E S Sobre la construcción de dispositivos de investigación-intervención RAFAEL REYGADAS ROBLES GIL MARIANA ROBLES RENDÓN* ste trabajo surge en el marco de una investigación en Santa Cecilia Tepetlapa, en la delegación Xochimilco, sobre las formas de organización y resistencia de sus pobladores ante la amenaza de la construcción de un complejo residencial y recreativo en los linderos del pueblo. En él pretendemos dar cuenta de algunas de las implicaciones que conllevan el planteamiento y la construcción de un dispositivo de intervención en una comunidad como ésta, en particular en relación con el lugar del investigador, con la construcción de conocimiento y, sobre todo, en cuanto a la investigación como práctica política e intervención en el campo de lo social. EL INTERÉS POR SANTA CECILIA TEPETLAPA como campo de estudio surgió tras conocer su historia reciente. Ubicado en la Delegación Xochimilco, Distrito Federal, en la zona de montaña, es uno de los pueblos xochimilcas originarios que recientemente enfrentó una batalla importante contra una inmobiliaria que pretendía construir un complejo recreativo en los linderos de su pueblo. El proyecto abarcaba casi 300 hectáreas e incluía dos campos de golf, hoteles de lujo, lotes residenciales, un club hípico, una sala de convenciones, un centro comercial, dos centros deportivos y un museo. Sus habitantes, apoyados por la gente de poblados vecinos, emprendieron entonces una lucha en contra de la construcción del complejo. Organizados en comités vecinales lograron que en 1999, después de seis años de lucha, la Asamblea de Representantes del Distrito Federal negara el permiso para iniciar el proyecto. Sin embargo, el problema sigue latente, pues a pesar de ser una zona de reserva ecológica y de que la licencia para la construcción del complejo fue negada, los accionistas de la inmobiliaria siguen siendo propietarios de esas tierras. * Estudiante de la Maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones, UAM-Xochimilco. ANUARIO DE INVESTIGACIÓN 2005 • UAM-X • MÉXICO • 2006 • PP. 57-69 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN Las características de Santa Cecilia, pueblo originario de Xochimilco, entre lo rural y lo urbano, y el carácter político de su lucha, nos han obligado a pensar en la necesidad de construir un dispositivo que permita el análisis de procesos sociales al interior de esta comunidad en particular, inserta un contexto social de lucha y resistencia. Teniendo esto como marco referencial, resulta imposible perder de vista la dimensión política de un fenómeno social como el de Santa Cecilia y, en el mismo sentido, las implicaciones que posee una intervención en este terreno. El dispositivo de intervención como una máquina para hacer ver Desde la visión foucaultiana, hablar de dispositivo pone en escena una serie de mecanismos, relaciones, discursos, instituciones, leyes, etcétera, que, tejidas a manera de “madeja” (Deleuze, 1989:155), constituyen una maquinaria de manipulación de las relaciones sociales y de las fuerzas, de modo que respondan a un objetivo estratégico establecido. Este objetivo estratégico juega como matriz y motor del dispositivo, es el elemento fundante que determina la forma del mecanismo y lo echa a andar. Foucault dirá también que los dispositivos son “máquinas para hacer ver y para hacer hablar” (Deleuze, 1989:155), no sólo delimitan el espacio de lo posible, sino que construyen lo visible: La visibilidad no se refiere a una luz general que iluminará objetos preexistentes; está hecha de líneas de luz que forman figuras variables e inseparables de este o aquel dispositivo. Cada dispositivo tiene su régimen de luz, la manera en que ésta cae, se esfuma, se difunde, al distribuir lo visible y lo Gilberto Aceves Navarro invisible, al hacer nacer o desaparecer Sin título (1963) el objeto que no existe sin ella [...] Si hay una historicidad de los dispositivos, ella es la historicidad de los regímenes de luz, pero es también la de los regímenes de enunciación [Deleuze, 1989:155]. ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 58 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN A propósito de este planteamiento foucaultiano sobre el dispositivo como máquina para hacer ver, Salazar propone una forma de pensar los dispositivos de investigación-intervención como máquinas de visibilidad en el campo de los procesos sociales. Invita a realizar un desplazamiento de sentido en relación con el dispositivo foucaultianano: del dispositivo como máquina de control y manipulación de lo social, productora de sujetos, discursos y verdades, hacia un dispositivo entendido como la “construcción intencional de una María Eugenia Segovia Sin título singular máquina para hacer ver, en el marco de un proceso de reflexión sobre lo social, lo cual implica una estrategia para la acción” (2004:292). En este sentido, la noción de dispositivo es una noción instrumental flexible, que por su plasticidad permite imaginar formas de intervención en el campo social que respondan tanto a las preguntas y objetivos de investigación como a la realidad del terreno en el cual se interviene. Asimismo, esta noción de dispositivo permite mover las fronteras disciplinarias en las ciencias sociales al privilegiar las condiciones de realidad del campo y la postura del investigador frente a ese instante de lo históricosocial, por encima de vanguardias metodológicas o instrumentos de aproximación al campo de lo social que pretenden encuadrar las investigaciones en campos disciplinarios cerrados. A diferencia de las metodologías tradicionales, que comúnmente ofrecen al investigador un manual que paso a paso lo conducirá por un proceso casi lineal y progresivo, desde la elección de las “herramientas óptimas” hasta el análisis y codificación de la “información extraída” del campo, la noción de dispositivo, “hueca de contenido estable” (Salazar, 2004:292), permite la construcción creativa de las maquinarias metodológicas pertinentes para cada investigación y deja abierta la puerta, de manera permanente, a lo imprevisible, lo inesperado e incontrolable del campo social, dando lugar a la incertidumbre pero también a la sorpresa y la fascinación que produce el encuentro con el otro. ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 59 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN El dispositivo como analizador Es importante tener presente que todo dispositivo, y en general toda investigación científica, recorta y cristaliza un instante de la realidad, por tanto, el conocimiento que se produce desde la artificialidad del dispositivo de la investigación-intervención será únicamente una representación del fragmento de la realidad que se pretende atrapar. Desde esta perspectiva, el dispositivo de intervención permite la construcción de miradas múltiples, diversas y cambiantes sobre lo que resulte aprehensible del campo de lo social; construcción de miradas motivadas por una voluntad de saber y que implican necesariamente posicionamientos éticos y políticos en relación con la propia intervención, así como con los sujetos y la realidad a la que el investigador se aproxima. Sin embargo, el dispositivo no sólo construye miradas sobre el campo social sino que juega también como analizador del mismo, entendiendo la noción de analizador como aquello que deconstruye lo instituido y que permite ver, en ese fragmento denso y complejo de la realidad que el dispositivo recorta, las significaciones, las relaciones de poder, los saberes: El analizador es intrínseco a los procesos sociales, es una clave de sentido que descubre, que devela el lugar que cada actor ocupa y juega en un periodo y en un proceso determinados; surge de la lógica misma de los acontecimientos [Reygadas, 1998:VI]. Así, el dispositivo pensado como analizador construido, no sólo valida el propio dispositivo de intervención, sino que opera también como denuncia. Los dispositivos de intervención en tanto analizadores construidos “tienden a poner de manifiesto durante su operación, dimensiones y elementos diversos que normalmente se constituyen como un no-saber colectivo sobre la institución” (Manero, 1990:144). Por otra parte, este analizador construido puede a su vez ayudar a develar analizadores históricos que permitan una aproximación a los procesos sociales en su complejidad y considerando sus múltiples atravesamientos históricos, políticos, económicos y culturales. Estos analizadores históricos son “situaciones de explosión social —revoluciones, movimientos sociales ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 60 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN más o menos generalizados— que tienden a un análisis institucional generalizado al conjunto de la sociedad” (Manero, 1990:144). Así, en esta investigación que tiene como centro la lucha de un pueblo, Santa Cecilia Tepetlapa, pueden reconocerse también otras luchas de otros pueblos y otros tiempos que tienen como elemento común la defensa de sus formas de vida, de su cultura y sus recursos naturales. Como ejemplo de ello está el movimiento de los indígenas chiapanecos que llevó al despertar del 1º de enero de 1994; la lucha de los pobladores de Tepoztlán, Morelos, ante los intentos de construcción de un campo de golf en 1995; las mujeres indígenas mazahuas, en el Estado de México, y su lucha en defensa del agua en 2004; y más recientemente la resistencia ante la construcción de la planta hidroeléctrica de La Parota, en Guerrero, por citar sólo unos casos. Estos pueblos y luchas diversas, entre las cuales se tejen vínculos, hablan de un momento histórico caracterizado por fuertes embestidas “modernizadoras” que atentan contra la vida comunitaria de estos pueblos, su cultura, su diferencia, su existencia. Pero también nos hablan de un escenario cada vez más amplio de resistencia y lucha que rebasa por mucho los límites de Santa Cecilia, su lucha y sus demandas por conservar sus formas de vida, por su derecho a decidir sobre el rumbo que ha de tomar su propia existencia. [Por ello, Corona y Pérez afirman que] resulta de lo más oportuno repensar las estrategias de sobrevivencia y las formas de organización que permiten la expresión colectiva de los grupos y comunidades en resistencia ante este proyecto de sociedad y la manera en que éstas se relacionan con los procesos de resignificación de la identidad y con la revaloración de las culturas locales [2003:56]. En este sentido, es importante entender que lo que el dispositivo de intervención pone en escena, lo que “ilumina”, es un fragmento de la realidad, sí, pero un fragmento cargado de sentido que condensa una forma de mirar y reconstruir la propia historia, una memoria desde la cual los sujetos se posicionan frente a un futuro por construir. ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 61 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN La intervención y la construcción de conocimiento Por otro lado, la noción de analizador implica una colectivización del análisis al postular la tarea analítica como un trabajo de deconstrucción, por parte de los sujetos, de las significaciones y los procesos de los que forman parte, estableciendo una crítica a las posturas tradicionales “donde, a través del saber de los especialistas, es posible develar dimensiones no percibidas por el sentido común de los participantes (Manero, 1990:143). En consecuencia, es importante tener claro que en la intervención en el campo de lo social, el investigador no “produce” conocimiento sobre los sujetos de su investigación ni sobre la realidad que éstos construyen, sino que el conocimiento generado sólo es posible en función de la relación de reciprocidad y afectación mutua que se da entre ambos sujetos: El conocimiento no es únicamente descripción más o menos controlada de un objeto de la realidad, no es únicamente la descripción de las relaciones de dicho objeto con otros similares, homogéneos o heterogéneos. El conocimiento aparece como producción o resultado de acciones recíprocas entre el sujeto y el objeto [Manero, 1995:248]. Tomando en cuenta esta implicación epistemológica, la noción de dispositivo aplicada a la investigación-intervención, supone una situación de relación en la que no hay sujeto que investiga, por un lado, y objetosujeto investigado, por otro, sino dos sujetos que, a pesar de encontrarse en posiciones diferentes respecto de la realidad sobre la cual reflexionan, construyen de manera conjunta un saber sobre ese fragmento del devenir histórico y social. De esta manera ambos sujetos se sitúan como parte de la intervención. Esta forma de entender la investigación-intervención implica la apertura de un campo de interacción y con él la posibilidad del vínculo, producto del reconocimiento del otro como sujeto —y no como mero “informante”— y del propio posicionamiento del investigador como sujeto que se encuentra inmerso en el campo social en el que pretende intervenir. Es el reconocimiento de una realidad que se comparte y que compromete a ambos sujetos de la ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 62 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN intervención. Hablando de esta posición del investigador como parte del dispositivo, Salazar afirma que su propia posición de reconocimiento del otro le obliga a un intercambio recíproco y a una acción de escucha, que al no poner en boca del otro los pronunciamientos esperados, se sorprende y lo sorprende colocando la reflexividad deliberante —diría Castoriadis— de ambos interlocutores en el centro de la acción a investigar. Al producir esta experiencia se reconoce una afección recíproca como cualidad fundamental en la producción de saberes [2004:295]. Así, estaríamos hablando de un dispositivo de intervención donde se desdibujan los roles tradicionales para dar lugar a un proceso compartido de construcción y reflexión sobre la realidad, un dispositivo donde se desdibuja, por un lado, el investigador aséptico que manipula desde su exterioridad el campo de su interés, y por otro, el objeto-sujeto investigado como “recipiente” del cual se extraerá la información que sea necesaria. Ética e intervención en el campo de lo social En el marco de esta reflexión en torno al dispositivo de intervención, es necesario detenerse a pensar en el problema que implica la intervención en un campo donde no existe una demanda explícita de ésta. Resulta imposible dejar de lado la irrupción que conlleva el despliegue de un dispositivo no demandado, echado a andar desde el interés personal del investigador y sus propias demandas institucionales y que puede resultar ajeno a las necesidades del campo intervenido. Sobre esta cuestión, Mier apunta: En la intervención “no demandada”, la presencia del otro hace evidente, como su rasgo más patente, visible, el carácter violento de su presencia y de sus actos, lo arbitrario de su mirada y sus preguntas, lo asimétrico de las identidades y la violencia amenazante de esa asimetría, pero también se hace inocultable el carácter contingente de esa presencia ajena a los reclamos y las necesidades de la comunidad en la que se irrumpe [2002:19]. ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 63 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN Sin embargo, en la aproximación al campo en los meses pasados, hemos podido percibir que a pesar de no existir una demanda explícita por parte de los pobladores de Santa Cecilia, hay interés y buena disposición para hablar sobre lo acontecido en relación con el campo de golf. Esto nos hace pensar en la existencia de cierto tipo de demandas “no enunciadas” de los pobladores por dar a conocer su experiencia, y nos remite nuevamente al carácter político de una intervención que, como ésta, tiene como centro el conflicto y la lucha de este pueblo. Y como la investigación es intervención desde el principio, intervención que modifica el campo y a los sujetos implicados, vale la pena detenerse a pensar que nuestro posicionamiento de simpatía por su lucha, muy probablemente esté en franca relación con la apertura que hemos encontrado entre los pobladores para hablar sobre el suceso de la construcción del complejo residencial y recreativo. Volviendo a Mier, pareciera que la única posibilidad de subsanar la violencia que conlleva la intervención consistiera en el reconocimiento del otro en su diferencia pero también en su cercanía, en la instauración de un espacio de diálogo que otorgue un sentido ético a la intervención: La ética de la intervención, si la hay, surge de una tensión entre las zonas de regularidad y su entorno, o, dicho de otra manera, entre lo reconocible y lo “otro”. Se trata, propiamente, de la instauración de un diálogo, que sería la condición expresa de la potencia de afección de la intervención [2002:27]. Este reconocimiento del otro y la instauración de un diálogo implica necesariamente la apertura a la experiencia del otro, a la posibilidad de verse afectado por éste, al vínculo. Desde este punto de vista, el sentido ético de la intervención radica en el reconocimiento de la relación dialogal con ese otro, con su experiencia y su realidad. Esto obliga al investigador a posicionarse frente al otro, al que mira y que lo mira, frente al mundo que ambos construyen y los construye. Rufino Tamayo Autorretrato (1967) ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 64 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN Imposible en este punto dejar de lado la cuestión de nuestra propia implicación; en principio, tomamos partido por esta gente y nos solidarizamos con ellos y su lucha. Entendiendo la solidaridad como una modalidad del vínculo, Mier apunta que ésta supone un fundamento ético enteramente modelado sobre la experiencia de la finitud, sobre las afecciones de la presencia y la desaparición [...] sobre el asombro ante los acontecimientos y sobre los reclamos cambiantes de la mutua asimilación de las experiencias [2004:147]. Por su parte, y desde su experiencia de una psicología social vinculada a la realidad latinoamericana, Ignacio Martín-Baró afirma que el sentido ético de la práctica de la psicología social radica, por una parte, en la posibilidad de deshacerse de la pretendida asepsia científica para poder posicionarse frente a su realidad, y por otra, en una opción axiológica que pueda favorecer procesos de reflexión sobre la realidad que posibiliten una praxis liberadora: La psicología social que aquí se presenta surge en una situación muy concreta: la situación de El Salvador, en los momentos en que todo un pueblo lucha organizadamente por liberarse de una opresión secular [...] Esta psicología social toma partido por ese pueblo, por sus luchas y sus aspiraciones y pretende ser un instrumento para que el pueblo pueda tomar sus decisiones con mayor claridad [...] no se trata de indicar al pueblo lo que tiene que hacer o no; se trata José Clemente Orozco Cristo destruye su cruz (1943) de incorporar el quehacer científico a una praxis social liberadora que promueva una sociedad basada en la solidaridad y en la justicia [Martín-Baró, 1988:80]. Para qué intervenir y el lugar del investigador El dispositivo de intervención es una construcción de carácter estratégico que no está guiada por un afán de “objetividad científica” o por la pretensión ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 65 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN de una aproximación fiel a la realidad, sino por la posibilidad de creación de espacios para la reflexión y la acción individual y colectiva, la construcción de un dispositivo de investigación intervención es la acción de articular un conjunto de estrategias de reflexión, elucidación, exploración, y constituye fundamentalmente el intento de apertura de espacios de diálogo [...] en circunstancias de mínimo control, con máxima densidad de contenido y de expresividad y con participación activa y reconocida de los sujetos de investigación [Salazar, 2004:295]. Esto supone la construcción colectiva de espacios en los cuales se priorice la participación reflexiva y también propositiva de los sujetos en un encuadre flexible de mínimo control por parte del investigador de modo que éste no obstaculice ni cierre la posibilidad a un diálogo fecundo. También supone espacios que promuevan posicionamientos frente a la realidad por parte de los sujetos que forman parte de la intervención. Se trata de la apertura de espacios para el diálogo en un contexto históricosocial que también obligan al propio investigador a posicionarse ética y políticamente, y por lo tanto a actuar en consecuencia: Ya no sólo se trata de estar a favor o en contra de la naturaleza global de los asuntos humanos, sino de rescatar las estrategias de lucha que permiten la sobrevivencia de las particularidades culturales [Corona y Pérez, 2003:57]. La construcción de un dispositivo de intervención pertinente a este tipo de investigaciones, obliga a tomar distancia de las herramientas metodológicas tradicionales que se encuentran en estrecha relación con posturas que plantean que “el propio investigador es el instrumento de la investigación” (Taylor y Bogdan, 1996:101); nos inclinamos a considerar al investigador como parte y no como instrumento en tanto que modifica con su presencia la realidad del campo en el que se introduce y a su vez es transformado en su interacción con éste y por los vínculos que en él establece. Asimismo, creemos que es necesario que el investigador de los procesos sociales se desprenda del lugar de “conductor especialista” del discurso del otro puesto que una libre narración de la experiencia es lo más pertinente ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 66 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN a los objetivos de comprender el cómo de los procesos sociales que nos ocupan. Lejos de “conducir” la narración para extraer de ella lo que responda a sus preguntas y valide sus hipótesis, nos inclinamos a pensar que el investigador en psicología social tiene como tarea introducirse en el campo de su interés para escuchar y comprender la experiencia del otro. Reflexiones finales La investigación que tiene como centro la organización de los sujetos para defender su derecho a la diferencia y a decidir el rumbo de su existencia obliga a pensar desde una perspectiva ética y política el quehacer del investigador, en particular del psicólogo social, y también a replantear los fines y alcances de la intervención en el campo que le compete. La intervención desde la psicología social es un tema que tiene importantes implicaciones teóricas y metodológicas, pero también éticas y políticas. El investigador debe tener Jorge González Camarena claro que la intervención en el campo de lo La humanidad liberándose (1963) social lo involucra desde el principio, no sólo por ser él quien interviene, sino porque inevitablemente forma parte de la realidad que pretende estudiar y comprender. Como lo afirma Martín-Baró: La psicología social como ciencia, y no sólo el psicólogo social como científico, debe tomar postura ante esta realidad [...] El propio científico social y su quehacer son parte de su mismo objeto de estudio. Hay una inevitable imbricación de sujeto y objeto, siendo el sujeto a la vez objeto, y el objeto a la vez sujeto. Por ello, la comprensión en ciencias sociales tiene lugar desde el interior del proceso social estudiado y la opción se da en el quehacer científico mismo independientemente de que se tome o no conciencia de que se da esta opción [1988:80]. ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 67 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN Esta inevitable toma de postura frente a la realidad impele al investigador social a revisar y replantear sus supuestos y su método, sus herramientas de aproximación al campo y su mirada, sus objetivos y su práctica, de modo que pueda escuchar al otro, aprender de su experiencia y colaborar activamente en la construcción de espacios propicios para un diálogo fecundo, para la reflexión sobre la realidad y de donde surjan modos de organización y acción, individual y colectiva, que apunten a la transformación de la sociedad. Irma Palacios Delta (detalle) (1967) Bibliografía Corona, Yolanda y Pérez y Zavala C. (2003), “Resistencia e identidad como estrategias para la reproducción cultural”, en Anuario de investigación 2002, Departamento de Educación y Comunicación, vol. II, UAM-Xochimilco, México. Deleuze, G. (1989), “¿Qué es un dispositivo?”, en Michel Foucault, filósofo, Gedisa, Barcelona. Manero, R. (1990), “Introducción al análisis institucional”, en Tramas. Subjetividad y Procesos Sociales, UAM-Xochimilco, México. —— (1995), “El análisis de las implicaciones”, en Tercer foro de psicología, Departamento de Educación y Comunicación, UAM-Xochimilco, México. Martín-Baró, I. (1988), Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica, UCA Editores, San Salvador. Mier, R. (2002), “El acto antropológico. La intervención como extrañeza”, en Tramas. Subjetividad y Procesos Sociales, núm. 18/19, UAM-Xochimilco, México. ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 68 SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE DISPOSITIVOS DE INVESTIGACIÓN-INTERVENCIÓN —— (2004) “Calidades y tiempos del vínculo. Identidad, reflexividad y experiencia en la génesis de la acción social”, en Tramas. Subjetividad y Procesos Sociales, núm. 21, UAM-Xochimilco, México, pp. 123-159. Reygadas, R. (1998), Abriendo veredas. Iniciativas públicas y sociales de las redes de organizaciones civiles, Convergencia de organismos civiles por la democracia, México. Salazar, C. (2004), “Dispositivos: máquinas de visibilidad”, en Anuario de investigación 2003, Departamento de Educación y Comunicación, UAM-Xochimilco, México. Taylor, S.T. y Bogdan, R. (1996), Introducción a los métodos cualitativos de investigación, Paidós, México. ACCIÓN COLECTIVA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL 69