¿QUÉ CUALIDADES DEBE REUNIR UN BUEN TEST DE INTELIGENCIA? Las puntuaciones de las pruebas de inteligencia se representan en términos de Cociente Intelectual, que es la razón que existe entre edad mental y edad cronológica. Si pasamos una prueba de inteligencia a un número elevado de individuos, sus puntuaciones se distribuirán según la ley estadística de la campana de Gauss, se le conoce como distribución normal. Cuando un rasgo, por ejemplo inteligencia, se distribuye normalmente, la mayoría de los casos caen cerca del centro de la distribución (media) y su número disminuye de forma gradual al irse alejando del centro en ambas direcciones. En casi todas las pruebas de C.I., la media de la distribución se coloca en 100 y la desviación estándar en 15. Esto se hizo porque el C.I. se centraba en 100, es decir, un individuo en que el cociente entre su edad mental y su edad cronológica es 1, es decir, su edad mental es igual a su edad cronológica. La puntuación 100 significa que la persona logró un desempeño promedio. La puntuación 115 significa que la puntuación del sujeto esta 15 puntos (una desviación estándar) por encima de la media y una puntuación de 85 significa que la puntuación está una desviación estándar por debajo de la media. Menos de 85 se corresponde con retraso y más de 115 significa una inteligencia elevada. Aproximadamente el 70% de los sujetos se encuentran entre estas dos puntuaciones. Para que un test sea calificado como eficaz debe reunir una serie de características. Las más importantes son: Fiabilidad. Es la capacidad de una prueba para generar puntuaciones consistentes y estables, es decir, la exactitud de la puntuación obtenida en un test por un individuo. Un test será más fiable cuanto mejor elimine aquellos factores debidos al azar que pueden intervenir en su realización (alteraciones en el individuo por nerviosismo, errores, etc) La manera más simple de determinar la fiabilidad de una prueba consiste en aplicarla a un grupo y, tras un breve lapso, volver a administrarla al mismo grupo. Si las calificaciones son las mismas, el instrumento es fiable. El problema de este método radica en que el grupo posiblemente recuerde las respuestas de la primera aplicación de la prueba. Un método con que se supera este problema consiste en dividir la prueba en dos partes y verificar la consistencia de las puntuaciones obtenidas en ellas. Si coinciden en términos generales, se dice que la prueba tiene una fiabilidad de división por mitades. Los psicólogos expresan la fiabilidad por medio de los coeficientes de correlación, medida estadística del grado de asociación lineal entre dos variables. Los coeficientes fluctúan entre -1.0 y +1.0. La fiabilidad de las pruebas de inteligencia es aproximadamente de .90; es decir, las puntuaciones permanecen bastante estables en la repetición de las pruebas. Validez. La validez es la capacidad de una prueba para medir lo que se propone. No sería válido un test de inteligencia que midiera, por ejemplo, emociones. En términos generales, las pruebas de inteligencia evalúan muchas de las habilidades que se consideran componentes de ella: concentración, planificación, memoria, comprensión del lenguaje y escritura. Sin embargo, una sola prueba no puede abarcar todas las áreas de la inteligencia y, además, las pruebas dan una importancia diferente a las habilidades que miden.