Artículo 1°: Quedan derogados los artículos 13 al 21 del Titulo I

Anuncio
Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-0266/11)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
Artículo 1°: Quedan derogados los artículos 13 al 21 del Titulo I,
Capitulo II del Código de Comercio de la Nación.
Artículo 2°: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Ana M. Corradi de Beltrán.
FUNDAMENTOS:
Señor Presidente:
La presente iniciativa tiene como fin la derogación expresa de los
mencionados artículos por constituir una violación del principio de
igualdad y no discriminación consagrado en nuestra Constitución
Nacional y los consagrados en los tratados internacionales sobre
Derechos Humanos reconocidos y de jerarquía Constitucional
establecidos en el artículo 75, inciso 22 .
Los siguientes artículos a derogar del Titulo I, Capitulo II del Código de
Comercio son:
Art. 13. El matrimonio de la mujer comerciante no altera sus derechos
y obligaciones relativamente al comercio. Se presume autorizada por
el marido, mientras éste no manifestare lo contrario por circular dirigida
a las personas con quienes ella tuviere relaciones comerciales,
inscripta en el Registro de Comercio respectivo y publicada en los
periódicos del lugar.
Art. 14. La mujer casada, mayor de edad, puede ejercer el comercio,
teniendo autorización de su marido, mayor de edad, dada en escritura
pública debidamente registrada o estando legítimamente separada de
bienes.
En el primer caso, están obligados a las resultas del tráfico todos los
bienes de la sociedad conyugal, y en el segundo, lo estarán solamente
los bienes propios de la mujer, los gananciales que le correspondan y
los que adquiere posteriormente.
Art. 15. La autorización puede ser tácita, cuando la mujer ejerce el
comercio a vista y paciencia del marido, sin que éste se oponga por
declaración debidamente registrada y publicada.
Art. 16. La mujer no puede ser autorizada por los Jueces para ejecutar
actos de comercio contra la voluntad de su marido.
Art. 17. Concedida la autorización para comerciar, puede la mujer
obligarse por todos los actos relativos a su giro, sin que le sea
necesaria autorización especial.
Art. 18. La autorización del marido para ejercer actos de comercio sólo
comprende los que sean de ese género.
Se presume que la mujer autorizada para comerciar, lo está para
presentarse en juicio, por los hechos o contratos relativos a su
comercio. En caso de oposición inmotivada del marido, pueden los
jueces conceder la autorización.
Art. 19. Tanto el menor como la mujer casada comerciantes, pueden
hipotecar los bienes inmuebles de su pertenencia, para seguridad de
las obligaciones que contraigan como comerciantes.
Al acreedor incumbe la prueba de que la convención tuvo lugar
respecto a un acto de comercio.
Art. 20. La mujer casada, aunque haya sido autorizada por su marido
para comerciar, no puede gravar, ni hipotecar los bienes inmuebles
propios del marido, ni los que pertenezcan en común a ambos
cónyuges, a no ser que en la escritura de autorización se le diera
expresamente esa facultad.
Art. 21. La revocación de la autorización concedida por el marido a la
mujer, en los términos del artículo 18, sólo puede tener efecto si es
hecha en escritura pública que sea debidamente registrada y
publicada.
Sólo surtirá efecto en cuanto a tercero, después que fuera inscripta en
el Registro de comercio y publicada por edictos, y en los periódicos, si
los hubiese
La discriminación contra la mujer es una dramática realidad en el
mundo, la mujer tiene grandes dificultades para acceder a puestos de
trabajo, especialmente los de conducción, los salarios, en la vida
diaria, son menores que los de los hombres. La situación de la mujer
sigue siendo desfavorable en la mayor parte de las sociedades,
debido, sobre todo, a las presiones culturales. Si bien en la argentina
tenemos una red normativa que reconoce la igualdad de los seres
humanos, todavía existen resabios de concepciones arcaicas al
respecto.
La reforma constitucional de 1994 incorporó en el Capítulo “Nuevos
Derechos y Garantías” el reconocimiento expreso de los derechos
políticos, garantizando la igualdad de oportunidades entre varones y
mujeres a través de acciones positivas.
La incorporación definitiva de la Argentina a los sistemas de protección
de los Derechos Humanos. En lo específicamente relativo a la
temática de la mujer debemos resaltar la decisión fundamental que
resultó de la ratificación en el año 1985 –por la ley 23.179- de la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer.
En relación con ella, y gracias a una activa participación,
especialmente de grupos de mujeres, se fueron adoptando diversas
medidas legislativas que introdujeron avances en la materia; entre
ellas creemos importante recordar: la patria potestad compartida, la
igualdad de hijos matrimoniales y extramatrimoniales, la ley de
matrimonio civil y, muy especialmente, la denominada “ley de Cupo” –
ley Nro. 24.012- que garantiza la participación de un mínimo de 30%
de mujeres en las listas de candidatos para cargos electivos
nacionales.
Estas importantes iniciativas promovieron la participación de la mujer
sin discriminaciones en la vida nacional y lograr el reconocimiento
pleno de los derechos consagrados en los textos internacionales.
La “Convención sobre la Eliminación de todas Formas de
Discriminación contra la Mujer” de Naciones Unidas, ratificada por Ley
23.179, en 1985 es el eje de la normativa antidiscriminatoria y como su
mismo texto lo expresa: “se hace eco de la profunda exclusión y
restricción que ha sufrido la mujer, solamente por razón de su sexo, y
pide igualdad de derechos para la mujer, cualquiera sea su estado
civil, en toda la esfera, política, económica, social, cultural, civil”.
En su artículo 15.1 establece “que los Estados partes reconocerán a la
mujer la igualdad con el hombre ante la ley”; y el 15.2 que expresa:
“Los Estados partes reconocerán a la mujer, en materias civiles, una
capacidad jurídica idéntica a la del hombre y las mismas
oportunidades para el ejercicio de esa capacidad. En particular, le
reconocerán a la mujer iguales derechos para firmar contratos y
administrar bienes y le dispensarán un trato igual en todas las etapas
del procedimiento en las cortes de justicia y los tribunales”. El artículo
16.1 enuncia que los Estados partes tomarán todas las medidas
adecuadas para eliminar la discriminación contra la mujer, asegurando
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres expresando en su
inciso c) “los mismos derechos y responsabilidades durante el
matrimonio y con ocasión de su disolución; y en su inciso h)”los
mismos derechos a cada uno de los cónyuges en materia de
propiedad, compras, gestión, administración, goce y disposición de
bienes, tanto a título gratuito como oneroso”.
La igualdad aparece como “un valor-guía” de la ética política, jurídica y
social, que amplía los límites jurídico-formales de la igualdad ante la
ley.
La noción de la igualdad ante la ley considerada como igualdad formal
implica el reconocimiento de que la ley tiene que ser idéntica para
todos, identificándose con los principios de generalidad y abstracción
de la norma jurídica. De esta manera, el principio de generalidad
plantea la exigencia de un trato igual de situaciones que se consideran
iguales.
Con lo antes dicho, en pos de contribuir a la eliminación de todas las
formas de discriminación que es producto la mujer desde hace
décadas y en mi rol de legisladora nacional es que solicito a mis pares
me apoyen con un voto afirmativo en la presente iniciativa.
Ana M. Corradi de Beltrán.
Descargar