Labranza de conservación

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SECRETARIA DE AGRICULTURA,
GANADERIA, DESARROLLO RURAL PESCA Y
ALIMENTACION
Subsecretaría de Desarrollo Rural
Dirección General de Apoyos para el Desarrollo Rural
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Labranza de conservación
L
a labranza de conservación que usa los residuos de las cosechas (rastrojos)
contribuye de manera esencial a conservar y rehabilitar el suelo, a incorporar
materia orgánica, a mejorar la fertilidad del suelo y a reducir los costos de
producción, con lo que los productores pueden practicar una agricultura
sustentable.
La labranza de conservación, es un sistema
de laboreo que realiza la siembra sobre una
superficie del suelo cubierta con residuos del
cultivo anterior, con lo cual se conserva la
humedad y se reduce la pérdida de suelo
causada por la lluvia y el viento en suelos
agrícolas con riesgo de erosión. Con ésta
práctica se incrementa la capacidad
productiva del suelo, se aumentan los
rendimientos y se reducen los costos de
producción.
Labranza en camellones. El suelo se
laborea hasta poco antes de la siembra;
utilizando escardillos o removedores de
residuos, se laborea aproximadamente un
tercio de la superficie del terreno en el
momento de la siembra. La siembra se hace
en bordes o camellones de una altura entre
10 y 15 cm. El control de malezas se realiza
con una combinación de escardas y
herbicidas; las labores de cultivo se utilizan
para reconstruir los bordes (Figura 1a).
Este sistema mantiene por lo menos un 30%
de la superficie del suelo cubierta con
residuos de cultivos (rastrojo) después de la
siembra. Los residuos pueden provenir de un
cultivo forrajero, de un cultivo de cobertera
de invierno, de un grano pequeño o de un
cultivo en hilera. Los tipos de labranza de
conservación se describen a continuación:
Labranza en franjas. El suelo se deja sin
laborear hasta antes de la siembra. Al
momento de sembrar se laborean franjas
aisladas del suelo, aproximadamente de un
tercio de la superficie del terreno, con arado
rotatorio, un cincel en el surco de siembra o
un escardillo. El control de malezas se realiza
mediante herbicidas y escardas (Figura 1b).
a) Labranza en camellones
b) Labranza en franjas
c) Labranza de coberteras
d) Labranza cero o no labranza
Figura 1. Tipos de labranza de conservación
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Sistema de Agronegocios Agrícolas
Labranza de cobertera. En esta
modalidad se laborea la superficie total del
suelo antes de la siembra. Se utilizan cinceles
con puntas en V del tipo de pata de ganso
(cincel de asadas). El control de malezas se
realiza mediante una combinación de
herbicidas y escardas (Figura 1c).
Labranza cero o no-labranza. No se
disturba o laborea el suelo hasta antes de la
siembra. La siembra se realiza con
implementos que cortan los residuos de
cosecha y depositan la semilla en una
proporción del terreno no mayor de 7 cm de
ancho (Figura 1d). El control de malezas se
realiza con aplicaciones de herbicidas.
Manejo de la labranza de
conservación
Se recomienda que antes de iniciar el sistema
de labranza de conservación, se realice una
buena preparación del suelo, que elimine
estratos endurecidos que puedan dificultar el
desarrollo radicular de las plantas (Figura 2).
Con una pedregosidad mayor del 20% y una
pendiente mayor del 16% las labores de
establecimiento del cultivo se realizarán con
fuerza animal o manual.
Figura 2. Implementos para romper capas duras del
suelo.
Las decisiones sobre el tipo de labranza a
utilizar en un suelo, dependen de los
implementos con que cuente el agricultor,
desde la pala, azadón, coas, sembradoras de
tiro animal, hasta sembradoras de precisión,
así como de las condiciones climáticas y de la
presencia de malezas, plagas y
enfermedades.
Ventajas de la labranza de
conservación
•Conserva la humedad y reduce la erosión
del suelo.
•Reduce los costos de producción.
•Incrementa la productividad del suelo.
•Ahorra energía, tiempo y mano de obra.
•Reduce la compactación del suelo.
•Mejora la estructura del suelo y la
agregación de las partículas.
•Genera mayor actividad biológica en la
superficie del suelo.
•Reduce la infestación de malezas.
•Mejora el desarrollo de las raíces de los
cultivos.
•Mejora el drenaje interno del suelo.
•Reduce las deficiencias hídricas.
Para acondicionar el terreno que se utilizará
en labranza de conservación se sugieren los
siguientes pasos:
•Hacer un análisis de suelo para detectar el
estado nutrimental y resolver los problemas
de acidez o alcalinidad que impidan la
efectividad de los fertilizantes al cultivo.
• Realizar la labor del subsuelo con arado de
cincel en aquellos suelos donde exista el
Labranza de conservación
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«piso de arado» (capa dura de suelo) que
impida el desarrollo radicular del cultivo.
• Nivelar el terreno para manejar los excesos
de agua a velocidades no erosivas y evitar
encharcamientos que afecten el desarrollo
de los cultivos.
• Determinar la densidad de siembra a utilizar
para definir el espaciamiento adecuado
entre hileras y entre plantas.
Siembra. Es una de las actividades más
importantes en el proceso productivo
conjuntamente con el tipo de variedad,
métodos y densidad de siembra a utilizar al
momento de establecer un cultivo. La
selección de una variedad de semilla para un
área determinada en un sistema de labranza
de conservación debe considerar el ciclo
vegetativo del cultivo y algunas
características agronómicas de las
variedades de interés para el productor.
Epoca y métodos de siembra. De
acuerdo con las condiciones climáticas de la
región, se pueden realizar siembras de
primavera-verano que se inician en marzo y
terminan en julio y siembras tardías que se
realizan en los meses de agosto a octubre.
Las siembras de otoño-invierno se inician en
noviembre y terminan en febrero. Las recomendaciones generales para los diferentes
cultivos se presentan en el Cuadro 1.
Cuadro 1. Densidades de plantas recomendadas para diferentes cultivos
Cultivo
Maíz
Maíz
Frijol
Frijol
Sorgo
Sorgo
Trigo
Colza
Soya
Densidad de siembraª
30,000 - 70,000
18 a 30
70,000 - 300,000
40 a 75
180,000 - 450,000
10 a 18
70 a 160
6a8
300,000 - 450,000
Unidad de medida
Plantas/ha
Kilogramos/ha
Plantas/ha
Kilogramos/ha
Plantas/ha
Kilogramos/ha
Kilogramos/ha
Kilogramos/ha
Plantas/ha
ª Depende del material, región y las costumbres de los productores. INIFAP
La siembra de maíz se recomienda hacer con sembradoras de precisión, colocando las semillas
equidistantes unas de otras (igual distancia entre hileras y entre plantas) de 28 a 40 cm, con lo
cual se pueden alcanzar densidades de 62,000 a 127,000 plantas por hectárea; ésta
distribución uniforme cubre el suelo; también se reduce la presencia de malezas, las pérdidas de
agua por evaporación y la competencia entre plantas.
Equipo utilizado. Los implementos utilizados en labranza de conservación para la siembra
pueden ser desde una pala, coa mecánica, sembradoras de tracción animal, hasta sembradoras
unitarias y múltiples especializadas de tracción motriz. Algunos implementos manuales se
ilustran en la Figura 3.
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Sistema de Agronegocios Agrícolas
Figura 3. Implementos manuales para la siembra
Sembradora unitaria. Se utiliza para
sembrar granos grandes como el maíz, frijol,
haba, entre otros, pueden ser del tipo de
hileras amplias o angostas.
Al sembrar con cobertura de rastrojo
abundante es conveniente realizar la siembra
cuando las pajas estén de preferencia secas
para que sean cortadas por el disco y se
siembre la semilla adecuadamente en el
suelo.
Sembradora múltiple. Estas tienen un
solo deposito para la semilla y varios
dispositivos para sembrar en pequeñas
hileras. Se utilizan para la siembra de granos
pequeños (trigo, avena, cebada, sorgo),
soya, chícharo, pastizales, praderas de
leguminosas y otros cultivos densos.
Estas sembradoras se caracterizan por tener
unidades de siembra independientes unas de
otras y en la parte delantera de estas unidades
poseen un dispositivo cortador y removedor
de residuos del suelo, que es un componente
indispensable para sembrar sobre rastrojo
(Figura 4).
Las sembradoras múltiples pueden ser de
discos dobles o sencillos para abrir pequeños
surcos; tienen ruedas prensadoras para
compactar el suelo y regular la profundidad
de siembra. Para ajustar la separación entre
hileras de siembra, la sembradora cuenta con
abridores movibles.
Figura 4. Diferentes formas de discos cortadores y removedores de residuos
Labranza de conservación
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Fertilización. Es los sistemas de labranza de conservación con maíz, trigo y cebada se debe
considerar que los residuos de cosecha que se incorporan tienen una alta relación de
carbono/nitrógeno y un alto contenido de lignina, por lo que se requiere una cantidad adicional
de nitrógeno para la descomposición de los residuos. Consecuentemente, al incorporar los
residuos de cosecha de maíz, se requiere de una aplicación adicional promedio de nitrógeno de
30 a 40 kg/ha y para los residuos de trigo y cebada de 20 a 30 kg/ha.
Las recomendaciones de fertilización estarán en función del cultivo, de las condiciones de
fertilidad del suelo y de los rendimientos esperados, por lo que es conveniente utilizar las
fórmulas de fertilización que se recomiendan en el ámbito regional por el INIFAP, los Centros de
Enseñanza e Investigación y las empresas especializadas. En general, los requerimientos de
nutrimentos para producir una tonelada de grano se presentan en el Cuadro 2.
Cuadro 2. Requerimientos de nutrimentos para producir una tonelada de grano en diferentes cultivos (kg/ha)
Cultivo
N
Maíz
Sorgo
Trigo
Frijol
26.40
34.00
34.98
45.50
P
10.68
14.00
30.00
13.70
K
24.13
33.00
46.66
38.50
Ca
Mg
S
3.73
7.60
4.32
3.55
4.60
3.99
2.84
3.80
3.82
Para obtener 6 ton/ha de grano de maíz se requerirá en forma aproximada de 160 kg de N, 60
kg de P y 140 kg de K, por hectárea. A esta cantidad de fertilizantes se les deberá agregar de 20 a
35 kg de nitrógeno para la descomposición de los residuos de cosecha. La aplicación de los
fertilizantes podrá realizarse en la siembra o en dos aplicaciones.
Control de malezas. En sistemas de labranza de conservación es muy importante controlar
las malezas ya que estas pueden afectar seriamente los rendimientos de los cultivos. Los sistemas
de mínima laboreo y de labranza de conservación, no permiten realizar el control de malezas en
forma mecánica o manual por la presencia de la cobertura de residuos sobre el suelo, por ello es
necesario recurrir al control químico.
El control de malezas debe hacerse antes de que produzcan semillas, usando herbicidas de
contacto (e. g. Gramoxone) y sistémicos (e.g. Faena). El control adecuado de las malezas
también tiene efectos en el control de enfermedades e insectos dañinos.
La rotación de cultivos es una de las prácticas más importantes en un programa de control de
malezas, debido a que algunas malezas pueden controlarse más fácil en un cultivo que en otro.
La rotación de herbicidas y de cultivos ayuda a prevenir la resistencia de las malezas a los
herbicidas; una rotación de maíz, granos pequeños seguidos de frijol o soya, resulta muy útil en
el control de las malezas.
Los productos químicos que se recomiendan para el control de malezas se muestran en el
Cuadro 3.
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Sistema de Agronegocios Agrícolas
Cuadro 3. Control químico con herbicidas selectivos para maíz
Malezas que controla
Nombre comercial
Herbicida
Nombre común
Forma de actuar
Tipo de herbicida
Pastos y hoja ancha
Primagram 500
Atrazina+Metolachlor
Sistémico
Pre y post-emergente
Hoja ancha, cadillo,
rosetilla, cardo,
chicalote, etc.
Pastos y hoja ancha
Agrosina, Atramex
Atrazina-D
Gesaprim
Azinotox
Atrazina
Sistémico
Pre y post-emergente
Ametrina+Atrazina
Sistémico
Post-emergente
Pastos anuales
Gesapax combi
Alachlor
Contacto
Pre-emergente
Pastos y algunas
hojas anchas
Lasso, Herbilaz 500 Pendimetalin
Contacto
Pre y post-emergente
Solamente hoja ancha
Prowl, Stomp
2, 4-D
Contacto y sistémico
Post–emergente
Maleza de hoja ancha
Agroamina
Agroester
Dacamine
Hierbamina
Esterón
Transester
Tordon
Hierbester
Herbipol
Bromoxinil
Contacto
Post–emergente
Brominal
Bronoxynil 200
Dicamba
Contacto
Post-emergente
Bamvel 480
Gesatop
Simazina
Sistémico
Post-emergente
Control de plagas y enfermedades. Las plagas y enfermedades causan daños de
importancia económica en la agricultura, desde la siembra hasta el almacenamiento de los
productos agrícolas.
Las plantas atacadas por plagas y enfermedades pueden sufrir daños parciales y hasta totales,
resultando una reducción del rendimiento, baja calidad y mal aspecto de los productos lo cual
afecta su aceptación en el mercado. Para el control de plagas y enfermedades que atacan
diferentes cultivos que se siembran bajo labranza de conservación consulte las
recomendaciones de las casas comerciales y del INIFAP.
Cosecha. La cosecha de maíz con el sistema de labranza de conservación, puede ser manual o
mecanizada; en la cosecha manual se sugiere que la pizca sea con la planta en pie y cuando el
grano tenga de 14 a 18% de humedad. En el caso de cosecha mecanizada la humedad del
grano debe de ser de 13 a 15% para que se tenga un buen trillado de la mazorca.
Labranza de conservación
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Manejo de los residuos de
cosecha
Después de la cosecha, el rastrojo de maíz
deberá ser picado y distribuido
uniformemente sobre el terreno; se deben
controlar malezas que se presenten en el
periodo de estiaje. Un manejo eficiente de los
residuos de cosecha en labranza de
conservación, es la base para lograr una
buena siembra de maíz sobre una cubierta de
rastrojo; como ya se indico, es conveniente
dejar por lo menos un 30% de cobertura
vegetal sobre el suelo. La cobertura del suelo
aumenta la productividad de éste y conserva
mejor la humedad para el desarrollo de las
plantas.
Es importante mencionar que entre más
residuos se dejen sobre el terreno, la erosión
es menor y el almacenamiento del agua en el
suelo será mayor. Por lo que la cobertura
puede variar desde un porcentaje bajo hasta
dejar el 100% de los residuos; sin embargo,
se recomienda dejar sobre el terreno cuando
menos uno de cada tres surcos de rastrojo, o
sea el 30% del residuo. Un 30% de cobertura
logra abatir la erosión hasta en un 50% en
comparación con suelos con labranza
tradicional, donde no se deja residuo alguno.
Para lograr el mejor beneficio de los residuos
como mantillos protectores, se recomienda
picarlos en trozos de 5 a 10 cm de largo. Esta
práctica se puede llevar a cabo con una
picadora de pajas o con una máquina
ensiladora ajustada al tamaño de trozo
requerido. El picado y esparcimiento de los
residuos puede efectuarse antes de la época
de vientos (febrero – marzo). Al no llegar la
radiación solar directamente al suelo, este
retiene una mayor cantidad de su humedad.
Sistema de Agronegocios Agrícolas
Bibliografía de apoyo
Fertimex, 1990. Guía nacional de
fertilización y combate de plagas.
Fertilizantes mexicanos, S. A.
México.
Figueroa S., B. y F. J. Morales F. 1992.
Manual de producción de cultivos con
labranza de conservación.Colegio de
Postgraduados. SARH. Montecillo,
México.
FIRA, 1990. Labranza de conservación; una
alternativa para aumentar la
producción y productividad del
agro mexicano. Boletín
informativo No. 222. México.
Fuentes
Y. , J. L . 1 9 8 3 . P l a g a s ,
enfermedades y malezas.
Dirección General de Investigación y Capacitación Agraria Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid, España.
Responsable de la ficha
M. C. Agustín Navarro Bravo
SISACOP Colegio de Postgraduados
56230 Montecillo, Edo. de México.
Tel. 01 (595) 2 02 00 Ext. 1135 y 1136
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