Oración. Acto de contrición. Eterno Dios, Creador de todas las cosas

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Oración.
Vuelve, ¡oh dulce Jesús!, desde tu excelso trono tus ojos de clemencia hacia el ceno
profundo de la cárcel del purgatorio; esposas tuyas son las que allí están purificándose, están marcadas con el sello de la Trinidad, son precio de tu Sangre son tierno
objeto de tu amor. Un fuego terrible las atormenta, una privación temporal de la
vista de tu hermosura las aflige sobremanera, suspiran con ansias por le feliz momento en que han de ir a unirse contigo; que se apresure, pues, este instante tan dichoso;
que salgan pronto a gozar de su Esposo amado, que su Sangre preciosa las lleve a su
refrigerio, que tu gran misericordia las lleve al descanso, que en la perpetua paz brille
sobre ellas la eterna luz. Así, Señor, te lo pedios por aquella amarga hora en que entregaste tu santo Espíritu en manos de tu Eterno Padre. Amén.
Acto de contrición.
Eterno Dios, Creador de todas las cosas, Padre universal, y consuelo
de afligidos y atribulados. Nosotros, ovejas vuestras, descarriadas de
vuestro rebaño, muchas veces elegido los pastos venenosos de este
engañoso mundo, dejando los saludables de vuestra doctrina; os suplicamos, Señor, nos perdonéis esta ofrenda contra Vos cometida, nos
pesa en el ala de haberos ofendido, proponiendo firmemente la enmienda, esperamos por los méritos de vuestro santísimo Hijo conseguir la felicidad de vuestra gloria, os pedios que coloquéis las almas de
los justos, que detenidas padecen el purgatorio. Señor dejáos ver de
vuestros amigos los justos, y lleguen el día feliz que vallan purificadas a
descansar en paz, y gozar de vuestra divina presencia por toda la eternidad. Amén. (Padre nuestro.
Primer Día oración.
Las Ánimas Benditas del Purgatorio
pueden acortar nuestro propio Purgatorio
(entérate en el libro Léelo o te Arrepentirás)
Dulcísimo Jesús, amado dueños de nuestras almas, que dando principio a la redención del linaje humano con los infinitos méritos de vuestra santísima pasión, o retirasteis al Huerto de Getsemaní, en donde
orando padecisteis en vuestra humanidad el desamparo y falta de consuelo de vuestra misma Divinidad, contristándoos tanto,
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que sudasteis sangre hasta regar la tierra, por lo que el Eterno Padre os
envió un ángel que os confortara. Os suplicamos Señor, que por la aflicción que tuvisteis en ese desampara, apliquéis vuestros infinitos méritos a
las necesitadas almas del Purgatorio, en donde están como desamparadas
de Dios, privadas de su divina presencia. Suplan vuestros méritos para con
el Eterno Padre lo que les falta para legar a unirse con su último fin; y a
nosotros, Señor, favorecednos con vuestros soberanos auxilios para que
guardando vuestros santos mandamientos, no padezcamos la pena de este
desamparo, y también concédenos la particular agracia que os pedimos en
esta Novena. Amén.
Ahora se dirán siete Ave Marías en memoria de los siete más crecidos dolores de María Santísima en la forma siguiente:
LA PRIMERA, por el alma que está más cerca de ver a Dios.
LA SEGUNDA, por la que más amó a Dios en esta vida.
LA TERCERA, por la que no tiene quién ruegue a Dios por ella.
LA CUARTA, por la que más penas padece en el purgatorio.
LA QUIENTA, por la que fue más devota de la pasión de Cristo.
LA SEXTA, por la que fue más devota de María Santísima.
LASEPTIMA, por la que fue más liberal con los pobres, y por todas las almas del purgatorio.
Oración de la Ánima sola.
Para Alcanzar el Remedio de Alguna Grave Necesidad.
¡Oh, Señor!, cuántas son las gracias de que necesitamos, con toda
verdad puede decirse que nuestra necesidad es universal. Ahora, Señor, buscamos para con vuestra divina Majestad, intercesores que
amáis sobre manera. El anima Sola; tan empeñada en nuestro favor
como grata a vuestros ojos, de lo profundo de su cárcel os presenta
nuestra indigencia pidiéndoos las gracias necesarias para remediarlas.
Miradnos, pues, con ojos de misericordia y atended el ruego de vuestra sierva. Y vos, oh Anima Sola, alcanzadme de la Divina Misericordia, el remedio de esta necesidad que me aflige, que yo os ofrezco
limosnas abundantes para vuestra pronta liberación. (Se rezan cinco
Padre nuestros, Ave Marías y Réquiem)
La Magnifica
Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo, al contemplar la
bondad de Dios mi Salvador. Porque ha puesto la mirada en la humilde sierva suya y ved aquí
el motivo porque me tendrán por dichosa y feliz todas las generaciones. Pues ha hecho en mi favor
cosas grandes y maravillosas, El, que es Todopoderoso y en su nombre infinitamente santo, cuya
misericordia se extiende de generación en generación, a todos cuantos le temen. Extendió el brazo
de su poder, disipo el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios. Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo acordándose de él por su gran misericordia y bondad. Así como lo
había prometido a nuestro padre Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos.
Amén.
Segundo día oración.
Soberana Virgen María, dolorosísima Señora, que al pie de la cruz quedasteis constituida por madre, amparo y universal protectora de los hombres.
A vos, divina Madre acudimos, y con todas las venas de nuestro corazón
os pedimos que en memoria de los acerbos sentimientos que oprimieron
vuestro corazón en la rigurosa Pasión y muerte de vuestro dulcísimo Jesús
seáis intercesora ante el Tribunal Justísimo de Dios y allí pidáis por el alivio y consuelo de las pobres almas del purgatorio;
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Oración.
Salgan, salgan Ánimas de penas, que esta santa novena rompa sus cadenas. Señor,
dales el eterno descanso que busca para ellas la luz perpetua, en la puerta del infierno líbralas Señor. Descansen en paz. Así sea.
Oración que se dirá todos los días al final de la novena.
Padre Eterno, soberano Dios, enviad vuestros ángeles a sacar esta
alma del Purgatorio, por quien es mi intención rogaros, os suplico
que la presentéis en vuestra gloria. Y os ruego, Señor, que la parte
que le falte satisfacer de sus culpas, se la perdonéis, por los méritos
de las penas de vuestro Hijo, mi Redentor Jesucristo. Y también os
ruego, mi Creador misericordioso, no seáis en mi juicio riguroso, y
no me dejéis caer en tentación, librándome de todo mal. Amén.
Con licencia eclesiástica.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. ¡Ea!,
pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto
bendito de tu vientre. ¡Oh clemente!,!oh piadosa!, ¡ oh dulce siempre
Virgen María!. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
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y allí pidáis por el alivio y consuelo de las pobres almas del purgatorio; rogando a la divina Majestad dé por satisfecha su recta justicia,
para que libertándolas de las penas, tormentos y aflicciones que padecen, las lleven a los eternos descansos de su gloria, y las recree con
interminables gozos; y a nosotros nos dé su divina gracia para que
sirviéndole en esta vida, como verdaderos hijos suyos, nos lleve a
gozar de su divina presencia; por los siglos de los siglos. Amén.
(Siete Ave Marías)
Tercer día oración.
Señor mío Jesucristo, que por la traición del malvado discípulo, fuiste preso como malhechor, y llevado a la ciudad de Jerusalén, maniatado con sogas y cadenas como un ladrón aprisionado, como un
esclavo. Os suplicamos, Señor, que libertéis a los justos que están
en el Purgatorio ligados de grillos y cadenas de las que por si solos
no pueden liberarse, ni satisfacer, y a nosotros nos saquéis de las
obligaciones penales a que nos indujo la culpa, para más bien serviros y amaros. Amén.
Se concluirá con las siete Ave Marías del primer día.
Cuarto Día oración.
Señor mio Jesucristo, que después de infinitos oprobios que recibisteis en las casa
de los Pontífices Anás y Caifás os pusieron en un lugar tenebroso y horrible, para
que allí estuvierais toda la noche, en done sólo el día del juicio se sa-
brá lo que padecìsteis en un lugar tan obscuro. Os rogamos, Señor,
por este martirio penoso que os acordéis de las pobres almas del
Purgatorio, que dentro de tan profundo y horroroso lugar, sólo
vuestros santísimos méritos las podrán liberar de tanta aflicción como allí padecen; del pecado, para que podamos sin mancha al alguna
entrar en la patria celestial. (Siete aves Marías)
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Octavo Día oración.
Quinto día de oración.
Señor mío Jesucristo, que puesto en el lugar público del Pretorio de Pilatos, estabas computado entre los malhechores y reputado como uno de
ellos, en donde oíais las blasfemias e injurias que aquellos malvados decían contra Vos. Os suplicamos, Señor, libertéis a las pobres almas de los
justos de la penosa cárcel del Purgatorio, en donde desde allí oye las maldiciones e injurias con que los réprobos blasfeman vuestro Santísimo
Nombre, que es una de las mayores penas que allí padecen estas pobres
almas; y a nosotros que saliendo de la cárcel de este corruptible cuerpo,
vayamos a alabaros por toda la eternidad. Amén.
Sexto día oración.
Pacientísimo Jesús, que después de varios oprobios fuiste atado una columna, para ser cruelmente atormentado con más de cinco mil azotes que
descargaron sobre vuestro delicado cuerpo. Por estas crueldades que padecisteis, os suplicamos déis a las necesitadas almas del Purgatorio, en
donde padecen tan indecibles tormentos que ejecutan los ministros de
vuestra divina Justicia que nuestra baja comprensión no los puede conocer. Basten ya Señor estas penas, acábese tan angustia y llegue ya el día
del consuelo para estas pobres almas; y a nosotros dadnos gracia, para
que no cayendo en el precipicio de la culpa, nos libremos de semejantes
tormentos. Amén.
Séptimo día oración.
Benignísimo Jesús que caminando al monte Calvario con el duro leño de la cruz, cayó
por tres veces y dio en tierra vuestra humanidad santísima manifestando que sin la ayuda de ajenas fuerzas no se podía levantar. Os suplicamos, Señor, que a las pobres almas que oprimidas con el peso de sus culpas, caen fácilmente en el horrendo ceno del
purgatorio, sin poder por sus propias fuerzas levantarse, las ayudes a salir de él con
vuestros infinitos méritos; y a vosotros comunicadnos vuestra gracia para no caer en el
precipicio de la culpa. Amen. ( Siete Ave Marías)
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Dulcísimo Jesús, amorosísimo Padre Nuestro que por el infinito fuego del amor que en el horno de vuestro pecho ardía, os determinásteis a padecer por nosotros tantos y tales tormentos, injurias y baldones por librarnos de la esclavitud del pecado. Extiende Señor ese encendido amor a las pobres almas del Purgatorio, que detenidas en
aquel horno de fuego se abrasan sin consumirse con indecible tormento, y libertadlas de tanta angustia como allí padecen; y a nosotros
concedednos la participación de ese divino ardor, para que como
abrasados Serafines, os amemos. Amén. (Siete Ave Marías)
Noveno días oración.
Señor mío Jesucristo crucificado, que después de entregado vuestro espíritu en
manos del Eterno Padre, un cruel e inhumano soldado levantó la lanza y con ella
os abrió vuestro costado, en donde salieron arroyos de sangre y agua, hasta regar al
tierra. Os suplicamos, Señor, que con ella lavéis y purifiquéis a las pobres almas
del Purgatorio, para que puedan ya limpias de toda mancha de culpa ser introducidas en los palacios de vuestra Eterna Gloria, y allí habitar en compañía de los Ángeles y santos; y a nosotros, que hermoseados y limpios con las aguas de la penitencia os alabemos en la patria celestial, por los siglos de los siglos. Amén. (Siete
Ave Marías)
Oración al santo sudario.
Señor Dios, que nos dejasteis las señales de vuestra Pasión en la Sábana Santa, en la cual fue envuelto vuestro Cuerpo Santísimo, cuando por José fue bajado de la Cruz. Concedednos piadosísimo Señor,
que por vuestra muerte y sepultura, seamos llevados a la gloria de la
resurrección que vivís y reináis con Dios Padre, en unión del Espíritu
Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén. (Padre nuestro, Ave
María y gloria ala Padre.)
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Novena a las benditas almas del Purgatorio
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Misa en sufragio por todas las Almas del Purgatorio en la
Capilla de la Comunidad San Gabriel de la Inmaculada a las
3 de la tarde, la dirección es la que aparece al inicio de esta
misma pagina, te esperamos para que juntos recemos por
todos los fieles difuntos que estén en el Purgatorio.
Si aun no has leído el libro “Léelo o te Arrepentirás”
en el cual se nos ilustra de una manera completa sobre las Benditas Almas del Purgatorio y los beneficios que tiene el sufragar por ellas, puedes solicitarlo personalmente en la dirección del Apostolado de
las Benditas Almas del Purgatorio
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