Voluntariado Sur-Sur UNA FORMA INNOVATICA DE RENOVAR LA COOPERACION o FACILITAR DESDE EL NORTE LAS REDES INTERPLANETARIAS Sergio Ferrari* ___________________________________________________________ Pocas veces, cuando se habla de cooperación al desarrollo, se introduce con espontaneidad la dirección Sur-Norte como un camino imaginable, activo y hasta necesario. Tampoco aparece automáticamente la idea de un intercambio Sur-Sur cuando se analiza el voluntariado como medio específico de una cooperación con rostro humano. Impregnados por el concepto tradicional de transferencia - sea cultural, tecnológica, ideólogica, misionera-, la cooperación y el voluntariado se perciben desde siempre como un ejercicio de arriba para abajo, en un planeta geográfico y sociológico donde el Sur, ineludiblemenente, corresponde a los pies de un cuerpo deformado. EL SUR SIRVIENDO AL SUR « El intercambio Sur-Sur tiene una potencialidad enorme. Es una de las innovaciones más ricas que se pueden ir incorporando en el campo de la cooperación, si bien es necesario clarificarlo y conceptualizarlo. Para ello, la reflexión mancomunada entre organismos del Norte y contrapartes del Sur será fundamental » afirma Denis Cattin, secretario general de UNITE. Antiguo voluntario en Perú en los ochenta, actual secretario de la plataforma UNITE - que nuclea una treintena de ONG suizas de intercambio de personas-, Cattin sostiene con vehemencia la necesidad de « innovar creativamente » en el mundo del voluntariado, descubriendo fórmulas que constituyan un aporte efectivo y diferente al Sur. De una veintena de experiencias vividas por los ONG de UNITE desde 1998 en adelante en el plano de intercambio Sur-Sur, Cattin anticipa un balance marcadamente positivo. « Se trata de aportes en el marco de una misma cultura. Incluso, en la mayoría de los casos, facilitados por la misma lengua. Permite fortalecer redes existentes o aportar al nacimiento de otras nuevas, en un mundo donde ese entramado social a nivel planetario aporta oxígeno y esperanza ». Analizando las experiencias realizadas en Africa y en América Latina, « otra potencialidad de esa innovación es el aumento de la conciencia mutua de la gente y de las instituciones beneficiadas. Nuestras contrapartes han ganado en confianza sobre su propio saber y sus competencias y comienzas a visualizar el efecto multiplicador que puede tener su propio saber a través de ese tipo de intercambio». Y subraya de inmediato que « el intercambio Sur-Sur, en relación con el Norte-Sur, es menos centrado en una persona (« el » voluntario) para ubicarse más en una relación entre contrapartes, entre organizaciones populares...Se practica normalmente de equipo a equipo y no de persona a persona, y aquí está la principal diferencia y una de las riquezas más significativas». De las diez contribuciones acordadas por UNITE para este tipo de proyectos entre 1996 y 1998, seis se materializaron en Africa, una entre Africa y América Latina (Côte d’Ivoire-Haïtí); dos en Oceanía y una entre países latinoamericanos (Uruguay-Cuba) en el campo del cooperativismo para la rehabilitación habitacional. Proceso que en los tres años siguientes se consolidó sobretodo entre organizaciones latinoamericanas, contando siempre con el apoyo desde Suiza para cofinanciar parcialmente gastos de viajes y viáticos de los beneficiados. « Sin ese aporte, en la mayoría de los casos el intercambio no se podría realizar », explica Cattin haciendo referencia a las condiciones extremadamente difíciles que afrontan los movimientos sociales del Sur y entendiendo a las ONG del Norte « en tanto que facilitadoras más que promotoras » NO SUBESTIMAR EL RETORNO AL NORTE « El aspecto más débil de este tipo de intercambio en el marco de un programa *clásico* de voluntariado Norte-Sur, es el escaso retorno hacia el Norte de las experiencias vividas, de las síntesis y conclusiones elaboradas » advierte Martín Schreiber, ex-delegado de la Cruz Roja internacional en varias regiones del mundo (Afganistán, América Central etc) y afilado analista de la temática del desarrollo. El punto clave de este tipo de intercambio -insiste- nos remite a un concepto fundamental de la cooperación en su conjunto: el de la naturaleza de las contrapartes que participan en esa relación. « Si existe una intensa relación de contrapartes entre el Sur y el Norte, el intercambio SurSur podrá ser provechoso, también, para las organizaciones del norte. Si no existe esa relación, entonces el intercambio Sur-Sur no trasciende y resulta sólo positivo para los actores que la practican en el Sur» De ahí la necesidad de que esos intercambios sean incorporados, evalúa Schreiber, como parte de un todo, en el cual entra el intercambio Sur-Sur, el voluntariado Norte-Sur, y las experiencias Sur-Norte. Ese conjunto indisociable tiene sentido « en la medida en que en esta etapa de globalización extrema, ese ejercicio complementario refuerce las alianzas estratégicas, facilite el fortalecimiento de redes, acerque a los movimientos populares, simplifique y enriquezca la comunicaciones de los actores sociales en todo el planeta. En síntesis, que aporte a una verdadera globalización humana y al cambio profundo de las sociedad planetaria, tanto arriba como abajo y en la relación mutua ». ¿ Se debe continuar o no esas prácticas innovadoras de un voluntariado de otro tipo?, preguntamos para terminar. « Acaba de visitarnos el coordinador del Centro Cooperativista Uruguayo que participó en una de las experiencias con sus pares de Habitat Cuba. Nos ratificó la importancia de esta iniciativa. Nos pidió que la continuáramos. Nos indicó que para que el Sur-Sur fructifique debe consolidarse el intercambio Norte-Norte. Pateó la pelota a nuestro terreno. Nos exigió fraternalmente que lo conceptualicemos e intercambiáramos... Estoy convencido que si las contrapartes del Sur lo piden, debe continuarse y profundizarse , porque va en beneficio de todos » concluyó Schreiber. Sin olvidar, acota Denis Cattin, que muchas de esas experiencias de cooperación Sur-Sur, pueden ser aprovechadas, a todo nivel, por nosotros en Europa. Remitiéndose de inmediato a tres de los innumerables ejemplos. « El intercambio habitacional y restauración de viviendas realizado entre Uruguay y Cuba señala también un area extremadamente actual en muchos de nuestros países europeos. Las iniciativas entre campesinos biólogicos de Costa Rica y El Salvador (Asociación Montaña Verde de Costa Rica y Fundación Pro-Cooperativas de El Salvador), puso el acento en una preocupación de gran actualidad en la hora actual para amplios sectores de productores y consumidores del Norte. Además, podemos también mencionar las múltiples experiencias de nuestras contrapartes en el trabajo con niños de la calle. Area en la que el Sur tiene un enorme caudal acumulado y que se convierte en punto de agenda de nuestras propias sociedades, cada días más sacudidas por la polarización social creciente. -fin* Sergio Ferrari - Service de Presse UNITE Cuadrito ______________________________________________ SUR-SUR: REFORZAR LOS MOVIMIENTOS SOCIALES A inicios del 2001, una parte de la dirección del Estado de San Pablo (Brasil) de la Central de Movimientos Populares (CMP) -una de las redes urbanas más actividas en ese país sudamericano- pasó diez días en Porto Alegre, concretando un activo intercambio con autoridades de esa ciudad y del Estado de Río Grande del Sur. El objetivo clave de ese intercambio intra-brasilero, tal como lo señala Beat « Tuto » Wehrle en entrevista exclusiva, fue conocer de cerca la experiencia ampliamente desarrollada de presupuesto participativo –gestión popular asamblearia de los recursos municipales y estatales-. Y la elaboración de propuestas de participación popular en la construcción de políticas públicas alternativas. Tuto Wehrle, teólogo suizo residente en San Pablo desde hace 15 años, dirige, junto con un colega brasilero, la Coordinación-Articulación de UNITE (COAR), que reúne una veintena de voluntarios suizos del ONG romande E-CHANGER, miembro de esa plataforma. Entrevistado en febrero de este año en el marco del reciente Foro Social Mundial de Porto Alegre, Wehrle subrayó para « Vivants Univers » la riqueza de ese intercambio que se alimentó también con el contacto entre los dirigentes de la CMP y de los principales movimientos sociales del estado sureño. « La principal conclusión del intercambio fue la preocupación común mutua y permanente, de defender todas las formas innovadoras de participación popular y control social. Al mismo tiempo, el acuerdo de estar atentos ante los riesgos de cooptación y manipulación que puede sufrir el movimiento popular y los riesgos de pérdida de la autonomía » asegura Wehrle evaluando la experiencia. « El intercambio Sur-Sur, en este sentido, fortalece a la contraparte beneficiada; y puede reforzar la capacidad propositiva de los movimientos sociales para construir propuestas alternativas, incluso, en la gestión de políticas públicas », puntualiza. Anticipando, de inmediato, que dos propuestas futuras de nuevos intercambios están en estudio. Una, entre organizaciones de América Central y de Brasil que trabajan en educación popular. La otra, el intercambio entre los movimientos sin tierra -trabajadores rurales- de Brasil y Bolivia. En síntesis, finaliza el Coordinador de la COAR/UNITE, « el intercambio Sur-Sur va perfectamente en el marco de lo que intenta nuestro programa (de voluntariado) en Brasil. No inventar el huevo de Colón, nunca apostar a recetas mesiánicas, no reproducir más el protagonismo de arriba para abajo (del Norte al Sur), a veces escondido en fórmulas, incluso, de cooperación solidaria. Y, por otra parte, como nos dijo nuestro amigo y contraparte, el teólogo Leonardo Boff, apostar a las semillas construídas *en el marco de las tribulaciones de los 500 años de exclusión*, aunque sean incipientes y esperen ser regadas ». (Sergio Ferrari/UNITE)