1. Pregunta: ¿Cómo transmitir una realidad a través de una mentira? ¿Es falsa la originalidad? 2. Título: Money, Money 3. Nombre: Tatiana Chico Mansió 4. Fecha: 30-03-2012 5. Descripción: Fotografía de un billete actual de cinco euros con una frase escrita, colocado entre billetes antiguos varios (de diferentes épocas) emitidos por el Banco de España. 6. Explicación: La eterna paradoja de la concepción de la verdad o de la concepción de la mentira, es un tema debatido ya por los filósofos de la Antigua Grecia, también por los sabios milenarios de la India y de la China, y parece ser que, no obstante, sigue siendo un tema de debate en auge. Será porque el ser humano no puede desprenderse de esa bipolaridad de energías y conceptos que le hace ser un ser vivo en esta Tierra nuestra. Será… En cualquier caso, ya nos lo contaba el cuento de Adán y Eva, en el que después de probar esa dulce manzana roja descubríamos los binomios y dejábamos de mecernos en el perfecto y tranquilo estado de la Unidad. Ahora, después de miles de años seguimos luchando contra nosotros mismos al intentar entender donde empieza y termina cada uno de los elementos de un binomio, muchas veces olvidando aquél famoso dicho “el final de dos polos opuestos acaba tocándose”. Con estos binomios están construidos nuestro mundo, nuestras sociedades, nuestros sistemas. Vivimos regidos por un conjunto de leyes y normas que crean una realidad determinada, bajo el foco de la cual existen cosas verdaderas y cosas falsas. Un buen ejemplo de esto me parece el dinero, especialmente el dinero fiduciario (ese que utilizamos nosotros en la actualidad). Veamos a continuación una descripción de lo que significa este dinero nuestro: “El tipo de dinero llamado fiduciario es aquél basado literalmente en la "fe" de sus usuarios, el cual manejamos actualmente en el mundo, incluyendo el dólar estadounidense, el euro y todas las otras monedas de reserva. (…) Las monedas y billetes fiduciarios que no basan su valor en la existencia de una contrapartida en oro, plata o cualquier otro metal noble o valores, ni en su valor intrínseco, sino simplemente en su declaración como dinero por el Estado y también en el crédito y la confianza (la fe en su futura aceptación) que inspira. Sin esta declaración, la moneda no tendría ningún valor: el dinero fiduciario sería entonces tan poco valioso como los pedazos de papel en los que está impreso. Un billete actual es una clara representación de dinero fiduciario, por cuanto objetivamente considerado carece de valor. Su valoración viene dada por la autoridad monetaria que lo emitió, que goza de confianza entre los sujetos que la aceptan.” ¿No resulta paradójico que el dinero, esa fuente de constantes problemas nuestros, sea al fin y al cabo, eso a lo que damos fe y confianza? Según la anterior descripción, ¿no somos nosotros los responsables de que se les atribuya un valor determinado a estos papeles emitidos por el Banco de España (o por cualquier otro banco de tipo nacional)? Existen innumerables imprentas en el mundo, grandes variedades de papel, de tintas, de logotipos, de tipografías. Sin embargo, como nosotros le hemos dado “toda nuestra confianza” al Estado y, con ello, al Banco Estatal sólo los billetes emitidos por Éste, (con el tipo de papel, tinta, logotipos y tipografías que Éste escoge) son válidos, verdaderos y, en última instancia, reales. Las copias realizadas fuera de Su potestad pueden ser (de hecho son) gravemente sancionadas. Veamos aquí lo que dice el artículo 386 de la Ley Orgánica de nuestro Estado sobre la falsificación de la moneda y los efectos timbrados: “Será castigado con la pena de prisión de ocho a 12 años y multa del tanto al décuplo del valor aparente de la moneda: 1. El que altere la moneda o fabrique moneda falsa. 2. El que introduzca en el país o exporte moneda falsa o alterada. 3. El que transporte, expenda o distribuya, en connivencia con el falsificador, alterador, introductor o exportador, moneda falsa o alterada. La tenencia de moneda falsa para su expedición o distribución será castigada con la pena inferior en uno o dos grados, atendiendo al valor de aquélla y al grado de connivencia con los autores mencionados en los números anteriores. La misma pena se impondrá al que, sabiéndola falsa, adquiera moneda con el fin de ponerla en circulación. El que habiendo recibido de buena fe moneda falsa la expenda o distribuya después de constarle su falsedad será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a 24 meses, si el valor aparente de la moneda fuera superior a 400 euros. Si el culpable perteneciere a una sociedad, organización o asociación, incluso de carácter transitorio, que se dedicare a la realización de estas actividades, el juez o tribunal podrá imponer alguna o algunas de las consecuencias previstas en el artículo 129 de este Código.” Entonces, un billete es falso porque alguien (un gran Alguien, que según lo que hemos leído parece ser constituido por todos nosotros) dice que el suyo, el que él produce es el verdadero y, por lo tanto, el original. ¿No sucede lo mismo con el arte? Establecemos constantemente consensos (aún sin muchas veces darnos cuenta), fundamentados o no, de lo que es real, original, verdadero y/o falso. Y nos metemos, de éste modo, en aparentes callejones sin salida, en sistemas de valores que se regulan por ellos mismos, por la “fe”, por la “confianza” que les atorgamos. Porque nosotros somos los primeros en darle potestad al mismo engranaje en el que nos metemos, somos los que, en la sombra, vigilamos a nuestro prójimo y hacemos que el sistema sea lo que es. Pero siempre existen grietas, y ésta es la parte más optimista de este discurso, grietas legales, grietas de los sistemas,…y esas grietas no son más que ese mismo hilo que une el principio y el fin de cualquier binomio; el punto en el que al alargar el hilo de dos conceptos opuestos se funden para corroborar su inexistencia como entes separados. En ese punto es donde se encuentra la posibilidad de cambio, la posibilidad de “hacer algo”. Y en este punto pretende encontrarse la fotografía que aquí os presento. La fotografía nos muestra un billete de cinco euros en el que he escrito una paradójica frase de Roberto Iniesta (vocalista y guitarrista del grupo de música Extremoduro), la frase dice: “Podéis hacer lo que queráis, ya sabéis, estáis en un país libre. Eso sí, que no os vean.” Una frase que, por ella misma, reitera las ambigüedades de nuestro mundo y nuestros sistemas, una frase que nos muestra grietas. Si a ésta le añadimos el valor que le atribuimos al dinero y la constancia del origen de la potestad (la que, como ya hemos dicho, le damos nosotros) y de las regulaciones de éste mismo… (Veamos lo que dice el Banco de España respecto a la im/posibilidad de escribir en “billetes verdaderos”: “En contestación a la consulta que nos realizó con fecha 4 de mayo de 2007 relativa a la posibilidad de escribir sobre los billetes de curso legal, cabe señalar que, sin perjuicio del interés que tiene el Banco de España en preservar la calidad de los billetes en circulación, no hay en principio ninguna disposición en nuestro ordenamiento jurídico que prohíba expresamente escribir sobre los billetes. Sin embargo le informamos que la Decisión del Banco Central Europeo, de 20 de marzo de 2003, sobre las denominaciones, especificaciones, reproducción, canje y retirada de los billetes de banco denominados en euros, señala que el derecho de emisión que tiene el Banco Central Europeo y los bancos centrales nacionales, como es el caso del Banco de España, comprende la facultad de tomar las medidas legales necesarias para proteger la integridad de los billetes en euros como medio de pago. Ello se concreta al prever esta Decisión en su artículo 3.3 que cuando los bancos centrales tengan constancia o indicios suficientes de que los billetes en euros han sido mutilados o deteriorados intencionadamente, denegarán su canje y los retendrán a fin de evitar que puedan volver a circular o que el solicitante del canje los presente en otros bancos centrales nacionales. No obstante, en este mismo apartado de prevé que no se considerarán intencionadamente mutilados o cercenados los billetes en euros que lo estén en menor medida, por ejemplo, por presentar anotaciones, números o frases cortas. Por tanto habrá que estar al supuesto concreto para determinar si se trata de una mutilación o deterioro intencionado de los billetes euros para que el banco central nacional correspondiente acuerde su retención y no su canje.” ) …nos damos cuenta de que lo que el conjunto de esta imagen nos muestra son las mismas grietas como medio, como vehículo y como posibilidad. Nuestro mundo está lleno de grietas y, por más parches que pongamos siempre estará lleno de grietas (al fin y al cabo somos nosotros mismos los que creamos el mundo y la realidad en la que vivimos). En nuestras manos está utilizarlas como medio para el cambio. En nuestras manos también está el seguir reiterando y promoviendo la existencia de binomios o el apostar por una nueva forma de concebir el mundo a través de la Unidad.