DESDE LA CÁTEDRA IDENTIDAD NACIONAL: FORTALEZAS Y DEBILIDADES Manuel Zevallos Vera Filósofo El concepto de identidad se define “como el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracteriza frente a los demás”. Conciencia que una persona tiene de ser ella misma, distinta a las demás”. Este concepto se aplica en los objetos del mundo físico y material por sus semejanzas, como ocurre en las matemáticas, la lógica, las ciencias naturales y culturales, en cuyos, campos se aplica el concepto de semejanza en la comparación de objetos y fenómenos; en cambio en la Ontología, que es el estudio de los entes como tales, el principio de identidad se formula así: “Todo objeto es idéntico a si mismo”, ósea que la identidad perfecta y verdadera solo se da en cada objeto consigo mismo, vale decir: “yo soy idéntico a mi mismo”; “Machupichu es idéntico a sí mismo”; “Arequipa es idéntica a sí misma”; “Perú es idéntico a sí mismo”. No existen dos cosas idénticas, mas si semejantes, parecidos o similares; de esta distinción podemos concluir que cada cosa, cada objeto, cada sujeto, cada ser y comunidad poseen su propia identidad que es intransferible, que se conserva por origen genético, se refuerza por las costumbres y la tradición y se va enriqueciendo y fortaleciendo con las novedades, modelos y modas que se van incorporando para participar de la modernidad, pero en ningún caso deben afectar y alterar las esencias de su identidad que constituye su propia personalidad. Si esto es así nos preguntamos ¿existe una identidad nacional peruana, arraigada y sólida? Está pregunta ha sido y sigue siendo un problema de debate en todos los foros nacionales, las universidades, los parlamentos, la publicaciones y la prensa peruana buscando, las causas, los efectos y las razones que en el complejo proceso histórico del Perú han atentado contra la afirmación de una identidad que, a manera de un tejido conjuntivo, una toda el alma y la conciencia nacional. A pesar de la falta de unidad en la conciencia social de los peruanos por la diversidad racial de etnias como la quechua, aimara, selváticas y de procedencia africana y el mestizaje procedente de la conquista española, con deferentes tradiciones, modos de vida, costumbres e idiomas y dialectos, el Perú como tal posee su fortaleza proveniente del ambiente telúrico de los andes, de la concurrencia armónica de sus zonas ecológicas y las riquezas materiales, espirituales de la costa, sierra y selva, de la simbiosis Hispano – India y de sus legendarios orígenes cuyas cumbres nevadas le trazan el camino para un destino de alturas insospechadas y con hombres y mujeres de todas las sangres y las esperanzas de grandeza material, espiritual y cultural que constituyen una sólida y definida identidad que es nuestra poderosa fortaleza. El Perú es inimitable, único, diferente a todos los países del mundo. Nos podemos parecer a otras comunidades nacionales, somos semejantes con muchos de los países del mundo. Tenemos similares necesidades, vamos adoptando costumbres, modos, estilos y aprendizaje tecnológico, pero nuestra identidad se mantiene incólume porque es nuestra alma, nuestra esencia y personalidad. Esta es nuestra fortaleza diferente a las demás pero única dentro la variedad. ¿Cuáles serían nuestras debilidades? Como lo han dicho muchos críticos de nuestra historia republicana y contemporánea, somos un país frenado en su desarrollo por la maldad de una clase política con errores y acciones que nos ha traicionado, desmoralizado, enajenado y alienado con los dictados de los centros mundiales de poder, y como tal, nuestro pueblo no ha sido ganado, convencido y educado en la unión a pesar de nuestras diferencias de intereses coyunturales, para forjar la grandeza del Perú, lo que se ha visto afectado en la última década con la dramática corrupción que hemos vivido. Somos un país de transitoriedades de emergencias y desesperanzas lo que nos obliga, como lo estamos haciendo, a seguir el camino de la búsqueda de la unidad de pensamiento y sentimientos nacionales que nos lleven a objetivos hondamente sentidos. Estas son debilidades que no atentan contra nuestra identidad nacional.