94-2002 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia; San Salvador, a las doce horas y diez minutos del día veintiuno de enero de dos mil tres. El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue iniciado por el licenciado Salvador Antonio García Dheming, a favor de María Elena Lemus Maldonado, quien se encuentra a la orden del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Vicente, por haber sido condenada por el delito de comercio, tráfico y almacenamiento ilícito. Analizado el proceso; y considerando: I.- El peticionario expuso, que la involucrada fue detenida con fecha diez de mayo de dos mil y la sentencia condenatoria quedó ejecutoriada el dieciocho de diciembre de dos mil uno. En razón de lo anterior, el Juez de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Vicente, estimó procedente aplicar las reglas de conversión que establecía el art. 441-A Pr. Pn. (derogado), sin embargo, a partir del nueve de agosto de dos mil uno, esa disposición fue derogada, por lo que desde esta fecha, cada día de detención provisional se tomó como un día de prisión formal, sin tomar en cuenta cuatro meses, en los que la favorecida estuvo bajo la restricción de esa medida cautelar, los cuales al hacer la conversión significan un año de prisión. Con ello, se viola el art. 15 que consagra el principio de legalidad y el art. 21 que establece, que la ley tiene efecto retroactivo cuando beneficie al delincuente, ambas disposiciones de la Constitución de la República. II.- El Juez Ejecutor informó, que el Juez de Vigilancia referido por el solicitante, practicó el computo de la pena impuesta, aplicando la regla de conversión del art. 441-A Pr. Pn, aclarando que sólo tenía aplicabilidad hasta el día ocho de agosto de dos mil uno, ya que a partir del día siguiente éste fue derogado, y se tomaba un día de detención provisional como un día de prisión formal, concluyendo que existe violación al art. 15 Cn., pues los tribunales deben actuar conforme a todo el ordenamiento jurídico. Así mismo se violó el art. 21 Cn., ya que si el derecho estaba individualmente adquirido antes de haberse puesto en vigencia la nueva ley, los preceptos de ésta no pueden tener autoridad para alterar el derecho adquirido. III.- El aspecto alegado por el solicitante, está referido a la supuesta violación al art. 15 de la Constitución de la República, que contempla el reconocido principio de legalidad, por haber denegado el Juez de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena respectivo, la aplicación de la conversión de la pena que establecía el art. 441-A Pr. Pn. (derogado), durante un período de cuatro meses, tiempo que transcurrió cuando ya había sido derogada la citada norma procesal penal y la sentencia condenatoria en contra de la favorecida quedó ejecutoriada; es decir, dicha norma fue derogada en el transcurso del proceso penal, resultando imposible aplicar ésta durante los cuatro meses establecidos, cuando sí se le podía aplicar, conforme al principio de retroactividad -todo lo anterior a criterio del peticionario-. Con respecto al aspecto planteado, este Tribunal estima importante, traer a consideración el contenido de la norma constitucional señalada (art. 15), con el fin de establecer los alcances de la misma y determinar luego si en el caso en particular se ha infringido o producido incidencias en el derecho fundamental de libertad, objeto de tutela en este proceso constitucional, como afirma el peticionario. Así, esta Sala ha considerado respecto del principio de legalidad, contenido en la disposición antes referida, que el juzgamiento de una persona debe realizarse "conforme" a los siguientes presupuestos: 1) El derecho a la jurisdicción, en cuanto significa la posibilidad de acceder a un órgano judicial, cuya creación, jurisdicción y competencia proviene de una ley anterior al "hecho" que se juzga. El derecho a la jurisdicción consiste precisamente, en tener posibilidad de acceso a uno de los jueces naturales, cuya garantía no es privativa de la materia penal sino extensiva a todos los restantes: civil, comercial, laboral, etc.; 2) La existencia de una ley cuyo procedimiento legislativo de discusión, aprobación, promulgación, vigencia, etc., se ha llevado a cabo antes del "hecho" (entendido éste como la conducta humana). En lo que respecta a la materia penal, esta ley debe ser previa al hecho que da origen al proceso, en ella debe regularse la descripción típica del delito con todas las situaciones hipotéticas en que podría incurrir quien delinque y la pena o sanción que corresponde al mismo; y 3) Debe también haber un juicio previo a la condena en el cual se cumplan las etapas fundamentales requeridas por el debido proceso legal, lo que nos lleva a una sentencia que debe estar fundada en la ley. El referido principio de legalidad, con respecto a la aplicación de leyes de carácter procesal fue desarrollado en la sentencia de inconstitucionalidad 15-96 de fecha catorce de febrero de mil novecientos noventa y siete, en la cual se determinó que: "La aplicación de la anterior noción a las normas procesales no presenta dificultad alguna, pero sí exige distinguir entre -utilizando terminología carneluttiana- hecho jurídico material y hecho jurídico procesal; ya que la norma procesal regulará el último -hecho jurídico procesal- y no el hecho jurídico material. Dicho con otras palabras, la aplicación de la nueva normativa procesal no queda excluida por la circunstancia de que los hechos sobre cuya eficacia jurídica versa el proceso hayan ocurrido mientras regía una norma procesal distinta; y esto es así porque la nueva norma procesal regirá los hechos procesales pero no los hechos de fondo que se analizan en el proceso; o para decirlo siempre en términos carneluttianos, la norma procesal rige el proceso, no el litigio." Luego de considerar el contenido del principio de legalidad, resulta necesario aclarar algunas consideraciones mínimas sobre la aplicación de las normas en el tiempo, es decir, conviene hacer referencia a la retroactividad y la ultractividad, ya que según consta en el planteamiento del solicitante ante esta Sala, éste ha relacionado que existe la posibilidad de aplicar el art. 441-A (derogado), sobre la base de la retroactividad establecida en el art. 21 de la Constitución de la República, cuando la ley penal beneficie al delincuente. La retroactividad constituye, una extensión de la vigencia de la ley hacia el pasado, en cuanto implica subsumir ciertas situaciones de hecho pretéritas que estaban reguladas por normas vigentes al tiempo de su existencia, dentro del ámbito regulativo de las nuevas normas creadas, la cual puede ser utilizada por la autoridad que corresponda en los supuestos que la Constitución autoriza y cuando ciertas necesidades sociales lo justifican. Por el contrario la ultractividad, resulta ser el fenómeno que acontece cuando una ley derogada produce efectos posteriores o a futuro; es decir, puede ser aplicada hacia delante habiendo sido desprovista de vigencia. En razón de lo que antecede, es importante aclarar que esta Sala se pronunciará en la sentencia, sobre la base del principio de ultractividad, pues como quedó determinado es una ley derogada -art. 441-A Pr. Pn. - la que se pretende por el peticionario produzca efectos hacia futuro -aplicación de la norma-, con el fin de establecer una posible violación al referido principio de legalidad; descartando con ello, la realización de un análisis de la retroactividad a que alude el solicitante, con base en el art. 21 de la Constitución de la República, pues como quedó determinado se trata del cumplimiento o no del principio de ultractividad. Habiéndose expuesto el contenido del principio de legalidad relacionando jurisprudencia al respecto y después haberse aclarado la confusión entre la aplicación de la ley procesal penal en el tiempo en su carácter retroactivo y ultractivo, esta Sala entrara al análisis de la supuesta violación al art. 15 Cn. Así, se tiene, que el favorecido fue procesado de acuerdo a los Códigos Penal y Procesal Penal vigente, y según consta en el proceso penal, el delito por el cual se le condenó, fue cometido en el mes de agosto de dos mil. En razón del principio de legalidad aludido por el solicitante, son precisamente bajo esas leyes -por ser preexistentes al hecho delictivo- por las cuales debía ser procesado el involucrado, ya que tiene que seguirse bajo un proceso penal que ha sido previamente configurado. Aunado a lo anterior, fue procesado por un órgano judicial, cuya jurisdicción y competencia fueron creadas con anterioridad al hecho que se juzgó y que al momento de alcanzar el estado de sentencia definitiva, cumplió con las etapas fundamentales requeridas por un proceso legal previamente configurado. Según la fecha en que fue cometido el delito -determinada anteriormente-, el condenado fue procesado por leyes que existían al momento de su cometimiento; y, cuando se argumenta, que el art. 441-A Pr. Pn., fue derogado en el transcurso del proceso penal, y su utilización por parte del Juzgado de Vigilancia lo fue en tanto y en cuanto no se diera esa derogatoria, no implica una situación que altere la esencia del Código Procesal Penal, pues su contenido general sigue siendo el mismo, razón por la cual de ninguna manera se produce una violación al art. 15 Cn., ya que a pesar de la derogatoria efectuada, esta sola modificación aislada de la norma no cambia el hecho de que el favorecido haya sido juzgado por leyes preexistentes al ilícito. Es ahí en donde radica la confusión del solicitante, ya que precisamente aún y cuando ocurre la derogatoria de una disposición de carácter procesal penal -art. 441-A Pr. Pn.- y su aplicación lo fue en parte, con respecto a los días en que el imputado estuvo en detención provisional, no cambian los objetivos y fines predeterminados establecidos en todo el proceso penal, es decir, esa derogatoria de la norma, no es sustancial con respecto a todo el marco legal contenido en ese Código, y por lo tanto el principio de legalidad aludido no ha sido vulnerado. Aunado a lo antes determinado y con el objeto de reforzar lo planteado por esta Sala, es imprescindible hacer alusión a la aplicación de la ley procesal penal en el tiempo. Y es que, en materia procesal uno de los principios que rige, es el de la aplicación inmediata de la norma, es decir, que la disposición procesal que entra en vigencia es aplicable desde ese momento, pues éstas se consideran materia de orden público y por lo tanto de inmediato y obligatorio cumplimiento. Dicho todo lo anterior, se determina que la favorecida fue procesada de acuerdo a los Códigos Penal y Procesal Penal que entraron en vigencia el día veinte de abril de mil novecientos noventa y ocho, ya que según consta en el proceso penal, el delito atribuido fue cometido en el mes de agosto de dos mil, y así aparece consignado en las diligencias que lleva el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Vicente. En razón del principio de legalidad aludido por el solicitante, son precisamente bajo esas leyes -por ser preexistentes al hecho delictivo- que debe ser sometida la imputada a un proceso penal que ha sido previamente configurado; entiéndase además, la posibilidad de acceder a un órgano judicial, cuya jurisdicción y competencia han sido creadas con anterioridad al hecho que se juzga y que para haber alcanzado el estado de sentencia definitiva cumplió las etapas fundamentales requeridas por un proceso legal previamente configurado. Según la fecha en que fue cometido el delito -determinada anteriormente-, la favorecida fue procesada por leyes que existían al momento de cometerse el delito por el cual se le condenó y, cuando el solicitante argumenta, que no se le aplicó el art. 441-A Pr. Pn., durante todo el tiempo en que estuvo detenida provisionalmente, fue porque se dio la derogatoria de esa disposición durante el transcurso del proceso penal; sin embargo, como ya se determinó en líneas precedentes, esa derogatoria no implica una situación que altere la esencia del cuerpo normativo -Código Procesal Penal-, pues su contenido general esta ya constituido -como se acotó-; razón por la cual de ninguna manera puede estimarse haberse producido incumplimiento alguno del art. 15 Cn., y a consecuencia de tal, violación al derecho de libertad, pues a pesar de la derogatoria -advertida-, ésta no cambia el hecho de que la favorecida haya sido juzgada por leyes preexistentes al hecho delictivo, ya que esa derogación de la norma no es sustancial con respecto a todo el marco legal contenido en el Código Procesal Penal. Lo anterior lleva a determinar -en el caso en estudio-, que desde el momento en que se decretó la derogatoria del art. 441-A Pr. Pn., no era posible su utilización en el proceso penal, pues como ya se advirtió, la aplicación de las disposiciones en materia procesal penal, se realizan a partir de su vigencia, sin que pueda concurrir el principio de ultractividad, razón por la cual la utilización de dicha norma fue durante el tiempo en el que la favorecida estuvo detenida provisionalmente, la cual no había sido declarada derogada, pues una vez decretada ésta, ya no era posible su utilización; fue por ello que el Juez de Vigilancia respectivo optó por no aplicar esa norma, una vez sufrida la derogatoria y el momento en el que quedó ejecutoriada la sentencia condenatoria, no obstante, haberlo hecho desde el momento de su detención provisional, hasta cuando se declaró derogada dicha disposición. En vista de todo lo que antecede, esta Sala determina, que no existe violación al derecho de libertad de la favorecida, pues se ha comprobado que la autoridad demandada respeto en el transcurso del proceso penal el principio de legalidad establecido en el art. 15 Cn., en tanto que la condenada fue procesada por leyes preexistentes al hecho delictivo atribuido. Por todo lo antes expuesto, esta Sala RESUELVE: a) permanezca María Elena Lemus Maldonado, en el cumplimiento de la pena que le ha sido impuesta, debiendo continuar el proceso penal según su estado; b) certifíquese esta resolución y envíese junto con la certificación del expediente al Juzgado de donde proviene; y c) notifíquese y archívese el presente hábeas corpus. ---R. HERNANDEZ VALIENTE---J. E. TENORIO---MARIO SOLANO---J. ENRIQUE ACOSTA---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---S. RIVAS DE AVENDAÑO--RUBRICADAS.