Mejores prácticas en comités de dirección Cómo mejorar la eficacia de las reuniones de trabajo ¿Cuántas veces tenemos la impresión de que el tiempo que pasamos reunidos no sirve para casi nada? Recordar las bases de una reunión eficaz puede explicar por qué y ayudarnos a mejorar. He tenido la oportunidad de asesorar a varios comités cuya eficiencia era claramente mejorable. Recuerdo muchas experiencias al respecto. Especialmente, una con una empresa de renombre nacional. El comité estaba compuesto por cinco directivos. El director general había sido alumno mío y pidió mi colaboración. El comité se reunía cada quince días; sus reuniones duraban toda la mañana, sin pausas. Los asistentes empezaban de buen humor y terminaban cansados y tensos. Me invitaron a asistir a una de sus reuniones. Afortunadamente, las instalaciones de la sala de reuniones eran excelentes: aire acondicionado, mesa redonda, pizarra. En aquella época aún no había ordenadores. La agenda de aquella reunión era un conjunto deslavazado de asuntos. Pasé el mal rato de observar cómo se iban acalorando. Entonces les sugerí que grabásemos la siguiente reunión en un magnetofón. Aceptaron mi recomendación y así lo hicimos. Acudí con mi propio magnetofón y grabé la primera hora y media. Luego, les invité a escuchar la grabación. Quedaron muy sorprendidos. Observaron las múltiples interrupciones que se habían producido, las frases contundentes, las palabras de cuatro letras. De todo esto apenas eran conscientes. Me pidieron que les aconsejase el camino a seguir. Les di un par de consejos. En primer lugar, que el director general filtrase las propuestas sobre el orden del día y las agrupase según su afinidad. En segundo lugar, que dividiesen la reunión en dos bloques de setenta y cinco minutos, separados por una pausa de media hora para tomar un café fuera de la sala de reuniones. Siguieron mi consejo y así acabó mi primera experiencia en este campo (a propósito, un magnetofón es el consultor más barato imaginable; una grabación en vídeo aún es mejor). En mi trabajo con varios comités, he sido testigo de reuniones interminables, de crispaciones, de debates acalorados, de exposiciones desordenadas, etc. He visto el cansancio en los rostros de los asistentes y he escuchado sus quejas. Paso a paso, paulatinamente, les he ayudado a organizarse. He partido del supuesto de que una buena organización mejoraría su funcionamiento. Al cabo de unos meses, hemos observado mejoras significativas. Las medidas adoptadas para mejorar su funcionamiento se han traducido en lo que se llaman “mejores prácticas”. A continuación, una breve descripción de estas prácticas. 40 Instalaciones • Comodidad, una temperatura agradable y aislamiento acústico, configuran un ambiente idóneo para un debate tranquilo. • Las dimensiones de la sala, proporcionada al mobiliario, aportan la sensación de holgura. • La forma de la mesa, preferentemente redonda u ovalada, de forma que se facilite el contacto visual entre los asistentes y sean menos patentes las diferencias de rango. (Esta recomendación debe tomarse con prudencia. Recuerdo el caso de un comité de dirección que se reunía alrededor de una mesa en forma de T, en una sala muy espaciosa; disponía de ordenador, de proyector y de pantalla, que utilizaban hábilmente.) • Ordenador con proyector y pantalla para presentaciones. • Rotafolios, para hacer anotaciones en el transcurso de la reunión. Horario Dos reuniones de 75 minutos, con un descanso de media hora en medio, es la duración apropiada. Superado este umbral se tienden a producir crispaciones. Orden del día Un orden del día estandarizado y que distinga los bloques para la resolución de problemas y la toma de decisiones, así como los dedicados a presentar información sobre la marcha de cada departamento. Es aconsejable ubicar el bloque para la toma decisiones al principio y asignarle 75 minutos. Los bloques para informar requieren normalmente 15 minutos cada uno. Es habitual que un bloque informativo desencadene un debate, que alteraría el horario. En estos casos, es recomendable “aparcar” el tema y ubicarlo en una reunión posterior. Crear un “aparcamiento” para guardar los asuntos que han quedado pendientes. Power Point Hacer las presentaciones en Power Point. Este procedimiento obliga a cada participante a pensar previamente lo que va a decir, a ordenarlo y a exponerlo con claridad. Es aconsejable IESE JULIO - SEPTIEMBRE 2004 / Revista de Antiguos Alumnos a fondo / tendencias Limitar el número de asistentes, fijar un orden del día, realizar presentaciones en Power Point... existen algunas rutinas elementales que permiten multiplicar la eficacia de una reunión. que el presentador realice la presentación de pie y junto a la pantalla. De este modo gana visibilidad y facilidad de exposición. El formato de las presentaciones en Power Point debe estandarizarse (tamaño de letra, tipo de letra, número de líneas por diapositiva, número de diapositivas, colores, etc.). Con el tiempo, incluso el formato de los contenidos puede uniformarse. Elaboración del acta La rueda de Deming W. Edwards Deming es uno de los “gurús de la calidad” que ayudaron a la PLAN industria japonesa a mejorar la calidad de sus procesos en los ACT años cincuenta. La rueda de DO Deming es una representación gráfica del Kaizen o proceso de El uso de presentaciones facilita mucho la elaboración del acta. Cuando se trata de un debate para tomar una decisión, es aconsejable el uso del rotafolios para anotar las aportaciones de un modo sintético. Una secretaria puede ir componiendo el acta a medida que avanza la reunión y enviarla inmediatamente por correo electrónico a los asistentes. mejora continua. La rueda transmite el mensaje de que la CHECK mejora continua es un proceso interminable. Los cuatro pasos –Plan, Do, Check, Act– son aplicables a la mejora de cualquier actividad humana. Limitar el foro Limitar el número de miembros del comité a no más de siete personas. De hecho, el número óptimo es cinco. Cuando rebasamos el umbral de siete miembros, la conducción de la reunión se endurece. El lector habrá observado el acento que pongo en la estandarización del proceso. Efectivamente, el Kaizen, o mejora continua, es aplicable a las reuniones de un comité y, en general, a cualquier tipo de reuniones, incluidas las de un consejo de administración. Más aún, la mejora continua es aplicable a las actividades más diversas. No sólo al trabajo. La mejora continua implica un esfuerzo permanente y metódico en busca de la excelencia. La mejora continua empieza con la elaboración de un procedimiento estándar para, a continuación, aplicarlo, verificar su calidad y proceder de nuevo a mejorarlo. Se resume, gráficamente, en la rueda de Deming: planificar, desempeñar, comprobar, actuar. Abordar las reuniones de un comité de dirección como un proceso continuamente mejorable es poner el acento en la búsqueda IESE JULIO - SEPTIEMBRE 2004 / Revista de Antiguos Alumnos de la excelencia a través de la elaboración y la aplicación de mejores prácticas (best practices). El funcionamiento de un comité de dirección depende en buena medida de cómo organice sus reuniones. El trabajo de un comité de dirección es muy complejo. A menos que el comité padezca importantes diferencias internas, mejorar su organización incide en su eficiencia. El enfoque de la mejora continua, por su signo positivo, es un camino prometedor. José Mª Rodríguez Porras Profesor Emérito, IESE. [email protected] w w w www.ee-iese.com/93/afondo5.pdf 41