A TRABAJAR EN EL AULA El Hombre que calculaba de Malba Tahan Por Lino Cubillos Hablar de este texto me produce un enorme agrado, pues es equivalente referirse a un amigo a quien uno mucho quiere y admira. Y la verdad es que este libro ha sido para mí un muy buen amigo a quien conocí el año 1980, mientras era estudiante de Pedagogía en Matemáticas. En un comienzo me pareció una fascinante obra oriental, ambientada en Persia, llena de magia y sabiduría, con mucho del prodigioso y misterioso halo de Las mil y una noches. Sultanes, imanes, visires y cadis, suntuosos palacios y fantásticas historias eran, en su conjunto, un extraordinario relato que tenía como protagonista principal a Beremiz Samir. Este maravilloso personaje estaba dotado de una habilidad sin igual de calcular y, sobre todo, de razonar. Era además en extremo erudito, tanto de la religiosidad musulmana como de la psicología humana, y muy compenetrado de la cultura islámica en su más amplia acepción. Lo notable de este texto es que –en 35 capítulos y cerca de cien historias muy breves– vemos desplegarse, en todo su esplendor, la sutil sabiduría del pensamiento matemático que se expresa no solo a través de poco amistosas fórmulas, sino que también en la forma de sencillos cuentos. En ellos se habla de números y cantidades, pero también de infinito y de Dios (Alá); se habla de la recta, pero también de la rectitud. En sus páginas aprendí a conocer la diferencia entre divisiones aparentes, exactas y justas. También aprendí que la matemática no es un archipiélago de conocimientos dispersos e inconexos, sino que forma un conjunto armonioso que se vincula con todas las otras áreas del saber y que, finalmente, está presente hasta en los más inocentes acontecimientos de la naturaleza. Su autor, Malba Tahan, nos cuenta a través de Malba Tahan (2006), El hombre que calculaba. Pluma y Papel Ediciones. Beremiz Samir cómo la matemática está en nuestra vida cotidiana y en todo el Universo y cómo ella se conecta con la profundidad del alma. Demás está decir que El hombre que calculaba es una excelente lectura para todo profesor que quiera hacer clases de matemáticas más profundas y significativas y que aún mantenga el entusiasmo de ayudar a sus estudiantes, a través de la matemática, a ser hombres y mujeres más sabios y profundos. Sin embargo es un deber advertir que este texto debe ser leído y trabajado en pequeñas dosis: un cuento a la vez, tal como se disfruta una buena comida, de manera pausada y serena, dando tiempo a que los sabores y olores deleiten los sentidos. Para descubrir la matemática que está involucrada en cada cuento es necesario conectarla con la vida de nuestros estudiantes, comentar las múltiples lecturas que cada uno pueda hacer y decantar las enseñanzas. Finalmente un hecho tan notable y mágico como el libro, es su propio autor, Malba Tahan, o mejor dicho Julio César de Mello e Souza, su nombre civil, que no nació en Bagdad sino en Río de Janeiro el 6 de mayo de 1895 y que fue profesor de matemática, escritor y tenaz autodidacta y estudioso de la cultura y lengua árabes. Finalizó sus días en Pernambuco, a la edad de 79 años un día 18 de junio de 1974, sin haber visitado nunca Arabia y dando prueba con ello del poder de la fantasía y la narración en la creación de mundos tan mágicos como el de la matemática.