Sobre la experiencia de participación en la Comisión de Reglamentación de la Ley Provincial de Violencia Familiar nº 11529. Autor: Mario Kelman Esta ocasión resulta propicia para transmitir y exponer al debate, la experiencia obtenida en agosto de 1999, a través de la participación en la Comisión de Reglamentación de la Ley Provincial nº 11529 de Violencia Familiar de la Provincia de Santa Fe, sancionada el 23 de diciembre de 1997, y promulgada sin modificaciones del Proyecto original único suscrito por los distintos bloques legislativos. En la Introducción de la publicación de la ley, los antecedentes enmarcan el contexto de su sanción con una serie de supuestos y definiciones que merecen interrogarse. Se hace hincapié en la discriminación o violencia dirigida hacia la mujer, a quién se considera sostén de la familia en su generalidad; constituyendo esta norma, una extensión de la defensa de la mujer. Se menciona puntualmente la incorporación en la Constitución Nacional de la Convención de No Discriminación de la Mujer y la firma por parte de la República Argentina de la Convención de Belen do Para, "en la que se establece como violación a los Derechos Humanos toda forma de violencia contra la mujer"1 Cabe preguntar si "violencia familiar" es una categoría que amerita constituir una especialidad jurídica o clínica, anudada a una condición natural supuesta a la mujer. Según los dichos vertidos en la Comisión de Reglamentación, la violencia familiar es una circunstancia que se presenta muy frecuentemente en los Juzgados de Familia. Se plantean dos cuestiones al debate: la violencia y el estatuto de la familia contemporánea. Es posible afirmar que la violencia se ha constituido en un síntoma de nuestra época. La sociedad de nuestros días sufre la incidencia de nuevas formas económicas sin ningún tipo de regulación. Es la consecuencia natural de la imposición del mercado en detrimento del Estado de Derecho, y de todo semblante que encarne la ley; vacío en el que se aloja eficazmente la "ley" de la oferta y la demanda, produciendo la exclusión y marginalidad de un amplio sector de la sociedad que queda fuera del intercambio y despojado de su estado civil. No se trata sólo de una pérdida ocupacional, sino de una destitución de la subjetividad, de consecuencias imprevisibles. Exclusión, destitución subjetiva, marginalidad, segregación y racismo son los nombres actuales de una violencia estructural instalada, que implica el alcance social del síntoma, donde se inscribe aquello con lo que un sujeto en su singularidad responde, uno por uno. Del mismo modo que la violencia, la familia contemporánea no es la misma que la familia de principios de siglo; caracterizada por la declinación de la imago paterna, la producción de nuevas formas familiares, y en ocasiones, la disolución de los lazos constitutivos de la familia, forma primordial de socialización; en un marco problemático de no funcionamiento del Ideal como instancia reguladora del goce. Se cita textualmente: 1 Ley Provincial nº 11529 del 27 de Noviembre de 1997. Ediciones Fundación Futuro Solidario. 1998 Rosario. 1 "Más allá de las instituciones del Estado, la institución por excelencia considerada por el psicoanálisis es la familia. El inconsciente se capta de entrada como complejo familiar. Una contribución examina especialmente las formas modernas de la segregación familiar contemporánea a la inexistencia del Otro. El familiarismo moderno tiene cada vez más dificultades para conjuntar ideales y goce. A medida que la familia se reduce a las formas del contrato jurídico, se impone la terrible realidad del maltrato de los niños en el sentido más amplio. Si el sujeto moderno se descubre como un niño generalizado es porque se encuentra cada vez más confrontado a la figura devoradora de su goce" 2. Las intervenciones en el debate del Proyecto de Reglamentación de la Ley, sostenidas en el ámbito de la Comisión de Reglamentación, son las siguientes. Responsabilidad del Estado Dado que a la Comisión llegan solicitudes instando a que el Estado delegue funciones en instituciones privadas y ONG a cambio de subsidios; se propone acentuar la responsabilidad primordial e indelegable del Estado en la problemática; así como propiciar el registro de las instituciones privadas, debidamente supervisadas; y auditadas cuando reciban subsidios, como un primer paso para constituir un trabajo en red mancomunado y solidario, con una orientación definida a partir del Estado de Derecho y la asistencia clínica a partir de las Instituciones de Salud. Evitación de la Judicialización de los casos Ante la exigencia de realizar una denuncia en todos los casos en el Juzgado correspondiente, que constituiría una tendencia genérica a la judicialización sumaria; se sostiene la necesidad de propiciar una presentación y registro de los casos de violencia, en la dependencia Ministerial habilitada por la ley (Dirección de la Mujer, el Menor y la Familia de la Prov. de Santa Fe), priorizando la asistencia inmediata, en el ámbito Hospitalario y dependencias de Salud afines. Sobre clasificaciones y especialidades Se plantean propuestas y discusiones sobre distintas clasificaciones que tipifiquen la violencia familiar, creando la paradoja de que a través del despliegue de esta categoría se podría abarcar el conjunto del campo del Derecho; e incluso, podría dar lugar a un Plan de Gobierno. Por otra parte, al avanzar más allá de la letra de la ley; se estaría legislando a través de la reglamentación. Se señala que la tipificación de la violencia familiar sea cual fuere el criterio clasificatorio da lugar a un uso incierto de la norma; si bien pueda ser una tentación para “los especialistas” que en ocasiones intentan producir un futuro espacio laboral específico a través de la reglamentación de una ley. Se señala la existencia de una tensión necesaria e inevitable, entre el carácter universal de la norma; y su uso, interpretación y aplicación singular, en el caso por caso. 2 "El lugar del Psicoanálisis en las Instituciones" "Introducción" Eric Laurent. Pág.141. Informes al Primer Congreso de la AMP. Barcelona 1998. 2 Publicidad Dada la propuesta de campañas masivas de publicidad con un calendario anual, se advierte sobre los efectos paradojales de dichas campañas de publicidad, que más que realizar una prevención que evite el problema, producen por lo contrario, un “empuje al síntoma”. Medida “autosatisfactiva” El nudo problemático que presenta esta ley es la propuesta que el juez aplique lo que se denomina "medidas autosatisfactivas". Las razones presentadas en la Comisión de Reglamentación refieren detallada y exhaustivamente a la existencia de una situación actual donde se verifica la no aplicación de las leyes y el no cumplimiento de las sentencias de los jueces. En una cantidad creciente de casos, el Juez de Familia para asegurar el cumplimiento de la sentencia, debe iniciar un nuevo juicio en el fuero penal, lo que en ocasiones incluso, no resulta suficiente. Por otra parte, resulta sorprendente relevar la cantidad de leyes importantes que han caído en desuso, no se aplican o no se observan; incluso por parte del mismo Estado. Signos evidentes del modo en que Jacques A. Miller y Eric Laurent definen la época, como “la época del Otro que no existe”, aludiendo a la caída de lo simbólico y del Otro social. Según se menciona, en el ámbito del Derecho se considera que una ley despierta credibilidad respecto de su aplicación, sólo cuando tiene partida asignada en el Presupuesto Anual de Gobierno. De este modo es el Presupuesto Económico y no la letra de la ley, lo que define la condición de aplicación de la norma. Advertimos entonces que la determinación de la ley recae en última instancia en lo que Eric Laurent 3 llama el Estado Contable, que define citando a Adam Smith, como la mano que transcribe lo que escribe la mano invisible del mercado. Existe en el campo del derecho un debate jurídico sobre la medida “autosatisfactiva”, entre cuyos exponentes en el ámbito provincial, encontramos al Dr. Peyrano y al Dr. Alvarado Belloso. La medida autosatisfactiva se postula ante lo fallido de la aplicación de los recursos jurídicos y en el quiebre de las convenciones sociales; como respondiendo a la necesidad de una ficción de un S1 absoluto, un Significante Amo que pueda sostenerse por sí sólo, instaurando un orden imperativo. A diferencia de la medida cautelar, en la medida autosatisfactiva el juez, con ciertas pruebas, y eventualmente corriendo vistas por un período breve a la parte presunta agresora, puede tomar una medida que queda firme, sin necesidad de iniciar perentoriamente un proceso judicial, y prescindiendo del derecho de defensa de la parte afectada por la medida, o de presunción inicial de inocencia hasta probarse lo contrario. Este es un punto muy conflictivo y en discusión, que puede sentar precedentes cuyo alcance es imposible anticipar. Por otra parte, el mero hecho de disponer por ley esta medida, no permite garantizar el uso futuro y singular que se haga en cada caso. Las 3 “Estado, Sociedad y Psicoanálisis” E. Laurent. Revista Uno por Uno nº 49. 3 eventuales medidas quedan libradas al buen criterio del juez, suspendiéndose derechos fundamentales, lo cual supone un riesgo importante. A través de la medida autosatisfactiva, se produce por parte del Juez el riesgo de un deslizamiento del orden de la representación de la ley a un orden donde se preste encarnadura a la ley. Resulta importante señalar que en el curso del trabajo de la Comisión de Reglamentación, al abrirse el período de consulta; se recepcionaron pronunciamientos de la mayoría de los Juzgados de Familia rechazando la posibilidad de aplicar este tipo de medidas. La intervención propia, apuntó a señalar el impasse en que se plantea el debate de esta ley y la interrogación profunda de la naturaleza de la medida “autosatisfactiva”. Si bien se acuerda la participación en los temas apuntados, de ningún modo se concluye con un pronunciamiento que excedería la función. Por lo anterior la estrategia sostenida implica la abstención de definir a partir del psicoanálisis, una posición respecto al carácter de esta ley, y de la firma del Proyecto de Reglamentación, que corresponde exclusivamente a profesionales y funcionarios del campo del Derecho, y a quienes tienen la obligación de legislar. Mas bien, es posible una intervención en aquellos puntos que se considera pertinentes, para contribuir con una orientación del trabajo a realizar, y por el cual se convoca esta Comisión. Se transmite a los interlocutores la existencia de un impasse respecto de la ley; de una tensión entre la falla en el campo de la justicia, respecto al cumplimiento de la ley, verificable en un quiebre de la convención simbólica que rige la vida social de la comunidad de referencia, y la necesidad que exista una intervención perentoria por alguien que encarne la ley en las situaciones donde esta falla se expresa con mayor crudeza, como es la violencia, síntoma de nuestra época, pero con un ejercicio de la norma que deja entre serios interrogantes a los efectos que produciría, que sólo se puede resolver en el abordaje e interpretación de cada caso singular. Estos argumentos fueron transcriptos en un documento presentado a la Comisión de Reglamentación de la Ley 11.529 a través del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Santa Fe, e internamente a la Secretaría Privada del Ministerio de Salud y Medio Ambiente de la Provincia de Santa Fe, solicitando se fije la posición jurídica a través de la Secretaría Legal y Técnica. Asimismo se recomienda que este trabajo no finalice con el término de la tarea de la Comisión, sino que se recomienda la continuidad de la Comisión para producir un estudio y elaboración de los efectos de la sanción y aplicación de la norma. 4