Reunión del Consejo Mercado Común (CMC)

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Intervención Sr. Ministro Rodolfo Nin Novoa
-Reunión del Consejo Mercado Común (CMC)Asunción, 20 de diciembre de 2015
Señor Presidente,
Mis primeras palabras de congratulación son dirigidas a los hermanos pueblos del Paraguay,
Argentina y Venezuela por las muestras de solidez y madurez democrática que muy
recientemente estos Estados Miembros del MERCOSUR nos brindaron, a través de actos
eleccionarios ejemplares y que tuvimos el honor de acompañar a través de nuestros
representantes de la Corte Electoral, tanto en la elección presidencial en Argentina como en las
parlamentarias en Venezuela y las municipales en Paraguay.
La defensa de las instituciones y valores democráticos en nuestra América del Sur es una
responsabilidad que nos alcanza a todos en el marco del respeto a los principios del Derecho
Internacional.
Quisiera además darle la bienvenida a nuestra flamante colega, Susana Malcorra y felicitarla por
su nombramiento como Canciller de la República Argentina. Su capacidad de llevar adelante y a
buen puerto proyectos complejos y ambiciosos, combinada con su exitosa experiencia multilateral
en el ámbito de Naciones Unidas, constituirán sin dudas activos muy importantes de los cuáles
creo nos beneficiaremos todos.
Hecha esta necesaria introducción, deseo agradecer al gobierno y al pueblo paraguayo por la
cálida acogida a esta nueva Cumbre de MERCOSUR. Al mismo tiempo, deseo felicitar a la
Presidencia pro Tempore Paraguaya por el trabajo realizado en este semestre.
Debo hacer un reconocimiento a la actitud constructiva permanente del señor Canciller de
Paraguay para consultar, informar e intentar consensuar diversos temas que han sido objeto de
discusión en la agenda del MERCOSUR durante estos meses.
De la misma manera en que Paraguay hizo una gran tarea de coordinación intra-MERCOSUR,
también realizó un esfuerzo destacado de interlocución con nuestros socios extra regionales.
En particular, aspectos trascendentes como la coordinación de posiciones internas en relación a
las negociaciones con la UE, así como la representación del bloque ante las autoridades de la
Comisión Europea son claros ejemplos de mi afirmación.
Déjeme decirle señor Presidente que nos consta que en especial esa coordinación de posiciones
intra-MERCOSUR no fue nada sencilla. De la misma forma que no lo fue durante el primer
semestre cuando Brasil también hizo un excelente trabajo en el sentido señalado.
Mismo esfuerzo se valora a la Presidencia a la hora de poner en marcha los pasos tendientes a la
elaboración de un Plan de Acción de fortalecimiento comercial conforme fuera mandato por la
Decisión 23/15.
Pero Señor Presidente, permítame ir un poco más allá y decirle que en general debemos
reconocer que hoy en día generar y mantener una Agenda atractiva y con resultados positivos
concretos en nuestro MERCOSUR no es tarea fácil.
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Esa Agenda -que en su momento fue muy fértil con la multiplicación de iniciativas y buenas ideasadolece hace tiempo ya, a nuestro juicio, de cierta fatiga y estancamiento.
¿Porque se produce esa fatiga, señor Presidente?
Yo creo que esa fatiga es producto, por ejemplo, de la necesidad de discutir reiteradamente,
desde hace ya muchos años, cómo cumplir con los preceptos básicos de la Zona de Libre
Comercio de la subregión. Estoy haciendo alusión al corazón de la agenda interna del
MERCOSUR.
Hace 25 años nacía el MERCOSUR con el mandato claro de comenzar eliminando las
restricciones arancelarias y no arancelarias al comercio intrarregional y hoy continuamos sufriendo
el desgaste de trabajar en diagnosticar y decidir tratamientos a un conjunto de medidas que
afectan con diversas magnitud el flujo comercial intrarregional.
Hemos reiterado muchas veces que esa afectación impacta directamente en el trabajo y desarrollo
principalmente de las economías más pequeñas aumentando aún más las asimetrías
estructurales existentes. Como es sabido, cuando las cosas funcionan mal en un proceso de
integración, el “status quo” perjudica en especial a quienes más dependencia para con ese
proceso posee. Es lógica pura.
Señor Presidente,
La primera etapa de la “construcción” de la integración se hace, paradojalmente, a través de la
“destrucción” de barreras en frontera a la circulación de los bienes y servicios de los países socios
de un bloque. Es así como se eliminan los aranceles y las restricciones no arancelarias
conformándose una Zona de Libre Comercio.
Esa destrucción de barreras da paso luego naturalmente a una segunda etapa, ésta sí “de
construcción” propiamente dicha: se “construye” el Arancel Externo Común y se diseña una
política comercial común. Es entonces cuando se conforma una Unión Aduanera.
Claramente, la secuencia de esas etapas no tiene que ser perfecta y pueden sobreponerse pero
tiene cierta lógica desde un punto de vista teórico.
A lo que quiero llegar con este razonamiento y a partir del concepto de “fatiga” que mencioné
antes, es que a un cuarto de siglo de haber puesto los cimientos del MERCOSUR, aún tenemos
que desgastar nuestros recursos (humanos, técnicos y tiempo) en negociar aspectos primarios de
todo esquema de integración como la eliminación de barreras básicas al comercio.
En ese sentido, Uruguay impulsó en el semestre pasado – y contó con el apoyo de todos- la idea
de realizar un sinceramiento del estado de situación del comercio intra-región. Ello se tradujo en la
Decisión 23/15 y un compromiso de todos los países de fijar - una vez más- este tema como
prioritario dentro de la agenda interna del MERCOSUR.
Acá quiero reconocer un aspecto no menor: el apoyo de todos a la idea. Digo que no es menor
porque hasta hace muy poco había países que directamente se oponían a tan solo discutir este
tema. Hubo momentos en los cuales parecía que estaba prohibido sincerarse para poner arriba de
la mesa las disrupciones a las que se ha visto enfrentado y aún enfrenta el comercio de la región.
Basta ver los números en caída libre de los indicadores comerciales para darse cuenta de sus
consecuencias.
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Así como reconocemos ese cambio de actitud a partir de la Cumbre de Brasilia, no puedo soslayar
tampoco los importantes anuncios efectuados hace pocos días por el nuevo Gobierno argentino
en el sentido de eliminar uno de los instrumentos más nocivos utilizados contra el libre comercio
en la historia del MERCOSUR, como fue la Declaración Jurada Anticipada de Importación.
Celebramos ese anuncio no únicamente por el anuncio en sí mismo sino porque entendemos que
las nuevas autoridades están convencidas que era un pésimo instrumento discrecional y su
eliminación va más allá de un simple cumplimiento de una sentencia internacional condenatoria.
Señor Presidente,
Permítame concluir rotundamente con este tema en particular, que ha impactado de manera
crítica en el trabajo de miles de mis connacionales: Uruguay considera incomprensible que
después de 25 años se registren trabas comerciales absolutamente incompatibles con un proceso
de integración profundo, como se supone es nuestro MERCOSUR.
Sin embargo, al mismo tiempo, quiero expresar nuestra confianza y convicción en el sentido que
el diálogo y la negociación que venimos manteniendo, así como los cambios de actitud
mencionados, brindarán sus frutos a la brevedad.
En esa línea, la Presidencia uruguaya mantendrá este tema como prioridad en la agenda en el
próximo semestre.
Otro aspecto que indudablemente genera fatiga, Señor Presidente, es la agenda externa del
MERCOSUR.
En este punto es imprescindible también hacer una autocrítica. Acá el tema se podría presentar en
un eje dicotómico “ampliación de la agenda vs profundización de la agenda”. Es decir, algunos
pueden considerar que la agenda es demasiado amplia y ello perjudica concentrar los recursos en
aquellas negociaciones más prioritarias.
Uruguay entiende que ese es sólo una parte de la cuestión y nos debemos una discusión más
amplia para intentar comprender por qué los resultados de los últimos años en materia de
relacionamiento externo, han sido tan insatisfactorios.
Huelga decir que en los limitados resultados obtenidos ha impactado la diversidad estratégica en
materia de inserción comercial internacional que soberanamente han desplegado nuestros
respectivos países en estos últimos años. Está claro que es difícil coincidir en prioridades y formas
de encarar las negociaciones con terceros. Ese no es el gran problema; eso forma parte de la
lógica de la negociación intra-MERCOSUR.
El verdadero problema se presenta cuando esas prioridades y formas de ver las negociaciones se
tornan directamente incompatibles producto de esa visión estratégica diversa y por momentos
antagónica. Por ese motivo, tenemos que ser creativos y sincerarnos a su vez en esta vertiente de
la agenda del MERCOSUR.
Uruguay se propone levantar esa discusión en la PPTU con propuestas concretas que reflejen
una actualización regulatoria a la nueva realidad y que atienda las necesidades de todas las
Partes.
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Pensamos que la Decisión 32/00, piedra angular del relacionamiento externo desde hace tres
lustros, debería ser actualizada a la luz de esa realidad y en el marco del sinceramiento que
venimos proponiendo en general para el MERCOSUR.
Desde allá adelanto que nuestras iniciativas no serán revolucionarias sino que se buscarán
alternativas simples y consensuadas pero siempre desde una óptica inclusiva que tome en cuenta
las necesidades de cada país. De hecho, el MERCOSUR ya ha abordado estas circunstancias
antes y ha encontrado soluciones. Basta mencionar a modo de ejemplo la comprensión que en su
momento los países fundadores tuvimos con la postura de Venezuela en el contexto de las
negociaciones con la UE.
Señor Presidente,
Ser socios no debe implicar ser rehenes y honestamente, señores Ministros, mi país en varios
momentos cruciales se ha sentido más rehén que socio. Y eso, tenemos que intentar cambiarlo
sin violentar el espíritu del MERCOSUR.
Entrando a lo sustantivo en materia del relacionamiento externo, Uruguay aspira -como
Presidencia Pro Témpore- a continuar impulsando, tal como hicieron Brasil y Paraguay, las
diversas relaciones y negociaciones en curso, así como plantear eventualmente nuevas
iniciativas.
En ese contexto, continuar explorando caminos para finalmente concretar el intercambio de
ofertas con la UE es prioritario. No debemos olvidar que ello implicaría recién el inicio de un
proceso complejo.
Lamentablemente, no hemos podido hasta ahora -por nuestras propias incomprensiones a las
cuales antes aludía; así como por dificultades internas de la contraparte- avanzar de una vez con
esta negociación.
Asimismo, consideramos importante profundizar lazos con la Alianza del Pacífico; propiciar
nuevas reuniones con EFTA con miras a una eventual negociación; responder a la iniciativa de
India en relación a la profundización del Acuerdo existente y analizar el nuevo escenario que se
abre con SACU a partir de la proximidad de la entrada en vigor del Acuerdo firmado en 2009.
Además, diálogos con nuestros socios asiáticos deben ser parte de esa Agenda: Japón y Corea
son ejemplos pero no podemos dejar de reconocer la importancia de China para nuestros países.
Señor Presidente,
Porque es importante avanzar en esa agenda externa? El motivo es sencillo: el desvío de
comercio es el “nombre del juego” en la actualidad del comercio internacional. Conforme se va
negociando concesiones y preferencias en todas partes del mundo, nuestro acceso al mercado de
ese mundo se ve erosionado.
En ese sentido, resulta imprescindible que demos un salto de calidad
negociaciones externas y trabajaremos por ello desde la PPTU.
en materia de
Por otro lado, como siempre lo hemos sostenido, no hay que dejar de resaltar los aspectos de
Agenda Positiva del MERCOSUR. En ese contexto, el desarrollo y aplicación del FOCEM ha sido
fundamental. Al respecto, exhortamos al compromiso de internalizar la Decisión 22/15 aprobada
en Brasilia para hacer realidad el FOCEM 2 a la mayor brevedad posible.
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Hablando de agenda positiva, quiero mencionar asimismo la importancia que Uruguay otorga al
resto de lo que podríamos denominar la “Agenda no comercial” del bloque.
Lo económico-comercial es parte del ADN en un proceso de integración y por eso le adjudicamos
tanta importancia. Pero los aspectos vinculados a la integración social, educativa y laboral,
también son una parte esencial del proceso y muchas veces lo que genera resultados concretos y
tangibles en la vida diaria de nuestra gente.
En ese entendimiento, la PPTU continuará el esfuerzo de las Presidencias anteriores en el sentido
de impulsar las agendas de trabajos de estos ámbitos.
Señor Presidente,
Para concluir, me voy a permitir recordar una frase histórica de uno de los padres de la
construcción de la integración europea, Jean Monnet: “Nada se hace sin los hombres pero Nada
dura sin las instituciones”.
Esa frase refleja a mi juicio la esencia de lo deberíamos buscar para el MERCOSUR. Necesitamos
una fuerte institucionalidad, es decir un proceso sistemático de consolidación de conductas e
ideas a través de normas y sobre todo necesitamos del cumplimiento de esas normas aprobadas
por todos.
Un real compromiso de cumplimiento de la normativa común junto a la otra cara de la moneda, es
decir, recobrar la confianza en el uso del sistema de solución de controversias, llevaría
naturalmente a mejorar la “MARCA MERCOSUR”.
El MERCOSUR es una marca que es consumida por agentes económicos, comerciales,
inversionistas y también por países socios alrededor del planeta dispuestos a facilitar las
relaciones de negocios con nosotros. Si esa Marca se torna de mala calidad será consumida cada
vez en menor proporción al perderse el ingrediente fundamental de una Marca: la confianza.
Por eso, trabajar en la calidad institucional del MERCOSUR también es fundamental.
Muchas gracias.-
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