PARA LIDERAR, APRENDE… Y PARA PROGRESAR, ENSEÑA Por José Luis Castro ¿Qué aprendiste hoy? La mayoría de los profesionales con curiosidad intelectual pueden responder a esta pregunta tras pensarlo un momento. Y cuando se les pregunta cómo lo aprendieron, probablemente también podrán responder. Pero para hacerlo interesante: si te pidiera que durante un mes llevaras un diario pormenorizado, no sólo lo que has aprendido, sino de cómo lo has aprendido, te quedarías atónito ante la variedad de formas que aparecerían. Los especialistas han identificado que existen al menos 16 formas diferentes de aprender, desde la asimilación y la inmersión hasta el modo tangencial y la enseñanza online. Disculpa mi ligera desviación hacia la teoría del aprendizaje. El tema de este mes es la importancia de inculcar una cultura del aprendizaje en tu organización. El aprendizaje continuado es el principal precursor de la mejora continuada. Y es tiempo, tanto de disipar la idea de que el aprendizaje profesional tiene lugar en una sola dirección o lugar, como de aclarar cualquier duda acerca de que facilitar ese aprendizaje resta recursos hasta un nivel injustificable. Una seña de verdadero liderazgo es que tu presencia siempre logre hacer mejor a tu gente. Cuando te marchas, tu huella permanece. La única manera de lograr eso en una era como ésta, de cambio rápido y constante, es comprometerse en profundidad con el desarrollo de la plantilla y apoyar y posibilitar el aprendizaje en toda la organización. Todo esto empieza contigo (el modelo en que todo el mundo se fija). Necesitas mostrar de manera activa que te mantienes al tanto de los últimos avances (no sólo en tu campo profesional sino también en cada uno de los elementos inherentes al liderazgo: recursos humanos, informática, finanzas, y todo lo demás). Todo esto produce expectativas y nuevos criterios para la organización y el desarrollo de la plantilla. También te confiere credibilidad y autoridad mientras trabajas y gestionas. Tal y como haces para ti mismo, identifica áreas en las que quieres que tu equipo crezca y aprenda. Después crea o propicia oportunidades para que ellos también lo puedan hacer. Ya lo sé: no hay tiempo para enseñar; los recursos no son suficientes; el aprendizaje es costoso. Pero hazlo de todas formas. El aprendizaje no es algo para lo que deba aprovecharse cualquier “tiempo muerto” cuando el presupuesto lo permite. Es esencial para la mejora y el crecimiento de la organización. Aquí tienes algunas ideas para maximizar los beneficios del aprendizaje que puede que no hayas considerado completamente: Logra que tenga significado. No envíes a tus empleados a realizar cursos en solitario o como una recompensa. Deberían afrontar el aprendizaje con un plan para incorporar lo aprendido a su trabajo una vez se reincorporen a éste. Anímales a que hagan una presentación para aquellos de sus compañeros que no hayan asistido al curso. Posibilita poner en práctica lo aprendido. Tareas motivadoras y rotativas y puestos que incluyan proyectos visibles y de alta prioridad son oportunidades para aprender y crecer en el trabajo. Lleva a cabo talleres regulares sobre cómo un equipo o un empleado resolvieron un reto, o para el análisis de un caso de la vida real. A tu gente le ocurre lo que a todo el mundo: brillan cuando se les proporciona la posibilidad de compartir sus experiencias y logros. ¡Y eso es algo contagioso! Comparte noticias, internas y externas, con toda la organización por email, intranet y en persona de forma habitual. Convoca a tu gente a reuniones o cenas informales que puedan servir como plataforma para compartir y adquirir conocimientos. Cuando el presupuesto limita las opciones para un aprendizaje tradicional, investiga las posibilidades de los cursos online. No olvides crear un mecanismo para que los que asistieron a cursos compartan lo aprendido con aquellos que no lo hicieron. Programa viajes a vuestras instalaciones fuera del centro de trabajo o a las de organizaciones similares. Existen alrededor nuestro muchas lecciones que aprender, sólo esperan a ser encontradas y asimiladas. ¡Búscalas! Considera la creación de un puesto de Jefe de aprendizaje. Enfatiza la importancia del aprendizaje añadiéndolo a los criterios para el avance de la organización. María Montessori, la gran educadora del siglo XX, dijo en una ocasión que ella siempre sabía cuándo sus métodos tenían éxito: cuando sus alumnos “trabajaban como si yo no estuviera”. Animar y posibilitar el aprendizaje es la manera en que una organización sigue siendo efectiva y relevante. Es la manera en que forjamos la próxima generación de líderes. Es la manera en que todo tu trabajo y esfuerzo continúa viviendo. Liderazgo es igual a aprendizaje. Ábrete a ti mismo y a los principales miembros de tu equipo a las nuevas ideas.