Concesiones y privatizaciones: una forma de cerrar la brecha de

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16 NEGOCIOS ANÁLISIS
INTERNACIONALES
Concesiones y privatizaciones:
una forma de cerrar la brecha de inversión e
C
ubrir una brecha de US$ 22,800 millones no es
tarea fácil. Menos para un Estado que tiene recursos
escasos y necesidades ilimitadas y que, peor aún, ha
demostrado hasta el cansancio ser ineficiente en la ejecución
de proyectos. Basta recordar los resultados del shock de
inversiones: apenas un 8% de ejecución. Queda claro que el
Estado no es el mejor ejecutor de la inversión pública, ni
tampoco un buen empresario y, por tanto, debiera limitarse a
gerenciar la menuda tarea de hacer de nuestro país uno más
competitivo, para que sea el sector privado quien la ejecute.
La receta del Estado empresario ya fue probada anteriormente y los resultados fueron más que nefastos. Prueba de
ello es que en 1988, durante el primer gobierno de García, el
gasto que realizó el Estado en las empresas públicas representó el 4.3% del PBI, equivalente al 40% del déficit fiscal de
ese año. Por increíble que parezca, en 1993 el Estado era
dueño de 13 de las 15 empresas más grandes del país y
contaba con 186 en total, las que generaban la quinta parte
del PBI nacional. No obstante, los resultados económicos
fueron negativos.
Casi nadie parece recordar que en 1993 el tiempo de
espera para la instalación y el funcionamiento de una línea
telefónica podía ser de hasta cinco años. Así, la gente tenía
que optar por el mercado negro, donde dicho bien se cotizaba en alrededor de US$ 2,500. Ello explica que el crecimiento promedio anual de la productividad en la década de los
ochenta fuera del -3.9%, con la consecuente pérdida de
competitividad. Y a pesar de que en la década de los noventa
la productividad aumentó un 1%, entre 1951 y 1999 el
cambio fue del -0.2%.
PRIVATIZACIONES Y CONCESIONES PROGRAMADAS PARA EL 2007
Inversión estimada
(US$ millones)
Servicios de agua y alcantarillado de Piura-Paita
Gasoductos regionales: Ica, Ayacucho y Junín
Segundo paquete de aeropuertos regionales
Red Vial N° 4
Red Vial N° 1
Interoceánica Sur: Tramos 1 y 5
IIRSA Centro
Puertos Regionales Paita, Ilo y San Martín (Ica).
Programa Costa Sierra
Quinta banda móvil 1,900 MHZ
Banda B 800 MHZ
Michiquillay
Telecomunicación rural
Banda ancha a nivel nacional
El Chaco-La Puntilla
Centro Cívico de Lima
* No se indica
Fuente: ProInversión.
280
215
120
86
122
234
120
188
190
200
*
700
*
17
7
20
Afortunadamente, las reformas de los noventa le asignaron un nuevo rol al Estado. De esa manera, pasó de productor de bienes y servicios a regulador y promotor de la inversión privada. En ese sentido, el Estado debió concentrar sus
esfuerzos en asegurarse de que la población recibiera los
servicios básicos de salud, educación, justicia, seguridad e
infraestructura de servicios públicos.
A partir de 1990 se iniciaron las reformas de primera
generación. Una de las reformas recomendadas fue privatizar y concesionar los activos del Estado. A dos años de iniciado el proceso, en 1994, se dio uno de los casos más exitosos:
la española Telefónica adquirió a la Compañía Peruana de
Teléfonos (CPT) y la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL) por US$ 2,002 millones, muy por encima
del precio base (US$ 535 millones) y de la segunda oferta
(US$ 857 millones). Desde entonces, las mejoras en la
cobertura del servicio fueron notables. La densidad telefónica
pasó de 3.21 por cada 100 habitantes en 1994 a 8.38 por
cada 100 habitantes en el 2005 y el número de líneas telefónicas se multiplicó por 30, alcanzando una cifra de más de
dos millones y medio en 2005. Y si bien parecería poco lo
avanzado en telefonía fija, se debe aclarar que la telefonía
móvil sustituyó en parte a la primera, alcanzando una densidad de 32 líneas por cada 100 habitantes, lo cual significa que
uno de cada tres peruanos tiene un teléfono móvil. Con los
niveles de inversión que tenía el Estado entre 1989 y 1993
(US$ 54 millones al año), se hubieran necesitado 80 años
para cubrir el monto invertido con la privatización en tan solo
9 años (1994-2002).
Los tropiezos del proceso también fueron muchos. Uno
de ellos es el de Sedapal, empresa encargada de brindar agua
y desague al 30% de la población del Perú, y responsable del
51% de la brecha de inversión en infraestructura en el sector
saneamiento en Lima (US$ 4,619 millones). En 1994 se
planteó por primera vez su privatización; 13 años después la
idea sigue siendo un sueño, sobre todo para las personas
que no tienen agua potable en sus viviendas. Lamentablemente, la desinformación sobre los beneficios de la participación privada en el sector facilitó el avance de posturas ideológicas que crearon mitos en contra de las privatizaciones y
concesiones. Se decía por ejemplo que las tarifas subirían,
pero nadie recordó que en Lima hay más de un millón de
personas no conectadas a la red de Sedapal, que compran
agua en el mercado informal y pagan entre 7 y 10 veces la
tarifa de los que sí están conectados. Y más allá de los problemas de salud que ello implica, es claro que la aventura empre-
IPE
Instituto Peruano de Economía
en infraestructura
COMPARACIÓN DE LAS METAS INCLUIDAS
EN EL CONTRATO DE CONCESIÓN
DE 1994 Y LA SITUACIÓN ACTUAL DE SEDAPAL
Cobertura de agua potable (en %)
Continuidad promedio (horas al día)
Conexiones con medidores operativos
Agua facturada
Situación de
Sedapal en 1994
Metas incluidas
en el contrato
Situación actual
en Sedapal
75
15
38
64
95
24
95
75
90.1
21
60.4
59.9
Fuente: Sedapal y SUNASS.
sarial del Estado en el sector no ha sido ni será la solución al
problema.
Otro caso fue el recordado "arequipazo" del 2002, cuando la población se manifestó en contra de la privatización de
dos pequeñas generadoras eléctricas, Egasa y Egesur. Ambas
empresas necesitaban nuevas fuentes de agua, por lo que
hubiesen requerido obras de embalse y construcción de
reservorios o, en su defecto, ser transferidas a reservorios
naturales. Se calcula que por cada metro cúbico por segundo
adicional de agua, se podría irrigar más de 3,150 hectáreas y
cerrar la brecha de agua potable de las personas que no
cuentan con el servicio en Arequipa y Tacna. Los problemas
se suscitaron porque el gobierno no brindó la información
suficiente ni adecuada a la población. Prevalecieron intereses
personales que solo proveyeron la información que les convenía, entre ellas la supuesta alza de tarifas y pérdida de empleos. Y el Estado no supo desvirtuar tamañas invenciones. El
"arequipazo", además, marcó el inicio de la paralización del
proceso de promoción de la inversión privada, que recién se
superó tímidamente a partir del 2003, con una lentitud que
hasta hoy se mantiene.
Los beneficios de la privatización y las concesiones son
evidentes: dinamización del sector privado al incentivar la
competencia, mejoras en la cobertura y calidad de los
servicios, generación de oportunidades de empleo gracias
a las nuevas inversiones, atracción de capital fresco, aumento de la eficiencia del sector productivo e incremento
del acceso a tecnología de punta, entre otros. Por eso, la
creación de una nueva ley marco de concesiones es urgente. Dicha ley deberá agilizar los procesos y fijar los
parámetros básicos para la entrega directa en concesión
de la infraestructura pública. Además, se debe replantear
el esquema de trabajo de la agencia de promoción de la
inversión, vinculando su presupuesto a los resultados obtenidos y premiando a sus funcionarios por los éxitos
obtenidos en el logro de las metas que tanto los gobiernos subnacionales como el gobierno nacional se tracen.
De esa forma, el esquema de presupuesto por resultados
no solo asegura un gasto más eficiente, sino que evita
recortes indiscriminados de sueldos que pueden
desincentivar la participación de profesionales competentes en el sector público. La nueva norma deberá además
promover agresivamente la iniciativa privada, para que de
una vez por todas dejemos de depender de la creatividad
e imaginación de los funcionarios públicos en la formulación de nuevos proyectos.
Para solucionar el problema de financiamiento de las
obras, las AFP deberán acceder a instrumentos
innovadores, dados los recursos abundantes que manejan. Dicho sistema ya fue implementado en Chile y tuvo
un éxito enorme. ¿Por qué no hacerlo acá? Esto requiere
una reforma urgente en el mercado de capitales, producto
del trabajo conjunto entre los sectores privado y público.
En Chile se hizo así. En el Perú, el sector público excluyó
al sector privado y trabaja su propia reforma, sin escuchar
las recomendaciones ni el sentido común.
Con todo lo anterior, es claro que las concesiones y
privatizaciones benefician a la población, especialmente a
la más pobre, ya que el acceso a los servicios públicos les
permite mejorar su nivel de vida. No solo adoptan mejores hábitos de higiene en el caso de los servicios de agua
y desagüe, sino que pueden contar con más horas productivas al día gracias al mayor acceso a la electricidad y a
servicios básicos como el de salud con la construcción de
caminos. La receta está dada, ahora es necesario
implementarla. „
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