Fidelidad, creatividad responsable

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EDITORIAL
Fidelidad, creatividad responsable
Cuando desde la redacción de RE nos planteamos
abordar un tema, solemos considerar algún acento
especial a tener en cuenta. En ocasiones lo comunicamos a nuestros colaboradores explícitamente, por
si les interesa al escribir sus artículos. Sin embargo,
en este caso, al proponer el tema del presente monográfico, el acento se ha producido espontáneamente.
La mayor parte de los textos han aludido, de un
modo u otro, al hecho que la fidelidad
para nada es estática; más bien
sucede justo al contrario: lo propio es que sea creativa, dinámica.
La concurrencia en ello nos parece
harto significativa. Como lo es el
que nadie se haya reducido a tratar
la fidelidad sólo desde la perspectiva
afectivo-sexual. Ésta queda englobada con otras expresiones relacionales.
Pero la fidelidad o infidelidad en el ámbito sexual no lo es más ni menos que
la incurrida en otros aspectos de la vida
humana. Convenía huir de esta inexacta
asociación de conceptos.
Llamar fiel a alguien es elogio del ser, más que del
hacer. Calibrar la fidelidad en base a acciones muy
concretas, a comportamientos aislados, puede inducir a confusión porque conlleva un juicio de difícil
precisión. La fidelidad radica, en último término, en el
ser de la persona, en su interior, y sólo ahí puede ser
leída y valorada.
Por eso, hablar de fidelidad es hacerlo de vitalidad y,
por ende, de cambio. La firmeza en los principios,
compromisos, convicciones o vínculos que
se asumen no tiene que ver con el inmovilismo. Caer en ello sería tanto como
renunciar a la vida.
Responder a la necesidad de creatividad, de adaptación continua, mantiene vivas y renovadas las personas,
los grupos y hasta las instituciones
e iniciativas que dependen de éstos. Por el contrario, un mal entendido sentido de la fidelidad
lleva a la progresiva atrofia de la
libertad humana, lo que implica una grave
disminución del ser.
Juzgamos temerariamente las variaciones en los posicionamientos de alguien. Cuántas veces no habremos
oído un peyorativo «¡ése ha cambiado de chaqueta!».
La cordura y la templanza pueden hacernos evitar la
precipitación al hacer afirmaciones como ésta, tras la
que puede haber un infantilismo que no reconoce la
Colaboradores
Dirección: Elena Giménez.
Adjunta a dirección: Natàlia Plá
Secretaría: Mª Àngels Gibert y Elena González.
Autoedición y maquetación: Alberto Jiménez, Elena
Giménez y Patricia Castillo Ávila.
Fotografía: Eduard Balasch.
Equipo de redacción:
Barcelona: Marta Burguet, Javier Bustamante, Elena
Giménez, Thelma Gil-Samaniego.
Salamanca/ Madrid: Juan M. González-Feria, Diego
López-Luján, Remedios Ortiz, Natàlia Plá.
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revista de pensamiento y opinión no 71
Bogotá (Colombia): Gloria Inés Rodríguez.
Cádiz (España): Julio Lozano.
Calama (Chile): Miguel A. Sepúlveda M.
Ginebra (Suiza): Mª de Jesús Chávez-Camacho, Pauline
Lodder.
Hermosillo, Son. (México): Mª del Carmen Cuevas,
Soledad de Gutiérrez, Mª Antonieta Mendívil.
Mallorca (España): Juan Luis Trassierra.
Pekín (RP China): Petra de Llanos.
Roma (Italia): Leticia Soberón.
Santiago (Chile): Elisabet Juanola, María Bori, Claudia
Tzanis.
Sto. Domingo (Rep. Dominicana): Anna M. Ollé.
Taichung Hsien (Taiwán): Ramón Santacana.
natural capacidad de evolución del ser humano sano.
Algunos tránsitos no son, ni mucho menos, fruto de
una fluctuación que denote inconsistencia. Antes bien
responden a la existencia de unas fidelidades más profundas que son a las que el ser humano guarda lealtad.
Las opciones concretas, las adscripciones, los principios,
están al servicio de esas fidelidades en verdad radicales,
esto es, de la raíz de la persona.
En último término, se trata de una cuestión de responsabilidad el saber discernir y elegir entre las distintas
opciones que la vida nos ofrece para disponer del mejor
instrumento en cada momento, siempre en aras a esa
fidelidad profunda. Decisiones, por cierto, a menudo
nada sencillas. En cambio, cuando las fidelidades se
quedan atadas a los medios, a lo instrumental, se corre gran peligro de terminar fallándose a uno mismo,
traicionando lo amado, ya sea persona, institución o
proyecto.
Eso no implica para nada una comprensión individualista
de la fidelidad. Por querer resaltar la lealtad para con
uno mismo, no es necesario distanciarla de los demás.
Sería una tergiversación el ver a los otros como amenaza
o recorte para las propias aspiraciones. Manipulación,
probablemente, con intenciones de dividir en lugar de
aunar voluntades.
vinculado existencialmente a los otros, a sus hermanos
en la existencia. Con ellos disfruta de la posibilidad
de construir una unión que respete la idiosincrasia de
cada cual y contribuya a desarrollarla al máximo. El
encuentro es oportunidad para el ser. Aunque a veces
sólo sirva para indicar por dónde no queremos ir. Del
mismo modo que ha de caber siempre la posibilidad
de que, por fidelidad a uno mismo en su relación con
otros, se renuncie a ganancias concretas. Pero esto
sólo puede darse y permitirse dentro del ejercicio de
la libertad personal.
La creatividad se alimenta de la vida compartida. Las
inspiraciones, las intuiciones, los sueños, no son cosa
de uno solo, sino de uno que es con otros, que es en
diálogo de vida. La libertad, así como la creatividad,
puede unirse a la de otros, sumando y no restando.
Ya saben, no siempre mi libertad termina donde comienza la del otro: ¡existen las intersecciones! Cuando compartimos las fidelidades profundas, nuestra
creatividad, así como nuestra libertad se une a la de
otros. Y, sobre todo, coinciden en el deseo de que
cada cual haga aquello que considere mejor en bien
de allá donde está puesto su corazón y responde a su
felicidad. Por eso la fidelidad es solidaria, comparte
el mismo suelo del querer las lícitas aspiraciones de
la libertad, rasgo definitorio del ser humano. o
Elena GIMÉNEZ y Natàlia PLÁ
El individuo humilde óntico —que es el hombre sano,
desde las categorías del realismo existencial—, se sabe
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Revista RE castellano
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Suscripción: (cuatro números)
España 18 euros
Otros países 24 euros
Dep. Legal: B. 4289-88
ISSN: 1135-2698
Mayo 2011
Cada autor se hace responsable del
contenido de sus escritos.
RE es una publicación asociada a
la Universitas Albertiana
, revista de pensamiento y opinión, es una
publicación que trata temas que atañen al ser
humano, desarrollados interdisciplinarmente,
desde un planteamiento realista y existencial.
Intenta, con una serena reflexión, colaborar en
la construcción de una sociedad en paz y profundamente festiva.
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