Responsabilidad ética ante la ley

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Responsabilidad ética ante la ley
....
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Tal como lo define RAPPEPORT 1982 1 hay dos áreas distintas de. contacto entre psicología, psiquiatría y Ley. Una es el terreno de la psicología y psiquiatría jurídica: en cuyo caso el profesional trata de asistir a los responsables
de administrar Justicia en la tarea de llevar a cabo sus responsabilidades. Otra
es el amplio campo de aquellos asuntos de la práctica del psicólogo o psi- \
quiatra que son punibles legalmente, es el campo de la "mala práctica".
A. LA PSICOLOGÍA Y }>SIQUIATRÍA JURÍDICA
l. Aspectos éticos generales de la labor pericial
El área de interrelación entre la psiquiatría-psicología y la Ley conforma
lo que se puede llamar Psiquiatría y Psicología jurídica (llamada también
"Legal" o "Forense"). Retomando la distinción que hace DIAMONJY hay
dos tipos de intervención del profesional. La_Qrimera es cuando un psicólogo
cCpsiquiatra ·ya está tratando a un p;cientt'._, éste se ve envuelto ~aSUñtos
l~ el profesiqg.~.§Jlamado a testimo_giar_2,9_J:E.Q_~~erto. El segundo
-
1. RAPPEPORT,J. Ethics andforensic psychiatry En BLOCH,S.-CHODOFF,P. Psycblatric
etbics New York Oxford Univ. Press 1981. También, Differences between forensic and
general Psychiatry. Am.J.Psy. 139 (1982) 331-34.
2. DIAMOND, B The Psychiatrfst as Expert Witness, Psyatric.Cli.North.Am. 597 (1983).
112
RESPONSABILIDAD .ÉTICA ANTE LA LEY
ETICA PARA PSICÓLOGOS
caso sería prqro!=lP.1S.Pct~.la.: p~~olgg!~Y..P.~igui_a.:!#!.f9.:r.S!.ns.e, que es cuand~l
profesional no está atendiendo .ala_per.so11a, pero igual es llamado por el juez
liar su informe técni_qp. Ambas situacienes pueden estar relacionado...s con
las siguientes prQblemátkas:
niendo o no a su hiJ2~o CJ.!~.!<?.~ª· La misma situación se da cuando se trata
<le juzgar si determinados padres están en condiciones d~.-ª92l?,~ªJl.I_1 :hijo
que no es propio.·~ ninguna teo!"!a ~!~.9.1§.&i:<:~ .sé'..!J..a d~µn¡;;_adq_~oJl..S::l:tí~f;:tc­
cíón una caracte~ª.c.iO.n ..de..c.uál.es. s..o:r;i los,p?,d:r.e~ que deban ser consi.derados
~En todocaso, aunque algunas lo hayan intentadÓ, ·riii..kJ.ª1~~-c:µerdo.en.el
terreno de la psicología ni de la psiquia-tría a propósito d~- !~ _
_qu.e .c!e~e ser la
'~daJ.l:. Se sabe que algunos rasgos de los padres -en determinadas circunstancias- pueden hacer daño al hijo; pero nadie puede asegurar que la presencia de esos rasgos sean suficiente justificación como para separar al hijo
del contacto de sus padres. ¿Cual debe ser el camino correcto en caso de que
-estando pre~nte esos rasgos paternos- el hijo, igualmente, quiera continuar
con sus padre'S? ¿Conviene separarlo y que nunca más los vea? ¿conviene que
sólo los visite?. La solucipJ.!._?_y~~.s_.prnglJ.ntas supone complejas dificultades
que están mucho más allá del diagnóstico que pueda dar el psicólogo o psiquiatra. No obstante; la _so~_iedád.~y
el mismo psicólogo.o.psiqaja,JLlp~ecen creer
losj~rofes}9.Qaj_es__9:,~}C?:_~9)_~ª-Ill~PJal_ti~µen una_pajal;>ra c_on~
cluyente fil resp~.919... Y esa._ fre~Il_c!a .P.lJ_yQ.~J~n~t.gtay.eos consec.uencias..para
los individuQs.,..
En otras oca.Sienes -ya sea en el ámbito deT Derecho Penal o en el Civilel profesional puede ser requerido por el Juez para dar su opinión sobre registros de datos anteriores (de cartas u otros materiales biográficos) pero sin
tener contacto con el sujeto implicado. Tal es el caso del psiquiatra o psicólogo que tiene que opinar sobre el estado mental del individuo en el momento
en que escribió su "última voluntad"; o cuando un delincuente se niega a
entrevistarse con un terapeuta y sólo se disponen de sus datos escritos anteriores. Obviamente, sería ético dar una opinión sobre documentos escritos de
individuos implicados en asuntos judiciales pero·-nunca sin haber tenido una
entrevista personal con el afectado. Y si esto no es posible, debe dejarse completamente claro la limitación del diagnóstico.
Tres problemas éticos fundamentales s.e..Q:i;.~$.entan . euJa prácfü~a_r;I~LP..S.i9.ó­
logo
o psiquiatra cuando actúa
conio forense:
...........
...
,·_t :¡ diagnóstico de credibilidad de un testigo judicial.
:2~·
diagnóstico de culpabilidad de un acusado.·
(3)
"_,.
diagnóstico de competencia de una persona para el ejercicio civil de
sus derechos como persona.
i.iJ
;::;\
diagnóstico de capacidád para tener en custodia a menores o para
suprimir la patria potestad a quienes la ejercen.
@)
responsabilidad de acusar a personas en ciertas circunstancias (cuando hay abuso de menores, ancianos, discapacitados, etc.).
(6)
cuando se acusa a otros profesionales de mala práctica.
'
113
,,
gue.
Los psicólogos o psiquiatras muchas veces .son requeridos para dar testimonio en aquellos casos en que es necesario establecer el estado emocional o
mental de una parte directamente implicada en un litigio judicial. El Juez .
penal, por su parte, puede solicitar a los profesionales un informe pericial
sobre el estado mental de un acusado. Pero, como es sabido, a~los psi-·
cólogos hagan múlti.El~§~Sts..de..personalidad,qe a~tJ..!Udes, etc., trata:ña.O: de
a~erig~~J_~gª1"~E~1i~E..cas_E_f?l..~EietqL~.2J.o.. P..2.c;iri2!.11...e.UC.ontrar in4i3g~_Qe
p~ligr9sidad o de 1.lAa. p~fS0~ª1.!Q.~cL!!~~Qifl:ªQGJ.~E.~t.!1!9mento actual. Pero n.o
existe ·:rllP.~. instrumento alguno de otro tipo, que permita diagnostic'cy_'.~(i~ef9ilJéctiva'.:i 'soijf.e .1~9.!i.Y.ªC.foP:e.(q~e. p~~iér~~- haber existido_~
~l ~sta'gg.psicológico __de1_~_9ivi~i¿,o -~gJ?L~9.Ple.r.i:t.......ª-1:>~.f cometía'oiin _sr,imen .... Un psicólogo está en condi.ciones·de ~su oner" -aunque sin ninguna
certeza-~las cqracte.rís.ti.cªs--d:;_~r.son_ajidad áctuales del sujeto,
é~!~~ .t.~qi~:p . fuemn ast~ll .~Lpas_ªgQ. wor ej.: casos de trastornos severos de
la personalidad del tipo de la psi~_p.§.ͧ.,_ esqu~z.of.r:en.J.a, pers.onalidad psicopática o severas neurosis). P~ro ~sta .Qi_p_q.te.sis..!J..0.f\lI).9.i.9na cuando el sujeto, en el
~~I?~g_~.-ª~~-ª1:1-.lliU!lJl~§!:J;§:__alterª9i_~g .. ~IQ!n?:!l~la personalidad. En estas
circunstancias el diagnóstico psicológico o psiquiátrico se vuelve sumamente
problemático. Considerarlo con alta v_¡W,g§_~_.Q_A.ªRfil~como para tomar una
d~E~~iQ~ji;¡_§.i~ial, seriª_G.QU..eLel.riesgo de.c_qm.e.teusrn.Y~~ egÜivoc~!?}~ por .
p~~A~UE.5'.Z. P_gr.Q.t:GLP-arte, que el psicólogg plantee sus inferencias respect9 .al P~?Jl.~o _o_ respe.cJo ~ .fu.:.~TQJ_~QmQ .to.t11lmeP.J~.-ºi.ertau:...~~as, implicg.ría una actit,ud)mPI11-4~n!.e...Q.:te.m~i;:aria q~l.profesional.
· ··La paí:tlcipación del psiquiatra o psicólogo en juicios legales abarca también el Derecho Civil. Con frecuencia se lo requiere para que haga j1;ücios
sobre si un determinado padre o madre está en condiciones de seguir mante-
-·~-,
aveces
-~----- ---~--
....... ..
1. · La_E_one_~tj.E~<i..~.im.2filgª1i:9ad.. ~n.151j_~Í~s:_c:ió11.. cie.Jas. fu~.~tw . a partir
.J~_ las cuales_elaboraE_~~rmª_qi§n _g_~~...'!A_~_.P~~~~mfil:_~Jµ~:s:. . Si ~1L.;: 1..
informe se elabora en conJunto con el mteresado, el ps1cologo o ps1- r-~.~';..r.:
quiatra tiene también el riesgo de verse influenciado por el cliente :~.J'~
puesto que éste -con la justificación de que quiere pagar sus honora- Y •
3. "En ninguna parte -de acuerdo con lo que yo conozco- hay investigaciones o criterios de
diagnóstico o criterios de clasificación de enfermedades o Manual de Diagnóstico y Estadística disponible para clasificar la paternidad "adecuada", "destructiva" o "peligrosa""
SCHOETTLE. U Child psychiatry and the law: termination of Parental rights - ethical
issues and roles conflicts, J.Am.Ac.Child.Psy. 23:5 (set.84) 629-632.
_,;a,.
114
ÉTICA PARA PSICÓLOGOS
RESPONSABILIDAD ÉTICA ANTE LA LEY
2. Confidencialidad y ''privilegio" terapéutico
rios- puede ejercer sobre el profesional una coacción más o menos
fuerte en el sentido pecuniario.
·
2.
La honestidad e impard.alidad de ia presentació.n o rechicción del informe. La responsabilidad etica fundamental del profesional que participa
romo experto en cualquiera de las circunstancias amba aludidas es afumar lo que há su~edidó de la manera más objetiva y honesta posible;
sin ocultar datos,
disimularlos con restriceión mental y sin intentar
dar aquellos· datos que sólo favorezcan a uno de los contrincantes en la
controver3ia J;.,os informes deben estar basados <:uneamental.mente ~n
hallazgos objetivos y en impresiones ciertas, no en hipótesis. Si es
necesario afirmar una hipótesis es lícito hacerlo con tal de que se diga
explícitamente que se trata déelucubraciones probables y no de hechos
probados. El psicólogo o psiq'Úiatra forense que haga un juicio de este
tipo, deberáseñalar clara y abiertamente.cuáles son las limitaciones qu·e
tienen sus propios instrumentos de diagnóstico. Recordemos a propósito de esto la convicción de COLEMAN -quizá conmucho de exageración4- cuando decía que. la capacidad o "el poder" de hacer
determinados diagnósticos -que la sociedad atribuye a la psiquiatría o a
la. psicologíaestán más basados en la fe que
en 1a razón. ?. .
.
.
.
sin
No está de más afirmar con total claridad que el diapióstico 'de culpabili- ·
dad jurídica y de competencia, pertenecen al juez y ~noal psicólogo o psiquiatra. Estos, lo único que pueden hacer es juzgar la situación clínica del
paciente en el momento actual; no pueden hacer inferencias seguras sobre lo
que sucedió en el pasado ni sobre que sucederá en el futuro.
ro
3.
La~51e~ciajjda.9 y
la labor pericial. Cuando un psicólogo o psiquiatra paroc1pa ·como testigo -a pedido del paciente- nada hay que
objetar desde el punto de vista ético puesto. que aquello que diga el
Psicólogo ante el Juez habría sido con la autorización explícita de la
persona involucrada.
Pero un caso muy diferente desde el punto de vista ético es cuando el psicólogo se presenta a un inculpado ante la Justicia con la intención de ayudarlo psicológicamente cuando, en realidad, trata de hacer un informe pericial
para el Juez. El deber del psicólogo en ese caso es actuar honesta y abiertamente e iniciar su "peritaje" informándole al individuo de sus intenciones. De
esa manera deja a salvo la libertad del sujeto para decidir qué cosas conversar
con el psicólogo después saber de antemano que cualquiera de ellas podrán
ser reveladas a terceros.
4. COLEMAN, L., The reign of error (psychiatry, authority and law), Boston: Beacon
Press, 1984.
115
]~;;
r1;.'
Privilegio es un concepto legal que se aplica en algunos países y que se
refiere al derecho que tiene todo psicólogo o psiquiatra a que nunca se le sancione si se niega a revelar a la Justicia las confidencias que un paciente le
baya hecho en el transcurso de la relación psicológica. Sería el equivalente
profesional -reconocido por la ley- del "secreto de confesión" que tienen los
sacerdotes· de la Iglesia Católica. También se reconoce este "privilegio" al
abogado defensor de un delincuente cuando.no es interrogado, a su vez, por
el juez, a propósito de lo que sabe, En algur.os ca.50 tamb~én se reconoce el
mismo privilegio a uno de los miembros de la pareja matrimonial, cuando el
otro es el implicado en una acusación.
DUBBELDAY5 se inclina a favor del reconocimiep.to legal del privilegio
terapéutico, por el hecho de que así se garantiza: 1. la protección· de la relación de confianza y verdad entre el profesional y sus clientes. 2. el estímulo a
la apertura por parte del paciente a decirtodo lo que le pasa. En el caso con~
trario, la ausencia de privilegio actuaría dificultando que el paciente buscara
la ayuda .necesaria para su situación emotiva; en particular, si se trata de una
persona acusada de delito.
·
Para que pueda reivindicarse el derecho a ejercer el "Privilegio" del secreto ante requerimiento del juez creo que deberían darse las siguientes condiciones6:
1ª. La comunicación del sujeto al psicoterapeuta debe haberse hecho. con
la convicción de que no sería revelada a terceros.
2ª. La inviolabilidad de esa confidencia es considerada esencial a los
propósitos y a la continuidad· de la relación psicológica; y su ruptura,
un grave perjuicio para el individuo afectado.
3ª. El tipo de relación es de tales características que, en opinión mayoritaria de la sociedad, siempre merece ser celosamente amparada con el
.
privilegio terapéutico.
4ª
El acusado no está poniendo en riesgo la vida de terceros, ni estaD
practicando abuso sexual o maltrato físico o psíquico cuya única f'·
manera de averiguarlo sea la información que dispone el profesionaF.
'
..d
5. DUBBELDAY, C. The psychoterapist-client testimonial privilege: defining the profes-:-¡
__.
sional involved, Emory Law Journal 34:384 (1985) 777-826.
6. Véase WIGMORE, The psychotherapist-patient Privilege: are some Patients more Privi·
leged than others? Pac.L.J. 10 (1979) 801-802.
¡;,,
7. Con esto querernos decir que la Justicia tiene sus propios mecanismos para buscar infor- \
mación y comprobarla. Pero podría darse el caso en que se están cometiendo delitos gra- l
ves contra la integridad física o psíquica de menores, ancianos o discapacitados cuya ,i
116
ÉTICA PARA PSICÓLOGOS
RESPONSABil.lDAD ÉTICA A.NTI¡ !.A LEY
Dadas estas condiciones creo que es moralmente obligatorio abstenerse de
brindar al juez la información requerida que se ha obtenido en la relación
terapéutica. Por su parte, todo Juez debería respetar este derecho amparándo¡ se en todos los recur.so~ que le permita la ley al efecto. Lo c. ontrario sería, de
alguna manera, convertir al psicólogo o psiquiatra en un detective más o un
ayudante del fiscal. El Poder Judicial debe proceder por sus propios caminos
para realizar su función sin romper la especialísima relación entre terapeuta-paciente, que .sólo puede ser comparable a fa que se establece entre el
sacerdote y penitente.
1
3. Diagnóstico de futura peligrosidad
f.
·"".
Una ocasión de particular gravedad por las implicaciones ética.s que trae
consigo es cuando el Juez quiere tener datos psicológicos de la presumible
conducta peligrosa o agresiva de un determinado sujeto, en orden a decidir
qué destino darle. Muchos estudios han cuestionado fuertemente el diagnóstico psiquiátrico y psicológico de peligrosidad. Si -como decíamos más arriba- hay serias dificultades para juzgar sobre la peligrosidad actual de una
persona, mucho más respecto a la futura peligrosidad.
Uno de los estudios mas célebres respecto· a este asunto fue un seguimiento de casos hecho por HUNT y WlLEYª en el que 969 pacientes internados en un hospital psiquiátrico de seguridad (precisamente pór hab.er sido
diagnosticados como pacientes peligrosos) fueron transferidos a hospitales
comunes después de hab.er cumplido su sentencia criminal. Al año de esto,
el 72% no había presentado ningún problema, el 18 % había sido dado de
alta (pasando a la comunidad), 6% había pasado a cuidados de convalescencia y el 2% había muerto. Sólo 7 pacientes (de los 969) dieron problemas
de manejo y resultaron peligrosos en realidad. Muchos años después, 27%
· de estos pacientes estaba viviendo en la sociedad, solo 9 habían sido acusados de crímenes y 3% estaban en hospitales correccionales por considerárseles enfermos criminales. Este caso -llamado Oper<';ción Baxtrom- generó
una serie de preguntas respecto a la capacidad de los psiquiatras y psicólogos para predecir la peligrosidad de los individuos con metodología psicológica, y sobre la conveniencia de que el Juez se basara en el juicio pericial
de ellos como para internar preventivamente a Jos enfermos en hospitales
psiquiátricos, una vez que hubiesen cumplido ·1a totalidad de la condena
judicial. Hace unos años atrás (1987) se reavivó la polé)Tiica en este sentido, al descubrirse con ciertos estudios estadísticos, que la Justicia en el
r única fonna de ponerse de relieve es la del profesional. En ese caso es su obligación rom1."per el secreto y revelar tal situación.
8. HUNT & WlLEY, Operation Baxtrom. After one year, Am. J. Psycbiatry 124 (1968) 974.
117
Estado de Nueva York, tendía a considerar más culpables y reos de muerte, a
.
los negros, que a los blancos9•
Más
de la polémica entre quienes defienden 10 las posibilidades de
los psicólogos y psiquiatras para predecir futuros delincuentes y quienes
niegan 11 esa pericia especial, es evidente que todo diagnóstico profesional
de ese calibre debe ser extremadamente prudente. Sin negar la legitimidad
que tiene la sociedad de protegerse de los sujetos probablemente peligrosos, creemos que este problema de inseguridad en el pronóstico de peligrosidad pone :un punto de interrogación en el papel que los profesionales de
la salud mental puedan jugar cufilldo actúan como peritos en ese sentido.
En cualquier caso, tanto el psicólogo como el psiquiatra tienen que extremar al máximo las medidas de prudencia como para no dejarse influir por
cualquiera de los condicionantes antes aludidos y para no hacer afirmaciones seguras cuando sólo pueden ser probables o hipotéticas. No podemos
profundizar más en el terna pero hemos querido apuntar parte de su complejidad.
alla
1~
A
1
9. Se han hecho estudios que evalúan la importancia que adquieren en la percepción y vale- '·
ración que hacen -tanto el psicólogo como el Juez- respecto al delincuente, ciertos detalles que uno pensaría sin importancia a primera vista. Por ejemplo, se ha visto que el
juicio del psicólogo o del juez es predispuesto según sea la forma como el delincuente
está vestido o peinado (factores ambientales); el color de su piel y su apariencia física:
atractiva o repulsiva (factores raciales); si ha sido inculpado previamente (factores históricos); si el sujeto está excitado o tranquilo (factores situacionales); si es un individuo sim. pático o antipático (factores afectivos); si es rico o pobre (factores socioeconómicos); si es
inteligente o torpe, sagaz o rudo (factores socioculturales).
10. MOHANAN, J. The prediction ofvíolent behavior: toward a second generation oftheory and policy, Am.J.Psy 141:1 (en.1984) 10-15. Mohanan afirma que en este
momento (1984) existe una segunda generación de autores que piensan que "se conoce poco respecto a la seguridad de predicción del comportamiento violento en muchas
circunstancias, pero que consideran qué puede ser posible predecir con suficiente seguridad como para decidir sobre ciertas políticas''. Y cita los siguientes estudios en los
que parece mostrarse que el diagnóstico de peligrosidad es seguro en un tercio de los
casos: STEADMAN,H. Careers of the criminally Insane. Lexicon (Mass):Lexicon
Books, 1974; Ib. Bul.Am.Acad.Psy & Law 5 (1977) 200-209; KOZOZ,H The diagnosis and treatment of dangerousness, Crime and Delinquency .18 (1972) 371-392;
COCOZZA, J. The failure of Psychiatric predíctions of dangerousness: clear and convincing evidence, Rutgers Law Rev.29 (1976) 1074-1101; THORNBERRY,T. The criminally insane: a community follow up of mentally ill offenders. Chicago:
Ox.Univ.Press, 1979; MC NIEL,D.E. y OTROS Predictive validity of judgment of
dangerousness in emergency civil commitment, Am.J.Psy 144:2 (feb 1987) 197-200
11. RUBIN. Predictions of Dangerousness in Mentally ill criminals, Arch.Gen.Psy 27 (1972)
397-398.
118
ÉTICA PARA PSICÓLOGOS
RESPONSAl3lLIDA.D ÉTICA ANTE LA LEY
B. DE PERITO A INCULPADO: LA "MALA PRÁCTICA"
Una tercera ocasión en la que el profesional de la salud mental se podría
ver involucrado con la Justicia es cuando los pacientes demandan judicialmente al profesional acusándolo de haberlos perjudicado a través de la utili( zación de determinados conocimientos o prácticas psicológicas o
. "" . .
l ps1qmatncas.
La "mala práctica" puede definirse como 12 el fallo en el ejercicio de la ido- neidad que puede ser razonablemente esperada en un psicólogo, cuando actúa
poniendo en práctica las pericias propias de su profesión. Se contrapone a la
práctica considerada "normal" entre los colegas de un determinado lugar y
tiempo. Dentro de la "mala prácRca" suele hablarse también de otros tres
1
1
1 conceptos: la imprudencia, imperic~ y negligencia.
lmprudencif!:... ser:fa la osadía desproporcionada en la que incurre un psicólogo al usar métodos o procedimientos que, estando dentro del conjunto de
conocimientos o prácticas de la profesión, requerirían un .entrenamiento específico no recibido por un determinado psicólogo. Tambíen podría ser imprudencia el uso de procedimientos o prácticas complejos, inciertos -o al límite
de su capacidad- y con.resultados dudosos ~
!fegligencia,sería la conducta.J::lel profesional cuando; sabiendo y cono;.. .·
ciendo determinada terapéutica o procedimiento, no pone en.práctica ·con
exactitud esa infonnación y pericia y causa un perjuicio al paciente; tambien,
cuando deja de poner los medios usuales para llevar a cabo aquel patrón de
conducta esperado normalmente de un profesional.
lmperida sería cuando el perjuicio provocado al paciente se produce por
el uso de prácticas o procedimientos que el psicólogo no conoce o no ha sido
capacitado para usarlas.
ElJ!!!!.ilf..i8:!J puede definirse como cualquier consecuencia dañina recibida
por el paciente debido a palabras o acciones hechas por el psicoterapeuta
durante el tratamiento. Muchos discuten si puede existir realmente el concepto de daño ·mental provocado por un psicólogo, dado que no hay acuerdo
sobre cuales son efectivamente los resultados que puede tener una psicoterapia. Por otra parte es difícil comprobar que un determinado problema psicológico haya sido efectivamente provocado por un psicólogo. Y todavía más, el
demandante tendría que demostrar que ese perjuicio ha sido debido a la impericia del psicólogo. Esta dificultad se ve agravada por el hecho de que no
existe una noción consensuada entre los colegas, de qué se entiende por tratamiento "standard". De ahí que sea bastante imposible medir la "razonabilidad" y "adecuación" del tratamiento psicológico aplicado por un
12. SMITH, J., Medical malpractice. Psychiatric care, Colorado: Shepard's/McGraw-Hill,
1986, 5, 98.
13. ASSUMP~AO, E., Malapraxis, Noticias 46 (ag 1990) p.14-15
psicoterapeuta, a un determinado paciente. Más fácil sería, si se tratara de un
tratamiento psiquiátrico, puesto que las terapias orgánicas se aplican con criterios más uniformes y con una aceptación más generalizada entre los profesionales respectivos.
En consecuencia, para que una acusación de mala práctica sea
como causa en contr;:i. de un psicólogo o psiquiatra, el Juez debe comprobar 4
condiciones: 1ª. que el profesional debía al paciente un determinado patrón
de conducta en cuanto a la asistencia; 2ª. que no cumplió ese deber por un !
determinado act? de co~sión o ~e o~sión;. 3ª. que .debido a ese abandono (
del deber, el paciente sufnó un dano ps1col6gico; 4ª. que la· conducta del pro- \
fesional fue la causa próxima del daño.
·p~~~l~.51.ifl~:t-:1~?,:~~?.. an.t~s.. 11?-.encion~~as. las .ac~sa~~<?~~~-~~-P.~~j~~.ici.o :p~r
malapráctica .~();i!rnJos __p.sicól.qgg§ o p~iqµi11t.i:M ,pµ~q~~-.§~:r m_~ _cµy_ers.<J.s.
~-$...dasificarlo.s.enlos.siguientes.rubros .. .:fundamentale~._de. . problemas14:
e:.--.
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13
119
.·
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explotación. Incluye: a. explotación económica o aprovechamiento
de la ascendencia sobre el cliente para lucro del psicólogo; ocultación
inicial. o aumentos injustificados y desproporcionados. de los honora~
rios en el transcurso de una terapia; Puede suponer, .también, acusa-..
ción de "influencias indebidas" llevadas a cabo por los psicólogos
que trabajen con ancianos; acusaciones de miembros de terapias grupales porque consideran que el psicólogo los ha introducido en ellas,
no por su mejor interés, sino por motivos económicos o de conveniencias no terapéuticas; b: Explotación sexual: cuando hay abuso de
autoridad para el aprovechamiento sexual del cliente.
@ ~- Comprende genéricamente todos aquellos casos en
los que el psicoterapeuta, habiendo acordado llevar a cabo un determinado tratamiento, luego no lo puede hacer por insuficiente formación; o lo hace, pero provocando daño en el sujeto a causa de la
impericia, negligeneia o imprudenc'ia.
14. Durante el período 1981-1986 se registraron ante el Colegio de Psi;:ólogos de la delegación de Madrid, 151 demandas o acusaciones contra psicólogos (AVILA ESPADA, A.
Breve análisis de la casuística deontológica planteada en Madrid (período 1981-1986),
Papeles del Psicólogo 1988). Los 150 casos estaban comprendidos en las siguientes temáticas: intrusismo: 40; uso irregular de técnicas de evaluación e intervención: 20; quejas
contra informes periciales: 16; pedidos de defensa de psicólogos: 16; irregularidades en la
formación: 12; abusos: 10; falsedad de informes escritos: 7; publicidad engañosa: 7; perjuicio a la imagen de la profesión: 6. Téngase en cuenta, sin embargo, que esta casuística
corresponde a las demandas que se han planteado ante el Colegio, no ante la Justicia española. Para el ambiente anglosajón véase Benjamín Schutz (1982), citado por M. LAKIN
Ethical issues in the psychotherapies, Oxford 1988. Oxford Bniv.Press,137; también
KEITH-SPIEGEL Ethics in .... o.e ..
120
RESPONSABILIDAD ÉTICA ANTE LA LEY
a. ?.2I_#.t!1P..~r.ic.f,_a.: a.1) a causa de que un tratamiento, normalmente
eficaz, ha resultado inefectivo y se atribuye a su mala aplicación.
a.2) por el mal uso -con eventuales complicaciones emocionales- de determinadas técnicas más o menos sofisticadas como el
biofeedback, las comportamentales, racionales-emotivas (tipo
Ellis), técnicas de grupos o familiares, . a.3) a causa de los procedimientos perjudiciales seguidos en la atención de niños o personas psíquicamente incompetentes. a.4. Por uso irregular de
técnicas psicológicas de evaluación e intervención o uso de tests
por personas que no son psicólogos pero que están avalados por
psicólogos; a.5; explotación de alumnos en formhción para que se
desempeñen como psicólo#os atendiendo pacientes.
b. Por neEJ_!iEf!JY._C,fq: b.1) Puede darse este caso cuando un psicólogo
ñüreñllte un enfermo seriamente deprimido a un psiquiatra y el ·.·
enfermo se suicida; b.2) por negligente uso de las psicoterapias de
clínica individual y grupal. En ese sentido se dará una creciente
importancia al hecho de -que el paciente haya sido válidamente
informado por el psicólogo antes de empezar una terapia y haya
dado explícitamente su consentimiento. b.3) a causa de no haber
recomendado el empleo de determinados tratamientos de corta
duración; o por no haber derivado a un psicólogo que los supiera .
hacer en caso de que dichos tratamientos hubiesen sido suficientes
para la problemática concreta del consultante.
c. [email protected];j!.!:_ temeraria c. l. no haber derivado a los pacientes depresivos al psiquiatra y haberlos tratado sólo con psicote~
rapias verbales. c.2) abuso del castigo con metodología
comportamental.
_,....._\
(ID; Mentira, falsedad o engaño:
. \~'
------~~-.....ª· Ausencia d_r¿_jf![O..rmación para el cons~!1:!J....1'!1Jr¿_nto válido. a.J) engaño por utilizar a la"persoriaparáüñ experimento sin su consentimiento; a.2) falta de consentimiento previo para registros escritos
y grabaciones a.3) uso de tests (en ambientes laborales o escola-
res) que violan el derecho a la autonomía y a la decisión informada previa, sin coacciones ni intromisiones a la intimidad.
b. fpi.jl'J.formes escritos. b.l) Problemas respecto a los informes no
periciales a los que se considera falsos, engañosos o inductores a
engaño debidos a su esquematismo, vaguedad o ambigüedad. b.2)
Quejas contra informes.periciales en casos de atribución de guarda
y custodia de niños o incompetentes; dudas acerca de la legitimi~
dad y contrastación científica de los procedimientos utilizados en
esos informes.
121
ÉTICA PARA PSICÓLOGOS
c. ev.Ebli..c;.i4.qd.f~]Jgg.figrn;. anuncios que generan falsas espectativas, expresión de titulación indebida, promesas sobre éxito de tratamientos, inclusión de honorarios falsos.
d. Por formación
o capacitación ins.ufic;.i_erite.
Comprende las false............ - ..
.
dades en la formación de psicólogos tales como irregularidades en
los formadores o en los programas de formación respaldados por
psicólogos (profesores no titulados, oferta indebida de títulos, formación engañosa) entrenamiento. para el falseamiento de tests o
información al público de las respuestas correctas.
d) Falseamiento de_!f:atos cig].Jj/j.fps, especialmente en los trabajos de
íñvestígacíón; plagio de trabajos hechos por otros·investigaaores.
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~-~···-·----,...__,·-~-.,··--·~-····~·-
é!..) J!.up_ft.t!.ª del secreto_.f!_q_pl'}f}l:_e!l:.t;,~q]itjp.d. Por alteraciones de la reserva
·debida y secreto profesional; irregularidades en la custodia de documentos psicológicos; violación de la intimidad por la presencia de terceros (alumnos); uso de técnicas de evaluación que invaden la
intimidad.
_, ...........
CfJ.)[email protected]. Co:mprende aquellos casos en que el psicólogo deja de
atender a la persona haciendo que ésta se sienta rechazada o abandonada en un momento de vulnerabilidad y de riesgo personal. Puede
darse en la terapia familiar cuando algunos miembros de la familia
sienten que el psicólogo no les da la atención que estiman debida e,
insatisfechos con los resultados obtenidos, se consideran lesionados y
acusan al psicólogo de no haberles advertido previamente.
61:·
J)lscriminación y estÍ8f!LªtiZ:q~~q!J:.. Son acusaciones que suelen prove. nir de grupos sociales minoritarios (homosexuales,
reliextr~jeros,
giosos, etc.) que se sienten afectados por los informes '.prejuiciosos o
por las conductas discrim.inatorias de psicólogos o psiquiatras .
,_\rn. };.2!!JJ2.QJ:1.alnt.a_d...e.s...honesto entre CQf?_gas:
a) Por intrusismo de los
'-..... ·psicólogos en campos de otras profesiones; b) Daño a la imagen
pública de la Psicología o apropiación indebida -por terceros- de los
símbolos del Colegio; c) cobro incorrecto de honorarios por debajo de
los mínimos; d) Impedimentos a la independencia profesional; e)
indignidad en el ejercicios profesional: carencia de contratación laboral· o de servicios adecuados, remuneración injusta, despidos, defensa
de sus competencias como psicólogos, arbitraje de intereses entre los
psicólogos, actuaciones irregulares de psicólogos en tribunales de
oposición y comisiones de selección; f) "traspaso" y capatación indebida de clíentes; ejercicio de monopolio; g)reproducción ilegal de
pruebas psicológic~s, uso de equipos no homologados por la profesión. h) falta de respeto a las escuelas psicológicas que gozan de ere-
122
RESPONSABil..IDAD ÉTICA ANl1l LA LEY
dibilidad científica y profesional; i) etiquetamiento discriminatorio de
colegas.
Í
Todas estas causalidades de demandas judiciales son una muestra de la
j creciente conciencia que hay en la sociedad de los abusos perpetrados por
\ ciertos profesionales inescrupulosos o mal intencionados y de los derechos
,/ que, tanto clientes como pacientes, saben que les corresponde.
L
Al profesional de la psicología o de la psiquiatría le compete prevenir la
l mala práctica, a través de una formación y entrenamiento permanente y del
uso de medidas que reduzcan o eliminen los malentendidos, falsas expectati. vas o manipulaciones. Pero si se llegara a perjudicar a, algún paciente, la
11única salida éticamente honesta que le corresponde al psicólogo implicado es
i\ Ia defensa de su dignidad como persona y como profesional, si es acusado
Hinjustamente; o la virtud de la verltcidad, si efecti~amente ~a cometido un
Í) error. No se degrada como persona o como profesional, qmen reconoce su .
Y error, sino quien oculta la mentira y se ampara en el engaño. Las implicacioÍ nes económicas que pueda tener el reconocimiento del error, forma parte del
j riesgo de un ejercicio profesional llevado con honestidad.
·
Corresponde afirmar un criterio ético básico ante una acusación de mala
práctica: que el psicólogo se debe a la verdad. Reconocer verazmente que ha
existido una negligepcia,. una imprudencia o una impericia es un deber fundamental del psicólogo. Este debe ser honesto y sincero en el reconocimiento
de su responsabilidad. Pero deberse a la verdad, ser honesto y sincero con
uno mismo y con los demás, no está en contradicción con una defensa justa
de sí mismo 15 • Sin embargo no hay que confundir una defensa justa con una
defensa malintencionada qué busca, c9mo primer objetivo, el disimular las
propias responsabilidades; ya sea por motivos económicos u otros no menos
prosaicos.
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15. Jesucristo, -que habló de poner la otra mejilla como metáfora de un amor radical, capaz de
ir más allá de la violencia y destruir su "círculo vicioso'.' por medio del perdón-, momentos antes de su pasión cuando un soldado le dio una fuerte bofetada en la mejilla contestó:
"si.he hablado mal, demuéstralo en qué, pero si he hablado bien ¿por qué me pegas?" (Jn
f .18,23). Para Jesucristo el vencer a la violencia por medio del amor no tiene nada que ver
con aceptar la injusticia o la mentira. Una respuesta parecida tuvo San Pablo, -uno de los
apóstoles principales de Jesús- cuando el Consejo supremo de Israel (Sanedrín) lo llevó a
juicio. Estando ante el Consejo, su Presidente mand6 que uno de Jos asistentes le pegara
en la boca. Pablo reaccionó diciendo: "¡A ti te va a golpear el mismo Dios, pared blanqueada! Estás ahí sentado para juzgarme conforme a lo que manda Ja ley ¿pero la violas mandando que me peguen?" (Hch 23,3). Este discípulo de Jesús -que reiteradamente había
hablado de que por encima del amor no hay nada más importante, ni siquiera la fe o la
esperanza (1 Cor 13)- se negó aceptar que lo juzgara el tribunal local y usó su derecho a
apelar al Emperador para que se hiciera justicia y no se lo acusara con mentiras.
L
ÉTICA PARA PSICÓLOGOS
123
Casos y textos para la discusión
Dependencia irresponsable
ID ha estado en psicoterapia con MC durante años, e iba una vez por semana. Ella ha afrontado ya los asuntos que primero la trajeron al trátamiento pero ha evolucionado a una progresiva
dependencia con MC en las sesiones. Aunque no ha habido real cambio en el estado emocional
de ID durante los últimos 4 años (a no ser la progresiva ligazón afectiva con ID) MC no ha
hecho ningún esfuerzo para terminar el tratamiento. Su filosofía es: "Mientras piense que me
necesita., vendrá a verme" (Citado por Keith- Spiegel, 246).
Autonomía para decidir el proceso terapéutico
EA ha estado en tratamiento con DD de forma intermitente durante un período de 3 años. Ha
tenido conflictos neuróticos de larga data contra los cuales ha luchado ambivalentemente. EA
empezó a cuestionar durante las sesiones con DD si la terapia le estaba ayudando en algo. EA
recqnocía que quería trabajar en los asuntos personales, pero tenía sentimientos mezclados
acerca de ellos. Sugirió, pues, que quizá otro psicólogo que no fuera DD podía ayudarlo más.
DD interpretó estos comentarios como un medio para evitar asuntos ímportantes del tratamiento, pero sugirió que a AE le podía venir bien obtener una segunda opinión. Le procuró a AE
diferentes nombres de profesionales bien entrenados. AE seleccionó uno de ellos y lo fue a ver
durante 2 sesiones, luego de las cuales, tanto el cliente como el consultado decidieron que
debía continuar tratando de enfrentar la dificultad de .los conflictos con DD, a quien conocía
bien y a quien consideraba que era la persona capaz de enfocar mejor el problema que cualquier otro terapeuta nuevo. (Ib., 130)
Confidencialidad e intereses económicos
~.
BB de 23 años de edad sufrió un accidente en automóvil, experimentando pérdida de memoria y
otros varios problemas neurológicos. Su condición mejoró gradualmente, a pesar de que empezó
a tener síntomas de depresión y ansiedad al preocuparse si se iba a recobrar completamente.
Tuvo una entrevista inicial con MM porque quería un diagnóstico de su estado emocional e intelectual. Luego continuó la psicoterapia con él para tratar su .ansiedad y depresión. IvIB informó a '
MM que ella había tenido psicoterapia a .la edad de 18-20. años para tratarse por los mismos
asuntos que la preocupaban en ese momento y que estaban en relación a problemas familiares.
Diez meses después del accidente, BB. todavía estaba siendo tratada por MM y había hecho un
notorio progreso. Dado que un abogado estaba haciendo la defensa del conductor del otro coche, r
el abogado de BB quiere llamar a MM como testigo experto en el juicio que se iba a entablar,
con el fin de documentar el dolor emocional que sufría BB y, de esa manera, obtener una recom- /
pensa económica mayor por los perjuicios que aquel le había causado.(Keith-Spiegel, 61)
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Diagnóstico' de peligrosidad en juicios legales
HI es un psicólogo a quien un abogado solicitó que hiciera el diagnóstico -previo al Juicio
legal- a un cliente suyo que había sido acusado de asalto y agresión a otra persona. HI le administró el WAIS-R, el Test de Apercepción Temática, el Rorschach, el Mines ota y el
Persona-árbol--<:asa (dibujo). Cuando se situó en el banco de los testigos se le preguntó a HI
sobre la propensidad del defendido a cometer actos de violencia contra otros y acerca de su
responsabilidad penal en el momento en que había cometido el delito. A pesar de que HI no
tenía información respecto a la historia del defendido (a no ser sus actos violentos) y no estaba
familiarizado con el concepto.de responsabilidad criminal, testificó que el defendido era esquizofrénico y por eso, claramente peligroso e irresponsable (Id. 341)
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124
RESPONSABILIDAD ÉTICA ANTE LA LEY
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Consecuencia legal del juicio sobre custodia
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CC es un psicólogo que ha estado tratando a una mujer con muchos problemas de ajuste
psicológico y en trámite de divorcio. Después ~ue trabajó con ella durante 6 meses, el abogado
de ésta le preguntó si estaba dispuesto a testificar a favor de ella y en apoyo a que continuara la
custodia de su hijo de 7 años, como parte de los procedimientos legales del divorcio. ce estuvo de acuerdo y testificó ante el juez muchos datos respecto del buen ajuste psico-afectivo de
la mujer y del hijo. Algunos consideraron que no estaba entrenado en el trabajo con niños, que
nunca había entrevistado al niño y que había sido, en general, negligente al dar su opinión. A
pesar que el niño estaba en tratamiento con otro psicólogo, CC no buscó información de este
colega o del padre de!"niño. CC conocía poco acerca de la custodia de niños y aún respecto al
diagnóstico clínico de niños. (Id. p. 225)
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Testimonio e intereses contractuales.
Un terapeuta familiar estaba dando testim<fuio ante el juez contradiciendo el de otro terapeuta
conyugal y familiar, con respecto a la custoc!Ja de un niño que un padre reclamaba en contra de
su ex-pareja. El terapeuta familiar contratado por el padre estaba desconcertado y preocupado
en relación a las implicaciones éticas del testimonio del terapeuta contratado por la madre. La
preocupación se originaba por el hecho de que el terapeuta de la· madre había visto sólo al
niño, se había comunicado con la madre muy brevemente antes y después de las sesiones tenidas con el niño, y nunca se había encontrado con el padre, a pesar de que el testimonio era en
relación al funcionamiento de la totalidad de Ja familia. En contraste, el terapeuta contratado
por el padre había visto a la totalidad de la familia durante varios meses de terapia familiar
(Citado por Huber y Baruth 1987, 72)
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Muertos por terapia aplicada
Los métodos utilizados durante 16 años por tres psiquiatras australianos para curar enfermedades mentales causaron la muerte de 24 personas, según se desprende de una investigación que
ha durado 18 meses. Tres psiquiatras serán acusados formalmente de conducta profesional
negligente e incorrecta por la aplicación de su terapia, que también se sospecha fue la causa de
otros tantos suicidios entre más de mil personas sometidos a ella. La terapia consistía en provocar un sueño profundo que4"1acía quedar a los pacientes en estado semicomatoso mediante la
utilización de grandes cantidades de barbitúricos". (Publicado por el Diario El País de Montevideó 21 marzo 1991, 4)
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Códigos de Ética Profesional
Psicólogo-as de España
Art 25 " ...En cualquier caso, se evitará la manipulación de las personas y se tenderá hacia el
logro de su desarrollo y autonomía".
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