CREAR VALE LA PENA HOY A- Crear vale la pena y el contexto de su trabajo Un proyecto y su continente Pensar el contexto en el que se desarrolla la acción de Crear vale la pena implica tener una mirada amplia sobre la situación de la Argentina y de la región latinoamericana, escenario más amplio que de una manera u otra incide en la situación sobre la que la organización interviene en el nivel local. En términos muy generales, en los últimos años América Latina experimenta avances en sus indicadores económicos globales pero, sin embargo, estos procesos de mejora no se traducen en transformaciones estructurales como, por ejemplo, formas equitativas de distribución de la riqueza. A diferencia de otras regiones empobrecidas del mundo, América Latina es considerada por muchos intelectuales como la más injusta por desigual ya que se caracteriza por la abundancia de materias primas y de potencialidades para el desarrollo. En esta región la pobreza y las desigualdades nunca han sido tan extremas como en la actualidad. Según diversas fuentes, un 45% de la población es pobre y dentro de ese grupo un 20% es indigente, es decir, no logra lo mínimo para la subsistencia. En este continente - el más desigual del planeta- la pobreza no debería ser una fatalidad como lo es hoy. Con voluntad política de erradicarla a través de estrategias de distribución del ingreso y promoción del ejercicio efectivo y no enunciativo de los derechos humanos, se podría reducir considerablemente la pobreza dentro de un tiempo relativamente corto. Hay riquezas disponibles y si se las utilizan con el objetivo prioritario de la redistribución, se producirían transformaciones hacia la equidad. Caso contrario, estas riquezas lo único que logran es seguir aumentando la brecha de desigualdad actual. Panorama general de Argentina La Argentina de los años cincuenta era vista como el lugar de la abundancia, del progreso social, del desarrollo y su ciudad capital, Buenos Aires, parecía estar más cerca de Europa que cualquiera de los otros países del continente. A principios de los años setenta el índice de pobreza ascendía a sólo un 8% y la población se beneficiaba de un sistema de seguridad social ampliamente extendido en todo el territorio. Hoy en día, Argentina está lejos de reflejar esa situación de medio siglo atrás. Durante los años en que se agudizó el modelo neoliberal de conducción y de definición de las políticas de estado, se diseñaron todo tipo de estrategias para reducir la inflación y la deuda externa, asumiendo un costo social sin precedentes que a la fecha es difícil de resolver. Ya en 1994, Argentina alcanzó los dos dígitos en materia de desempleo y subocupación (12,2 y 10,1% respectivamente) llegando al 18% a fines de 2001. La precariedad laboral, afectaba al 30% de los asalariados a comienzos de los ’90 y al 40% al despuntar este siglo. Al mismo tiempo, también se notaba el aumento de la pobreza y la caída de la participación salarial en el ingreso. Después del estallido, a fines de 2001, de la crisis más dramática que enfrentó el país, hubo un período signado por un clima en el que se creía que toda esperanza de mejoras estaba perdida. Progresivamente, el crecimiento económico volvió a la Argentina, sobre todo gracias a las exportaciones de materias primas y a la agricultura productiva. Sin embargo, en consonancia con lo que sucede a nivel continental, Argentina aparece como un país dual y como uno de los más paradójicos de América Latina. En un mismo territorio se congregan, simultáneamente, elites que tienen un nivel educativo cercano al de Europa y cerca del 30% de su población en situación de pobreza (y alrededor de un 9% en estado de indigencia). Lo más contradictorio es el hecho de que después de más de tres años de un crecimiento económico que alcanzó hasta un 9%, la pobreza no disminuya significativamente, sino por el contrario, las desigualdades se acentúen día a día. 1 El número de barrios pobres (villas de emergencias) se incrementó en los últimos diez años y permiten cada vez más observar estas desigualdades. Numerosos problemas empeoran cada día en temas relacionados con el acceso a la justicia, con la corrupción institucional, con la inseguridad, con las debilidades de la educación y la salud pública, entre otros aspectos que dan cuenta del no cumplimiento efectivo de los derechos humanos para gran parte de la población. La Argentina conoce hoy numerosos problemas: - La pobreza afecta a un 26,9% de la población del país, porcentaje que se eleva a un 45,7% en la región Noreste, siendo el nivel más alto el de Resistencia, Chaco (48,1%) (datos de INDEC de marzo de 2006). - La juventud ve destruidos sus horizontes de progreso. En efecto, casi la mitad de los jóvenes y adolescentes entre 14 y 24 años son pobres, el 17% es indigente y el 27% se encuentra desocupado. El desempleo de los jóvenes aumentó a partir de 1995 para alcanzar una tasa cercana al 40% para los jóvenes entre 18 y 20 años. Estos jóvenes que antes tenían 15 años, hoy tienen 25 o más años y nunca tuvieron un trabajo. Cuatro de cada diez jóvenes económicamente activos jamás consiguieron un empleo en la última década. ¿Cómo logra insertarse en un mercado laboral cada vez más exigente un joven que hace 10 años que busca un empleo sin suerte y que abandonó tempranamente sus estudios? ¿Cómo conseguir que 1,2 millones de jóvenes que trabajan en negro puedan acceder a un empleo en blanco? Son respuestas que seguramente no brindará el mercado. - A partir de 2002, la presencia de niños que hurgan en bolsas de basura y jóvenes que empujan un carro con kilos de cartones y papel para reciclar es cada día más habitual: son las personas conocidas como “Cartoneros”. Un 50% de ellos son niños y niñas. - La desigualdad en el acceso a la educación es cada día mayor. Le pérdida de calificación se incrementa a causa de la introducción de las nuevas tecnologías. Así las cosas, hay una circularidad de la reproducción intergeneracional de la pobreza que contribuye al aumento de las desigualdades salariales, educativas y de ingreso. En efecto, los padres pobres no pueden dar a sus niños las posibilidades suficientes de educación, lo que les condena a la pobreza. El modelo neoliberal generó una muy grande exclusión social difícil de revertir. Los años ‘90 mostraron que no había más un vínculo necesario entre el crecimiento económico y la disminución de la pobreza, sino muy por el contrario. Quienes pierden, nuevamente y a diario, son los que menos tienen y la mayoría de ellos son niños y niñas a los que se priva de sus derechos más elementales: salud, vivienda, alimentación y educación. El conurbano bonaerense, el contexto más cercano de Crear vale la pena La expresión conurbano bonaerense constituye una categoría tan específica como imprecisa a la vez. Sin embargo, se puede definir al conurbano bonaerense como la "mancha demográfica" que rodea a la Ciudad de Buenos Aires, correspondiendo a un anillo de veintiséis municipios. Se destaca por su impresionante densidad demográfica, por una clara ampliación de la pobreza y del desempleo durante los últimos treinta años y por todos los problemas vinculados a estos temas. En el debate político argentino, la cuestión del conurbano bonaerense siempre se encuentra presente. Cuando se refiere a la pobreza, cuenta con los mayores índices de estancamiento económico y de desempleo. Cuando se habla de la seguridad civil, esta zona aparece como el área en el que se registran mayor cantidad de crímenes, delitos y excesos policiales. Y sería lo mismo a propósito de educación, de la salud, de la vivienda por sólo mencionar algunas áreas claves. El conurbano bonaerense tiene nueve millones de habitantes, tres veces la población de Uruguay. Más exactamente, viven 8.684.953 millones de personas, con una densidad poblacional de 2392.5 hab/km2. La superficie total de Argentina es de 2.791.810 km2 y la del área metropolitana 2 bonaerense es de 3.630 km2. Así, en este espacio, vive alrededor del 24% de la población total del país. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en Marzo de 2007, un 30,2% de la población del conurbano es pobre. Según datos del INDEC de 2005, con un 13,6%, el conurbano bonaerense sigue siendo la región con el mayor desempleo de Argentina. Sobre todo, cuando se sabe que ese porcentaje no incluye como desocupados a los beneficiarios de los planes sociales que son particularmente numerosos. Muchos problemas ambientales han aparecido también por la falta de política ambiental por parte de las autoridades gubernamentales, tanto nacionales como provinciales y municipales, y amenazan la salud de una parte cada día más importante de sus habitantes: Una población cada vez más grande vive en terrenos bajos, inundables, sin red cloacal, con redes de agua corriente deficientes que no cumplen los requisitos sanitarios. Una contaminación de los cuerpos de agua superficial a causa del aporte de residuos sólidos y líquidos de origen industrial y también domiciliario. Los basurales a cielo abierto que representan un problema muy grave con un elevado riesgo sanitario. Estos producen no sólo la contaminación del agua subterránea, sino también el desarrollo de enfermedades como la hepatitis, la leptospirosis, la meningitis, la rabia, etc. Para su economía, la zona padece desde hace muchos años un estancamiento económico de sus pequeñas y medianas empresas (Pymes) que genera paro y pobreza. Un estudio sobre las Pymes del conurbano bonaerense hecho en 2005 por tres universidades de la región, muestra una desaparición de empresas cinco veces mayor de 1994 a 2004 que lo registrado en períodos anteriores. Sólo a partir de 2002, la tendencia de cierre de empresas comenzó a revertirse muy lentamente. Crear vale la pena en dos barrios del conurbano Dentro del ámbito del conurbano bonaerense, los centros culturales comunitarios –espacios donde se da la intervención territorial de Crear vale la pena- se encuentran ubicados en las localidades de Boulogne y Beccar en el partido de San Isidro. Este partido está al noroeste de la Provincia de Buenos Aires. Su cabecera se encuentra a 21km de la Capital Federal y su superficie es de 48Km2. Está integrado por seis localidades: San Isidro, Martínez, Acassuso, Villa Adelina, Boulogne Sur Mer y Beccar. Centro Cultural Comunitario Puertas al Arte: se encuentra en los límites del barrio de la Cava. El barrio La Cava, ubicado en la localidad de Beccar, Partido de San Isidro, es una de las denominadas “villas de emergencia”. Es de los barrios más extensos y densamente poblados del Gran Buenos Aires. En él existen unas 2.100 casas y viven, aproximadamente, 10.000 personas. Muchos de los habitantes provienen de otras provincias del país, y hay también un alto número de extranjeros provenientes de países limítrofes. Las viviendas son precarias, en general de madera y chapa. El nivel de hacinamiento es muy alto y la infraestructura pública es deficiente. Al interior del barrio no hay servicio de cloacas, ni de recolección de residuos ni alumbrado público. Los tendidos de luz se realizan de manera insegura originando situaciones de riesgo constante. En el barrio no existen calles, sino pasillos; unos son de tierra y otros tienen baldosas; por esta razón el transporte público se restringe a los límites exteriores del barrio. Los barrios San Cayetano y Sauce desde donde concurren muchos alumnos, tienen características similares a las descriptas. Ocupan aproximadamente 10 manzanas y son habitados por alrededor de 3500 personas. Centro Cultural Comunitario Joven Creativo: está ubicado en el barrio conocido como Bajo Boulogne y su acción también alcanza a los barrios Vinca y Santa Ana. El barrio del Bajo Boulogne se encuentra ubicado en el Partido de San Isidro, en las adyacencias del río Reconquista. Está compuesto por 30 manzanas. Su población ronda las 6.500 personas y las viviendas son unas 900. Posee un tipo de construcción muy variada dependiendo de la 3 ubicación dentro del barrio, es notable como va aumentando la precariedad a medida que uno se interna en el mismo. En términos generales es un barrio obrero. Muchas de sus construcciones son de material pero se encuentran, a pesar del paso del tiempo, sin terminar. Barrio Vinca es un barrio formado por 5 manzanas, con una población aproximada de 1100 habitantes y unas 170 casas. Se trata de un barrio obrero cuyos habitantes no poseen la propiedad de las tierras. Las viviendas son de material pero la gran mayoría está sin terminar. Santa Ana es otro barrio de los denominados “villa de emergencia”. Son 6 manzanas habitadas por 3000 habitantes y con una cantidad aproximada de 630 viviendas. El material de las mismas es cartón, chapa y madera. Su nivel de hacinamiento es considerablemente alto. Está compuesta por migrantes del interior del país donde ninguno posee la propiedad de las tierras. Al interior del barrio no hay calles sino pasillos. Cabe destacar que, si bien se describen los barrios más pobres de la localidad de Boulogne, los centros no se encuentran emplazados dentro de las “villas” sino en la intersección entre ellas y otros barrios más diseñados a la usanza urbanística y, en su mayoría, con población obrera. Esta localización no es casual, ha tenido la intención de servir de mediación entre poblaciones que, de no ser por ello, es difícil su encuentro en espacios comunes. B- Crear vale la pena y su acción hoy El arte como un derecho Crear no se pregunta qué es el arte, sino que se pregunta si el arte es una necesidad, si es un derecho humano; si el arte contribuye a la transformación social hacia la equidad, si el arte garantiza el acceso universal a los bienes simbólicos. Estas son las preguntas de Crear vale la pena. Y a todas estas preguntas contesta afirmativamente. Por eso, interviene en contextos de pobreza estructural, trabajando con jóvenes y dando acceso al arte niños, adolescentes y jóvenes, a partir de procesos educativos ligados a procesos comunitarios. Crear tiene dos misiones fundamentales: 1- Generar oportunidades para jóvenes en contextos de pobreza de educación en las artes y de producción de obra artística. 2- Colocar al arte en el centro del desarrollo equitativo, como motor de la vida social. Para Crear vale la pena el arte implica un obrar productivo, que despliega junto con la dimensión material, la presencia de la humana condición en el planeta desde una perspectiva simbólica: el amor, la poesía, la política y el pensamiento son un mismo paño de imágenes y por tanto, el arte es una fuerza transformadora porque está ligada a la construcción de identidades y al sentido social para todos, incluidos todos los que no son artistas. C ircuitos C ulturales C ontexto de exclusión Contexto de oportunidad 4 Los programas de formación arte y organización social Crear vale la pena elaboró un plan estratégico durante el año 2005 en el cual la organización definió tres programas de formación en Arte y Organización Social: 1- Programa artístico comunitario. A partir de talleres, espectáculos, proyecciones, charlas y debates se sensibiliza a la comunidad respecto de su derecho a la expresión artística y el acceso a los bienes culturales. Se invita a los vecinos a participar de la gestión comunitaria de los Centros culturales y a disfrutar junto con sus familias de las actividades lúdicas, pedagógicas y artísticas ofrecidas durante todo el ano para un máximo de 600 niñas, niños, adolescentes y jóvenes. 2- Programa artístico profesional. A partir de capacitaciones en distintas disciplinas artísticas, la elaboración de obras multidisciplinarias, la inserción de las producciones artísticas en circuitos culturales profesionales y la promoción de cooperativas artísticas se busca ampliar la oferta educativa ofrecida en estos barrios a estos jóvenes y mejorar sus oportunidades de inserción laboral. Por otro lado, se estimula la formación de estos jóvenes como multiplicadores de la estrategia Arte y Organización social a través de capacitaciones en gestión cultural, pedagogía y política. En este sentido se los motiva y acompaña para asumir el liderazgo de procesos de transformación en sus propios barrios como fuera de ellos (conducción de los Centros culturales comunitarios, la coordinación de talleres de Arte y Ciudadanía en escuelas, la organización de emprendimientos productivos). Este programa está dirigido a un máximo de 50 jóvenes que reciben una beca de estudio, viáticos, refrigerios y materiales para facilitar su inserción educativa en nuestra organización y otros espacios formativos complementarios (la escuela, instituciones terciarias y universitarias). 3- Programa de Formación de Formadores Jornadas de capacitación dirigidas a profesionales de otros espacios educativos, artísticos u organizaciones sociales que desean incorporar herramientas educativas, de producción artística, estrategias de acción comunitaria o diseños organizacionales en el encuadre de artes y transformación social. El programa artístico comunitario se aplica a la inserción de los centros en una red barrial. Los programas de formación profesional en artes y de formación a otros espacios se aplican a la circulación de la obra artística de los jóvenes tanto como a la construcción de redes en otros territorios con diferentes instituciones del mismo o de diversos contenidos temáticos. La estrategia es desarrollar una acción pedagógica que reúna a una diversidad de actores sociales suficiente como para darle sustentabilidad al programa a posteriori de nuestra intervención. La estrategia de intervención La estrategia organizacional se sintetizó en el trabajo a partir de los Centros Culturales Comunitarios Puertas al Arte y Joven Creativo y la estructura transversal que los unía. Juntos, los tres espacios, conforman la organización Crear vale la pena. Esto es lo que la organización denomina núcleo de acción diverso porque se decidió trabajar en dos centros culturales que están ubicados en dos barrios bien diferentes: uno de pobreza estructural extrema como es La Cava y otro de clase media empobrecida en Boulogne. La sede de coordinación se encuentra en otro edificio en Boulogne. La estructura transversal de Crear vale la pena se constituyó en sus orígenes por personas que no pertenecían a los barrios donde la organización llevaría adelante su acción territorial. Dichas personas provenían de lo que en Crear vale la pena se denominan contextos de oportunidad. Tradicionalmente, las organizaciones sociales producen encuentros entre personas provenientes de contextos de oportunidad y de pobreza pero desde una lógica limitada a la transferencia de saberes y de financiamiento, manteniendo inamovibles las realidades de uno y otro contexto. En dichas situaciones, los vínculos entre las personas también se vuelven asimétricos por la propia 5 dinámica de la relación. Para Crear vale la pena, esta realidad no produce transformaciones sustantivas que favorezcan la creación de nuevas identidades y realidades, de nuevas formas de crear comunidad. En la actualidad y después de quince años de trabajo, la acción desarrollada en los CCC tanto como en la estructura transversal es responsabilidad de personas provenientes de contextos de pobreza y contextos de oportunidad. Por tanto, en la misma estructura organizativa de Crear vale la pena se condensa el conflicto de la sociedad al que la organización quiere dar una respuesta. Una alianza hacia adentro La estructura de gestión se constituye a partir de una alianza entre personas provenientes de diferentes contextos sociales y hoy en día, gracias a la presencia permanente de un equipo de voluntarios locales como internacionales. En la alianza original, los saberes previos del territorio de acción son cruciales, los proyectos que se realizan no tienen que ver únicamente con lo que surge de las personas de afuera de esos territorios, ni sólo con la demanda de los de adentro, sino con la conjunción entre lo de afuera y lo de adentro de los barrios. Tanto a nivel de la dirección de la organización como de la gestión en los centros, el desafío fue pactar y negociar estas alianzas para que, por un lado, hubiera personas que comprendieran el encuadre barrial y pudieran ubicarse y modificarse en función de ese contexto; y, por el otro, personas que tenían otros saberes y capacidades que serían insumos clave para la acción territorial. Esta alianza fue y es crucial y se hizo más compleja aún cuando se decidió trabajar en dos barrios cercanos pero diferentes y, por tanto, signados por relaciones de confrontación. Aunque esta confrontación es manifestación del sistema imperante en la sociedad, el desafío fue y es trabajar con los dos barrios de forma conjunta para romper esa lógica de fragmentación y desmembramiento que atenta contra la construcción de una comunidad humana sustentada en los valores democráticos y los derechos humanos. Las personas que realizan una práctica en los CCC usualmente se focalizan en el trabajo barrial sin que se les demande una visión global del proyecto. Las personas de los barrios que participan de la estructura transversal y, por tanto, están en temas que exceden la realidad particular de su barrio de origen, tienen el mandato institucional de tener una visión estratégica y global del conjunto de la acción. El modelo institucional La institución se organiza según los programas pedagógicos en Arte y Organización Social antes mencionados (Artístico comunitario, artístico profesional y de formación de formadores). En cada uno de ellos se combinan la educación, el arte y la organización social como estrategias de trabajo en campo. Las áreas de servicio al campo, se engloban en lo que se define como Desarrollo Institucional: Comunicación, Recursos, Administración, Finanzas y Control. La misión de Crear vale la pena no se limita a este trabajo en sus centros propios sino que intenta hacer un trabajo de construcción con otros en otros espacios. Es por eso que además del trabajo en los centros se desarrollan herramientas de intervención artística de carácter eventual como ser talleres de Arte y Ciudadanía para escuelas y organizaciones sociales, espectáculos, charlas, Somos Voz- Iguales pero diferentes, programa para escuelas para abordar la cuestión de la creatividad y la integración entre jóvenes, etc. 6 Modelo organizacional E ducación Artística C omunicación CCC JC C VLP CCC P AA Territorios Propios Producción Artística Administración Recursos E valuación Otros Territorios G estión C ultural Los territorios geográficos La acción territorial tiene una gran importancia para Crear vale la pena porque se considera que en el proceso de construcción de equidad, la apropiación simbólica es fundamental : hacer propio el centro y hacer propio el barrio. Se promueve el desarrollo de Centros Culturales Comunitarios (CCC) como espacios de protagonismo juvenil y transformación social hacia la equidad. Estos centros que surgen en alianza con iniciativas barriales se convierten en espacios privilegiados para la participación ciudadana y el efectivo ejercicio de del derecho a la expresión artística y el acceso a la cultura para niñas, niños, adolescentes y jóvenes así como para la formación profesional artística, pedagógica y organizativa de jóvenes en situación de pobreza. Los CCC buscan generar institucionalidad alrededor de procesos educativos y productivos donde el artista es un agente cultural del cambio y de la integración social. Los CCC trabajan en alianza con redes barriales y otras organizaciones de apoyo dedicadas a problemáticas complementarias (apoyo a la educación formal, juego integrador, acceso a las nuevas tecnologías de la información, etc.). La estrategia de creación de los CCC respondió al aprendizaje de que no era el taller o la obra o el artista, cada uno individualmente, los que producían cambios, sino que el camino transformador estaba en la generación de un espacio que diera identidad y fuerza cohesiva al conjunto. La consigna fue: desarrollo de institucionalidad desde las acciones artísticas. Esa fuerza conjunta de grupo organizado socialmente era el impulso para acercar personas primero y luego para hacer nuevas alianzas con otras organizaciones de los barrios o con otros territorios. El desafío de cada uno de los CCC es lograr permeabilidad y crear alianzas con la red de organizaciones barriales con las que se pueden vincular para desde allí transformar las condiciones de vida de los vecinos. Hay muchas de las actividades que explícitamente cada centro planea en asociación con las organizaciones barriales y comunitarias de la zona. También es muy significativa en la red tejida por los centros, la participación de organizaciones de apoyo en actividades y proyectos de los CCC como, por ejemplo, Asociación Civil Lekotek, la Fundación SES, Fundación Equidad, Fundación Huésped, entre otras. Estas organizaciones desarrollan actividades sistemáticas o periódicas en los CCC. Aquellas actividades que pueden formar parte de los CCC son muchas más que las que Crear vale la pena puede desde su especificidad ofrecer y, por tanto, para responder a las demandas comunitarias es necesario sumar a nuevos y diferentes socios que sumen saberes y servicios a la programación del CCC. 7 Alianzas de los C entros C ulturales C omunitarios Fundación S E S E scuela Nro. 18 C arrera Imagen y S onido - UBA C lub S ocial 9 de J ulio CCC CCC R ed x Derechos FM R econquista Fundación Huesped R ed comedores La C ava Instituto C &A PAC del Viso Universidad de S an Andrés La Lechería Fundación equidad INIC IA Biblioteca E l Sauce El modelo de gestión de los centros culturales comunitarios Los CCC están coordinados por equipos de jóvenes. Por un lado, están los dos equipos barriales de gestión que en cada uno de los CCC trabajan en la administración, la construcción de identidad barrial y la movilización de la comunidad. Por otro lado, están los equipos temáticos que están integrados por jóvenes de los distintos barrios y que se organizan en función de las estrategias comunes de la acción en campo: educación, comunicación y programación de espectáculos. Los equipos barriales tienen un acento puesto en identidad, apropiación y pertenencia y los temáticos en formación, dinámicas colectivas, apertura a nuevos espacios e interdisciplinariedad. Estos equipos temáticos no están pensados en función de construir solamente una identidad o apropiación barrial sino que trabajan en estas temáticas formándose como animadores socioculturales haciendo sus prácticas sobre la realidad de gestión de los dos espacios. De este modo, algunos jóvenes tienen una mirada más específica sobre su barrio y otros una visión más global sobre temáticas como producción de espectáculos, talleres educativos, comunicación o infraestructura y de cómo implementar el mismo tipo de acciones en diferentes lugares para diferentes demandas. Estos equipos se formaron con un capacitador por tema y voluntarios de afuera de los barrios para mejorar la obtención de recursos. De este modo la coordinación de cada espacio comunitario se convierte en una acción de liderazgo de equipo. El liderazgo social ha tenido y tiene muchas implicancias negativas para la sociedad argentina vinculadas con una larga historia de manipulación y personalismos. Por tanto, desde Crear vale la pena se decidió trabajar para generar liderazgos ampliados que destacaran los aspectos más positivos de estos modos de conducción: su capacidad de convocatoria y de gestión, de mirar la complejidad, de negociación y de apertura a nuevas ideas. Los otros grupos que operan en Crear son los grupos más habituales en los espacios culturales como jóvenes nucleados alrededor de las diferentes producciones artísticas: bandas de música, grupos de danza, grupos de teatro, de escritura de cómics, de realización de murales. La aparición de obras artísticas llevadas adelante por jóvenes artistas profesionales que presentaban sus obras no sólo en el barrio, sino también en importantes salas del país y el extranjero llevó a construir una gran oportunidad para los participantes de estas experiencias “afuera del barrio” tanto como un gran abismo entre las cosas que se hacían dentro de los barrios y las cosas que se comenzaron a hacer afuera. 8 La acción hacia fuera obedecía al plan de generación de contextos de posibilidad que seguía al de la instalación de institucionalidad. Tanto la necesidad de avanzar hacia otros espacios como la de achicamiento de la brecha interna (artistas profesionales vs. participantes en general) motivaron el desarrollo de acciones de intervención e incidencia preparadas para otros espacios. Las intervenciones se plasmaron en Jornadas-taller e intercambios de creación artística para los que no eran necesariamente “artistas consagrados”, las acciones se llamaron: Somos Voz, Respect y Palabras Tranquilas. Estas son hoy el resultado de la alianza de lo que se denomina el programa artístico comunitario y el programa artístico profesional. Se buscó una estrategia de desarrollo de actividades en las que se pudieran encontrar los artistas profesionales con aquellos formados en animación socio cultural o con los principiantes del programa de formación artística comunitaria. Este desafío dio lugar al nacimiento de diferentes herramientas artístico-pedagógicas de intervención cuyos objetivos son, hacia adentro, producir dicho encuentro entre las diferentes disciplinas artísticas, las diferentes estrategias de campo (educación Artística, producción Artística y comunicación, organización Social) de artistas y animadores de la propia organización y, hacia fuera, introducir la idea del arte y la política en las escuelas tanto como arte y transformación social en otras organizaciones. Así se pudo armar un sinfín de circulación entre el adentro y el afuera. Estas acciones revelan la estrategia de procesar los conflictos internos de la organización y los impuestos por la matriz cultural desde el arte y la creatividad con dispositivos específicos para darle respuesta a las fisuras. La organización es medio y la transformación es fin Modelo organizacional Consejo de Administración Dirección E jecutiva Comité E jecutivo Comité ampliado E quipo Temático E ducación E quipo Barrial Puertas al Arte E quipo Temático C omunicación E quipo Barrial J oven C reativo E quipo Temático Producción Artística Crear vale la pena fue modificando la estructura vertical que supone una fundación hacia una estructura de mucho más participación. En los comienzos respondía al modelo clásico presidencia-consejo de administración, director ejecutivo, coordinadores de áreas, operadores de programas, docentes y realizadores. Con los años eso se ha modificado y se diseñó un cruce en el diseño organizacional de lo que se podría llamar autoridad original y participación. Esto hace que se hayan diseñado diferentes equipos de gestión y sinergias entre ellos. Todos los colectivos de gestión reunían una vez por mes en un Comité Ampliado o Asamblea en el que concurrían los diferentes colectivos que conforman la organización: comité ejecutivo, equipos temáticos y 9 equipos barriales. En ese espacio de debatía el rumbo y los conflictos básicos de la organización: aquellas cosas en las que se está de acuerdo y aquéllas en las que no. Este modelo culminó en el año 2007 en la conformación de una nueva organización social Engranajes que se hizo cargo de uno de los centros culturales y un grupo informal Puertas al arte que se ocupó de gestionar el segundo espacio. La estructura Crear vale la pena se ocupa ahora de apoyar a estos espacios autónomos y a desarrollar proyectos de formación y consorcios de acción y redes para multiplicar los grupos, instituciones dedicadas a cultura viva comunitaria. Esta acción se desarrolla en el conurbano bonaerense , la provincia de Buenos Aires y la provincia de Santa Cruz. Crear impulsa la producción de escala principalmente coordinando una acción en toda Latinoamérica como parte de un colectivo de redes llamada Plataforma Puente que trabaja por la regionalización de una ley llamada Puntos de Cultura, que busca lograr el apoyo estatal estructural a los programas de arte, cultura y comunidad generados desde los barrios. La espiral de acción Para Crear vale la pena la organización es el medio que permite alcanzar el objetivo de transformación social, por ello la estructura organizativa debe ser flexible y dinámica. Así como anteriormente se dijo que la organización social implica el despliegue de pequeñas organizaciones, al interior de Crear vale la pena hablar de organización social también es hablar de grupos de gestión, empoderamiento de los jóvenes, construcción de subjetividades en contextos de pobreza, reparación de identidades dañadas. Para poder incidir en transformaciones más globales y hacer un aporte real, se deben poder construir alianzas con otras organizaciones alrededor de una asociatividad no vinculada solo a un territorio geográfico, sino relacionada a algo más ambicioso que son los territorios temáticos porque este es el mundo de la acción político-transformadora. Primeramente, se comenzó esta tarea como armado del campo de fuerzas con otras organizaciones afines que nos permitiera generar nuevas fortalezas. Pero luego esto implicó que Crear vale la pena debiera asociarse con organizaciones que trabajan con otros temas y otros territorios como, por ejemplo, organizaciones que se dedican al trabajo en derechos humanos, con personas discapacitadas, con problemas medioambientales, con la transparencia 10 en políticas públicas, etc. Estas y otras organizaciones son socias de Crear vale la pena en la medida en que su tema más amplio y general sea la transformación social. Así como alguna vez se vislumbró como un problema que los jóvenes de un determinado barrio construyeran su identidad reactivamente como resistencia detrás de un muro que les impedía salir al encuentro de otros, hoy se ve como un problema que Crear vale la pena sólo se relacione con organizaciones que desarrollen arte en contextos de pobreza. Esto también implicaría la construcción de una pared demasiado espesa e impermeable a los procesos que verdaderamente pueden producir transformación social. La organización debe salir de las lógicas corporativistas o sectoriales que marca el paradigma del mercado o el sindicalismo tradicional. Los territorios geográficos deben aliarse sistemáticamente a los territorios temáticos para generar contextos de posibilidad que favorezcan la transformación social. Redes y alianzas: Crear vale la pena participa de las siguientes redes o tiene alianza con las siguientes organizaciones: • La Alianza Metropolitana Arte y Transformación Social que ha reunido en diversos proyectos a organizaciones de la región(Grupo Catalinas Sur, Circuito Cultural Barracas , Culebrón Timbal, Mas Color, Circo Social del Sur, PH 15, Cruzavías de 9 de Julio) • La Red Latinoamericana Arte y Transformación Social que reúne a 100 organizaciones de 12 países ( Argentina, Brasil, Bolivia, Chile , Perú, Uruguay, Colombia, Honduras, Guatemala , Costa Rica, Salvador, México) • Plataforma Puente que reúne a las redes: RLATS, ALACP, ALER, ARBA, Red de Gestores Culturales, Red de Teatro en Comunidad y Redes Mesoamericanas. • Red Sudamericana de Danza. • Kiel-CREARtiv, Proyecto Kiel aprendiendo del Sur (Alemania) • Red Creative Exchange • Foundation for Community Dance. • Artfactories-Mains D´Ouvres. • Red Iberoamericana Imago-Xarga Groga. • Red Metrópolis ( EU del Este y del Oeste) E mpresas G obierno Universidades LA – UE Arte + Transformación S ocial No es el hombre al que hay que salvar, sino al espacio que reúne a los hombres Hannah Arendt Una nueva escala 11 En los orígenes, la necesidad de encontrarle una estructura al trabajo definió una primera estrategia: desarrollo de institucionalidad. A partir de la constitución de los centros , se abordó una construcción en la lógica “ la realidad afuera y adentro de los centros” como conjunto para el desarrollo de contextos de posibilidad. Crear vale la pena no es sustentable por hacer una buena gestión de sus programas barriales o de formación ni por la gestión de sus recursos. Crear vale la pena es una organización que genera un presupuesto para su plan estratégico que desaparece con cada ciclo. Cada año se realiza un esfuerzo de recaudación que deja a la organización sin perspectivas de existencia para el año siguiente. Es decir opera desde hace 15 años sobre la base de un riesgo absoluto. Este logro de cada año es, en realidad, una odisea inviable en un país como Argentina que dispone en su Secretaría de Cultura de la Nación de sólo el 0,23 % de su presupuesto para la cultura nacional y una exigua suma de pesos para entregar como subsidios para todos los programas de arte y cultura del territorio nacional. Una organización genera sustentabilidad en la medida en que puede construir la acción política con otros que haga sustentable al tema en general y no a la propia organización. Dice Hannah Arendt: “No es el hombre al que hay que salvar, sino al espacio que reúne a los hombres” y esta frase incluye no sólo a instituciones sino a la suma de instituciones, la suma de los colectivos. Es decir, no se trata de buscar subsidios sino de colaborar en que alguna vez la Secretaría de Cultura de la Nación pueda lanzar algún programa público de arte y desarrollo equitativo que la haga merecedora de otra calidad presupuestaria. ¿Por dónde empezar? La espiral de acción de Crear vale la pena arranca de los dos centros culturales comunitarios como unidad territorial que busca armar una trama con otras organizaciones barriales y comunitarias. El segundo círculo son las acciones a nivel metropolitano, con la Red Metropolitana de Arte y transformación social y el Consorcio “Arte, DIaólogo y Desarrollo Local. El tercero, el armado de alianzas hacia la red nacional que se está tratando de construir junto con otras organizaciones en todo el territorio desde el colectivo “Puebl hace Cultura” con el que se impulsa un aley nacional de Putos de Cultura Comunitarios. El cuarto, a nivel continental, la Red Latinoamericana Arte y Transformación Social que incluye 12 países y de la que Crear vale la pena es coordinadora general de comunicación y responsable de la construcción del puente con Europa. Crear vale la pena desarrolla además individualmente una plataforma internacional con alianzas con socios en Francia, Alemania, Reino Unido y España. El intercambio realizado entre organizaciones de ambos continentes, ha dado prueba de que estos intercambios pueden ser entendidos como una avenida de dos manos donde es fundamental el aporte de las culturas latinoamericanas al mundo del arte, la cultura, la educación y la construcción de ciudadanía en Europa. Los programas para la promoción de jóvenes en situación de pobreza: integración social, desarrollo de competencias laborales, programas de inclusión educativa, y construcción de ciudadanía de la red Latinoamericana Arte para la Transformación Social han demostrado ser buenas prácticas a ser transferidas a Europa y valoradas en este continente. Del mismo modo, estos vínculos buscan encontrar cuales son los aportes estratégicos de la experiencia europea a Latinoamérica. Son campos de especial atención el de la construcción de redes, la incidencia en políticas públicas y la sistematización de los saberes y prácticas. La pregunta sobre cómo producir escala, Crear vale la pena la responde diciendo que no sabe lo que es producir escala. “Un verdadero viaje de descubrimiento no sólo consiste en buscar nuevas tierras, sino en tener una mirada nueva”, esta frase de Marcel Proust expresa acertadamente el pensamiento de la organización en torno a este tema. Es necesario producir una mirada nueva sobre lo que significa producir escala porque no es simplemente producir más de lo que ya se sabe hacer. Es por eso que se sigue apostando a la capacitación sobre nuevas estrategias de multiplicación. Después de 15 años de tarea ininterrumpida, se entiende que todo lo que se realiza ciertamente ha reportado beneficios palpables para todas las personas de dentro y fuera de contextos de pobreza que están y han estado involucradas en el proyecto de la organización. Sin embargo, 12 esos beneficios son muy escasos con relación a la dimensión de lo que Crear vale la pena apunta cuando habla de transformación social. No se sabe qué es producir escala en este sentido pero sí se sabe que la escala tiene algunos rumbos: 1. Trabajar en alianza con el Estado. Se entiende que la dimensión de la transformación apunta claramente al espacio público. Crear vale la pena es una organización privada con fines públicos y por tanto, puede explorar, investigar, generar dispositivos, innovar o generar las condiciones de laboratorio de experiencias a las que el Estado difícilmente puede acceder pero después, esto tiene que traspolarse a una realidad más amplia que es la construcción de política pública. Crear vale la pena está trabajando ahora en alianza con estados municipales de la provincia de Buenos Aires a través de un convenio de acciones a largo plazo. 2. Armado de consorcios de generación de bienes públicos con otras organizaciones del ámbito privado. Desde la misma lógica explicada antes de luchar contra la pobreza como ghetto, es necesario imaginar el espacio de la transformación no restringido al espacio geográfico de la pobreza porque lo que define la exclusión es la relación entre los excluidos y los incluidos – como dice François Dubet. Sólo es posible salir de la exclusión potenciando el encuentro entre el excluido y el incluido para así generar y potenciar contextos de posibilidades. Lo opuesto a esta idea es lo que se conoce como asistencialismo: sólo los ricos pueden ayudar a los pobres porque tienen lo que estos no poseen; pero también es lo opuesto de la acción transformadora lo que se conoce como basismo: sólo se puede entender la pobreza si se la padece a diario. La pregunta sobre la multiplicación es una pregunta sobre la transformación. Esta pregunta interroga el contexto tanto como interroga la propia identidad como organizaciones sociales. Esta pregunta apunta, en realidad, a tratar de entender cuáles son las fronteras de lo social, dónde está esa frontera. La frontera no está entre el contexto pobre y el contexto rico, sino entre todo un sistema que opera con bolsones de pobreza y riqueza, nichos de oportunidades y de carencias estructurales. El sistema hegemónico se aparece a nuestra percepción del universo: un infinito con fronteras. Debemos empujar esas fronteras hacia otros universos. Multiplicar es transformar TRANS FORMAC IÓN S OC IAL Generar contextos de posibilidad Territorios geográficos Territorios temáticos La construcción de nueva subjetividad es una clave para pensar la multiplicación como transformación y también la humanidad global como plan para pensar la paz. 13 Crear vale la pena ha pensado la multiplicación como una pedagogía que apunta a la construcción de nuevas identidades para una nueva cultura. No es posible construir una nueva cultura sin nuevas identidades y viceversa. Desde esta perspectiva, la organización aún está alejada en sus prácticas de lo que se conoce como la replicación de una franquicia social y ha comenzado a entender que la multiplicación de su experiencia es con otros: el Estado, otras organizaciones afines, otras organizaciones sociales que no intervienen en el terreno del arte y la gestión comunitaria, entre otros. Todo esto apunta a generar un campo político atravesado por muchos más ejes y cuestiones de los que Crear vale la pena maneja y desarrolla desde su misión institucional y la de sus organizaciones socias. Sobre todo, se busca modificar lo propio: como personas y como organizaciones. Nada apunta más radicalmente a la muerte de la transformación que acotarse al universo de lo que muchos definen como “Sector Social”. En Crear vale la pena para lograr la transformación social –que aun no se sabe claramente cómo es- se habla de perforar, atravesar espacios y hacerlos permeables para generar conductores y fluidos, corrimientos e itinerancias dentro de los mundos particulares que arrastren personas y contenidos hacia los colectivos. Así se logrará esa diversidad que genere nuevas preguntas para después recién en ese momento- comenzar a responderlas. Para alcanzar esto, se debe salir de la muerte de la acción política que está dada por la resistencia dentro de una identidad entendida como lo propio que no se modifica jamás. Como dice Octavio Paz, “quizás la creencia en la identidad personal es un recurso de nuestra nadería para dar un poco de verosimilitud a nuestro descosido y discontinuo transcurrir pues no existimos, transcurrimos. Las imágenes de la realidad que nos entregan la memoria y la imaginación son reales incluso si la realidad no es enteramente real”. En esta frase hay dos cuestiones muy importantes: una apunta al tema de la identidad como proceso creativo entre el yo y el contexto; y otra al tema del arte. Parece sugerir que, en muchos momentos, la realidad se comporta como lo no real y el arte genera la posibilidad de mostrar otra realidad en el aquí y ahora y en cuerpos que lo encarnan. En resumen, el desafío de la transformación social y el espacio a partir del cual se podrá ir alcanzando es: • La construcción de la organización política del común arte y transformación social. • La construcción de colectivos cívicos con otros actores sociales : buscar seriamente alianzas con empresas, estados locales, movimiento obrero, movimientos políticos y cívicos. • Los territorios temáticos y geográficos deben moverse: los socios de la acción transformadora pueden estar muy lejos. 14