Tintin.qxd 11/11/05 20:09 Página 2 El famoso reportero creado por Hergé utilizó casi 80 modelos en sus aventuras LOS COCHES DE TINTÍN Puede ser una elegante berlina o un pequeño utilitario, un coche militar e incluso un camión. Todos los vehículos son válidos para que Tintín y sus amigos recorran el mundo, salvando a los buenos y persiguiendo a los malos. El libro “Tintín, Hergé y los coches” refleja la pasión que el creador del genial personaje sintió en su vida real por los automóviles. Mercedes LÓPEZ FORD “T” Un coche mítico en la historia del automovilismo, el Ford “T”, mereció la portada de “Tintín en el Congo”. Hergé quiso rendirle tributo dándole una imagen que refleja alegría de vivir y de viajar, sin olvidar su naturaleza indestructible. Además, es uno de los pocos coches que Tintín tuvo en propiedad. Lo normal es que lo pida a un amigo, ‘tome prestado’ uno que esté aparcado o se lo ‘birle’ a los malos. Todos los métodos son buenos para cumplir su misión. C Más información. www.editorialzendrera.com BERLINA MISTERIOSA Fue el único vehículo que tuvo el capitán Haddock, el Lincoln “Zephyr”. Lo utilizó junto a Tintín para rescatar al profesor Tornasol. Hergé dedica 22 viñetas al rescate y en todas aparece el Lincoln. Sin duda, el mayor número de imágenes que el autor dedicó a un coche. Figura entre los primeros coches aerodinámicos por sus formas fluidas y líneas estilizadas. Fabricado para rodar a gran velocidad, se le conocía como el avión terrestre. No se sabe muy bien qué modelo inspira la berlina de los malos de “El loto azul” y en la que Tintín consigue convertirse en un ‘incómodo pasajero’. Aunque no se puede negar que existen similitudes innegables con algunas de las creadas por diferentes constructores americanos a principios de los años 30: las Chevrolet, Nash, Ford y Dodge. MERCEDES “600” Fotos: Paul Alan PUTNAM on sus bombachos y su tupé, el más famoso de los reporteros, el incomparable Tintín, junto con sus inseparables amigos, el perrito Milú, el capitán Haddock y los detectives Hernández y Fernández, recorre el mundo ayudando a quien lo necesita. Para ello, no escatima en medios y, cómo no, los coches fueron, a lo largo de todas sus aventuras –desde Alemania al Congo–, sus más fieles aliados. Al menos setenta y nueve modelos distintos de automóviles pueden identificarse en los veinticuatro álbumes de Tintín. Los coches que aparecen no son simples medios de transporte, prácticamente se convierten en personajes animados que provocan atropellos, persecuciones y accidentes. Son auténticas estrellas que intervienen en el destino de los héroes. En la mayoría de los casos son una fiel reproducción de modelos reales o mezcla de varios de ellos. Parece que la atracción que su creador, Hergé, sentía por los coches –compró todos los que le gustaban–, junto con su trabajo en la revista “La Revue Ford” y en otras publicaciones relacionadas con el mundo del motor, hizo que los dibujara con pasión y talento. Una pasión que la editorial Zendrera Zariquey ha tratado de reflejar en el libro “Tintín, Hergé y los coches”, recientemente editado. En él se hace un repaso por todos los coches que aparecen en las historietas de Tintín y se descubren algunos de sus secretos. ◆ LINCOLN “ZEPHYR” CITROËN “2 CV” Fue el coche de los detectives Hernández y Fernández y el único que tuvo el honor de aparecer en dos de las aventuras de Tintín. Se le conocía como “cuatro ruedas debajo de un paraguas” y, a pesar de que fue muy mal acogido por la Prensa, alcanzó un gran éxito popular. Robusto, económico y polivalente, cuando Hergé lo reprodujo en 1955 sólo existía de color gris; sin embargo, él lo pintó verde. A veces, Hergé adjudica un ‘papel’ a una marca entera. Es el caso de los “Mercedes”, que siempre fueron los coches de los ‘malos’, de los enemigos de Tintín. Primero el modelo “SK”, utilizado por la policía alemana. Después el “220” o el “300” de los agentes bordurios que intentan secuestran al profesor Tornasol. Y finalmente, la limusina oficial del dictador Tapioca, un Mercedes “600”. FORD “V8” El Ford “V8” es uno de los modelos que más veces aparece, convertido en un taxi, equipado con ametralladora, blindado del ejército, coche particular de Hernández y Fernández... Fue el primer coche estándar al que Ford le equipó con un motor reservado hasta entonces a los modelos de lujo. Se llamó “V8” porque los 8 cilindros que lo integraban estaban colocados en forma de uve. PEUGEOT “403” Son muchos los modelos europeos que acompañan a Tintín en sus andanzas. Desde el “2CV” de Citroën, el “4CV” de Renault, el Simca “Aronde”, el Bugatti “Type 35”, varios Lancia, Alfa Romeo o Peugeot, como el “202” o éste “203”, propiedad de la diva tontorrona ‘La Castafiore”. BUGATTI “TYPE 52” Se le llamaba también “Baby” y fue conducido por el simpático Milú. Su creador, Ettore Bugatti, sólo construyó dos unidades de este capricho para niños: una se la regaló a Balduino, futuro rey de los belgas, y otra a Hassan II, años más tarde rey de Marruecos. LAND ROVER “SERIE III” Hergé no se olvidó de los grandes modelos de la industria inglesa. Y, sobre todo, en una obra dedicada a las aventuras de un reportero, no podía faltar el gran clásico de los viajes por terrenos difíciles: el Land Rover. Tanto el “Serie I”, conducido por policías belgas (por cierto, con perfil poco aventurero), como el “Serie III” de Tapioca. TRÁFICO 42 Noviembre-diciembre 2005 BÓLIDO MEZCLA El bólido rojo que le presta el marajá para perseguir a los secuestradores de su hijo sólo existió sobre el papel, aunque toma alguno de sus elementos de coches reales: la rejilla del radiador es de un Amilcar “CGSS”; la tapa del motor y el tubo de escape, del Alfa Romeo “P3”; y la parte trasera, del Era. POR LOS AIRES CULPABLE DE SU TUPÉ Tintín rara vez desciende de un coche sin haber tenido, previamente, un accidente. Patinazos, choques violentos, caídas por barrancos... y Tintín –sólo o acompañado por sus inseparables Milú, el profesor Tornasol o el capitán Haddock– por los aires en un vuelo rasante que termina en caída libre, aterrizando, casi siempre, sobre una alfombra de musgo lo suficientemente espesa como para amortiguarla. El coche siempre fue un fiel aliado de Tintín que nunca le falló en las circunstancias más complicadas. Pero la relación que une a Tintín con los coches es mucho más íntima e, incluso, se puede decir que fue el principal estilista de su imagen. En la primera de sus aventuras, “Tintín en el país de los soviets”, cuando se monta y arranca rápidamente el coche, al salir disparado, un mechón de pelo, que en la imagen anterior lleva hacia adelante, se le echa para atrás. Nunca volvería a su posición inicial. Había nacido el famoso tupé de Tintín. TRÁFICO 43 Noviembre-diciembre 2005