Leandro Fernández Becario de perfeccionamiento INTA E-mail: [email protected] Factores climáticos Efectos sobre la maduración y conservación de los frutos La temperatura que reina en un monte frutal desde el cuaje hasta la cosecha, tiene una marcada influencia sobre el tamaño, la firmeza, el color y la durabilidad en poscosecha de manzanas y peras. Existen diversos factores que aceleran o retardan la maduración de los frutos, incidiendo también en la calidad y capacidad de conservación. Muchos de estos factores tienen que ver con prácticas culturales en las que el hombre tiene intervención, como son la fertilización, poda, raleo y pulverización con productos químicos, en tanto que otros están relacionados con el ambiente donde se desarrollan los frutos y dependen de las condiciones climáticas. Se ha observado que la temperatura es un factor muy importante en la vida de los frutos, especialmente en dos etapas. 1) En el período de multiplicación celular (tres a cuatro semanas después de plena floración). Durante las primeras semanas de octubre después del cuaje, los frutos recientemente formados entran en una etapa de multiplicación celular que terminará por definir el número total de células que tendrá el fruto. Las temperaturas cálidas estimulan este proceso, propiciando mayor posibilidad de división celular y por lo tanto mayor cantidad de células por fruto. Si consideramos que en la 10 Rompecabezas etapa final de desarrollo cada célula es un punto de crecimiento, los frutos con mayor número de células son los que lograrán mayores calibres en la cosecha. 2) En las últimas semanas anteriores a la cosecha, momento en que los frutos están prácticamente desarrollados, la temperatura incide en la madurez y calidad final. Madurez y fechas de cosecha El proceso de maduración de los frutos es una transformación bioquímica, que ocurre normalmente gracias a proteínas dotadas de poderes catalizadores llamadas enzimas. Si se ejerce influencia sobre las enzimas, se estará regulando la velocidad de los fenómenos bioquímicos de la maduración. En días cálidos, la temperatura que alcanza la superficie del fruto en el monte frutal supera a la del ambiente por lo menos en 3ºC y se acelera el funcionamiento de enzimas que intervienen en el ablandamiento de los frutos, la degradación del almidón, la producción de azúcares, la pérdida de acidez y la emisión de volátiles. Todas estas reacciones forman parte del proceso de maduración. Esto explicaría el avance de madurez anticipado que se produce con temperaturas altas frente a lo previsto en el momento de floración, que es cuando se confecciona el calendario tentativo. Muchas veces llama la atención el adelantamiento de las autorizaciones de primeras fechas aceptables de cosecha del calendario tentativo, el cual está confeccionado con objetivos orientativos en primavera, en base a datos estadísticos y fenológicos que de ningún modo tienen en cuenta los complejos fenómenos bioquímicos que ocurren semanas antes de la cosecha y que condicionan la velocidad con que se alcanza la madurez. Formación de color en manzanas La temperatura tiene influencia en la formación de color de cobertura en manzanas. Para lo que se requiere de carbohidratos, que se producen durante el día con la fotosíntesis y durante la noche pueden seguir diferentes vías. Para que sean utilizados en la formación de pigmentos responsables del color rojo en manzanas, es necesario el accionar de una enzima que funciona en un rango de 10 a 25ºC. Si las temperaturas nocturnas superan estos 25º, no sólo impediría el funcionamiento de esta enzima sino que favorecería el incremento de la respiración, la cual también utiliza carbohidratos. Por lo tanto es importante la oscilación térmica (noche y día), ya que de ese modo se reduce el gasto de azúcar, desviándose el metabolismo hacia la formación de los pigmentos responsables del color rojo. Corazón acuoso Altas temperaturas ambientes durante la cosecha, aumentan la susceptibilidad de las manzanas al corazón acuoso o vitresencia, porque la temperatura estimula la actividad de enzimas que provocan la hidrólisis prematura del almidón y ocasionan una relación osmótica anormal en los tejidos, produciendo la acumulación de líquido en los espacios intercelulares. Esta acumulación dificulta la liberación de anhídrido carbónico que producen los frutos al respirar, ese exceso presenta toxicidad para los frutos, por lo que se produce un pardeamiento de la pulpa. Cuando el corazón acuoso es severo, las manzanas pierden su capacidad de conservación. Temperatura y cáliz amarillo En el caso de peras Williams, un período de tiempo fresco (temperaturas menores a 7ºC) en la etapa final de su desarrollo (últimas cuatro semanas antes de cosecha), produce un anticipo de la madurez que comienza en el sector del cáliz. Esta sintomatología se denomina “cáliz amarillo” , produce un rápido ablandamiento y la pérdida total de la capacidad de conservación. Cuando los frutos se encuentran verdes, la sintomatología comienza con una pigmentación rosada en los sépalos. Lluvia, déficit hídrico y calidad de frutas Diferentes situaciones de manejo del monte frutal, como son el sistema de turnado y dotación de riego, el tipo de suelo y las condiciones climáticas, muchas veces someten a los montes frutales a situaciones de estrés hídrico, el cual incide en la calidad de los frutos. Las situaciones de déficit de agua aumentan la susceptibilidad de las manzanas al “bitter pit”. Se ha observado que ante una escasez hídrica, las hojas retienen el agua en perjuicio de los frutos, favoreciendo el movimiento de calcio hacia las hojas y no a los frutos. Produciendo un desbalance nutricional que favorece el desarrollo de esta fisiopatía. Después de una sequía prolongada, llueve o se administran riegos excesivos a las plantas, las células de los frutos aumentan rápidamente de tamaño, produciendo rajaduras en la epidermis que no cicatrizan si se producen previas a la cosecha. Durante la cosecha de pera Williams y B. D’Anjou es posible encontrar frutos con la zona del cáliz de color pardo, con el tejido seco, debido a la detención del crecimiento en la zona que rodea la cavidad calicinal, muchas veces presentando rajaduras. Esto es atribuible a un desequilibrio en el balance de agua de los árboles debido al suministro insuficiente por parte de las raíces, que no abastecen necesariamente al fruto. Esto se agrava con temperaturas altas y condiciones de deshidratación (baja humedad relativa y vientos ). En el monte frutal, con frecuen- cia las cabeceras son más altas, por lo que suelen recibir menos agua, manifestando los primeros síntomas. Los portainjertos de membrillero son más susceptibles al problema y también manifiestan síntomas con anterioridad. El tiempo lluvioso durante las seis semanas anteriores a la cosecha, predispone al ataque de hongos y los frutos pierden aroma y diluyen las azúcares. Temporada 2003 - 2004 En esta temporada, las temperaturas fueron altas durante la primera quincena de enero, superiores a las de la temporada anterior, lo que produjo un adelanto de la madurez en las variedades más precoces de peras y manzanas. Las altas temperaturas se combinaron con fuertes vientos, los cuales ocasionaron condiciones extremas de deshidratación y a raíz de ello se observó mayor cantidad de frutos con cáliz negro, especialmente en montes con condiciones predisponentes. Sobre principios de febrero se produjeron lluvias y aumentó la amplitud térmica al bajar las temperaturas nocturnas, lo que favoreció la toma de color en manzanas Red Delicious, cubriéndose en su totalidad incluso antes de alcanzar la madurez apropiada para la cosecha. Rompecabezas 11