Los griegos educadores

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LOS GRIEGOS EDUCADORES
Introducción
Grecia parece ser una de esas partes del mundo que en la antigüedad fue beneficiada durante siglos por un
proceso civilizador que hizo surgir poco a poco un pueblo no muy numeroso pero que forjó una concepción
absolutamente nueva sobre la vida humana, y que mostró cual (según ellos) debía ser la función del espíritu
del hombre. En el siguiente relato trataremos de ver la forma de educación que empleaban los griegos (sobre
todo los atenienses y los espartanos), quienes, cómo y dónde aprendían, el papel de la mujer, y qué cosas
consideraban importantes como aprendizaje para el futuro del niño. ¿Adónde apuntaba la educación y qué
clase de modelo de hombre intentaban crear los griegos?
Desarrollo
Acerca de la manera de educar a los niños, había en Grecia dos sistemas, los espartanos, por ejemplo, le daban
un mal trato no abrigaban bien a sus hijos en invierno, les lavaban con agua fría y les acostumbraban a sufrir
intemperie; en cambio los atenienses usaban procedimientos más suaves, algunas familias adineradas eran
lacómanas, lo mismo que en otros países como Francia existen los anglómanos1, y traían de otros países a
nodrizas para la temprana educación del niño, quizás es por esto que otros pueblos los censuraban diciendo
que los atenienses trataban a sus hijos "entre algodones". Pero en la mayoría de los casos el niño hasta los seis
o siete años se dedicaba más que nada al juego; el arte griego en más de una ocasión ha representado este
hecho, en algunas pinturas decorativas hechas en vasos aparecen imágenes de niños corriéndose unos a otros,
otros juntando tierra alrededor de una ramita o Arrastrando un carrito minúsculo de dos ruedas o perseguido
por algún animal (a menudo aparecían animales mezclados con estos juegos).
En Atenas no había enseñanza oficial. La enseñanza no era dada por el estado ni por corporaciones semejantes
a nuestras congregaciones religiosas, sino que eran absolutamente libres y la daban simples particulares en
lugares privados; aunque la ley obligaba a los padres a hacer que sus hijos se instruyeran esto no servía más
que para preservar la completa ignorancia de los niños que por su pobreza tenían que dejar de estudiar. Por
otra parte los legisladores no trazaban programa de estudio alguno, planeaban un cuadro muy general y se
contentaban dejando que el profesor lo llenase como mejor le pareciese, las únicas leyes pedagógicas eran
documentos de policía destinado a hacer que reine en "el escolar" la moderación y la decencia. Sin embargo
los griegos sabían que la libertad de enseñanza no implica la libertad de doctrina y por lo tanto el maestro no
tenía derecho a conformar su espíritu a su antojo ya que delante de él tenía futuros ciudadanos. Propagaban
sus enseñanzas en la calle por medio de la conversación, asistiendo a estas clases gente de todos lados; pero lo
más necesario para asimilar estas enseñanzas era ser hijo de buena familia y vivir cerca del maestro dos o tres
años. Como a las clases asistían gente adinerada y extranjeros, a pesar que algunos maestros no pedían
honorarios por sus enseñanzas, los estudiantes recompensaban muy bien al educador y entonces este
incremento de bienes materiales aumentaban el prestigio del profesor ante los ojos de una juventud delicada y
mundana que prefería que la ciencia le fuera ofrecida con elegantes apariencias. Algunos profesores
proclamaban ideas que a veces no eran del agrado del estado y algunos, como Sócrates por ejemplo, fueron
acusados de corromper a la juventud de hacerla enemiga de los principios del gobierno establecido y
condenados a muerte por este hecho.
En la ciudad de Teos en el siglo III a.C. había profesores oficiales. Un individuo llamado Polythrous hace una
donación a sus conciudadanos de 34 mil dracmas para cumplir los gastos de instrucción de todos los niños
libres de ambos sexos. Esta suma serviría para pagar tres profesores de literatura (designado2s anualmente por
la asamblea del pueblo) para el 1º, 2º y 3º grado (cobrando un sueldo de 600, 550, y 500 dracmas
respectivamente), dos maestros de gimnástica (500 dracmas cada uno), un maestro de música (700 dracmas),
un maestro de armas (300 dracmas) y un profesor de tiro al blanco (250 dracmas), se podría decir que estos ya
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eran profesores oficiales. También en Delfos (siglo II a.C.) y en las ciudades de Italia había enseñanza
pública.
Se puede ver la importancia que le daban los griegos a las letras, la música y a la guerra. En los primeros años
(7 a 12 o 14 años de edad) el niño le daba más importancia a las letras y a la música. El gramatista (profesor
de literatura) le hacía leer de desde su puesto al alumno, el cual tenía que aprenderse de memoria poesías
llenas de saludables consejo, relatos edificantes, elogios de hombres abnegados que en otros tiempos habían
realizado proezas heroicas; y no sólo en la literatura se podían encontrar esas historias de cierta veracidad
religiosa si no también en las obras de carácter plástico como pinturas en la vajilla, esculturas, monumentos o
muros en los que se veían imágenes de batallas entre dioses y otros seres de la mitología, por lo tanto no era
en la escuela el único lugar donde se aprendía algo, el solo hecho de vivir en un lugar limitado en donde la
cosa más insignificante adquiere importancia, desarrolla contundentemente la inteligencia; era un medio de
cultura moral.
La enseñanza musical se recibía en la casa del citarista y ocupaba un lugar muy importante en la educación
griega, tocaban la cítara, la flauta y el tambor (redoblante); luego de grandes con el ritmo de estos
instrumentos serán acompañados en la guerra. Nuevamente la pintura en vasos nos muestran algunos de los
métodos empleados, al igual que con el gramatista el alumno repetía una y otra vez lo que el maestro tocaba,
también cantaban obras de los mejores líricos, acompañados o a cappella. La música era el complemento
natural de los estudios, solamente un mal nacido sería incapaz de tocar la lira y dejar que la poesía de sus
ritmos lo librasen de pensamientos mezquinos.
Después, a partir de los 14 años la gimnástica empezaba a ser tema de verdadera importancia en los
adolescentes griegos; aprendían a luchar, a correr, a tirar la jabalina y el disco; exigencia, vigor y espíritu;
luchaban en el barro y en el polvo y la carrera podía ser a pie o a caballo. Los deportes eran de mucha
importancia en Grecia, inclusive a partir del 776 a.C. se empezó a medir el tiempo en eras u olimpíadas que se
sucedían cada cuatro años; por ejemplo una fecha se dataría así: Olimpíada 75, año 1 (batalla de Salamia) o
sea 480 a.C.1. Generalmente lo que enseñaba el pedotripo era con orientación militar.
Otro lugar donde se podía aprender era la plaza pública de la ciudad, allí se juntaban cerca de cinco a seis mil
personas de toda clase a votar y a decidir sobre los asuntos de la ciudad; El agora era una de las
construcciones más importantes de la arquitectura griega y tenía un lugar estratégicamente pensado dentro de
la ciudad, allí los oídos del niño no escapaban a los debates y juicios político, esas causas célebres seguían
apasionando sus peripecias.
El teatro griego, esa construcción grandiosa que sigue la pendiente de la montaña y que tiene al mar como
fondo de escenario, también era un lugar para aprender mirando las tragedias y las comedias; "Aprendían
aquellas asambleas en que Heraldo proclamaba las recompensas concebidas por el pueblo a aquellos a
quienes quería honrar, cómo su patria reconocía el mérito y la gloria que había en servirla."(Paul Giraud,
Historia griega: Vida pública y privada de los griegos, pág. 36).
El joven ateniense al salir de la adolescencia (18 años) era inscripto en la Efebia, es decir en la lista general de
los ciudadanos, pronto podría recibir los derechos civiles y políticos pero antes durante un período de dos años
debía sufrir una especie de noviciado en el campo de los efebos, el cual sólo estaban dispensados los pobres.
La Efebia era una institución del estado, allí los jóvenes salían de la ciudad para vivir en el campo,
acostumbrándose al frío y la intemperie; este pensamiento de domar la naturaleza se puede ver también en las
obras arquitectónicas donde los templos surgen en el paisaje acompañando al terreno rodeado de un bosque
artificial formado por columnas de piedras. Los efebos también cargaban armas y vigilaban los caminos,
como una especie de guardia civil; el efebo era considerado mientras Atenas fue libre como soldado del
porvenir. Fuera del servicio seguían llevando su acostumbrada vida brillante distribuyendo el tiempo en
lecciones que pagaban muy caras y costosos placeres. Se les podía encontrar en los tribunales, en audiencias
de algún orador célebre y muy frecuentemente en los gimnasios que eran en el siglo IV a.C. los lugares de cita
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de la sociedad elegante y en los que se difundía una enseñanza filosófica.
Terminado el servicio todo hombre licenciado se casaba, pero el matrimonio no se trataba de inclinación
mutua ni una comunidad de ideas y sentimientos, la unión se efectuaba para asegurar la perpetuidad de la
familia y la continuación de los sacrificios hereditarios satisfaciendo una obligación patriótica y religiosa. Los
hijos estaban obligados a deberes para con sus padres y debían atender a su manutención si éstos eran
necesitados. Alimentar a los ascendientes (los padres, los abuelos y los bisabuelos). En segundo lugar los hijos
debían tributar a sus padres difuntos los honores descriptos por la ley religiosa (pensaban que los muertos
seguían viviendo en la tumba y por lo tanto debían comer y beber como cuando estaban vivos).
Por otra parte la muchacha ateniense hasta el matrimonio (15 años) vivía en el fondo del gineceo2 aislada de
los ruidos y de todas las agitaciones de afuera; los griegos pensaban que no debían conocer demasiado pronto
la vida y sus dolores ya que el alma podría obtener más daño que provecho, y mantener así las cualidades
modestas y dulces que ellos buscaban, sobre todo en la mujer; luego a largos intervalos la muchacha salía de
su retiro y asistía a ceremonias religiosas mezclándose en los coros de danza. No se tenía en cuenta a la mujer
ni a sus sentimientos, se la tomaba como un mero instrumento para la conservación de la familia y la
república. Una ignorancia cuidadosamente mantenida para conservar íntegra la delicadeza del espíritu
femenino y de esa flor de castidad que el conocimiento y la sospecha misma del mal pueden llegar a
marchitar.
De todas formas el celibato no estaba permitido, nadie podía sustraerse del matrimonio sin ser criminal para
con la religión y el estado, así el ateniense se prestaba al matrimonio sin prisa y de mala gana, como pagando
una deuda.
Conclusión
Los griegos, que todo lo han querido ver y saber, mostrando la razón en lo imaginativo, el ingenio en lo
sentimental y la reflexión en lo pasional lograron un equilibrio armonioso en la entidad humana, donde la vida
cívica se inauguraba no con una declaración de derechos sino con una declaración de deberes, en una sociedad
en que el ejemplo podía mucho y que sin esfuerzo se convertía todo en enseñanza y en lección para el
porvenir. Planearon una forma de explicar, organizar y sobrellevar esa vida en donde el hombre era el centro
de todo lo existente, pero a lo mejor no lograban nunca la autorrealización de ese modelo de hombre
inteligente, guerrero y amante del buen arte; a lo mejor nosotros somos la consecuencia de esos planes.
BIBLIOGRAFIA
• Giraud, Paul, "Historia griega: Vida pública y privada de los griegos", Daniel Jorro Editor, edición
1915
• Kitto, H.D., "Los Griegos", Editorial EUDEBA, edición 1984
• INDICE
Introducción..............................................................................pág.2
Desarrollo..................................................................................pág.3
Conclusión.................................................................................pág.8
Bibliografía................................................................................pág.9
1 Tendencia exagerada a las costumbres inglesas.
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1 (75 − 1) x 4= 296, luego 776 − 296= 480 a.C.
2 El gineceo era una parte de la casa en la que estaban habitualmente las mujeres y en donde no eran
admitidos los extraños.
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