Introducción al concepto de Campo M de Sheldrake.1 “La asociación de sistemas gravitacionales y campos materiales depende de su masa. La de los campos electromagnéticos depende de su carga. De la misma forma la asociación de sistemas con campo morfogenéticos depende de su forma” Biólogo de Cambridge, conocido por su hipótesis de la causación formativa, Rupert Sheldrake propone que los campos morfogenéticos juegan un rol causal en el desarrollo y mantenimiento de las formas y sistemas a todos los niveles de complejidad. En esta hipótesis las formas de sistemas químicos y biológicos complejos no son determinadas únicamente por las leyes conocidas de la física. La idea de a formación causativa se comprende mejor con una analogía arquitectural. El plano puede concebirse como causa de la forma específica de la casa. Así mismo, un campo morfogenético es causa de la forma adoptada por un sistema, aunque no puede actuar sin la presencia de los bloques básicos de construcción y sin la energía necesaria para colocarlos en su lugar. Así como el plano de la casa no es en sí un tipo de energía, los campos morfogenéticos no son en si mismos energéticos, a pesar de lo cual juegan un rol en la determinación de las formas de los sistemas a los cuales están asociados. Sistemas asociados a diferentes campos morfogenéticos se desarrollan diferentemente. Como cada sistema tiene características morfológicas que le son propias, cada uno debe tener un campo morfogenético específico; en este contexto los sistemas son unidades mórficas. Un concepto más amplio que el de unidad mórfica, ha sido propuesto por Arthur Koestler que ha sugerido el término de Holón para denominar sistemas abiertos autoregulados que despliegan tanto propiedades autónomas de conjuntos como propiedades de partes dependientes. En cierto sentido los campos morfogenéticos son no materiales, pero por otro lado son aspectos ligados a la materia pues son reconocidos por sus efectos sobre ella. El campo morfogenético corresponde al estado potencial de un sistema en desarrollo y está presente antes de que tome su forma final. La morfogénesis sólo puede empezar de un sistema ya organizado que hace las veces de germen morfogenético. Un germen morfogenético es rodeado por un campo particular debido a su forma característica Durante la morfogénesis una nueva unidad mórfica de más alto nivel se desarrolla alrededor de este germen bajo la influencia de un campo morfogenético específico. El campo morfogenético contiene la forma virtual del sistema final del que el germen es sólo una parte; el sistema final es actualizado sólo cuando todas sus partes materiales han ocupado sus lugares apropiados. En la ausencia de unidades mórficas que constituyen el sistema final este campo no es detectable; se revela únicamente a través de sus efectos ordenantes sobre las partes, cuando éstas caen en su campo de influencia. En bioenergética podemos concebir un filtro como una unidad mórfica que puede contribuir a la reestructuración del campo holográfico´ del sistema energético vital. La combinación de paquetes de filtros como se realiza en los programas terapéuticos tipo módulos de comando endocrino, provocan una interacción dinámica entre sus respectivos campos de resonancia mórfica, desencadenando la conformación de un campo de mayor complejidad. La distribución espacial adecuada de filtros de hormonas y glándulas endocrinas por ejemplo revela un efecto clínico que no puede ser explicado por una acción energética del filtro. Tenemos que acudir para comprender su efecto clínico selectivo e innegable a la acción ordenante de un campo no energético como el campo morfogenético de Sheldrake; tal acción sería desencadenada por los filtros que en este caso actuarían como gérmenes morfogenéticos o unidades de resonancia mórfica. Una analogía con la capacidad ordenante del campo morfogenético puede darse con el efecto de las líneas de campo magnético que rodean un imán, y que se ponen en evidencia material cuando partículas magnetizables se colocan en su vecindad. Para el campo morfogenético de los seres vivos las partículas como proteínas y tejidos que se utilizan en los filtros desencadenarían una acción organizadora del campo M . Hay muchos estados intermedios posibles entre el germen morfogenético y la forma final, que podría ser alcanzada por diferentes vías de morfogénesis. Cuando una vía particular de morfogénesis es seguida usualmente, Sheldrake nos habla 1 Ver libros de Rupert Sheldrake. Una nueva ciencia de la vida y la presencia del pasado. de una vía canalizada de cambio o CREODA. Esta representa en realidad una vía de menor resistencia, un camino de memoria que significa mantener la economía energética del sistema. Regulación . Propiedad del campo M que permite que un sistema en desarrollo pueda alcanzar su forma final cuando es dañado por la remoción de una parte. Regeneración Toda desviación del sistema fuera de su forma tiende a ser corregida cuando es atraído hacia su campo morfogenético. Sí una parte del sistema es removida, la forma final tiende a reactualizarse. Morfogénesis agregativa. Unidades mórficas previamente separadas se reunen en una unidad mórfica de más alto nivel. Morfogénesis transformativa. Otro tipo de morfogénesis es posible cuando la unidad mórfica que sirve como germen morfogenético ya es parte de una unidad mórfica de alto nivel; el influjo del nuevo campo morfogenético lleva a la transformación, en la cual la forma de la unidad mórfica original es reemplazada por la forma de una nueva. La mayoría de los tipos de morfogénesis química son agregativos, mientras la morfogénesis biológica involucra usualmente una combinación de procesos transformativos y agregativos. Para Shekldrake el rol de un campo morfogenético en los procesos químicos es energéticamente pasivo pero morfológicamente activo, lo cual es importante si tenemos en cuenta que por ejemplo que buena parte del efecto de catalizadores químicos, orgánicos e inorgánicos, dependen de su morfología - estereoespecificidad- Así, el efecto de las enzimas depende de que sostengan las moléculas activas en posiciones relativas apropiadas para que la reacción ocurra. Retroalimentación. Cuando la forma final es alcanzada, la asociación continua entre el campo morfogenético y el sistema a cuya forma corresponde, tiende a estabilizarlo. La segunda ley de la termodinámica se aplica sólo a los sistemas cerrados. Ni una región de una célula, ni un organismo vivo como tal puede considerarse un sistema cerrado. A cada nivel en los sistemas químicos y biológicos, las unidades mórficas separadas se vuelven más indeterminadas que cuando hacen parte de una unidad mórfica de mayor nivel. El campo morfogenético de mayor nivel restringe y organiza su indeterminismo intrínseco. Esta propiedad de los campos morfogenéticos supraordenados, es aprovechada en la propuesta de hologramas terapéuticos en Bioenergética, en los que se emplean filtros que corresponden a diversos sistemas para producir una unidad de regulación supraordenada que restringe el indeterminismo de cada filtro o unidad mórfica considerada aisladamente. Por ejemplo un filtro de calcio tiene una acción probabilísticamente enorme, pero si el mismo filtro se utiliza con calcitonina e hidroxiapatita simultáneamente, su acción se va a restringir y polarizar hacia el metabolismo óseo. Otros estímulos en los que el germen de resonancia más que una molécula es ya un campo de energía. Por ejemplo Se utiliza un color como germen de resonancia pero su significado totipotencial en el conjunto se verá restringido si colocamos otros colores en el campo energético. LA RESONANCIA MORFICA La resonancia energética ocurre cuando un sistema es accionado por una fuerza alternativa que coincide con su frecuencia natural de vibración. Tenemos eejmplos de esta resonancia energética en la resonancia nuclear magnética, en la resonancia entre dos pianos, o la simple sintonización de un radio receptor. El común denominador a todos estos tipos de resonancias es el principio de selectividad: Los sistemas responden sólo a aquellos de frecuencias particulares. Sheldrake denomina Resonancia mórfica, por analogía con la resonancia energética, al efecto resonante de la forma sobre la forma a través del espacio y el tiempo. La resonancia mórfica es análoga a la resonancia energética además, en el sentido de que ocurre entre sistemas vibratorios, pues las unidades mórficas son dinámicas, no estáticas. Pero mientras la resonancia energética depende sólo de la especificidad de respuesta a frecuencias particulares de un estímulo unidimensional, la resonancia mórfica depende de patrones tridimensionales de vibración. RESONADORES DE ARQUETIPOS MORFICOS: Las ideas son arquetipos. Las imágenes son arquetipos activados. Los patrones de organización de una sustancia son imágenes complejas que producen resonancias biológicas. La materia es un señalador del vacío. Polaridad de los campos morfogenéticos La mayoría de las unidades mórficas biológicas están polarizadas por lo menos en una dirección. Casi todos los organismos multicelulares están polarizados en el sentido cráneo-caudal; muchos también en una segunda dirección ventro-dorsal y algunos agregan una tercera, izquierda derecha. Los últimos son consecuentemente asimétricos y potencialmente capaces de existir en formas que son la imagen en espejo de otras. En los organismos vivos, moléculas que existen naturalmente en forma tanto dextro como levo, asumen polaridades preferenciales. Todos los aminoácidos en las proteínas son levógiros, mientras la mayoría de los azúcares en los organismos son dextrógiros. La perpetuación de estas asimetrías químicas se hace posible por la estructura asimétrica de las enzimas que catalizan la síntesis de las moléculas. Pero cuando son sintetizadas artificialmente son obtenidas formas dextro y levo en iguales proporciones, indicando que los campos morfogenéticos no tienen polaridad intrínseca. Ninguna unidad mórfica puede tener energía sin forma y ninguna forma material puede existir sin energía. La dualidad física de forma y energía tiene mucho en común con aquella de onda- partícula. TIEMPO: Influencia acumulativa de sistemas del pasado sobre sistemas similares subsecuentes por Resonancia Mórfica, Campo M y Campo R: Los organismos vivos son sistemas abiertos: Intercambio de Materia – Energía – Información con el medio ambiente. Mórficamente son sistemas cerrados que se retroalimentan de sus propias imágenes. El cuerpo Físico es una estructura disipativa al borde del caos.