NIVELES DE YODO QUE CONSUMEN LOS HABITANTES DE

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NIVELES DE YODO QUE CONSUMEN LOS HABITANTES DE COTAPACHI, SAPENCO Y VILLA
URKUPIÑA
(Quillacollo oct. 2003)
Autora: Lic. Janneth Mónica Torrez Frontanilla
Asesor: Dr. David Amurrio
La deficiencia de yodo en la dieta tiene efectos marcados sobre el crecimiento y desarrollo humano; por lo mismo
los más vulnerables son los niños y las mujeres embarazadas. La yodación de la sal, es la forma más efectiva de
asegurar la ingesta adecuada de yodo y prevenir así los trastornos debidos a su carencia. Partiendo de estas
consideraciones, la investigación tuvo por objeto medir los niveles de yodo en la sal y el agua que consumen los
habitantes de tres zonas de la provincia de Quillacollo de Cochabamba * y detectar en las mujeres embarazadas y
los niños de 6 a 12 años signos de trastornos debido a la deficiencia de yodo.
A través de visitas a 200 domicilios de las familias, se realizó la medición de los niveles de yodo en la sal que
consumían, encontrando que el 66% de la sal consumida estaba apropiadamente yodada (más de 15 ppm de
yodo), en el 26% los niveles estaban más bajos de los recomendados y en 8% no contenían yodo. A pesar de que
las marcas de sales contaban con el sello de garantía del Programa Nacional de Lucha contra el Bocio
(PRONALCOBO), se constató que una misma marca en unos casos tenían los niveles de yodo recomendados y
en otros mucho más bajos.
La marca que resultó contener el yodo en cantidades apropiadas en todos los casos examinados fue San Joaquín.
Niveles diferentes de yodo encontrados en las sales Margarita, Cristal, Condorcito, Maguita, Luz de mar, Salerito
y Serafín. Las marcas Paulita y Chilindrina dieron resultados constantes de niveles inferiores a los recomendados
y la sal en molde no tenía yodo en ningún caso.
Las personas desconocen que a medida que pasa el tiempo, la sal pierde hasta un 20% de yodo, otro 20% puede
perderse por la humedad, y que la exposición al sol es otro factor que favorece la pérdida de otro 20% de yodo de
la sal; de manera que si no está debidamente almacenada podría disminuir hasta un 60% el nivel de yodo.
El análisis químico del agua de las tres zonas estudiadas reportó niveles de yodo de 1 ug/L, cifra que indica que
no aporta a la dieta este mineral, ya que la cifra esperada es mayor a 10 ug/L
Se realizó el examen físico de la glándula tiroides a 150 niños entre 6 a 12 años, encontrándose en 24 casos un
agrandamiento catalogado como bocio de grado 1, principalmente entre los 6 a 9 años de edad y en el sexo
femenino. Entre las 18 mujeres embarazadas que fueron examinadas, se encontró tres con bocio del mismo
grado.
Se realizó el examen de los niveles de yodo en orina (Mediana ug/g de creatinuria), encontrándose que en un 73%
no existe carencia de yodo con resultados mayores a 100 ug/g y en el 27% se presenta en forma leve con
resultados entre 50 y 99 ug/g.
Los resultados del presente estudio muestran una deficiencia en los niveles de consumo de yodo en la población.
A pesar de que se presume que el bocio ha sido erradicado en Bolivia desde el año 2000, la investigación ha
detectado casos de esta enfermedad, así como, la disminución del aporte de yodo en la dieta de los niños, niñas y
mujeres embarazadas de las zonas estudiadas. Esta situación exige una revisión y ajuste del programa de sal
yodada en Quillacollo y de las acciones de educación sobre el tema. Una recomendación importante es la
detección temprana de las patologías relacionadas al déficit de yodo en las poblaciones vulnerables.
Comité de Redacción:
Hna. Lic. María Ángeles González R.
Dra. Kathia Butrón Gandarillas
Dr. Hernán Olivera Arauco
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Cotapachi, Sapenco y Villa Urkupiña, cuya población alcanza a 4294 habitantes.
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