Dictamen 65-2012 - Gobierno de Aragón

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Consejo Consultivo de Aragón
DICTAMEN Nº 65 / 2012
Materia sometida a dictamen: Reclamación en materia de responsabilidad patrimonial de
la Administración derivada de la asistencia sanitaria prestada en el Hospital Clínico
Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
ANTECEDENTES
Primero.- Por escrito de fecha 29 de febrero de 2012 (con registro de entrada en el
Consejo Consultivo de Aragón del día 6 de marzo de 2012), el Consejero de Sanidad,
Bienestar y Social del Gobierno aragonés solicita Dictamen en relación a un procedimiento
de responsabilidad patrimonial y su propuesta de Resolución de fecha 27 de febrero de
2012, formulada por el instructor del procedimiento 50/079/10, abierto a instancia de “X”.
Segundo.- El expediente recibido está ordenado y foliado constando de 137 folios
numerados correlativamente y una propuesta de resolución. Se inicia por un escrito, con
registro de entrada de 30 de julio de 2010, que suscriben la persona mencionada en el
primero de los antecedentes y en el que señala el despacho de un abogado de Zaragoza a
efectos de notificaciones. En dicho documento se indica lo siguiente:
a)
Que el día 28 de noviembre de 2008, “X” acudió a su médico de cabecera y
éste solicitó que se le realizarse una revisión rutinaria por el servicio de
oftalmología dado que el paciente padece Diabetes Mellitus Tipo II desde el año
2003.
b)
Que el día 5 de febrero de 2010 (se trata del 2009, es un error del escrito) acude
a la visita y se detecta que padece una “retinopatía diabética proliferativa
bilateral AO con facturas alto riesgo OD”. Se le remite urgentemente al Hospital
Clínico Universitario “Lozano Blesa” para valoración de tratamiento con láser.
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c)
Que con fecha 10 de marzo de 2009 se le da una primera sesión de láser en los
dos ojos citándosele para una nueva sesión el 25 de febrero de 2009.
d)
Que el día 15 de junio de 2009, sobre las seis de la mañana, “X” se levantó de la
cama dándose cuenta que no veía por su ojo izquierdo. Se dirigió acompañado
de su esposa al servicio de urgencias del Hospital Clínico Universitario “Lozano
Blesa” donde se le diagnosticó de “hemorragia prerretiniana” recetándole unas
pastillas y aconsejándosele que bebiera abundante agua. En esa fecha se le dio
de baja para el trabajo.
e)
Que con fecha 28 de julio acudió al servicio de urgencias del citado Hospital por
una colecistitis aguda litiásica quedando ingresado en la planta de digestivo y
comunicando su situación de cita para el día siguiente.
f)
Que aun cuando tenía cita para el 29 de julio, no fue hasta el día 6 de agosto
que se le bajó a la consulta de Oftalmología limitándose el médico que le atendió
a graduarle la vista dándole una nueva cita para el 9 de septiembre. En el
ínterin, el 10 de agosto se le dio el alta hospitalaria.
g)
Que con fecha 20 de agosto de 2009 solicitó cita en un oftalmólogo privado
disconforme con el tratamiento que estaba recibiendo. Éste le dio dos sesiones
de láser, una el 7 de septiembre (obsérvese que solo dos días antes de la que
tenía programada en el Hospital público) y otra el 28 de septiembre.
h)
Que con fecha 9 de noviembre le dan cita en el Hospital Royo Villanova para
llevar el seguimiento de su vista y le hacen un preoperatorio para intervenir el ojo
izquierdo. Asimismo comienzan a darle láser en el ojo derecho para mantenerlo
estabilizado.
i)
Que con fecha 15 de diciembre de 2009 se le opera del ojo izquierdo en el
Hospital Royo Villanova para colocarle un implante de silicona. Vuelve a ser
intervenido el 16 de marzo de 2010 en el ojo izquierdo y en dicho Hospital ha
tenido lugar el seguimiento de esas operaciones.
j)
Que con fecha 20 de julio de 2010 le ha sido notificada Resolución de la
Dirección Provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social, por la que una
vez agotados los 12 meses del período de incapacidad temporal, se ha resuelto
concederle una incapacidad permanente total para su profesión habitual de
cristalero. Dicha incapacidad viene motivada por la retinopatía que sufre y que
debido a la negligencia en la atención (reprocha defectos de diagnóstico,
tardanza en el tratamiento, en otras partes de su escrito) prestada por el Servicio
de Oftalmología del Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” le ha supuesto
unos daños irreversibles en el ojo izquierdo y en el derecho. Se produjeron
retrasos de tiempo injustificados al aplicar el tratamiento y no se valoró
adecuadamente la gravedad de la patología, lo que le ha causado perjuicios
irreversibles que han tenido repercusión en el ámbito laboral, al no poder
dedicarse a su profesión habitual de cristalero.
Se cuantifica la indemnización en la cantidad de 180.000 euros, cantidad que se cifra
atendiendo a la gravedad de los hechos, la patología sufrida por el paciente, las secuelas
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resultantes en relación con su ocupación y el sufrimiento ocasionado a los familiares y al
propio paciente.
Se solicita la práctica de diversas pruebas y se acompaña el escrito con
documentación.
Tercero.- A este escrito de reclamación responde la Secretaria General Técnica del
entonces denominado Departamento de Salud y Consumo, por oficio de 23 de agosto de
2010, informándole de la admisión a trámite de su reclamación y comunicándole también
distintas cuestiones sobre la tramitación del procedimiento iniciado. Consta en el expediente
que por escritos de la misma fecha se da traslado de la reclamación a la compañía Zurich
España S.A. y a la correduría de seguros AON GIL Y CARVAJAL.
Cuarto.- Consta en el expediente remitido la historia clínica relativa a la enfermedad
del reclamante así como documentación propia del procedimiento de responsabilidad
administrativa que se ha practicado.
Singular importancia tiene en la práctica del procedimiento el informe del médico
inspector, en este caso suscrito por …, que se emite con fecha 25 de febrero de 2011. En el
mismo y atendiendo a la historia clínica y a distintos informes presentes en el expediente
administrativo se indican hechos y circunstancias como las siguientes:
a)
Se trata de un paciente que tiene una diabetes mellitus no
insulinodependiente, de unos quince años de evolución mal controlada, en
tratamiento con antidiabéticos orales. Igualmente tiene cardiopatía
isquémica (portador de dos stents coronarios desde octubre de 2008), en
tratamiento con antiagregantes plaquetarios, nitritos, bloqueantes de los
canales del calcio y betabloqueantes; síndrome coronario agudo con
elevación del segmento ST; hipertensión arterial en tratamiento con
antagonistas de la angiotensina II y diuréticos, intervenido quirúrgicamente
de pólipos nasales; hipercolesterolemia, en tratamiento farmacológico con
hipolipemiantes; insuficiencia renal aguda prerrenal.
b)
En el análisis de los hechos indica que no se ha constatado la existencia
de mala praxis, datos que permitan emitir un juicio de negligencia en el
proceso asistencial ni actuaciones contrarias al modo de proceder ante
circunstancias similares durante el período en que es atendido por el
Servicio Aragonés de Salud.
c)
En el juicio crítico y después de describir en qué consiste la enfermedad
que tiene el paciente, retinopatía diabética, sus causas y efectos desde el
punto de vista de causación de la ceguera, manifiesta que “la evolución de
esta complicación de la diabetes mellitus es insidiosa, lenta, progresiva y
silente y en la mayoría de los pacientes diabéticos cursa de forma
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asintomática manifestándose cuando está bastante avanzado o aparece
alguna complicación”.
-Tras ello se dice que con buen sentido fue remitido para una revisión
oftalmológica ordinaria por pertenecer a un grupo de riesgo importante de
presentar alteraciones oculares causantes de menoscabo de su visión. En
esa revisión se comprobó que ya existía daño ocular causado por su
diabetes (siendo mayor la afección del ojo derecho que la del izquierdo) y
acertadamente se remitió a consulta especializada de retinología, sita en
el Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” para valoración y
tratamiento adecuado.
-En esta revisión se pautó el tratamiento que debía tener dados los daños
que presentaba. Consta en el expediente, dice el instructor,
consentimiento informado para fotocoagulación retiniana con láser donde
queda reflejado en qué consiste el procedimiento, para qué se utiliza, los
riesgos de dicho procedimiento y las posibles complicaciones.
-Se indica, entonces, que el tratamiento prescrito no es curativo de la
retinopatía diabética sino que previene la pérdida de visión por la aparición
de las complicaciones propias de la retinopatía diabética. Siempre existe el
riesgo de sufrir hemorragias vítreas, desprendimiento de retina, glaucoma
neovascular…a pesar de efectuar fotocoagulación, por ese motivo se
recomiendan revisiones periódicos e incluso, si se considera preciso,
realizar nuevas fotocoagulaciones.
-En el caso concreto apareció una de esas complicaciones, la hemorragia
vítrea. La praxis recomendada en este caso es mantener una actitud
expectante durante un tiempo (entre tres y seis meses) sobre todo si no se
logra ver la retina, como sucedió en este caso. El tratamiento respondió a
este principio general.
-Manifiesta el inspector que son falsas determinadas afirmaciones del
escrito de reclamación como que el médico se limitó a graduarle la vista;
cuando lo que en realidad sucedió como se desprende de la
documentación clínica, es que el oftalmólogo valoró y exploró cámara
anterior del ojo, midió la presión intraocular mediante tonometría y
examinó el fondo de ojo constatando la persistencia de la hemorragia
vítrea del ojo izquierdo indicando efectuar revisión al objeto de realizar
panfotocoagulación del ojo derecho.
-De importancia es la afirmación que se contiene en estas palabras: “pese
a todo el resultado no fue satisfactorio sin que pueda inferirse que una
actuación más precoz hubiera podido modificar el pronóstico visual del
recurrente. Es la propia enfermedad de base, la diabetes mellitus, la que
condiciona el daño ocular y que los tratamientos aceptados, a la luz de los
conocimientos actuales, tienen como objetivo evitar las complicaciones de
la retinopatía diabética con mayor o menor fortuna.”
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d)
También niega el informe del médico que la resolución del Instituto
Nacional de la Seguridad Social haya sido causada exclusivamente por los
daños irreversibles en el ojo izquierdo y la lesión del derecho, sino que la
misma debe ser relacionada con el conjunto de deficiencias y patologías
que presenta el paciente valorándose un menoscabo global e integral de
la persona. “El menoscabo ocular ha sido tenido en cuenta en la
valoración de la capacidad laboral del recurrente, pero la existencia de
cardiopatía isquémica con implantación de dos stents y la sintomatología
coronaria acaecida en agosto de 2009, junto con la aparición de
insuficiencia renal aguda y diabetes mellitus de larga evolución son
condiciones que aportan mayor valor de menoscabo, en conjunto, que la
patología ocular”.
Y a continuación, transcribimos lo esencial del punto 8º del informe relativo a las
conclusiones:
“…la pérdida de agudeza visual es consecuencia del proceso patológico que
D…presentaba. La diabetes mellitus originó una afección oftalmológica, conocida
como retinopatía diabética, que cursó con complicaciones en el ojo izquierdo
(hemorragia vítrea y glaucoma neovascular) y que desembocaron en una importante
pérdida de agudeza visual de dicho ojo izquierdo.
Esta pérdida funcional es consecuencia de la evolución previsible de la retinopatía
diabética. Como medida terapéutica aplicable al objeto de prevenir la ceguera se
debe efectuar fotocoagulación, lo cual se llevó a efecto con anterioridad a la
aparición de complicaciones y en un plazo de 35 días desde que fue visto por
primera vez por un oftalmólogo.
La fotocoagulación con láser es una medida necesaria en estos casos pero no se
puede garantizar su efectividad en todos los pacientes. En este caso fue efectiva
sobre el ojo derecho (que es el que en principio ofrecía mayor riesgo de ceguera),
pero, lamentablemente no fue suficiente en el ojo izquierdo. El tratamiento fue
efectuado en ambos ojos.
Aparecida la hemorragia vítrea la conducta aplicada fue la que comúnmente viene
siendo aceptada por la Lex Artis, es decir, una conducta expectante en principio para
posteriormente efectuar, si no se resuelve espontáneamente en un plazo
comprendido entre tres y seis meses, una vitrectomía y/o ampliar el tratamiento
fotocoagulador preferentemente con láser de kriptón. La aplicación de tratamiento
fotocoagulador no es recomendable si no s observa la retina.
Sin embargo, dos días antes de efectuar tratamiento por el servicio aragonés de
salud “X” decide, voluntariamente, ser tratado en un centro privado. Posteriormente
recurre al servicio público aragonés al objeto de ser intervenido quirúrgicamente, en
un centro hospitalario distinto, donde, casualmente, trabajan los mismos facultativos
que le atendieron en el centro privado.
No existe evidencia, en la literatura médica, que la aplicación más precoz de
fotocoagulación y/o vitrectomía en los casos de hemorragia vítrea que no se han
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demorado más allá de seis meses, tengan un mejor pronóstico sobre la agudeza
visual”.
Por todo eso se informa de manera negativa la reclamación de responsabilidad
administrativa.
Quinto.- Consta también en el expediente remitido el dictamen de la asesoría médica
de la aseguradora de la Administración, que se emite con fecha 5 de abril de 2011. Sus
conclusiones son las siguientes:
“1. El paciente presentaba una diabetes mellitus de larga evolución que originó
una RD (retinopatía diabética).
2. La finalidad del tratamiento de la retinopatía es intentar evitar las
complicaciones derivadas de la retinopatía causantes de pérdida de visión.
Desgraciadamente, a pesar de que el tratamiento sea adecuado no siempre se puede
conseguir. En este paciente el tratamiento resultó efectivo en el OD y no así en el OI.
3. A pesar del tratamiento, en este paciente se produjeron en el O
complicaciones derivadas de la evolución de la retinopatía (una hemorragia
prerretiniana y vítra, fibrosis retiniana y un glaucoma neovascular).
4. El tratamiento y seguimiento de la RD que le realizaron en el H. Lozano Blesa
se considera adecuado a las circunstancias.
5. El retraso en la atención del paciente que se produjo en agosto de 2009 está
completamente justificado. El paciente presentó un proceso sistémico de gravedad
que hizo que la situación ocular pasara a un segundo plano.
6. Por iniciativa propia el paciente acudió a un centro privado para que le dieran
láser. Desde el punto de vista médico, no está justificad, pues, la primera sesión de
láser tan solo se la dieron dos días antes de lo programado en el H. Lozano Blesa y no
hay motivo médico que justifique el no haber esperado estos dos días para ser tratado
en la Sanidad Pública.
7. El paciente decidió continuar el seguimiento y tratamiento de la retinopatía en
el H. Royo Villanova en donde continuaron el tratamiento con láser y le operaron dos
veces.
8. Tras el análisis de la documentación no encontramos datos que permitan
hablar de negligencia en la actuación llevada a cabo en el H. Lozano Blesa ni de
actuaciones contrarias al proceder habitual en similares circunstancias.
9. La pérdida de visión que tiene el paciente en el OI es consecuencia de las
complicaciones derivadas de la mala evolución de su retinopatía, secundaria a su
diabetes de larga evolución y favorecida los múltiples factores de riesgo que tenía (mal
control metabólico, cardiopatía isquémica, hipertensión arterial, hiperlipidemias,
insuficiencia renal, tratamiento antiagregante”.
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Sexto.- Se ofrece al reclamante el trámite de audiencia a los interesados por escrito
de 8 de julio de 2011. El reclamante comparece en dicho trámite presentando alegaciones
con fecha 26 de julio de 2011 insistiendo en sus argumentos de negligencia por mal
diagnóstico y retraso en la aplicación de tratamientos.
Séptimo.- La propuesta de resolución que acompaña al expediente remitido por el
Consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia, está suscrita por el Secretario General
Técnico del Departamento y lleva fecha de 27 de febrero de 2011. En la misma se rechaza
la reclamación presentada por falta de causalidad entre la actuación de la Administración y
el resultado dañoso.
CONSIDERACIONES JURIDICAS
I
El dictamen solicitado entra dentro de las competencias del Consejo Consultivo de
Aragón tal y como se regula en el art. 15.10 de la Ley 1/2009, de 30 de marzo, del Consejo
Consultivo de Aragón, que dispone la necesidad de consulta preceptiva al Consejo en el
supuesto de “reclamaciones administrativas de indemnización de daños y perjuicios de
cuantía superior a 6.000 euros”. Dado que la cantidad reclamada es de 180.000 euros el
Dictamen debe considerarse como preceptivo
En función de lo preceptuado en los arts. 19 y 20 de la misma Ley 1/2009, resulta
competente la Comisión para la emisión del dictamen.
II
El Consejo Consultivo de Aragón ha de pronunciarse acerca de si, a la vista del
procedimiento tramitado por el órgano competente de la Administración Autonómica,
procede o no estimar la reclamación de indemnización económica presentada en relación
con los daños sufridos por una persona atendida en centros sanitarios dependientes de la
Administración de la Comunidad Autónoma de Aragón.
Sabemos, en general, que los requisitos para que sea declarada la responsabilidad
patrimonial de la Administración, según reiterada y pacífica formulación doctrinal y
jurisprudencial, pueden resumirse del siguiente modo: 1º) la efectiva realización del daño o
perjuicio evaluable económicamente e individualizado en relación con una persona o grupo
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de personas; 2º) que el daño o lesión sufrido por el reclamante sea consecuencia del
funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos en una relación directa de causa
a efecto sin intervención extraña que pueda influir en el nexo causal; 3º) que el daño o
perjuicio no se hubiera producido por fuerza mayor; y 4º) que no haya prescrito el derecho
a reclamar (cuyo plazo se fija legalmente en un año, computado desde la producción del
hecho o acto que motive la indemnización o desde la manifestación de su efecto lesivo).
III
Lo que se ha hecho en el final de la anterior consideración jurídica es un recuerdo a
los principios de la responsabilidad administrativa que, con origen en el art. 106 de la
Constitución y desarrollo posterior en los arts. 139 y ss. de la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común, serían los que, en su caso, deberíamos apreciar aquí a los efectos
de concluir en la existencia, o no, de responsabilidad de la Administración.
En torno a ello debemos indicar que la reclamación fue realizada en plazo, pues se
presentó el 30 de julio de 2010 y el reconocimiento de la incapacidad permanente total (que
el reclamante anuda a la constatación de la producción de daños) se le notificó con fecha 20
de julio de 2010.
Además, el procedimiento se ha tramitado de forma correcta, llevándose a cabo las
actuaciones ordenadas por la normativa aplicable y ofreciéndose el trámite de audiencia a
los interesados que el reclamante ha utilizado.
IV
En cuanto al fondo del asunto y siguiendo nuestra doctrina consolidada y la
jurisprudencia sobre la materia a la que también nos hemos referido repetidamente, no cabe
duda de que en el ámbito de la sanidad la producción de responsabilidad administrativa no
siempre está ligada a un fracaso en la actuación de los medios personales y materiales de
la Administración, dado que en la sanidad asistencial el éxito no puede garantizarse nunca,
sino que la responsabilidad se vincula a una utilización conforme a los principios de la buena
práctica médica (lex artis ad hoc) de dichos medios personales y materiales.
A esos efectos conviene recordar, en primer lugar, que el Consejo de Estado
(Dictámenes 166 y 692/1999, de 11 y 25 de marzo, entre otros) y la Comisión Jurídica
Asesora, antecesora de este Consejo Consultivo de Aragón (Dictamen 132/2003, de 23 de
septiembre, Dictamen 178/2003, de 2 de diciembre, entre otros), y más tarde este Consejo
Consultivo a través de múltiples dictámenes, vienen sustentando de forma reiterada y con
palabras semejantes a las que reproducimos a continuación que: “para apreciar la
existencia de responsabilidad patrimonial es preciso acudir a parámetros como la “lex artis”,
de modo que tan sólo en caso de una infracción de esta ley cabrá imputar a la
Administración de la cual dependen los servicios sanitarios la responsabilidad por los
perjuicios causados. En el caso de que no se infrinja la “lex artis”, ha de concluirse que tales
perjuicios no son imputables a la Administración y han de ser soportados por el particular sin
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que generen, en modo alguno, el derecho apercibir una indemnización”. Al mismo tiempo el
Tribunal Supremo tiene declarado que según el artículo 141.1 de la LPAC sólo serán
indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de daños que éste no
tenga el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley, pues lo contrario convertiría a las
Administraciones Públicas en aseguradoras universales de todos los riesgos sociales, lo
que no resulta acorde con el significado de la responsabilidad extracontractual aunque sea
objetiva o por el resultado (Vid. Sentencia del T.S. de 10 de febrero de 2001).
En el caso concreto que ha sucedido y sobre el que se dictamina, está perfectamente
acreditado en distintos documentos presentes el expediente remitido y frente a las razones
esgrimidas por el reclamante, que hubo un tratamiento correcto por parte de los distintos
centros dependientes de la Administración sanitaria de la Comunidad Autónoma en relación
a las vicisitudes por las que fue pasando el paciente.
Así está acreditado:
a)
Que el inicio del tratamiento reside en una actuación llevada “de oficio” (a
propia iniciativa) de los servicios médicos de la Administración de la
Comunidad Autónoma, con ocasión de una visita rutinaria y por estimar que el
paciente, dada su patología, estaba en el grupo de riesgo susceptible de
cursar una retinopatía diabética.
b)
Que a partir de ese momento ha existido una continua labor de atención por
parte de los servicios médicos de la Administración de la Comunidad
Autónoma, con continuas visitas, tratamientos y hasta operaciones. En los
momentos en que alguna de las visitas no pudieron realizarse, se trata de
motivos justificados (ingreso del paciente en la planta de digestivo del Hospital
Clínico Universitario Lozano Blesa, por otra causa).
c)
Que la hemorragia vítrea es una de las complicaciones que pueden derivarse
de padecer una retinopatía diabética tal y como el reclamante conocía
perfectamente dada la suscripción del consentimiento informado que realizó
para la práctica del tratamiento con láser y en donde, entre otras cosas,
constaba tal hecho.
d)
Que los tratamientos que recibió responden a las pautas presentes en la
literatura científica sobre el particular y se realizaron dentro de los lapsos
temporales habituales a estos efectos.
e)
Que la declaración de incapacidad permanente total no es únicamente la
consecuencia de la retinopatía diabética y su desarrollo, sino que está
acreditado que el paciente tenía otras múltiples patologías que en su conjunto
daban lugar a un menoscabo global que es la causa de la declaración
indicada.
Por otro lado es claro que en el campo de la institución de la responsabilidad
administrativa que se desarrolla en el ámbito sanitario y aun configurándose ésta como
objetiva y no culposa, no basta para que surja la obligación de indemnizar con que se
produzca un daño al paciente o usuario de los distintos centros sanitarios dependientes de
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la Administración de la Comunidad Autónoma de Aragón sino que, además, es exigible una
conducta de los profesionales o de los servicios que atiendan al paciente que pueda
configurarse como una infracción de las reglas que presiden la prestación del servicio
sanitario. Es lo que se considera como infracción de la “lex artis ad hoc” que en este caso,
tal y como se acredita, se ha respetado escrupulosamente.
Frente a lo que se contiene en los distintos informes presentes en el expediente
remitido a este Consejo Consultivo (y, singularmente, en el informe del Médico Inspector de
la Administración de la Comunidad Autónoma), el reclamante no ha presentado ninguno ni
tampoco ha intentado o propuesto el más mínimo indicio de prueba en relación a los
distintos documentos y actuaciones a que se hace referencia en el expediente remitido por
lo que este órgano consultivo en función de la documentación presente en el expediente, no
puede, aun constatando el resultado dañoso, concluir otra cosa en que ese daño no se ha
producido como consecuencia de una actividad de la Administración Pública. En modo
alguno se han producido, por tanto, los requisitos a que se refiere el art. 139 de la Ley
30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común. No se ha producido porque el tratamiento en todo
momento en los servicios sanitarios dependientes de la Administración de la Comunidad
Autónoma ha respondido a los parámetros de la lex artis ad hoc.
Por eso mismo tampoco debemos entrar en valorar la cuantía y los conceptos de la
indemnización solicitada (conceptos que, por otra parte, tampoco aparecen en la
reclamación) dado que ello sería necesario si se hubiera apreciado la existencia de
responsabilidad administrativa, supuesto en el que el ordenamiento jurídico obligaría al
Consejo Consultivo de Aragón a emitir un juicio sobre la cuantía de lo solicitado desde la
perspectiva indicada.
V
En resumen, a la vista de los hechos que constan en los documentos presentes en el
expediente remitido a este Consejo Consultivo de Aragón y de las consideraciones jurídicas
precedentes, se aprecia: 1) que ha sido formulada la petición de responsabilidad
administrativa e indemnización correspondiente dentro del plazo legalmente establecido; 2)
que se han cumplido las exigencias del procedimiento administrativo aplicable, en el que
tiene especial relevancia la audiencia al interesado que ha tenido lugar; 3) que la asistencia
sanitaria prestada por los distintos Centros y Servicios dependientes de la Administración de
la Comunidad Autónoma de Aragón ha sido la correcta respetándose la lex artis ad hoc; 4)
que por ello no puede hablarse de la existencia de una lesión en sentido de daño antijurídico
ni, consiguientemente, de una relación de causalidad entre esa actuación y el resultado
dañoso.
Estos extremos motivan, por las consideraciones jurídicas anteriormente vertidas que
los justifican, la procedencia de desestimar la reclamación de indemnización formulada.
En mérito a lo expuesto, la Comisión del Consejo Consultivo de Aragón emite el
siguiente DICTAMEN:
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Consejo Consultivo de Aragón
Que de conformidad con la propuesta del Departamento de Sanidad, Bienestar Social
y Familia, procede desestimar la solicitud de reclamación en materia de responsabilidad
patrimonial de la Administración formulada por “X”.
En Zaragoza, a diecisiete de abril del año dos mil doce.
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