“Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano - cliente” Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia COORDINACIÓN Y REVISIÓN DE TEXTOS: José Zafrilla Sánchez y Tomás Laencina López ELABORACIÓN Y REDACCIÓN: ALGAMA Desarrollo Empresarial Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente Índice de Contenidos ÍNDICE DE CONTENIDOS Introducción. 3 1. Situación actual: Hacia la Mejora y calidad en la Administración Pública. 8 2. Necesidades y aspiraciones del ciudadano-cliente 27 3. Calidad del servicio y en el servicio en la Administración Pública 39 4. Tipología de ciudadanos-clientes y atención personalizada 65 5. Resolución de dudas y objeciones. 70 6. Gestión de quejas y reclamaciones. 79 7. Habilidades sociales en la prestación de servicios. 84 Referencias bibliográficas. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 101 2 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente Íntroducción INTRODUCCIÓN. Los ciudadanos, las organizaciones y las empresas reclaman de la Administración Pública que la prestación de sus servicios sea cada vez de mayor calidad. Para ello se hace imprescindible introducir en los órganos y organismos públicos sistemas de calidad en la gestión, incorporar la metodología de la mejora continua y adoptar aquellos principios de esa filosofía de gestión de las organizaciones que sean transpolables a las Administraciones Públicas, de acuerdo con su especificidad y de conformidad con el ordenamiento jurídico, procurando asimismo la máxima y permanente satisfacción de los ciudadanos, a los que sirven, que han pasado a ser considerados como clientes. La mejora de la Calidad de los Servicios en la Administración Pública es un reto común en la actualidad, reto que todas las administraciones están afrontando con el fin de superar viejas estructuras burocratizadas y reglamentistas, para lo que es necesario acometer, no ya simples procesos de reforma, sino auténticos procesos de modernización administrativa. Esta modernización, temporalmente, no debe entenderse como un fenómeno instantáneo o de corta duración, sino como un proceso constante, inacabado y seguramente inacabable, a realizar día a día, con el esfuerzo de todos. No puede efectuarse desde un punto de vista material a través de cambios radicales y globales, que a la postre plantearían metas irrealizables o inalcanzables, sino mediante una consecución racional, fundada, de objetivos parciales y correctamente planificados que permitan conseguir la metas previstas. Todas las Administraciones Públicas han asumido en los últimos años, como uno de sus objetivos prioritarios, constituir una Administración moderna, capaz de garantizar la prestación de los servicios públicos en la forma más eficaz, articulando acciones de gobierno que procuran la satisfacción de los Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 3 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente Íntroducción intereses de los ciudadanos. La preparación para este cambio de orientación está suponiendo la puesta en marcha de múltiples iniciativas, de reforma y modernización, presentes en todas las Administraciones Públicas, tendentes a la mejora del funcionamiento de los servicios públicos, conscientes de que la propia razón de ser de la Administración se encuentra en la gestión cada vez más eficaz y eficiente de los recursos, y en la prestación de servicios de calidad. La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia no es ni puede ser ajena a los nuevos planteamientos de modernización de la Administración, que a través de diversas líneas, como las planteadas en el “Libro Blanco para la mejora de los Servicios Públicos” y las directrices emanadas de la iniciativa “Europa, una sociedad de la información para todos”, promulga el decreto 15/2000 por el que se promueve el “Plan Estratégico de Modernización de la Administración Regional (PEMAR 2000-2003). El objetivo esencial del PEMAR es mejorar la calidad de los Servicios Públicos, para lo cual se establecen tres líneas de actuación: aumentar la eficiencia y eficacia de la organización mediante la aplicación de tecnologías de la información a los procesos de gestión interna, mejorar los canales de comunicación con los ciudadanos (espacios de atención presencial, información telefónica e Internet) y promover un cambio cultural en la gestión administrativa mediante la participación e implicación de los empleados públicos. Es en este marco, en definitiva, donde se mueve la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia en la aplicación de técnicas de gestión de la Calidad, con la finalidad de aportar a sus ciudadanos un importante valor en sus relaciones administrativas, contribuyendo así a conformar Administración más cercana para este siglo XXI. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 4 una Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente Íntroducción Por otra parte, dentro de las actuaciones del citado Plan Estratégico de Modernización de la Administración Regional (PEMAR), consecuencia del seguimiento de los planteamientos del Libro Blanco para la Mejora de los Servicios Públicos (“Una nueva Administración al servicio de los ciudadanos”), la Escuela de Administración Pública realizó en 2002 un Estudio Piloto para un Nuevo Modelo Formativo 2001-2003. En dicho estudio, una de las competencias que los empleados de la Administración Regional debían manifestar y/o, en su caso, desarrollar era la Preocupación por la Calidad y su Orientación al Ciudadano-Cliente, como máximo exponente de esa mentalización hacia los servicios públicos de calidad que el empleado público debe ofrecer. En este documento, por tanto, vamos a desarrollar los fundamentos teórico-prácticos necesarios para comprender y desarrollar la competencia Preocupación por la Calidad y Orientación al Ciudadano-Cliente, definida del siguiente modo: Preocupación por la Calidad y Orientación al Ciudadano-Cliente: “Preocupación por hacer bien el trabajo propio, mediante controles y comprobaciones continuas del mismo y la insistencia en el establecimiento de unos sistemas claros y ordenados (donde las responsabilidades y funciones asignadas estén claras), con los estándares de calidad necesarios, enfocados al deseo de ayudar o servir a los demás (tanto clientes como compañeros) a base de averiguar sus necesidades y después satisfacerlas”. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 5 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente Íntroducción Es una cualidad que debe ser asumida y desarrollada por los empleados de la Administración Regional, a través de los diferentes comportamientos que en el citado Estudio Piloto se establecieron como requisitos para desarrollar la competencia hasta su máximo grado de excelencia, y que reflejamos en el cuadro siguiente: 1. Mantiene el lugar de trabajo organizado, mostrando preocupación por el orden y la claridad en funciones y tareas. 2. Evalúa su propio trabajo, comprobando la calidad del mismo. 3. Realiza un seguimiento del trabajo de los demás, vigilando la calidad del trabajo que realizan, para asegurarse de que siguen los procedimientos establecidos. 4. Escucha con atención las demandas del cliente, y responde a sus preguntas, quejas y problemas, manteniéndole informado sobre el avance de sus demandas. 5. Mantiene una comunicación fluida con el cliente para conocer sus necesidades y nivel de satisfacción, ofreciéndole información útil y prestándole el servicio de forma cordial 6. Se compromete y se responsabiliza personalmente de subsanar los problemas y demandas del cliente, toma los datos necesarios en relación con las necesidades del cliente y planifica una serie de pasos coherentes y rápidos dirigidos a resolver su problema. 7. Se preocupa por el cliente y aborda sus necesidades de fondo, mantiene una actitud de total disponibilidad con el cliente, comprende sus problemas y desarrolla un plan de acción encaminado a resolver sus necesidades, haciendo más de lo que espera el cliente y adecuando el servicio, con una comunicación de los resultados al mismo. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 6 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente Íntroducción Si analizamos la definición y los niveles de desarrollo precedentes podemos observar que hay diversos conceptos relacionados con la Preocupación por la Calidad y la orientación hacia los receptores de nuestros servicios, tanto compañeros como ciudadanos: preocupación por el orden y la claridad en lo que hacemos, así como en las funciones y tareas que desempeñamos, autoevaluación de lo que hacemos bajo la impronta de hacerlo lo mejor posible, seguimiento asimismo de lo que hacen los demás e interrelación con ellos para asegurarnos de que trabajamos de forma conjunta en el desarrollo de servicios de calidad, necesidad de escuchar a los demás y de atender sus quejas y reclamaciones, necesidad de comunicarnos con los demás para informarles y satisfacer sus requerimientos, necesidades o la solución de sus problemas, compromiso y autoresponsabilidad como exigencias básicas para un excelente servicio, iniciativa y capacidad de actuar, de hacer algo que redunde en un servicio de calidad. El desarrollo de los epígrafes de este material tiene que ver con cada uno de ellos. Debemos puntualizar, por otra parte, como luego comentaremos con más detalle en el capítulo dedicado a las habilidades sociales, que parte de los contenidos de esta competencia están bastante relacionados con otras competencias que posiblemente se hayan visto con anterioridad dentro del mismo itinerario formativo, como por ejemplo, la sensibilidad interpersonal. En este sentido, aun cuando son propios también de esta competencia (la empatía, la escucha activa, etc.), consideramos pertinente no incluir aquí dichos contenidos para no ser reiterativos y repetitivos. En este documento abordaremos, por tanto, con dichos contenidos, el desarrollo de aspectos teórico-prácticos que ayuden a los empleados públicos a pasar desde los niveles básicos (1, 2 y 3) hasta el nivel excelente (7) de la competencia considerada, pasando por los niveles medios (4, 5 y 6). Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 7 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública 1. SITUACIÓN ACTUAL: HACIA LA MEJORA Y CALIDAD EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. 1.1. Percepción de la situación actual en la Administración Pública. Las Administraciones Públicas españolas llevan a sus espaldas un profundo estereotipo de ineficacia, que tiene en el famoso “vuelva usted mañana” de Mariano José de Larra una afortunada expresión de la misma, que en ocasiones refleja una extendida sensación de ineficiencia. Este estado de opinión ha calado hondo en los propios gobernantes del país y de las distintas Comunidades Autónomas, los cuales han expresado, en más de una ocasión, una cierta impotencia para lograr la transformación de las Administraciones Públicas. La opinión pública critica la ineficacia de la Administración, especialmente su lentitud de respuesta, o su falta de reflejos para atender las nuevas demandas de la sociedad, o su propensión a tejer un entramado burocrático en sus relaciones con el ciudadano. El ciudadano, por su condición de contribuyente, entre otras cosas, critica a la Administración porque sus aportaciones fiscales no se encuentran compensadas por la calidad de los Servicios Públicos. Muchas de las críticas surgen porque los usuarios de los Servicios Públicos han aprendido a utilizarlos y, a partir de la experiencia acumulada usan con gran precisión los múltiples parámetros necesarios para auditar la calidad de estos servicios. La mayoría de estas críticas están fundamentadas en una perversión del comportamiento burocrático, en las colas, en la demora en la atención al ciudadano; poca amabilidad; exceso de papeles; Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 8 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública impenetrabilidad de la actividad administrativa, etc. Las auditorias o inspecciones operativas de servicios, que se vienen realizando continuamente desde el año 1987 por el Ministerio de Administraciones Públicas revelan que las colas, las demoras, la gestión arcaica, la incomodidad relacional, la complejidad y dificultad de los procedimientos, son algunas de las críticas más frecuentes hechas por los administrados a su Administración. Entre los ciudadanos se ha extendido la sensación generalizada de que, en muchas ocasiones, en lugar de estar las Administraciones Públicas al servicio de los ciudadanos, son éstos quines están a su servicio; o, en el peor de los casos, que la Administración está al servicio de sus propios trabajadores. Numerosos datos avalan esta percepción. No es de extrañar que cuando una persona acude a la Administración para solventar un problema se encuentre con que ésta le crea otros nuevos, por ejemplo: rellenar formularios incomprensibles, horarios inaccesibles, desplazamientos inútiles, retrasos injustificados, teléfonos que no contestan, personal desinformado o malhumorado, etc. Ante tal estado de cosas, los ciudadanos cuestionan la propia utilidad de las Administraciones Públicas. Numerosas experiencias negativas son suficientes para recelar de la eficacia de su Administración; dudan de la capacidad gestora de las personas al servicio de la Administración, y los ciudadanos no confían en que las Administraciones Públicas puedan solventar sus problemas y dar respuesta a sus necesidades. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 9 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública 1.2. Modernización de la Administración Pública. En el origen de las políticas modernizadoras ha existido el convencimiento de que la situación actual de las Administraciones Públicas era debida a la existencia de los siguientes hechos: A. Poca definición de las competencias y las responsabilidades. B. Indefinición o ausencia de objetivos claros. C. Coordinación costosa e ineficaz. D. Información inadecuada sobre los recursos y resultados. Por todo ello, y según Almunia (1993), los principales objetivos de las estrategias modernizadoras eran: Extensión de una cultura de servicio frente a la mentalidad juridicista y procedimental reinante. Reorientación de la responsabilidad de los gestores públicos hacia los resultados obtenidos. Para ello es imprescindible que se les otorgue mayor autonomía, al mismo tiempo que se limitan los controles horizontales. Énfasis en el papel relevante de los directivos públicos frente a la hegemonía de los expertos funcionales. Consideración del ciudadano como cliente de los servicios prestados por las Administraciones Públicas. Incremento de la desconcentración de funciones. Flexibilización del Derecho Administrativo hasta aproximarlo al régimen jurídico privado. La rigidez del primero se debe a la desconfianza que aún se tiene hacia el funcionario y de ahí la justificación de los numerosos controles existentes. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 10 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública A pesar de los éxitos conseguidos con algunas de las iniciativas modernizadoras, ciertos autores consideran que tanto el diagnóstico del problema como las soluciones adoptadas son aún insuficientes para resolver los múltiples problemas que inciden negativamente sobre la gestión de las Administraciones Públicas. En los últimos años se han producido abordajes parciales o fragmentados de los problemas reales que afectan a las Administraciones Públicas, más que transformaciones profundas. Ello ha motivado que algunas de las soluciones propuestas ni han mejorado el funcionamiento de la Administración, ni han satisfecho a sus protagonistas. El éxito de las alternativas modernizadoras depende de la capacidad de estimular la creatividad de los trabajadores públicos y en cómo se traduce ésta en propuestas de innovación. Así mismo, y como veremos más adelante, también se deberá potenciar la adquisición de competencias y habilidades sociales básicas para la prestación de servicios. La nueva estrategia modernizadora de las Administraciones Públicas debe centrarse, ante todo, en lo que es su nueva legitimidad: la prestación de servicios, y por ello adoptar las técnicas de gestión que persiguen una mejora de la calidad de éstos, además de incorporar algunas de las alternativas o puntos de vista propios de otras estrategias modernizadoras desarrolladas hasta ahora. El actual proceso de modernización de la Administración Pública debe ir más lejos que una simple remodelación superficial de sus distintas estructuras. Es necesario promover un cambio radical de perspectiva del trabajo y de la organización pública. Hay que reconocer, como punto de partida, la crisis del modelo burocrático como marco de referencia organizativo para las Administraciones Públicas y buscar un nuevo enfoque de gestión, conectado con el denominado “public management”, para fundamentar unas nuevas bases organizativas que hagan posible la reconversión de la Administración en una entidad prestadora de servicios orientada a la Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 11 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública satisfacción de sus clientes: los ciudadanos. Este proceso de modernización, si realmente pretende recuperar una legitimidad perdida, ha de aspirar a transformar una Administración Pública orientada a garantizar, tutelar y proteger derechos, en una Administración prestadora de servicios y preocupada por su calidad. El enfoque hacia la calidad debe estar presente en las propuestas modernizadoras, de ahí el interés y actualidad que tienen hoy todas las cuestiones relacionadas con los procesos de mejora de los servicios y la gestión de la calidad realizada en la Administración Regional. Ésta es la idea que, que según González-Haba (1991), expresan las siguientes palabras: “La Administración, para no verse crecientemente rechazada por la sociedad, habrá de tomarse más humana y deberá empezar a ver en cada uno de nosotros no un número, ni una ficha, ni una tarjeta, sino un sujeto personalizado e individualizado al que es preciso atender según sus intransferibles cualidades y condiciones”. No obstante, la afirmación anterior nos queda demasiado lejana en el tiempo. En la actualidad, y fruto de los esfuerzos de los últimos años, al hilo de las directrices planteadas en el Libro Blanco para la Mejora de los Servicios Públicos (MAP, 2000), podemos afirmar que nos encontramos inmersos en un nuevo proceso de transformación modernizadora de las Administraciones Públicas; aunque hoy, a diferencia de anteriores ocasiones, hay indicios razonables para abrigar ciertas esperanzas de éxito porque algunas de las iniciativas emprendidas muestran algunos frutos positivos o posibilitan un nuevo escenario donde desarrollar las propuestas de modernización. El Libro Blanco constituye una aproximación básica para el logro de una Administración moderna, dinámica y dedicada a su fin primordial: mejorar la atención y el servicio a los ciudadanos. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 12 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública El Libro Blanco ha sido objeto de un profundo debate en el interior de la Administración y entre todos los sectores implicados (funcionarios, sindicatos, asociaciones profesionales, organizaciones de usuarios, expertos de empresas privadas, organismos públicos, Consejeros de Comunidades Autónomas, representantes de Ayuntamientos, expertos internacionales, etc). Todo ello ha permitido contar con un Libro Blanco que recoge una pluralidad de apreciaciones y puntos de vista, y que presenta unas propuestas de acción depuradas por este rico contraste al que ha ido sometiéndose, que ha permitido cristalizar un documento de consenso y de amplia aplicabilidad. En su primera parte muestra una visión global del nuevo contexto en el que han de operar las Administraciones Públicas y de los retos que le acompañan, cuyo origen se sitúa tanto fuera como dentro del propio sistema administrativo. La orientación hacia una mayor receptividad de la Administración frente a los ciudadanos y a sus necesidades particulares; la revalorización de la participación de éstos en la conducción de la res publica; las exigencias de adaptabilidad a un entorno dinámico y complejo; el impacto de las tecnologías de la información y de las comunicaciones; la implicación de los empleados públicos como requisito imprescindible para hacer posible el avance; y la necesidad de acomodación de las Administraciones al nuevo marco de distribución territorial de competencias dan contenido a ese marco de referencia para el desarrollo de una acción efectiva. En su segunda parte, presenta un conjunto de políticas, estrategias y medidas necesarias para asumir los desafíos e impulsar, decididamente, la modernización de las Administraciones Públicas, cuyos objetivos generales son los siguientes: Promover la gestión de calidad en las Administraciones Públicas Mejorar la atención a los ciudadanos y establecer un sistema integral de comunicación con la Administración Definir una nueva política de dirección y desarrollo de las personas Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 13 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública Configurar una organización flexible y eficaz Integrar la Administración Pública en la Sociedad de la Información y del Conocimiento Favorecer la competitividad del sistema económico y hacer sostenible el progreso Aun cuando se muestran de forma independiente, el desarrollo de estas políticas requiere de una voluntad integradora de modo que se promueva el refuerzo mutuo de las acciones vinculadas a cada una de ellas y se facilite su complementación. Así, las políticas orientadas a mejorar la atención a los ciudadanos no pueden concebirse al margen de las de personal; ni éstas de espaldas a las propiamente organizativas; ni ninguna de las anteriores pueden ejecutarse correctamente sin recurrir al enorme potencial de progreso que para las Administraciones públicas está contenido en las tecnologías de la información y de las comunicaciones, las cuales, a su vez, definen un nuevo panorama en el que desarrollar, con mayor facilidad, las políticas de cooperación entre los diferentes niveles de Administración. Finalmente, en la tercera parte, se exponen los compromisos de renovación en el ámbito de la Administración General del Estado, así como las actuaciones para favorecer la mejora por parte del resto de las Administraciones Públicas mediante la colaboración, desde el respeto a las diferentes esferas de competencia –autonómica y local- y con el propósito de lograr la máxima coherencia posible en ese movimiento decidido de reforma y modernización, compatible con la organización territorial del Estado y con su entramado competencial. No podemos negar, y así se especifica en dicho documento, que el dinamismo social, con sus nuevos planteamientos, sus nuevas exigencias y sus nuevas necesidades, alcanza a las Administraciones Públicas y requiere de ellas una adaptación permanente a esas condiciones ambientales evolutivas de cuyo grado de acierto dependerá, en buena medida, su propia legitimidad. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 14 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública Los procesos de reforma administrativa o, en un sentido más amplio, la mejora continua de la Administración no son otra cosa que mecanismos de acomodación activa de las estructuras, de los enfoques o de los modos de funcionamiento a esa cambiante realidad social y económica. El nuevo papel de la Administración requiere de un comportamiento proactivo antes que reactivo, en el que la conformación de una visión atinada de las grandes líneas de evolución de la realidad económica y social y la clarificación de las reglas de juego, que corresponde establecer a una Administración moderna, han de formar parte, necesariamente, de esa proactividad. Por otra parte, el sistema social evoluciona hacia un mayor grado de madurez y hacia una mayor complejidad. Las demandas de los ciudadanos, habituados a operar cotidianamente en entornos sometidos a los mecanismos del mercado y, por ende, sensibles al discurso de la calidad y de la atención al cliente-, se orientan en el sentido de equilibrar sus expectativas razonables con respecto al sector público hasta igualarlas con las del sector privado, lo que sitúa, necesariamente, a la Administración en el punto de mira de la mejora continua. En los albores de un nuevo milenio, las organizaciones mejoran su funcionamiento y avanzan en la calidad de los bienes que generan, o de los servicios que prestan, de la mano de la revalorización del papel que desempeñan tanto las personas como el conocimiento en el logro de la misión de la organización y en la consecución de sus objetivos. Ambos factores resultan críticos para el progreso de cualquier organización. Por la naturaleza de su actividad y por su propia finalidad, las Administraciones Públicas han de orientar sus actuaciones internas y externas, en la gestión de las personas y en la gestión del conocimiento, de conformidad con ciertos principios generales que faciliten su adaptación a las exigencias de los nuevos tiempos y definan una orientación clara sobre el medio plazo, lo cierto es que existe un amplio consenso entre países diferentes, y entre Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 15 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública gobiernos de distinto signo en un mismo país, a la hora de definir un marco de referencia, un paradigma común, que sirva de matriz para la concepción y el desarrollo de políticas en materia de reforma y de modernización de las Administraciones Públicas. De forma específica, podemos comentar que algunos de los planteamientos o estrategias que se plantean en dicho Libro Blanco tienen bastante relación con la competencia que estamos desarrollando. Así, por ejemplo, en el capítulo 7 donde se plantea la política “Promover la gestión de calidad en las Administraciones Públicas”, una de las estrategias marca la mejora y simplificación de los procedimientos, y una de las directrices que plantea es: “Escuchar a los usuarios: Para mejorar los procedimientos lo mejor es escuchar a sus protagonistas. Es preciso estar atentos a las quejas y sugerencias tanto de los empleados públicos como de los ciudadanos afectados directamente por un procedimiento. Son ellos los que mejor ayudarán a detectar lo que es innecesario, lo que supone inconvenientes, lo que entorpece su desarrollo, etc.; y, también, serán ellos lo que indicarán cómo pueden mejorar las cosas. La escucha de las demandas de los ciudadanos permitirá conocer cuáles son los procedimientos que, con mayor urgencia, han de ser mejorados; cuáles son críticos para la sociedad, por ser masivos o por afectar a problemas básicos de los ciudadanos; y, consecuentemente, facilitará la definición de prioridades para la acción”. El Capítulo 8 esta dirigido a cómo mejorar la atención a los ciudadanos y establecer un sistema integral de comunicación con la Administración. Entre otras, se plantean las siguientes estrategias: Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 16 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública Mejorar la calidad y la accesibilidad de la información y facilitar la comunicación con los ciudadanos. Para ello hay que tomar medidas como la utilización de bases de datos para almacenar la información e informatizar los procedimientos y su gestión, dar a conocer los servicios y compromisos de la administración a través de las Cartas de Servicios, o potenciar el uso de Internet en las relaciones Administración-Ciudadanos. Mejorar la primera línea de contacto con el ciudadano. La primera imagen que percibe el ciudadano en su relación con la Administración resulta determinante a la hora de valorarla, sobre todo si elige la atención presencial como vía de acceso. Por esta razón, dentro del objetivo general de mejorar la atención al ciudadano, se hace necesario desarrollar, en especial, una estrategia de mejora de la atención presencial. Cuando un ciudadano realiza una visita a una oficina de la Administración, ha de procurarse que su percepción sea lo más positiva posible. Para ello, deberán adoptarse las medidas que se enuncian a continuación en relación con los tres pilares fundamentales de la atención al público: el personal, el proceso de atención al ciudadano y las instalaciones. Entre adecuadamente al personal, otras medidas tenemos: seleccionar formar al personal en herramientas informáticas y en técnicas de comunicación, atender separadamente al público que demanda información general y al que la requiere especializada, separar la atención presencial y telefónica, anticipar la información a los ciudadanos, adecuar los horarios de atención al público a las necesidades de los mismos, y remodelar las áreas de atención al ciudadano. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 17 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública Integrar las demandas de los ciudadanos y usuarios. Para ello habrá que realizar investigaciones sobre la satisfacción de los ciudadanos y usuarios directos de los servicios. Verificar los niveles objetivos de Calidad. La evaluación de la calidad de la atención al ciudadano ha de realizarse no sólo midiendo el nivel de satisfacción de los ciudadanos, sino también comprobando en qué grado los servicios se ajustan a unos determinados estándares de calidad, previamente fijados por la Administración con la colaboración de los ciudadanos. Para ello hay que consolidar un sistema de sugerencias y reclamaciones, así como crear las figuras de los defensores de los Ciudadanos y usuarios). Por último, en el capítulo 5 se especifican las medidas relativas a un aspecto imprescindible: la implicación de los Empleados Públicos en una Administración para los Ciudadanos. Por su interés, reproducimos parte de dicho texto. El progreso de las organizaciones depende, cada vez en mayor medida, de las personas que las integran. En un entorno cambiante y competitivo, la adaptabilidad y el aprovechamiento de las mejores oportunidades por parte de las empresas y de las instituciones, la racionalización de sus actividades y el incremento de su productividad derivan de la capacidad de sus empleados y de su actuación cooperativa. Ante este panorama, se consolida una nueva concepción de la dirección de las personas que valora la creatividad, la innovación y la flexibilidad; el trabajo en equipo, la calidad de la atención a los usuarios, la autoevaluación y su consiguiente mejora continuada; la formación permanente y el gusto por el trabajo bien hecho, desde el convencimiento de que todo ello redundará en la calidad del producto o del servicio que presta la organización. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 18 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública Para lograr esa implicación de las personas que una organización de calidad requiere, es preciso confiar en el personal, conferirle un grado de autonomía amplio en relación con las actividades que realiza, incorporar sus aportaciones a los procesos de mejora, reconocerle públicamente y promover su desarrollo profesional y personal. La Administración tiene dificultades para adaptarse a esta nueva concepción, que toma en consideración las exigencias de los nuevos tiempos y la evolución de las expectativas de los individuos con respecto a la actividad laboral, y prescinde de un potencial considerable de transformación y de avance. Sin embargo, no hay razón alguna que justifique mantener a las Administraciones al margen de este movimiento que hace de las personas la clave del éxito de cualquier programa de cambio organizacional. Los empleados públicos: el único capital imprescindible. Las personas que trabajan en la Administración tienen la responsabilidad de la ejecución y desarrollo de las políticas públicas. La presencia de los empleados públicos asegura la defensa de los intereses generales, garantiza la aplicación de los principios de independencia y equidad en las relaciones de la Administración con los ciudadanos y promueve una mayor integración y cohesión social. Su trabajo resulta indispensable para la prestación de servicios. Por la propia naturaleza de la actividad que desarrollan, el capital humano es la piedra angular del buen funcionamiento de las unidades administrativas. Son los empleados públicos quienes, con su preparación y dedicación, se convierten en un factor crítico para el logro de una Administración más sencilla, más ágil y más eficaz. El conocimiento generado, a partir de las capacidades de los empleados públicos y de su experiencia en el desempeño de las actividades encomendadas, constituye una parte fundamental de este capital humano. Los saberes acumulados por el conjunto de la Administración -y, particularmente, los de carácter procedimental- residen en las propias personas que la integran; Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 19 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública pero, además, existen aspectos no estrictamente intelectuales, ubicados en la esfera de los valores, los sentimientos y las actitudes, que promueven la identificación del funcionario con su misión y completan lo esencial de ese capital imprescindible. Las exigencias éticas de la Función Pública. La legitimación de la Administración ante la sociedad no radica tan sólo en su capacidad de prestación de servicios sino en la calidad de dicha prestación. Esta forma de legitimación se traslada a los empleados públicos e incide en su prestigio que dependerá, como colectivo, de la consideración que los ciudadanos tengan de su trabajo y de la percepción que posean de sus resultados. La sociedad plantea a la Administración una doble exigencia; por un lado, espera de ella la defensa del interés general, su contribución a la cohesión territorial y social; y, por otro, demanda la solución a los problemas concretos que cada ciudadano o usuario se puede encontrar en su relación particular con los servicios públicos. Esa doble exigencia se traslada, asimismo, a las personas que trabajan en la Administración sin que sea posible limitar la relación de servicio a uno de esos dos planos ni obviar en el desempeño diario la existencia de esa doble realidad. Por las razones expuestas, los empleados públicos tienen la responsabilidad de realizar bien su trabajo y de contribuir a su mejora de forma permanente; de lo contrario, el mal desempeño no sólo dará lugar a un mal servicio, sino que, además, incidirá negativamente en los intereses generales y en el logro de esos fines de equilibrio territorial y social atribuidos a las diferentes Administraciones. La falta de preocupación por obtener los resultados que los ciudadanos y la sociedad esperan y necesitan genera injusticia y es contrario al espíritu constitucional. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 20 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública Difícilmente será posible contribuir al interés general si se descuida la calidad del servicio que se presta a los usuarios directos de la Administración, a sus destinatarios. La mejora en la atención a los intereses generales requiere la mejora de los servicios que se prestan a cada ciudadano y a cada organización. En esta esfera dual se inscriben las exigencias éticas de los funcionarios públicos y el cumplimiento de los principios constitucionales. Los empleados públicos han de mantener, asimismo, los principios de neutralidad política, imparcialidad, objetividad e integridad moral, principios que configuran una Administración profesionalizada e independiente al servicio de los ciudadanos y del progreso de la sociedad y dispuesta, permanentemente, a una óptima ejecución de las políticas públicas que en cada momento se generen. En definitiva, el concepto de servicio público y su plasmación en las actuaciones cotidianas ha de reposar, para todos los niveles organizativos, en una ética renovada de la Función Pública; una ética de la responsabilidad que revaloriza la importancia de los resultados de la gestión y asume las consecuencias derivadas de las actuaciones individuales. Hacia una nueva cultura organizativa. La rápida evolución de la sociedad, del mundo de las empresas y de las organizaciones no ha impedido a la Administración mantener un sistema de Función Pública, prácticamente estable en las últimas décadas, sin que pareciera necesario o urgente acompasar sus respectivos ritmos de cambio. La posición estratégica que hoy ocupa la Administración en la vida colectiva y su papel como condicionante del progreso social y económico, le obliga a una profunda transformación que no será posible sin un replanteamiento de la Función Pública. Sin perjuicio de las diferencias existentes entre el sector público y el sector privado, que derivan de sus propios fundamentos, la búsqueda de una mayor aproximación entre las relaciones laborales del mundo público y del mundo privado constituye una orientación de indudable valor estratégico. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 21 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública Las ventajas obtenidas por las empresas e instituciones privadas, las mejoras de los productos y de los servicios que ofrecen a sus clientes, como consecuencia de los nuevos modelos de dirección de su personal, proporcionan algunas lecciones que pueden ser aprovechadas, en su justa medida y con las debidas adaptaciones, por las organizaciones públicas para responder a los desafíos y atender las nuevas demandas de los ciudadanos y de la sociedad. La nueva cultura organizativa de la Función Pública que se requiere ha de promover el incremento del conocimiento experto de los empleados, la profundización en sus valores de servicio público y un compromiso renovado de orientación de la Administración a los ciudadanos, en un clima laboral que reconozca, valore y confíe en las capacidades de los empleados públicos y promueva su involucración en los procesos de mejora. El capital de conocimientos y de destrezas obtenido por la Administración, mediante la selección de los más aptos, se verá enriquecido con el nuevo conocimiento experto fruto del trabajo diario de los empleados públicos y de su formación permanente. El conocimiento constituye un factor clave para conseguir una Administración que mejore continuamente la calidad de sus servicios, y se convierte, asimismo, en un elemento esencial para ordenar la organización del empleo en la Administración. En este contexto, la formación se configura como un factor estratégico para la mejora del conocimiento y para la adecuación sostenida de las personas a las sucesivas actividades que en un mismo ámbito o en ámbitos diferentes hayan de desarrollar. Junto al conocimiento, la calidad del desempeño y de los resultados obtenidos por los empleados son factores determinantes para el logro de una organización moderna de la Función Pública. Una mayor autonomía de los empleados ha de corresponderse con la mayor exigencia de eficacia y de responsabilidad en su actuación. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 22 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública De una cultura organizativa basada únicamente en la jerarquía y en el cumplimiento de los procedimientos, ha de pasarse a una cultura que ponga en valor el trabajo en equipo, la gestión del conocimiento y la preocupación por la obtención de los resultados que esperan los ciudadanos y que hacen avanzar a la sociedad. El mejor conocimiento y los mejores resultados -es decir, el mérito- deberán configurar la asignación y distribución de responsabilidades y tareas a los empleados públicos y permitirán construir una carrera administrativa flexible que asegure la mejor adecuación posible entre persona y actividad. En la nueva cultura administrativa que se precisa, ha de tener cabida el respeto a la diversidad, la consideración de pluralidad de la sociedad como valor y la presencia de la mujer en todos los niveles y tipos de actividades. Como sucede en las mejores organizaciones privadas, la Administración debe facilitar el desarrollo personal de los empleados públicos. El diálogo se sitúa en la base de esta Administración renovada. Un diálogo entre los empleados públicos, en todos sus niveles organizativos, entre aquellos y los ciudadanos y, también, con las entidades asociativas vinculadas a la Administración. El diálogo de la Administración con los sindicatos de la Función Pública, permite avanzar en el consenso, en la búsqueda de soluciones y en el logro de unas relaciones laborales que atiendan las demandas razonables de los empleados y, favorezcan, a la vez, unos mejores servicios a los ciudadanos, de conformidad con los principios de eficacia y eficiencia, de mérito y capacidad. Dirección y liderazgo en las Administraciones Públicas. La incorporación del personal a un proceso de cambio y la transformación de la cultura organizativa requieren un liderazgo renovado de quienes tienen responsabilidades en la organización. La capacidad para motivar y transmitir confianza a los colaboradores y su papel en la distribución de información y en la asignación de cometidos, de acuerdo con las necesidades de la organización Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 23 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública y de las personas, constituyen elementos indispensables de los nuevos directivos públicos. Su función, por tanto, se ve acrecentada y su posición estratégica adquiere, si cabe, una mayor relevancia, no sólo por las decisiones que deben adoptar, sino además, por la capacidad, que se les supone, de implicar a su equipo humano en un mejor desempeño. La dirección administrativa se convierte, pues, en liderazgo de personas. En una estructura organizativa basada en la delegación y en la confianza, que valora las aportaciones de todos y las integra de acuerdo con su misión, el liderazgo afecta a un mayor número de empleados. Allí donde hay un ámbito de responsabilidad debe ejercerse el liderazgo para la obtención de los resultados esperados. Los directivos y los líderes en el ámbito público son emprendedores que movilizan a los restantes empleados. En ausencia de los efectos propios de los mecanismos del mercado, son ellos los que tienen la misión de aportar motivación y transferir energía a las unidades administrativas. Son protagonistas en la preparación y génesis de las políticas públicas; constituyen el elemento de conexión entre los ciudadanos, las personas que trabajan en la Administración y los grupos políticos que, desde los gobiernos respectivos, dirigen la Administración; son, en fin, los responsables de hacer que se ejecuten las políticas públicas adoptadas de acuerdo con las prioridades establecidas. En una Administración orientada a los ciudadanos, que valora a los empleados públicos y potencia su implicación en la mejora de los servicios, los directivos y los líderes públicos han de involucrarse fuertemente, mantener el espíritu de servicio a la sociedad y generar la información precisa para la adopción de decisiones por parte de los responsables políticos. Se concibe así al directivo y líder público como un verdadero emprendedor interno; como el motor activo del funcionamiento de la Administración. Cada directivo es, en su ámbito, allá donde se encuentre, el máximo responsable, el emprendedor total. La Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 24 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública conjunción de todos esos emprendedores enriquecerá a la Administración y le permitirá enfrentarse, con mayores garantías de éxito, a los nuevos retos de servicio a la sociedad. La importancia del valor añadido que aportan, requiere de una especial preocupación hacia ellos por parte de los poderes públicos. Si fallan los motores se agotan las posibilidades de contar con una nueva Administración. Considerando los diversos argumentos explicitados en las últimas páginas, podemos concluir este epígrafe resumiendo las metas propuestas por las distintas iniciativas de modernización de las Administraciones Públicas (ya sean del Estado, Regionales o Locales): Consolidar una nueva cultura administrativa orientada a: servir al ciudadano; cumplir objetivos y obtener resultados; desarrollar un enfoque gerencial orientado a la eficacia y a la eficiencia; incremento y mejora continua de los servicios públicos; profesionalización y motivación de los empleados públicos. Readecuar las distintas Administraciones Públicas a las nuevas funciones, para ello se propone: identificar los servicios que prestan y que se deben prestar; determinar qué actuaciones son las más prioritarias de acuerdo con los objetivos previstos; y conocer cuáles son sus clientes. Mejorar la gestión de los recursos humanos y financieros y los sistemas de información. Desarrollar sistemas de control para garantizar la eficacia y la eficiencia de la gestión pública. Desarrollar políticas específicas de recursos humanos encaminadas a aumentar la motivación, el rendimiento personal y la responsabilidad de los empleados públicos. Actuaciones que se complementan con nuevas políticas retributivas y de formación. Potenciar la aplicación de las tecnologías de información para mejorar la atención de los ciudadanos. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 25 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 1.- Situación actual: Hacia la mejora y calidad en la Administración Pública Incorporar, procurando su adaptación al contexto de la Administración Pública, las nuevas técnicas de gestión y dirección desarrolladas con éxito en el sector privado. Acercar las decisiones a los ciudadanos. Asegurar la transparencia y la responsabilidad de los distintos órganos de la Administración Pública. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 26 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente 2. NECESIDADES Y ASPIRACIONES DEL CIUDADANO-CLIENTE. Los ciudadanos exigen una Administración Pública, y mucho más en la Regional y Local, atenta a sus necesidades y sus demandas; ellos quieren una Administración nuevamente responsabilizada en atenderlos y servirlos correctamente. Como consecuencia del desarrollo y ampliación de servicios públicos los ciudadanos han llegado a ser, además, usuarios – consumidores de estos servicios. Desde esta nueva condición los ciudadanos exigen una mayor atención, no al cumplimiento de las normas administrativas, sino a la capacidad de la Administración Pública de diseñar, organizar y prestar servicios correctamente. 2.1. Respuesta a las necesidades de los ciudadanos. Para muchos ciudadanos, a pesar de los resultados positivos obtenidos gracias a los procesos modernizadores de los últimos años, en muchos casos este proceso no se ha desarrollado con la celeridad deseada y, en unos momentos de rápidas transformaciones sociales, se tiene la impresión de que en la mayoría de Administraciones, a pesar de los esfuerzos realizados, sus proceso de modernización siguen demasiado lastrados por la cultura burocrática dominante en sus organizaciones. El resultado de todo ello es evidente: ciudadanos insatisfechos, esfuerzos desaprovechados, recursos excesivos y aplicados ineficientemente, desconfianza creciente en la capacidad gestora del sector público, etc. la demanda social presiona para que la gestión pública asuma el doble reto de: atender satisfactoriamente las necesidades de los ciudadanos y prestar servicios de calidad. Pero los organismos públicos aún encuentran muchas Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 27 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente dificultades para convertirse en instituciones orientadas hacia la prestación de servios de calidad a los ciudadanos. Para lograr un cambio real en la naturaleza del servicio público hay que modificar en profundidad la actual cultura administrativa, pues, tal como afirma con tino la OCDE (1991), “La Administración – servicio, o la receptividad de la Administración, es una consecuencia del funcionamiento de la Administración y, en primer lugar, una disposición de ánimo”. La OCDE, en su estudio sobre “La Administración al servicio del público” (1991), propone que: una Administración Pública receptiva es aquella que es comprensible, responde a las necesidades de los ciudadanos, es accesible y fomenta la participación activa. Comprensible. Los organismos públicos serán comprensibles si su entramado administrativo, cada vez más complejo, no es opaco e incomprensible para las personas o empresas que constantemente se relaciona con ellas. Responde a las necesidades de los ciudadanos. Los organismos públicos responden a las necesidades de los ciudadanos cuando en la acción de gobierno, concretada en el diseño y aplicación de las políticas públicas, se atienden sus demandas. Con participación activa. Buena parte de la actividad administrativa de los organismos públicos mejoraría sensiblemente tanto por una mayor implicación de sus usuarios en la prestación de los servicios cuyas opiniones fueran tenidos en cuenta para mejorarlos, como por la mayor participación de los empleados públicos en la mejora de la prestación de servicios. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 28 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente A. Puig (1992), afirma que una Administración Pública receptiva debe perseguir las siguientes finalidades: Simplificar los proceso administrativos para que el ciudadano sepa quién decide, quién tiene responsabilidades y quién asume competencias. Ser transparente en la toma de decisiones y en la gestión. Oír educadamente a los ciudadanos tanto en la toma de decisiones como en la gestión de los asuntos públicos. Participar significa codecidir y cogestionar, especialmente en la prestación de servicios. Participar significa también diálogo y acción activa. Atender las necesidades de los ciudadanos. Acercar la Administración a los ciudadanos. Mejorar la comodidad de las oficinas de los organismos públicos, facilitar su acceso tanto en el aspecto de ubicación como en los horarios. Comunicarse con los ciudadanos mediante un lenguaje y unos medios sencillos y claros. La propuesta de hacer una Administración receptiva comporta, fundamentalmente, un cambio de perspectiva: las Instituciones Públicas deben reinventarse a partir del punto de vista de los ciudadanos. Éstos no pueden seguir siendo considerados como un expediente. La nueva cultura organizativa a impulsar en los organismos receptivos debe considerar a los usuarios de los servicios públicos como verdaderos clientes, con derechos y necesidades a satisfacer. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 29 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente 2.2. El Servicio a los ciudadanos. Afirmar que los organismos públicos son entes prestadores de servicios no es ninguna novedad. Por su carácter de entidad prestadora de servicios, la Administración Pública tiene algunos rasgos semejantes a los propios de las entidades privadas orientadas a la prestación de servicios. Pero, en el ámbito específico de los organismos públicos, es evidente que el carácter público del servicio introduce unas características específicas. Analizaremos a continuación tanto las semejanzas como las diferencias más relevantes. Los servicios prestados por los organismos públicos, al igual que las empresas privadas de servicios tienen las siguientes cualidades: Intangibilidad. La prestación de servicios no está asociada a ninguna materialización asimilable a la existente en el caso de la producción de bienes y productos. A pesar de que en algunas ocasiones puedan existir objetos incorporados a la prestación del servicio, ésta comúnmente, no puede identificarse con ninguno de ellos en particular. Debido a esta intangibilidad, los servicios no son almacenables ni fáciles de medir, al menos de realizar una medición directa de los mismos; por ello, los servicios no pueden ser verificados completamente ni probados antes de su prestación. Por su carácter inconcreto, y situándonos en la perspectiva de los usuarios, en algunas ocasiones los servicios son difíciles de comunicar y no siempre resulta sencillo valorar la satisfacción que provocan. Inseparabilidad. La prestación y el consumo del servicio son inseparables. Si no hay usuario no hay servicio, aunque en algunas ocasiones ambos actos puedan estar algo distanciados en el tiempo. Por ejemplo, en el servicio de recogida de basuras, entre el momento en que Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 30 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente el ciudadano deja la bolsa en el contenedor hasta el momento concreto de su recogida, transcurre un cierto tiempo, pero lo cierto es que no se prestaría servicio de recogida sino hubieran contenedores llenos de bolsas dejadas por los ciudadanos. El servicio y la valoración de su calidad están siempre asociados a la presencia y participación de los ciudadanos. Heterogeneidad. Al ser tan decisivo el elemento humano en la prestación del servicio, éste se encuentra totalmente condicionado y mediatizado por la propia heterogeneidad el grupo humano. Debido a la heterogeneidad en la prestación del servicio, éste es difícilmente estandarizable, pues en el mercado todas las personas son diferentes. Las personas que se encuentran en un mostrador de información saben muy bien la pluralidad de informaciones a transmitir y la diferente receptividad de las mismas según las características de los demandantes, e incluso del propio estado de ánimo del emisor de la información. Después de evidenciar estos puntos de encuentro entre la prestación de servicios por los organismos públicos y las empresas de servicios privadas, debemos considerar sus diferencias. El carácter público de los servicios de la Administración introduce importantes divergencias respecto a la actividad de las empresas de servicios privadas. Dada la particularidad del sector público, sus gestores deben evitar el trasvase acrítico de enfoques de gestión de probada eficiencia en el sector privado. Las diferencias más notables entre las empresas privadas y la Administración Pública las podemos situar tanto del lado de la propiedad de la demanda como del de la estructuración de la oferta. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 31 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente A. Propiedades de la demanda. Pocas señales competitivas recibidas del mercado. En el ámbito público los flujos competitivos sólo se producen cada cuatro años con las elecciones. El sistema democrático establece que la voluntad política de los ciudadanos sólo puede ser conocida a través de los momentos electorales. Las únicas aproximaciones a la presión del mercado que el sector público puede establecer con el sector privado son las encuestas de satisfacción de los servicios y los sondeos de opinión pública en general. Informarse del mercado. Los servicios públicos deben apoyarse en un buen sistema de información que le proporciona un alto conocimiento de la realidad, tanto para actuar conforme a ella como para poderse anticipar adecuadamente a los acontecimientos. El equivalente al estudio de mercado propio del sector privado viene mediatizado por una toma de decisión que está vinculada a las necesidades de priorización política, la cual, a su vez, está vinculada a criterios de eficacia y eficiencia. La información que proporciona el mercado sirve para recoger las demandas ciudadanos expresadas de forma individual, colectiva o a través de los medios de comunicación. No siempre la demanda mas conocida por los responsables de los organismos públicos es la más sentida por la población. En el campo de la demanda se da el efecto “Queipo de Llano”: quien o quienes más hacen sentir su opinión dan la impresión de que ésta es la mayoritaria, cuando esto, frecuentemente, resulta ser absolutamente falso. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 32 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente Priorizar las demandas. Los servicios públicos, no únicamente por estar en un contexto de recesión de recursos, deben contrastar correctamente las demandas recibidas con los análisis de la realidad social, a fin de diseñar los servicios públicos para responder a las necesidades verdaderas o las prioritarias. La función política comporta, ante un abanico de posibilidades de actuación, decidir qué servicios públicos se deben organizar. Los criterios de decisión que priman en el sector de los servicios públicos no son los mismos que los adoptados por los decisores privados. Los servicios públicos deben disponer de un sistema rápido y fluido para contrastar las decisiones políticas del “qué debemos hacer” con la disponibilidad de recursos de la organización para determinar “lo que se puede hacer”. Atender intereses contrapuestos. La acción de gobierno de la Administración Pública se ejerce en una sociedad plural y con una notable diversidad de intereses. Las actividades públicas responden, en muchas ocasiones, a intereses complejos y contradictorios con clientes y expectativas diferentes que no se pueden satisfacer al mismo tiempo. Este hecho comporta, por ejemplo, que cuando los equipos de gobierno diseñan sus planes de acción deben tomar decisiones, en determinadas circunstancias, son conflictivas porque no logran satisfacer expectativas diferentes que, según en qué casos, incluso pueden ser contrapuestas. La necesidad de incorporar los intereses colectivos, de grupo e individuales, en las decisiones públicas, y hacerlo de manera que le resultado de la acción pública no sea la suma de intereses individuales sino la satisfacción del interés global, no es tarea nada fácil. Esta situación, unida al hecho de la exclusividad de prestación de servicios, es una de las razones por las que los esfuerzos que deben realizar las Administraciones Públicas para modificar las opiniones de los ciudadanos insatisfechos sean, por lo general, superiores a los realizados por las empresas privadas para recuperar a sus clientes insatisfechos. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 33 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente B. Estructura de la oferta. Igualdad en el trato para todos los usuarios. La oferta de servicios de la Administración Pública es, por su carácter de servicio público, de naturaleza universal. Ello impide que algunos de los mecanismos de segmentación que las empresas de servicios privadas realizan para quedarse con una parte del mercado, sea factible en el caso de las Administraciones Públicas. Igualdad en la distribución espacial y temporal de los servicios. El carácter público de los servicios obliga a la Administración a procurar garantizar la misma calidad de prestación de los servicios en cualquier punto del territorio. Esta necesidad de igualdad también puede concretarse en cuestiones como los horarios de prestaciones de servicios. En definitiva, de lo que se trata es de asegurar que la calidad de los servicios prestados por los organismos públicos se mantenga invariable en cualquier momento y lugar del territorio. Creación de bienestar social, no de riqueza. La gestión pública no debe renunciar a una mejora continuada de la eficiencia para revertir la misma, como medida redistributiva, en provecho de los sectores con rentas menos favorecidas. Con ello, la gestión pública se orienta también hacia la creación de bienestar social. Con la eficiencia en la gestión se pretende lograr, ante todo, rentabilidad social más allá de los impactos estrictamente económicos de la misma. Este punto de vista sitúa el alcance de la rentabilidad más allá del estrecho horizonte del análisis economicista que ha presidido algunas de las políticas modernizadoras de las administraciones públicas siguiendo directrices del sector privado. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 34 las Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente Exclusividad en la prestación de algunos servicios. La inexistencia, para algunos servicios de otras ofertas concurrentes sitúa a la Administración Pública en una situación ventajosa respecto al ciudadano. Éste puede estar cautivo del monopolio que las Administraciones Públicas ejercen sobre determinados servicios. La ausencia de una competencia regulada por el mercado hace evidente que los ciudadanos en su relación con la administración, en más de una ocasión, son más usuarios que clientes. El riesgo de enquistamiento de esta situación es evidente. Si no se introducen elementos que estimulen la renovación y la mejora de los servicios, las propias inercias asociadas a esta situación de “mercado cautivo” pueden favorecer comportamientos y actitudes ineficaces e ineficientes. Por la complejidad y diversidad de servicios prestados por las administraciones locales y por el monopolio existente sobre ellos, la relación del ciudadano con aquella va, sin solución de continuidad, desde unos casos que pueden considerarse clientes, parecido a lo que ocurre en una empresa de servicios privada, hasta situaciones en que el ciudadano, por la exclusividad de competencias de la administración, es un súbdito. Influencia de los ciclos políticos. A diferencia del resto de organizaciones y corporaciones privadas, la Administración Pública está condicionada por la duración de los ciclos políticos. Esta servidumbre, que es consustancial al sistema democrático, introduce importantes elementos de incertidumbre en los procesos de renovación de la gestión política, sobre todo porque reduce el alcance de la mayoría de estrategias de cambio, las cuales siempre requerirán períodos de implantación de mayor duración que el mandato electoral. Hemos visto hasta ahora cómo el carácter de servicio público condiciona el marco de referencia donde situar nuestra reflexión sobre la mejora de la calidad. Depende de cómo resolvamos los interrogantes que nos plantean estas cuestiones, podremos desarrollar nuestro proceso de mejora continua en busca de la calidad. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 35 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente 2.3. La Satisfacción de los ciudadanos. Según lo expuesto en puntos anteriores, las nuevas propuestas modernizadoras de la Administración Pública pretenden, entre otros fines, mejorar la calidad de los servicios para atender las necesidades de los ciudadanos de tal manera que éstos queden satisfechos por los servicios recibidos. Asociar calidad de los servicios con satisfacción de necesidades es el elemento central de los programas de Calidad Total o de Gestión de la Calidad ampliamente extendidos en el mundo de la empresa privada. La Administración Pública tampoco está muy alejada de las preocupaciones e intereses que han animado al sector privado a desarrollar estos programas. La calidad de los servicios prestados por los organismos públicos está estrechamente vinculada a la atención de las necesidades de los ciudadanos. La satisfacción ciudadana por la calidad de un servicio público está relacionada con el conjunto de propiedades que debe tener este servicio para atender, en primer lugar, las necesidades (explícitas e implícitas) de las personas a las cuales va destinado. Pero esto, aunque sea necesario no es suficiente. Por que la satisfacción va ligada también a la percepción que el ciudadano tiene de cómo se presta el servicio y a la expectativa que tenía respecto al servicio esperado. Según Zeithaml (1993), podemos considerar que “la calidad del servicio, desde la óptica de las percepciones de los clientes, puede ser definida como: la amplitud de la discrepancia o diferencia que exista entre las expectativas o deseos de los clientes y sus percepciones.”. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 36 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente La satisfacción del ciudadano por la calidad del servicio recibido puede resumirse en una pequeña operación aritmética expresada en el siguiente cuadro: Satisfacción = Percepción - Expectativas Efectivamente, cuando los organismos públicos diseñen la calidad de cualquier servicio, en primer lugar deberá analizar si éste es adecuado para satisfacer las necesidades de los usuarios, pero además deberá procurar que aquella se sitúe dentro de un amplio abanico que oscila entre lo que el ciudadano considera como calidad inaceptable y aquello que aquél cree que es la calidad ideal. La posición dentro de esta escala, y su impacto sobre la satisfacción, dependerá, como anteriormente se ha dicho, de la relación que establezca entre las Expectativas y la Percepción. Entre ambas pueden darse las siguientes relaciones: Si las Expectativas > Percepción sucederá que el usuario no quedará satisfecho del servicio recibido porque sus expectativas de calidad eran muy superiores. Cuando las Expectativas = Percepción se obtiene la satisfacción del usuario, pues éste en ningún momento se siente decepcionado por la calidad recibida. Mientras que si las Expectativas < Percepción la calidad percibida, además de ser satisfactoria, aproxima la gestión del servicio hacia la calidad ideal deseada por el usuario. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 37 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 2.- Necesidades y Aspiraciones del Ciudadano-Cliente Todo este enfoque garantiza que sean los usuarios quienes determinen la calidad de los servicios. Ello significa que para cada servicio será determinante el punto de vista del usuario, de tal manera que en la Administración Pública se deberá superar la tentación de valorar la calidad de sus servicios a partir de la opinión de sus propios técnicos. Los parámetros que utilizan los trabajadores al servicio de la Administración para valorar la calidad de su trabajo (rapidez en la prestación, trato homogéneo a los ciudadanos, aprovechamiento de los recursos, etc.) generalmente no son coincidentes con los utilizados por los ciudadanos para valorar la calidad del mismo servicio (disponibilidad de uso del servicio, adaptación a sus necesidades, rapidez de respuesta, etc.). a pesar de que la Organización Pública puede disponer de unas normas estrictas para controlar la calidad de esa situación, será el usuario quien, en última instancia, juzgará y determinará la calidad del servicio. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 38 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública 3. CALIDAD DEL SERVICIO Y EN EL SERVICIO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. 3.1. Prestar servicios de calidad. La calidad de la gestión pública está relacionada con la identificación, anticipación y satisfacción de las necesidades de los ciudadanos de forma eficaz y eficiente. Cuando los ciudadanos expresan una demanda a la Administración Pública fundamentalmente esperan una respuesta eficaz que resuelva sus problemas y, generalmente, ésta viene en forma de una diversidad de servicios públicos. La nueva idea que debe atravesar de pleno la gestión pública es que los servicios prestados por un organismo público están pensados para “satisfacer las necesidades de los ciudadanos”. La gestión pública ha de centrarse en la producción de aquellos servicios demandados por los ciudadanos y prestados de tal manera que provoquen la mayor satisfacción posible en éstos. La primera cuestión ha considerar es que la producción de servicios en un organismo público tiene la misma naturaleza que en una empresa privada. Así, todo proceso de prestación de servicios en el ámbito público consiste en: Ofertar unos servicios. Prestar los servicios con unas determinadas condiciones. Prestar los servicios en unos puntos específicos. Utilizar la comunicación personal (individual o masiva). Prestar los servicios con un personal especializado. Prestar los servicios según unos procedimientos. Comunicar la oferta a los ciudadanos. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 39 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública Dado que la mayor parte de la relación que establece la Administración con los ciudadanos es a través de sus servicios, los equipos de gobierno y directivos públicos deben recordar, en todo momento, el gran principio que guía la gestión de la calidad: la calidad de los servicios públicos la determinan los ciudadanos. Por ello, la calidad en la gestión de los servicios prestados por los organismos públicos depende de una serie de factores relacionados tanto con la identificación de las necesidades de los ciudadanos como con la propia prestación del servicio, así como con la gestión eficiente de los recursos públicos, la consideración del ciudadano como cliente de la administración o la creación de cadenas cliente-proveedor en el interior de la propia organización pública. Los profesionales y los técnicos públicos son los responsables de diseñar los servicios que la Administración tiene que prestar y de cómo hacerlo, pero en ningún caso, son quienes han de determinar su calidad, esto le corresponde a los ciudadanos. Por esta razón, cualquier proceso de mejora de la calidad de los servicios públicos deberá procurar aproximar la calidad diseñada y realizada por la Administración con la calidad esperada por los ciudadanos. En todo proceso de construcción de la calidad de un servicio se dan tres niveles diferenciados que pueden considerarse como los tres vectores de la calidad: El primer vector lo forma la calidad percibida por la organización interpretando como es deseada por el ciudadano; es la calidad diseñada o programada. Por sus características depende de factores objetivos y subjetivos de la organización. Generalmente se encuentra especificado en normas, manuales o instrucciones como prestar los servicios. Requiere la formación del personal. A partir del vector anterior la organización debe construir y gestionar la calidad. Es el segundo vector: la calidad ofertada. Se trata de la calidad percibida por el ciudadano en su relación con los servicios de los organismos públicos. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 40 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública Finalmente, cuando se presta el servicio y el ciudadano juzga la calidad del mismo a partir de su expectativa surge el tercer vector: la calidad esperada por el cliente. Se trata de la calidad que el ciudadano piensa que recibirá en la prestación de los servicios públicos. En el siguiente esquema se muestra como se interrelaciona los tres vectores: CALIDAD DISEÑADA CALIDAD OFERTADA POR EL ORGANISMO PÚBLICO CALIDAD POR EL CIUDADANO Disminuyendo o aumentando las distintas áreas de intersección de los círculos se modifican, mejorando o empeorando, los niveles de calidad y satisfacción globales de los usuarios respecto a la actuación general de la Organización Pública. El objetivo de todo proceso de mejora de la calidad consistirá en procurar que la zona común que aparece en la intersección de los tres círculos sea lo más grande posible, pues ello significará que la calidad Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 41 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública programada y realizada por la Administración coincidirá con la calidad esperada por los ciudadanos. El esquema anterior nos ayuda a comprender por qué en muchas ocasiones la gestión pública acusa insatisfacción a los ciudadanos o a los propios profesionales públicos. Ello es debido a que se dan las siguientes circunstancias: No existe coincidencia entre la demanda de los ciudadanos y la supuesta demanda que los directivos públicos atribuyen a los ciudadanos. Ambos, ciudadanos y directivos públicos, no se han entendido. No existen coincidencia entre la demanda, incluso en el supuesto de que haya coincidencia entre directivos y usuarios, con la oferta real de la organización en forma de servicios. Se dan unos servicios que no atienden a ninguna demanda. Se promueven unos servicios de acuerdo con una demanda, pero se diseña mal el servicio o se presta de forma deficiente. En este caso, la decisión política respecto al servicio es correcta, pero falla su ejecución. Existe una profunda divergencia entre la comunicación del servicio a los ciudadanos y su oferta. Los ciudadanos tienen una expectativa inducida por el propio organismo público, pero éste es incapaz de gestionarla. Diversos estudios efectuados sobre la prestación de los servicios demuestran que la calidad percibida por el ciudadano en la prestación de unos servicios públicos viene influida, fundamentalmente, por dos factores clave: Por su expectativa. Aquello que busca el ciudadano y cree que el servicio público le proporcionará. Cuando los ciudadanos reciben alguno Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 42 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública de los servicios de la Administración valoran su calidad comparando el servicio recibido con lo que esperaban o habían prefigurado que recibirían; especialmente contrastando si este servicio atiende a sus necesidades a partir del resultado final que recibe. Sin embargo, está expectativa está matizada por el siguiente factor. Por la experiencia que tiene el ciudadano cuando recibe el servicio. El ciudadano también evalúa la calidad a partir de la manera o modo como ha sido prestado el servicio; se trata de la experiencia generada en el momento de la recepción del servicio. La satisfacción del cliente vendrá determinada por numerosos elementos, denominados atributos o estándares de calidad, los cuáles son utilizados por los ciudadanos para evaluar la calidad de la prestación de un servicio. Si una organización pública quiere prestar servicios de calidad debe conocer, en primer lugar, cuáles son las expectativas de los ciudadanos (aquello que esperan recibir como servicio) y después diseñar correctamente la prestación del servicio para que éste se preste de acuerdo con lo esperado por el ciudadano. Ambos aspectos son críticos para poder prestar servicios de calidad. 3.2. Expectativa de los ciudadanos. La gestión de las expectativas es uno de los aspectos más comprometidos en el desarrollo de cualquier programa de calidad. Las expectativas constituyen los estándares o los puntos de referencia contra los cuales se evalúan las actuaciones. Nada influye más en el ciudadano para formar su criterio de calidad de un servicio público que un simple juego de comparaciones y contrastes entre la calidad recibida con la calidad esperada. Por ello, una de las principales actividades a desarrollar por los organismos públicos será, en lugar de pretender sustituir a los ciudadanos en el diseño de la calidad, investigar cómo los ciudadanos como clientes corporativos de los servicios públicos perciben la calidad: “a la gente si le Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 43 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública importa que le atiendan con amabilidad, pero lo que le importa, sobre todo, es que le den fielmente aquello que busca y aquello que le prometieron.” Ginebra, J. (1990). Es por ello, que una de las primeras tareas que deberán realizar la Administración Pública será averiguar cuáles son las necesidades de los ciudadanos que los servicios públicos deben atender. Un punto de interés social está en saber cómo el ciudadano conforma su expectativa de servicio. Según diversos estudios (Zeithaml, V. y otros, 1993) sobre las expectativas de los clientes de cualquier servicio, podemos considerar que existen varios factores que son clave para determinarlas. Estos autores señalan como factores clave los siguientes: La comunicación oral Las necesidades personales. Las experiencias que se han tenido con el uso del servicio. La comunicación externa de los proveedores del servicio Para poder incidir sobre la expectativa de los ciudadanos pueden tomar diversas iniciativa encaminadas a: Conocer las necesidades de los ciudadanos. Comunicar adecuadamente al ciudadano los servicios prestados por la Administración Pública. Informar a los ciudadanos sobre cómo utilizar estos servicios. Ajustar la prestación a las expectativas de los usuarios. Identificar cuál puede ser el valor añadido de la oferta de servicios más allá de lo esperado por el usuario. Dotar a los servicios públicos de los medios necesarios para la prestación coherente de los servicios. Reducir el coste de accesibilidad. Mejorar las interrelaciones del personal en contacto con los usuarios. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 44 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública Gestionando estos principios es evidente que se puede incidir sobre la calidad de los servicios al influir sobre las expectativas de los ciudadanos (moderándolas de forma razonada) o incidir sobre la prestación del servicio (aproximando la calidad ofertada a la esperada). 3.3. La calidad recibida. El ciudadano valora la calidad a partir del servicio recibido ( la denominada calidad interna del servicio) y de cómo se presta este servicio (la calidad externa). La calidad en la prestación de un servicio es un proceso dinámico que abarca desde el diseño de la producción del servicio hasta el momento mismo de su prestación. Por este motivo, la gestión de la calidad en un organismo público no atañe únicamente a la unidad que presta directamente el servicio sino al conjunto de la Organización Pública. La calidad es responsabilidad de toda la Administración, de tal manera que no puede abordarse de forma parcial sino como una propuesta integral. Esta visión integral de la calidad contenida en la propuesta de Calidad Total se basa en el desarrollo y puesta en práctica de los siguientes principios, algunos de los cuales resumen varios de los conceptos expresados hasta ahora: Satisfacción. La calidad la determina el ciudadano. Excelencia. La actividad de la Administración se encamina a satisfacer las necesidades del usuario a la primera. Esta actividad se procura hacer sin defectos. Los servicios prestados al ciudadano son el resultado final de una serie de actividades internas también gestionadas desde la perspectiva de la calidad. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 45 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública Participación. En la gestión de la calidad deben participar todos los directivos y los empleados públicos de forma responsable. Todas las personas al servicio de la Administración deben estar motivadas para participar responsablemente en la gestión de la calidad. La participación también debe extender sin temor hacia los usuarios de los servicios. Prevención. La calidad no aparece únicamente en el momento de la prestación final del servicio. La calidad también afecta al diseño del servicio en la forma de trabajar, en la comunicación e información al ciudadano, en la organización adoptada, etc. En definitiva, la calidad es una forma de prevenir y evitar los errores. Eficiencia. La calidad cuesta, pero es más costosa la no calidad. El ciudadano también percibe la calidad si la Administración Pública utiliza eficientemente los recursos públicos. Transparencia. La calidad comporta claridad en el uso de los recursos públicos y en las responsabilidades que los gestores y empleados públicos asumen ante los ciudadanos. La calidad percibida por los ciudadanos durante la prestación de los servicios de la Administración Pública está asociada a los siguientes elementos: La calidad interactiva. El ciudadano percibe la calidad a través de las relaciones que establece con el personal de atención al público o personal de contacto. Son aquellas personas que entran en contacto, interactúan con los ciudadanos, cuando éstos reciben el servicio. Este personal es estratégico para la gestión y logro de la calidad de los servicios prestados por los organismos públicos. Son las ventanas por las cuales los ciudadanos perciben la calidad global de la Administración Pública. Cualquier desatención o trato incorrecto, falta de interés o descortesía son elementos clave que el ciudadano empleará para valorar la calidad del servicio. La calidad física del servicio. Ésta comprende tanto el estado de las dependencias públicas y de sus instalaciones, el material empleado y los Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 46 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública instrumentos utilizados por los usuarios, como el conjunto de elementos que acompañan a la prestación del servicio y aportan un cierto grado de tangibilidad del mismo. Cuando un ciudadano entra en una dependencia pública en busca de un servicio lo primero que percibe, y que luego intervendrá en su valoración de la calidad, es la apariencia del local y la disposición de los elementos materiales que configuran el servicio. Todos los elementos que intervienen en la prestación del servicio comunican su calidad. En realidad, todos los sentidos se activan en el momento de valorar la calidad de un servicio. El conjunto de estos elementos constituye lo que se denomina el entorno físico del servicio. Dada su importancia en la valoración de la calidad, el entorno es un componente más del servicio. La calidad corporativa. La calidad también se percibe a través de la imagen global que la Administración transmite como institución a la ciudadanía. Los mensajes comunicacionales son vehículos importantes de transmisión de la calidad. Es inconsistente que un organismo público emprenda una campaña de imagen bajo el eslogan “Construyendo el futuro”, mientras que en sus dependencias y en el trato con el ciudadano se emplean tecnologías más propias del pasado que de éste siglo. La calidad latente. Algunos autores han empleado el término “Calidad latente” para expresas cuando se al cliente algo que no esperaba. La calidad latente se denomina también “calidad excitante”. La calidad latente, que es “generadora neta” de satisfacción, tiene sus mejores oportunidades excepcionales. en los servicios asociados y en los servicios Se distingue entre el servicio básico y el servicio asociado al servicio básico. Mientras que el servicio básico del cualquier servicio prestado por la Administración es la puesta a disposición del ciudadano, durante un período de tiempo, de una competencia humana y/o de unos medios para atender a sus necesidades, el servicio asociado es el conjunto de actividades o aspectos que acompañan la prestación del servicio básico. El ciudadano, cuando valora la calidad de un servicio, analiza tanto el servicio básico como el asociado ninguno de los dos es irrelevante. Incluso, en algunas ocasiones, la poca calidad de Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 47 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública los servicios asociados puede repercutir negativamente sobre la valoración de la calidad del servicio básico, aún cuando ésta sea buena. Además de las características anteriores, existen otros factores específicos del ámbito público, cuya presencia y gestión influyen sobre la valoración que hace el usuario de la calidad de los servicios recibidos. Estos factores son: Transparencia del proceso. En la prestación de algunos servicios, dado que la prestación del servicio va asociada a la presencia del usuario, éste ve el proceso de producción del servicio y por ello juzga su calidad por la impresión que se forma sobre el proceso de prestación y la apreciación de su posible costo. Participación del usuario. Si no hay usuario no hay servicio. Este principio básico para cualquier actividad de servicio, determina que todo servicio prestado por los organismos públicos tengan un elevado grado de participación. Rapidez de respuesta. Al ser los servicios intangibles e inseparables del ciudadano, y por la secular tradición de lentitud y desinterés hacia sus problemas, éste tamizará su valoración de la calidad, en gran medida, por la rapidez mostrada por la Administración en dar respuesta. Opinión de los ciudadanos. El grado de exclusividad en la prestación de muchos servicios por parte de los organismos públicos y por el carácter subjetivo que tiene la apreciación de la calidad por parte de los ciudadanos, obliga a los organismos públicos, si desean conocer el grado de satisfacción de éstos, a conocer periódicamente su opinión. Se trata de averiguar en qué medida la actividad pública, especialmente sus servicios, responden a sus necesidades y la prestación de estos servicios satisfacen sus expectativas. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 48 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública 3.4. Factores clave de calidad en el servicio. La valoración de la calidad de un servicio público realizada por los ciudadanos va unidad, en gran medida, al momento de la prestación del servicio y son éstos quienes fijan los estándares de calidad del mismo. La dificultad principal surge al pretender determinar estos estándares, pues la calidad de un servicio, dada la intangibilidad del mismo, es una cuestión bastante imprecisa de determinar y muy variable. Pero esta dificultad no debe impedir que se inviertan los recursos necesarios en determinar cuáles son los parámetros de calidad utilizados por los ciudadanos para valorar la calidad de los servicios públicos en el momento de la prestación. Se trata de diseñar la calidad de cada servicio prestado por los organismos públicos de acuerdo con lo esperado por los ciudadanos. Una vez que sabemos cuáles son las necesidades a satisfacer de los ciudadanos, el siguiente paso consiste en diseñar los servicios públicos a fin que la prestación de los mismos sea de calidad. Para diseñar correctamente la producción de servicios se deberá partir de aquellas características, elementos o factores que los usuarios de los servicios piensen que son necesarios y suficientes para considerar que un servicio tiene calidad. Dado el carácter meramente subjetivo de la valoración de la calidad, diversos son los estudios sobre el tema los que han desarrollado diversos modelos sobre factores determinantes. A continuación, consideramos aquellos factores considerados como determinantes: Fiabilidad. Habilidad para ejecutar el servicio prometido de forma confiada y cuidadosa. Podríamos considerar que se trata también de hacer las cosas bien y prestar los servicios a la primera (cero errores) o ser coherentes en la gestión: hacer lo que se dice (ningún engaño). La puntualidad es otro aspecto de la fiabilidad. En la mayoría de servicios, Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 49 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública éstos se han de prestar bien a la primera, pues no son posibles las correcciones. Competencia. Posesión de las destrezas requeridas y conocimiento de la ejecución del servicio. Los trabajadores públicos deben transmitir al ciudadano que saben hacer las cosas. Los empleados públicos deben estar capacitados y poseer las habilidades necesarias para desarrollar las tareas encomendadas y las propias de su lugar de trabajo. En el caso concreto del personal de contacto, especialmente en los puntos de atención al público, debe ser el más adecuado y preparado para desarrollar esta tarea. Capacidad de respuesta. Disposición de ayudar a los clientes y proveerlos de un servicio rápido. Fundamentalmente se refiere a la capacidad de los empleados públicos para hacer las cosas puntualmente y con rapidez (cero retrasos), tanto en sus relaciones con los ciudadanos como con los proveedores habituales de los organismos públicos. Accesibilidad. El servicio es accesible y fácil de contactar. Los servicios deben ser fáciles de obtener y cómodos de utilizar, así como de localizar. Los horarios deben estar adecuados a las necesidades de sus usuarios. Las dependencias públicas deben ser fáciles de encontrar. Las líneas telefónicas deben estar libres para atender llamadas y las llamadas deben derivarse correctamente al destinatario; toda llamada debe recibir respuesta; las personas deben ser fácilmente localizables. El tiempo de espera debe ser corto y mínima la demora y nadie debe practicar el “vuelva usted mañana”. Gracias a las nuevas tecnologías, algunos trámites pueden realizarse desde el propio domicilio facilitando con ello la accesibilidad a los servicios por parte de los ciudadanos. Empatía y cortesía. Atención, consideración, respeto y amabilidad del personal de atención al ciudadano. Consiste en tratar a los ciudadanos con amabilidad y con la máxima atención. El ciudadano, como cliente tiene que ser tratado en los puntos de contacto (puntos de información, oficinas de tramitación, etc.) con consideración, buena educación, respeto y máxima atención, aspectos todos ellos constituyentes de la Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 50 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública cortesía en el trato. Pero además, es importante que el ciudadano perciba que el empleado público está a su servicio. Comunicación. Mantener a los clientes informados utilizando un lenguaje que puedan entender, así como escucharles. El lenguaje empleado por la Administración en su relación con el ciudadano ha de ser comprensible, sencillo y claro. Mediante esta comunicación el ciudadano debe conocer cuáles son los servicios prestados por los organismos públicos, cómo utilizarlos y comprender que estos servicios son prestados para atender sus necesidades. La comunicación, si quiere ser efectiva, debe emplear una pluralidad de lenguajes según quienes sean los destinatarios. Credibilidad. Veracidad, creencia, honestidad en el servicio que se provee. Se trata de que los ciudadanos perciban que los servicios ofertados por la Administración están en consonancia con el es esfuerzo fiscal realizado. Efectivamente, a medida que aumentan las cargas fiscales deben mejorarse los servicios prestados a los ciudadanos y transmitirles que los empleados públicos son personas “vocacionadas” para servirles. Seguridad. Inexistencia de peligros, riesgos o dudas, así como la tranquilidad de sentirse en buenas manos. Garantizar la seguridad de los ciudadanos en su uso de los servicios. Se refiere tanto a la seguridad física como a los aspectos relacionados con la confidencialidad de los datos, el uso de la información personal, etc. También incluye la capacidad de los empleados públicos de proyectar seguridad y confianza hacia los ciudadanos. Comprensión del ciudadano. Hacer el esfuerzo de conocer a los ciudadanos y sus necesidades. El ciudadano debe percibir que el ayuntamiento entiende y se preocupa de sus problemas. Los empleados públicos deben conocer los problemas de los ciudadanos e interesarse por ellos. El personal de contacto debe procurar captar los problemas reales del ciudadano y transmitirle la confianza de que la Administración se ocupará de ellos. Hay que dar siempre una respuesta a las demandas de los ciudadanos: una llamada telefónica o una carta Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 51 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública oportuna son muestras de que la Administración está al servicio de los ciudadanos. Una buena manera práctica para tener credibilidad es atender las sugerencias y reclamaciones. El trato personalizado es una buena manera de aproximarse al ciudadanos y transmitirle que la Administración trata sus necesidades de forma diferente y diferenciada. Otra manera de aumentar la comprensión es mostrar al ciudadano que la Administración se preocupa y ocupa de sus problemas aunque éstos no le competan directamente. En muchos casos basta con orientar al ciudadano sobre cómo debe relacionarse con el complejo mundo de la Administración; es más que suficiente para transmitir este mensaje de cooperación la búsqueda de soluciones a las necesidades de los ciudadanos. Evidencia física del servicio. Apariencia de las instalaciones físicas, equipos, personal y materiales de comunicación. El entorno donde se prestan los servicios públicos debe aportar elementos de calidad. Al ser los servicios unas prestaciones profundamente intangibles, es importante que el entorno en el cual se prestan aporte signos tangibles de calidad. Por ello, los aspectos de los equipamientos públicos, sus instalaciones, los materiales empleados, la propia apariencia de los trabajadores públicos, etc. son cuestiones relevantes en la conformación de los criterios de calidad en los ciudadanos. Además de estos factores, el carácter de servicio público de la Administración, hace que los ciudadanos valoren también con interés dos cuestiones que, aunque implícitamente podemos encontrarlos en algunos de los anteriores factores, van adquiriendo identidad propia. Se trata de: Igualdad. La igualad es otro aspecto que debe cuidarse en la prestación de los servicios públicos, pues cualquier ciudadano debe percibir, quizás para superar un viejo estereotipo, que todo el mundo es tratado de la misma manera sin “enchufismo” ni “amiguismo”. En algunos casos, según la naturaleza del servicio, esta igualdad Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 52 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública evoluciona hasta la equidad. También en estas ocasiones los ciudadanos deben percibir la justeza de la aplicación de la equidad. Honradez. Se trata propiamente de una virtud a la que damos la categoría de factor clave. Los trabajadores al servicio de la Administración Pública deben transmitir a los ciudadanos que ellos no utilizan ésta en beneficio propio o de intereses partidistas. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 53 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública 3.5. “Enfermedades” que perjudican la calidad en la atención al cliente– ciudadano. El personal de contacto es el valor añadido de las organizaciones. Sin embargo, nada es tan difícil como atender a los clientes de forma constante y sin fallos. A continuación, vamos a describir un estudio bastante interesante, realizado por Joan Elías y plasmado en su libro “Organización Atenta” (2000), donde unas investigaciones llevadas a cabo con diferentes empleados de diversas organizaciones dieron como resultado el hallazgo de una serie de comportamientos que perjudican la Atención al cliente. Tener conocimiento de ellas ayuda a mantener la calidad de las relaciones con el cliente, así como a mejorar el ambiente de trabajo. Estos comportamientos han sido llamados por el autor “Enfermedades del Personal de Contacto”, siendo éstas aquellas actitudes que: Se repiten siempre en determinadas ocasiones y con iguales circunstancias Dichas actitudes se “contagian” entre diferentes miembros del Personal de contacto, y Consecuentemente, “la salud” (calidad) de la Atención al cliente se mermada ostensiblemente. Todas estas “enfermedades” tienen remedio. Su conocimiento, su reflexión y voluntad de quererlas evitar, son potentes “medicamentos” que ayudarán a tener un saludable Momento de la Verdad. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 54 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública Por otra parte, sólo se han reseñado aquellas que pueden ser extrapoladas a todas las Organizaciones y que, en definitiva, no obedecen a tics o actitudes de un limitado número de Personal de contacto. La “enfermedad”: El Síndrome del Ama de Casa Es esta la “enfermedad” intrínseca del personal de contacto. Es el peligro que va unido a la Atención al cliente. El “ama de casa” ve como, en el mismo instante que acaba de limpiar, aquello vuelve a ensuciarse. Limpieza y suciedad están ligadas como lo están en el servicio, la producción y el consumo. En el fondo, el ama de casa no puede “disfrutar” la mayoría de las veces de su “obra” terminada y, por ello, vemos como en ocasiones, la utilización de un vaso recién lavado es suficiente para “desmoralizar” a su “limpiador”. En la Atención al cliente sucede exactamente lo mismo. Para el personal de contacto es difícil saber cómo ha ejecutado finalmente su trabajo. Es evidente, por otro lado, que el personal de contacto en su fuero más interno, sabe cómo lo está haciendo. Sin embargo, en la medida en que después de un servicio vendrá otro y otro, este mecanismo “encerrará” al empleado en su propio trabajo. En este punto, aparece la “enfermedad” en sí. El personal de contacto tangibilizará los resultados de la labor en su puesto de trabajo. Lo organizará, lo ordenará y, en una clara utilización del cliente como un medio y no como una finalidad, volverá a organizar y a ordenar su puesto de trabajo copiando, exactamente, las actitudes del ama de casa a la que le ha aparecido el síndrome. En estas ocasiones, se ve claramente como el personal de contacto intenta “desviar” el servicio hacia aquellos mecanismos que satisfacen sus necesidades y no las de los clientes. Cualquier actividad que suponga “desordenar” o “ensuciar” su entorno más cercano es eliminada de inmediato. Sucede también que, en este punto, el personal de contacto empieza a tener el sentimiento de servilismo, odia su trabajo y, en el fondo, a sus clientes. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 55 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública El personal de contacto ha de tener claramente definido cuáles son los indicadores de la calidad de su servicio. Valorar la función de personal de contacto de una forma tangible y clara será crucial para evitar este incómodo “Síndrome del Ama de casa”. La “enfermedad”: Jugar al Jefe Esta es, con toda seguridad, la peor “enfermedad”. Aparece inequívocamente en los jefes del Personal de contacto, manifestándose puntualmente en muchas ocasiones en las que un grave problema con el cliente es la excusa ideal. El personal de contacto, enfrentado con un cliente por un determinado servicio en el que ambos mantienen opiniones diferentes. De pronto, verá como su jefe inmediato interrumpe la conversación. A partir de aquí, los sucesos se desencadenan rápidamente. El jefe se interesa por el problema, manda al subordinado a otras tareas más “triviales” y él , el jefe se presta a solucionar el problema. Y lo soluciona saltándose las normas sin ningún reparo. El jefe no debe solucionar el problema acaecido en el cliente, sino solucionarlo en el personal de contacto, de tal forma que la próxima ocasión sea éste quien pueda darle solución al problema. Para mucho mandos, la única forma de visualizar su papel de superior, consiste en efectuar estos hechos una y otra vez. Sin embargo, con todo ello, sólo provocan dos cosas: a) el empleado, molesto por la actitud de su jefe, se inhibirá la próxima vez que suceda el mismo problema, y b) el cliente en futuras ocasiones buscará la colaboración del mando superior en lugar de la del personal de contacto. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 56 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública La “enfermedad”: El mal de “qué sabrás tú” Esta “enfermedad” es característica en servicios en los que hay una gran carga de información a su alrededor. Normalmente, el personal de contacto en poder de esa información y conocimiento a la vez, acoge con cierto desprecio los comentarios del cliente. Muchas son las ocasiones en las que el cliente, por miedo a una reprimenda (en forma de retraso, complejidad, etc.), insiste en cuestiones sobre el servicio que son sólo una extrapolación de una idea o creencia sobre el propio servicio. El personal de contacto convencido de su poder, sabrá qué es lo que está sucediendo sólo con una mirada al problema. Es entonces cuando se manifiesta la “enfermedad” en forma de una arrogancia autorizada por el conocimiento. El cliente inequívocamente será llevado al lugar de los ignorantes. La comunicación no verbal, los comentarios sarcásticos y semidisimulados son sinónimos claros del “Qué sabrás tú” definitivo. El cliente, en este punto, empieza a tener un sentimiento de culpa que acabará por perjudicar a la organización. La “enfermedad”: El Miedo Escénico Esta es una “enfermedad” que podríamos llamar benigna. El “Miedo Escénico” refleja las actitudes de algún Personal de contacto en el inicio de su experiencia como tal o, en ocasiones, de máxima tensión. El personal de contacto empieza a experimentar sensaciones de angustia momentánea que pueden llevar incluso al olvido de la información reflejando y transmitiendo una terrible inseguridad al cliente. Es normal que repeticiones de trabajo, errores importantes y promesas desorbitadas “alimenten” el “Miedo Escénico” sin remedio. Es por ello que una Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 57 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública buena formación y motivación son cruciales para “medicar” este tipo de “enfermedad”. Por otro lado, la práctica diaria en la Atención al Cliente va, poco a poco, eliminando todos los síntomas. La “enfermedad”: La Caperucita Roja Las actitudes que encierra esta “enfermedad” son las más difíciles de detectar en el Personal de contacto. Y, aunque el cliente se da cuenta inmediatamente que sucede algo, el personal de contacto se encierra en el convencimiento de que está trabajando profesionalmente. Consecuentemente, esta “enfermedad” es difícil de visualizar puesto que la sutileza, el tono de voz y la comunicación no verbal, son protagonistas cruciales en su aparición. El estado de ánimo, la cultura organizacional y las reacciones de los mandos pueden hacer aparecer y desaparecer esta “enfermedad” continuamente. Surge un desprecio sutilmente enmascarado que rodeará poco a poco al cliente devorándolo con contestaciones suaves y hábiles a la vez, pero con una voraz carga de menosprecio difícil de disimular. El personal de contacto que padece esta “enfermedad” con mucha frecuencia supone un riesgo ciertamente importante para la organización. La formación permanente puede ser un buen antídoto, pero la autoestima y la reflexión serán la fórmula mágica. La “enfermedad”: “No es mi trabajo” Hay anécdotas interminables que definen cómo cada uno de nosotros compartimentaliza su trabajo. Cómo, poco a poco, vamos haciendo de nuestra labor un circuito cerrado cada vez más individualista. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 58 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública La tendencia de la organización ha de ser la de buscar personas que sean capaces de ser polivalentes. Que su espíritu de servicio sea superior a su ánimo de especialización, que estén dispuestos a colaborar en todo momento. Sin embargo, es bien cierto que ha de poner los recursos necesarios para que el caos no sustituya al servicio. No obstante, no nos engañemos, deberemos ser capaces de “echar una mano” cuando sea necesario. La “enfermedad”: El Síndrome Horario Quizás sea esta la “enfermedad” más extendida. Ésta, se manifiesta en varias ocasiones a lo largo del día laboral, advirtiéndose su máxima expresión veinte minutos después de iniciar la jornada laboral y veinte minutos de terminarla. Es obvio que el personal de contacto, humano como cualquier otro, está menos predispuesto a actuar a primeras horas de la mañana. Esto parece comprensible; sin embargo, es curioso ver como, irremediablemente, la aparición de un cliente un segundo después de abrir siempre es mal recibida. De todas formas, esta actitud también aparece (bajo la excusa del cansancio de todo el día) un poco antes de cerrar. En uno de los lugares donde más implantada está esta “enfermedad” es, curiosamente, en las organizaciones donde los turnos son frecuentes. Para combatir esta “enfermedad” habrá que organizar bien los horarios de entrada y salida del personal. La “enfermedad”: El Principio de “Estoy trabajando” El hecho estriba en confundir el verdadero trabajo del personal de contacto (la Atención al cliente) con otros trabajos, de su responsabilidad. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 59 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública Esta “enfermedad” se detecta muchas veces en las telefonistas. Atender al teléfono es, en sí mismo, uno de los trabajos más duros, y a la vez, menos tangibles. Es por ello, que el personal de contacto se agarra con extrema rapidez a todo aquellos que puede medir, ver y tocar. En ocasiones, cuando el cúmulo de llamadas baja, la telefonista acostumbra a efectuar trabajos de administración: cierra cartas, repasa facturas, etc. Es ese momento cuando aparece la “enfermedad”. Nuestra hipotética telefonista entusiasmada con su trabajo tangible relega a un segundo término el verdadero trabajo: la atención al cliente. En el momento en que aparece un cliente exclama con frustración: “...¡Nooo, ahora que estaba trabajando!...” Para luchar contra esta “enfermedad” hay que crear una Cultura de Servicio por encima de una Cultura Burócrata. La “enfermedad”: ¿Quién ha sido? Hay momentos en los que ineludiblemente nos equivocamos. El cliente ve como se ha cometido un error y hay que solucionarlo. La búsqueda de un culpable es siempre un retraso en una organización pero es una “enfermedad” terrible si se efectúa delante del cliente. El ciudadano no tiene por qué saber quién es el culpable de su problema. Su máximo deseo es encontrar soluciones rápidas que le induzcan a la satisfacción. Una organización que desea avanzar deberá tratar estos momentos de crisis como puntos clave para mejorar su servicio y como una oportunidad para aprender de cara al futuro. No perdamos el tiempo en buscar el culpable delante del cliente. No sirve para nada. Ni siquiera sirve saber que nosotros no hemos sido. La Organización somos nosotros y si hay un error, los responsables somos todos. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 60 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública La “enfermedad”: Acumular Atención “Acumular Atención” es también una “enfermedad” muy ligada a la intangibilidad del trabajo en el personal de contacto. Estar cerca del cliente es muy duro. El personal de contacto con experiencia es consciente de que mantener siempre un buen nivel de calidad en la Atención, es muy difícil. Bien, son precisamente estas personas a las que les gusta trabajar cerca del cliente las que han de tener mucho cuidado con “Acumular Atención”. La reincidencia y la recaída llevaría al personal de contacto al estrés profesional. A lo largo de una intensa semana laboral, hay días en los que el destino ha escogido ofrecerles una jornada llena de problemas. Es en estos días cuando incluso el personal de contacto más profesional acaba con la paciencia. Su sistema nervioso está a flor de piel y en cualquier momento puede estallar. El cúmulo de circunstancias han hecho del personal de contacto una víctima fácil para caer en el error de tratar al pobre cliente que acaba de aparecer como el más terrible enemigo. Cuando aparezca esta “enfermedad” por una u otra razón, hay que ser consciente y tomarse un descanso si es necesario. Los mandos deben ser conscientes del apoyo que deben prestar en estos casos y encontrar la ayuda de otros compañeros es una buena solución. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 61 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública La “enfermedad”: Tirar la toalla No es una “enfermedad” muy frecuente pero, cuando aparece puede ser considerada como muy grave. Estas actitudes son extremas, es cierto. Pero cuando el personal de contacto empieza a declinar de forma total la responsabilidad en su trabajo, se paraliza y empieza a encontrar desagradables a todos los clientes. Se inhiben y el enfrentamiento abierto con el cliente son rasgos claros de esta “enfermedad”. Su huida no obedece a ningún descanso para tomar un interés posterior a su trabajo, sino más bien un reflejo de esta “enfermedad”. En su marcha materializa esa “enfermedad”, la cual se ve reflejada en su actitud posterior. Su desidia y placidez en el servicio son su mejor moneda de cambio con los clientes. Esta es una “enfermedad” que hay que atajar con rapidez. Si en cualquier organización hay personal de contacto con esta “enfermedad” de forma reincidente se deberán tomar medidas para detenerla. Cualquier descuido puede extender esta “enfermedad” a toda la organización, acabando por descubrir que nuestro personal está quemado. La “enfermedad”: “Ahora que estoy solo” Esta “enfermedad” tiene lugar en la vorágine de atender a los clientes cuando el personal de contacto se desconecta de su papel y cree que está solo. Es decir, cree que los clientes ya no están o no lo miran y, en ese momento, el empleado empieza a actuar de forma en que deja de interpretar el papel Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 62 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública asignado por la organización y pasa, entonces, a interpretarse a sí mimo. Normalmente, esta enfermedad tiene lugar cuando el empleado se desplaza a lugares físicamente diferentes de donde se atienden a los clientes, incluso, cuando éstos, aun quedando al alcance de vista, el empleado cree que por volverse de espaldas o recorrer un pequeño espacio queda fuera de escena. En otras ocasiones, los empleados dejan entrever sus problemas con la organización y con su propio trabajo en comportamientos y comentarios desdeñosos, manejan sin respeto los recursos que tienen a su alcance sin tener en cuenta que los clientes están viendo todo su “teatro”. La “enfermedad”: “Otra vez... dile que no estoy” Esta “enfermedad” aparece cuando un cliente tiene repetidos contactos con un mismo personal de contacto. El empleado cansado consigo mismo de no dar solución al problema, ve en las demandas del cliente una nueva dificultad. Se cansa de oírlo, se cansa de darle explicaciones y huye. A partir de aquí, el cliente no tiene información de ninguna clase y el empleado desaparece. Una “enfermedad” muy actual. En definitiva, cualquier manual de psicología básica nos asegura que un problema está casi resuelto el día que lo reconocemos. Si es así, la salud de una organización respecto a la atención al cliente, en definitiva, la salud de su personal de contacto, vendrá dada por un ejercicio de autoescucha. La actitud que tomen el propio personal de contacto y la empresa será esencial para ello. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 63 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 3.- Calidad del Servicio en la Administración Pública Es cierto, también, que el estado de salud de la organización es responsabilidad de sus dirigentes y que ellos con sus decisiones provocarán más o menos enfermedades en el personal de contacto. En definitiva, es de obligado cumplimiento que la organización no deje sólo a su personal de contacto en esta difícil papeleta de atender al clienteciudadano. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 64 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 4.- Tipología de Ciudadanos-Clientes y Atención personalizada 4. TIPOLOGÍA DE CIUDADANOS-CLIENTES Y ATENCIÓN PERSONALIZADA. 4.1. Tipología de ciudadanos según el reconocimiento de sus derechos. Las personas que viven dentro de unos límites territoriales tienen unos derechos ciudadanos (ser informados, recibir servicios satisfactorios, expresas sus opiniones y tenerlas en cuenta, etc.) que se derivan de su residencia en este territorio, por ejercer en él sus derechos políticos y por pagar sus impuestos. Derechos que se asocian a unos deberes de responsabilidad hacia la Comunidad, entre los cuáles el más característicos es la participación en la vida democrática. Por ello, los ciudadanos, cuando se relacionan con la Administración, asumen diversos roles bastantes diferentes a los que pueden establecerse cuando una persona es cliente de un servicio privado. En primer lugar, estas personas, ante todo, poseen unos derechos y unos deberes sociales y políticos, lo que les confiere una capacidad política reconocida para intervenir en la configuración del gobierno, a través del voto democrático, y así influir en la propia gestión de los servicios públicos que recibirá. Por otra parte, los ciudadanos, dada su condición de contribuyentes, son de alguna manera co-propietarios de los entes que prestan los servicios públicos. A partir del reconocimiento de los derechos de ciudadanía, los ciudadanos pueden agruparse de acuerdo a la siguiente tipología: Ciudadano Administrado. Cuando el poder y el grado de sustitución que tiene son bajos, ya que la oferta pública o es la única posible para el ciudadano y está obligado a recurrir a ella (licencia de obras, permisos, certificaciones, etc.) o aunque exclusiva, el grado de elección por parte del ciudadano pasa únicamente, por el ejemplo por el cambio de territorio. Se puede considerar que para esta oferta los ciudadanos no tienen libertad de Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 65 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 4.- Tipología de Ciudadanos-Clientes y Atención personalizada elección. En esta situación de verdadero monopolio la oferta de la Administración no está orientada necesariamente a los ciudadanos. Ciudadano Usuario. En algunas ocasiones aparecen elementos de equilibrio en el intercambio entre la oferta del servicio y su necesidad por parte del ciudadanos (asistencia sanitaria, sistema educativo, etc.). Se trata de servicios en los cuales existe una cierta flexibilidad del ciudadano para optar entre diferentes tipos de oferta pública, aunque no siempre pueda realizar esta elección. En este caso, la Administración adopta una cierta orientación hacia el mercado, aunque mantenga su oferta ceñida a las características institucionales públicas. Ciudadano Consumidor. En algunas situaciones los ciudadanos pueden escoger los servicios entre una oferta variada, en la cual pueden concurrir la iniciativa privada y pública, y mediante la entrega de un “tiquet o vale”, pueden disfrutar gratuitamente de los mismos. En esta situación, el cliente no es propiamente el ciudadano, sino la Administración que paga el servicio, aunque aquél posee algunas de las características propias de un cliente del servicio privado: puede escoger y, si no le gusta el servicio, abandonarlo por otro de su agrado. Ciudadano Cliente. Esta condición se da cuando hay un elevado grado de sustitución y el poder discrecional del ciudadano es muy alto. En esta situación el intercambio entre la oferta y la demanda es libre y, ciertamente, se da en unas condiciones de competitividad (agencias de colocación, servicio de correo, algunos transportes, localización de espacios industriales, etc.). Se trata de un escenario único en el cual la propia Administración ha introducido elementos de mercado en la provisión de los servicios públicos procurando que el ciudadano pueda optar entre oferta pública y privada y buscando que pague por los servicios y pueda practicar el derecho de elección de los mismos. Sólo en estos casos es posible hablar con propiedad del ciudadano como verdadero cliente de la Administración. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 66 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 4.- Tipología de Ciudadanos-Clientes y Atención personalizada 4.2. Tipología de clientes difíciles. Muy pocos profesionales conocen de antemano cómo es el nuevo cliente que acaba de demandar un determinado servicio, sin embargo los muy avezados y con muchos años de experiencia cuando comienzan a observarlos van descubriendo poco a poco de qué tipo de cliente se trata. Así, por ejemplo, nos podemos topar con una amplia tipología de clientes difíciles, si bien ésta podría aumentarse con ligeros matices: EL SABELOTODO DESCRIPCIÓN: Enseguida toman el hilo de la conversación Demuestran conocer a fondo el servicio Nos asfixian con datos Excesiva seguridad en sí mismos ACTUACIÓN: Ir haciendo resúmenes de su disertación Utilizarlos luego para nuestra presentación Asentir a sus argumentos Esperar a que se vendan ellos mismos EL INDECISO DESCRIPCIÓN: Les cuesta tomar una decisión Les falta la suficiente autonomía para decidir por sí mismos ACTUACIÓN: Presentarse rápidamente Buscar la coincidencia de criterios Ir centrando al cliente Tomar la decisión por ellos, dándoles razones que les autojustifiquen EL INDIFERENTE DESCRIPCIÓN: Nos escuchan por cortesía Les preocupa otra cosa y no están interesados en nuestra conversación ACTUACIÓN: Aumentar la gama de estímulos (pruebas del producto o servicio) Variar el tono de voz Hacer preguntas de control Gesticular En definitiva, cualquier mecanismo que rompa la indiferencia Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 67 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 4.- Tipología de Ciudadanos-Clientes y Atención personalizada EL IMPACIENTE / APRESURADO DESCRIPCIÓN: Manifiestan tener mucha prisa ACTUACIÓN: Si tiene prisa Atender con rapidez y diligencia No mostrar nerviosismo Si solo pretende buscar una solución a sus problemas Dejar que tome las riendas de la situación Dejar que acabe imponiendo su criterio o de lo contrario estará insatisfecho EL IMPACIENTE / APRESURADO DESCRIPCIÓN: Discutidores y peleones por naturaleza Polemizan sin importarles sobre qué (aprovechan cualquier oportunidad) ACTUACIÓN: Dejar que descarguen su energía Evitar cualquier tipo de enfrentamiento Construir la argumentación a partir de sus propias palabras Usar la suavidad, el humor, halagos, pedir su opinión EL CHARLATÁN DESCRIPCIÓN: Buscan cualquier pretexto para charlar con alguien Intentan ganarse el afecto Suelen hacer grandes parrafadas sobre cualquier tema ACTUACIÓN: Procurar interrumpir con preguntas que le obliguen a dar respuestas muy concretas Redireccionarle hacia un punto muy concreto EL TÍMIDO DESCRIPCIÓN: Suele solicitar los servicios del vendedor pretendiendo no molestar Le suele faltar confianza ACTUACIÓN: Consideración especial, devolviéndole la confianza y el interés que ha demostrado cuando solicitó su atención EL EXPLOTADOR DESCRIPCIÓN: Considera a los demás como objetos para sus propios fines Conscientes de su prepotencia y la explotan Van buscando la Amenaza ACTUACIÓN: Lo principal, es identificarlos Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 68 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 4.- Tipología de Ciudadanos-Clientes y Atención personalizada El hecho de que sean considerados difíciles no supone una gran amenaza para la prestación del servicio, se pueden convertir en buenos o mejores clientes. El truco residen en adaptarse a ellos con éxito, interacción que si termina siendo positiva puede generar un alto grado de satisfacción. Ante todo se debe actuar siguiendo los siguientes principios: Reaccionar con sencillez Mostrarse abierto y natural No aparecer como una persona distante Ofrecer el mismo servicio y atención que a cualquier otro cliente Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 69 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones 5.- RESOLUCIÓN DE DUDAS Y OBJECIONES. La resolución de situaciones delicadas ha de ser uno de los puntos fuertes de cualquier profesional que aspire a hacer bien su trabajo. Por esta razón, consideramos que el tema tiene de por sí suficiente entidad como para dedicarle el contenido adecuado. Cada profesional, a partir de las recomendaciones que veremos a continuación, habrás de ser capaz de analizar los casos que se le puedan plantear en su situación concreta y puesto de trabajo en particular, con especial atención al hecho de que según cómo resuelva su situación, el resultado puede traducirse en la adquisición o la pérdida de un servicio adecuado. Por otra parte, el como se afronte y resuelva este asunto, tendrá una repercusión directa en la imagen de la organización y en la satisfacción de los ciudadanos-clientes. Cabe delimitar, dos aspectos fundamentales que trataremos de forma diferenciada, como son el tratamiento de las objeciones (es decir, desarrolladas durante la prestación del servicio) y las quejas o reclamaciones (problemas surgidos posteriormente a la prestación del servicio). Para comprender las objeciones y por qué las formula el cliente, deberemos hacer el esfuerzo de ponernos en su lugar y escuchar. Tal vez, no consigamos llegar a aceptar de buen grado que nos hagan objeciones, pero desde luego, sabremos esperarlas sin temor y responderlas de la manera más adecuada al caso. Por otro lado, si el profesional está dispuesto a admitir que la mayoría de las objeciones son resultado de la indecisión que sufre el cliente, estará en situación de reflexionar sobre los diferentes tipos de objeciones y sus respuestas. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 70 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones 5.1. Tipos de Objeciones. Que alguien objete significa varias cosas: Que ha escuchado lo que le hemos contado sobre el servicio. Que hay algo del servicio que no encaja con la idea previa o las expectativas que sobre él se había forjado. Que si los dos puntos anteriores se han dado es porque ese cliente tiene un interés real por el servicio: existe la necesidad que el servicio pretende cubrir. Naturalmente, puede darse el caso de que el cliente nos plantee las objeciones más absurdas como medida evasiva para zafarse de la acción de servicio. Sin embargo esta actitudes es propia de un tipo de cliente muy concreto y no es lo habitual. Así pues, volvamos a lo dicho anteriormente. Si el hecho de plantear una objeción significa, o puede significar, un interés real por satisfacer las necesidades que nuestro servicio cubre, la primera norma que se habrá de aplicar siempre es la de escuchar. A partir de ahí se será capaz de clasificar la objeción, dándole la importancia y tratamiento adecuados. Las objeciones pueden dividirse en cuatro grandes grupos: Las objeciones triviales: Que generalmente son observaciones o comentarios que se formulan en el curso de la conversación. Las objeciones a medio madurar: Se derivan de algo que el cliente ha oído o leído y que no ha comprendido plenamente. Muchas veces se formula con el único fin de impresionar al profesional. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 71 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones Las objeciones auténticas: Es decir, un argumento que el cliente considera importante para no adquirir el servicio. ¿Son inevitables estas objeciones?. Algunas de ellas sí. Sin embargo, su número puede reducirse de manera importante: Desarrollando totalmente la presentación y demostración del servicio. Teniendo la seguridad de que la explicación de éste ha sido hecha con absoluta claridad. Si es conveniente, adelantando y refutando las objeciones antes de que el cliente las formule. Las objeciones que revelan indecisión por parte del cliente: Si el cliente encuentra difícil tomar la decisión, (y no hay que olvidar que hay clientes que temen tomarla), entonces hace algo que le resulta mucho más fácil: formula una objeción. 5.2. Comprender al ciudadano-cliente. La primera regla que debemos tener presente a la hora de prepararnos para hacer frente a cualquier tipo de objeciones, es: “comprender lo que pasa por la mente del cliente”. Tenga en cuenta que las objeciones dejarían de ser un problema para el profesional, si éste comprende que, en su mayoría son el resultado de una incertidumbre por parte del cliente. De hecho por mucho que le preocupen las objeciones, más debe preocuparle la persona que no formula objeción alguna, limitándose a decir “si, si,...”, mientras usted habla. Naturalmente lo único que esa persona tiene en mente es no mostrarse desatento con usted, pero puede pasar que no se entere de nada o probablemente niegue la posibilidad de adquirir el servicio al final de la conversación. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 72 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones En ocasiones, además, la objeción no es más que una petición indirecta de información. Por consiguiente, la mayoría de las objeciones no han de considerare como motivo de discusión, sino como solicitudes de más amplia información o como demostraciones de indecisión. Por otro lado hay que considerar, además las motivaciones estrictamente personales, (consideradas también psicológicas), que motivan al individuo a objetar: Todo sujeto desea sentir que él es el importante en la conversación con el profesional. Todo sujeto desea sentir que sus opiniones son respetadas. Todo sujeto desea interiormente estar satisfecho, al margen de lo que piense el profesional. Todo sujeto desea sentir que la decisión de actuar, es suya. Todo sujeto desea sentir que el nivel profesional y personal del empleado son los del tipo de persona con quien realmente desea tratar. Por otra parte, uno de los problemas más difíciles para un profesional es verse obligado a solventar una objeción que se deriva de un prejuicio, entendido como una “opinión contraria a algo, que no se fundamenta en una base raciona”. A menudo, los prejuicios parecen carecer totalmente de base. Las personas, en general, están cargadas de prejuicios que se derivan en objeciones de todo tipo que tienen en su origen información insuficiente y, muchas veces, errónea. Suelen ser mucho más difíciles de superar que los basados en un razonamiento, por adversa que sea su conclusión. “Un prejuicio no puede ser aplastado. Nada pueden las sonrisas, las razones o el desprecio”. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 73 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones ¿Qué hacer entonces ante un prejuicio?: Trate los prejuicios con consideración. Demuestre al cliente que comprende que haya llegado a formarse esa opinión, aún cuando no la comparte. Hágale notar que simpatiza con él. Recuerde que lo el cliente cree es lo más importante para él. Más aún, es de una importancia absolutamente desproporcionada con su valor objetivo. “Los hombres rara vez disputan sobre hechos pero muy a menudo loasen sobre prejuicios”. No intente vencer un prejuicio argumentando contra él. No se han adquirido por ese medio, y no se disiparán mediante él. “Razonar contra un prejuicio es como luchar con una sombra: agota a quien lo intenta, pero no afecta al objetivo”. El mejor medio es sugerir con suma delicadez y de una manera indirecta que el prejuicio no concuerda con otras convicciones del cliente. “Haga que el cliente perciba su inconsecuencia”. 5.3. Como enfrentarse a las objeciones. Antes de ninguna otra consideración, ha de quedar perfectamente clara la actitud ante cualquier objeción. Habrá un gran número de caso a los que haremos frente con razonamientos comprobados. Sin embargo, en otros, nos enfrentaremos a nuevas objeciones para las que el cliente espera respuesta inmediata. En este momento surgen dos puntos importantes que no deberemos perder de vista: En primer lugar, la respuesta inmediata a una objeción no debe ser nunca un contra-argumento, porque muy probablemente le lleve a una discusión. En realidad puede ocurrir que el cliente espere que Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 74 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones usted rechace su opinión y, por tanto, tiene ya a priori una actitud especialmente crítica. En segundo lugar, analice siempre la objeción antes de contestar. Como ya hemos apuntado antes, puede parecerle que ha comprendido correctamente la objeción y en consecuencia dar una respuesta inmediata. Sin embargo, y de manera súbita, la situación se torna tremendamente embarazosa, porque la “simple objeción”, en realidad, escondía tras de sí profundos motivos de rechazo. Una objeción puede refutarse: Antes de ser formulada, al ser formulada, en un momento posterior o nunca. Refutación de las objeciones antes de que sean formuladas. A veces merece la pena en esforzarse en refutar una objeción antes de que el cliente la haga. Sin embargo, sólo deberá anticiparse si está razonablemente seguro de que será formulada. El hecho de refutar una objeción antes de que sea manifestada infunde sinceridad a toda la argumentación, demostrando al cliente que estamos dispuestos a considerar los puntos débiles del servicio, al mismo tiempo que esperamos de él la valoración positiva del mismo. La refutación inmediata de la objeción. El mejor momento para rechazar una objeción es, general, inmediatamente después de ser expuesta. Aplazar la refutación. En determinadas circunstancias es aconsejable demorar la respuesta a una objeción. En vez ce hacerlo tan pronto como el cliente la manifiesta, podemos aplazarla para después. Algunas de las circunstancias en las que puede resultar aconsejable aplazar la refutación de la objeción son: - Cuando la objeción carece de importancia. - Cuando la refutación ha de ser tan larga y compleja que impide el desarrollo ordenado de la exposición. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 75 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones - Cuando no conozca todos los datos necesarios para poder dar al cliente una respuesta válida y convincente. Un profesional nunca ha de rebatir las objeciones dando respuestas al azar. Si desconoce la respuesta adecuada, admítalo y diga al cliente que se informará. Cuando no refutar. Hay de determinados argumentos que nunca deber rechazarse: - Los irrefutables. - Los triviales. Si una objeción no merece la pena de ser contestada, olvídela o no la tome en consideración. Con independencia del valor subjetivo que tenga para el cliente, a usted no le interese enredarse en ella, dado que por su falta de consistencia, tampoco podrá oponerle grandes argumentos y el riesgo de discusión aumenta. Maneras de refutar las objeciones Convertir la objeción en un motivo de satisfacción. Todo profesional debería perfeccionarse en esta técnica. De hecho su empleo no es tanto una demostración de habilidad como de sentido común. La teoría en la que se basa es que, cuando un cliente aduce una objeción, revela su principal argumento en contra del servicio. Si el profesional consigue convertir dicha objeción en un motivo de satisfacción, tendrá una excelente ocasión satisfacer plenamente al cliente. Deje al cliente refutar su objeciones. A menudo es posible conseguir que sea el propio cliente rebata su propia objeción o admita su invalidez. Este método no debe ser utilizado cuando el cliente argumente en contra de un asunto acerca del cual no sepa gran cosa. El método consiste en dejar que cliente siga hablando. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 76 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones A veces es sólo eso lo que en el fono desea. Haga preguntas al cliente sobre sus objeciones, y déjele hablar. Quizá el mismo refute sus propios argumentos y si no es así, en cualquier caso se desahogará y perderá impulso. Si, como ocurre con frecuencia, el argumento carece de importancia, o el cliente conoce sólo en parte el asunto del que se está hablando, generalmente divagará un rato y acabará por admitir que se trata de un asunto de poca monta. Dejar que el cliente elimine el mismo sus objeciones requiere mucha paciencia y muchas preguntas, pero es un método realmente eficaz. Explique por qué no son válidas. En este caso deberemos explicar al cliente los hechos reales. Partimos de la base de que la resistencia del cliente no es, en el fondo, más que una solicitud de más información. Se puede hacer de varias formas: en ocasiones, la mejor forma de hacerlo es mediante un caso análogo que le resulte al cliente más claro o más próximo. Otro método práctico consiste en reducir la importancia de la objeción con el chiste o gracia adecuada, aunque este es un sistema extremadamente delicado. Admítalas. Ciertas objeciones no es posible refutarlas por la sencilla razón de que son válidas, auténticas e irrefutables. Por tanto admítalas y siga adelante. No pierda el tiempo tratando de convencer a u cliente de que está equivocado... especialmente si no lo está. Por eso, si el cliente pone de manifiesto alguna objeción válida, lo mejor que se puede hacer es admitirla, poniendo de relieve a continuación que tal objeción queda más que compensada por otras ventajas que el servicio ofrece. Una ventaja adicional de este sistema es que el cliente posiblemente quede sorprendido por su sinceridad y franqueza. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 77 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 5.- Resolución de dudas y objeciones Niegue la objeción. Refutar la objeción negándola, raras veces es aconsejable, pero puede justificarse en determinados casos muy concretos: - Si la objeción es evidentemente falsa. - Si está razonablemente seguro de que el cliente no está firmemente convencido de su propia objeción. Además de esta situaciones, hay que desmentir siempre al cliente si éste pone en tela de juicio la honradez e integridad del profesional, de la organización o de alguno de sus responsables. En tal caso no queda más remedio que negarlo con firmeza, ya que aquí no caben argumentos verbales de ninguna clase. Generalmente, además, puede desmentirse a un cliente sin recurrir a la violencia y sin perder dignidad ni la cortesía. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 78 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 6.- Gestión de Quejas y Reclamaciones 6. GESTIÓN DE QUEJAS Y RECLAMACIONES. Ya hemos visto las objeciones, es decir, las razones que el cliente opone durante la prestación del servicio que se ofrece. Sin embargo al abordar este tema no podemos dejar de lado algo tan importante como las quejas y las reclamaciones: después de todo una queja es una objeción que se materializa después de realizarse el servicio. Por este motivo, adquiere especial relevancia, dado que aspectos como la imagen, la credibilidad, y profesionalidad de nuestra organización y nosotros mismos puede quedar en entredicho. ¿Que se entiende por Queja? “Aquella manifestación de descontento por parte del cliente por no encontrar un servicio acorde con las expectativas del mismo” 6.1. Importancia de las quejas y reclamaciones. Las quejas y reclamaciones de los ciudadanosclientes son una fuente de información de alto valor para la Organización, pero no todos los clientes insatisfechos manifiestas sus problemas, por lo que es necesario establecer canales de expresión de quejas y reclamaciones cómodos y comprensibles por todos los ciudadanos-clientes. Tratar adecuadamente las quejas y reclamaciones de los clientes nos permitirá no sólo incrementar bajos niveles de satisfacción, sino también evitar campañas de comunicación negativas para la Organización. Cuando un cliente manifiesta una queja o reclamación es necesario escucharle y comprender sus Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 79 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 6.- Gestión de Quejas y Reclamaciones problemas para poder darle una explicación y solución a los mismo de forma ágil y satisfactoria. Todas las organizaciones, y en especial la Administración, han de fomentar que los clientes expresen abiertamente sus posibles quejas y reclamaciones, ya que éstas proporcionan información, ayudan a mejorar el servicio ofertado y ofrecen la oportunidad de satisfacer al cliente prestando servicios de calidad. Así mismo, nos encontramos en una situación actual, donde las exigencias de los ciudadanos-clientes aumentan progresivamente. Uno de los factores que han sido cruciales a la hora de favorecer el cambio en los ciudadanos ha sido la aparición de la asertividad. La asertividad es producto de una sociedad libre en la que sus componentes se ven capaces de reclamar sus derechos abiertamente. Nuestro país ha ido, poco a poco, generando mecanismos sociales y educativos que hacen que los individuos se vean más hábiles para reconocer sus deseos y saber qué es lo que quieren, y por qué. En consecuencia, es absurdo luchar contra las exigencias de los ciudadanos-clientes. Cada día habrá muchas más, y nosotros deberemos, desde nuestra postura favorecerlas. La asertividad de los clientes es una oportunidad para mejorar nuestro trabajo, hecho que no nos podemos permitir perder. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 80 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 6.- Gestión de Quejas y Reclamaciones No obstante, también existe un grupo numeroso de ciudadanos que prefieren no presentar sus quejar y reclamaciones por las siguientes razones: Ciudadanos que creen que no merece la pena molestarse ni perder el tiempo porque no van a conseguir nada a cambio. Ciudadanos que no saben cómo presentar una queja o reclamación ni dónde acudir para hacerlo. Si analizamos las causas que llevan a estos ciudadanos a no formular las quejas o reclamaciones, llegamos a la conclusión de que es necesario establecer un sistema cómo y sencillo para presentarlas, de modo que la gente no sienta termo ni pereza en comunicar los errores de la organización. Al mismo tiempo será necesario demostrar la eficacia de las reclamaciones, indicando que se conseguirá ante una reclamación. Hay que dar a conocer que la Organización desea y necesita saber cuándo algo falla. 6.2. Tratamiento de quejas y reclamaciones. Para poder responder y solucionar eficientemente las quejas y reclamaciones de nuestros clientes, es necesario en primer lugar identificar el tipo de queja o reclamación de que se trate, ya que lo que en ocasiones parece una queja pude no ser más que una confusión y viceversa. Todo el personal de la organización, y en especial el personal de contacto con el cliente, ha de conocer y enfatizar los siguientes aspectos generales en el contacto personal con el cliente que presenta sus quejas: Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 81 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 6.- Gestión de Quejas y Reclamaciones Dar tiempo al reclamante para calmar su enfado escuchándole activamente mientras expone todas sus quejas, mostrando calma y comportándose de forma racional: En ningún momento se debe discutir ni intentar rebatir las opiniones de los clientes aunque pensemos que puedan ser erróneas. En estos momentos iniciales es necesario escuchar y comprender que las personas enfadadas actúan inicialmente motivas más por sus emociones que por las razones. Mostrar preocupación por el problema del cliente y por la forma más adecuada de solucionarlo: Manteniendo una relación profesional, ya que en estas situaciones es posible que el cliente considere descortés e incluso ofensivo un trato muy cordial o familiar. Mientras el cliente esté exponiendo su queja no debemos interrumpirle, aunque sí tenemos que responder con prontitud a sus preguntas: Cuando haya finalizado su exposición es conveniente resumir los puntos principales del asunto asegurándonos de que el cliente está de acuerdo con nuestra interpretación del problema. No echar culpas a instancias superiores o a otros compañeros de la organización: Ya que además de proyectar una mala imagen personal no tiene eficacia para el reclamante, porque para él el empleado que le atiende representa a toda la organización. Es conveniente tomar responsabilidades en la medida de lo posible para asegurarse de que la queja se resuelve satisfactoriamente. Facilitar, si es necesario y posible, al cliente las vías de reclamación interna de la organización: Registrar la queja y dirigirse con el reclamante a l persona que pueda ayudarle. Adoptar medidas para que el cliente, especialmente si debe esperar un cierto tiempo, se sienta cómodo y relajado: Haciéndole pasar a una sala de espera, ofreciéndole un café, un periódico, etc. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 82 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 6.- Gestión de Quejas y Reclamaciones Agradecer al cliente su queja y disculparse por las posibles molestias ocasionadas: Es un acto de cortesía que sirve para cerrar convenientemente la comunicación y mostrar una vez más nuestro interés por la solución del problema. Como normal general, es recomendable respetar las siguientes fases en el tratamiento de quejas: Reconocer el problema: Escuchando con interés y mostrando al cliente que está siendo atendido y comprendido. Preguntar: Evidenciando comprensión por el cliente y su problema y asegurando, mediante la escucha activa, que estamos entendiendo el motivo de su reclamación. Confirmar: Asegurando la correcta comprensión y mostrando al cliente que su problema ha sido captado por la organización. Explicar: Indicando los pasos que se van a seguir para solucionar la queja o reclamación, así como las personas que van a encargarse del tema y el posible tiempo de espera. Agradecer: Mostrando interés por la queja y la rápida solución del posible problema ocasionado. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 83 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios 7.- HABILIDADES SOCIALES EN LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS. A pesar de la influencia de las nuevas tecnologías de la información en los procesos y sistemas establecidos para mejorar la calidad al ciudadano, las relaciones humanas y la comunicación, continúan siendo la base de la atención y calidad al cliente en la mayoría de los contextos organizacionales. La correcta relación con los clientes permitirá a la organización conocer los cambios y variaciones de sus actitudes y expectativas, y podrá anticiparse a sus necesidades. En este punto es muy importante recordar la importancia del personal de contacto con el ciudadano-cliente, ya que son quines más han de saber comunicarse y relacionarse para obtener y dar información relevante. Desde esta perspectiva, en la que las relaciones humanas y los procesos de comunicación son un aspecto fundamental de la calidad de servicio, habilidades sociales como la empatía, la escucha activa, la capacidad de ser asertivos en nuestros comportamientos y en nuestra comunicación, etc., son imprescindibles en las competencias de los empleados públicos. Como comentamos en la introducción de este material, las habilidades sociales referidas ya aparecen en el material didáctico de la competencia Sensibilidad Interpersonal, que ya ha sido trabajada previamente en el itinerario formativo, motivo por el que no consideramos pertinente volver a incluir dicho material para no ser reiterativos y repetitivos, pero sí aconsejamos volver a revisarlo para refrescar actitudes, habilidades y comportamientos necesarios para alcanzar un excelente nivel de servicio. Siguiendo los parámetros y la clasificación de competencias emocionales establecidas por Goleman cuando desarrolla el concepto de “inteligencia emocional”, podemos afirmar que la competencia que estamos trabajando alude, por un lado, a la preocupación por el orden, que está relacionada con el motivo de logro (y emocionalmente con la competencia Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 84 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Motivación que es una competencia personal) pues persigue un interés por el trabajo propio, por que esté bien hecho, y un interés por la organización y la claridad en lo que se hace (la pregunta clave para identificar esta competencia es ¿Presta la persona atención a los pequeños detalles y los organiza?). Por otra parte, también hace referencia a la competencia orientación al servicio al cliente, que implica un deseo de ayudar y servir al cliente satisfaciendo sus necesidades, lo que entronca esta competencia con la Calidad, y está relacionada con el motivo de afiliación, aunque la consultora Hay McBer plantea esta competencia dentro del bloque de la Influencia (que está relacionada con la motivación de poder). En un plano emocional es una competencia incluida en la Empatía, igual que la Sensibilidad Interpersonal (la pregunta clave para identificar la competencia es ¿actúa la persona en beneficio del cliente?; en nuestro caso sería ¿actúa el empleado público en beneficio del ciudadano?, y ¿lo hace según lo que determina su puesto de trabajo o va más allá de lo que tiene que hacer desarrollando una preocupación genuina por las necesidades y problemas de los ciudadanos?). Por tanto, la adquisición o desarrollo de esta competencia nos lleva a desarrollar una preocupación por el trabajo bien hecho, que en el caso de los empleados públicos tiene que ver más con conseguir el beneficio y la satisfacción de los ciudadanos que con lo que determina nuestro rol o puesto de trabajo. Se convierte así en una competencia que viene determinada por la relación con los demás, luego a nivel emocional es una competencia influida y determinada por las competencias sociales (empatía y habilidades sociales). Esto explica que, evidentemente, igual que en la sensibilidad interpersonal, todos los aspectos relacionados con la empatía y las competencias comunicativas centradas en la escucha son inherentes y propias de la misma. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 85 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Recordemos los niveles máximos de desarrollo de la competencia: 6. Se compromete y se responsabiliza personalmente de subsanar los problemas y demandas del cliente, toma los datos necesarios en relación con las necesidades del cliente y planifica una serie de pasos coherentes y rápidos dirigidos a resolver su problema. 7. Se preocupa por el cliente y aborda sus necesidades de fondo, mantiene una actitud de total disponibilidad con el cliente, comprende sus problemas y desarrolla un plan de acción encaminado a resolver sus necesidades, haciendo más de lo que espera el cliente y adecuando el servicio, con una comunicación de los resultados al mismo. Considerando los comportamientos especificados en los niveles anteriores observamos que el campo de la inteligencia emocional para esta competencia abarca un amplio campo, relacionado principalmente con otros ámbitos emocionales como, por ejemplo, la influencia como utilización de tácticas de persuasión eficaces para convencer o consensuar y recabar el apoyo de los demás; la comunicación, como emisión de mensajes claros para informar; la resolución de conflictos, como capacidad de llegar a acuerdos con los clientes para solventar conflictos y problemas, en una búsqueda del ganar-ganar; la motivación de logro, en cuanto nos esforzamos por mejorar o satisfacer un criterio de excelencia en nuestra atención al ciudadano; el compromiso, por cuanto secundamos los objetivos de ese ciudadano; y la iniciativa, pues actuamos de forma proactiva y rápida para solucionar y satisfacer los problemas y necesidades del cliente. Comentemos un poco más sobre estas habilidades desplegadas en nuestra relación de atención y orientación hacia los demás. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 86 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios 7.1.- La capacidad de influencia en la orientación al ciudadano. Como bien plantea Goleman (1998), el arte de la influencia consiste en tener adecuadamente en cuenta las emociones de los demás. Los trabajadores excelentes son muy diestros en la transmisión de señales emocionales, lo que les convierte en comunicadores capaces de influir en las personas que les rodean. Como habremos observado y experimentado en más de una ocasión, las emociones son contagiosas, son una especie de “virus social” que hace que cada uno de nosotros capte las emociones de los demás, y viceversa, constituyendo un proceso de doble vía, donde cada uno de nosotros influye en el estado de ánimo de los demás. Aunque normalmente se trate de algo demasiado sutil como para advertirlo, la transmisión del estado de ánimo es muy poderoso. Lo único que podemos hacer es tomar conciencia del hecho de que los estados de ánimo de los demás nos afectan. Y esto es muy importante, porque las emociones se convierten en señales vitales para la supervivencia; dicho de otra manera, son las emociones las que nos dicen a qué tenemos que atender y cuándo debemos disponernos a actuar. Las emociones representan los ganchos de atención y funcionan a modo de advertencias, invitaciones, señales de alarma, etc.; son mensajes poderosos que transmiten información vital no articulada en palabras, pero constituyen así un tipo de comunicación sumamente eficaz, que fomenta una interacción más fluida y eficiente. Cada uno de nosotros contribuye así a que los demás se sientan un poco mejor (o un poco peor), que va desde lo emocionalmente tóxico o perjudicial a lo sumamente nutritivo o beneficioso. Sea como sea, la suma de intercambios emocionales no deja de ser sumamente beneficiosa para el desarrollo y funcionamiento de una organización. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 87 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Y precisamente nuestra organización requiere gran cantidad de esos intercambios, tanto hacia dentro (con los propios compañeros) como hacia fuera (en la prestación de nuestros servicios a los ciudadanos). Por tanto, si queremos realmente orientarnos al cliente-ciudadano tenemos que tener la habilidad social de movilizar adecuadamente las emociones, tanto las nuestras como las de aquellos. Para ello sería conveniente que reflexionemos y practiquemos las siguientes orientaciones y comportamientos: Desarrollemos Contagiaremos sentimientos sus beneficios positivos a hacia nuestros los demás. interlocutores y compañeros alentando actitudes y comportamientos como la equidad, la cooperación, la colaboración, el rendimiento, la mejora continua, la eficacia, la percepción de que salimos ganando. Dirijámonos a los demás con la sonrisa por delante (por muy cruda, tensa o conflictiva) que sea la situación. La sonrisa es la más contagiosa de las señales emocionales y tiene un poder casi irresistible para despertar la sonrisa de los demás, además de alentar siempre los sentimientos positivos. Identifiquemos y practiquemos tácticas eficaces de influencia cuando tenemos que convencer a los demás o recabar su apoyo. Para ello tenemos que “saber identificar” el momento en que ya no sirven los argumentos lógicos y hay que suscitar y recurrir a cuestiones más emocionales. Aunque es muy importante la capacidad de apelar a la razón y a los hechos, enfatizar la información más relevante, desarrollar razonamientos o controlar la impresión que podamos suscitar en los demás, la utilización adecuada de “acciones contundentes-evidentes” tiene la virtud de captar la atención y despertar la emoción de los demás, convirtiéndose así en las estrategias más adecuadas del arte de la influencia. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 88 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Lo anterior requiere saber qué sienten los demás y tratar de comprender su punto de vista y sus necesidades (recordemos, empatía), si no es imposible promover nuestra capacidad de influencia. Esta, necesariamente se ve facilitada por la identificación de un factor común que sirva de vínculo. Por tanto, para influir en los demás tenemos que tomarnos nuestro tiempo para conocer y detectar dichos factores o aspectos vinculantes. Por tanto, en la prestación de nuestros servicios, si realmente estamos orientados al cliente, no podemos actuar con autoritarismo intentando imponer nuestras ideas o criterios, sino buscar a través de un elemento común el nexo para establecer un consenso, un compromiso de beneficio mutuo (el poder de la influencia es social y se halla en consonancia con las metas colectivas por lo que resulta totalmente ajeno a los logros egoístas individuales) 7.2.- La comunicación y la orientación al ciudadano. Si hay algo que debe definir claramente nuestra preocupación por ofrecer servicios de calidad a los ciudadanos es la capacidad de escuchar abiertamente sus necesidades, sus demandas, sus problemas... y mandarles mensajes convincentes. En definitiva, la capacidad de comunicarnos eficazmente con ellos, para lo que resulta primordial mantener constantemente abiertos los canales de comunicación. Todos conocemos que la clave de todas las habilidades sociales consiste en ser un buen comunicador, ésta es la capacidad que diferencia en muchas ocasiones a los empleados “excelentes” de los “mediocres o malos”. Y en esta habilidad resulta asimismo crucial el arte de la escucha (permanecer receptivo, comprender, no interrumpir, formular las preguntas adecuadas y buscar sugerencias). Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 89 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios También la capacidad para controlar nuestro estado de ánimo acabará determinando el trato que mantendremos con los demás. La calma y la paciencia resultan muy importantes. De hecho, poco importa el estado de ánimo en que nos encontremos al relacionarnos con las personas que demandan nuestra atención y servicio, porque la cuestión consiste en saber permanecer al mismo tiempo serenos y conectados. Efectivamente, el estado de ánimo neutro es el más adecuado para relacionarnos con los demás: implica una puesta a cero emocional y nos permite adaptarnos a las exigencias que nos presente la situación, a la vez que nos predispone a implicarnos más plenamente y nos dota de más presencia emocional. Si queremos, por tanto, mandar mensajes convincentes a través una comunicación abierta y sincera, lo que nunca debemos hacer es permanecer atrapados en un estado de ánimo destructivo, pues es un serio impedimento para la interacción fluida con los demás. Si nos hallamos sumidos en un estado de ánimo muy intenso, los demás sentirán que no estamos disponibles, que “estamos ausentes”, lo que deteriora nuestra comunicación con ellos. Sin embargo, la capacidad de “mantenerse en calma” nos ayuda a dejar provisionalmente de lado nuestras preocupaciones y, al mismo tiempo, permanecer abiertos a nuestras respuestas emocionales, como plantea Goleman (1998), una característica admirada en todo el mundo, incluso en aquellas culturas que en ciertas ocasiones prefieren la agitación a la calma. Tenemos así que las personas que pueden permanecer tranquilas mientras los demás están inquietos son capaces de recurrir al autocontrol, entablan fácilmente una conversación y permanecen implicadas en ella. Al contrario, quienes están atrapados en sus emociones se hallan en un estado mucho menos disponible a las exigencias del momento. Un estudio (Goleman, 1998), ha puesto de manifiesto que las personas más comunicadoras comparten la capacidad de adoptar una actitud sosegada, Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 90 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios tranquila y paciente, sea cual fuere el estado emocional en que se hallen. Se trata de personas capaces de dejar a un lado los imperativos de sus propios sentimientos y quedar enteramente disponibles para la persona con quien se hallen. Se toman el tiempo necesario para recopilar información esencial y encontrar una forma de ser útil, incluyendo dar feedback constructivo. En lugar de mostrarse agresivos, tienden a ser muy concretos sobre lo que está bien o está mal y a hacer que las cosas sigan funcionando al tiempo que corrigen los posibles errores que vayan presentándose. Eso les permite estar lo bastante tranquilos como para permanecer abiertos a lo que se les dice y responder con precisión a cada problema que se les presenta. 7.3.- El manejo de conflictos en la orientación al ciudadano. En el desempeño de nuestro trabajo podemos encontrarnos, a veces con demasiada frecuencia, situaciones tensas y/o personas difíciles en el trato, donde debemos actuar con diplomacia y tacto. De nada sirve utilizar la “táctica del avestruz” cuando tenemos que enfrentarnos a cualquier situación conflictiva. La mejor forma de solucionarlos es reconocer abiertamente el posible conflicto y airear los desacuerdos. Así nos situamos en el punto de partida ideal para poder afrontarlos y solucionarlos, primero fomentando el descenso de la tensión, después alentando el debate y la discusión abierta (para ello utilizaremos nuestras mejores dotes para la comunicación -empatía, escucha activa, asertividad...-, y por último buscando el modo de llegar a soluciones que satisfagan plenamente tanto a los demás como a nosotros mismos. Las orientaciones que acabamos de especificar representan, a nuestro entender, la mejor manera de manejar los conflictos y las situaciones problemáticas mediante la negociación y la resolución de los desacuerdos. Las personas competentes en esta habilidad destacan en reconocer el modo en que se crean los problemas y dan los pasos necesarios para calmar a los implicados. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 91 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios La diplomacia y el tacto son cualidades esenciales para el éxito en trabajos delicados donde las personas funcionen bajo presión y dependan unas de otras, y esto sucede en el ámbito del empleado público continuamente. Para ofrecer, por tanto, el mejor servicio, atendiendo a las necesidades y demandas de los ciudadanos, es importante que seamos capaces de reconocer las posibles fuentes de conflicto, asumir la responsabilidad de nuestro rol en el mismo, disculparnos si es necesario y participar abiertamente en la discusión de las perspectivas de los demás. Tenemos que tener en cuenta que cualquier proceso de resolución de desacuerdos es algo “fundamentalmente psicológico”, por lo que resulta necesario que seamos capaces de “leer los sentimientos” de la otra parte, ya que los acuerdos son emocionales y lo que importa no es tanto lo que dicen las palabras como lo que piensan y sienten las partes implicadas. Goleman (1998) plantea que “el hecho de que el conflicto supone siempre un perjuicio para todas las partes implicadas convierte toda negociación en un ejercicio de resolución conjunta de problemas. La razón de que se tenga que llegar a la negociación radica en que las partes en litigio tienen perspectivas e intereses contrapuestos y se centran en tratar de convencer al rival de que acceda a sus deseos. Pero el mismo acto de negociar supone el reconocimiento de que el problema es mutuo y de que la solución debe resultar satisfactoria para ambas partes. En este sentido, la negociación no es tanto una actividad competitiva como cooperativa. A fin de cuentas (...) el proceso de negociación restaura la cooperación entre las partes en conflicto. La resolución conjunta de los problemas transforma, pues, la relación”. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 92 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios En nuestra atención al ciudadano, a la hora de solucionar dificultades, solo nos caben dos planteamientos: la solución del conflicto donde ambos obtengamos ventajas equitativas, o el compromiso, donde ambas partes renunciamos equitativamente a algo. Nunca la imposición. Las amenazas y las exigencias emponzoñan toda relación negociadora; por el contrario, la generosidad puede ser una estrategia provechosa a largo plazo, especialmente si la relación es continua. Para finalizar este apartado, recomendemos algunas orientaciones útiles para solucionar conflictos adecuadamente: Comencemos calmándonos y buscando el mejor modo de expresar nuestros pensamientos Mostremos nuestra disposición a resolver las cosas hablando del problema en lugar de dejarnos arrastrar por la agresividad Formulemos nuestro punto de vista en un lenguaje neutro más que en un tono de enfrentamiento Tratemos de encontrar formas equitativas de resolver el problema colaborando para encontrar una solución admisible 7.4.- La motivación en la orientación al ciudadano. Según determinados investigadores del comportamiento humano, independientemente de la actividad que realicemos, por más rutinaria que esta pueda ser, la clave de nuestra satisfacción a la hora de realizarla no radica tanto en el tipo de actividad, sino en un singular estado mental denominado “flujo” que nos impulsa a realizar las cosas del mejor modo posible. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 93 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios El “flujo” aparece cuando movilizamos todas nuestras habilidades o nos hallamos fascinados por un proyecto o actividad que exige lo mejor de nosotros mismos. Este tipo de reto nos absorbe de tal modo que nos concentramos hasta quedar suspendidos “fuera del tiempo” y llegar a perdernos en lo que estamos haciendo. En este estado parece que hagamos las cosas sin realizar esfuerzo alguno y nos adaptemos fluidamente a las exigencias siempre cambiantes de la situación. El estado de flujo es, en sí mismo, un placer. Estos planteamientos determinan, para muchos autores, que la verdadera motivación para nuestro trabajo reside no tanto en los incentivos económicos o en los ascensos, lo que no quiere decir que no tengan su importancia, porque siguen siendo verdaderos acicates para mantener nuestro rendimiento, sino que los alicientes más poderosos se sitúan en el ámbito interno de la persona: las personas se sienten mejor cuando hacen lo que les gusta, lo que les proporciona placer y satisfacción. Por tanto, el estado de “flujo” es el movilizador o motivador último. Nos sentimos atraídos por las actividades que nos gustan porque cuando las llevamos a cabo entramos en dicho estado. Las personas que se hallan en estado de flujo hacen que lo difícil parezca fácil, una apariencia externa que no es sino un reflejo de lo que está ocurriendo en su cerebro. Paradójicamente, el flujo nos permite acometer una tarea excepcionalmente compleja con un nivel mínimo de actividad y de consumo de energía cerebral. La razón parece estar en el hecho de que, tanto cuando nos aburrimos y estamos apáticos como cuando nos sentimos ansiosos, nuestra actividad cerebral permanece difusa, el cerebro se halla en un elevado nivel de activación escasamente focalizado y las conexiones neuronales no se atiene a ninguna pauta concreta. Sin embargo las pautas de activación cerebral durante el estado de flujo son eficaces y precisas y como resultado de ello tiene lugar una disminución global del nivel de activación cortical, aunque la persona pueda hallarse implicada en una tarea sumamente compleja. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 94 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Las investigaciones han puesto de manifiesto que en los trabajadores “excelentes” es posible hablar de una relación muy estrecha entre el estado de flujo y las tareas que más críticas les resultan para sus objetivos y productividad, algo que no suele darse en las situaciones irrelevantes o incluso en los momentos de ocio y tiempo libre. Por tanto, para estos trabajadores la excelencia y el disfrute de su trabajo son una y la misma cosa. Luego, nuestra motivación para ser excelentes debe estar vinculada a sentir nuestro trabajo como un verdadero disfrute, y para ello debemos seguir las siguientes orientaciones: “Estar presentes” en nuestro trabajo. Esto significa permanecer completamente atentos y comprometidos con lo que estamos haciendo (por ello lo hacemos de la mejor manera posible). Implica también que nuestros compañeros y “clientes” nos consideren personas accesibles y responsables. Si no estamos presentes, la “ausencia psicológica” implica la realización del trabajo de modo rutinario, mecánico, manifiestamente aburridos o desconectados. “Inmersión” en la tarea. Como en el estado de “flujo” debemos concentrarnos y prestar una atención plena a la realización de nuestra tarea, realizar una inmersión completa en la misma. Lo contrario nos llevaría a la apatía y a la ansiedad. Hacer las cosas cada vez mejor. Esta debe ser nuestra meta. Y para ello nada mejor que el estado de flujo, que nos impulsa espontáneamente a ella, porque las personas aprendemos más y mejor cuando estamos completamente implicados en lo que hacemos y porque cuando más ejercitamos una tarea mejor la desempeñamos. El resultado de esto es una motivación continua que nos permite afrontar retos cada vez más complicados (motivación de logro). Si no vemos cada día nuestro trabajo como una sucesión de desafíos interesantes que pongan a prueba nuestras habilidades, se convertirá de tan fácil y familiar en tedioso y aburrido. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 95 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Tenemos que tener expectativas de éxito en lo que hacemos. Nuestros motivos determinan cómo vemos el mundo ya que la atención es selectiva y lo que más nos importa es aquello a lo que atendemos de manera automática. De este modo la persona motivada por alcanzar resultados descubre modos de hacer mejor las cosas, de ser emprendedor, innovador o de dar con alguna ventaja competitiva. Por otra parte, es necesario una cantidad moderada de estrés –buen estrés- para movilizarnos y concentrarnos en nuestras actividades (el exceso nos enferma, el déficit nos aburre y paraliza), para proporcionarnos la energía necesaria para llevar a cabo un esfuerzo sostenido. Esto implica también que nuestra motivación hacia el éxito tenga un efecto autorreforzante. El buen estrés nos permite estar más atentos y concentrados en la realización del reto que nos hemos marcado y que pensamos que vamos a realizar satisfactoriamente, ayudándonos a permanecer serenos e implicados. Este último punto nos lleva a la necesidad o motivación de logro. Esta es una de las competencias más habituales de los trabajadores excelentes. En este sentido, dentro de nuestra orientación al ciudadano, esta habilidad nos permite recabar la información necesaria para reducir la incertidumbre y descubrir formas más adecuadas de llevar a cabo las tareas en las que nos hallamos implicados. En definitiva, de buscar la excelencia en lo que hacemos. ¿Qué es la excelencia?: esforzarnos continuamente por mejorar y satisfacer más adecuadamente las expectativas de nuestros “clientes” (compañeros, ciudadanos). Y éste precisamente es el “credo” de la motivación de logro. La excelencia, por tanto, exige la motivación de logro. La preocupación por la calidad y por los ciudadanos satisfechos del servicio que les prestamos requieren asimismo esa necesidad de logro por nuestra parte. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 96 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Por tanto debemos acometer nuestras actividades como un reto que nos moviliza y que estamos seguros de que vamos a realizar excelentemente; todo lo que quede fuera de este planteamiento nos lleva a la apatía, al desinterés, al “estrés”, al fracaso y a la insatisfacción de nuestro trabajo. Debemos recordar asismismo que las personas con necesidad de logro están interesadas en conocer cuál es su nivel de desempeño, y por tanto lo solicitan a compañeros y jefes, y en fijar su actuación en torno a medidas e indicadores tales como objetivos o normas de calidad. También muestran una gran avidez hacia las nuevas ideas e información, solicitando regularmente la opinión de los demás. 7.5.- El Compromiso con el Ciudadano. Las personas nos comprometemos cuando sintonizamos con los objetivos de otras personas, de un grupo, o de una organización. En esos momentos estamos dispuestos a “sacrificarnos” en aras del objetivo superior de la organización, o recurrimos a los valores esenciales del grupo para clarificar situaciones, alternativas y tomar las decisiones adecuadas, y buscamos activamente oportunidades para cumplir la misión del grupo o de la organización. La esencia del compromiso es fuertemente emocional, pues solo nos sentimos vinculados con las metas y objetivos de los demás que armonicen con los nuestros propios. Esto implica que tenemos que ser conscientes plenamente de cuáles son los objetivos, metas y valores, tanto propios como de los demás. La ausencia de una misión clara por ambas partes impiden el “ajuste” y el compromiso no puede surgir de modo espontáneo y firme. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 97 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Goleman (1998) indica que las personas que son capaces de comprometerse son los ciudadanos modélicos de cualquier organización, personas que no se limitan a cumplir con su cometido sino que, como guijarros lanzados a un estanque, generan ondas de buenos sentimientos que terminan afectando a la totalidad de la organización. Los empleados comprometidos soportan fácilmente las condiciones estresantes de trabajo cuando sea necesario, y se crecen ante los desafíos y las presiones. Y este compromiso nace del vínculo emocional. Luego debemos desarrollar este vínculo con los demás (compañeros, jefes, y sobre todo clientes-ciudadano) para sentirnos orgullosos con nuestro trabajo, con nuestro rol laboral, y poder ofrecer así el mejor servicio posible. 7.6.- La iniciativa en la orientación al ciudadano. Goleman (1998), plantea las siguientes características de las personas con iniciativa: Están dispuestas a aprovechar las oportunidades. A menudo, las personas con iniciativa asumen la forma de un espíritu emprendedor. Saben que no siempre se presenta la posibilidad de liderar un proyecto, por ejemplo, y por esa razón no dejan escapar la ocasión y la asumen con un planteamiento profesional de reto y expectativa de crecimiento personal en la organización. En este sentido, actúan antes de que las circunstancias externas les obliguen a hacerlo, lo que se traduce en que suelen tomar medidas para evitar los problemas antes de que se presenten y saben aprovechar las oportunidades antes que los demás. Quienes carecen de iniciativa no afrontan los acontecimientos sino que reaccionan a ellos. Y la falta de previsión obliga siempre a operar en condiciones críticas, de modo que esos trabajadores se ven obligados continuamente a afrontar urgencias que no habían llegado a prever. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 98 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Persiguen los objetivos más allá de lo que se requiere o se espera de ellas. Una vez enfrascados en el desarrollo de una nueva actuación buscan más allá de lo establecido; dicho de otra manera, una vez cubiertos los objetivos establecidos, procuran encontrar otras líneas que deriven el trabajo hacia nuevas mejoras. Uno de los rasgos distintivos de las personas que carecen de iniciativa es una sensación de impotencia que les lleva a creer que sus esfuerzos no sirven para nada. Las personas con iniciativa consideran que su voluntad puede determinar su futuro, una actitud que influye poderosamente en el modo con que abordaremos las vicisitudes de nuestra vida profesional. No dudan en saltarse las rutinas habituales cuando sea necesario para llevar a cabo el trabajo. Ninguna rutina frenará el desarrollo de la actividad; utilizarán su creatividad para que, sin saltarse la normativa al efecto, puedan buscar soluciones a los obstáculos que puedan surgir. No obstante, esto hay que hacerlo con conciencia social, con empatía y visión de conjunto, pues si no puede acarrear consecuencias negativas imprevistas. Movilizan a otros a emprender esfuerzos desacostumbrados. El trabajo en equipo es un concepto tremendamente arraigado en las personas con iniciativa (no se puede emprender nada si no contamos con la colaboración de los demás compañeros); por ello, utilizarán todas sus habilidades para convencer a los demás de la necesidad de dicha movilización. Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 99 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente 7. Habilidades Sociales en la prestación de servicios Los empleados con iniciativa son optimistas, y las personas optimistas está predispuestas a valorar e interpretar de un modo realista los contratiempos y asumir su posible responsabilidad en ellos. Insisten en conseguir sus objetivos a pesar de los obstáculos y contratiempos que se presenten. Son resistentes a la frustración y, por esa razón, no dejarán que ningún obstáculo ponga fin a aquella actividad que entiendan como innovadora y perfectamente encuadrable en su concepto de iniciativa. Consideran que los contratiempos se deben más a circunstancias controlables que a fallos personales. Por este motivo nunca se ven desbordados por la frustración y aprovechan el tiempo para buscar soluciones, nunca para lamentarse de algo mal hecho. Consideran, por tanto, cualquier error o fracaso como una lección para hacer mejor las cosas, como una verdadera oportunidad para mejorar. En este sentido, tenemos que ser más tolerantes con los errores de los demás ayudándoles a aprender de ellos. Operan más desde la expectativa del éxito que desde el miedo al fracaso. Van buscando siempre el objetivo de hacerlo bien, hacerlo mejor o conseguir la excelencia; ninguna de su actuaciones se dirige hacia la evitación del fracaso; arriesgan, pero de forma planificada. En este sentido, el optimismo está estrechamente ligado con la esperanza, con la expectativa de que vamos a conseguir lo que nos hemos propuesto; consiste en saber los pasos que debemos dar para alcanzar un determinado objetivo y disponer de la energía necesaria para ello. Las expectativas de éxito se convierten así en una fuerza motivadora cuya ausencia lleva a la paralización (recordemos lo que hemos comentado anteriormente referente a la motivación de logro). Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 100 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente Referencias Bibliográficas REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ■ Almunia, J. (1993). Estrategias de modernización de la Administración Pública. Conferencia en el Club de Gestión Pública de la Asociación de Antiguos Alumnos de ESADE, 25 de enero. ■ AA.VV. (2001). Cuarto encuentro sobre Calidad de los Servicios. 6 de marzo. Segovia: Junta de Castilla y León. ■ Blanco, A. (2001). Atención al cliente. 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Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 101 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente NOTAS Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 102 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente NOTAS Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 103 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente NOTAS Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 104 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente NOTAS Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 105 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente NOTAS Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 106 Preocupación por la calidad y orientación al ciudadano-cliente NOTAS Escuela de Administración Pública de la Región de Murcia 107 Región de Murcia Consejería de Presidencia y Administraciónes Públicas