ADAPTACIONES METODOLÓGICAS IMPORTÁNTES A TENER EN CUENTA CON EL ESTUDIANTE CIEGO Para optar por una u otra metodología no basta taparnos los ojos y pensar en las dificultades que pueden aparecer; la situación es mucho más compleja ya que aunque cerremos los ojos la imagen mental la hemos adquirido con la vista y eso es lo que reproduce nuestro cerebro; en cambio, los ciegos la información la imagen mental que se hacen es la obtenida por el tacto. El aprendizaje es más lento ya que la vista nos proporciona datos de forma mucho más rápida que el tacto (el campo visual de un vidente es de 180º, mientras que el de un ciego es el que abarca sus manos), por esto el profesor de aula debería eliminar de sus explicaciones toda aquella información de la que se pueda prescindir pues, o bien el ritmo de la clase es muy lento o bien el alumno ciego se quedaría descolgado después de pasar pocos minutos de la primera clase. Dicho esto pasemos a plantear situaciones concretas. De forma general podemos tener en cuenta las siguientes consideraciones, válidas tanto para ciegos como para deficientes visuales: 1. Utilizar palabras, tales como “ver” o “mirar”, son parte importante del vocabulario del estudiante ciego y las utiliza para connotar sus métodos de ver, ya sea tocando o mirando de cerca. 2. Permitir un conocimiento y exploración de la ubicación de los elementos del aula. Siempre que se realice alguna modificación, explíqueselas y déjele comprobar los cambios. 3. Garantizar un orden del material propio (del estudiante ciego) y de uso común, a fin de favorecer siempre la localización autónoma del mismo. 4. Leer o decir en voz alta, las explicaciones que se realicen en el tablero. 5. Incluir al estudiante deficiente visual en todas las actividades escolares. Solicitar al maestro de apoyo sugerencias de métodos, materiales o ayudas que pueda precisar. 6. Favorecer la comprobación manipulativa, táctil o polisensorial de las experiencias que se realicen. 7. Al dirigirse a él o a cualquier evento de la clase, utilice referencias espaciales claras, sencillas y concretas, evitando expresiones vagas e imprecisas, como “ven aquí”, “aquellos... que se callen”, “tú, ven para aquí”, etc. 8. Evitar el viso centrismo en el lenguaje, es decir, no dar explicaciones de las materias basadas esencialmente en el sentido visual. 9. Exponer las otras cualidades sensoriales de los objetos o acontecimientos y si no es posible, explicar las características más relevantes, pero teniendo en cuenta que muchas explicaciones accesorias complican el proceso de comprensión del mensaje. 10. Controlar que las puertas, ventanas, etc., de armarios y clase, estén siempre abiertas o cerradas, nunca a medias para evitar accidentes o golpes. Es necesario también que el grupo-clase sea consciente de esta necesidad. 11. Al dirigirse al alumno con pérdida visual, sobre todo al principio, es preciso identificarse mediante el nombre; las voces no son siempre fáciles de identificar, especialmente en grupos grandes, cuando hay excesivo ruido ambiental o en situaciones de estrés. No tolerar el consabido ¿Quién soy yo?, utilizado en muchas ocasiones, al dirigirse a personas ciegas. 12. Los alumnos suelen estar interesados, cuando tienen un compañero deficiente visual, en temas relacionados con la visión y problemas visuales. Veamos en primer lugar algunas adaptaciones metodológicas que se pueden llevar a cabo con alumnos ciegos y a continuación se describirán otras dirigidas a alumnos deficientes visuales. En cualquier caso, estas propuestas metodológica no se debe tomar como la única y verdadera, sino como una sugerencia que permita buscar la adecuada al alumno que tenemos en el aula. ADAPTACIONES METODOLÓGICAS PARA TENER EN CUENTA CON ESTUDIANTES DE BAJA VISIÓN Estas adaptaciones metodológicas variarán según el resto visual y la capacidad intelectual del alumno. Así, emplearemos técnicas y materiales de ciegos, de videntes o mixtos. Eso sí, como norma general las clases serán muy descritas, explicando detalles que los videntes ven en el tablero y que, por esta razón, el profesor obvia en su exposición. Al igual que ocurre con los estudiantes ciegos, hay actividades que el alumno podrá realizar tal y como aparecen en el libro de texto, otras se tendrán que adaptar y otras se eliminarán. Siempre defendemos que tanto al alumno ciego como al deficiente visual no se le dé un trato discriminatorio (ni beneficiándolo ni perjudicándolo), pero también es verdad que son muy lentos en la realización de tareas por lo que conviene plantearles aquellas que sean de verdadero interés y procurando no repetir el mismo tipo, si se observa que el alumno las domina. En caso de que a nuestro alumno no le diese tiempo de terminar en clase el trabajo propuesto deberá hacerlo en casa, en ningún caso se le debe dejar exento de tal tarea, pues cada vez se esforzará menos. La mayoría de los deficientes visuales tienen ayudas ópticas que si se utilizan debidamente reducen el esfuerzo que el profesor tiene que realizar para hacerse entender por este tipo de alumnado y favorecen la integración, la autonomía, el auto concepto... También es verdad que es muy difícil hacer que las usen ya que les preocupa mucho que los demás los consideren diferentes a ellos. Veamos algunas metodologías que se pueden seguir, de forma orientativa, en casos concretos. EXAMENES, PRUEBAS, EJERCICIOS Y CALIFICACIONES Las formas o procedimientos que tiene un alumno ciego para realizar estas actividades son prácticamente iguales que las del alumno vidente. Básicamente podemos hablar de dos: el ejercicio oral y el ejercicio escrito en Braille. Ejercicio oral. Se utilizará cuando el profesorado lo considere oportuno, bajo las mismas condiciones que para el alumnado vidente, ya que no presenta ningún tipo de dificultad adicional. Ejercicio escrito en Braille. Requiere la posterior trascripción por parte del alumnado ciego o del especialista, si el profesorado no ha aprendido el sistema. Existe también la alternativa del Braille Hablado, utilizada, sobre todo, a partir de la Educación Secundaria. De cualquier forma, el alumnado ciego es más lento en el desarrollo de tareas escritas que el alumno vidente, por lo que es aconsejable que disponga de su tiempo adicional, o bien establecer una reducción en el número de cuestiones o actividades. Cabe destacar la conveniencia de adaptar el boletín de calificaciones, para que puedan leerlas personalmente. Lo ideal sería realizar un “boletín” impreso en ambos sistemas (braille y tinta) que permita ser leído, al mismo tiempo, por sus padres y familiares. LOS APUNTES El alumnado ciego, igual que el vidente, debe recoger anotaciones de símbolos, esquemas o diagramas que se comentan en clase de forma oral ya sea escribiendo, con el Braille Hablado, con máquina PERKINS, o bien grabándolos en un magnetófono (siempre que el profesorado respectivo acepte la grabación de las explicaciones y el contenido de las mismas sea el adecuado para ello) o utilizando más de uno de estos recursos. El Braille Hablado es el elemento más útil para tomar apuntes. El profesorado de aula, sobre todo, el de Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza, debería contar con una signografía Braille donde consultar la trascripción de los nuevos signos que introduce en sus explicaciones, indicándole al alumno o a la alumna con ceguera cómo se presentan en el Sistema braille, al mismo tiempo que enseña el signo en tinta a los videntes. Esta signografía se la proporciona el profesorado especialista como parte de la documentación específica dirigida a los profesores y profesoras de centro donde se integra. ADECUACIONES DE EVALUACIÓN Permitirle al estudiante que presente evaluaciones en su sistema habitual de escritura (braille, tinta, macro tipo). El estudiante con limitación visual puede apoyarse del empleo de elementos de alta y baja tecnología en sus evaluaciones. Proporcione al estudiante más tiempo que a sus demás compañeros en la resolución de las evaluaciones escritas. Evalúe a través de concursos y otras estrategias lúdicas, para que haya una participación más activa del estudiante con sus compañeros. Solicite al docente de apoyo con anticipación la preparación del material para evaluación. Si es un cuestionario por ejemplo, téngalo trascrito en braille para el momento de la evaluación, sino léale cada una de las preguntas para que él la desarrolle y usted anote la respuesta en la hoja. Cuando la evaluación sea escrita y el maestro no conoce el sistema braille y se requiere de una trascripción inmediata, solicítele al estudiante que la lea; si no es muy urgente, entréguela al maestro de apoyo para que él se la trascriba a tinta. Es importante hacer énfasis en ortografía y redacción en todas las asignaturas. Los estudiantes pueden presentar evaluaciones en forma oral a través de exposiciones; tenga en cuenta su interés en la preparación y el apoyo en diversos materiales (ábaco, carteleras, fichas, láminas, entre otros) Si es trabajo en grupo asegúrese de involucrarlo en los diferentes proyectos, tareas e investigaciones con sus compañeros. Exija a los estudiantes entregar los trabajos extra clase, en Braille- tinta, impresos a máquina o en computador, aprovechando los recursos tiflotécnicos existentes en el Aula de Apoyo Especializada. ADECUACIONES ESPECÍFICAS PARA LA POBLACIÓN CON BAJA VISIÒN En el caso específico de los estudiantes de baja visión, se debe tener en cuenta que cada caso es particular y con necesidades de adecuaciones diferentes; sin embargo puede contemplar las siguientes recomendaciones: Adecuaciones de acceso Ofrecer una señalización y demarcación acorde a la condición visual de los estudiantes, involucrando contrastes y macro tipo, en pisos, puertas y paredes. Cuando se efectúen arreglos o daños, colocar señales de prevención. Evitar la ubicación de canecas, canastas, material de aseo, mobiliario, etc., en los corredores y en lugares diferentes a los asignados. Procurar mantener con iluminación artificial los salones y corredores, de forma permanente. Referirse en términos espaciales de acuerdo a la posición y ubicación de estos estudiantes como por ejemplo a su derecha, izquierda, en frente, a tres metros; con el fin de favorecer su orientación, comprensión y movilidad. Adecuaciones de los Elementos curriculares Los estudiantes con baja visión comúnmente necesitan letra macrotipo para su lectura y escritura, pero cuando la limitación es muy severa, requieren del sistema braille o libro hablado para su aprendizaje. Enseñe al estudiante con baja visión a mantener contacto visual con los objetos y especialmente con las personas. Algunos niños para lograr su mejor zona visual necesitan realizar movimientos compensatorios de cabeza, especialmente en lectura o apreciación de láminas. Permítale que lo haga. Cuando se trabaje en el tablero, lo ideal es hacerlo siempre con marcadores de colores que contrasten con la superficie del mismo, si este es blanco utilice colores como el rojo, negro o azul. Procure mantenerlos recargados. Algunos niños, niñas y jóvenes con baja visión al realizar tareas visuales se fatigan, pueden perderse del renglón, saltar letras o palabras y disminuir el ritmo de lectura y/o de su actividad. Cuando esto suceda es aconsejable un cambio de tarea o déjelo descansar un tiempo corto. Cuando se trabajen ilustraciones, escoja aquellas que no contengan demasiada información visual, ya que esto confunde y disminuye la percepción que el estudiante con baja visión pueda tener de la gráfica. Tanto los objetos como los dibujos y gráficas deben tener altos niveles de contraste para así obtener una mejor funcionalidad visual (blanco-negro, amarillo-negro, amarillorojo y verde-azul). En algunas actividades de escritura, lectura y dibujo es indispensable el uso del atril. Sugiera al estudiante usar lápiz 2B, 4B o 6B, esfero negro, plumón, micro punta, pues con ellos se obtienen trazos más gruesos y marcados. Si observa que el estudiante no usa adecuadamente el renglón, sugiérale que con ayuda de sus padres los resalte con un plumón delgado de color negro o del que mejor perciba. Si los textos, cuestionarios o guías tienen la letra y/o gráficos muy pequeños, es imprescindible fotocopiarlos, aumentando el tamaño y el color de la tinta. Procure usar papel opaco, así como colores fuertes como rojo, verde, azul, naranja que no sean brillantes. Cuando requiera de libros de texto para la clase puede consultar el material existente en el aula de apoyo (libros en macrotipo, libro hablado). ADECUACIONES A TENER EN CUENTA EN PREESCOLAR Y PRIMARIA Siendo preescolar y primaria los primeros niveles de escolaridad, son la base de todo el proceso de aprendizaje académico y social, de allí la importancia de proporcionar todo tipo de estímulos sensoriales que le brinden al niño(a) las condiciones óptimas para acceder al conocimiento, formar su personalidad, y constituirse como ser social. Para que este proceso se pueda llevar a cabo, es indispensable abordar al niño(a) desde todas sus dimensiones del desarrollo de manera integral. En este punto el trabajo con el niño(a) con limitación visual debe realizarse en la misma medida, con las mismas experiencias y oportunidades que sus pares, sin dejar de lado los apoyos complementarios.