamente al
interés público, cuando la renuncia no perjudique
derechos de tercero".
38
"Artículo 1832.- En los contratos civiles cada uno
se obliga en la manera y términos que aparezca que
quiso obligarse, sin que para la validez del contrato
se requieran formalidades determinadas, fuera de
los casos expresamente designados por la ley".
De la lectura de los preceptos antes transcritos, se
desprende que las personas que participan en la celebración de
un contrato se encuentran en plena libertad de obligarse en los
términos que consideren más convenientes, siempre y cuando no
vayan en contra de disposiciones legales ni afecten el orden
público.
A su vez el artículo 1796 del mismo ordenamiento señala:
"Artículo 1796.- Los contratos se perfeccionan por
el mero consentimiento; excepto aquéllos que
deben revestir una forma establecida por la ley.
Desde
que
se
perfeccionan
contratantes
no
sólo
expresamente
pactado,
al
obligan
cumplimiento
sino
también
a
de
a
los
lo
las
consecuencias que, según su naturaleza, son
conforme a la buena fe, al uso o a la ley".
De la lectura del precepto antes transcrito, se aprecia que
cuando los contratantes llegan a un acuerdo y otorgan su
consentimiento, queda perfeccionado el contrato respectivo, y
consecuentemente se encuentran obligados a cumplir con lo
pactado en él, dado que en materia de contratos, la voluntad de
39
las partes es la ley suprema, puesto que la propia ley les da la
facultad de incluir las cláusulas que estimen convenientes, entre
las que podemos encontrar las relativas al pago de intereses
ordinarios y moratorios, los cuales pueden ser mayores o
menores al interés legal, pero si la tasa que se pacte resulta ser
tan desproporcionada en relación al interés legal, que permita
presumir que hubo abuso del deudor, a petición de éste, el juez
puede reducirlos incluso hasta el monto del interés legal.
Consecuentemente, es claro que las partes en los contratos
pueden obligarse en los términos que hubieran querido obligarse,
pero en el caso del establecimiento del pago de intereses, ya
sean ordinarios o moratorios, existe el límite establecido en el
artículo 2395 del Código Civil para el Distrito Federal, con el cual
se pretende evitar un abuso por parte de uno de los contratantes,
facultando al juez para que a petición del deudor, establezca en la
sentencia una situación de equilibrio entre los derechos y
obligaciones de las partes.
Lo anterior se traduce en que la regla contenida en el
artículo de referencia, relativa a la facultad del juez de reducir la
tasa de los intereses pactados por las partes, en caso de que se
aprecie un posible abuso en contra del deudor, es aplicable tanto
respecto de los intereses ordinarios, como de los moratorios, pues
aunque el precepto únicamente se refiere a intereses legales y
convencionales, ambos tipos de interés derivan de la voluntad de
las partes, de modo que cuando los estipulan, pueden determinar
si se generarán, a partir de cuándo, cuál será la tasa por concepto
40
de intereses ordinarios y cuál la de intereses moratorios, y si
ambos pueden coexistir o no.
De ahí que ambos tipos de interés, ordinarios y moratorios,
sean convencionales y por tanto deban de regirse por las reglas
previstas en el artículo 2395, del Código Civil para el Distrito
Federal.
Consecuentemente, esta Primera Sala por las razones que
se expresan, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 195
de la Ley de Amparo, sostiene la Tesis que debe quedar
redactada con el siguiente rubro y texto:
INTERESES
MORATORIOS,
PACTADOS
CONTRACTUALMENTE POR LAS PARTES. SE RIGEN POR
LAS REGLAS DEL ARTÍCULO 2395 DEL CÓDIGO CIVIL PARA
EL DISTRITO FEDERAL, POR SER CONVENCIONALES.- Los
artículos 6°,1832 y 1796, del Código Civil para el Distrito Federal
establecen que las personas que participan en la celebración de
un contrato se encuentran en plena libertad de obligarse en los
términos que consideren más convenientes, siempre y cuando no
vayan contra de disposiciones legales y el orden público; que
cuando los contratantes llegan a un acuerdo y otorgan su
consentimiento queda perfeccionado el contrato respectivo,
obligándose a cumplir con lo pactado en él, dado que, en materia
de contratos, la voluntad de las partes es la ley suprema. Sin
embargo, si bien las partes tienen la facultad de incluir las
cláusulas que estimen convenientes, entre las que podemos
encontrar las relativas al pago de intereses ordinarios y
41
moratorios, los cuales pueden ser mayores o menores al interés
legal, si la tasa que se pacte resulta ser tan desproporcionada en
relación al interés legal, que permita presumir que hubo abuso del
deudor, a petición de éste, el juez puede reducirlos incluso hasta
el monto del interés legal, por lo que aun cuando las partes en los
contratos pueden obligarse en los términos que hubieran querido
obligarse, en el caso del establecimiento del pago de intereses, ya
sean ordinarios o moratorios, existe el límite establecido en el
artículo 2395 del Código Civil para el Distrito Federal, con el cual
se pretende evitar un abuso por parte de uno de los contratantes,
facultando al juez para que a petición del deudor, establezca en la
sentencia una situación de equilibrio entre los derechos y
obligaciones de las partes, pues ambos tipos de interés,
ordinarios y moratorios, son convencionales y por tanto deben de
regirse por las reglas previstas en el artículo 2395, del Código
Civil para el Distrito Federal.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.- Sí existe contradicción de tesis entre los
criterios sustentados por el Tercer Tribunal Colegiado al resolver
el amparo directo DC-518/2006 y Octavo Tribunal Colegiado al
resolver el amparo directo 477/94, ambos en Materia Civil del
Primer Circuito.
SEGUNDO.- Debe prevalecer el criterio sustentado por esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que
ha quedado precisado en el último considerando de esta
resolución.
42
TERCERO.- Dése publicidad a esta ejecutoria, en términos
del artículo 195 de la Ley de Amparo.
Notifíquese; envíese testimonio de esta resolución a los
Tribunales contendientes y, en su oportunidad, archívese el toca
como asunto concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por unanimidad de cuatro votos de los
señores Ministros: Sergio A. Valls Hernández, Juan N. Silva
Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas (ponente) y
Presidente en funciones Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo.
Ausente el Ministro José Ramón Cossío Díaz.
Firman el Ministro Presidente en funciones de la Primera
Sala y la Ministra Ponente, con el Secretario de Acuerdos quien
autoriza y da fe.
PRESIDENTE EN FUNCIONES DE LA
PRIMERA SALA
MINISTRO JUAN N. SILVA MEZA.
MINISTRA PONENTE
OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS
SECRETARIO DE ACUERDOS
LIC. MANUEL DE JESÚS SANTIZO RINCÓN.
43
EN MÉXICO, DISTRITO FEDERAL, A VEINTISIETE DE MARZO DE DOS MIL
SIETE, EL LICENCIADO MANUEL DE JESÚS SANTIZO RINCÓN,
SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, C E R T I F I C A: QUE DE ACUERDO A
LA PARTE RELATIVA DEL ACTA CORRESPONDIENTE DE LA SESIÓN
PÚBLICA CELEBRADA EL CATORCE DE MARZO DE DOS MIL SIETE, SE
DICTÓ LA RESOLUCIÓN QUE CORRE AGREGADA A LOS PRESENTES
AUTOS, POR UNANIMIDAD DE CUATRO VOTOS DE LOS SEÑORES
MINISTROS SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ, JUAN N. SILVA MEZA, OLGA
SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS Y COMO PRESIDENTE EN
FUNCIONES JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO; Y EN RAZÓN DE LA
LICENCIA POR ENFERMEDAD OTORGADA A ESTE ÚLTIMO, POR EL
TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN,
EN SESIÓN PRIVADA DE VEINTISÉIS DE MARZO DE DOS MIL SIETE, FIRMA
EL MINISTRO SIGUIENTE EN DECANATO JUAN N. SILVA MEZA, DE
CONFORMIDAD CON LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 24 DE LA LEY
ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN, EN RELACIÓN CON
EL DIVERSO 55 DEL REGLAMENTO INTERIOR DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN. CONSTE.
44
Descargar