Lo vimos avanzar, terminante, hasta el espejo que atravesó. No se hizo cortes ni magulladuras. Limpiamente pasó al otro lado, un mundo invertido, sin estelas, de figuras deformes y realidades paralelas. Se adentraba mientras nosotros esperábamos su retorno. Tardó tiempo, una eternidad de horas. Al cabo regresó cargado de utensilios y de experiencia. Permanecía mudo, con la mirada ajena, con el rostro envejecido. “He visto”, dijo de repente. Había recordado lo evidente, lo que no tiene nombre. “No sabía que sabía”. · LA HISTORIA A treinta metros bajo el suelo se esconde la otra cara de París. Trescientos kilómetros de galerías permiten a quienes acceden a ellas de forma ilegal, realizar exploraciones con el agua hasta la cintura, visitas clandestinas a bunkers de la Primera y la Segunda Guerra Mundial y organizar fiestas ilegales a las que pueden asistir centenares de personas. El espacio es desconocido para la gran mayoría de los turistas que visitan la ciudad a diario e incluso para muchos de sus habitantes. El museo de la Plaza Denfert Rocheraeau permite visitar unos dos kilómetros de las antiguas Catacumbas de París. Lo que los visitantes del museo y muchos otros no imaginan es que existen cientos de kilómetros que nunca podrán ver si no es de forma ilegal. Las Catacumbas son antiguas canteras subterráneas de la época romana de las que se extraía piedra para construir la ciudad. Con el paso del tiempo, la ciudad se expandió y las canteras perdieron su función. Su existencia no se volvió a tener en cuenta hasta 1786. La peste negra hizo que los cementerios de París se saturasen, había que buscar soluciones. Fue entonces cuando por orden municipal se trasladaron seis millones de cadáveres a las antiguas galerías, abandonadas durante siglos, ahora llamadas Catacumbas. Las canteras romanas se convirtieron en osario, en cementerio del subsuelo. Dos siglos después se volvió a dar un uso muy diferente a las Catacumbas. En la década de los 80, grupos punks descubrieron los accesos a estas galerías, empezaron a explorarlas y a organizar fiestas ilegales, utilizándolas como espacio de encuentro alternativo y también de creación artística. A partir de este momento, otros grupos, sobretodo de jóvenes, empezaron a descender y a crear sus propios mapas del subsuelo, nuevas formas de organizarse, un lenguaje propio, una nueva cultura. Fueron los primeros grupos de cataphiles, los aficionados a las catacumbas, sus habitantes. Acababa de nacer otra ciudad, un mundo paralelo. · EL PROYECTO Catacombes, historias del subsuelo de París es un webdocumental de Víctor Serna en coproducción con la productora audiovisual Barret Films. Catacombes plantea un modelo de documental en el que el espectador crea su propia historia, en el que se le otorga la capacidad de cambiar el recorrido. Esta forma de presentar el contenido audiovisual convierte la película lineal tradicional en un proyecto transmedia, en el que el público tiene la última palabra a la hora de trazar la historia. La historia de las Catacumbas, presentada en formato webdocumental en vídeos cortos, se complementa con otros contenidos que ayudan a construir la narración final en formato también audiovisual. El proyecto Catacombes hace al público responsable de su propio contenido, de forma que se involucra en la historia y llega a sentirse parte de ella, experimentado las mismas sensaciones que tendría si descendiese a las verdaderas galerías subterráneas de París. El acceso a las Catacumbas no es fácil, incluso si se reside en París, incluso si se vive encima de las galerías. Tras casi un año de preproducción en el que se establecieron contactos clave para acceder a ellas, un grupo de cataphiles, los habitantes más asiduos de las catacumbas, accedió a compartir sus experiencias ante el equipo de rodaje. Se hicieron un total de diez entrevistas a cataphiles y turistas, como se llama en el argot del subsuelo a los visitantes esporádicos, que sirvieron de base para crear la estructura del webdocumental. Más de 30 descensos a las Catacumbas de París permitieron registrar, además de las entrevistas, imágenes y testimonios que nos descubren una sociedad paralela, bajo el suelo de la ciudad. Al inicio, las bajadas dependían totalmente del grupo de cataphiles. Siguieron a esta etapa cuatro meses de preparación y horas descifrando los mapas del laberíntico subsuelo parisino. El equipo de rodaje logró así convertirse en el guía de las exploraciones, dando como resultado unas imágenes que permiten también al público sentirse perdido, encontrarse, descubrir una nueva sala, recorrer una galería sólo con la luz de su linterna. Además del trabajo audiovisual en las galerías y con los cataphiles, se realizó una búsqueda previa de información sobre las Catacumbas de París. Parte del contenido hallado se encuentra también incluido en el webdocumental como contenido extra o complementario. · EL WEBDOCUMENTAL Catacombes toma forma con Klynt, una aplicación de edición y publicación de documentales interactivos diseñada por la productora francesa HonkyTonk Films. Permite crear contenido interactivo utilizando Youtube, dando como resultado la opción de construir diferentes rutas narrativas en las que el espectador se convierte en un creador más, con libertad de generar su propio camino en la visualización. El webdocumental se presenta de forma fragmentada en nueve episodios cortos, que se pueden reproducir de forma automática. Estos episodios se complementan con fotografías, registros de voz, textos y documentos oficiales que aportan la información necesaria para acabar de construir la narración, ampliando el contenido de algunos de los temas principales, haciendo más reales y cercanas las multas, los peligros y las aventuras de los cataphiles. Durante el visionado de los capítulos el espectador interacciona con el documental. Se le ofrece la posibilidad de elegir rutas alternativas haciendo único el visionado final, una experiencia similar a la que se siente en las Catacumbas reales cuando el visitante debe decidir qué camino escoger. Quien entra a Catacombes puede ver cuatro salas diferentes, perderse bajo tierra, entrar y salir de ellas de una forma distinta en cada visita. Además de ver el estado y la organización actual del lugar, Catacombes nos deja ver cómo era el mismo espacio hace medio siglo o incluso antes mediante el visionado de los Bonus o contenidos extra. De este modo el público entiende las Catacumbas en conjunto, valorándolas no sólo por su aspecto actual de aparente abandono, sino por aquello que significaron en otros momentos de su historia. · LOS CAPÍTULOS UN MUNDO PARALELO París tiene dos millones y medio de habitantes pero pocas son las personas que saben lo que esconde la ciudad bajo sus pies. Unos pueden creer que es el metro, otros que son las alcantarillas. Pero hay algo más, aún más abajo. Este mundo paralelo está habitado por una sociedad cambiante, que busca una vía de escape más adentro, más abajo, refugiándose en las Catacumbas de París. Nos encontramos así con dos ciudades simétricas que comparten sus habitantes, personas con trabajo estable o estudiantes que pasan desapercibidas en la superfície y bajo el suelo se organizan en grupos y se readaptan a un nuevo espacio, que sienten igual o más suyo que el que encuentran arriba. Bajar al subsuelo está prohibido salvo en un espacio restringido convertido en museo de las Catacumbas. Pero esto no impide que el espacio se comparta y se aproveche para, como los cataphiles dicen, “hacer lo que quieras, sólo limitado por los muros, por el laberinto”. La adrenalina y el espíritu aventurero pueden con el riesgo de recibir una multa, y mantienen vivas las Catacumbas siglos después de su construcción. · LOS CAPÍTULOS EL BÚNKER NAZI El lugar de la muerte es también sitio de supervivencia: a lo largo de la época contemporánea, las Catacombes sirvieron de refugio, de búnker. Allí se ocultaron franceses e invasores, parisinos y alemanes que se defendían. Bajo la facultad de farmacia de París se encuentra el búnker nazi más grande de la ciudad. Durante la II Guerra Mundial el ejército alemán lo utilizó como centro de comunicaciones. Lo que quizá no imaginaban es que apenas a poco más de un kilómetro, también en la red de galerías, se encontraba el reducto de la resistencia francesa. La estructura laberíntica de las Catacumbas hizo que alemanes y franceses nunca se cruzaran. En este capítulo del webdocumental se incluye el testimonio de un estudiante alemán que durante su estancia en París tuvo ocasión de hacer una incursión al subsuelo, narrando su experiencia en el búnker. La visita te lleva más cerca de lo que nunca podrás estar de la Historia. Tocar, sin miedo de que te llame la atención un guardia, algo que debería sin duda ser un patrimonio histórico protegido, pasear por zonas que estarían acordonadas o inventar carteles que explicarían el significado de inscripciones en alemán en los muros. Vuelve entonces a la mente del visitante el asunto de la rehabilitación y conservación del espacio, a la vez que disfruta de la experiencia de sentirse libre de explorarlo, sin indicaciones, formalismos ni precio de entrada pero con una sensación real de estar ante un museo diferente, vivo y cambiante, abandonado. Las instalaciones están prácticamente destruidas y la gendarmería asegura no poder garantizar el buen uso y la custodia de los restos humanos y materiales que allí se encuentran. · LOS CAPÍTULOS PERDERSE BAJO TIERRA Una vez en las galerías, cuentas con la posibilidad de perderte, tienes dos opciones: adaptarte a la situación o que la situación se apodere de tí. Perderse puede ser una aventura o convertirse en una pesadilla, según la actitud que tome el visitante. La complejidad de los mapas subterráneos y los constantes cambios en las galerías llevados a cabo por reformas, infiltraciones de cemento, pequeñas inundaciones u otros imprevistos pueden descolocar hasta al más experto de los cataphiles. Es un momento en el que la calma y el humor son imprescindibles. Se puede fijar una hora de entrada, pero no una de salida. Abajo el tiempo se ajusta al espacio y al estado de ánimo. La pérdida en cada exploración es la que proporciona adrenalina y alimenta el espíritu de aventura. ¿Qué hacer cuando todas las galerías parecen la misma? ¿Qué camino elegir en una encrucijada después de caminar durante horas sin encontrar la salida? Perderse forma parte del juego. · LOS CAPÍTULOS LA REHABILITACIÓN DEL SUBSUELO La pregunta se repite durante todo el recorrido del turista, de quien descubre por primera vez las Catacumbas. Tras ver muros garabateados por soldados de antiguas guerras, visitar búnkers abandonados de la Primera y Segunda Guerra Mundial, refugios antiatómicos o acceder al subsuelo de un cementerio, el cuestionamiento se hace más fuerte para muchos. ¿Porqué esta parte de historia está desprotegida? ¿No se le ha ocurrido a ninguna institución estatal bajar a echar un vistazo y rehabilitar o mantener parte de las galerías? ¿Saben qué es lo que hay aquí abajo? Únicamente están restaurados y abiertos al público general dos kilómetros de galerías, cuya forma, luz y ambiente nada tiene que ver con el resto de la red, que se extiende más allá de los límites que marca el museo, escapando a los ojos de las visitas guiadas. El turista da entonces por sentado que el resto de galerías estarán hechas pedazos, que la ciudad sólo les ofrece visitar ese tramo es porque no habrá nada más interesante que ver. No es una prioridad, no es viable, no es económicamente rentable, no hay interés. Las opiniones son muchas pero la realidad es que, como podría decirse de cualquier otro lugar, quien lo cuida es quien más tiempo pasa en él. · LOS CAPÍTULOS LOS CEMENTERIOS SUBTERRÁNEOS Hay zonas en las que los cataphiles conviven con los difuntos. Fémures, calaveras y rótulas son parte del espacio, se encuentran allí antes de que ninguno de los grupos, son los primeros y eternos habitantes de las Catacumbas. Son difuntos más visitados y más cercanos a los vivos que cualquier otro. La alternativa a los cementerios al uso fue fácil cuando la muerte tocó la ciudad de forma precipitada con la peste. Estaba sólo a unos metros de las tumbas comunes y había espacio suficiente para unos cuantos millones de cadáveres. Estos cuerpos, ya convertidos en polvo y hueso, son los que dan nombre a las Catacumbas. No están propiamente muertos y no están propiamente enterrados. Si los vivos pululan por los corredores funerarios, si los contemporáneos comparten espacios, entonces la muerte no es un fenómeno rancio. O negado. Es, por el contrario, un dato cotidiano, cultura material de cada día. · LOS CAPÍTULOS la plage Bajo los adoquines, la playa. En 1968 se utilizó este eslógan que representaba la lucha estudiantil y la rebelión contra la autoridad. En las Catacumbas también hay playa. Es una de las salas más cercanas a la entrada y por lo tanto una de las más visitadas. En el camino a la playa se entiene el porqué del nombre de la sala. Las galerías de piedra y tierra empiezan a cambiar el suelo compacto por arena fina, y al entrar a la Plage el muro se convierte en el mar. La Gran Ola del artista japonés Katsushika Hokusai se ha dibujado y repasado desde los años 80, es la marca de identidad de la sala. Ahora nos encontramos dentro de otra galería, esta vez de arte, lugar de encuentro de artistas, pintores, grafitteros, músicos. También en ella se han hecho conciertos, pases de cine y cenas multitudinarias. El relativamente fácil acceso hace también que sea una de las salas más visitadas por los cataflics, la policía del subsuelo, no hay que confiarse demasiado… No hay ciudad más propensa que Eusapia a gozar de la vida y a huir de los afanes. Y para que el salto de la vida a la muerte sea menos brusco, los habitantes han construido una copia idéntica de su ciudad bajo tierra. [...] Dicen que en las dos ciudades gemelas no hay ya modo de saber cuáles son los vivos y cuáles los muertos. Las ciudades invisibles Italo Calvino, 1972 · los personajes El planteamiento narrativo de este documental parte de la figura de los cataphiles. Se llama de este modo a las personas que frecuentan las galerías subterráneas de París, normalmente organizadas en grupo. No son visitantes del museo, tienen una función en su mantenimiento. Se definen a ellos mismos como aquellos que exploran, descubren, cuidan, restauran y mantienen las salas y las galerías. También organizan actividades culturales en el interior de las Catacumbas. El grupo de cataphiles que accedió a participar en el webdocumental prefirió permanecer en el anonimato debido a las repercusiones legales que puedan tener algunas de las grabaciones. Actualmente y según las disposiciones del Estado Francés, transitar el subsuelo y forzar las entradas a las galerías subterráneas está prohibido y penado por la ley, sin mencionar las implicaciones legales que tienen otras incursiones, como las realizadas bajo los cementerios de la ciudad. Se trata de un grupo de jóvenes que disfruta buscando y descubriendo algo más allá de lo que tienen en su rutina, en un momento de movimientos sociales y búsqueda de alternativas ellos han encontrado su espacio de exploración, de reunión y de reflexión en el subsuelo, entre calaveras, piedra y barro. La voz principal del documental pertenece a un cataphil que nos cuenta cómo es la organización bajo tierra, las reglas establecidas, qué actividades se desarrollan, qué motivaciones les hacen descender y pasar su tiempo en las galerías, a qué se dedican allí. El webdocumental busca dar voz a este grupo de cataphiles, transmitir su filosofía y su visión de este mundo paralelo al conocido donde existe también una cultura paralela, con historia propia, mitos, tradiciones y personajes propios. · el mapa de parís Comparativa del mapa en superficie de París y el mapa completo de las galerías subterráneas. En el mapa inferior se muestran coloreadas las zonas transitables, situadas de 15 a 30 metros bajo la superficie · LA SUPERFICIE · el subsuelo de parís No todas las placas de alcantarilla llevan a las catacumbas. El subsuelo de París tiene diferentes niveles. 0 metros · galerías técnicas Entre 1 y 5 metros bajo la superficie se encuentran las galerías técnicas, túneles que conducen cables eléctricos y de comunicaciones. 1 - 5 metros metros · alcantarillas Aproximadamente entre 5 y 10 metros bajo tierra se encuentran las alcantarillas de París. Actualmente tienen una extensión de 600km. 5 -10 metros metros · EL METRO DE PARÍS Inaugurado en 1900 y aproximadamente a 15 metros de profundidad se extiende la red de Metro de París. 219 km de túneles y 303 estaciones. 15 metros · Las catacumbas Entre 15 y 30 metros de profundidad se situan las antiguas canteras de París, convertidas en Catacumbas en 1786. En ocasiones las galerías están al mismo nivel que los túneles del metro. 15 - 30 metros metros · CRÉDITOS dirección edición traducción Víctor Serna Víctor Serna Guy Spriggs Carmen Millet producción audio Víctor Serna Ilazki Torrent Laura García Mehdi Hajjaji Barret Films Marc Arenas Mireia locución REDACCIÓN Nounours Mercé Aldomar Mehdi Hajjaji CÁMARAS Víctor Serna Dani Fabra Andreu Signes Àlex Badia David Schlindbier Paul Trauttmansdorff Sonic Sat diseño de interactividad Víctor Serna Sofia Tatay Laia Muns grafismo WEB Mehdi Hajjaji Víctor Serna Víctor Serna guion Víctor Serna Sofia Tatay fotografía Víctor Serna BARRET FILMS +34 961139286 | [email protected] VÍCTOR SERNA +34 654685159 | [email protected]