Tienes que hacer lo que quieres hacer

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Experiencias
Tienes que hacer lo que quieres hacer
Albert Bosch (Lic&MBA 90), aventurero y emprendedor
Aventurero y emprendedor. Para Albert Bosch (Lic 90), son dos lados de la misma
moneda. Al fin y al cabo, un emprendedor es un gran aventurero, y un aventurero
es un gran emprendedor, señala el hombre que cruzó la Antártida sin asistencia,
desde la costa hasta el Polo Sur. Además de haber completado el proyecto 7
Cumbres, ha participado en nueve ralis Dakar, convirtiéndose el pasado año 2015 en
el primer piloto en la historia en participar con un coche sin gasolina (100 %
eléctrico); ha sido corredor habitual de ultramaratones y ha hecho más de 100
carreras o retos en diferentes disciplinas de deportes extremos. Y todo ello
constantemente compaginado con la faceta de empresario que inició a sus 26 años
con varios proyectos, entre ellos INVERGROUP, la empresa que fundó en 2004 como
plataforma para gestionar y promover proyectos en el ámbito de las energías
renovables y el medio ambiente.
Lo que hace diferente a Albert en el ámbito empresarial tradicional, acostumbrado a
lucir éxitos y esconder fracasos, es que incluso él se siente orgulloso de sus fracasos
y no rehúye confesarlos públicamente. “Me siento orgulloso de ellos, porque sin estos
fracasos, no hubiese podido conseguir los éxitos que he tenido. Y espero tener
muchos fracasos en el futuro, porque será señal de que habré emprendido muchos
nuevos proyectos”, asegura Bosch.
Desde sus inicios en el mundo de la aventura,
Albert Bosch siempre ha compaginado el deporte
con la empresa. Fue en el rally París-Dakar,
compitiendo oficialmente, cuando se dio cuenta
de que con ello no se iba a ganar la vida.
Entonces es cuando surgió la idea de empezar a
promover proyectos. “Me di cuenta de que aparte de competir, hay una cosa que es
la brújula. Eso significa escoger el rumbo, organizar el proyecto, planificarlo, venderlo
y, finalmente, ejecutarlo”. Con la brújula en mano surgió su vocación de promotor
de aventuras.
Tienes que hacer lo que
quieres hacer. Esto te da
una actitud potentísima y
te vuelve invencible.
Desde que ha comenzado con esta nueva vocación, la actitud ha sido la clave para
superar grandes retos y cumplir muchos objetivos difíciles. Pero Albert destaca
también otra virtud que uno ha de tener para llegar a tener una vida equilibrada: la
coherencia. “Ha de haber coherencia entre lo que uno hace y lo que quiere hacer.
Hay que hacerse las preguntas adecuadas, porque cuando estamos en proyectos que
no nos motivan y no nos interesan, es imposible tener una buena actitud. En
definitiva, la actitud responde a lo siguiente: tienes que hacer lo que quieres hacer.
Esto te da una actitud potentísima y te vuelve invencible.”
El cambio radical que le conectó con esta coherencia se produjo en el año 2005,
cuando un día volvió “casi llorando” de la montaña. Se dio cuenta de que había hecho
toda su vida en la naturaleza, vivía para ello, y con el tiempo también empezó a vivir
de ello. Pero ese día se dio cuenta de que todavía no había hecho nada para la
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naturaleza. De un ego-empresario, decidió convertirse en un eco-empresario. “Yo ya
no podía tener unos valores los domingos e ir a trabajar los lunes con otros valores,
muchas veces antagónicos”, confiesa con el rostro radiante de energía.
Entonces empezó a crear proyectos en el sector
de las energías renovables, con un claro
propósito de ganar dinero, pero garantizando que
también tuviesen un impacto positivo en el medio
ambiente y en la sociedad. Desafortunadamente,
invertir en un sector que en España sufrió
muchísimo debido, entre otros factores, a la falta
de visión y de apoyo político, derivó en algún que
otro fracaso empresarial. “Pero no me supo a fracaso, porque yo hacía lo que quería
hacer. En los negocios también se fracasa, hay que decirlo. La diferencia está en que
cuando fracasas en una cosa que no te importa, es terrible. Pero cuando fracasas en
algo que va conforme a tus valores, lo sientes diferente, porque te arriesgaste por
algo que valió la pena.”
Para tener motivación en
cualquier cosa que hagas,
has de tener un propósito,
que es lo que te da sentido
y te conecta con lo que de
verdad quieres ser.
Para él, el mundo de la aventura tiene mucho que ver con los objetivos y la forma de
trabajar en la empresa familiar. “En la aventura tienes unos objetivos, como pueden
ser subir al Everest o llegar al Polo Sur, pero esto ha de responder a un propósito
que viene con las preguntas por qué y para qué lo haces”, asegura, y llama a no
confundir el objetivo con el propósito. “No es lo mismo. Para tener motivación en
cualquier cosa que hagas, has de tener un propósito, que es lo que te da el sentido
y te conecta con lo que de verdad quieres ser, con aquello a lo que quieres dedicar
tu esfuerzo y tu talento. Luego de allí salen los objetivos.”
Donde Albert ve la ventaja de las empresas familiares es en el hecho de tener detrás
a una propiedad comprometida que se mantiene firme en su propósito. En su opinión,
a diferencia de las familiares, la mayoría de las empresas con un accionariado
“anónimo” solamente buscan resultados a corto plazo y tienen falta de visión. “En
cambio, las empresas familiares también tienen estos objetivos, pero, además,
responden a un propósito superior, aportado por la familia, que quiere continuar el
negocio en las siguientes generaciones”, destaca.
Albert Bosch tiene un perfil híbrido que reúne los mundos de la aventura, el
emprendimiento y la empresa. Ha tenido muchas experiencias en cada uno de ellos,
pero no olvida que el hecho de haberse formado en ESADE, también le aportó mucho
en su posterior desarrollo profesional. “Fue una plataforma para aprender más en el
futuro y poder desarrollarme en tareas que hasta entonces no sabía hacer. Sobre
todo me ha servido de base para incorporar muchas otras habilidades y desarrollar
una buena actitud e irme preparando para lo que iba viniendo.”
Autor del artículo:
Boris Matijas
Coeditor de FAMILY BUSINESS TRANSFORMATION
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