Los dispositivos de enlace y los grados de coordinación intermunicipal. El menú de alternativas 1 Autor: Sergio Raúl Ilari Introducción La asociación intermunicipal constituye una alternativa de gestión que permite aumentar el valor público en las acciones emprendidas por los gobiernos locales. Bajo determinadas condiciones puede ser un medio para lograr mayor presencia de las producciones y servicios locales en el mercado; para reducir los costos o mejorar los servicios que brindan los gobiernos; para acrecentar el aprendizaje a partir de la experiencia de otros municipios y de los espacios de diálogo conformados; para lograr mayor eficacia y eficiencia de las intervenciones públicas; para obtener mayor legitimidad de las autoridades locales al formar parte de experiencias exitosas y/o al constituir alianzas con socios que disponen de mayor reconocimiento y el listado de impactos positivos podría ampliarse de manera considerable. Sin embargo, fuera de los beneficios que pueda generar una asociación intermunicipal, el establecer relaciones “coordinadas” constituye, en la mayor parte de los casos, una inversión de recursos adicionales que cada actor deberá disponer para generar, mantener, evaluar y desarrollar la relación. “Los resultados son generalmente satisfactorios para los socios, pero (una coordinación) implica energía en relaciones humanas (y muchas veces costos)…” (Agranoff 2003:16). Ahora bien, ¿toda coordinación intermunicipal precisa de esta inversión de recursos? ¿Qué grados u opciones de vinculación es posible desarrollar? La mayor parte de los grados de coordinación que veremos en este trabajo implican cierta inversión de recursos e incluso en algunos casos, la reducción y en otros la eliminación de los márgenes de autonomía de las partes. Frente a esta diversidad, consideramos que no toda coordinación intermunicipal va a resultar beneficiosa, sino sólo aquella en donde se elijan los dispositivos de enlace más apropiados y los resultados generados se estimen superiores a los recursos invertidos en la relación. Para analizar este tema, además de recurrir al campo de la administración pública, nos remitiremos también a estudios del campo de la teoría de las organizaciones, la cual ha abordado la temática de la coordinación interorganizacional, incluyendo experiencias del campo empresario y las organizaciones de la sociedad civil. Marginalmente, también haremos referencia a mecanismos de coordinación horizontal dispuestos al interior de las organizaciones, con lo cual creemos que la conjunción de campos disciplinarios y la de enfoques diferenciados (al interior de los municipios y entre municipios) nos permitirá acrecentar el conocimiento que disponemos sobre el tema. 2 1 Publicado en Fernández Alles, Joaquín y Trocello, Gloria (coord.), Municipios e integración territorial. Alternativa de la cooperación internacional, AECID, ISBN 978-987-1595-11-2, Madrid, 2010. 2 Hemos seguido este enfoque en “La coordinación horizontal y la gestión de programas públicos intergubernamentales en Latinoamérica”, Tesis de Doctorado, Programa Gobierno y Administración Pública, Instituto Universitario Ortega y Gasset – Universidad Complutense de Madrid, 2010. 1 1. La coordinación intermunicipal y sus diferentes grados Consideramos que la coordinación intermunicipal se encuentra comprendida en el marco de los procesos de coordinación que tienen por característica la horizontalidad. En las relaciones interoganizacionales de carácter horizontal, los actores “actúan de una forma no jerárquica siguiendo una cierta racionalidad programática y motivadas por un propósito común que permite que los directivos sean capaces de trabajar conjuntamente” (Agranoff:1997,159). La coordinación horizontal constituye un proceso de definición y puesta en práctica de acuerdos establecidos entre unidades organizativas de un mismo nivel jerárquico. Siguiendo a Richard Hall, es “un proceso de toma de decisiones o acción concertada, donde participan dos o más organizaciones, con alguna clase de ajuste deliberado de la una con la otra” (258). Definirlo de esta manera, nos permite desagregar una serie de grados diferenciados del proceso de coordinación horizontal y poder así establecer para cada nivel los dispositivos de enlace que podrían llegar a utilizarse. Presentamos a continuación una escala de los diferentes grados de coordinación horizontal que consideramos que pueden existir entre dos o más municipios. En esta escala visualizamos los grados existentes entre el extremo de la descoordinación (o coordinación nula) y por el otro lado, la integración, que finaliza con la extinción de la individualidad de los socios o al menos, de alguno de ellos. Gráfico 1: Escala de los grados de coordinación intermunicipal TODO Integración Articulación Cooperación Comunicación Reconocimiento NADA Descoordinación Fuente: Elaboración nuestra 1.1 La integración Alcemos una muralla juntando todas las manos. Los negros sus manos negras, los blancos sus blancas manos. Nicolás Guillén El mayor grado de vinculación posible entre dos o más unidades, programas o en este caso municipios, se materializa con un proceso de coordinación a través de dispositivos de fusión, el cual los llevará a la Integración. Ella implica que todas las áreas y procesos son susceptibles de unificación y consolidación. La imbricación entre las partes es muy alta dejando así todas o al menos una gran parte de las referencias del modelo de gestión que utilizaba cada uno de los socios en la etapa anterior. Claro está que llegada esta instancia, deja de constituir un mecanismo de coordinación horizontal, pues se logró la unidad organizativa. A nivel organizacional, fue el caso 2 de la unificación de programas de transferencias de ingresos que se realizó en Brasil, al acceder Lula Da Silva a la presidencia nacional. De cuatro programas vigentes (Bolsa Alimentación, Bolsa Escuela, Tarjeta Alimentación y Auxilio Gas), se creó el Programa Bolsa Familia, el cual casi triplicó el monto transferido a las familias en situación de pobreza 3. Se llega a la opción de la integración por diversas razones. Generalmente constituye una estrategia de supervivencia de algunos de los socios ante una situación de extrema gravedad. Así ocurrió con la integración de mutuales a fines de los 90 en plena crisis de Argentina. En el campo empresario ha sido impulsada por diversos factores. El proceso de concentración del capital; la expectativa del logro de mayores dividendos para los accionistas; la búsqueda de sinergias (García Estévez: 19); la visualización de fortalezas del mercado de largo plazo y/o el acceso a nuevos mercados y a canales de distribución (Galpin y Herndon). Cuando se aprobó la integración entre las empresas Boeing y Mc Donnell Douglas el presidente de esta empresa señaló “Estamos entregando nuestra independencia a cambio de formar parte de algo más grande: una nueva compañía que se convertirá en la primera y única compañía aerospacial en la historia de la aviación…” (García Estévez:125). Es interesante rescatar de esta frase, su referencia acerca del medio y el fin perseguido. Por una parte, la fusión representa para la empresa absorbida, nada menos que la extinción. Pero se sacrifica la propia existencia independiente de la empresa, por la expectativa visualizada: llegar a ser parte de una empresa líder en el mercado. En un proceso de fusión hay sin duda innumerables foco de tensión. Uno de ellos es el que podría existir entre los objetivos de los asociados y los que fue construyendo la propia unidad organizativa. Desde la teoría administrativa suele plantearse que el fin de las organizaciones es en primer término, la búsqueda de la supervivencia. Sin embargo, en cualquiera de los casos, los objetivos de sus miembros (de los asociados de la mutual, de los accionistas de la empresa o de los ciudadanos que conforman un municipio) están por encima de la supervivencia de una determinada organización. A nivel intermunicipal, existen experiencias de integración tanto en Europa como en Norteamérica4. En el caso de Suiza se produjo un proceso importante de integración local en los últimos diez años, ya que de 3000 comunas se pasó a 2800. El caso español muestra algunas particularidades. Entre 1981 y 1999 se fusionaron 13 municipios, pero a la vez, se crearon 94. Por lo que de 8020 municipios a principios de los 80, se pasó a 8101 a fines de los 90 (Arenilla:4). En América latina los casos de fusión de municipios han sido claramente excepcionales. El problema del inframunicipalismo, generalmente en territorios rurales con muy poca capacidad de sostener los costos de la administración, no han llevado a la integración, sino a la búsqueda de opciones alternativas de financiamiento y/o a la conformación de articulaciones. Claro está que la integración va en contra de la identidad, del sentido de pertenencia de los ciudadanos a su lugar de vida, por lo cual su aplicación no dispone de apoyos importantes. A su vez, la experiencia Europea indica que las fusiones no han dado los frutos esperados, por lo que la tendencia indicaría que más que la supresión de municipios, la opción más efectiva sería la combinación del municipio tradicional pero concentrando algunas funciones en nuevas instancias de gestión asociativa que logren economías de escala (Idem). 3 El programa puede consultarse en http://www.mds.gov.br/bolsafamilia/o_programa_bolsa_familia En los años 90 en Canadá se produjeron varias fusiones de municipios que dieron lugar a las nuevas áreas metropolitanas de Quebec y Toronto. 4 3 1.2 La articulación Cantamos porque el grito no es bastante y no es bastante el llanto, ni la bronca. Cantamos porque creemos en la gente y porque venceremos la derrota. Benedetti y Favero La articulación se produce cuando dos o más organismos desarrollan actividades (propias o interrelacionadas) en función de objetivos establecidos en común. A diferencia de la integración, los actores mantienen su individualidad, aunque establecen pautas de actuación conjunta. Independientemente de los resultados sinérgicos que se estimen alcanzar, la articulación necesariamente reduce los márgenes de autonomía o libertad de acción que los socios podrían llegar a disponer al no participar de instancias coordinadas. Por lo cual, el gestor público debe tener en claro que todo proceso de articulación genera un mayor nivel de rigidez e imposibilita las rápidas reacciones que caracterizaban su acción al estar descoordinado. Consideramos que existen dos grandes niveles posibles de articulación. La articulación con alto grado de intensidad implicará el establecimiento de objetivos comunes, pero a la vez, la realización de actividades, procesos o proyectos también interrelacionados en sus respectivas tareas o directamente tareas fusionadas. Un bajo grado de intensidad de la articulación implicará el establecimiento de objetivos en común acuerdo, pero la realización de las actividades seguirá siendo responsabilidad de cada parte, con lo cual se reducirá el grado de complejidad de la gestión del proceso. Visualizando a las organizaciones en conjunto, el grado de articulación también podría diferenciarse en función de la conectividad que alcanza. Así, la articulación dispondrá de alta conectividad en la medida en que los objetivos y las actividades relacionadas se hayan generalizado al interior de sus respectivos municipios. La articulación puede ser el producto del acuerdo de formas de trabajar, el establecimiento de objetivos comunes, pero también de la unificación de funciones específicas de cada organización. Es decir, la fusión de algunas funciones o actividades puntuales nos llevará a lograr un tipo de articulación de los socios. En los modelos presentados por Salvador y Ramió estaríamos en presencia del “Modelo Integrado”, donde algunas funciones como la gestión del personal, el apoyo informático, el mantenimiento o el seguimiento contable son compartidas (33). Según la duración de la articulación, vamos a diferenciar los casos en que se dispone de un plazo definido, de los que se lleva adelante de manera indeterminada. Un ejemplo del primer grupo fue la reciente construcción de túneles para el tránsito vehicular entre dos municipios colindantes del Conurbano Bonaerense (San Isidro y Vicente López, Argentina). También es el caso de los proyectos conjuntos de infraestructura realizados en el marco de los Entes regionales de recaudación fiscal y gestión que funcionan entre municipios de la Provincia de Córdoba. Argentina (Parmigiani de Barbará). Por otra parte, se encuentran los procesos de coordinación sin determinación de plazo. Aunque constituye un modelo que precisa de mayor esfuerzo organizativo, en el caso argentino las articulaciones indeterminadas son las más habituales. Desde los 90 existen ejemplos de articulación intermunicipal de este tipo, relacionados con la asunción de nuevas funciones de los gobiernos locales, como la del desarrollo económico local y regional. Vale como ejemplo, los Consorcios intermunicipales en 4 la provincia de Buenos Aires5 y los Entes de Desarrollo Económico Local que funcionan en la provincia de Córdoba. En España un ejemplo extendido en toda su geografía es el de la creación de Mancomunidades. En Pamplona, la mancomunidad está integrada por cincuenta municipios de diferente tamaño, por lo cual se dispone de mecanismos para compensar las asimetrías. A través de ella se brindan los servicios de agua, recolección de residuos y regulación del tránsito 6. También existen experiencias de articulación intermunicipal a través de las comarcas. En España se entiende a la Comarca como una unidad territorial que puede conformar cada Comunidad Autónoma. Tiene especial sentido para la descentralización de los servicios, pero a su vez en algunas Comunidades Autónomas, como la de Cataluña, llevan adelante servicios sociales, de medio ambiente, de promoción económica, tránsito, etc. Las mancomunidades disponen de mayor flexibilidad que las comarcas, dado que no están limitadas por la delimitación territorial, por lo que constituye el modelo más extendido para la prestación de servicios públicos en España (Arenilla). Al igual que los Consorcios y Entes Locales que existen en Argentina, las Mancomunidades y Comarcas españolas gozan de personalidad, capacidad jurídica y autonomía. Este proceso de articulación puede también llegar a generar sociedades del estado, tal como ocurre con la empresa CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana de Buenos Aires) integrada desde hace más de treinta años por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires. Algunas experiencias de articulación intermunicipal en la Provincia de Buenos Aires, Argentina, muestran que, si bien precisaron de la disponibilidad de tiempo y de recursos humanos y financieros adicionales, se logró obtener resultados positivos y a la vez, acrecentar el nivel de legitimidad. Se trataba de articulaciones para la realización de compras conjuntas de medicamentos; planes estratégicos participativos cogestionados y consorcios productivos intermunicipales. (Cravacuore, Ilari, Villar:74). A nivel internacional, cabe citar como ejemplo a la segunda fase de los proyectos del Programa Urbal de Cooperación Europea7. Estos proyectos disponían de financiamiento de la Comunidad Europea y estaban integrados por municipios de Europa y América latina. Superada una etapa de intercambio de información los municipios socios podían solicitar financiamiento para un nuevo proyecto que consista en una intervención articulada respecto de una temática en particular. Uno de estos proyectos fue el “Centro Virtual para la prevención y el tratamiento de la violencia intrafamiliar”, coordinado por el municipio de Leganés, España. 8 En conjunto se llegó a un acuerdo sobre un protocolo de actuación para la atención de los casos de violencia, el cual se aplicó en los municipios socios luego de realizarse un curso virtual de capacitación de los equipos técnicos de cada municipio. A su vez, se crearon dos centros especializados de atención a los hombres maltratadores. El caso constituye un claro ejemplo de articulación, dado que las partes asumen objetivos en común y a su vez generan acciones concretas de actuación conjunta. 5 Puede consultarse el Estatuto de Consorcio Región Metropolitana Norte, Argentina, en la siguiente dirección: http://www.sanisidro.gov.ar/es/nota.vnc?id=245 6 Su estatuto está disponible en : http://www.mcp.es/doc/estatutos_MCP.pdf 7 http://ec.europa.eu/europeaid/projects/urbal/index_es.htm 8 http://www.violencia-urbal.net/ 5 1.3 La cooperación “Hoy por tí, mañana por mí” Dicho popular A diferencia de las experiencias anteriores de articulación, la cooperación implica acuerdos donde las partes no generan objetivos comunes, sino que mantienen intactos sus respectivos niveles de autonomía (Hall:259). Sin desmedro de esto, el participar de una relación de cooperación implica establecer y cumplir algunos compromisos, explícitos o implícitos, que resultan básicos para mantener el espacio asociativo. Entre ellos, el cuidar la reciprocidad de la relación, tanto en lo que respecta a los beneficios logrados, como a los recursos puestos a disposición. Por lo tanto, la cooperación no pone en riesgo la autonomía, pero precisa de cierta inversión de recursos, por supuesto que menores a los que requiere la articulación 9. Generalmente estas experiencias tienen un corto plazo de duración y se refieren a la asistencia recíproca, materializada en el intercambio de información, el asesoramiento y la disponibilidad de personal especializado10. También cabe incluir en este grado los casos en que parte del personal que trabaja en una unidad gubernamental depende formalmente de otra. La distinción entre articulación y cooperación creemos que es importante, al establecer el corte en la reducción o no del grado de autonomía de las partes. Pero eso no es siempre fácil de detectar, más aún cuando nos interesan no sólo los dispositivos formales, sino su integración en las prácticas institucionalizadas. Por ejemplo, bajo un mismo dispositivo de enlace como un “gabinete de gobierno” podría materializarse una relación de articulación (vertical y/o horizontal); o sólo de cooperación entre las instancias participantes o en el caso de menor implicancia, sólo de intercambio de información. Tanto para lograr relaciones de cooperación, como la que veremos a continuación, de comunicación, puede recurrirse a la utilización de los mismos dispositivos de enlace. La participación de facilitadores; la creación de unidades integradoras o de grupos de trabajo y comisiones permanentes. A su vez, se pueden establecer acuerdos de cooperación y utilizar el mecanismo más sencillo de coordinación horizontal, la adaptación mutua.11 1.4 La comunicación “Hablemos menos y escuchemos más” Dicho popular Comparado con la cooperación, la comunicación implica un grado menor de interacción, dado que sólo se intercambia información entre los sujetos participantes. Sin embargo, para mantener activa la comunicación horizontal también será preciso invertir en ella algunos recursos. Será necesario realizar acciones para mantener y promover el espacio de comunicación; aportar información; recibir, analizar y distribuir al interior de las organizaciones la información obtenida, etc. 9 El concepto viene del lat. cooperari. A diferencia del concepto “coordinación” que significaba orden, cooperar significa “obrar” 10 Es el caso del Convenio firmado entre el municipio de Colón y el de Concordia, Argentina, en febrero de 2007. 11 Explicaremos todos los dispositivos de enlace en el apartado 3. 6 A nivel internacional es el caso de los proyectos de la primera fase del Programa URBAL, donde grupos de municipios diseñaban proyectos conjuntos para favorecer el intercambio de experiencias respecto de problemas comunes y políticas llevadas adelante en cada ciudad. A nivel organizacional, un ejemplo fueron las reuniones mensuales de directores y jefes de departamento de todo el gobierno local, realizadas por el Municipio de Florencio Varela, Argentina, a fines de los 90. En cada una de ellas, algunas de las áreas de gobierno debían presentar los proyectos que estaban desarrollando. El producto de dichas reuniones era el intercambio de información y la generación de un espacio de promoción de acciones puntuales cooperativas. Muchas de las actuales redes temáticas, compuestas por organizaciones sociales y públicas, por ejemplo las que defienden los derechos del niño o las vinculadas al medio ambiente, constituyen experiencias que situaremos en este grado de coordinación. Llegada esta instancia, cabe afirmar que las experiencias de coordinación horizontal suelen utilizar al mismo tiempo varios de los dispositivos que estamos presentando. Un ejemplo podemos visualizar en la Red Mercociudades. Ella está integrada por ciento noventa municipios de los países del MERCOSUR y dispone de redes temáticas desde donde se realizan acciones para el logro de la comunicación horizontal. A su vez, en algunos casos se ha avanzado en la cooperación y el establecimiento de programas conjuntos, que los llevaría al grado de articulación. En particular se han realizado acciones conjuntas en lo que hace a la articulación de los municipios localizados en las fronteras de los países que integran el MERCOSUR. Es decir, una misma experiencia puede presentar distintos grados de coordinación, de acuerdo a la modalidad de acción emprendida. 1.5 El reconocimiento Mira, Beethoven, vos te quedás con tus corcheas y semifusas, pero no te metas conmigo… Carlos Gardel 12 El reconocimiento constituye un primer nivel de coordinación, siempre y cuando las unidades intervinientes hagan un esfuerzo para no duplicar o interferir con el otro (Peters:5). Se reconoce la existencia del “otro”, no se llega a realizar un abierto intercambio de información, pero a través de la adaptación mutua, las unidades planifican sus estrategias considerando no superponer, duplicar o entorpecer las acciones del otro. Richard Hall habla de la “conciencia”, como uno de los factores situacionales que constituyen precondiciones para una interacción. Existen dos niveles de conciencia de una relación. En un primer nivel, se tiene un conocimiento global de otras organizaciones, se conocen sus objetivos, recursos y servicios. Un paso más adelante supone un conocimiento mutuo entre sus directivos y/o equipos técnicos. A mayor grado de conciencia, habría entonces mayor posibilidad de que se produzcan interacciones futuras entre las organizaciones (244,245). Sin embargo, tal como definimos los dos conceptos, entre la conciencia y el reconocimiento hay cierta distancia, producto de que el reconocimiento implica una acción para evitar la superposición y la competencia. Como afirma Echebarria, existe actualmente un déficit muy importante en la capacidad de percibir al otro. “La introspección y el aislamiento de las organizaciones y unidades les hace miopes a visualizar la coincidencia con otras en un entorno de trabajo” (6). Por lo cual, constituye un desafío el reforzar la capacidad de comprensión del entorno y el reconocimiento de los actores intervinientes (Idem). 12 Reacción irónica de Carlos Gardel ante una crítica al tango “Por una cabeza” (Letra de Le Pera y música de Gardel) 7 1.6 La descoordinación “Mejor sólo que mal acompañado” Dicho popular Un primer interrogante gira en torno a cómo denominar una situación donde se carece de coordinación alguna. A menudo suele decirse que lo contrario de la integración es la fragmentación. En el campo de la gestión de las organizaciones públicas también se ha utilizado el término de “insularización”, para describir el entramado de unidades organizativas poco proclives a la cooperación, dado sus lógicas contrapuestas de actuación. Sin embargo, las metáforas de un objeto que fue fragmentado o la de las islas independientes entre sí, no son las más felices para explicar la complejidad de este estado de situación. La ausencia de mecanismos de coordinación al interior de los gobiernos no debe llevarnos a considerar que el modelo de gestión está constituido por fragmentos independientes. Por el contrario, las unidades se encuentran coordinadas, pero en forma “vertical”, ante la preeminencia de un modelo radial en relación al líder de gobierno. La metáfora de los feudos, también suele utilizarse en el campo de la gestión pública y aunque más pertinente que las anteriores, sigue concibiendo a los organismos de segunda línea (ministerios nacionales o secretarías municipales) con demasiado grado de libertad de acción. 13 Esta articulación, que a veces se presenta fuertemente estructurada y otras con menor grado de vinculación, hace que desde los niveles superiores de gobierno se logre articular a las segundas líneas jerárquicas siguiendo un modelo de ramas, que se desarrollan, crecen y mueren, de manera “aparentemente” independiente. Por otra parte, la idea de la fragmentación tiene una connotación negativa. Si algo está fragmentado, seguramente su situación ideal recién se logrará al integrarse, con lo cual vuelve a aparecer la integración como un ideal casi utópico que lleva al gestor público a estar siempre en falta. Para evitar esta significación negativa, creemos más conveniente hablar de una situación de “descoordinación”. Esta situación se asemeja al “modelo autónomo clásico”, presentado por Salvador y Ramió (32,33), donde las funciones son desarrolladas por la propia organización, disponiendo de un carácter autónomo. Como en los tipos anteriores, constituye un estado de situación que puede ser permanente o coyuntural, según el caso. Los actores que participan de una relación intermunicipal son dinámicos, complejos, multifacéticos y cambiantes, por lo que sería de esperar que con el paso del tiempo se vayan explorando distintos grados de coordinación, se renueven los dispositivos, se modifiquen los objetivos y se transformen los nexos de enlace e incluso los socios de cada relación. 13 Sólo nos serviría la metáfora del modelo feudal para explicar el modelo de gestión neopatrimonial que persiste en muchas regiones y ciudades de Latinoamérica, siempre que consideremos el período de las monarquías autoritarias, donde los feudos redujeron notablemente sus espacios de autonomía. 8 2. ¿Existe un grado ideal de coordinación intermunicipal? “Ponerlo todo junto” resultó ser más importante que cualquier “mejor manera de hacerlo” Henry Mintzberg 14 El grado de coordinación elegido implicará la reducción o el mantenimiento del nivel de autonomía presente en cada municipio. Tanto en la cooperación, la comunicación, el reconocimiento y en la gestión sin ningún mecanismo de coordinación horizontal no se pone en juego el grado de autonomía de los sujetos. Pero sí esta limitación se produce al seleccionar las alternativas de fusión y articulación. Claro está que en las experiencias que se decide utilizar estos grados altos de coordinación seguramente se estima que así se alcanzarán resultados superiores a los costos que ocasiona esta reducción de la libertad de acción. En el siguiente gráfico presentamos una escala en donde visualizamos cómo incide el grado de coordinación seleccionado en el nivel de autonomía que disponen los actores intervinientes. Cuadro 2: Escala de los niveles de autonomía de los socios en los diferentes grados de coordinación horizontal Grados de coordinación horizontal Fusión Nivel de Autonomía Muy Alto Alto Medio Bajo Muy Bajo X Articulación Articulación Alta Baja intensidad intensidad Cooperación Comunicación Reconocimient Descoordinao ción X X X X X X Fuente: Elaboración nuestra Dado que el grado de coordinación elegido condicionará el nivel de autonomía que disponen los actores intervinientes, consideramos que a mayor limitación de la autonomía, mayor será la complejidad que adoptará la gestión del proceso de coordinación. Por lo que la gestión de un proceso de fusión o articulación requiere de mayor complejidad que las necesarias en los grados inferiores. Para responder al interrogante respecto de la existencia o no de un grado ideal de coordinación, vamos a trasladar a este campo el desarrollo que tuvo la Teoría de la Contingencia o como también se la denominó en el campo de la administración, el Enfoque Situacional 15. Coincide también en esta perspectiva Koldo Echebarria cuando plantea que la coordinación “está sujeta al criterio de la contingencia, por el cual “dime cuál es tu grado de interdependencia y los factores que le rodean y te diré cuál es el sistema de coordinación más adecuado, parafraseando a Lawrence y Lorsch” (6). Frente al debate tradicional de la administración que se centraba en analizar y discutir cuál era el mejor modo de estructurar las organizaciones, Lawrence y Lorsch afirman que en realidad el interrogante en el cual giraba el debate era equivocado. “No hay una mejor forma de organización para todas las situaciones” (22,36). Constituyen antecedentes de la 14 15 (1991:109). Esta propuesta de trasladar a este campo la Teoría de la Contingencia la hicimos en Ilari: 2001 9 perspectiva situacional los trabajos de Joan Woodward, Chester Barnard, James Thompson, James March y Herbert Simon entre otros. Haciendo una somera síntesis, Woodward encuentra correlación entre la tecnología utilizada y el diseño estructural; mientras que Lawrence y Lorsch, la detecta entre el medio ambiente específico de cada organización y por otra parte, el diseño estructural y el comportamiento organizacional. A su vez ellos aclaran cada área de la organización se relaciona con un entorno en particular, con lo cual el diseño estructural tendrá sus características específicas según cada área. Tomando como base el substancial aporte de Pradip Khandwalla, podríamos inferir que la clave de una selección exitosa es la combinación adecuada y flexible de cada uno de los dispositivos y los tipos de coordinación horizontal y no la adopción acrítica de un determinado mecanismo. Trasladando así la Teoría de la Contingencia al campo específico de la coordinación intermunicipal, podríamos afirmar que no existe un grado ideal de vinculación, sino que se debería analizar en cada caso y de manera estratégica el grado de coordinación y los dispositivos de enlace más adecuados a los objetivos de los actores participantes. Ir aclarando en el proceso de acercamiento el “para qué coordinar” facilitará notablemente la elección de los mecanismos. Por otras parte, el área de trabajo también condicionará esta elección. Articular en forma intermunicipal acciones y programas de lucha contra la pobreza, seguramente tendrá características distintas en lo que respecta a los mecanismos y los tipos de coordinación, que una acción unificada para la construcción de infraestructura vial. A su vez, al momento de definir el grado y los dispositivos también condicionarán la elección las capacidades de los sujetos intervinientes. De acuerdo con Galpin y Herndon, no sólo es preciso analizar el grado de integración requerido, sino también “determinar qué capacidades poseen las organizaciones para implantar la estrategia eficazmente” (24). En las relaciones intermunicipales no constituyen guías recomendables ni la búsqueda del mayor grado posible de coordinación, ni la elección de un grado intermedio, siguiendo una lectura mecánica del “justo medio” de la ética aristotélica. Se trata de una cuestión estratégica donde es fundamental tener claro el fin perseguido, más que en propiciar una determinada herramienta de gestión. Como afirma Repetto “un exceso de coordinación puede derivar en un funcionamiento negativo” (44). Coincidimos plenamente. A veces la articulación o la fusión son deseables, pero otras veces no. O pueden ser viables sólo para determinados áreas de los gobiernos locales, pero no en el resto de la organización. Incluso a veces no existen condiciones apropiadas para generar lazos de articulación o cooperación, por ejemplo al no disponer en determinado campo de actuación de posibles socios confiables, con lo cual será recomendable en el corto plazo, los grados inferiores de coordinación o la descoordinación. 10 3. Los dispositivos de enlace Es mucho más fácil llegar a un acuerdo que ponerlo en práctica. Debemos ser consciente que integrar un negocio con otro supone una dificultad intrínseca, incluso para aquellos con más experiencia en adquisiciones, debiendo el proceso ser gestionado con un cuidado excepcional, si se quiere llegar a buen puerto. Galpin y Herndon:2 Hemos presentado los distintos grados que puede adoptar un proceso de coordinación intermunicipal. A continuación haremos una breve reseña sobre los dispositivos de enlace que pueden ponerse en acción para llevar adelante este proceso. Así presentaremos a la adaptación mutua o contacto directo; los acuerdos de cooperación; los puestos de enlace; los grupos de trabajo y las comisiones permanentes; los facilitadores y las unidades de integración.16 La adaptación mutua es la forma más sencilla y menos costosa de coordinar la acción. Los funcionarios y/o los equipos técnicos de gobiernos locales que intervienen en un mismo campo se reconocen y en función de eso intentan no superponer acciones (tal como vimos en el grado de reconocimiento) o incluso establecen una comunicación informal y juntos buscan llegar a una adecuada decisión (Galbraith). Así se puede llegar a disponer de un primer grado de coordinación a través del uso del dispositivo “adaptación mutua”, sin llegar a conformar ni siquiera equipos ad hoc de interacción. A la luz de los costos de la coordinación, constituye este un dispositivo muy interesante de propiciar. El contacto informal es sumamente importante, dado que permite generar variedad, es decir, distintos puntos de vista ante una misma situación, siendo así un facilitador del conocimiento, del aprendizaje entre las instituciones (Lloria:264). La adaptación mutua constituye el único dispositivo de enlace que puede estar presente en todos los grados de coordinación que hemos presentado. Los acuerdos de cooperación suelen formalizarse a partir de la firma de convenios mutuos. Sin embargo existen experiencias que han logrado un alto grado de continuidad, sin llegar a formalizarse. La vía informal es la que eligió desde 1994, la Red Internacional de ONGs sobre Desertificación - R.I.O.D.17 Esta red dispone de puntos focales nacionales, subregionales y regionales, pero carece de una estructura formalizada. En este caso, la vinculación directa a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desertificación (CNUD) constituye un aval muy importante y sin dudas un facilitador de las acciones informales de la red. La vía formal se materializa a través de la firma de Convenios de Cooperación, los cuales se multiplican diariamente en el sector público. Los convenios suelen incluir los objetivos que se fijan las partes en la articulación; las responsabilidad que asume cada socio; los mecanismos a utilizar para la toma de decisiones; la creación o no de instancias formales de decisión y representación; la determinación de la duración del acuerdo formal; la definición de una instancia externa para la resolución de conflictos y el mecanismo para la validación de la terminación o su renovación. La firma de un convenio suele considerarse un hito fundante de la asociación entre gobiernos locales. El problema es que en algunas oportunidades la firma del convenio pasó a ser la única acción conjunta, con lo cual, se ha ido degradando la importancia del instrumento. Más aún en nuestros países latinoamericanos, donde el bajo nivel de 16 Para elaborar esta propuesta hemos tomado como base algunos de los trabajos que han abordado la coordinación horizontal, especialmente en el ámbito organizacional (Mintzberg, Galbraith, Lloria). 17 http://www.riodccd.org 11 cumplimiento de las normas sigue siendo preocupante. Incluso a veces ocurre que existen varios acuerdos paralelos, dada la ausencia de una base unificada de convenios de cooperación en cada organismo. De cualquier manera, constituye una herramienta jurídica que le da legalidad a la acción conjunta y cierta legitimidad al proyecto compartido, al interior de los municipios intervinientes. La coordinación intermunicipal puede ser promovida con la disposición de un facilitador, mediador o promotor el cual puede ser un funcionario de uno de los organismos participantes o formar parte de una organización externa interesada en la generación de experiencias de coordinación horizontal. Justamente es éste uno de los objetivos de la “red Mercociudades”, cuando se impulsa la creación de redes de ciudades a través de unidades técnicas intermunicipales18. También siguen esta línea de acción algunos organismos internacionales que ofrecen recursos para la implementación de proyectos asociativos (por ejemplo, el Programa URBAL) y algunas organizaciones sociales, particularmente ONGs, a veces motivadas justamente por esta oferta de recursos. La principal dificultad de la tarea del facilitador es que propicia la coordinación y la reciprocidad sin disponer de autoridad formal sobre las unidades intervinientes, por lo cual deberá ir consolidando una estrategia de integración, a partir de la información que dispone, la realización de acuerdos puntuales y la generación de confianza entre los municipios participantes. Los puestos de enlace se crean cuando se necesita un contacto especial que encause la comunicación interorganizacional. El puesto de enlace carece de autoridad formal, pero se convierte en el centro neurálgico de la coordinación bilateral o de múltiples actores. (Mintzberg:197). Tanto en los puestos de enlace, como en los dispositivos que veremos a continuación (grupos de trabajo, comisiones permanentes y unidades integradoras) cobra relevancia la relación entre el referente de cada organismo y su sistema jerárquico. Aún estableciendo con claridad el sistema de relación interna, es usual que sea compleja la relación entre el nexo de enlace, el directivo y el resto de la organización. Por lo pronto, la disposición de un puesto de enlace, como ocurre con cualquier otro dispositivo de coordinación y en general con cualquier intervención innovadora genera múltiples impactos al interior de las unidades participantes. Una definición clave es el margen de libertad de acción que se le otorgará a estos dispositivos. Un alto grado libertad de acción, puede llevar al aislamiento del espacio de coordinación, complicando la gestión interna de cada organismo. Mientras que un muy bajo grado de autonomía o autoridad, complica la gestión del espacio de coordinación ya que muy poco se puede decidir en ese ámbito. De hecho sería de esperar que quienes participen de estas instancias de conexión intenten consolidar una estrategia de acumulación de recursos de poder, lo cual será vital para sostener el emprendimiento. La reunión es el principal vehículo utilizado para facilitar la coordinación horizontal y ella es la base del funcionamiento de los grupos de trabajo y las comisiones permanentes. Un grupo de trabajo es un comité convocado para cumplir una determinada tarea y disolverse una vez finalizada. “El grupo soluciona conjuntamente el problema y, cuando se llega a una solución aceptable, cada miembro regresa a sus obligaciones acostumbradas” (Galbraith: 51). De los grupos de trabajo a nivel interinstitucional, sirve como ejemplo una experiencia realizada en el municipio de Maipú (Mendoza, Argentina) a fines de los 90. En dicha oportunidad, los organismos públicos vinculados con la problemática de la violencia familiar realizaron un 18 Estatuto de la Red Mercociudades. Art. 2. Disponible en: http://www.mercociudades.org/index.php?module=htmlpages&func=display&pid=12 12 análisis conjunto de la situación. Fruto del proceso de vinculación fue es establecimiento de acuerdos operativos bilaterales entre las agencias gubernamentales intervinientes. Esto incidió rápidamente en la reducción del tiempo de los procesos, en la mejora de los sistemas de información y en la disposición de un mejor servicio a la victima (Garrido). La Comisión permanente es una agrupación más estable que la anterior, formada entre distintas unidades, que se convocan con regularidad para discutir temas de interés y acordar líneas de acción, sin llegar a que se precise un plazo de duración. Es el caso de la gestión de los planes estratégicos participativos de ciudades, los Consorcios intermunicipales, las Mancomunidades. En algunos casos estas comisiones son homogéneas en su composición, mientras que en otros existen grandes diferencias e incluso puede haber un actor que la lidere, formal o informalmente. La comisión permanente ha sido usualmente utilizada en los casos de articulación intermunicipal en la Argentina. Entre ellos, los planes estratégicos participativos que utilizan como organismo rector los denominados “Órganos Promotores Locales”, integrados por directivos locales, de cámaras empresarias, sindicatos y organismos sociales 19 y los consorcios intermunicipales con la generación de “directorios” integrados por los Intendentes locales. En el caso de las Comisiones Permanentes integradas por funcionario de segundo o tercer grado, cabe citar nuevamente la experiencia de “compras conjuntas de medicamentos”, que permitió a un grupo de municipios reducir considerablemente el costo de sus insumos básicos. Con posterioridad a la firma de un convenio, el órgano rector fue un “Comité de Compras” integrado por los responsables de las compras de cada municipio (Cravacuore, Ilari, Villar:161) Un mayor grado de coordinación puede alcanzarse con el dispositivo de las Unidades Integradoras. Una de las alternativas que presenta este dispositivo es la de establecer que uno de los socios de la alianza o red, será la unidad responsable de la coordinación, es decir la unidad integradora. Al respecto, es pertinente el ejemplo de los proyectos del programa URBAL que hacíamos referencia, donde uno de los municipios asumía el rol de la coordinación y el manejo presupuestario. Una segunda opción es la creación de una nueva instancia de coordinación. Así, se mantiene la individualidad de los socios, pero se crea una unidad que los integra. Esta unidad puede disponer de grados variables de autonomía. Con un bajo grado de autonomía se presenta la Red de Gobierno Electrónico de América Latina y el Caribe (GEALC), la cual está constituida por 60 líderes gubernamentales que representan 30 países de la región. A diferencia de otras redes, GEALC no dispone de un organismo ejecutivo integrado por un grupo de socios (como ocurre en una Junta o Comisión ejecutiva), sino que se optó por establecer sólo a un Coordinador Operativo (Castillo:4). En el caso de elegir dotar con alto grado de autonomía a esta instancia de coordinación podría crearse una nueva Asociación, conformada por todos los socios de la alianza. Es el caso de los Entes, Consorcios Intermunicipales y Mancomunidades los cuales constituyen personas jurídicas independientes de los municipios que la conforman.20 También cabe incluir a las sociedades del estado que nacen de un acuerdo interjurisdiccional, como es el CEAMSE, en Argentina. En el ámbito empresario este dispositivo se concreta en la Unión Transitorias de Empresas (UTE) y los joint ventures. 19 Los planes estratégicos participativos suelen disponer de plazos para la etapa de diseño. En al experiencia latinoamericana, luego de su aprobación suele quedar difusa la continuidad de estos organismos promotores. 20 La especificidad de los entes intermunicipales en el derecho nacional y subnacional de Argentina es analizada por Daniel Cravacuore: 2006. 13 En el campo de las organizaciones sociales, dos modelos usuales de unidades integradoras son la Asociación Civil sin fines de lucro y la Fundación. Varias redes de organizaciones sociales constituyen ejemplos de esta segunda opción, entre ellas la “Alianza Amazónica”21 y la “Red Latinoamericana de Agricultura Conservacionista”22. Como puede verse en estos casos, se usa indistintamente los conceptos de “Red” y “Alianza”, aunque podríamos distinguir que la alianza generalmente es conformada por un grupo reducido y cerrado de organismos, mientras que las redes suelen disponer de un gran número de miembros y presentarse más abiertas a la incorporación de nuevos socios. A su vez, se utiliza el modelo de Federación cuando existe voluntad de que la institución articule a “todas” las instituciones de determinado lugar o vinculadas a un tema específico. Ejemplos de ella son la Federación Valenciana de Municipios y Provincias23 y la Federación Argentina de Municipios24. La fusión constituye el dispositivo de enlace que permite que se unan dos o más estructuras, programas, procesos, unidades u organismos. En muchas ocasiones, luego de un proceso de fusión siguen existiendo en forma residual, elementos no unificados. Sucede que el costo de la unificación total suele ser más alto que los beneficios que trae una fusión en todos los terrenos. Un ejemplo en Argentina constituye la fusión empresaria entre Aerolíneas Argentinas y Austral, donde el personal de cada una de las empresas, luego de producirse la fusión continuó su trabajo en el marco de las normas fijadas con anterioridad, por lo que se mantienen vigentes los dos regímenes de recursos humanos. También es el caso del Programa Más Vida, Argentina, ya que la fusión por absorción del Programa Comadres, no implicó la unificación de los roles de quienes realizan el trabajo de campo. Así, en algunos municipios existen en un mismo barrio tanto manzaneras (Plan Vida) como comadres (exprograma Comadres). En ambas situaciones, la integración total seguramente hubiese generado conflictos adicionales (con los gremios en el caso de Aerolíneas Argentinas y con las trabajadoras de campo, en el caso del Comadres). Todo proceso de fusión genera altos riesgos, por lo que limitar focos posibles de conflicto resulta estratégico. Claro que en estos casos, a expensas de un menor grado de racionalidad técnica de la nueva organización creada. En todo proceso de fusión interorganizacional, en términos formales las partes firman un contrato, un acuerdo donde se especifican los detalles de la fusión. Tanto en las asociaciones civiles como en las empresas privadas, lo que se hace es disolver a una de las asociaciones, generalmente a través de la aprobación de una asamblea especial y adecuar el estatuto de la asociación que queda vigente a la nueva situación creada. A nivel municipal, las formas de actuación dependerán de la legislación particular de cada país y región. En Argentina esta normativa es competencia del derecho público provincial. Finalmente cabe destacarse que la etapa crítica para la gestión de un proceso de fusión es el período inicial de transición. En un primer momento, se deben adaptar procesos internos de gestión que no permiten grandes demoras (procedimientos de compras, contratación del personal; normas de procedimientos técnicos), con lo cual la oportunidad de la puesta en acción de un proceso de fusión y su costo de transición debe ser contemplada. 21 http://www.amazonalliance.org/espanol http://www.rainforest-alliance.org 23 http://www.fvmp.es 24 http://www.famargentina.com/index.asp 22 14 4. A manera de cierre. Dispositivos de enlace y grados de coordinación La utilización de los dispositivos de enlace que acabamos de describir nos llevarán a alcanzar distintos grados de coordinación intermunicipal. En el siguiente cuadro presentamos una combinación de los grados de coordinación que hemos analizado en el capítulo 1, con los dispositivos de enlace presentados en el capítulo 3. Cuadro 1: La relación entre grados de coordinación y los dispositivos de enlace en la gestión intermunicipal Grados de Coordinación Integración Dispositivos de enlace Fusión y Adaptación mutua Articulación Fusión. Unidades integradoras. Grupos y comisiones. Puesto de enlace. Facilitadores. Acuerdos de cooperación. Adaptación mutua Cooperación Unidades integradoras. Grupos y comisiones. Puesto de enlace. Facilitadores. Acuerdos de cooperación. Adaptación mutua Comunicación Unidades integradoras. Grupos y Comisiones. Puesto de enlace. Facilitadores. Acuerdos de cooperación. Adaptación mutua Reconocimiento Adaptación mutua Descoordinación Fuente: Elaboración nuestra En el cuadro puede observarse por una parte, que los grados intermedios de coordinación (articulación, cooperación y comunicación) se alcanzan utilizando dispositivos comunes de enlace. En estas situaciones, la diferencia pasa más por los fines perseguidos y la intensidad promovida, que por el instrumento seleccionado. Sin embargo, se distingue la articulación dado que también puede ser fruto de la utilización de técnicas de fusión de algunas unidades, funciones o programas. En base a la importancia y magnitud de la fusión, se podrá caracterizar la experiencia en términos de articulación o de integración. También puede observarse que la adaptación mutua puede estar presente en todos los grados de coordinación. Su uso es sencillo, poco costoso y sumamente efectivo para el logro de coordinación intermunicipal en cualquiera de sus grados. Hemos visto en el trabajo que es posible desagregar diferentes grados de coordinación intermunicipal, desde la integración que unifica la acción, hasta la total descoordinación. Cada uno de estos grados se relaciona con un particular nivel de autonomía de las unidades que intervienen en el proceso. Y finalmente nos hemos abocado a describir los múltiples dispositivos de enlace que pueden utilizarse en un proceso colaborativo. Retomando la posición de Khandwalla, en el marco de la Teoría de la Contingencia, la clave de una selección exitosa es la combinación adecuada y flexible de cada uno de los mecanismos y no la adopción acrítica de un dispositivo de enlace en particular. El desafío es lograr entonces que en un proceso de deliberación, las partes construyan el perfil estructural de la coordinación que más se adapte a las condiciones y los requerimientos (particulares y comunes) de los socios de la experiencia compartida. 15 Anexo - Un caso para visualizar diferentes grados de coordinación intermunicipal Dos municipios colindantes del Área Metropolitana de Buenos Aires implementan proyectos similares sobre jóvenes en conflicto con la ley penal e incluso trabajan en los barrios periféricos de las dos ciudades, con lo cual en algunos lugares es solo una calle la que separa el ámbito de intervención de los proyectos. En un primer momento las condiciones de cooperación eran muy pobres, dado que los Intendentes locales, aún siendo del mismo partido político, estaban compitiendo fuertemente en la sección electoral. A su vez, no coincidían los proyectos en la forma de concebir la problemática y sus respectivas modalidades de intervención. Producto de la elección de nuevos intendentes, en el momento actual existe una muy buena relación entre los dos gobernantes, situación que da lugar a iniciarse un proceso de coordinación de estos proyecto. El proyecto A, gestionado por uno de los municipios, dispone de dos actividades básicas (A1 y A2); mientras que B, el proyecto del municipio vecino, cuenta con las actividades (B1 y B2). Las posibles combinaciones serán muy grandes, más aún si incluimos en el caso todos los tipos de coordinación, pero centrándonos en los grados y dispositivos de enlace presentados en este trabajo, algunos de los productos del proceso de coordinación podrían ser: a) A y B se fusionan y pasan a estar a cargo de un Ente Intermunicipal. (integración y creación de un nuevo organismo de gestión asociada) b) A y B se fusionan y pasan a estar a cargo de un solo municipio. (integración) c) A1 y B1 se fusionan, mientras que también lo hacen A2 y B2, siendo gestionado todo el proyecto a través de una comisión permanente. (integración con gestión intermunicipal) d) A1 y B1 se fusionan y están a cargo de un puesto de enlace intermunicipal, formado por un representante de cada municipio, pero A2 y B2 siguen siendo gestionadas de manera independientes. (articulación a través de la fusión parcial, con gestión intermunicipal) e) La relación con las empresas y las asociaciones civiles donde se incorporan los jóvenes de los dos proyectos pasa a ser gestionada sólo por A, quien socializará los acuerdos alcanzados. Mientras que el resto de las actividades se realizan en forma independiente. (articulación a través de la fusión parcial) f) Algunas acciones semejantes de las actividades A1 y B1 las realiza A, mientras que otras acciones de A1 y B1 las realiza B. La misma desagregación de las actividades en acciones ocurre con A2 y B2. Se firma un convenio marco de cooperación. (articulación, alta intensidad) g) A realiza las actividades A1 y B1, mientras que B, realiza B2 y A2. Se firma un convenio marco de cooperación. (articulación de baja intensidad) h) A y B realizan el trabajo de manera independiente, pero acuerdan compartir una misma concepción y/o un protocolo de actuación conjunta. (articulación de baja intensidad) i) A y B acuerdan compartir un taller de capacitación de los equipos técnicos. También convienen en que en los momentos de urgencia, algún profesional de A pueda apoyar la gestión de B y viceversa. (cooperación) j) A y B gestionan sus respectivos proyectos de manera independientes, pero pactan realizar reuniones semestrales para intercambiar información. (comunicación) 16 k) A y B siguen trabajando en forma independiente, aunque acuerdan implícitamente que no competirán por los recursos de empresas y asociaciones civiles que ya están trabajando con el otro municipio. (reconocimiento). Fuente: Elaboración nuestra Bibliografía Agranoff, Robert (1997), “Las relaciones y la gestión intergubernamentales” en Bañón, Rafael y Carrillo, Ernesto (comp.), La nueva administración pública, Alianza Universidad, Madrid. 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