La Iglesia Ortodoxa Oriental (HA)

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La Iglesia Ortodoxa Oriental (HA)
Para los bizantinos, el cristianismo era más que una religión. Era la verdadera base de su
imperio.
Al construir la nueva capital, la intención de Constantino era que la ciudad fuera tanto la sede de
gobierno como el centro religioso del imperio. El propio Constantino intentó resolver disputas
religiosas formando un concilio de obispos.
Con el paso del tiempo, la Iglesia Bizantina se separó de la Iglesia de Roma y pasó a ser
conocida como la Iglesia Ortodoxa Oriental [Iglesia Ortodoxa Oriental: religión cristiana que
se desarrolló en el Imperio Bizantino a partir de los inicios del cristianismo] . La palabra
ortodoxa significa “de acuerdo con la creencia correcta”. Las autoridades de la Iglesia Ortodoxa
Oriental medieval creían que su iglesia se basaba en un conjunto de creencias que tenían su origen
en Jesucristo y en el trabajo de los obispos de los primeros concilios cristianos.
El Papel de la Iglesia Ortodoxa Oriental en el ImperioLa religión y el gobierno estaban vinculados
más fuertemente en el Imperio Bizantino que en el Oeste. Los bizantinos veían en el emperador
no sólo al jefe del gobierno, sino también al representante de Dios y de Jesucristo en la Tierra.
Esto significaba que la iglesia y el estado se combinaban para formar un único organismo
todopoderoso.
La religión del estado también unía a las personas en una creencia común. La Iglesia Ortodoxa
Oriental desempeñaba un papel central en la vida cotidiana. La mayoría de las personas asistía
regularmente a la iglesia. Los sacramentos religiosos dejaban su impronta en cada etapa de la vida,
desde el nacimiento hasta la muerte. Los monasterios y los conventos se ocupaban de los pobres y
de los enfermos. La gente adinerada colaboraba con estas instituciones, que llegaron a ser bastante
poderosas. Veamos algunas de las prácticas de la Iglesia Oriental Ortodoxa.
La Jerarquía de la Iglesia Al igual que el clero de la Iglesia romana, el clero ortodoxo estaba
escalonado de acuerdo con un orden de importancia. En la época bizantina, el emperador era la
autoridad máxima de la Iglesia. Escogía al patriarca [patriarca: en la Iglesia Ortodoxa Oriental, el
obispo de una ciudad importante] de Constantinopla, que se ubicaba apenas un escalón por
debajo de él en cuanto a los asuntos religiosos.
A diferencia del papa en occidente, el patriarca no se atribuía una gran autoridad sobre el resto de
los patriarcas y obispos. En lugar de ello, el patriarca era “el primero entre iguales”. El patriarca de
Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía) aún conserva este honor.
Los sacerdotes ortodoxos servían bajo el mando de los patriarcas y otros obispos. A diferencia de los
sacerdotes católicos romanos, que no podían casarse, muchos de los sacerdotes ortodoxos estaban
casados. Sin embargo, los obispos sólo podían surgir de entre las filas de los clérigos no casados.
La Liturgia y la OraciónLa Divina Liturgia era la ceremonia religiosa de la Iglesia Ortodoxa que
correspondía a la misa católica romana. Tanto el clero como los feligreses cantaban o
salmodiaban la liturgia, es decir, la ceremonia de adoración. La liturgia se realizaba en griego o
en una lengua local.
Los cristianos ortodoxos también oraban a los santos. Dos santos eran particularmente importantes.
San Basilio promovió la caridad y reformó la liturgia. San Cirilo contribuyó a crear el alfabeto cirílico,
que permitió a los eruditos traducir la Biblia para los pueblos de Europa oriental.
La Arquitectura y el Arte La fe cristiana inspiró magníficos trabajos de arquitectura y de arte
en el Imperio Bizantino. Con su base cuadrada y su elevada cúpula, la catedral Hagia Sofía sirvió
de modelo para muchas iglesias ortodoxas. La arquitectura de la iglesia también refleja el credo
ortodoxo. La sencilla base representa el mundo terrenal. Sobre ella descansa la “cúpula del cielo”. El
propósito de la opulenta decoración de su interior era recordar a los feligreses cómo sería entrar al
reino de Dios.
Fundamentándose en el amor griego por las artes, la Iglesia Ortodoxa empleó numerosas imágenes
en sus ceremonias y oraciones. Los artistas bizantinos crearon hermosos íconos, que generalmente
se pintaban en pequeños paneles de madera. Los artistas también confeccionaban imágenes
sagradas en forma de mosaicos y las pintaban en murales.
Una imagen de Cristo como el pantocrátor (el Todopoderoso), dominaba la cúpula de todas las
iglesias ortodoxas. La mayoría de las iglesias también exhibía sobre el altar un ícono del niño Jesús
y otro de María, su madre (llamada Theotokos, madre de Dios).
Muchos bizantinos creían que las pinturas sagradas los acercaban más a Dios. Pero posteriormente
los íconos también dieron origen a violentas discrepancias.
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