67 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México ARGUETA-MAYORGA, José Luis´*† & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario´´ ´ Universidad de Guadalajara, México.y Recibido Mayo 5, 2015; Acptado 11 Noviembre, 2015 Resumen Abstract Este trabajo muestra la forma en que los habitantes de los fraccionamientos de interés social buscan disminuir la fricción del espacio, transformándolo y haciéndolo más permeable. Su intervención supera el distanciamiento que media entre ellos y el espacio exterior; remueve barreras y así acorta las distancias y el tiempo para acceder caminando al transporte público, a las tiendas, escuelas, servicios médicos, etc. Así, el entorno responde más a las necesidades de quienes habitan los fraccionamientos que a las ideas de diseño cerrado que concibieron y construyeron las inmobiliarias. This paper shows how the inhabitants living in social interest developments seek to reduce the friction of space, transforming it and making it more permeable. Their intervention reduces the distance that mediates between them and the space outside the settlement; removes barriers and shortens distances and time to have access on foot to public transport, shops, schools, medical services, etc. Thus, the area responds more to the needs of those who live in the lowincome subdivisions than to the ideas of a close area that was conceived and built by the developers. Espacio social, fraccionamientos de interés social, fricción del espacio, permeabilidad, caminar Social space, inhabitants living in social interest developments, friction of space, permeability, walk. Citación: ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015, 1-1: 67-79 * Correspondencia al Autor (Correo Electrónico: [email protected]) † Investigador contribuyendo como primer autor. © ECORFAN – Republic of Guatemala www.ecorfan.org/republicofguatemala 68 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 Expansión urbana y fraccionamientos de interés social37 En las áreas metropolitanas la expansión se ha dado tanto por la extensión como la por la agregación continúa (Contreras, 2012) y la expansión discontinúa o salto de rana (Ayala y Jiménez, 2011; Blakely y Snyder, 1997; Contreras, 2012). Aunque desde principio del siglo XXI en México ha prevalecido la expansión discontinúa, en donde la rápida urbanización ha llevado a la ocupación de tierras agrícolas, bosques y áreas verdes (Arango, 2013; Ayala y Jiménez, 2011; Maya, et al., 2008). A partir de la década de los noventa en México, bajo un contexto neoliberal, las políticas de vivienda se enfocaron en la desregularización y privatización de las tierras y la vivienda. 37 El fraccionamiento de interés social es una subdivisión privada, que consiste en un conjunto de viviendas construidas en serie y generalmente extendidas horizontalmente. En México están financiadas principalmente por organismos públicos que otorgan diferentes subsidios. El fraccionamiento está comúnmente cerrado e incluye áreas privadas, y públicas. La tenencia es condominal. Algunos fraccionamientos están subdivididos en secciones, que conforman conjuntos más pequeños de casas y calles que son propiedad del condominio. Es común que algunas vialidades principales que atraviesan a los grandes fraccionamientos, sean municipales. De acuerdo con la Fundación CIDOC y SHF (2010) se determinó por parte de las instituciones relacionadas al financiamiento de las viviendas la clasificación homologada de los tipos de vivienda según su valor, tomando como referencia y unidad de medida veces salarios mínimos mensuales vigente para el Distrito Federal. La clasificación contempla seis tipos de vivienda, tres de ellos, la económica, la popular y la tradicional, agrupados en una primera categoría general denominada de interés social. La CONAVI indica la siguiente clasificación de viviendas: Tipo de vivienda Económica (Menos de 118 VSMM = Menos de $272,773.12); Tipo de vivienda Popular (De 118 VSMM a 200 VSMM = Entre $272,773.12 y $426,208.00); Tipo de vivienda Tradicional (De 200 VSMM a 350 VSMM = Entre $426,208.00 y $745,864.00); Media-Residencial: Incluye vivienda Media, Residencial y Residencial Plus (Más de 350 VSMM = Más de $745,864.00). ISSN-En línea: 2441-4851 ECORFAN® All rights reserved. Entre los cambios más importantes están en 1992 y 1997 la reforma a la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), la institución federal que otorga más créditos para la adquisición de vivienda a los trabajadores en la economía formal; y, también en 1992, la modificación del artículo 27 constitucional y la Ley Agraria, con lo cual se sentaron las bases para trasladar el dominio de las tierras ejidales a propiedad privada (Harner, et al., 2009, Jiménez, 2008). Con el nuevo enfoque de las políticas públicas de vivienda, la construcción, planificación y financiamiento de la vivienda de interés social quedó en manos de los desarrolladores inmobiliarios. Desde entonces el sector privado ha delimitado, clasificado y determinado la localización, tanto social como geográfica de los habitantes, la construcción de las viviendas en distintas ciudades responde entonces, a una lógica de diferenciación de clases (Bourdieu, 2002, Duhau, 2013). Desde mediados de la década de los noventa, y en especial desde 2000 con el cambio por primera vez a nivel federal del partido en el poder, de PRI (Partido Revolucionario Institucional) a PAN (Partido Acción Nacional), se alentó la construcción masiva de vivienda en todo el país; con el fin de incentivar la economía y disminuir el déficit de vivienda (Esquivel et al., 2005; Mellado, 2013; ). Dicha política favoreció la construcción de fraccionamientos, con una limitada tipología de viviendas, que resultó en conjuntos habitacionales homogéneos que no responden a la heterogeneidad de quienes los habitan. Además, la localización distante de los fraccionamientos con respecto al equipamiento y los servicios urbanos, denota no sólo las distancias espaciales, sino también las distancias sociales (Bourdieu, 1999). ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015. 69 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 A esta situación se suman los problemas que surgen debido a las grandes dimensiones de algunos de los fraccionamientos, que llegan a tener entre 15 mil y hasta más de 50 mil viviendas (Guzmán y Maya, 2013; Núñez, 2007) y ocupar hasta 300 hectáreas. Sin embargo, un análisis de la expansión urbana contemporánea no se puede limitar al estudio de la relación de la periferia con el centro. Tampoco se puede seguir asumiendo que la periferia es una sola, ya que existen diversas periferias, resultado de las múltiples intervenciones que se han llevado a cabo para producir el espacio urbano que se observa actualmente (Arteaga, 2005; Santos, 1990). Es esencial reconocer que la periferia también es un espacio diverso. No sólo existen fraccionamientos de interés social, medio y residencial, sino que también se encuentran pueblos indígenas, ranchos y caseríos asilados. Entre ellos hay una diferenciación morfológica, funcional, (Muñoz, 2008) y de composición social (Dematteis, 1998). Para estudiar los diferentes tipos de poblamiento es importante tomar en cuenta las concepciones en el proceso de la producción del espacio que tienen los actores sociales a lo largo del tiempo (Harvey, 1998); ya que éstas han representado diferentes significados, acciones y relaciones. Dicha diversidad de ideas materializadas es la que ha venido estructurando las ciudades (Connolly, 2005; Duhau y Giglia, 2008; Guzmán y Maya, 2013). De acuerdo a Lefebvre (1978), la visión más restringida sobre los productores formales del espacio urbano, es la de un ―urbanismo total‖ que incluye tres actores: ―el urbanismo de los hombres‖, refiriéndose a los arquitectos, ingenieros, urbanistas y escritores, entre otros; ―el urbanismo de los administradores‖ vinculados al sector público (Estado) y ―el urbanismo de los promotores‖. ISSN-En línea: 2441-4851 ECORFAN® All rights reserved. En este contexto, la producción de la vivienda de interés social representa la visión de estos espacios como objetos de consumo (Lefebvre, 1978 y Gottdiener, 1985). Al hacer referencia al consumo, se involucra a los habitantes, quienes usan y transforman el espacio inicialmente producido. Al involucrar a los habitantes en la dinámica de la producción del espacio, se tiene una concepción más completa de cómo se produce la ciudad (Lefebvre, 1991). Durán, et al. (2000), considera que las viviendas y los fraccionamientos son un hecho social, ya que están socialmente producidos. Es a través del proceso de producción y transformación que se brinda sentido al espacio y se le reconoce como un hecho social (Santos, 1990). El espacio social, entonces, se reconoce a partir de una función doble; ya que al mismo tiempo es producto y productor. El espacio social en los fraccionamientos de interés social Si bien el espacio está socialmente construido por varios actores sociales a lo largo del tiempo, dicha producción se inscribe en las estructuras existentes de poder (Bourdieu, 1999; Harvey, 1994; Lefebvre, 1991). La concepción de espacio-tiempo dominante, somete a otra, e impone su particular concepción. Por lo que toca a los fraccionamientos de vivienda de interés social, se observa que la oferta urbana y residencial impone una concepción de un espacio homogéneo a su interior, a menudo cerrado, sin equipamiento y unas viviendas con espacios reducidos, sin muchas posibilidades de expansión. Concepción que se contrapone a la que tienen quienes los habitan. ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015. 70 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 La vivienda y el fraccionamiento son productos que fueron dados a los habitantes, como Soja (1996) indica el espacio en sí mismo puede ser primordialmente dado, pero la organización, y el significado del espacio es un producto de la translación, transformación y experiencia social. Como ya se mencionó, la población residente sobrepone su propia concepción, apropiándose del espacio dado (Harvey, 1998; Lefebvre, 1991). Con el tiempo se puede constatar el fracaso de los intentos del capital de imponer la modalidad de fraccionamientos homogéneos a su interior, aunque hacia el exterior sean heterogéneos entre sí (Harvey, 1994). Una consideración en el análisis de la división social del espacio es que ésta también responde a las realidades fragmentadas que menciona Ascher (2004); ya que las personas que comparten un espacio físico, provienen de distintos lugares, unos son propietarios, mientras que otros han alquilado, o incluso, invadido una vivienda. Los habitantes a partir de esas concepciones diversas brindan sentido al espacio y éste es transformado. Las concepciones espaciales y temporales de los habitantes son captados en las relaciones entre ellos mismos, y éstos con las viviendas, el espacio público, las calles y los muros, entre otros. Partiendo de la idea de Santos (1990) sobre el espacio, tenemos que las relaciones entre los habitantes y los elementos que conforman los fraccionamientos, equivalen a lo que él define como la interacción entre los flujos (las acciones que llevan a cabo los habitantes) y los fijos (los fraccionamientos). Los flujos actúan sobre los fijos, modificando el significado y valor de esas formas representativas de las relaciones sociales del pasado y del presente. ISSN-En línea: 2441-4851 ECORFAN® All rights reserved. Si el espacio es entendido por esas formas pasadas a las que las formas presentes les dan continuidad; en los fraccionamientos la primera transformación del espacio urbano, la llevaron a cabo los desarrolladores, mientras que la acción de los habitantes consiste, en darle continuidad a la producción del espacio. Dicha intervención es a la que se refiere Santos (1990) como una segunda naturaleza en donde constantemente se van creando momentos, los cuales define como la sustitución de un espacio por otro. De esta forma Santos (1990), a diferencia de Lefebvre (1991) resalta la importancia de la temporalidad. Los fraccionamientos presentan exactamente ese momento que divide su historia en dos fases específicas, en donde se sustituye un productor por otro. Es decir, en el espacio físico, se sustituyen los actores sociales (a los que se refiere Santos, 1990 como elementos del espacio): sector público y privado (primera intervención), por los habitantes (segunda intervención); en esta segunda intervención, los habitantes y el sector público adaptan las nuevas formas, a las formas preexistentes (Santos, 1990). Según Santos (1990) en tanto que el espacio es un hecho social, posee una realidad objetiva; indica que la realidad objetiva del espacio no es la suma de las percepciones individuales, sino un producto social. El espacio mantiene su carácter objetivo durante las transformaciones a las que se ve sujeto. La realidad objetiva en los fraccionamientos se refiere a esa realidad que es común para todos los habitantes, como: calles, muros, transporte público, infraestructura y equipamiento. Hasta el momento el debate actual no ha planteado el estudio de las dificultades o restricciones a las que se enfrentan los actores sociales para superar o reducir, las barreras concebidas en un espacio-tiempo anterior. ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015. 71 Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Artículo Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 La forma en que Lefebvre (1991) plantea el análisis de la producción del espacio necesita para el entendimiento de la superación de las barreras, la incorporación del marco de referencia y observación que propone Harvey (2009) y la temporalidad que Santos (1986) establece. El proceso de cómo los habitantes reciben y transforman el espacio social, tiene relación directa con la disminución de la fricción del espacio. Las barreras interpuestas en la primera intervención sobre el espacio físico de los fraccionamientos representa para los habitantes la fricción del espacio que ellos deberán de enfrentar. Entre las barreras que se establecieron en los fraccionamientos desde su inicio se encuentran: muros perimetrales, forma urbana del fraccionamiento, divisiones internas, localización de los comercios y servicios, accesos al fraccionamiento, entre otros. La fricción del espacio fraccionamientos de interés social en los Para profundizar en la fricción del espacio, es importante considerar la producción del espacio por los distintos actores sociales a partir de sus concepciones de espacio-tiempo, distinguiendo su intervención a lo largo del periodo de creación del fraccionamiento. En el proceso de imposición de una concepción de espaciotiempo sobre otra es donde se materializan las barreras físicas y sociales. La distancia de acuerdo a Harvey (1994) se considera tanto como una barrera o defensa que se impone y tiene incidencia directa en la interacción humana. En los fraccionamientos las barreras o defensas creadas tienen vinculación con la imposición de una forma concebida de habitar y vivir en un entorno urbano. ISSN-En línea: 2441-4851 ECORFAN® All rights reserved. Para superar la fricción del espacio los habitantes a través de la producción del espacio, adaptarán el espacio físico existente para disminuir el distanciamiento entre el lugar de residencia y los distintos espacios a donde acude para satisfacer sus necesidades. Los estudios sobre la fricción por distancia se ha centrado particularmente en la reducción de las distancias en términos de tiempo. Es decir, se han enfocado hacer más rápidos los sistemas de transporte y comunicaciones (Gutiérrez, 1998). En este trabajo el enfoque es diferente, ya que ce centra en la búsqueda de la población de reducir distancias, partiendo de su concepción de espacio-tiempo, a través de la eliminación de las barreras existentes, que dificultan el acceso a los diferentes servicios y comercios que se encuentran en su entorno. Tomando únicamente en cuenta los medios de transporte no motorizados, los habitantes en su búsqueda por eliminar barreras no sólo disminuyen distancias sino también el tiempo. Cuando se habla de la aniquilación del espacio a partir de la disminución del tiempo, en realidad lo que acontece en ese fenómeno es la aniquilación de la distancia, por ello, Santos (1996) propone no confundir entre espacio y distancia. El espacio por tanto no puede ser aniquilado, pero si la distancia que separa dichos espacios-tiempos y esto da cabida a comprender el valor que el espacio social tiene en la participación de esa disminución por distancia. Mientras unos medios de transporte buscan disminuir la distancia física que separan los distintos espacios-tiempos, brinda la posibilidad de hablar de la disminución de la distancia promovida desde el espacio social. ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015. 72 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 El espacio público en los fraccionamientos de interés social Las actuales tendencias urbanizadoras excluyentes, privatizadoras, extensivas y difusas (Borja, 2011) han dejado sus efectos en las ciudades, generando la privatización de calles, centrando la ciudad en el uso del automóvil, servicios públicos privatizados, privatización de la policía, entre otras. Lo que ha repercutido en ciudades fragmentadas, desiguales, y segregadas (Borja, 2011; Borja y Muxí, 2000). El debate central sobre la crisis generalizada del espacio público (Borja y Muxí, 2000; Giglia, 2003; Pérez, 2009) se ha centrado en cómo revertir esa tendencia. La crisis del espacio público ha incidido en diferentes escalas espaciales en la movilidad de diferentes ciudades. Prevalecen dos formas movilidad, la primera, es la vehicular y es la que se ha venido privilegiando; y la segunda, y más excluida, es la movilidad no motorizada como el uso de bicicleta y caminar (Wright, 2006). Entre los impactos negativos que ha tenido la política de apoyo a la movilidad motorizada, especialmente, el vehículo privado, está el capital de la población; debido a que destina mayor presupuesto para los desplazamientos a través de diferentes medios de transporte. Además, la carencia de transporte público eficiente e interconectado que permita ingresar a los fraccionamientos cerrados, ha permitido que surjan diferentes formas de transporte informal alternativo, como es el caso de ―mototaxis‖, ―bicitaxis‖, entre otros. Este tipo de transporte se caracteriza por ser un medio de transporte para desplazamientos cortos. La localización de los fraccionamientos y las múltiples barreras con las que cuentan, como los muros perimetrales con pocos accesos, propician que haya viviendas que se localizan a más de 1.6 km de distancia de donde se encuentran las paradas de transporte. ISSN-En línea: 2441-4851 ECORFAN® All rights reserved. Caminar por tanto, se convierte en uno de los medios de transporte no motorizado de mayor importancia para las personas que residen en estos fraccionamientos, ya que sus desplazamientos son principalmente de proximidad. Diferentes normas establecen que la distancia para caminar desde las viviendas hasta las paradas de autobuses o trenes, sea de entre 200 a 350 metros (Petersen, 2006), 400 metros (Aultman-Hall et al., 1997) y de 300 a 400 metros (Randall y Baetz, 2001). Las formas de control, dominio y apropiación del espacio por parte de las diferentes concepciones de espacio-tiempo en los que se estructuran las ciudades en la actualidad, se han materializado sobre el espacio público. Esto puede ser observado a partir de los análisis en los trabajos de Giglia (2002, 2003), y Duhau y Giglia (2004) donde profundizan en las nuevas formas de vivir y habitar la ciudad, relacionadas con las barreras que generan las áreas cerradas, segregadas o autosegregadas, la conexión externa e interna y las diferentes características de las barreras físicas. Estos autores destacan la importancia de ver a estos espacios cerrados desde otra perspectiva diferente a la desintegración urbana o reducción de lo público, y enfocar la observación en las diferentes formas de vivir y pensar la ciudad que acontecen dentro de ellas. Las barreras físicas de estos fraccionamientos identifican dos lados (Bauman, 2008; Giglia, 2003) el lado de afuera y el de adentro, lo que acentúa la división del espacio. Se implementa una frontera espacial, que es interpretada por los habitantes como una frontera social y cultural, resultando en que las características internas sean propias (Giglia, 2003). ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015. 73 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 Por lo que las formas urbanas establecidas inicialmente en la producción de los fraccionamientos crea el distanciamiento y por tanto, las limitaciones a acceder y contar con una trama urbana que permita tener acceso caminando a los distintos servicios y comercios. Los fraccionamientos de interés social, se concibieron bajo esquemas de seguridad, incluyendo muros externos e internos, garitas de seguridad, viviendas que dan espalda a los colectores internos y externos del fraccionamiento, entre otras dinámicas (Enríquez, 2007), simulando el modelo de fraccionamientos de clase media o alta. Blakely y Snyder (1997), mencionan que no sólo se crean barreras físicas para acceder, sino, que a la vez se privatizan responsabilidades civiles, tales como la protección policial y servicios del vecindario como educación, recreación y entretenimiento. Lo que incide en la disminución de la intervención del estado en la regulación de los fraccionamientos (Malizia, 2011), dejando en manos de las organizaciones de vecinos (formales o informales) las áreas internas de los fraccionamientos, quienes se tienen que encargar del mantenimiento de las áreas comunes, seguridad y organización. El habitante traza su ruta por caminos donde es capaz de sortear obstáculos fácilmente y es caminando como el habitante se apropia y usa cotidianamente su entorno (Schauz, 2004). La superación de esas barreras físicas establecidas en los fraccionamientos se observa a través de la permeabilidad, donde la población trazará sus rutas, adaptando el espacio físico para disminuir la fricción del espacio. ISSN-En línea: 2441-4851 ECORFAN® All rights reserved. La permeabilidad desde el enfoque de caminar Desde la óptica del New Urbanism, Smart growth y la planificación neo-tradicional (Abdullah et al., 2015; Johnson y Bowers, 2010; Randall y Baetz; 2001; Shay et al., 2003; Marquet y Miralles-Guasch, 2014), se proponen ciudades compactas y sustentables, donde la permeabilidad propicia esas características. Es así como los investigadores, planificadores y urbanistas, buscan priorizar los medios de transporte no motorizados, como caminar y usar la bicicleta, ya que éstos ayudan a disminuir la contaminación, emisiones de gas, consumo de combustible y congestión; además de que beneficia la salud de los habitantes (Cozens y Love, 2009; Shay et al., 2003). Los análisis de la permeabilidad se han llevado a cabo en situaciones en donde hay una alta dependencia al vehículo privado. Los temas que generalmente se abordan tiene que ver con alentar la actividad física, ya sea caminando o usando la bicicleta. Ya que se considera que cuando la población opta por medios de trasporte no motorizado se contribuye a prevenir la obesidad, a la interacción social, a evitar congestiones de tráfico Se plantea también que la permeabilidad en conjuntos habitacionales, generan capital social, y por ende, cohesión social. Sin embargo, estos trabajos se han centrado sobre vecindarios de clase media y alta, muchos de ellos en países desarrollados. Por tanto, es indispensable ahondar el estudio de la permeabilidad en comunidades en donde es alta la dependencia al transporte público y a los medios no motorizados, como es el caso de las ciudades latinoamericanas. ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015. 74 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 Cozens y Love (2009) señalan los diferentes temas sobre los que han girado las agendas de la planificación con respecto a la seguridad y permeabilidad. Ellos distinguen dos modelos dominantes, el primero representado por Jacobs (1961), promueve formas compactas, usos de suelo mixto, altas densidades, mayor permeabilidad y áreas de vivienda cercanas al transporte público. El segundo modelo, representado por Newman (1973), se centra en limitar la permeabilidad, reduciendo el acceso, ejerciendo mayor control sobre el espacio habitable, propiciando una forma urbana defensiva y cerrada, así como en la privatización de los servicios al interior de los condominios. En América Latina ha predominado el segundo modelo. Proveer de seguridad para enfrentar el ―factor miedo‖ ha dominado la forma de expansión urbana desde principios del siglo XXI. El aspecto de la movilidad ha pasado a un segundo plano. Johnson y Bowers (2010) subrayan que cuando se planifica, los diseños urbanos pueden centrarse en la permeabilidad con relación a la delincuencia, pero no a expensas de factores que afectan a la sociedad, tales como el distanciamiento y las barreras físicas para acceder a los diferentes servicios, al aislamiento de la población, e incidiendo en la sustentabilidad del transporte. Lo anteriormente tiene implicaciones sociales para los habitantes que residen en esas áreas cerradas. En el caso particular de los fraccionamientos de interés social se observa cómo las distintas formas de éstos, han representado un problema para los habitantes, ya que el encierro perimetral de los fraccionamientos, reducen la permeabilidad a su mínima expresión, ni contribuye en lo más mínimo a la seguridad. Para poder diferenciar las distintas dinámicas que prevalecen en cada tipo de fraccionamiento, es esencial centrar el análisis tomando en cuenta el medio de transporte que prevalece entre los habitantes. ISSN-En línea: 2441-4851 ECORFAN® All rights reserved. En el caso de los fraccionamientos de interés social, el andar es uno de los medios de transporte que prevalecen. De ahí que lo que debería de prevalecer es un entorno que apoyara esta alternativa de desplazamiento. Shay et al., dicen que no hay consenso en lo es un medio ambiente caminable, sin embargo, proponen una definición que divide en tres aspectos: a) Consensuado, que se refiere a la relación de quien camina con usos mixtos de suelo, y accesibilidad o conveniencia, es decir la proximidad a los distintos destinos; facilidades que se ofrecen a los peatones con relación a las banquetas y cruces de calles; conectividad, que se refiere a la longitud de las cuadras y a la conexión entre destinos; b) Motivado, que se refiere a las densidades, presencia de parques, entre otros; y c) Complementario, que se refiere a el ancho de los lotes, remetimiento de la construcción, etc. (2003: 14-15) Adicionalmente, el análisis de la permeabilidad tiene que ver con la conectividad centrada en las intersecciones de las vías de algún medio de transporte, la accesibilidad relacionada a la conexión de las calles con las arterias de mayor tránsito y el flujo peatonal en las diferentes vías Johnson y Bowers (2010) . Un punto de partida para analizar la permeabilidad de los fraccionamientos de interés social es el primer aspecto de la definición de Shay et al., de lo que es un ambiente caminable (walkability). Es decir, que para los habitantes de este tipo de fraccionamientos existe una necesidad imperante de acceder caminando a destinos próximos, exista o no la previsión en su diseño para satisfacer tal necesidad. Además de esta escala barrial, la permeabilidad se puede analizar a otras escalas espaciales como la municipal, regional o metropolitana, entre otras (Johnson y Bowers, 2010). ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015. 75 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 Melia (2008) aporta una visión más detallada sobre lo que es la permeabilidad, ya que incluye la noción de ―permeabilidad filtrada‖, para referirse a cómo se restringe o se separa físicamente a los distintos medios de transporte. Esto se pude observar en las líneas exclusivas que hay en las vialidades para que circulen los Autobuses de Tránsito Rápido (BRT), el metro o las calles peatonales, entre otros. La anterior es una permeabilidad que está abierta todo el tiempo. Sin embargo, también existe la ―permeabilidad administrada‖ que se caracteriza por que el tiempo en que los accesos está restringido, ya que sólo están abiertos durante horas del día establecidas (NTA, 2015: 7). Tal es el caso de los parques públicos que se cierran de noche o pasajes comerciales que se cierran después de las horas de trabajo. Ambos tipos de permeabilidad permiten estudiar y entender cómo es que los habitantes transforman los espacios cerrados para establecer conexiones con el espacio que se encuentra en las inmediaciones del fraccionamiento; y así poder caminar a las tiendas, escuelas, lugares de trabajo y paradas de transporte público. En los fraccionamientos de interés social es posible observar que los habitantes realizan mejoras al entorno urbano para remover las barreras y los obstáculos que impiden su acceso hacia diferentes lugares (ver Ghonimi et al., 2010). Es a través de la intervención de las personas en su entorno a lo largo del tiempo, es que se incrementa la permeabilidad de los fraccionamientos de interés social cerrados, se disminuyen barreras y con ello se reduce también la fricción del espacio. Conclusiones Sin embargo, posteriormente los propios habitantes transforman dichos espacios. Los desarrolladores deciden en dónde compran y urbanizan la tierra, diseñan y construyen la vivienda; y también la comercializan. Los fraccionamientos dirigidos a la población de escasos recursos es un negocio para las desarrolladoras, que buscan maximizar sus ganancias. De ahí que generalmente los fraccionamientos se construyan en la periferia, en donde el suelo es barato, lo que les permite apropiarse de las grandes ganancias que implica el cambio de ocupación del suelo agrícola a urbano. No se toma en cuenta que los fraccionamientos estén lejos de las fuentes de trabajo y de equipamiento, que no exista, o que sea insuficiente el transporte público o que se este construyendo una ciudad cada vez más segregada. Los fraccionamientos de interés social, están diseñados a imagen y semejanza de los fraccionamientos cerrados destinados para las clases medias y altas, cuyos habitantes buscan mayor seguridad y cuentan con auto para desplazarse de la periferia a sus fuentes de trabajo en la ciudad central. Estas formas urbanas, que se han multiplicado en las periferias de las ciudades de América Latina, cuando se materializan en fraccionamientos de interés social, aunque a menudo responden a las aspiraciones culturales de quienes los habitan; en la práctica, el encierro perimetral, los encierros internos y otras medidas de ―seguridad‖, están lejos de satisfacer las necesidades de sus habitantes. Las medidas de seguridad no funcionan, pues no hay acceso controlado, y la mayor parte de la población de este tipo de fraccionamientos depende, del transporte público para la movilidad urbana, o de movilidad no motorizada. Los modelos actuales de producción y consumo del espacio urbano han sido concebidos inicialmente por los desarrolladores privados y condicionados por los requerimientos que marca el sector público. ISSN-En línea: 2441-4851 ECORFAN® All rights reserved. ARGUETA-MAYORGA, José Luis & JIMÉNEZ-HUERTA, Edith Rosario. La fricción del espacio y la permeabilidad en los fraccionamientos de interés social en México. Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad 2015. 76 Artículo Revista Ciudad, Territorio y Sustentabilidad Diciembre 2015 Vol.1 No.1 67-79 El diseño de fraccionamientos de interés social con un solo acceso y cerrado perimetralmente, resulta poco práctico, hace impermeables a los fraccionamientos, se contrapone al principio de la sostenibilidad de propiciar ciudades ―caminables‖ y disminuye la cohesión social. Los habitantes de este tipo de fraccionamientos logran poco a poco vencer obstáculos físicos que encuentran a su paso al momento de realizar desplazamientos cortos para satisfacer sus necesidades. Al reducir la fricción del espacio que produjeron los desarrolladores al construir los fraccionamientos, los habitantes quitan barreras, acortan distancias, hacen más permeable su entorno y llegan a transformar el espacio social que les fue impuesto por los desarrolladores inmobiliarios. Referencias Abdullah, A., Marzbali, M., Maghsoodi, M. y Bahauddin, A. (2015). The influence of permeability on Social Cohesion: Is it good or bad?, en Procedia-social and Behavioral Sciences 168, pp. 261-269. Arango, A. (2013). Los conjuntos habitacionales como agente de densificación masiva de periferia en la Ciudad de México: Ixtapaluca, en Congreso Nacional de Vivienda 2013. Eje temático 9: Desarrollo urbano y grandes conjuntos habitacionales. Enrique Soto y Héctor Padilla (coord.), pp. 4-16. 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