Public-Private Sector Research Center Sesión de continuidad: “La crisis del euro: Europa y España” Barcelona, 10 de mayo de 2011 El pasado 10 de mayo el Centro Sector Público-Sector Privado (SP-SP) del IESE Business School, en colaboración con el departamento de Alumni, organizó en la sede de la escuela en Barcelona una sesión de continuidad en la que, bajo el título La crisis del euro: Europa y España, Xavier Vives, director académico del SP-SP, y Enric Juliana, director adjunto de La Vanguardia, analizaron la situación de la economía europea en general, y en particular el estado de las finanzas españolas y sus perspectivas de futuro. El Profesor Xavier Vives junto a Enric Juliana Xavier Vives presentó el informe del CESifo sobre la economía europea 2011, que en su décima edición ofrece una propuesta estratégica para mejorar la gobernanza del espacio europeo con vistas a mitigar la crisis de deuda soberana que, desde finales del 2009, vienen padeciendo los países de la eurozona, prestando especial atención al caso de los llamados PIGS (Portugal, Irlanda, Public-Private Sector Research Center Grecia y España). Concretamente, el estudio dedica sendos capítulos a Grecia y España. Por último, el informe analiza las consecuencias de la posible introducción de nuevos impuestos al sector financiero y cómo ésta puede encajar en nuestro actual marco regulatorio. Vives señaló que “la zona euro no es un área económica óptima”, en la medida en que no está amparada por un sistema político europeo de corte federal ni por un mercado de trabajo integrado. Así, resaltó que la moneda común “nos ha traído grandes beneficios, pero también nos ha hecho más vulnerables” a los ataques especulativos, así como al posible contagio entre países, posibilidad esta última de la que, en España, se ha hablado mucho sobre todo a raíz del rescate de Portugal. Apuntó que “España está haciendo esfuerzos en la buena dirección y por lo menos vuelve a tener perspectivas de crecimiento, aunque todavía muy reducido”. Por otra parte, Vives planteó sus dudas sobre el futuro de la unión monetaria mientras siga sin existir una unión fiscal entre los países de la eurozona, lo cual parece un horizonte muy lejano teniendo en cuenta las reticencias de los estados miembros ante cualquier iniciativa orientada a tal fin. Lamentó el “déficit democrático” en el proceso de toma de decisiones en el ámbito europeo, déficit en el sentido de que en la UE no existen mecanismos de participación ciudadana homologables a los existentes en el ámbito interno de los Estados, de lo que se deriva que en última instancia acaban prevaleciendo los particularismos y los intereses de los estados sobre los comunitarios. De hecho, Vives defendió que quizá una mayor integración fiscal de los países de la eurozona podría favorecer la estabilidad, pero a renglón seguido recordó que “Europa ha apostado por un modelo mixto que combina elementos de una cierta unión fiscal, por un lado, con mecanismos de mercado, por otro”. “¿Qué ha hecho Europa ante la crisis?”, se preguntó, e inmediatamente respondió: “Pues desarrollar una serie de planes de rescate, pese a que uno de los compromisos fundamentales de la unión económica y monetaria era precisamente el de no rescatar a los países indisciplinados”, es Public-Private Sector Research Center decir, aquellos que no cumpliesen con los criterios de convergencia establecidos en el Tratado de Maastricht y refrendados después en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, orientados a la contención del déficit y de la deuda pública de los estados. Pues bien, según Vives, “el informe del CESifo ha registrado un total de 68 violaciones de esa disciplina fiscal”. El caso es que “ahora hemos entrado en un bucle en el que los rescates se suceden”, acompañados, eso sí, “de una mayor vigilancia fiscal y de medidas para tratar de mejorar la competitividad”. En suma, “Europa parte de la premisa de que la actual situación no es un problema de solvencia, sino de liquidez”, de ahí que la solución estribe en proteger a los bancos y a los tenedores de bonos, en el bien entendido de que, para ello, los estados deben aceptar severas limitaciones de su soberanía fiscal. Por último, Vives lamentó que el Banco Central Europeo (BCE) no haya tenido “la suficiente autoridad” para evitar que el crédito creciera de forma exponencial, sin duda uno de los factores determinantes en el estallido de la mencionada crisis de deuda soberana. En este sentido, uno de los grandes fallos del sistema económico europeo ha sido, al decir de Vives, “precisamente que, desde la llegada del euro, las primas de riesgo de los estados de la eurozona han tendido igualarse”. Ello permitió a países como Italia, España o incluso Grecia, “que tradicionalmente habían pagado primas de riesgo bastante elevadas en los mercados financieros”, acceder al crédito en condiciones similares a Alemania, lo cual ha resultado en una “enorme distorsión” de esos mercados. Acto seguido, tomó la palabra Enric Juliana, quien apuntó que “la crisis del euro ha puesto al descubierto los equilibrios de poder en Europa”, sobre todo tras el rescate de Grecia, que ha obligado a Alemania a asumir sin ambages su liderazgo, contando con el beneplácito de Francia y la conformidad del resto de los estados. Y no sólo eso, sino que “la crisis nos ha hecho descubrir el verdadero peso de Europa; hemos comprendido quién manda aquí”. Juliana insistió en la existencia de facto de un directorio europeo que controla la economía liderado por Alemania. Public-Private Sector Research Center Tras señalar que “hoy en día es imposible hacer crónica política sin saber de economía, así como no es posible hablar de economía sin tener en cuenta la política”, Juliana destacó que, en su opinión, la principal paradoja del momento es que “el mantenimiento del edificio europeo exige de Alemania un comportamiento imperial, un imperialismo amable, cortés y europeísta, pero imperialismo al fin y al cabo”. El problema, dijo, es que ni la sociedad ni el Estado alemán están preparados para asumir ese liderazgo, lo cual no es de extrañar, “pues conviene recordar que, tras la Segunda Guerra Mundial, los aliados exigieron a Alemania que no volviese a intentar liderar Europa”. Juliana recordó que se cumple ahora un año del anuncio en el Congreso de los Diputados del plan de ajuste para reducir el déficit público, no obstante lo cual España sigue teniendo un problema esencial: “su modelo económico está en entredicho y habrá que ver si en los próximos años es capaz de rectificar para de nuevo intentar ser la Florida de Europa”. Para ello, lo primero que debe hacer España, según él, es “asumir con modestia su papel, cosa que hasta ahora no ha hecho”, lo cual no quiere decir que España no deba tener ambición y afán de superación, sino simplemente que “debe aceptar que no es Alemania ni Francia ni el Reino Unido”. El análisis de Juliana, en clave política más que económica, coincidió con el de Vives en cuanto a la plausibilidad de avanzar hacia una mayor integración de los países de la UE, siempre bajo el mando alemán, pues es evidente que “lo que se hace en Europa hoy en día es lo que manda Alemania”. Es más, según él, en Alemania se hace lo que dice el Bild Zeitung, diario alemán conocido por ser el de mayor tirada de Europa, ergo “en Europa se hace lo que dice el Bild Zeitung”. Ambos ponentes se refirieron a la actitud de España durante la década anterior al estallido de la crisis en el 2008, período de vacas gordas en el que, según Juliana, España pecó de inmodestia: “algunos ya se veían superando a Francia, a Alemania y, por descontado, a Italia”. Como prueba de ello, Juliana recordó anécdotas de su experiencia como cronista político, entre las que destaca la negativa con que el ex presidente Aznar respondió a la sugerencia de su homólogo italiano, Romano Prodi, de retrasar la entrada de España e Italia en el euro a efectos de cerciorarse de la fortaleza de sus respectivas economías. Public-Private Sector Research Center Por su parte, Vives puntualizó que no creía que España hubiera despilfarrado el dinero o falseado el estado de sus cuentas con vistas a su entrada en el euro, “cosa que sí hizo Grecia”, pero que “probablemente se optó por un modelo de gasto público insostenible”. Asimismo, apostó por extender el uso del análisis coste-beneficio en los proyectos de inversiones públicas, pues “seguramente, si se hubiera hecho antes, muchos de los proyectos de obra pública u otras inversiones que se han llevado a cabo en los últimos años no hubieran pasado el filtro”. Finalmente, Vives cerró la sesión agradeciendo a los numerosos presentes su asistencia y emplazándoles a seguir participando en sucesivas sesiones de continuidad. Asistentes durante la sesión de continuidad