LOS ALCANCES DE LA LEGITIMACIÓN DEL DEFENSOR DEL PUEBLO DE LA NACIÓN Y DE LAS ASOCIACIONES DEL ART. 43 SEGUNDO PÁRRAFO DE LA CN PARA LA TUTELA DE LOS DERECHOS DE INCIDENCIA COLECTIVA Por Julio César Rivera y Julio César Rivera (h) 1.- Introducción Una de los aspectos más novedosos de la reforma constitucional de 1994 fue la incorporación del “amparo colectivo”. De acuerdo a lo dispuesto por el art. 43, segundo párrafo, de la Constitución Nacional (incorporado en la reforma de 1994), el afectado, el Defensor del Pueblo y las asociaciones se encuentran legitimadas para interponer una acción de amparo contra “cualquier forma de discriminación, y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en general”. El otorgamiento de legitimación al Defensor del Pueblo de la Nación y a las asociaciones en materia de tutela de derechos de incidencia colectiva representó un cambio sustancial en nuestra estructura constitucional, en la medida que reconoció el derecho a interponer una acción de amparo a sujetos potencialmente distintos de los afectados en forma directa por el acto u omisión que, en forma actual o inminente, lesiona, restringe, altera o amenaza, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos o garantías reconocidos por la Constitución, un tratado o la ley. De esta manera, el artículo 43, segundo párrafo, de la Constitución Nacional, autoriza a un sujeto singular arrogarse la representación de un grupo indeterminado de personas y obtener una sentencia judicial con efectos erga omnes. El propósito de este trabajo es estudiar los alcances de esta legitimación del Defensor del Pueblo de la Nación y de las asociaciones para accionar en defensa de los derechos de incidencia colectiva, tomando como punto de partida la jurisprudencia de la Corte Suprema. En particular, nos concentraremos en dos cuestiones: (i) la forma de conciliar esta legitimación anómala del Defensor del Pueblo y de las asociaciones con el principio tradicional de que los jueces solo resuelven causas o controversias judiciales concretas (art. 116 CN y art. 2 de la ley 27) y (ii) la noción de derechos de incidencia colectiva. En primer lugar, analizaremos la evolución de la jurisprudencia de la Corte Suprema, en materia de legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones para la tutela de los derechos Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] de incidencia colectiva. Como veremos, la Corte Suprema ha condicionado la legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones a (i) la existencia de una causa o controversia judicial concreta y (ii) a la presencia de un acto u omisión que, en forma actual o inminente, lesione, restrinja, altere o amenace un derecho de incidencia colectiva, puesto que ni el Defensor del Pueblo ni las asociaciones pueden actuar en defensa de derechos subjetivos puramente individuales. Seguidamente, cuestionaremos la forma en que la Corte Suprema ha intentado conciliar la legitimación anómala del Defensor del Pueblo y de las asociaciones con el principio de que el Poder Judicial sólo interviene en causas o controversias judiciales concretas. Desde nuestro punto de vista, las decisiones de la Corte revelan, en este punto, una excesiva influencia del modelo constitucional estadounidense y no se ajustan al texto constitucional argentino. Por último, defenderemos una determinada concepción de los derechos de incidencia colectiva, que coincide, en gran medida, con la jurisprudencia de la Corte Suprema: se trata de derechos pertenecientes a un grupo indeterminado de personas, concernientes a intereses indivisibles. 2.- La legitimación del Defensor del Pueblo de la Nación y las asociaciones para la tutela de derechos de incidencia colectiva en la jurisprudencia de la Corte Suprema de la Nación La doctrina elaborada por la Corte Suprema en materia de tutela de derechos de incidencia colectiva está basada en dos puntos centrales: (i) la necesidad de que exista una causa o controversia que habilite la intervención del Poder Judicial y (ii) la distinción entre derechos de incidencia colectiva (cuya tutela concierne tanto al afectado como al defensor del pueblo o las asociaciones) y derechos de carácter patrimonial, puramente individuales (cuyo ejercicio y tutela corresponden exclusivamente a las personas afectadas). La exigencia de que exista una causa o controversia judicial es un principio cardinal de nuestro sistema judicial. De acuerdo a lo establecido por el art. 116 de la Constitución Nacional y el art. 2 de la ley 27, los tribunales judiciales sólo ejercen su potestad jurisdiccional en el marco de una causa o controversia judicial concreta. La jurisprudencia clásica de la Corte Suprema enseña que son causas judiciales “aquéllas en las que se persigue en concreto la determinación de derechos Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] debatidos entre partes adversas, cuya titularidad alegan quienes los demandan”1. Es por ello que los jueces nacionales no pueden emitir opiniones consultivas2 ni resolver casos abstractos3. La legitimación anómala del Defensor del Pueblo y de las asociaciones, conferida por el art. 43 segundo párrafo de la Constitución, ha diluido la fuerza de este principio, puesto que permite accionar a quien no es titular del derecho. Sin embargo, la Corte sigue todavía muy apegada a la jurisprudencia tradicional, anterior a la reforma constitucional, y ha rechazado diversas acciones de amparo interpuestas por el Defensor del Pueblo y las asociaciones con el argumento de que no existía una causa o controversia judicial concreta: - En el caso “Rodríguez”4, la Corte Suprema revocó una medida cautelar autónoma – decretada por un Juez de Primera Instancia a pedido de un grupo de diputados, a los cuales había adherido el Defensor del Pueblo– que suspendía los efectos de un decreto de necesidad y urgencia (Decreto n° 842/97) relativo a la concesión de los aeropuertos nacionales e internacionales. La Corte Suprema sostuvo que los jueces carecían de jurisdicción para intervenir en este asunto porque los accionantes no habían demostrado un “perjuicio directo, real y concreto –actual o en ciernes-”5. De esta forma, la Corte Suprema concluyó que no existía una causa o controversia en los términos del art. 116 de la Constitución Nacional. - En “Consumidores Libres”6, la Corte Suprema rechazó una acción de amparo, interpuesta por una asociación de consumidores, a la que había adherido el Defensor del Pueblo, contra un Decreto del Poder Ejecutivo que ordenaba la intervención de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones. La Corte Suprema fundamentó el rechazo de la acción en que los demandantes se habían limitado a caracterizar la intervención dispuesta por el Poder Ejecutivo como un acto lesivo, “sin concretar de qué modo ésta incide en el derecho de los usuarios...”7. La Corte señaló que “de esa ampliación constitucional de los sujetos a quienes se reconoce legitimación para requerir el amparo, no se sigue ... la automática aptitud para 1 CSJN, 07/04/1994, “Polino, Héctor y otro c/ Poder Ejecutivo”, consid. n° 4, LL 1994-C-294. Véase, por ejemplo, CSJN, 14/07/1865, “Provincia de Mendoza”, Fallos: 2:253. 3 Véase, en este sentido, CSJN, 06/04/1993, “Bahamondez, Marcelo”, LL 1993-D-130. 4 CSJN, 17/12/1997, “Rodríguez, Jorge en: Nieva, Alejandro y otros c/ Poder Ejecutivo Nacional”, LL 1997-F-884. 5 Id., consid. n° 24. 6 CSJN, 07/05/1998, “Consumidores Libres Coop. Ltda. de Provisión de Servicios de Acción Comunitaria”, LL 1998C-602. 7 Id., consid. n° 11. 2 Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] demandar, sin examen de la existencia de cuestión susceptible de instar el ejercicio de la jurisdicción... La incorporación de intereses generales o ‘difusos’ a la protección constitucional, en nada enerva la exigencia de exponer cómo tales derechos se ven lesionados por un acto ilegítimo o por qué existe seria amenaza de que ello suceda...”8. Asimismo, la Corte Suprema explicó que el daño invocado debía consistir en un agravio diferenciado respecto de la situación en que se hallaban los demás ciudadanos, no resultando suficiente el interés general en que se cumplan la Constitución y las leyes9. - En “Prodelco”10, la Corte Suprema revocó una sentencia de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, que había hecho lugar a una acción de amparo interpuesta por una diputada nacional y por la Asociación Protección del Consumidor (Prodelco) contra el Decreto 92/97 del Poder Ejecutivo Nacional, que había aprobado las modificaciones a la Estructura General de Tarifas del Servicio Básico Telefónico. La sentencia de la Cámara Federal había declarado la inconstitucionalidad del art. 2 del Decreto y decretado su inaplicabilidad en el ámbito de actuaciones de Prodelco y en la jurisdicción territorial del tribunal. La Corte, con cita de la jurisprudencia de la Corte Suprema estadounidense, sostuvo que “[n]ingún principio es más fundamental para el cumplimiento del adecuado rol de la judicatura en nuestro sistema de gobierno que la limitación constitucional de la jurisdicción de los tribunales federales a concretos casos o controversias”, de manera tal que “el ejercicio de la función jurisdiccional requiere que los litigantes demuestren la existencia de un perjuicio ... de orden ‘personal, particularizado, concreto y además, susceptible de tratamiento judicial’, recaudos que han de ser examinados con particular rigor cuando se pretende debatir la constitucionalidad de un acto celebrado por alguno de los otros dos poderes del Estado”11. Por otro lado, la Corte observó que la lesión a los derechos de los consumidores invocada por los amparistas no era de carácter general, puesto la misma norma había dado lugar a numerosas acciones judiciales en las que se perseguía el mantenimiento del nuevo régimen, por ser éste favorable a importantes sectores de habitantes del interior del país12. La Corte cuestionó también la atribución de efectos “erga omnes” a este tipo de sentencias, puesto que ello importaba dejar de lado los intereses de quienes se veían beneficiados por la norma impugnada, que no habían sido parte en esos 8 Id., consid. n° 8 y 9. Id., consid. n° 10 (énfasis agregado). 10 CSJN, 07/05/1998, “Prodelco c/ Poder Ejecutivo Nacional”, LL 1998-C574. 11 Id., consid. n° 4. 12 Id., consid. n° 27. 9 Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] procesos ni habían sido oídos13. Sin perjuicio de todo lo señalado hasta aquí, la Corte dejó a salvo “el derecho de cada habitante de la Nación, de acudir al amparo jurisdiccional cuando se vean lesionados sus derechos constitucionales de modo que exija reparación –como ocurriría si alguien que se encuentra legitimado, demostrase un derecho subjetivo afectado por una tarifa irrazonable– ...”14. - En “Defensor del Pueblo de la Nación c/ Poder Ejecutivo Nacional”15, la Corte Suprema rechazó la legitimación del Defensor del Pueblo para cuestionar la constitucionalidad del Decreto 1517/98 que había elevado la alícuota del IVA que tributaban las empresas de medicina prepaga. La Corte Suprema afirmó que “si bien el art. 86 de la Constitución Nacional prescribe que el Defensor del Pueblo ‘tiene legitimación procesal’, ello no significa que los jueces no deban examinar, en cada caso, si corresponde asignar a aquél el carácter de titular de la relación jurídica sustancial en que se sustenta la pretensión, como es exigible en todo proceso judicial… No debe perderse de vista que dilucidar la cuestión relativa a la legitimación procesal del actor ‘constituye un presupuesto necesario para que exista un caso o controversia que deba ser resuelto por el tribunal’…”16. - En “Mondino”17, la Corte Suprema desestimó una presentación del Defensor del Pueblo de la Nación que solicitaba la suspensión generalizada de las ejecuciones hipotecarias de vivienda única por un plazo de 60 días o el plazo que el tribunal estimase conveniente, dada la grave situación de emergencia económica. La Corte Suprema sostuvo que la causa sometida a su decisión no constituía un caso o controversia, puesto que se le requería que interviniera directamente y dictara una resolución de alcance general, apartándose de las reglas establecidas por los arts. 116 y 117 de la Constitución Nacional18. Hasta aquí hemos visto como la forma en que la Corte Suprema ha tratado de conciliar la legitimación anómala del Defensor del Pueblo y de las asociaciones con la exigencia tradicional del caso o controversia judicial. El otro aspecto esencial de la doctrina de Corte es la delimitación de la noción de derechos de incidencia colectiva. En diversos casos, la Corte ha rechazado la 13 Id. Id., consid. n° 28. 15 CSJN, 21/12/2000, “Defensor del Pueblo de la Nación c/ Poder Ejecutivo Nacional”, Fallos: 323:4098. 16 Id., consid. n° 6. 17 CSJN, 23/09/2003, “Mondino, Eduardo R. (Defensor del Pueblo de la Nación)”, LL-2003-F-343. 18 Id., consid. n° 5 y 6. 14 Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] legitimación del Defensor del Pueblo o de asociaciones con sustento en que no estaban en juego derechos de incidencia colectiva, sino derechos patrimoniales puramente individuales: - En “Frías Molina”19, la Corte Suprema rechazó una presentación del Defensor del Pueblo, que requería un pronto despacho en diversos juicios iniciados por terceros en reclamo de una actualización de haberes previsionales. Uno de los argumentos utilizados por la Corte para justificar el rechazo a la legitimación del Defensor del Pueblo, fue que no existía un agravio a derechos de incidencia colectiva. En este sentido, la Corte subrayó que “resulta improcedente la asimilación pretendida respecto a derechos de incidencia colectiva en general, habida cuenta de las particularidades de cada una de las pretensiones formuladas por los beneficiarios y de que éstos se encuentran facultados para efectuar las peticiones que estimaran procedente ante esta Corte”20. En otras palabras, lo que la Corte está diciendo es que cuando un acto causa un agravio a un grupo de personas, pero ese agravio no es uniforme sino que, por el contrario, la existencia y extensión del agravio depende de las particularidades de cada caso concreto, el Defensor del Pueblo carece de legitimación para accionar en defensa de esas personas, porque no se está frente a un derecho de incidencia colectiva21. - En “Cámara de Comercio, Industria y Producción de Resistencia”22, la Corte Suprema revocó una sentencia de la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia, que había hecho lugar a una acción de amparo promovida por la Cámara de Comercio, Industria y Producción de esa ciudad, ordenando en consecuencia a la AFIP que se abstuviera de aplicar a los socios de la entidad actora, el procedimiento de ejecución fiscal establecido por el art. 92 de la ley citada. En un fallo unánime, la Corte Suprema sostuvo que: (i) el estatuto de la entidad actora no le otorgaba potestad para estar en juicio en representación de sus asociados por un reclamo como el articulado, referente a derechos patrimoniales propios de cada uno de éstos23; y (ii) si bien el art. 43 de la Constitución Nacional había ampliado el universo de sujetos legitimados para accionar por la vía del amparo, esta amplitud no se había dado para 19 CSJN, 12/09/1996, “Frías Molina, Nélida Nieves c/ INPS – Caja Nacional de Previsión para el Personal del Estado y Servicios Públicos s/ reajustes por movilidad”, ED 169-435. 20 Id., consid. n° 5 (énfasis añadido). 21 Cfr. Barra, Rodolfo C., “Los derechos de incidencia colectiva en una primera interpretación de la Corte Suprema de Justicia”, ED 169-433, 435. 22 CSJN, 26/08/2003, “Cámara de Comercio, Industria y Producción de Resistencia c/ Administración Federal de Ingresos Públicos”, JA 2003-IV-44. 23 Id., consid. n° 9. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] la defensa de cualquier derecho, sino como medio para evitar discriminaciones y tutelar los derechos ... que ‘protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como los derechos de incidencia colectiva en general’”24. Para la Corte, “resulta claro que la acción de amparo que ha dado origen a estos autos no ha sido promovida en defensa de algún derecho de los aludidos precedentemente, sino respecto de derechos de carácter patrimonial, puramente individuales, cuyo ejercicio y tutela ... corresponde exclusivamente a cada uno de los potenciales afectados...”25. - En “Colegio de Fonoaudiólogos de Entre Ríos”26, la Corte Suprema confirmó la doctrina de “Cámara de Comercio, Industria y Producción de Resistencia”. La Corte sostuvo que la entidad actora carecía de legitimación para promover una acción de amparo en procura de una decisión judicial que declarara la inconstitucionalidad de normas tributarias y su consiguiente inaplicabilidad al conjunto de sus asociados27. - En “Colegio Público de Abogados de Capital Federal”28 y en “Colegio de Abogados de Provincia de Buenos Aires”29, la Corte rechazó las acciones interpuestas por colegios profesionales de abogados que pretendían la inaplicabilidad de ciertas normas tributarias a sus miembros. La Corte Suprema se remitió a la doctrina establecida en “Colegio de Fonoaudiólogos de Entre Ríos” y en “Cámara de Comercio, Industria y producción de Resistencia”. Antes de concluir con la jurisprudencia de la Corte Suprema, es menester subrayar que, aún cuando exista una causa o controversia judicial concreta y se encuentre en juego un derecho de incidencia colectiva, de ello no se sigue necesariamente que el Defensor del Pueblo se encuentre legitimado para accionar, puesto que la Corte Suprema he efectuado una interpretación restrictiva de la ley 24.284, en virtud de la cual: (i) la legitimación del Defensor del Pueblo es subsidiaria, de manera tal que no puede invocar la tutela de los derechos de incidencia colectiva cuando las personas afectadas o una asociación ya han iniciado acciones individuales (art. 21 de la ley 24 Id., consid. n° 10. Id., consid. n° 11. 26 CSJN, 26/08/2003, “Colegio de Fonoaudiólogos de Entre Ríos c/ Estado Nacional”, JA 2003-IV-57. 27 Id., consid. n° 3. 28 CSJN, 07/10/2003, “Colegio Público de Abogados de Capital Federal c/ Ministerio de Economía, Obras y Servicios Públicos”. 29 CSJN, 07/10/2003, “Colegio de Abogados de Provincia de Buenos Aires c/ Administración Federal de Ingresos Públicos”. 25 Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] 24.284)30 (ii) el ámbito de competencia del Defensor del Pueblo no se extiende al Poder Judicial (art. 16 párrafo segundo de la ley 24.284)31. En cambio, la Corte ha mostrado una actitud mucho menos hostil respecto de las asociaciones, aceptando en varios casos su legitimación para la defensa de derechos de incidencia colectiva32. 3.- Análisis crítico de la interpretación de la Corte Suprema de la exigencia de causa o controversia judicial La exigencia de causa o controversia judicial ha sido tomada de la jurisprudencia de la Corte Suprema estadounidense33. A partir de la doctrina constitucional estadounidense, la Corte Suprema argentina ha llegado a ciertas conclusiones en materia de legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones que consideramos erróneas. En primer lugar, causa asombro la referencia que la Corte hace en “Defensor del Pueblo de la Nación c/ Poder Ejecutivo Nacional” a la necesidad de que los jueces examinen en cada caso si corresponde asignar al Defensor del Pueblo el carácter de titular de la relación jurídica sustancial en que se sustenta la pretensión. ¿Qué significa esta afirmación? ¿Que si el Defensor del Pueblo presentara un amparo contra un aumento de tarifas debería demostrar que él está personalmente perjudicado por tal aumento? ¿O que si solicitara la producción y distribución de vacunas contra el SIDA debería acreditar que padece dicha enfermedad? Obviamente, tal interpretación es absurda y se aparta de forma manifiesta del texto de los artículos 43 y 86 de la Constitución Nacional que 30 Véase, por ejemplo, CSJN, 21/08/2003, “Defensor del Pueblo de la Nación c/ Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos”, LL 2003-F-936; CSJN, 18/12/2003, “Asociación de Esclerosis Múltiple de Salta c/ Ministerio de Salud”, JA 2004-II-416; “Mondino”, cit. en n.18. 31 Cfr. “Frias Molina”, cit. en n. 19. 32 Véase, por ejemplo, CSJN, 19/08/1999, “Asociación de Grandes Usuarios de Energía Eléctrica de la República Argentina – AGUEERA c/ Provincia de Buenos Aires y otro (aceptando la legitimación de la asociación para cuestionar la constitucionalidad de los decretos-leyes 7290/67 y 1160/92 que vulneraban el marco regulatorio de la energía eléctrica establecido por la ley 24.065 y el Pacto Federal Para el Empleo, la Producción y el Crecimiento); CSJN, 1/6/2000, “Asociación Benghalensis y otros c/ Estado Nacional, LL 2001-B-126 (reconociendo la legitimación de una asociación para solicitar que se ordene al Ministerio de Salud y Acción Social a dar acabado cumplimiento a su obligación de asistencia, tratamiento y suministro de medicamentos en forma regular, oportuna y continua a los enfermos de SIDA); “Asociación de Esclerosis Múltiple de Salta”, cit. en n. 30 (reconociendo la legitimación activa a la asociación para impugnar una resolución que excluía del tratamiento cubierto por el Programa Médico Obligatorio a quienes no habían tenido brotes o exacerbaciones en los últimos dos años). 33 El fundamento radica en la similitud que la noción de causa del Artículo III de la Constitución estadounidense guarda con el art. 116 de la Constitución argentina. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] expresamente otorgan al Defensor del Pueblo legitimación procesal para accionar en representación de ciertos derechos de los ciudadanos34. En segundo lugar, la Corte Suprema sostiene, en “Consumidores Libres”, que resulta necesario acreditar en cada caso cómo los derechos de incidencia colectiva se ven lesionados o por qué existe una seria amenaza de que ello suceda. Esto es correcto, puesto que el artículo 43 de la Constitución Nacional no consagra una acción popular. De manera tal que el Defensor del Pueblo y las asociaciones deben explicar en cada caso de qué manera el acto o la norma impugnada afectan derechos de incidencia colectiva. Si no hay derechos lesionados, no hay acción, porque el amparo colectivo no constituye un instrumento para preservar la mera legalidad. Ello no implica, sin embargo, que el Defensor del Pueblo o las asociaciones tengan que acreditar la existencia de un agravio diferenciado, como parece exigirlo la Corte Suprema en “Consumidores Libres” con sustento, una vez más, en la jurisprudencia estadounidense35. El agravio que causa el acto o la norma impugnada puede ser un agravio general, compartido por todos los ciudadanos. En el derecho constitucional argentino, el Defensor del Pueblo o una asociación cuyo objeto sea la protección del medio ambiente podrían, por ejemplo, interponer una acción de amparo contra un acto o ley que pusiera en peligro la existencia de una determinada especie animal o vegetal, sin necesidad de demostrar que la desaparición de dicha especie causa un daño diferenciado a algún sector de la población36. En realidad, es justamente para estos casos, en donde el agravio es difuso, que la reforma constitucional de 1994 otorgó legitimación al Defensor del Pueblo y a las asociaciones. Como señala Jeanneret de Pérez Cortés, “la norma es clara y no procede limitarla”37. El problema radica en que la Corte Suprema argentina se ha quedado anclada a la jurisprudencia de la Corte Suprema estadounidense, soslayando que la reforma constitucional de 1994 incorporó nuevas institutos, que marcan diferencias importantes con el sistema de control de constitucionalidad estadounidense. La interpretación constitucional –como afirma el profesor de la 34 Como agudamente observa Jeanneret de Pérez Cortés, esta exigencia de la legitimación sustancial del Defensor del Pueblo “contradice la propia esencia de su legitimación” (Jeanneret de Pérez Cortés, María, “La legitimación del afectado, del Defensor del Pueblo y de las Asociaciones”, LL 2003-B-1333, 1340). 35 Para un análisis de la jurisprudencia de la Corte Suprema estadounidense en materia de legitimación para accionar, véase Barraguirre, Jorge, “La opinión del juez Scalia y la interpretación del artículo 43 de la Constitución Nacional (el concepto de ‘afectado’)”, LL 1997-F-1273; Caputi, Claudia, “La legitimación de los ciudadanos para accionar judicialmente en defensa de los intereses generales. Una perspectiva del modelo norteamericano y su relación con el argentino, ED 185-805, Sacristán, Estela B, “Notas sobre la legitimación procesal en la jurisprudencia norteamericana y argentina”, en Bazán, Víctor (coordinador), “Defensa de la Constitución. Garantismo y controles”, Ediar, Buenos Aires, 2003, p. 381. 36 Véase como la Corte Suprema de Estados Unidos llega a una conclusión diferente, a partir del requisito del daño diferenciado, en el caso “Lujan Secretary of the Interior v. Defenders of Wildlife”, 504 U.S. 312 (1991). 37 Jeanneret de Pérez Cortés, “La legitimación del afectado...”, cit. en n. 34, p. 1339. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] Universidad de Yale, Akhil Reed Amar– debe comenzar por el texto del documento 38 constitucional . Por lo tanto, la jurisprudencia de tribunales constitucionales extranjeros solo puede ser tenida en cuenta cuando se compadece con el texto constitucional que está siendo interpretado. En otras palabras, no se puede interpretar los alcances de la legitimación del Defensor del Pueblo a partir de la jurisprudencia estadounidense, si no existe en la Constitución estadounidense un órgano con facultades similares. En tercer lugar, es errónea la afirmación de la Corte Suprema en “Prodelco” respecto de la inexistencia de causa o controversia judicial cuando están en juego facultades privativas de los otros poderes. Una cosa es la legitimación del Defensor del Pueblo o de una asociación para cuestionar un nuevo régimen tarifario (en donde el daño a ciertos usuarios es más que evidente) y otra es que el Poder Ejecutivo tenga facultades discrecionales para establecer un nuevo régimen tarifario, lo que eventualmente llevará al rechazo de la acción de amparo por cuestiones de fondo y no de forma. En cuarto lugar, la Corte Suprema subraya en “Mondino” que no puede dictar resoluciones de carácter general, fuera del marco de una causa o controversia judicial. Aquí la Corte está en lo correcto, en lo que concierne a la improcedencia del pedido del Defensor del Pueblo de la Nación, puesto que éste carece de facultades para solicitar el dictado de resoluciones judiciales generales fuera del marco de un caso concreto39. Pero ello no implica que –en una causa o controversia judicial concreta- un tribunal judicial no pueda dictar una sentencia con efecto “erga omnes”. Por el contrario, las sentencias que se dicten en materia de derechos de incidencia colectiva tienen necesariamente ese efecto40. La naturaleza de los derechos de incidencia colectiva hace imposible la limitación de los efectos de la sentencia a un caso concreto. De forma natural y necesaria, sus efectos se expandirán a terceros que no participaron en la litis. Por lo tanto, resulta cuestionable la negativa de la Corte Suprema en “Prodelco” a atribuir efectos “erga omnes” a las decisiones que se dictan en los procesos en que intervienen el Defensor del Pueblo y las asociaciones. En este aspecto, la Corte Suprema se encierra una vez más en una rígida interpretación del requisito de “causa o 38 Amar, Akhil Reed, “Foreword: The Document and the Doctrine”, en Harvard Law Review, 2000, vol. 114, p. 26. Cfr. Maiorano, Jorge Luis, “Corte Suprema de Justicia de la Nación vs. Defensor del Pueblo: otra muestra de incomprensión”, LL 2004-A-312, 317. 40 Cfr. Balbín, Carlos, “Sobre la legitimación en el proceso de amparo”, LL 2001-B-1172; Boulin, Alejandro, “Los efectos de la sentencia declarativa de inconstitucionalidad”, LL Sup. Act. 20/05/2004; Gordillo, Agustín, “Tratado de Derecho Administrativo”, 5° ed., Ed Fundación de Derecho Administrativo, Buenos Aires, t. 2, p. II-4. 39 Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] controversia”, a pesar de que incluso en el sistema constitucional estadounidense se acepta que la declaración de inconstitucionalidad puede tener efectos “erga omnes” en algunos casos41. 4.- ¿Qué es un derecho de incidencia colectiva? La legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones se encuentra condicionada a la existencia de un derecho de incidencia colectiva. En consecuencia, resulta imprescindible determinar qué es un derecho de incidencia colectiva y qué lo distingue de los derechos subjetivos puramente individuales. En primer término, resulta evidente que la existencia de un derecho de incidencia colectiva no depende del número de personas afectadas por un acto lesivo42. Por ejemplo, en un accidente aéreo, solamente los familiares de las víctimas podrán reclamar las indemnizaciones correspondientes, pero no el Defensor del Pueblo o una asociación cuyo objeto sea la protección de los usuarios de los aeropuertos. En segundo término, es necesario distinguir entre las asociaciones cuyo objeto es la tutela de derechos de incidencia colectiva (por ej., Greenpeace) y las asociaciones cuyo objeto se limita a la tutela de los derechos de sus asociados (por ej., los colegios profesionales, la Cámaras de comercio e industria, los sindicatos). Cuando el Colegio Público de Abogados, El Colegio de Fonoaudiólogos de Entre Ríos o la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Resistencia cuestionaban la aplicación de ciertas normas tributarias a sus asociados, no invocaban la defensa de un derecho de incidencia colectiva, sino la defensa de los intereses de sus miembros. En la medida que este tipo de asociaciones no promueven la tutela de derechos de incidencia colectiva, su legitimación para accionar en defensa de sus representados no puede basarse en el art. 43 de la Constitución sino que depende exclusivamente de lo que fijen sus Estatutos o la ley de creación al respecto, como correctamente sostuvo la Corte Suprema en “Cámara de Comercio, Industria y Producción”. Por 41 En el derecho estadounidense, una norma puede ser declarada inconstitucional “as applied” (es decir, en el caso concreto) o “on its face” (para todos los casos). Para un análisis de esta cuestión, véase Dorf, Michael, “Facial challenges to state and federal statutes”, en “Stanford Law Review, 1994, vol. 46, p. 235 y Fallon, “As-applied and facial challenges and third-party standing”, en Harvard Law Review, 2000, vol. 113, p. 1321. 42 Cfr Bianchi, Alberto B., Control de Constitucionalidad, 2° ed., Ed. Abaco de Rodolfo Depalma, Buenos Aires, 2002, Tomo 2, p. 59; Sagüés, Nestor Pedro, “Los efectos expansivos de la cosa juzgada en el amparo”, en Toricelli, Maximiliano (coordinador), “El amparo constitucional. Perspectivas y modalidades”, Depalma, Buenos Aires, 1999, p. 19, 25; Toricelli, Maximiliano, “Las legitimaciones especiales en el art. 43 de la Constitución”, en ED Suplemento de Derecho Constitucional, p. 15, 16. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] ejemplo, en lo que concierne a la legitimación del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, la ley 23.187 establece en su art. 20 inc. c) que una de sus finalidades es la defensa de sus miembros “para asegurarles el libre ejercicio de la profesión conforme a las leyes, velar por la dignidad y el decoro profesional de los abogados y afianzar la armonía entre ellos”. Como puede observarse, el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal carece de legitimación para la protección de los derechos individuales patrimoniales de sus miembros y por ende la Corte Suprema he rechazado correctamente su legitimación para cuestionar la aplicación de una norma impositiva general a los abogados43. A lo sumo, su legitimación podría aceptarse en defensa de derechos y obligaciones que incumban exclusivamente a los abogados, frente a disposiciones que regulan exclusivamente esa actividad profesional44. En cambio, la Corte Suprema reconoció la legitimación del Sindicato Argentino de Docentes Particulares para impugnar un Decreto del Poder Ejecutivo que había eximido a las Universidades privadas de la contribución de la ley 24.714 art. 5 inc. a) punto 1) en relación al personal docente con vínculo de dependencia y había determinado el pago directo a cargo de los empleadores de las asignaciones familiares45. En tal sentido, el Procurador General de la Nación (a cuyo dictamen adhiere la Corte Suprema) señaló que no aparecía como indebida la legitimación procesal del sindicato puesto que contaba con la respectiva personería gremial y por lo tanto estaba encargado de representar los intereses individuales y colectivos de los trabajadores frente al Estado y los empleadores (art. 31 ley 23.551 de asociaciones sindicales)46. Desde nuestro punto de vista la nota característica de un derecho de incidencia colectiva es que tutela intereses colectivos de naturaleza indivisible; o sea que resulta imposible dividirlos en partes47. De acuerdo a este criterio, el Defensor del Pueblo o las asociaciones se encuentran legitimados para: (i) solicitar que se retire del mercado un determinado producto48; (ii) cuestionar un incremento tarifario en los servicios públicos49; (iii) demandar la producción de una 43 Véase los casos citados en n. 28 y en n. 29. Véase, en este mismo sentido, el Dictamen del Procurador General de la Nación en “Colegio de Fonoaudiólogos”, cit. en n. 26. 45 CSJN, 04/07/2003, “Sindicato Argentino de Docentes Particulares S.A.DO.P. c/ Poder Ejecutivo Nacional”, LL 2003-F-769. 46 Id., Dictamen del Procurador General de la Nación (punto IV). 47 cfr. Peyrano, Guillermo F., “La acción de amparo como medio de tutela de los intereses colectivos o difusos en el nuevo esquema constitucional argentino”, JA 1996-IV-937, 939. 48 Cfr. CSJN, 05/03/2002, “Portal de Belén – Asociación Civil sin Fines de Lucro c/ Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación”, LL 2002-B-520 (ordenando al Estado Nacional que deje sin efecto la autorización y prohíba la fabricación, distribución y comercialización del fármaco “Imediat” por sus efectos abortivos). 49 Cfr. CNFed. Contenciosoadministrativo, Sala IV, 05/08/1997, Fernández, Raúl c/ Poder Ejecutivo Nacional, LL 1997-E-535 (haciendo lugar a la acción de amparo interpuesta por un usuario del servicio de transporte de subterráneos que cuestionaba el redondeo de la tarifa por encima de lo que resultaría de la aplicación de las pautas del contrato de concesión). El Defensor del Pueblo y/o una asociación de usuarios podrían haber atacado igualmente este redondeo 44 Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] determinada vacuna50; (iv) solicitar la realización de una audiencia pública previo al dictado de un acto administrativo susceptible de afectar los intereses de los usuarios de los servicios públicos51; (v) pedir la nulidad de un concurso público para la selección de proyectos de inversión, instalación y operación de plantas de tratamientos de residuos peligrosos52; (vi) reclamar la construcción de obras necesarias para las personas discapacitadas53; (vii) cuestionar el Plan Médico Obligatorio en lo que se refiere a la cobertura de medicamentos en los casos de esclerosis múltiple54; (viii) demandar la nulidad de una resolución del Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios relativa al sistema de medición de consumo de agua y los sujetos obligados al pago55. En todos estos casos, el bien tutelado es indivisible: no se puede tener una tarifa de subterráneos para un usuario y otra tarifa para el resto; no se puede ordenar el retiro de un producto del mercado solamente respecto de determinadas personas; no se puede prohibir la instalación de la planta de residuos peligrosos solamente respecto de los accionantes. Ahora bien, algunos fallos aislados han aceptado también la legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones cuando están en juego intereses individuales, patrimoniales y divisibles. Así, el Juzgado de Primera Instancia en lo Comercial n° 18 hizo lugar a una acción incoada por una asociación de consumidores y ordenó a la Banca Nazionale del Lavoro a pagar las tarifario. El fallo fue revocado por la Corte Suprema por razones de fondo, pero no se cuestionó la legitimación del afectado (CSJN, 07/12/1999, “Fernández Raúl c/ Poder Ejecutivo Nacional, LL 2000-A-179). 50 Cfr. CNFed. Contenciosoadministrativo, Sala IV, 02/06/1998, “Viceconte, Mariela C. C/ Ministerio de Salud y Acción Social”, LL 1998-F-305 (haciendo lugar a una acción de amparo interpuesta por un particular y ordenando en consecuencia al Estado que cumpla con el compromiso de producir la vacuna tendiente a combatir la fiebre hemorrágica argentina). Esta acción también habría podido ser incoada por el Defensor del Pueblo o una asociación. 51 Cfr. CNFed. Contenciosoadministrativo, Sala IV, 23/06/1998, “Yousssefian, Martín c/ Secretaría de Comunicaciones”, LL 1998-D-712 (reconociendo la legitimación de un individuo para cuestionar la no convocatoria a audiencia pública, previo a decidir la prórroga del período de exclusividad de las licenciatarias del servicio básico telefónico nacional e internacional). Resulta indiscutible que el Defensor del Pueblo o una asociación también habrían gozado de legitimación procesal para accionar. 52 Cfr. CNFed. Contenciosoadministrativo, Sala III, 08/09/1994, “Schroder, Juan c/ Estado Nacional – Secretaria de Recursos Naturales”, LL 1994-E-449 (reconociendo la legitimación activa de un vecino de la Provincia de Buenos Aires para demandar la nulidad de un concurso público para la selección de proyectos de inversión, instalación y operación de plantas de tratamiento de residuos peligrosos tipificados en la ley 24.051). Este mismo pedido de nulidad podría haber sido realizado por el Defensor del Pueblo o una asociación cuyo objeto sea la protección del medio ambiente. 53 Cfr. CNFed. Contencioso Administrativo, Sala I, 30/08/99, “Verbrugghe, María Inés c/ E.N. – Ministerio de Economía – Secretaría de Transportes”, ED 185-995 (ordenando la realización de obras necesarias para permitir el acceso de personas con discapacidad motora o movilidad reducida al servicio de trenes del ramal Mitre). 54 Cfr. “Asociación de Esclerosis Múltiple de Salta”, cit. en n. 31 (reconociendo la legitimación activa a la asociación para impugnar una resolución que excluía del tratamiento cubierto por el Programa Médico Obligatorio a quienes no habían tenido brotes o exacerbaciones en los últimos dos años). 55 Cfr. CSJN, 14/09/2000, “Defensor del Pueblo de la Nación c/ Poder Ejecutivo Nacional – Ministerio de Economía, Obras y Servicios Públicos- y Otros”, Fallos: 323:2519 (haciendo lugar a la acción de amparo interpuesta por el Defensor del Pueblo y declarando en consecuencia la invalidez de resoluciones por las que el Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios había reglamentado un sistema de medición global y pago directo por los consorcios de propietarios en edificios sujetos al régimen de propiedad horizontal). Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] sumas de dineros liquidadas en los respectivos resúmenes de cuenta en concepto de cargo por “diferir pago”56. En este mismo sentido, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial confirmó una medida cautelar, decretada a pedido de una asociación de consumidores, que ordenaba cesar el débito automático de la cuenta de todos los usuarios de tarjetas de crédito emitidas por el Banco de la Provincia de Buenos Aires, de un importe en concepto de seguro por robos en cajeros57. Esta interpretación acerca de la legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones para la tutela de intereses patrimoniales divisibles ha encontrado cierto eco en la doctrina58. Nosotros pensamos que esta interpretación excesivamente amplia es incorrecta, por las siguientes razones: • Es poco probable que todos los titulares de intereses patrimoniales divisibles tengan la misma posición. Imaginemos una acción de amparo interpuesta por una asociación o el Defensor del Pueblo de la Nación contra la “pesificación” de los títulos de deuda pública. No sería descabellado pensar que algunos de los beneficiarios podrían objetar esta acción de amparo con el argumento de que ellos consideran necesario hacer un sacrificio patrimonial ante la crisis económica del país y que, por lo tanto, prefieren aceptar la “pesificación”59. Cuando el bien tutelado es indivisible, los miembros disidentes deben soportar los efectos de una decisión adversa a sus intereses, puesto la naturaleza del bien tutelado hace imposible la “división” de los efectos de la sentencia. En cambio, cuando se trata de intereses patrimoniales divisibles no hay ninguna razón para imponer los efectos de la sentencia a los disidentes. En especial, si se tiene en cuenta que los derechos patrimoniales son esencialmente disponibles. 56 Juzgado Nacional de Primera Instancia n° 18, Secretaría n° 36, 31/08/2004, “Dirección General de Defensa del Consumidor GCBA c/ Banca Nazionale del Lavoro s/ sumarísimo”, LL 2004-E-962. 57 CNCom., Sala C, 13/02/2004, “Unión de Usuarios y Consumidores c/ Banco de la Provincia de Buenos Aires, LL 2004-C-847. 58 Quiroga Lavié sostiene que “los derechos colectivos, o de incidencia colectiva como lo llama nuestra Constitución, no son solamente aquellos cuyo objeto o situación de ventaja merecedora de protección resulta común a un grupo indeterminado de personas, e indivisible en su materialidad, como es el caso del medio ambiente. También alcanza su tutela a derechos individuales divisibles y mensurables, en relación con el objeto materia de su prestación, cuando resultan equivalentes entre sí y la afectación que han sufrido ha sido producida por un acto administrativo único aplicable de un sector o grupo indeterminado de personas. Es decir que el colectivo se configura tanto por el objeto único e indivisible materia de la prestación, o del bien objeto del goce, como por el acto único, administrativo o no generador de perjuicios individualizables y divisibles sufridos por sus respectivos titulares” (Quiroga Lavié, Humberto, “El amparo colectivo”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1998, pp. 131-132). En este mismo sentido, véase Jeanneret de Pérez Cortés, “La legitimación del afectado...”, cit. en n. 24, p. 1334. 59 De la misma forma que hubo ahorristas que no iniciaron acciones de amparo para recuperar el dinero depositado en las entidades financieras. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] • Aún cuando todos los titulares de intereses patrimoniales divisibles estuviesen de acuerdo con la naturaleza de la pretensión, podrían disentir respecto del monto indemnizatorio. Por ejemplo, hubo dos casos en donde se reclamaba a Edesur la indemnización de los daños y perjuicios causados por el corte de suministro eléctrico. El primero fue iniciado por el Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires60 y el segundo por una asociación de usuarios (que reclamaba una compensación indemnizatoria de $ 439,75 a cada uno de los usuarios de la Ciudad de Buenos Aires perjudicado por los cortes)61. Ahora bien, ¿cómo puede el Defensor del Pueblo de la Ciudad solicitar que se condene a la empresa por los daños y perjuicios causados si se encuentra imposibilitado de evaluar la situación particular de cada afectado? Es obvio que no es lo mismo el daño patrimonial causado a una empresa que a un particular; tampoco es lo mismo el daño moral sufrido por una persona que vive con su hijo recién nacido en un piso 18 que el de un joven de 19 años que vive en un primer piso. De la misma forma podemos preguntarnos cómo llegó la asociación de usuarios a la cifra (mágica) de $ 439,75 por habitante: ¿cómo sabe que los usuarios se consideran satisfechos con la percepción de dicha suma? La percepción de los daños y perjuicios es esencialmente subjetiva e individual y no puede quedar al arbitrio de terceros que ni siquiera fueron afectados por el acto o ley impugnada. Además, se debe tener en cuenta uno de los principios básicos de nuestro sistema de responsabilidad civil: sólo corresponde indemnizar el daño cierto; o sea, debe ser probado para poder condenarse al pago de la indemnización correspondiente. No son indemnizables los daños hipotéticos o meramente conjeturales62. En consecuencia, no resulta posible que el Defensor del Pueblo o las asociaciones formulen reclamos indemnizatorios globales. • En algunos casos, los intereses patrimoniales divisibles pueden llegar a ser contradictorios (a pesar de su apariencia de homogeneidad). Por ejemplo, en el caso del “corralito” y de la reprogramación y “pesificación” de los depósitos bancarios, un subgrupo de afectados puede considerar que se encuentran en una situación diferente a la del resto de los ahorristas, ya sea por razones de edad o de salud, y que, por ende, tiene un derecho preferente a obtener el 60 CNFed. Civil y Comercial, Sala I, 16/03/2000, “Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires c/ Edesur”, LL 2000-C-395 (en adelante, Edesur I). 61 CNFed. Civil y Comercial, Sala I , 17/06/2004, “Unión de Usuarios y Consumidores c/ Edesur S.A. s/ Daños y Perjuicios” (en adelante, Edesur II). 62 Cfr. Bustamante Alsina, Jorge, Teoría general de la responsabilidad civil, 6° ed., Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1989, p. 146. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] reintegro inmediato de los fondos depositados63. Para este subgrupo de afectados, una acción del Defensor del Pueblo, en representación de todos los ahorristas, impide la consideración de situaciones especiales que justifican un tratamiento distinto; o sea, pone a todos los ahorristas en un mismo plano. Y lo más grave es que el sistema no ofrece ninguna posibilidad de oposición a la representación que se autoconfiere el Defensor del Pueblo o las asociaciones. • El artículo 43 de la Constitución Nacional no consagra las acciones de clase del derecho estadounidense64. Las diferencias entre ambos sistemas son significativas: (i) las acciones de clases sólo pueden ser iniciadas por los afectados (ya sea uno o varios afectados que actúan en representación del resto); (ii) los miembros de la clase deben ser notificados del comienzo de la acción judicial, lo cual permite que puedan ejercer oportunamente las acciones a las que tengan derecho; (iii) las personas notificadas pueden presentarse y oponerse a la representación invocada por quien inició la acción; (iv) con anterioridad a la notificación de la demanda, el Juez debe resolver si el proceso tramitará como acción de clase65. Como puede observarse, el sistema de acciones de clase está diseñado de manera tal de permitir a sus eventuales opositores ejercer sus derechos de forma oportuna. • Sería peligrosísimo dejar la tutela de los intereses patrimoniales divisibles en manos del Defensor del Pueblo o de asociaciones que no fueron afectadas por el acto impugnado. A diferencia del sistema de acciones de clases estadounidense, las asociaciones o el Defensor del Pueblo no tienen la obligación de notificar a los miembros de la clase, a los fines de permitirles el oportuno ejercicio de sus derechos (entre ellos, el de oposición a la acción). ¿Qué sucedería en caso de rechazo de la acción? En virtud del efecto “erga omnes” de este tipo de procesos, la sentencia sería oponible a todos los miembros de la clase. En ese caso, ¿podrían los titulares de los intereses patrimoniales divisibles accionar contra el Defensor 63 Una defensa de esa postura puede verse en Rivera (h), Julio César, “¿Cómo debe ejercerse el control de razonabilidad de leyes que incursionan en materia socio-económica? Análisis crítico de la actuación del Poder Judicial en el marco de las acciones de amparo interpuestas contra las normas que restringen la libre disponibilidad de los depósitos bancarios?”, LL 2002-D-1116, 1127-1128. 64 Cfr. “Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires c/ Edesur”, cit. en n. 60, consid. n° 17. En este mismo sentido, véase, Cermesoni, Jorge, “Acerca de la acción de clase y los intereses difusos”, en Cassagne, Juan Carlos (Director), “Derecho Administrativo”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1998 , p. 1261. 65 Bianchi explica que “existe amplia discreción judicial para determinar si el proceso debe tramitar como acción de clase... Por ejemplo, puede exigirse que la clase sea redefinida, que se provean los nombres de los miembros de clase o que se mejore la representación y también puede efectuarse una certificación parcial, esto es, que abarque solamente algunos aspectos del litigio (Bianchi, Alberto, Las acciones de clase, Ed. Abaco de Rodolfo Depalma, Buenos Aires, 2001, pp. 82-83). Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] del Pueblo o de las asociaciones por no haber ejercido una adecuada representación de sus intereses? ¿Cuántas de estas asociaciones son solventes? • La actuación del Defensor del Pueblo y de ciertas asociaciones se ha visto excesivamente influenciada por aspectos ideológicos. El ejemplo más claro es el caso el de la “pesificación” de los depósitos bancarios y la “pesificación” de los títulos de deuda pública. ¿Por qué se cuestionó el primero y no el segundo? La única explicación es que resulta “políticamente correcto” accionar contra las entidades financieras y “políticamente incorrecto” defender los derechos de los propietarios de títulos de deuda pública. La influencia de la ideología de lo “políticamente correcto” se puede apreciar también en la actuación del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, que demandó la inconstitucionalidad del art. 12 del Decreto 214/01, en cuanto establecía la suspensión de los procesos judiciales y medidas cautelares y ejecutorias en los que se demande o accione en razón de los créditos, deudas, obligaciones, depósitos o reprogramaciones financieras que pudieran considerarse afectados por las disposiciones contenidas en el Decreto n° 1570/01, por la ley 25.561, el Decreto n° 71/02, y el Decreto 214/01. El fundamento de la acción era que se perjudicaba el derecho de los abogados a trabajar. Paradójicamente, el Colegio de Abogados no inició acción de amparo alguna cuestionando las suspensiones de procesos de ejecuciones judiciales e hipotecarias y de pedidos de quiebra, decretadas por la ley 25.563. La explicación, obviamente, es ideológica. Ante esta excesiva manipulación ideológica de las acciones colectivas, deviene imprescindible establecer límites razonables a la legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones y dejar la tutela de los intereses patrimoniales divisibles a los afectados. • Los tribunales judiciales se han mostrado reacios a aceptar la legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones cuando están en juego intereses patrimoniales divisibles. Aparte de las decisiones de la Corte Suprema explicadas en el punto 2.-) de este trabajo66, es necesario mencionar la sentencia de la Cámara Contencioso Administrativo Federal en el caso del “corralito bancario” y las decisiones de la Cámara Civil y Comercial Federal relativos a los cortes de “Edesur”. En el caso del “corralito bancario”, la Cámara declaró la inconstitucionalidad de las normas que restringían la disponibilidad de los depósitos bancarios pero sostuvo que “en lo que respecta a la acreencia bancaria que individualmente 66 Véase los fallos citados en n. 19, n. 22, n. 26, n. 28 y n. 29. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] cada ahorrista se considere con derecho a percibir, deberá acudir ante los tribunales que correspondan a fin de acreditar el reclamo patrimonial interpuesto, ejerciendo, cada afectado el ejercicio de su derecho subjetivo caracterizado por la singularidad de cada caso”67. En “Edesur I”, la Cámara Civil y Comercial Federal señaló que no se estaba en presencia de un derecho de incidencia colectiva puesto que se trataba de un reclamo que tenía por finalidad la reparación de un daño esencialmente individual y propio de cada uno de los afectados, que era exclusivo de cada usuario68. En consecuencia, la Cámara concluyó que “en lo que respecta a los daños y perjuicios que eventualmente pudieron sufrir los usuarios afectados por la interrupción del servicio de energía eléctrica referido, aquellos que se considerasen con derecho, podrán ocurrir ante los tribunales correspondientes y por la vía que se estimen pertinente, o que en cada caso se fije de acuerdo con las particularidades que cada uno pudiera presentar”69. En “Edesur II”, La Cámara Civil y Comercial Federal rechazó una acción de amparo interpuesta por una asociación de consumidores que solicitaba que se abonara una compensación indemnizatoria de $ 493,75 a todos los usuarios de la Ciudad de Buenos Aires perjudicados por los cortes de energía70. Como puede apreciarse, hay una tendencia muy consolidada a rechazar las demandas de naturaleza patrimonial presentados por el Defensor del Pueblo o por asociaciones. Esta clase de reclamos sólo pueden ser realizados por los afectados directos. En síntesis, creemos que los intereses patrimoniales divisibles (por más homogéneos que sean) sólo pueden ser tutelados por sus respectivos titulares, ya sea individualmente o mediante la creación de algún sistema de representación colectiva como el de las acciones de clases (en donde los representantes de la clase son también afectados). No se encuentran legitimados para su tutela el Defensor del Pueblo y las asociaciones del art. 43 segundo párrafo. 5.- Conclusión El Defensor del Pueblo y las asociaciones del art. 43, segundo párrafo, juegan un rol esencial en la tutela de intereses colectivos de naturaleza indivisible. Por ello resulta necesario conciliar adecuadamente la legitimación anómala que les confiere el art. 43, segundo párrafo, con el 67 CNFed. Contenciosoadministrativo, Sala V, 13/9/2002, “Defensor del Pueblo de la Nación c/ Poder Ejecutivo Nacional”, LL 2002-E-818. 68 “Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires c/ Edesur”, cit. en n. 60, consid. n° 15. 69 Id., consid. n° 21. 70 “Unión de Usuarios y Consumidores c/ Edesur S.A.”, cit. en n. 61. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected] principio tradicional del caso o controversia judicial concreta. En este sentido, resulta necesario salir del esquema del sistema constitucional estadounidense, que no prevé la existencia de sujetos similares. Por otro lado, es fundamental no extender irrazonablemente los alcances de la legitimación del Defensor del Pueblo y de las asociaciones a la tutela de intereses patrimoniales divisibles. Si bien es cierto que sería conveniente encontrar un canal procesal adecuado para la tutela de estos intereses (como las acciones de clases del derecho estadounidense), el otorgamiento de legitimación al Defensor del Pueblo y a las asociaciones del art. 43, segundo párrafo, crearía aún más problemas de los que se pretenden solucionar. Uruguay 750 - Piso 8 - C1015ABP - Buenos Aires - Argentina - Tel.: (54-11) 4373-0309 - Fax: (54-11) 4372-2918 Sitio web: www.rivera.com.ar – E-mail: [email protected]