RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

Unidad de Promoción y Desarrollo “Salamanca 4”
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
La diferencia de opiniones, deseos, e intereses son inevitables entre las personas. Si
pensamos un poco, nos daremos cuenta que en algunos momentos en las relaciones
con los demás se producen líos, enfrentamientos, críticas, amenazas, desacuerdos,
malos entendidos, dificultades, etc. ¿Alguna vez has salido dando un portazo? ¿Te
has sentido ofendido por algo que dijo alguien? ¿Te has peleado alguna vez con un/a
amigo/a? ¿Has discutido con tu jefe/a por alguna cuestión laboral? ¿No entiendes el
comportamiento de tu compañero/a?. Si la respuesta a alguna de estas preguntas ha
sido sí, entonces has estado en conflicto. Si esto no se resuelve puede llegar a
convertirse en auténtica pesadilla. No obstante, esto no significa que siempre derive
en violencia, destrucción o empeoramiento de las relaciones, sino que también puede
convertirse en elemento positivo que permita a las partes un mayor acercamiento,
comprensión, respeto y colaboración.
Dependerá de cómo se aborden los conflictos el que éstos puedan resultar negativos,
destructivos o bien convertirse en un oportunidad para aprender más acerca de uno
mismo y de los demás.
¿Qué es un conflicto?
“Los conflictos son situaciones en las que dos o más personas entran en oposición o
desacuerdo, porque sus posiciones, intereses, deseos o valores son incompatibles, o
son percibidos como incompatibles, donde juegan un papel muy importante las
emociones y sentimientos y donde la relación entre las partes en conflicto puede salir
robustecida o deteriorada en función de cómo sea el proceso de resolución del
conflicto”.
Cuando surge un conflicto y se aborda mal o se ignora puede surgir:
Ansiedad, confusión, negación, separación, deterioro, soledad, enfado
reprimido, pérdida de producción, resentimiento, tensión arterial alta, estrés,
cansancio, etc.
Sin embargo cuando se encara un conflicto adecuadamente lo que ocurre es:
Comodidad, alegría, alivio, sensación de que todo funciona bien, cambio,
relajación, buena salud, sueño revitalizante, eficiencia, sensación de logro,
trabajo de equipo, etc.
Los indicios más evidentes de conflicto son: crisis, tensión, malentendidos, incidentes,
incomodad.
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Pautas para resolver conflictos
Resolverlos requiere practicar, pensar, estar tranquilos, actuar.
Enumeramos a continuación algunas recomendaciones útiles cuando se produce un
conflicto:
Debe hacerse:
Considerar los conflictos como algo natural.
Abordar los conflictos cuanto antes.
Centrarse en el problema, no en la persona.
Tratar de comprender el problema primero y segundo hacerse entender.
Escuchar atentamente para entender bien el problema.
Formular preguntas abiertas.
Determinar cuáles son los problemas, los intereses y las reacciones
personales.
Presentar los argumentos en primera persona.
Reconocer las reacciones emocionales.
Tener una actitud abierta para encontrar soluciones creativas.
Determinar los puntos de acuerdo.
Solicitar la asistencia de dependencias que puedan ayudarle.
No debe hacerse
Evitar los conflictos, ya que de ese modo se agudizarán.
Hacer suposiciones, emitir juicios o culpabilizar.
Ignorar los intereses de cada una de la partes.
Atacar a la persona que tiene la palabra.
Interrumpir a la persona que tiene la palabra.
Permitir que las emociones dominen el diálogo.
Centrarse en rasgos de la personalidad que no se pueden cambiar.
Imponer sobre los demás valores y convicciones personales.
Dar por supuesto que se ha entendido el mensaje que se quería transmitir.
Imponer un acuerdo.
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Normas o pasos para resolver un conflicto
1. ¿Cuál es el problema?
Definirlo claramente (con la razón y no con el corazón)
Clasificarlo (¿es un problema familiar, personal, social, familiar, laboral,...?)
1º ¿Quién está implicado en el problema?
2º ¿Quién es el responsable del problema?
3º ¿Qué sucedería si no se resolviese el problema?
4º ¿Cuándo lo solucionarás?
5º ¿Cuándo empezó el problema?
6º ¿Qué dificultades encuentras para solucionarlo?
2. Pensar en varias soluciones
Que sean muchas y muy variadas las posibles soluciones.
Si estás nervioso/a para buscar soluciones, aplazarlas hasta otro momento
más tranquilo.
3. Adivinar consecuencias
Intentar pensar en lo que puede ocurrir con cada posible solución.
Valorar lo positivo y lo negativo.
4. Tomar una decisión
Elegir la mejor solución después de haber valorado todas.
Comprometerse a llevarla a cabo.
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