Los fondos de activos bancarios (“FAB”) o “patrimonios separados” como instrumentos de reestructuración bancaria Rafael Mínguez y Jaime de la Torre Revista de Derecho del Mercado de Valores, nº 13/2013 (julio-diciembre) Abstract SOCIEDAD DE GESTIÓN DE ACTIVOS PROCEDENTES DE LA REESTRUCTURACIÓN BANCARIA, SOCIEDAD ANÓNIMA (“SAREB”), y en particular los Fondos de Activos Bancarios (“FAB”). Entre las medidas previstas por la Ley 9/2012, de 14 de noviembre, de reestructuración y resolución de entidades de crédito (previamente el Real Decreto-ley 24/2012, de 31de agosto), la SAREB tiene la facultad de desinvertir parte o todos de sus activos a través de los denominados Fondos de Activos Bancarios (FAB) una nueva modalidad de fondos sin personalidad jurídica creados ad hoc para el proceso de venta de activos por parte de la SAREB. SOCIEDAD DE GESTIÓN DE ACTIVOS PROCEDENTES DE LA REESTRUCTURACIÓN BANCARIA, SOCIEDAD ANÓNIMA (“SAREB”), and in particular the Financial Asset Funds (“FAB”) Among the measures provided by Lay 9/2012, of November 14, on restructuring and resolutions of credit institutions (previously Royal Decree Law 24/2012, of august 31 st ), SAREB has the ability to disinvest all or part of its assets by means of incorporating the so called Financial Assets Funds (FAB,) a new type of funds which lack of legal personality created for the sole purpose of allowing SAREB to disinvest its assts. Palabras clave SOCIEDAD DE GESTIÓN DE ACTIVOS PROCEDENTES DE LA REESTRUCTURACIÓN BANCARIA, SOCIEDAD ANÓNIMA, SAREB, Fondos de Activos Bancarios, FAB, Ley 9/2012, de 14 de noviembre, de reestructuración y resolución de entidades de crédito (previamente el Real Decreto-ley 24/2012, de 31de agosto, Ley 9/2012. SOCIEDAD DE GESTIÓN DE ACTIVOS PROCEDENTES DE LA REESTRUCTURACIÓN BANCARIA, SOCIEDAD ANÓNIMA, SAREB, Financial Asset Funds, FAB, Lay 9/2012, of November 14, on restructuring and resolutions of credit institutions, Law 9/2012. ÍNDICE 1.- INTRODUCCION: MARCO REGULATORIO Y ESTRUCTURAL DE LOS FABS ......... 4 1.1.- Los FAB en el marco del proceso de reestructuración bancaria española......... 4 1.2.- La dialéctica entre forma societaria o forma fiduciaria para estructurar legalmente la operativa de la liquidación de activos procedentes del proceso de reestructuración legal del sector crediticio español. ..................................................................................... 1.3.- 9 Los patrimonios separados como instrumentos de reestructuración de activos de la SAREB. ...........................................................................................................11 2.- LA CREACIÓN DE LOS FAB, ASPECTOS PRÁCTICOS ........................................ 17 2.1.- Formalidades básicas requeridas para la constitución de un FAB ..................... 17 2.1.1.2.1.2.2.1.3.2.1.4.2.1.5.2.1.6.- 3.- Formalidades previas .......................................................................................17 Contenido relevante de la escritura de constitución de un FAB ..............................18 Compartimentos de los FAB ..............................................................................20 Fusión y escisión de FAB ..................................................................................22 La extinción y disolución de los FAB ...................................................................23 Principales obligaciones de transparencia ...........................................................24 BREVE APUNTE A LA FISCALIDAD DE LOS FAB Y LA DE SUS PARTICIPES. ......25 4.- CONCLUSIONES...........................................................................................27 1.- INTRODUCCION: MARCO REGULATORIO Y ESTRUCTURAL DE LOS FABS 1.1.- Los FAB en el marco del proceso de reestructuración bancaria española En el marco del prolongado proceso de instrumentación jurídica de la Reestructuración del Sistema Financiero Español, que ya tiene precedentes con ciertas medidas normativas adoptadas para hacer frente a los problemas que tenían lugar en nuestro sistema financiero, y fruto del Memorando de Entendimiento sobre Condiciones de Política Sectorial Financiera o más comúnmente conocido por su terminología inglesa como el “Memorandum of Understanding on Financial Sector Policy Conditionality” (en adelante, el “MOU”), que se adoptó y acordó con las autoridades de la denominada “Troika”1, en julio del pasado año 2012, uno de los aspectos más importantes del mismo, entre las numerosas medidas que se contemplaban en este marco, fue la de la creación del denominado “Banco Malo” español, que, en terminología legal, se denominó Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, S.A. (en adelante, la “SAREB”).2 La creación de este instrumento de Reestructuración Bancaria tiene lugar con la promulgación de la Ley 9/2012, de 14 de noviembre, de reestructuración y resolución de entidades de crédito (en adelante, la “Ley 9/2012”) si bien es corolario del procedimiento iniciado con el Real Decreto Ley 24/2012, de 31 de agosto, de reestructuración y resolución de entidades de crédito, que se convalidó y se tramitó como ley en sede parlamentaria, dando lugar al citado texto legal, habida cuenta la premura de cumplir con varios de los compromisos suscritos en el marco del MOU. Esta disposición es una consecuencia de la crisis económica y financiera que sigue asolando nuestro país, por cuanto a las 1 Comisión Europea, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Autoridad Bancaria Europea (ABE). 2 El preámbulo del MOU era concluyente en cuanto al objetivo de reforzamiento del Sistema financiero español, cara a lograr una estabilización del mismo como consecuencia de los efectos de la crisis económica. A tal fin, se arbitran un conjunto de medidas de apoyo financiero condicionadas al cumplimiento de un Programa de Saneamiento, y, en paralelo, al Programa de Estabilidad Financiera (Stability Programme Update; Kingdom of Spain 2012-2015). Para situar el contexto, como bien se indica en la Introducción o Preámbulo del MOU, el 25 de junio de 2012, el Gobierno Español solicitó asistencia financiera externa en el contexto del proceso de reestructuración y capitalización del Sector Bancario Español, término que hay que tomar en un sentido amplio. Como precedentes normativos, cabe citar ciertos hitos como fueron el establecimiento del Fondo para la Adquisición de Activos Financieros (FAAF), para conceder apoyo a la liquidez de las entidades de crédito y el fortalecimiento de los procedimientos de intervención, disciplina y solución de entidades de crédito a través del Real Decreto Ley 9/2009, por el que se creaba el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria ( en adelante, el “FROB”). Posteriormente, se reformó el régimen jurídico de las cajas de ahorro mediante el Real Decreto Ley 11/2010, de 9 de julio, de órganos de gobierno y otros aspectos del régimen jurídico de las Cajas de Ahorro, con el fin de mejorar el gobierno corporativo de una parte, y, de otra, dotarlas de una mayor capacidad de acceso a los mercados de capital básico. A renglón seguido cabe citar el Real Decreto Ley 2/2011, de 18 de febrero, para el reforzamiento del sistema financiero, donde se pretendió reforzar la solvencia de todas las entidades de crédito, incrementando los requerimientos de capital mínimos. Finalmente, se adopta el Real Decreto Ley 2/2012, de 3 de febrero, de saneamiento del sector financiero, a la vista de que todas las medidas antes indicadas no resultan suficientes para hacer frente a los efectos sobre el sistema financiero de la crisis económica y sus efectos sobre sus balances, y, muy en especial, la magnitud de la exposición a los activos inmobiliarios, los cuales sufrieron un gran deterioro. entidades que ha afectado de una manera más intensiva ha sido a las entidades de crédito, piezas claves en la vertebración económica de una nación, y eje fundamental en el marco económico para posibilitar un desarrollo de la Economía, que ante la realidad que vienen viviendo desde 2007 a nivel nacional, participando de un problema que puede decirse que es generalizado, ha traído consigo la necesidad de intervenir y adoptar medidas de supervisión e intervención por encima de las previstas y vigentes pues, de no contener este estado crítico, el deterioro económico hubiese ido a más. 3 Las iniciativas a nivel de la Unión Europea y las que han tenido lugar a escala internacional como se ha manifestado en el seno del G-20, auspiciadas también desde el Fondo Monetario Internacional, han obligado a impulsar un conjunto normativo de cariz excepcional que haga frente a esta crítica situación, incidiendo en aquellos aspectos de las entidades financieras que más necesitan de reordenación para volver a la normalidad, si bien sobre unas pautas que remedien los problemas que han traído consigo dicha situación de crisis y que fruto de las mismas resulte un sistema crediticio más capitalizado y solvente. La cuestión es que, si no se ponía remedio por esta vía excepcional, el peligro de riesgo sistémico y de deterioro económico no se hubiese frenado, de ahí que se haya tenido que acudir a ayudas internas y externas, frente a un escenario más general de rescate nacional para dimensionarlo a nivel de rescate financiero o de ayudas para recapitalizar y fortalecer nuestro sistema financiero. En estos términos de planteamiento, la norma mencionada va a ser el epicentro de lo que se denomina “reestructuración del sistema financiero”, formando parte del Programa de Ayuda Financiera para la Recapitalización del sector financiero con el consiguiente Memorando de Entendimiento 4. Pues bien, como decíamos, entre otras medidas, como acometer una reforma del régimen jurídico del FROB, una de las más importantes, y dentro de las cuales se van a enmarcar los FAB, es la creación de la SAREB, y, como una consecuencia de la implementación de la misma, de los FAB como instrumento favorecedor de los objetivos de aquella, pues lo que se pretende en el marco de recapitalización es concentrar en un vehículo denominado Sociedad de Gestión aquellos activos que 3 El Real Decreto Ley 24/2012, y su cristalización parlamentaria en forma de ley, la Ley 9/2012, a la par que es un compromiso en el marco del MOU, también supone un avance en la implementación de medidas de reestructuración bancaria y de saneamiento del sistema financiero, incluso avanzando instrumentos y pautas que están siendo objeto de debate y discusión en las instancias comunitarias, como es la Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo, por la que se establece un marco para el rescate y la resolución de entidades de crédito y empresas de servicios de inversión, y por la que se modifican las directivas 77/91/CEE y 82/891/CE del Consejo, las Directivas 2001/24/CE, 2002/47/CE, 2004/25/CE, 2005/56/CE, 2007/36/CE y 2011/35/CE y el Reglamento (UE) nº 1093/2010. 4 Es muy clarificador el apartado III sobre “Key Objectives” contemplado en el MOU, donde se proclama que el sector bancario español se ha visto afectado por el impacto de la acumulación en balance de un excesivo riesgo financiero inmobiliario; en segundo lugar, la falta de resultado eficiente de las medidas adoptadas por las autoridades españolas para solventar los problemas del sistema bancario español, y que antes hemos enumerado. De igual modo, destaca la intoxicación de los balances bancarios con activos financieros e inmobiliarios dañados, así como la falta de una gestión eficiente de la baja en balance de los mismos, cara a recapitalizar y reforzar la solvencia del sector bancario. A tal fin, se fijó el ejercicio de identificación de las necesidades de capital de las diversas entidades, adopción de medidas de resolución y, aquí viene el quid de nuestro trabajo la “segregation of assets in those Banks receiving support in their recapitalization efofrt and their transfer of the impaired assets to an external “Asset Managment Company (AMC)”. originan un deterioro de la solvencia crediticia, y, muy en particular, los vinculados al sector inmobiliario5 Como decíamos, el primer estrato normativo de las Sociedades de Gestión de Activos lo encontramos en el Capítulo VI de la citada Ley, artículos 35 y siguientes, donde se contempla la posibilidad de que el FROB, en el ejercicio de sus potestades administrativas, obligue a una entidad de crédito a ceder o transmitir a una sociedad de la índole presente una serie de categorías de activos especialmente dañados cuya permanencia en el balance o patrimonio de una entidad de crédito se considere perjudicial, a fin de que dichos activos causen baja y permitir la gestión independiente de los mismos para facilitar su liquidación o realización. En definitiva, lo que se pretende es aislar jurídicamente en un vehículo con propósito especial, aquellos activos que han marcado el deterioro de solvencia y patrimonial. Como se puede apreciar, participa de la filosofía que no es nueva en el ámbito de la reestructuración bancaria cual es la de incorporar activos dañados de una entidad a un vehículo fuera 5 El apartado donde se instaba a la creación de la SAREB en el MOU eran los epígrafes 21 y 22 de dicho instrumento de apoyo. Decía así: “ segregation of impaired assets:Asset Managment Company 21. Problematic assets of aided banks should be quickly removed from the banks´balance sheets. This applies, in particular, for loans related to Real Estate Development (RED) and foreclosed assets. In principle, it will also apply to other assets if and when there are signs of strong deterioration in their quality. The principle underpinning the separation of impaired assets is that they wil be transferred to an external AMC. Transfers wil take place at the real-long term- economic value (REV)of the assets. The REV will be established on the basis of a thorough asset quality rev iew process, drawing on the individual valuations used in the Stress Test. The respective losses must be crystallized in the banks at the moment of the separation. The Spanish authorities, in consultation with the European Commission, the ECB an d the IMF, will prepare a comprenhensive blueprint and legislative framework for the establishment and functioning of this asset separation scheme by end Agust 2012. The Spanish authorities will adopt the necessary legislation in the autumn with a view to assuring tha the AMC will be fully operational November 2012. 22. The AMC will manage the assets with the goal of realizing their long term value. The AMC will purchase the assets at REV and will have the possibility to hold them to maturity. The FROB will contribute cash and/or high quality securities to the AMC for an amount corresponding to a certain percentage ( to be determinate at the time of the establishment of the AMC) of the REV of assets purchased. In exchange for the assets, the bank will receive a suitably small equity participation in the AMC, bonds issued by the AMC and guaranteed by the State, or cash and/or high quality securities. The bond issued by the AMC will be structured in such a manner that they will meet the conditions set our in the ECB´s Guideline on monetary policy instruments and procedures of the Eurosystem”. Por lo que concierne al contenido de la Ley 9/2012, su Capítulo I, en línea con lo que significamos de que la norma comienza a introducir en nuestro ordenamiento varias premisas e instrumentos de resolución de crisis bancarias en línea con la Propuesta de Directiva en la materia, se dedica a establecer los principios de reestructuración financiera a ejecutar por el FROB para minimizar el uso de recursos públicos en el saneamiento bancario. A tal fin, se comprenden las medidas de actuación temprana, reestructuración y resolución, en función, sucesiva de la gravedad del deterioro financiero y de solvencia de la entidad y de la posibilidad de reflotamiento de la misma. Y es dentro de los instrumentos de resolución donde encontramos, junto a la venta del negocio de la entidad, la transmisión de activos o pasivos a un banco puente, y el apoyo financiero a los adquirentes del negocio, como indicábamos, es donde hallamos la “transmisión de activos o pasivos a una sociedad de gestión de activos”, reguladas en el Capítulo VI de la Ley, donde como categoría especial se incluye a la SAREB. A lo anterior, cabe añadir el bloque normativo correspondiente a la “Gestión de Instrumentos Híbridos”, y, finalmente, una nueva vertebración del régimen jurídico del FROB dotándole de unas mayores facultades para desarrollar su objeto y competencias, habida cuenta de las nuevas premisas en materia de resolución de entidades de crédito. de la esfera jurídica y patrimonial para reducir el riesgo en el balance originario y gestionar el riesgo de una manera independiente y frenando el deterioro financiero y patrimonial que su mantenimiento originaba. Ahora bien, no olvidemos que en el caso de SAREB son cesiones por parte de entidades que han recibido ayudas públicas para compensar los deterioros patrimoniales de todo tipo de activos incluidos los cedidos a la SAREB6 El aislamiento societario se efectúa en una Sociedad bajo forma de Anónima, a la que se permite financiarse por los canales tradicionales de activos de renta fija. Ahora bien, una de las claves es que la transmisión es por título de una obligación legal que fuerza a llevar a cabo la misma en el contexto y con la filosofía que preside este tipo de transmisiones, y, a la vez, la cesión se efectúa a un precio prefijado, que de alguna manera condiciona o precisa el deterioro real del activo y su impacto patrimonial. El negocio de cesión se blinda tanto de posibles derechos de terceros como de cualquier mecanismo de rescisión concursal, evitando de este modo cualquier alteración “ex post” como consecuencia de llevar a cabo acciones de reintegración por parte de terceros. Finalmente, a estas sociedades se les delimita un régimen típico de intervención y control administrativo de supervisión. Este marco normativo es el que se recoge en los artículos 35 y siguientes del Capítulo VI de la Ley 9/2012 Y, va a ser en el plano normativo indicado, donde en la disposición adicional séptima de la ley se crea la SAREB, como una modalidad particular de Sociedad de Gestión de Activos, Sociedad que se ha implementado en virtud de la previsión normativa que determinaba que su promotor tenía que ser el FROB, y a la que se cederían activos de aquellas entidades que estaban en el marco de procesos de reestructuración y ayudas públicas. La clave de esta sociedad es que tiene una vocación temporal y limitada condicionada por el marco de crisis en el que surge y de donde toma su propósito o finalidad. Las principales características que preconiza la Ley respecto a la SAREB son las que siguen: 1º) La entidad promotora de la SAREB será el FROB, y será este ente público el que decida, con arreglo a las premisas legales, qué activos de ciertas entidades predeterminadas quienes cederán sus activos a aquélla.7 2º) El objeto social está predefinido en la línea antes prefijada de ser exclusivo y ceñirse a la “tenencia, gestión y administración directa o indirecta, adquisición y enajenación de 6 Por el interés que puedan tener para completar la visión del trabajo presente vid: “Bad Banks: finding the right exit from the financial crisis”; McKinsey Working Papers on Risk, número 12, Agosto 2009; Varios Autores.; Financial Stability Board, “Key Attributes of Effective Resolution Regimes for Financial Institutions”, Octuber 2011; y, por lo que concierne a una regulación que pueda servir de ejemplo, por su proximidad en el tiempo y ser partícipe de un planteamiento normativo similar conviene tener presente la NATIONAL ASSET MANAGMENT AGENCY ACT 2009, de la República de Irlanda. 7 Esta es la previsión contenida en el artículo 35.1 de la Ley, donde se advierte claramente la atribución de funciones administrativas ejecutivas al FROB para llevar a cabo el proceso de transmisión por ministerio de la ley. los activos que le transfieran las entidades de crédito que se determinan en la disposición adicional novena de esta Ley”. Como concreta el precepto aludido son aquellas entidades mayoritariamente participadas por el FROB o aquellas que fuesen a requerir un programa de reestructuración, como así ha sido, habida cuenta de las dos fases en las que se han realizado las transferencias de activos llevadas a cabo a día de hoy.8 3º) La SAREB tiene una vocación de sociedad privada a pesar de la participación inicial importante que se ha reservado al FROB, pero que para evitar su cómputo como deuda y entidad pública a efectos de SEC 95, y pueden participar, entre otros, en su capital social entidades de crédito y entidades financieras. En la línea expuesta, la propia Ley consagra la naturaleza privada limitando la participación pública a no más del 50 por 100, evitando así el calificativo antes indicado en el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales. Completa la previsión anterior apelando a los conceptos clásicos de honorabilidad y profesionalidad del ámbito normativo de las entidades financieras para determinar quién puede ostentar la condición de administrador o miembro del consejo. 4º) Una previsión que hay que entender en línea con el debate que trajo consigo los FAB es la que alude a la posibilidad de que la SAREB quedase como un mero vehículo de mantenimiento de activos, y que el FROB constituyera una sociedad gestora del patrimonio de la misma 5º) Finalmente, se disponen un conjunto de previsiones de orden supervisor y sancionador sobre la SAREB, así como la constitución de una Comisión de Seguimiento con integrantes de los organismos públicos supervisores que permitan un control permanente y sucesivo de las actividades y del cumplimiento de objetivos de la SAREB9 En este marco inicial, y fruto de los debates habidos en la elaboración del marco normativo entre los representantes de la Troika y las autoridades españolas respecto al modelo legal más eficiente para dar respuesta a los objetivos de reestructuración, se planteó la discusión sobre filosofía legal acerca de si no podía crearse un instrumento jurídico de corte fiduciaria “ex novo”, que, a caballo entre las figuras ya conocidas de la titulización, los Fondos de Inversión, tanto mobiliarios como inmobiliarios, o incluso de los Fondos de Capital Riesgo, pudieran traer consigo la aparición de un nuevo “ente jurídico” que pudiese responder a la finalidad de liquidación patrimonial que persigue el legislador con la SAREB en el contexto antes indicado. Por la razón que destacamos, creemos que es muy oportuno 8 9 Ex artículo 35 de la Ley. Vid arts 37 y 38 de la Ley 9/2012. dedicar unas páginas a la discusión filosófica/legal que tuvo lugar y que como fruto trajo la conformación legal de los “patrimonios separados” o “FAB”, en la terminología legal. 1.2.- La dialéctica entre forma societaria o forma fiduciaria para estructurar legalmente la operativa de la liquidación de activos procedentes del proceso de reestructuración legal del sector crediticio español. Si nos detenemos a analizar la filosofía del planteamiento de la reestructuración bancaria vía SAREB, que no es otro que el de crear un vehículo con vocación temporal y de finalidad liquidadora o de enajenación en el tiempo de los activos que incorporan al patrimonio social, una de las ideas acerca del posible planteamiento jurídico que surgió con ocasión del diseño legal del sistema fue el de estructurar la SAREB como una gestora del patrimonio a liquidar el cual se residenciaría en un vehículo con forma fiduciaria a concretar. De tal suerte, que se llegó a plantear o bien ya la cesión directa de los activos por las entidades afectadas a dicho patrimonio de creación “ex novo”, o bien a través de una fase intermedia donde en un primer momento la SAREB sería el vehículo adquirente y luego se escindiría o se cedería globalmente los activos, incluso haciendo ya una selección por diferentes criterios de los mismos Finalmente, más por motivos de oportunidad y de premura, que de análisis de fondo, ante la novedad que se presentaba y la necesidad de dar una respuesta inmediata a la cuestión que acuciaba ante la presión de la Troika y la necesidad de recibir a la mayor brevedad las ayudas derivadas del MOU, se optó por crear la SAREB, sin menoscabo como hemos comentado de la posibilidad que brinda la Ley de crear una sociedad gestora que pudiera a su vez gestionar la SAREB, no cerrándose así la puerta la alternativa mencionada. Efectivamente, si revisamos el apartado 6 de la disposición adicional séptima de la Ley 9/2012, se dispone la posibilidad de que el FROB pueda constituir una sociedad gestora cuyo objeto consistiría en la gestión y administración de activos de la SAREB, siéndole de aplicación el régimen general. En todo caso, y para comprender la esencia del planteamiento regulador, y, sobre todo, para clarificar el por qué de la creación de los que se denominaron “Patrimonios Separados”, conforme al concepto acuñado legalmente en la disposición adicional décima de la Ley 9/2012, vamos a reproducir los argumentos que se barajaron en el debate regulador entre las ventajas y los inconvenientes de encauzar el planteamiento liquidador mediante un vehículo fiduciario. La clave en primer término no era sino de dar respuesta mediante un mecanismo similar al de la titulización a la adquisición de activos crediticios con el fin de ser adquiridos de modo indirecto por inversores institucionales, utilizando a tal fin un esquema de financiación vía deuda o bonos, que se podía combinar con financiación quasi equity. A lo anterior, cabía añadir que de este modo se evitaban todo tipo de problemas de “corporate govenance”, en tanto que se acude a un esquema jurídico fiduciario y no societario, siguiendo modelos jurídicos propios de los fondos de inversión o fondos de titulización. Pues, efectivamente, si se desciende a la esencia de la estructura de la cesión se combinaría los negocios de cesión a un fondo de titulización en el supuesto de préstamos o créditos, y si a eso se añade las participaciones en sociedades inmobiliarias o de activos inmobiliarios de índole diversa estaríamos ya en la esencia de un fondo de inversión inmobiliaria conforme a su regulación vigente. Lo que se debía de buscar es una estructura de liquidación flexible y acomodada a las necesidades de los inversores que pudieran estar interesados en mantener esos activos, máxime con el régimen fiscal que se dispone en la propia Ley, que no deja de ser un incentivo a la creación de vehículos que fomenten la venta de los mismos, y, en definitiva, el repago de la deuda comprometida para adquirir los mismos y que ha sido avalada en una parte sustancial por la garantía del Estado mediante un Aval ad hoc. Aquí es donde subyace la filosofía de planteamiento y la ratio de la creación ex lege de los “patrimonios separados”. Por la importancia que puede tener para clarificar el proceso de diseño legal de la estructura, vamos a reproducir los argumentos que se manejaron en ambas opciones: 1º) Con relación a la alternativa sociedad con Gestora, que es el modelo que se incorporó finalmente: a) desde un punto de vista de complejidad jurídica, la regulación partía al fin y al cabo de un tipo existente, y, por tanto, sólo había que regular particularidades de la nueva configuración societaria. b) No se escindía la gestión de la propiedad. c) En el ámbito del control societario, la existencia de un consejo propio, permitía una monitorización más efectiva de la gestión. d) No tenía impedimentos de financiación al predisponerse especialidades y excepciones legales en la materia. e) No se imposibilitaba la capacidad de gestión para constituir otras figuras subsidiarias o filiales. f) Se le aplicaba la legislación concursal. g) La fiscalidad podía ser mínima y no era un elemento de impedimento al modelo. h) Las reglas contables serían una mera adaptación. i) Respecto a temas de SEC 95, no era un elemento que estuviese afectado por la forma jurídica. 2º) Respecto al modelo de Fondo de nueva creación, los elementos que se manejaron durante la discusión fueron los que siguen: a) Su implantación requería una regulación ex novo, si bien se podía acudir a figuras similares. b) Se separaba la gestión de la propiedad. c) No había limitaciones sino un régimen orientativo y de fuerte influencia en función del esquema de financiación a las características de las operaciones en particular. d) Podían permitirse esquemas heterogéneos con compartimentos. e) Al no tener personalidad jurídica no estaría sometido a las normas concursales. f) Fiscalidad mínima. g) Las normas contables estarían por definir, y la aplicación de las normas SEC no sería un factor muy determinante. La solución final arbitrada legalmente fue la de crear la SAREB sin menoscabo de abrir paso a los FAB como instrumentos fiduciarios de liquidación adaptados a la realidad inversora y con una fiscalidad que estimulase las desinversiones por las vías de un esquema jurídico fiduciario singular que pasamos a abordar, pero que hubo un momento durante las discusiones del proceso de elaboración normativo que pudo constituir un esquema ciertamente novedoso para facilitar el objetivo perseguido con todo este plano normativo. 1.3.- Los patrimonios separados como instrumentos de reestructuración de activos de la SAREB. La discusión regulatoria se tradujo en la creación de los denominados “Patrimonios Separados” que, como se indica en la Exposición de Motivos del Real Decreto 1559/2012, de 15 de noviembre, por el que se establece el régimen jurídico de las sociedades de gestión de activos (en adelante, el “Real Decreto 1559/2012”), que es la norma de corte reglamentario, que desarrolla la Ley 9/2012, y que permite a la SAREB transferir activos a “fondos especiales”, con el fin de facilitar el proceso de desinversión, adaptándolos a las especialidades de los activos gestionados por esta sociedad. Como se aprecia al indagar la ratio del planteamiento legal, lo que se busca es encontrar una fórmula que sirva a los fines legales pretendidos y que se acomode a la realidad de la potencial demanda inversora que permita ejecutar la liquidación de activos como fin buscado por la SAREB. De ahí que se indique que los FAB, denominación que se reserva legalmente a estos instrumentos, tienen el propósito particular, singular y exclusivo, de ser herramientas para la desinversión en la SAREB, por cuanto dan una flexibilidad para canalizar inversiones exclusivas de inversores profesionales o cualificados que son, en última instancia, los que pueden integrar la demanda de los activos que se integran en la SAREB. Una cuestión que no se puede obviar es que los FAB no son un vehículo de inversión colectiva en un sentido clásico, sino que son meros instrumentos para facilitar la entrada de inversores profesionales, como la realidad práctica a día de hoy está demostrando, ya que con las circunstancias económicas y crediticias, los más interesados están siendo vehículos de inversión institucional no regulados y Fondos Alternativos a los tradicionales. Como indicábamos, los FAB son patrimonios singulares, que en términos legales son “agrupaciones de activos y pasivos de la SAREB”; es decir, su identidad patrimonial viene caracterizada por derivar de los activos que provengan en exclusiva de la SAREB, en tanto en cuanto se derivan a estos patrimonios singulares por cualquier vía o mecanismo jurídico de cesión o transmisión. Una de sus principales características o señas de identidad es que son vehículos fiduciarios sin personalidad jurídica, si bien pueden ser titulares de derechos y obligaciones, por tanto su capacidad jurídica y de obrar se ve completada con la necesidad de concurrir a su gestión mediante un complemento o representadas como en este tipo de vehículos suele ser habitual por una sociedad gestora especializada. Después de bastantes consideraciones de todo orden, el legislador decidió otorgar la competencia para su gestión a las Sociedades Gestoras de Fondos de Titulización, si bien éstas deberán adaptar su organización, actividad y operativa a esta nueva posibilidad que la ley les ofrece. La ratio vino dada porque parecían el vehículo sometido a supervisión prudencial que, con arreglo al singular esquema legal que se estaba delimitando, ofrecía una mayor proximidad de su objeto para llevar a cabo una gestión de una inversión estructurada en financiar en un patrimonio fiduciario aislado la adquisición de activos procedentes de la SAREB y a gestionar dicho esquema sobre la base de que los inversores que financiarían dicho planteamiento se parecían más, al igual que el propio marco financiero a los de una titulización. Desde luego en el caso de créditos y préstamos cedidos a la SAREB no cabe la menor duda de la identidad y proximidad. En el supuesto de inmuebles, quizás en menor medida, pero no podemos olvidar que estamos hablando de patrimonios sin división en cuotas de participación que se financian o soportan en un esquema financiero más próximo a una financiación de titulización mediante venta de créditos o inmuebles que se soportan con el pasivo del fondo, si bien este pasivo el legislador permite un amplio margen a la autonomía de la voluntad de las partes para configurarlo y determinarlo, conforme veremos a la hora de analizar el planteamiento de la Ley 9/2012 y su desarrollo reglamentario. Pero la característica esencial es que su régimen jurídico, sin menoscabo de las particularidades que se integran en las previsiones normativas que venimos analizando, es que tienen como régimen supletorio o subsidiario el que proviene del marco jurídico vigente de los Fondos de Titulización de Activos y de las Instituciones de Inversión Colectiva, en todo aquello que resulte adecuado en su aplicación10. Como indicábamos, el fundamento reside en la similitud estructural e inversora de estos 10 A día de hoy, vendría integrado por la Ley 19/1992, de 7 de julio, sobre Régimen de Sociedades y Fondos de Inversión Inmobiliaria y sobre Fondos de Titulización Hipotecaria. (Modificada por la Disposición Final cuarta de la Ley 5/3009, de 29 de junio y por el Real Decreto y por el Real Decreto 926/1998, de 14 de mayo, por el que se regulan los fondos de titulización de activos y las sociedades gestoras de fondos de titulización (modificada por el Real Decreto 749/2010, de 7 de junio); y, por lo que concierne a Instituciones de Inversión Colectiva. Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de Instituciones de Inversión Colectiva (modificada por la Ley 25/2005, de 24 de noviembre, reguladora de las entidades de capital-riesgo y sus sociedades gestoras, por la Ley 43/2007, de 13 de diciembre, por el Real Decreto 215/2008, de 15 de febrero, por el que se modifica el artículo 59 del Reglamento por el que se desarrolla la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de instituciones de inversión colectiva, aprobado por Real Decreto 1309/2005, de 4 de noviembre, por la Disposición Final Segunda de la Ley 5/2009, de 29 de junio y por la Disposición final quinta de la Ley 11/2009, de 26 de octubre, por la que se regulan las Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario, por la Ley 10/2010, de 28 de abril, de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo, por la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de economía sostenible, por la Ley 15/2011, de 16 de junio por la Ley 21/2011, de 26 de julio, por la Ley 25/2011, de 1 de agosto y por la Ley 31/2011, de 4 de octubre) y su Reglamento de desarrollo, aprobado por Real Decreto 1082/2012, de 13 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de instituciones de inversión colectiva. nuevos instrumentos con los antes mencionados, pues como se puede evidenciar es una concurrencia complementaria de un Fondo de Titulización de Activos con un Fondo de Inversión Inmobiliaria, ya que los primeros integran con carácter primigenio créditos o préstamos de diversa índole y entre ellos los que tienen garantía inmobiliaria, y, en el caso de los segundos, la inversión en bienes inmuebles y de participaciones en el capital de sociedades inmobiliarias. Ahora bien, una reproducción mimética carecía, en buena medida, de fundamento, de ahí que la propia norma disponga que en tanto sea de aplicación subsidiaria o supletoria, y, en segundo término, sin que sea de aplicación la normativa de inversiones cuya finalidad tuitiva y de diversificación inversora carece de fundamento en el caso presente. Piénsese que lo que se busca es posibilitar una liquidación ordenada con un incentivo fiscal que se adapte a los intereses inversores de corte institucional y de miras a largo plazo. Aquí debemos tener muy en consideración las previsiones contenidas en los artículos 29 y siguientes del Real Decreto 1559/2012, cuando dispone en primer término que el activo y, en parte, el pasivo de los FAB proviene de los que les ceda la SAREB en virtud del correspondiente negocio de transmisión, todo ello sin menoscabo de las posibilidades de fusión de FAB que admite el marco normativo analizado. Como se puede comprobar de las previsiones del art.29.4 y 5, se pretendió configurar un marco flexible e interaccionado jurídica y financieramente a los fines de poder agrupar sobre la marcha patrimonios en función de los esquemas de los inversores que pretendieran deshacerse de una inversión o cuota de financiación mediante cesión a otros vehículo ex novo o en funcionamiento. En línea con las previsiones normativas habituales en este tipo de instrumentos financieros, se establece una reserva legal de denominación, y, en segunda instancia, en consonancia con la filosofía estructural destacada se deriva la gestión de este tipo de fondos singulares a las Sociedades Gestoras de Fondos de Titulización de Activos, siempre que adapten su estructura organización y medios para cumplir el fin que persigue la norma con la presente regulación. Una cuestión muy importante es que la responsabilidad que pueden reclamar inversores y financiadores queda constreñida y limitada a los activos integrantes del patrimonio del FAB. En definitiva responde al esquema ya analizado con anterioridad de aislar el riesgo en un vehículo de propósito o finalidad especial y exclusiva. Pero el mayor interés, a efectos de este apartado de nuestro análisis, lo merece el régimen de configuración de los activos y pasivos susceptibles de ser cedidos a un FAB. Por lo que se refiere a los activos, y, con arreglo a las previsiones que se recojan en el documento o escritura constitutiva del mismo, en primer término tienen cabida los activos inmobiliarios y los préstamos o créditos transmitidos por la SAREB, así como la materialización de su tesorería en depósitos y otros instrumentos como puede ser la renta fija. En todo caso, y así especifica en la norma, se entienden incluidos en el activo los compromisos, deberes y cargas asociadas a los activos de naturaleza diversa transmitidos. Finalmente, en lo que a este aspecto patrimonial se refiere, el artículo 31 del Real Decreto citado, y en línea con la esencia estructural de los FAB, su pasivo se integra por los que le transfiera la SAREB, los valores emitidos para financiar la adquisición de los activos, los préstamos que suscriban de toda índole para financiar su estructura y, en línea con los esquemas de titulización, y con vistas a abrir a posiciones de pasivos subordinados quasi equity se contempló la posibilidad de integrar aportaciones de inversores institucionales con derecho al remanente en caso de liquidación, si bien se deja una vía amplia a concretar en sede práctica para ultimar tramos subordinados que faciliten la viabilidad financiera de la estructuración. En lo que concierne al régimen de emisión de valores integrantes del pasivo del FAB, se deriva al régimen general de emisiones de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores y su normativa de desarrollo, si bien habrá que ver cómo se configura en la realidad práctica las diversas modalidades de emisión y financiación en función del tipo de inversores, que, como ya hemos señalado, serán institucionales en todo caso, y de ello se encarga la propia disposición al indicar que dichos valores sólo se podrán colocar entre inversores profesionales y su valor nominal unitario se situaría por encima de los 100.000 euros. A este respecto cabe destacar que, a diferencia de lo que sucede con los fondos de titulización de activos de carácter público, a los FAB no se les exige que los valores emitidos deban contar necesariamente con la calificación crediticia. Aquí, de modo adicional, hay que traer a colación la previsión del artículo 34 del Real Decreto sobre el carácter potestativo de que en las emisiones de valores se constituya o no sindicato de obligacionistas, elemento a valorar y ponderar pues la práctica en operaciones de esta índole revela que en algunas ocasiones es un mecanismo muy útil para solucionar temas de índole diversa, y, muy en particular, en casos de adaptación para refinanciaciones. Lo más lógico sería constituirlo pues con toda seguridad ofrece más ventajas que inconvenientes si bien siempre ha sido un tema manido en cuanto a considerar su necesidad o no, pero no obstante, desde un punto de vista práctico, la experiencia nos ha obligado a algunos a concluir que incluso para esquemas de titulización las ventajas que ofrece son mayores en caso de problemas de funcionamiento y aplicación del esquema de financiación que los inconvenientes y rigores de su constitución y los problemas de todo orden que pudieran surgir. Por lo referente al régimen de transmisión de activos, en el artículo 32 del Real Decreto, por un lado se apela a lo dispuesto en la materia en la Ley 9/2012, al determinarse que se efectuará en virtud de cualquier negocio jurídico, si bien debemos ser conscientes que, a efectos de cumplir el fin liquidador, y persiguiendo el resultado de repagar deuda de la SAREB, y, muy en particular, la avalada por el Estado, lo normal es que sean adquisiciones a título de compraventa, si bien habrá que ver cómo se pueda configurar la participación de la SAREB en los FAB, habida cuenta la interpretación que se está dando a la necesidad de que la misma se implique en la financiación del vehículo para mantener el régimen fiscal y que ciertamente es muy singular y particular. Pues bien, de la conjunción de las previsiones de la Ley (artículo 36.4) y del Real Decreto, artículo 32, sacamos las siguientes conclusiones: 1º) La transmisión queda protegida de cualquier acción de rescisión concursal. Es el tradicional “true sale” anglosajón presente también en los esquemas de titulización. 2º) No se le aplican las previsiones del artículo 1.535 del Código Civil en materia de cesión de créditos litigiosos, evitando así numerosas situaciones de conflictos habida cuenta del origen primigenio de los créditos cedidos a la SAREB. 3º) Se exime, si fuera necesario, en la transmisión de activos de la potencial aplicación de la normativa de OPAS, de modo similar a las previsiones para casos de transmisiones forzosas en supuestos de intervención administrativa. 4º) Se blinda también la transmisión de potenciales riesgos en materia de seguridad social, laboral e incluso de orden tributario. Igualmente no se responde de la solvencia del deudor de los activos. Resta finalmente por traer al análisis las previsiones sobre los requisitos que exige la norma a las transmisiones de activos a los FAB, que se puede decir sin duda alguna que participan de las reglas previstas muy en especial para los Fondos de Titulización. En primer término, se pretende una transmisión plena y total sin cubrir en modo alguno el riesgo de crédito cedido. Es decir, se exige una transmisión plena e incondicionada y hasta el vencimiento de la operación en cuestión, pensado especialmente para activos financieros. La SAREB no puede quedarse con riesgo alguno ni asegurar el buen fin de la operación. En segundo lugar, la transmisión debe quedar formalizada a efectos de prueba frente a terceros, y hay que informar de la misma a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (en adelante, la “CNMV”). En tercera instancia, tiene que especificarse los activos transmitidos con inequívoca seguridad, siendo la sociedad gestora responsable de la identidad y certeza de las características de los mismos. En igual sentido se predica para los pasivos, todo ello de conformidad con las previsiones contenidas en el artículo 32.2 del Real Decreto. Por último, y en línea con las reglas estructurales antes señaladas, al objeto de cubrir los riesgos financieros de toda índole, se admite la contratación de instrumentos financieros derivados para hacer frente a la gestión financiera de la estructura. 2.- LA CREACIÓN DE LOS FAB, ASPECTOS PRÁCTICOS Tal y como se establece en la Exposición de Motivos del Real Decreto 1559/2012 los FAB, como sucede con la propia SAREB, están creados con la finalidad, singular y exclusiva, de servir como herramienta para la desinversión de la SAREB. Es decir, los FAB, tienen como única finalidad servir como mecanismo, flexible y ágil para que la SAREB, a través de éste instrumento pueda cumplir su objeto y finalidad última, la venta de los activos. De ahí que la regulación que se contienen en el mencionado Real Decreto está inspirada en dar garantías a los potenciales inversores, los inversores profesionales a los que se limita la inversión en los valores emitidos por los FAB en el propio artículo 30, pero, a su vez, como precisa la Exposición de Motivos, pretende buscar un equilibrio que no menoscabe la necesaria flexibilidad que requiere unos vehículos en donde no solo se incorporarán derechos de crédito sino también inmuebles o estructuras mixtas tanto de derechos de crédito como de inmuebles y que por tanto requiere una estructura en cuanto a su gestión más flexible que la que requiere un fondo de titulización de activos o hipotecario, y en determinadas ocasiones más próxima a la de un fondo de inversión inmobiliario. De acuerdo con lo anterior, la regulación que se ha establecido para los FAB parte de la premisa de que estos instrumentos deben disponer de unas premisas legales que permitan una gestión más flexible que la actualmente existente para figuras jurídicas de análoga naturaleza. 2.1.- 2.1.1.- Formalidades básicas requeridas para la constitución de un FAB: Formalidades previas En lo que respecta a las formalidades requeridas para la constitución de un FAB, estas replican en gran medida las previstas en el Real Decreto 926/1998, 14 de mayo, por el que se regulan los fondos de titulización de activos y las sociedades gestoras de fondos de titulización (en adelante, el “Real Decreto 926/1998”). En primer lugar, la forma elegida para constituir el FAB es la de escritura pública. De acuerdo con lo anterior la escritura de constitución servirá, principalmente y en unidad de acto para: i) proceder a la constitución del FAB, ii) realizar la cesión de los derechos de crédito y/o inmuebles y iii) proceder a la emisión de los pasivos del FAB. En lo que respecta al procedimiento que hay que seguir para constituir un FAB este, en tanto los valores emitidos por el mismo no sean objeto de admisión en mercados organizados, sigue el procedimiento previsto para la constitución de fondos de titulización de activos de carácter privado regulados en el artículo 11 del Real Decreto 926/1998 y, que se contempla en el artículo 35 del Real Decreto 1559/2012. En primer lugar hay que presentar ante la CNMV una solicitud en donde se requiera la autorización del FAB. Uno de las cuestiones que no está expresamente prevista en el artículo 35 es quien debe presentar dicho escrito. Parece razonable entender que debiera ser o bien la sociedad gestora que vaya a encargarse de la administración y gestión del propio FAB o incluso también podría entenderse por la redacción literal del artículo 29 que deba ser la propia SAREB la que presente la solicitud ya que en última instancia la única entidad que puede constituir un FAB es la propia SAREB. Cuestión distinta es que la SAREB deba necesariamente encomendar la gestión de los mismos a una sociedad gestora por aplicación de lo disposición adicional décima aparatado cuatro de la Ley 9/2012 y del artículo 29.6 del Real Decreto 1559/2012. Esta cuestión que estamos analizando no es pacifica, de hecho como se podrá analizar en el apartado relativo a la fiscalidad de los FAB, apartado 3 posterior, y regulado en la disposición adicional decimoséptima, donde se establece expresamente que para que pueda resultar de aplicación el régimen fiscal previsto en la mencionada disposición adicional será necesario que el FROB mantenga la exposición en los propios FAB y en la práctica el FROB sólo participa en los FAB de forma indirecta, pues es la propia SAREB la que promueve el FAB pero no el FROB. De hecho en la fase de tramitación parlamentaria del Real Decreto-ley 4/2012 ya se planteó por parte del Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural una enmienda en virtud de la cual proponían incluir en la disposición adicional décima un nuevo apartado en donde se incluyese que el FROB sería en todo caso el titular de los patrimonios separados.11 La argumentación utilizada para justificar esta enmienda fue que en la medida que los recursos destinados por el FROB a la constitución de la SAREB se consideran deuda pública entendían que en dicho caso el único que podría ser titular de dichos patrimonios fuese el propio FROB. Entendemos que cuando la enmienda se refería a titularidad esta se debía estar refiriendo a ser el único que estaba capacitado para promover el FAB ya que al carecer estos patrimonios de personalidad jurídica ninguna entidad puede ostentar su titularidad. En segundo lugar el artículo 35.1 b) exige que se aporte y registre por parte de la CNMV la escritura pública de constitución del FAB. Por tanto, el procedimiento de autorización consistirá en presentar un borrador de escritura de constitución junto con el escrito de solicitud, la aprobación de su contenido por parte de la CNMV y, solo cuando se obtenga la autorización por parte de la CNMV, se podrá proceder al otorgamiento de la escritura pública de constitución del FAB. Tras su otorgamiento se procederá a la verificación de la misma por parte de la CNMV. Conviene destacar que los requisitos exigidos en el artículo 35 2 tienen que cumplirse con carácter previo a la constitución del FAB. 2.1.2.- Contenido relevante de la escritura de constitución de un FAB En lo que respecta al contenido que debe contener la escritura de constitución de una FAB la regulación contenida en el artículo 36 es de mínimos, de ahí que todo lo previsto en dicho artículo debe figurar necesariamente pero ello no implica que no se pueda regular en la escritura de 11 Enmiendas e índices de enmiendas al articulado, Boletín Oficial de las Cortes Generales, 26 de octubre de 2012, Enmienda número 6. constitución cualquier otra cuestión que deseen las partes, ya sean los inversores la SAREB, o lo que pueda considerar necesario la CNMV. Entre los elementos que debe contener la escritura de constitución hay que diferenciar de forma clara entre el patrimonio que integrará el FAB aquella parte que procede de los activos transmitidos por parte de la SAREB de aquella parte que se integre a través de las correspondientes aportaciones. Esta dicción literal del artículo 36.1 b) viene a cuadrar con la redacción del artículo 31.1 d) en donde se prevé que los inversores institucionales pueden realizar, como parte integrante del pasivo de la SAREB, aportaciones y en contraprestación de las mismas les corresponderá el derecho al remanente que, en su caso, se obtenga tras la liquidación del FAB, solo cuando se hubiesen satisfecho los derechos de crédito de los restantes acreedores. Es decir, de la redacción conjunta de ambos artículos se deduce que los inversores que hubiesen realizado aportaciones y estas no sean en forma de préstamos o créditos, solo tendrán derecho a la recuperación de las mismas cuando se hubiese saldado la totalidad de las deudas con el resto de acreedores del FAB y, adicionalmente, solo tendrán derecho a las mismas tras la liquidación del fondo, por lo que estructuras en los que el margen de intermediación se abona con ocasión de cada fecha de pago y en períodos intermedios durante la vida del fondo no están permitidas. Otro de los elementos que requiere el artículo 35 que debe figurar necesariamente en la escritura de constitución del FAB son las reglas que van a regir la subcontratación de funciones que pretenda llevar a cabo la sociedad gestora. Dada la especial naturaleza que van a tener los activos de los FAB, derechos de crédito inmobiliarios y/o inmuebles, los FAB van a requerir una gestión activa de los mismos, no solo por la naturaleza de los inmuebles que requieren de gestión constante, terminación de las obras en los supuestos en los que nos encontrásemos con inmuebles en construcción o incluso promociones inmobiliarias que se encontrasen en fases intermedias de ejecución, obras de reforma que sea necesario llevar a cabo en los inmuebles, planeamiento urbanístico en los casos de suelo, mantenimiento y/o promoción de las viviendas y finalmente comercialización de los mismos por lo que a nuestro modo de ver la mayor parte de las funciones que requieren no van a ser desarrolladas directamente por las sociedades gestoras, en primer lugar porque estas carecen de la estructura, medios y especialidad requeridos, en segundo lugar porque no pensamos que estas pretendan dotarse de las estructuras que requiere la gestión de estos inmuebles y sobre todo por que serán los inversores los que determinen las políticas de gestión y las entidades que se deban encargar de la gestión de los mismos. En definitiva, en tanto que serán los inversores los que determinen que tipo de activos o prestamos desean que se integre en el activo del FAB serán estos mismos los que en la escritura de constitución y en los contratos de administración correspondientes establezcan las premisas sobre cómo se deben gestionar dichos activos y por parte de qué entidades especializadas. Esta cuestión no debería plantear problemas ni conflictos en tanto exista un único inversor pero en aquellos casos en los que exista una pluralidad de inversores todas estas políticas de gestión deben estar claramente definidas y sobre todo se deben regular sistemas de resolución de conflictos o mayorías específicas que permitan desbloquear situaciones no pacíficas o con divergencias de intereses entre las distintas partes intervinientes. Desde nuestro punto de vista, la regla general sería que las escrituras de constitución incluyan unas facultades amplias de delegación de funciones por parte de la sociedad gestora. Habrá que ver la postura de la CNMV al respecto pues cabría incluir una facultad genérica previendo la delegación o, esta podría requerir unos criterios mínimos y preestablecidos en lo que respecta a la subrogación de funciones. Cuestión distinta es la relativa a las funciones que propias de la sociedad gestora. En este sentido pensamos que estas deberán están mínimamente recogidas en la escritura de constitución y no pensamos que sean suficientes regulaciones genéricas. Pensamos que se deberá regular que actuaciones particulares llevará a cabo la sociedad gestora, como puede ser la supervisión de terceros intervinientes, relación con la CNMV, inversores, etc. Otro de los elementos que debe figurar imperativamente en la escritura de constitución es su plazo de duración. A este respecto son varias las cuestiones que se plantean. Por un lado, la disposición adicional séptima de la Ley 9/2012 establece que la SAREB se constituye por una periodo de tiempo limitado que se determinará reglamentariamente. A su vez, el artículo 16.3 del Real Decreto 1559/2012 establece que la SAREB se constituye por un periodo de tiempo que no puede ser superior a 15 años. Por el contrario, la dicción literal del artículo 36 establece que deberá figurar la “Duración del FAB” sin que esta especifique si debe ser a su vez coincidente su plazo máximo con la duración de vida de la SAREB, 15 años. Por otro lado, el artículo 40, donde se regula la extinción y disolución de los FAB, establece que estos se disolverán por el transcurso del plazo para el que hayan sido creados y por las demás causas establecidas en la escritura de constitución. La duda que surge es si un FAB puede tener una duración superior a 15 años. En un principio parece que sí al no estar expresamente previsto ni prohibido pero la principal consecuencia sería que sucede entonces con el régimen fiscal preferencial previsto para los FAB en la disposición adicional decimoséptimo apartado 3 de la Ley 9/2012, que exige que el mismo resultará de aplicación durante el periodo de tiempo de mantenimiento de la exposición del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria al propio FAB. 2.1.3.- Compartimentos de los FAB Otro de los elementos que debe figurar y que representa una novedad respecto de fondos de similar naturaleza es la existencia o no de compartimentos en el mismo. El soporte legal viene establecido en el apartado 7 de la disposición adicional décima donde se establece que los FAB podrán articularse en compartimentos independientes a cargo de los cuales podrán emitirse valores o asumirse obligaciones y que el patrimonio atribuido a dicho compartimento responderá exclusivamente de las obligaciones asignadas a él y de la proporción que corresponda de las no asignadas. Esta regulación de mínimos es posteriormente desarrollada en el artículo 37 del Real Decreto 1559/2012. Esta figura es más común en el ámbito de los fondos de inversión donde vienen expresamente regulados en el artículo 3 de la Ley 35/2003, de 4 de noviembre de Instituciones de Inversión Colectiva que en su apartado 2 establece expresamente que “Podrán crearse fondos de inversión por compartimentos en los que bajo un único contrato constitutivo y reglamento de gestión se agrupen dos o más compartimentos, debiendo quedar reflejada esta circunstancia expresamente en dichos documentos. Cada compartimento recibirá una denominación específica en la que necesariamente deberá incluirse la denominación del fondo. Cada compartimento dará lugar a la emisión de sus propias participaciones, que podrán ser de diferentes clases, representativas de la parte del patrimonio del fondo que les sea atribuido. La parte del patrimonio del fondo que le sea atribuido a cada compartimento responderá exclusivamente de los costes, gastos y demás obligaciones expresamente atribuidas a ese compartimento y de los costes, gastos y obligaciones que no hayan sido atribuidas expresamente a un compartimento en la parte proporcional que se establezca en el reglamento del fondo. A los compartimentos les serán individualmente aplicables todas las previsiones de esta ley con las especificidades que se establezcan reglamentariamente en lo referido, entre otros, al número mínimo de partícipes, patrimonio mínimo y requisitos de distribución del mismo entre los partícipes”. De acuerdo con lo anterior, estos fondos de inversión lo que permiten es que dentro un mismo fondo pueda haber dos o más “sub-fondos” cada uno de los cuales tendrá su propia política de inversión, régimen de comisiones, etc. Cada compartimento puede a su vez emitir distintas clases de participaciones, que se diferenciarán por las comisiones que apliquen. Cada compartimento y, en su caso, cada clase de participación, tiene un valor liquidativo distinto y da lugar a una rentabilidad diferente. Este tipo de fondos son muy comunes en al ámbito de las IIC extranjeras. Por el contrario, en el ámbito de la titulización, si bien es cierto que los mismos han existido y han sido comunes para operaciones de multicédulas, es decir, operaciones a través de las cuales se utiliza un fondo de titulización de activos para agrupar cédulas hipotecarias emitidas por distintos emisores, suscritos por una entidad intermedia que a su vez los ceden a los fondos12. Estos fondos solían establecer distintos compartimientos para poder diferenciar los valores emitidos por cada uno de los emisores, de forma que los valores emitidos por cada uno de los compartimentos se encontrasen respaldados exclusivamente por los activos de la entidad emisora correspondiente. También existen precedentes de fondos de titulización de activos cuyo activo no está integrado por cédulas sino por derechos de crédito13. Si bien es cierto que durante cierto tiempo se permitió su utilización, al carecer de regulación específica y ante las lagunas jurídicas que planteaban se dejaron de utilizar. De acuerdo con lo anterior, esta alternativa permitirá constituir un único FAB y dentro del mismo se podrían constituir nuevos sub FAB en virtud de los cuales los bonos que emitiesen estos estarían exclusivamente respaldados por los derechos de crédito o inmuebles que hubiesen sido cedidos a dicho compartimento. A su vez cada sub FAB podrá tener políticas de gestión, administradores y sistemas de comisiones distintos entre sí. 12 Existen distintos precedentes como AYT CEDULAS CAJAS GLOBAL FONDO DE TITULIZACION DE ACTIVOS, F.T.A; PROGRAMA INDEPENDIENTE DE TITULIZACIÓN DE CEDULAS HIPOTECARIAS; CEDULAS TDA 14, FONDO DE TITULIZACION DE ACTIVOS, etc. 13 Existen distintos precedentes como AYT FONDO EOLICO, FONDO DE TITULIZACION DE ACTIVOS. 2.1.4.- Fusión y escisión de FAB También se ha incluido la posibilidad de fusión y escisión de los FAB. Concretamente, en lo que respecta a la fusión, se ha previsto la posibilidad de que uno mas FAB transfieran a otro ya existente o de nueva creación la totalidad de sus activos y pasivos con disolución pero sin liquidación, artículo 38 del Real Decreto 1559/2012. En lo que respecta a la escisión, se entiende aquella operación por la que uno o más FAB transfieren a otro u otros, existentes o de nueva creación, un conjunto de activos o pasivos, con la permanencia de aquellos. Los elementos principales para la fusión o escisión de un FAB son los siguientes: 1) La sociedad gestora debe elaborar un proyecto de fusión o escisión cuyo contenido debe ser el previsto en el artículo 38.2 del mencionado Real Decreto; 2) Publicación del proyecto de fusión o escisión en la página web de la sociedad gestora con un mes de antelación a la fecha prevista de efectividad de la fusión o escisión. 3) derecho de oposición de acreedores en los términos previstos en el artículo 44 de la Ley 3/2009 sobre Modificaciones Estructurales de las Sociedades Mercantiles, salvo que la escritura de constitución del FAB establezca su exclusión o limitación. 4) Otorgamiento de la escritura de fusión o escisión y su correspondiente registro por parte de la CNMV. Como acabamos de mencionar, uno de los elementos que debe respetarse a la hora de fusionar o escindir un FAB es el relativo al plazo de oposición de acreedores. La regla general es que este plazo debe existir y respetarse salvo que la escritura pública de constitución del FAB establezca su exclusión o limitación. Como hemos mencionado anteriormente, uno de los elementos que necesariamente debe contener la escritura de constitución de un FAB es, de acuerdo con lo previsto en el artículo 35 ñ), si existe alguna limitación al derecho de oposición de acreedores para los casos de fusión y escisión y la justificación de los mismos. Esta redacción final viene ocasionada por el dictamen emitido por el Consejo de Estado en relación con el proyecto de Real Decreto.14 En su dictamen el Consejo de estado determino que si bien es cierto que el apartado 8 de la disposición adicional décima ya contemplaba esta posibilidad, este apartado hacía una referencia a 14 Consejo de Estado: Dictámenes, 1222/2012, Proyecto de Real Decreto por el que s e establece el régimen jurídico de las sociedades de gestión de activos, Número de expediente: 1222/2012 (ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD), BOE. que su regulación se desarrollaría reglamentariamente. Sin embargo el proyecto de Real Decreto en su redacción original no reguló de forma extensa estos supuestos sino que se limitó a establecer que los mismos se regularían en la correspondiente escritura de constitución del FAB. En relación con dicha redacción el Consejo de Estado dictaminó que “…los términos en que actualmente está prevista en el proyecto de Ley la mencionada habilitación no permiten que el proyecto de Real Decreto incluya una remisión en blanco al contenido de la escritura de constitución, sino que debe establecer, cuando menos, las líneas básicas para determinar en qué supuestos cabe excluir o limitar el derecho de oposición, sin perjuicio de su ulterior concreción y justificación en la escritura de constitución. Esta observación tiene carácter esencial a los efectos de lo dispuesto en el artículo 130.3 del Reglamento Orgánico del Consejo de Estado.” De acuerdo con las recomendaciones establecidas en el dictamen del Consejo de Estado se incluyó en la redacción final del Real Decreto que, en caso de que la escritura de constitución de un FAB estableciese que no resultaría de aplicación el derecho de oposición de acreedores, se debería prever en la propia escritura de constitución del FAB órganos de representación de los acreedores que permitiesen a estos adoptar acuerdos de forma colegiada y de esta forma que les fuese más fácil el poder ejercitar sus derechos frente a la prohibición y limitación en el ejercicio de sus derechos. 2.1.5.- La extinción y disolución de los FAB La extinción y disolución de los FAB viene regulada en el artículo 40 del Real Decreto. Los FAB se disolverán por el transcurso del plazo por el que fueron creados y por las demás causas establecidas en la escritura de constitución. A este respecto, y como ya hemos apuntado anteriormente, una de las dudas existentes es que sucede si un FAB tiene una duración que exceda de 15 años y, por tanto, el FROB a través de la sociedad gestora ha dejado de tener una exposición al mismo tal y como exige la disposición adicional decimoséptima de la Ley 9/2012 y, por tanto, se plantea si se puede acoger o no a los beneficios fiscales que le resultan de aplicación. A este respecto nos referimos a lo mencionado anteriormente a este respecto. Es la sociedad gestora la entidad encargada de adoptar el acuerdo de disolución que deberá ser remitido como hecho relevante a la CNMV y a los acreedores. Tras el acuerdo de disolución se abre el periodo de liquidación. La sociedad gestora actuará como liquidador del mismo y uno de los elementos que debe calcular en el proceso de liquidación es cualquier remanente positivo que deba entregarse a personas o entidades que tuvieran derecho al mismo conforme a lo acordado en la escritura de constitución del FAB. Tras la elaboración de los estados financieros de liquidación y tras ser auditados los mismos y publicarse como información significativa a los acreedores, se abrirá un periodo de una mes durante el cual se podrán realizar reclamaciones. Trascurrido dicho plazo se procederá al reparto del remanente. Cualquier reclamación que se plantease será resuelta por el juez o tribunal competente. En el supuesto de que se planteasen reclamaciones y dado que el plazo para resolver las mismas se podrá dilatar en el tiempo, sobre todo teniendo en cuenta la saturación de los tribunales y los tiempos que estos tardan en resolver cualquier controversia, el Real Decreto prevé que se puedan realizar entregas a cuenta a los destinatarios del remanente en calidad de liquidación provisional. Tras la liquidación del patrimonio total del FAB se procederá a dar de baja del registro especial de la CNMV el FAB correspondiente. El mismo sistema de liquidación del FAB resultará de aplicación a la liquidación de compartimentos dentro de un mismo FAB. Al no estar expresamente prohibido entendemos que, en caso de resultar necesario, la sociedad gestora podría contratar a terceros expertos que colaborasen en el proceso de liquidación. 2.1.6.- Principales obligaciones de transparencia En lo que a obligaciones de transparencia se refiere, cabe destacar que las escrituras de constitución de los FAB se deben publicar en la página web de la sociedad gestora que se encargue de su gestión, así como cualquier escritura posterior o cualquier otra de aportación de activos o pasivos posteriores al mismo FAB. Este hecho es especialmente relevante pues no suele ser habitual que se publiquen este tipo de escrituras de constitución de fondos. A nuestro entender, el legislador dado el componente cuasi público que tiene la SAREB ha querido dotar a los FAB de la máxima transparencia posible y de ahí la obligación que hay de publicar estas escrituras donde se regularán los acuerdos entre los inversores y la SAREB en cuanto a la transmisión de activos y demás acuerdos se refiere. Adicionalmente, se deberá publicar un informe semestral y uno anual para cada uno de los FAB gestionados así como cualquier información que pueda considerarse significativa conforme a los términos del artículo 44 del Real Decreto y, en definitiva, cualquier información que pueda afectar a los valores emitidos por los FAB, su rentabilidad, los cambios producidos en las estimaciones iniciales en cuanto a tasas de amortización, vidas medias y el pago de los valores emitidos se refiere. El contenido del informe anual viene determinado en el artículo 42 y el del informe semestral viene determinado en el artículo 43 del Real Decreto. Adicionalmente, la sociedad gestora debe formular las cuentas referidas al ejercicio anterior del FAB dentro de los tres primeros meses de cada ejercicio económico. Las mismas deberán depositarse en la CNMV. Una vez formuladas deberán ser aprobadas por el Consejo de Administración de la sociedad gestora. Los fondos compartimentados tendrán una contabilidad separada para cada uno de los compartimentos. Las reglas contables que resultan de aplicación a los FAB son el Código de Comercio y el Plan General de Contabilidad con las especialidades que se determinen mediante Circular de la CNMV.15 Las cuentas anuales de los FAB serán sometidas a auditoría de cuentas. En caso de FAB por compartimentos la auditoría debe de hacerse para cada uno de los compartimentos. 15 Actualmente existe un borrador de circular que en estos momentos se encuentra en fase pública hasta el 3 de julio de 2013 “Proyecto de Circular de la Comisión Nacional del Mercado sobre normas contables, cuentas anuales, estados financieros públicos y estados reservados de estadística de los Fondos de Activos http://www.cnmv.es/DocPortal/DocFaseConsulta/CNMV/carta_FAB.pdf de consulta de Valores, información Bancarios”. 3.- BREVE APUNTE A LA FISCALIDAD DE LOS FAB Y LA DE SUS PARTICIPES. La fiscalidad de los FAB viene regulada en la disposición adicional decimoséptima de la Ley 9/2012 cuyo contenido básico es el siguiente: Los FAB tributan, en el Impuesto sobre Sociedades, al tipo de gravamen del 1%, y les resulta de aplicación el régimen fiscal previsto para las Instituciones de Inversión Colectiva en el Capitulo V del título VII del texto refundido de la Ley del Impuesto Sobre Sociedades. En lo que respecta al régimen fiscal de los participes la Ley distingue dependiendo del impuesto por el que tribute cada uno de los participes: i) Si el participe es sujeto pasivo del Impuesto sobre Sociedades, del Impuesto sobre la Renta de no residentes con establecimiento permanente en territorio español o contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de las personas Físicas, les resultará de aplicación el régimen fiscal previsto para los socios o participes de las IIC de la Ley 35/2003, de 4 de noviembre. No obstante, hay una excepción, tratándose de contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas no resultará de aplicación lo dispuesto en el segundo párrafo de la letra a) del apartado 1 del artículo 94 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación parcial de las leyes de los impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no Residentes y sobre el Patrimonio. ii) Si el participe es contribuyente del Impuesto sobre la Renta de no Residentes sin establecimiento permanente, las rentas obtenidas estarán exentas de dicho impuesto en los mismos términos establecidos para los rendimientos derivados de la deuda pública en el artículo 14 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre la Renta de no Residentes, aprobado por el Real Decreto Legislativo 5/2004, de 5 de marzo. El régimen fiscal previsto en los apartados anteriores resultará de aplicación durante el período de tiempo de mantenimiento de la exposición del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria a estos Fondos, previsto en el apartado 10 de la disposición adicional décima de la Ley 9/2012. De acuerdo con lo mencionado anteriormente, en nuestra opinión la ratio legis de la norma no fue que el FROB tuviese que tener una participación efectiva en el FAB sino que únicamente se podía disfrutar de los beneficios fiscales en tanto que éste siguiese teniendo una participación en la SAREB y, por tanto, indirectamente en los FAB en tanto que la única entidad capacitada para constituir FAB es la propia SAREB. 4.- CONCLUSIONES. Para concluir este trabajo, y, fruto del análisis efectuado en el mismo, queremos finalizarlo refiriendo un conjunto de conclusiones que culminen la opinión y las reflexiones de sus autores sobre este nuevo instrumento de regulación bancaria, y que serían las siguientes: 1º) Los FAB o Patrimonios Separados representan un instrumento eficiente de reestructuración bancaria que puede coadyuvar al proceso de liquidación del sistema o modelo de Banco Malo español. 2º) Es un instrumento cuya estructuración jurídica se inspira en figuras fiduciarias existentes en nuestro ordenamiento jurídico financiero como son los Fondos de Titulización y los Fondos de Inversión Inmobiliaria ya que responden a los activos subyacentes que se quieren gestionar con el fin puesto en su liquidación o enajenación para culminar, principalmente, el repago de la deuda avalada por el Estado que ha financiado mayoritariamente la SAREB. 3º) Su eficiencia práctica va a depender de la concreción jurídica y financiera que acontezca fruto de las operaciones que sean llevadas a cabo por la SAREB, por cuanto su diseño jurídico busca evitar los problemas de gestión que una estructura societaria comporta, todo ello sin menoscabo de los derechos de los inversores que acudan a soportar financieramente estos vehículos. 4º) La configuración legal que se ha dado a los FAB es lo suficientemente flexible como para servir de instrumento de desinversión que pueda ir adaptándose a las necesidades y requerimientos de los distintos inversores. 4º) La estructura fiduciaria debería haber guiado a la conformación de la SAREB como una gestora fiduciaria donde se hubiera integrado en los FAB los activos transmitidos a la misma a fin de lograr una mayor flexibilidad en la liquidación y enajenación a los mismos. 5º) No compartimos la interpretación que se viene haciendo de que el régimen fiscal de los FAB exija una participación de la SAREB en la financiación del mismo, pues precisamente la pretensión del modelo legal era alejar dicho riesgo del ámbito de lo público y la vinculación estricta de la SAREB a la liquidación, pero no más allá. 6º) Entendemos que la interpretación que se realice de la disposición adicional séptima de la Ley 9/2012 va a condicional la predisposición de los inversores a usar este instrumento de desinversión cuya elemento más destacable es precisamente los beneficios fiscales que comporta.