La construcción de un discurso filosófico político en el desierto. La recepción del pensamiento político francés de la primera mitad del siglo XIX en el Dogma Socialista de Esteban Echeverría y sus implicancias en los debates de nuestro presente Predicar en desiertos. ¡Y qué pocas son las ocasiones que no se predica de este modo en estos tiempos! (…) Escribir en la Moda es predicar en desiertos porque nadie la lee (…). Escribir ideas filosóficas, generalidades de cualquier género, mirar de un punto de vista poco individual es predicar en desiertos. Aquí no se quiere saber nada con la filosofía, es decir con la razón. Que, ¿y nosotros somos racionales acaso los hijos de la península? Que se vaya la filosofía al otro lado de los Pirineos y del Rhin, que nosotros para ser felices y libres maldita la falta que nos hace el tal rerum cognoscere causas. Figarillo, ‘Boletín Cómico - Predicar en desiertos’, La Moda nro. 17, 10 de Marzo de 1838. I Exordio I. 1. A modo de captatio beneuolentia El objetivo central de este trabajo es analizar el empleo de las nociones de ‘nación’, ‘república’, ‘democracia’ y ‘ciudadanía’ en el Dogma Socialista de Esteban Echeverría. El punto de partida de este análisis es el relevamiento las referencias al pensamiento político, en especial las provenientes del campo intelectual francés contemporáneas al momento de producción del mencionado texto. Sin embargo, este motivo en principio tan modesto y acotado, se entronca con un interrogante mucho más ambicioso que atraviesa todas las afirmaciones de la presente lectura: ¿puede verse en la Generación del ’37, encarnada aquí por tres de sus figuras claves como Sarmiento, Alberdi, y el propio Echeverría1, y su forma de pensar lo político, un arquetipo del tipo de intervención que los intelectuales han tenido frente a los desafíos que ha presentado la construcción un orden político democrático y republicano en la Argentina? O, para usar otros términos: ¿hasta qué punto la teoría política argentina ha sido influenciada por esa configuración de sentido? Ahora bien, sin pretender dar una respuesta acabada, ¿cómo puede abordarse esta cuestión en un análisis que tiene como referente textual un producto simbólico 1 Respecto de la dudosa calidad literaria de los poemas de Echeverría y la menor envergadura del “Dogma” dentro de la producción simbólica de la generación (Altamirano, Sarlo, 1991: XVI). 1 específico que no es ni siquiera ni el más original ni el más conspicuo de un autor2, quien dista mucho de ser un pensador político de envergadura?3 ¿Por qué elegir como mirador del campo intelectual4 de la Generación del ’37 un texto menos épicamente poderoso que “Facundo” y menos erudito que el “Fragmento preliminar al estudio del derecho”?5 ¿Por qué detenerse en una posición tan periférica y coyuntural y ubicar en ella un punto de partida de tan complejas y diversas trayectorias? Tres tipos de razones pueden explicar el por qué de esta elección. Dentro de la primera clase puede señalarse las razones de índole metodológica. El Dogma socialista pertenece a una categoría de textos que han sido priorizados como objeto de estudio por las teorías del análisis del discurso político6: los textos programáticos. Este tipo de materiales carece del grado de elaboración formal que tienen otros productos literarios, sean estos narrativa de ficción (en este caso, un buen ejemplo sería la obra más célebre de Echeverría, El matadero, que es a su vez el primer cuento argentino7) tratados filosóficos o ensayos o ese tipo de producciones transgenéricas que los románticos alemanes, tan caros a los miembros de la Generación del ’37, dieron en llamar ‘obras de arte totales’8.Sin embargo, es precisamente esa simpleza estructural y estilística, sumada a una muy escasa problematización de los conceptos que se utilizan, lo que hace del “Dogma” un material interesante para el tipo de abordaje que aquí se pretende, porque permite observar con escasas mediaciones cómo se produce una apropiación selectiva de los tópicos abordados por los pensadores franceses contemporáneos con la pretensión ostensible de resignificar la tradición 2 Quizás emplear el término ‘autor’ luego de la crítica literaria estructuralista, es un resabio decimonónico. De todas maneras, todavía la noción de autor al menos como función del texto es una cuestión compleja para el análisis de textos (Foucault, 1969). 3 (Altamirano, Sarlo, 1991: XXX). 4 Definimos aquí la noción de ‘campo intelectual’ a partir de la sociología de la cultura de Pierre Bourdieu. Apelando a la analogía del ‘campo magnético’, Bourdieu establece que cada campo, sin ser sinónimo de ‘ámbito’ o ‘esfera de actividad social’, define una serie de posiciones las cuales sólo son comprensibles a partir de su interacción con las demás. Bourdieu identifica diversos campos como el literario, el religioso, el científico e inclusive el campo editorial además del omnipresente campo de poder. Si bien nunca queda establecido con claridad, es factible sostener que estos campos son subconjuntos del más amplio ‘campo intelectual’. Es notable que muchas veces, a la hora de definir el alcance particular de estos campos, se apele al recurso metonímico de tomar a uno de ellos como el campo intelectual en su conjunto. (Bourdieu, 1983: 20. Bourdieu, 1998:113). 5 (Botana, 1997: 334). 6 Dentro de la amplia bibliografía relacionada con el análisis del discurso político se pueden destacar los siguientes trabajos de Eliseo Verón de los cuales se han tomado algunos conceptos como “colectivo de identificación”: (Verón, Sigal, 1984), (Verón, 1984) 7 (Altamirano, Sarlo, 1991:. XXV). 8 La noción de ‘obra de arte total’ fue desarrollada por los románticos alemanes e implicaba un tipo de textos que trascendía los límites genéricos y era a la vez una novela, una obra filosófica y un ensayo crítico. Algunos autores consideran que “Facundo, civilización o barbarie”, de Domingo F. Sarmiento entraría dentro de esa categoría de textos. (Benjamin, 1995). (Bürger, 1997). 2 política inaugurada por la Revolución de Mayo, ella también nutrida por la Ilustración9 y sus lecturas del pasado, el presente y el futuro. Aun el ataque a la puerilidad de los rivadavianos y su afán de transplantar teorías foráneas a un contexto inadecuado10 se hace con palabras pertenecientes a otros, cuya autoría rara vez se menciona. Este texto es, entonces, un breve compendio de un pensamiento político que había eclosionado tras la Revolución de Julio y que tanta influencia tuvo en aquella juvenilia11 que se nucleó en torno del “Salón Literario” y, posteriormente, fundó la “Asociación de Mayo”12. Si por su entramado textual el Dogma Socialista revela con claridad un dispositivo de enunciación caracterizado por una reapropiación muy directa de otras textualidades, su trascendencia en este punto no radica exclusivamente en las facilidades que ofrece a quien pretende rastrear las fuentes filosófico-políticas de las que se nutre. El segundo motivo que justifica la elección de este texto como objeto de análisis es que El Dogma Socialista fue el manifiesto de una generación no solo porque fijó las bases de un programa político, por más rudimentario y contradictorio que este fuera, sino porque sintetizó un clima de época, el cual fue precisamente caracterizado por Vicente Fidel López (López, 1896: 331) “A los influjos de mis cursos con Alcorta se agregan los de un gran acontecimiento que trastornó las bases sociales del mundo europeo (…). Las obras de Cousin, de Villemain, de Quinet, de Michelet, de Jules Janin, de Nisard, etc. andaban en nuestras manos produciendo una novelería fantástica de ideas y prédicas sobre escuela y autores románticos, eclécticos, Saint-Simonianos. (...). Fue entonces que pudimos estudiar a Niebuhr y nuestro espíritu tomó alas hacia lo que creímos las alturas. La Revue de Paris, donde todo la nuevo y trascendental de la literatura francesa de 1830 ensayó sus fuerzas, era buscada como lo más palpitante de nuestros deseos13”. El “Dogma”, producto de la pluma del poeta de la joven argentina, ayudado, por cierto, por la mano laboriosa de un jurista tucumano con pretensiones de ser el epígono 9 Para una excelente descripción del imaginario iluminista de la polis griega (Vidal, Nacquet, 1996: 162235). 10 (Echeverría, 1944: 8), (Botana, 1997:275). 11 El término juvenilia remite necesariamente a la obra de Miguel Cané (h), hijo de uno de los más conspicuos miembros de la generación. En el cap. 7 hay una caracterización de Amadeo Jacques, docente y pensador francés radicado en el Plata luego de del golpe de Estado de Napoleón III. Esta referencia se debe a que Paul Janet, en su biografía de Victor Cousin indica a Jacques como un hombre formado epistemológicamente en el eclecticismo, pero que se distancia de Cousin por ser un republicano acérrimo. (Janet, 1885: 346) 12 Para una reconstrucción minuciosa de la formación y disolución de tanto del Salón Literario como de la Asociación de Mayo: (Weinberg, 1977). 3 local de Monstesquieu14, significó para los “hommes de lettres” nacidos en los albores del siglo XIX una apertura al mundo. En él, el poeta de la generación15, ese Lamartin vernáculo, con menos talento que empeño, condensó, tal vez inconscientemente, muchas de las propiedades que se adjudicaban a su propia figura: ser el difusor de las modas intelectuales16 que se generaban en la Francia de la Monarquía de Julio. Echeverría, entonces, no solamente fue el fundador de la narrativa ficcional argentina, sino que fue para sus contemporáneos, un sileno17 que vino con sus ánforas cargadas de libros que daban cuenta de las ideas nuevas que circulaban en el viejo mundo18. El tercer motivo remite más a un interés personal y específico que a motivaciones teóricas o metodológicas. La indagación en torno de la reinterpretación de una serie de tópicos centrales del pensamiento político como son las nociones de ‘nación’, ‘república’, ‘democracia’ y ‘ciudadanía’ en un momento crucial de la historia argentina pone en evidencia una forma específica de relación de los intelectuales con el poder político que se revela como sintomática. Así pues, este tipo de trabajo se entronca con la intención de explorar las modalidades de interacción entre un sector del grupo de detentores del poder simbólico con la política19 y, sobre todo, con la política democrática en un contexto de déficit de ciudadanía. Aún a riesgo de caer en el anacronismo, puede decirse que muchos de los dilemas de los hombres del ’37 frente a las formas políticas predominantes en su época, se han reiterado en otros períodos de la historia argentina, con igual o inclusive mayor intensidad. Es así pues que lo que aquí se 13 Cabe aclarar que Echeverría era bastante crítico de la labor docente de Alcorta, a quien acusaba de haber difundido entre los jóvenes las doctrinas de los ideólogos, en especial Destutt de Tracy. (Gutiérrez, 1941: 5-6, nota .2) 14 Botana (Botana, 1997: 300, 356, y 411) señala un error del autor de las bases al confundir al autor de L’Esprit des Lois con François Xavier duc du Montesquieu (Abbé de Beaulieu). 15 Esta imagen de héroe romántico era una construcción muy cuidada del propio Echeverría. (Altamirano, Sarlo, 1991: XVI, XIX). (Gutierrez, , 1941, todo el texto: 3, 32 y 17).( Weinberg, 1977: 89). 16 Gutiérrez, , 1941:14. 17 Se adopta aquí el término “sileno” con el sentido de mediador cultural, es decir aquel que opera como vínculo entre dos culturas. Si bien este vocablo de origen platónico-erasmiana (aparece en Banquete y en los “Adagia”) se suele aplicar a aquellos que median entre la cultura de elite y la cultura popular, se aplica aquí para remarcar el papel de Echeverría como difusor de la literatura y el pensamiento francés en el Plata pero, a su vez, con una clara intención de llevar lo que el consideraba los tesoros del Plata al viejo continente. (Burucúa, 2001:37). (Altamirano, Sarlo, 1991: XLVIII nota 10). (Gutiérrez, 1941:.11). La relación de Echeverría con la cultura popular de la época es bastante interesante ya que, a pesar de ser un miembro muy orgulloso de la elite letrada, escribió un cancionero que tuvo mucho éxito. (Weinberg, 1977: 25). 18 Domingo Sarmiento, quien tenía una relación cercana, pero a la vez crítica con los jóvenes porteños que fundaron la Asociación de Mayo, siempre reconoció la labor de Echeverría en este punto, con el cual se entrevista al pasar por Montevideo en su viaje a Europa en 1845. (Pérez Gilhou, 1993:. 1035). 19 El título mi proyecto de tesis de doctorado es “Intelectuales, poder y política democrática. Análisis de la posición social e intervenciones políticas de los miembros de la Facultad de Ciencias Sociales de la 4 reivindica es un enfoque donde el análisis de las ideas políticas no se limite a la recolección de citas20, sino que, nutriéndose de conceptos políticos centrales, trate de establecer de qué modo las distintos pensadores se reapropiaron de las tradiciones que los precedieron y sus lecturas abrieron un horizonte nuevo no sólo para sus contemporáneos sino para quienes los sucedieron. Sólo así, comprendiendo el legado del pasado, se puede entender el presente y proyectar el futuro. Y es en ese marco de conjunción de la filosofía, la historia y la hermenéutica textual, que creemos que puede realizarse un aporte a la teoría política de nuestro tiempo. Volver a los clásicos, y por qué no incluir entre ellos a nuestros pensadores nacionales, no debe ser solo un ejercicio de placer personal sino una forma de comprender la génesis y desarrollo de categorías centrales para analizar lo político que aún hoy usamos al momento de abordar los dilemas de nuestro tiempo. I.2. Partitio En esta sección, de acuerdo con las funciones establecidas para cada parte del discurso en la Retórica de Aristóteles21, corresponde enunciar la estructura argumental del trabajo, compuesto por tres partes. La primera es la que se aboca al análisis de las nociones de ‘nación’, ‘república’, ‘democracia’ y ‘ciudadanía’ tal y como fueron empleadas en el Dogma Socialista. El énfasis se coloca, particularmente, en relaciones que se establecen con el pensamiento francés contemporáneo al contexto de producción del texto y que Echeverría (o el enunciador colectivo compuesto por el poeta y otros miembros de su círculo íntimo) tomó como fuente. En cuanto al método de trabajo (ver infra) el mismo se inspira en el enfoque adoptado por Pierre Vidal Nacquet en sus textos compilados en La démocratie Grecque vue d’ailleurs 22 dado que el acento está puesto en el modo en que el autor del “Dogma” se apropia de las distintas tradiciones del pensamiento político que se han ocupado de algunos de los mencionados y que es análoga a la forma en que los ilustrados, los revolucionarios de 1789, los ideólogos, los propios doctrinarios, y aún los pensadores franceses más tardíos del siglo XIX se adueñaron del mundo clásico para intervenir en los debates públicos de su propio tiempo. No importará tanto aquí, como Universidad de Buenos Aires en el campo del poder durante los últimos diez años de democracia argentina (1990-2000)”. 20 Este es el tipo de trabajo que realiza Raúl Orgaz. Si bien su enfoque es bastante limitado (además de que solo releva las referencias provenientes del saint-simonismo) es una herramienta útil para rastrear algunas fuentes. (Orgaz, 1945). 21 (Marafiotti, 1991: 21-39). 5 bien apunta el filólogo e historiador francés cuando se ocupa de la imagen de la ciudad antigua que predominaba entre la intelectualidad francesa del siglo XIX, de la exactitud con que se reproduzca el referente que se pretende reflejar, sino más bien las motivaciones de las “supuestas” distorsiones23. Esta visión se complementará con un tipo de análisis de la matriz textual específica del Dogma Socialista, que, si bien se focalizará en un conjunto específico de núcleos temáticos ya mencionados, también tomará en cuenta los elementos de tipo retórico y enunciativo24. La segunda parte tendrá por objeto contextualizar el análisis de una texto específico dentro de los debates en los cuáles se enmarca. Es por ello que en este breve excursus, se comentará en forma sintética las posiciones de otros miembros de la Generación del ’37 respecto de los tópicos abordados, poniéndose el énfasis en las figuras de Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento. Finalmente, en el epílogo se esbozarán algunas reflexiones respecto de la relación entre los intelectuales argentinos y la política, tomando como punto de partida algunas de las trayectorias de los miembros de esta generación emblemática. II. Dispositio II.1. Análisis de los recursos temáticos, retóricos y enunciativos del Dogma Socialista. Un debate sobre las fuentes del pensamiento político de Echeverría El saber e ilustración que poseemos no nos pertenece; es un fondo, si se quiere, pero no constituye una riqueza real, adquirida por nuestro rostro sino debido a la generosidad extranjera”. Esteban Echeverría, “Discurso de introducción a una serie de lecturas en el Salón Literario”, septiembre 183725. ¿Dónde, en qué página de mi libro ha podido hallar usted rastro de las doctrinas de Fourrier, Saint- Simon, Consirant y Enfantin? ¿por qué no me cita? Esteban Echeverría, “Primera Carta a Don Pedro de Angelis, editor del archivo Americano”26. Tal y como se señaló en el apartado precedente, se procederá a realizar un análisis textual del Dogma socialista a partir de sus recursos temáticos, retóricos y 22 Vidal-Nacquet, (Vidal- Nacquet, 1996:162 a 262) analiza la recepción francesa de la antigüedad clásica desde el siglo de las luces hasta Ernest Renan. 23 En el prólogo del libro mencionado Vidal-Nacquet señala que la crítica a la falta de rigurosidad de las lecturas del mundo antiguo producidas durante el siglo XIX que realiza Fustel de Coulanges es correcta, pero que más allá del rigor historiográfico, esas visiones por más imprecisas que fueran, nos permiten saber mucho acerca de quiénes las realizaron. (Vidal-Nacquet, 1996:.11).(De Coulanges, Fustel, , 1984). 24 (Steimberg, 1998). 25 (Echeverría, 1964:20). 6 enunciativos, para determinar qué tipo de relaciones establece con los distintos textos27 que toma como fuente y, complementariamente, de qué modo el propio “Dogma” se transforma en un texto de referencia en los debates intelectuales contemporáneos. En primer lugar, es necesario aclarar el sentido de los conceptos analíticos previamente mencionados. De acuerdo con la tipología enunciada por Serge y desarrollada por Oscar Steimberg, se entiende como ‘recursos temáticos’ aquellos que refieren a un conjunto de motivos centrales de cuya articulación se deriva el tema general del discurso28, mientras que los ‘recursos retóricos’ son de índole específicamente estilística y los enunciativos se asocian con las marcas del sujeto de la enunciación en el enunciado. Aunque cuando se analicen los “topoi” se hará referencia al tipo de apropiación que se realiza con los textos que se toma como fuentes (una huella evidente del enunciador en el enunciado), el análisis de los recursos enunciativos estará focalizado en este caso a reconstruir el momento de producción del texto. Si bien este enfoque implica incluir cuestiones que exceden el análisis específico de una matriz textual, solo a partir del mismo se puede intentar reconstruir, al menos en forma parcial, el proceso de producción y circulación del texto en cuestión, y de ese modo acercarse a una respuesta plausible a uno de los interrogantes planteados en la introducción: ¿por qué el Dogma socialista es un texto emblemático en la historia del pensamiento político argentino? El análisis textual comenzará, entonces, por el relevamiento de los motivos vinculados con los cuatro grandes temas señalados en el exordio: las nociones de ‘república’, ‘nación’, ‘democracia’ y ‘ciudadanía’. Además, se incluyó también un conjunto de “topoi” que se han dado en llamar epistemológicos porque constituyen los supuestos conceptuales asociados con las formas de abordar lo político y una serie de motivos complementarios como ser la concepción de la sociedad, la idea de progreso y la noción de revolución. Para cada tipo temático, se señalaran una serie de ejemplos 26 (Echeverría, 1941:388). Genette establece cinco tipos de relaciones transtextuales: intertextualidad, paratextualidad, metatextualidad, architextualidad e hipertextualidad. En el análisis de la dimensión temática destacaremos las relaciones de tipo intertextual (por ejemplo, alusión, cita, plagio) y las de metatextualidad (comentario). Cuando abordemos la dimensión enunciativa prestaremos más atención a las relaciones paratextuales, ya estas constituyen según la definición del mismo autor, el aparato montado en torno de la recepción. (Genette, 1989:10- 17). 28 La dimensión temática de un discurso, tal como puntualiza Cesare Serge, no puede reducirse solamente al contenido específico y puntual de un texto, ya que remite a un exterior circunscripto previamente por la cultura. Por ello, a diferencia de los motivos, que aunque también se refieren a una exterioridad, pueden ser reconocidos en un pasaje o sección del discurso, el tema sólo puede definirse en función de los sentidos del texto en su conjunto. (Serge, , 1985) 27 7 textuales, los cuales, a su vez, serán remitidos a las fuentes en las que se inspiran, para finalmente indicar qué tipo de relaciones establece el Dogma Socialista con las referencias de las que se nutre. Cabe aclarar que, como puede observarse en el cuadro anexo, no todas las citas relevadas remiten a una fuente. El hecho de incluirlas se debe a que, aunque no tengan un texto de referencia ostensible, responden claramente a un ideario que expresa la imagen que tenía la Generación del ’37 de los autores en los que buscaba inspiración y porque, a su vez, muchas de ellas se transformarán en puntos de partida para las líneas de búsqueda en torno de las cuales se estructurarán futuros debates29. A partir del relevamiento efectuado se pueden señalar dos caminos en la indagación respecto del aspecto temático del Dogma Socialista. En primer lugar, y tomando como eje las fuentes o textos que se toman como referencia, es indudable el carácter ecléctico del texto. A pesar de que Echeverría mismo niega no solo ser un admirador de SaintSimon y de Enfantin sino también de Cousin30, poniendo inclusive en duda alguna máximas de su doctrina, la retórica del texto está inspirada en las visiones del filósofo francés. Montesquieu, Rousseau, Guizot, Constant y Mazzini, entre otros, ensayos filosóficos, manifiestos, epístolas, autores y materiales textuales diversos, se mezclan en una amalgama donde lo principal es qué principios pueden emplearse como máximas de la nueva generación. Sin embargo, aquí también la operación de construcción de una imagen determinada a partir de lo que se lee es tan poco ingenua e inintencionada como lo eran las apropiaciones de los ilustrados franceses del mundo clásico. Lo que aquí se busca es remontarse a las tradiciones que inspiraron a los revolucionarios de mayo para tamizarlas con las concepciones propias de la historiografía romántica que impregnaban el espíritu de época. Remitir a Rousseau para luego apaciguarlo con el pensamiento de los doctrinarios era una manera de decir que se podía ser fiel al ideario de Mayo, eludiendo las trampas teóricas y prácticas en las que habían caído los héroes de la independencia. Aquellos hombres al pretender revivir el espíritu de 1789, habían resucitado fantasmas a la ciudad antigua y sus soldados-ciudadanos. Era hora de comprender que el nuevo desafío era construir un orden político nacional donde la república y su virtud, estuvieran más cerca de la moderación de un Guizot y los placeres mundanos de la sociedad civil decimonónica que de los sueños engendradores de monstruos de la diosa razón. 29 30 8 (Altamirano, Sarlo, 1991: XXXI). (Echeverría, 1941: 388). En síntesis, para la Generación del ’37, el romanticismo con su enfoque historicista de los procesos sociales, la moderación política del liberalismo doctrinario y la espistemología ecléctica, se transformaron en un constructo ideológico-teórico que les permite distanciarse sin romper del todo las amarras con el ideario de Mayo. De hecho, la remisión al pensamiento francés que les era contemporáneo y el oficio de traductores y difusores del mismo no era muy distinto del asumido por Mariano Moreno al editar “El contrato Social”. En palabras de Silvana Carozzi: “Cuando los jóvenes del treintaisiete argentino sueñan con construir una nación sobre lo que visualizan como un ‘desierto’, cuando aspiran a una realidad aparentemente indomable pueda tornarse obediente a los saberes políticos de la formidable cabeza legislativa del intelectual que espera conquistar una filosofía para llegar a la nacionalidad, tienen la certeza de que será imposible retornar. Así el treintaisiete se coloca frente a la Revolución que protagonizaron sus padres en el resguardo de la crítica pero a la vez en su estela; pretenden ser sus herederos dilectos” (Carozzi, 1999: 125) El segundo sendero que se puede seguir es, tomando los núcleos temáticos relevados, determinar de qué manera se conceptualizan en el Dogma Socialista la república, la nación, la democracia y la ciudadanía así como cuál es la visión que trasmite el texto acerca de la función de la filosofía política en el proceso de construcción de un orden político republicano y democrático en el terreno a la vez, fértil y desértico, de la entonces inexistente nación argentina. Como primer punto puede señalarse que en las afirmaciones del Dogma Socialista se trasluce una definición del intelectual como alguien comprometido con los avatares de su presente. Sin embargo, a pesar de que no se refuta la idea del poetasoldado, tan cercana al ideario romántico como al prototipo del héroe de la época de la Revolución de Mayo, la función que aquí se destaca es la de generadores de una revolución espiritual. Traducida a términos caros a la teoría política, se podría destacar, entonces, el papel tal vez más pretendido que real (especialmente en el momento en que se redactó el Dogma), de la Generación del ’37 como intelectual colectivo cuya función era la construcción de la legitimidad necesaria para fundamentar un orden político nacional. Ahora bien, ¿cuál era para los miembros de esta generación y, en particular, para el/los autores del Dogma, la entidad del discurso filosófico político31 para dar una respuesta a los problemas reales por los cuales atravesaba la Argentina en los tiempos de la Confederación? Así como Tocqueville hace explícito en su introducción al primer volumen de La democracia en América que “Es necesaria una ciencia política nueva a 31 9 Así denomina las reflexiones vertidas en el Dogma el propio Echeverría. (Echeverría, 1941: 423). un mundo enteramente nuevo”32, los hombres del ’37 querían construir una nueva forma de pensar lo político que combinara principios generales con una observación rigurosa de las características propias del contexto al cual iban a aplicarse. Con algo de Montesquieu y algo de proto-positivistas se podía aplicar a ellos la frase con la que Alejandro Korn describió al movimiento positivista en nuestras tierras33: “dicho movimiento, lejos de expresar una mera recepción pasiva, constituye una actitud espiritual común, nacida y difundida al imperio de la misma situación histórica”. El mismo autor, en sus “Estudios de Filosofía Contemporánea” sostiene dos tesis entrelazadas que son muy pertinentes para analizar los supuestos epistemológicos del Dogma Socialista. La primera apunta a que existe una unidad espiritual que vincula a los hombres de una misma época y de diferentes latitudes alrededor de determinadas cuestiones. La otra es su caracterización de las ideas políticas de la segunda mitad del siglo XIX donde se manifestaría un tedio por la metafísica y una concentración en los problemas prácticos. El Dogma, manifiesto de los hombres del ’37, se adelantaría así a su época expresando a la vez una correspondencia temática con el pensamiento europeo, en especial francés, que le era contemporáneo, sumado con una evidente preocupación por solucionar dilemas prácticos que se presentaban en el largo y complejo proceso de construir una nación argentina, republicana y democrática. Justamente, es ahora el momento de ocuparse de los tópicos sustantivos relacionados con los cuatro conceptos centrales de la reflexión filosófico político: las nociones de república, nación, democracia y ciudadanía. Tal y como se observa en el cuadro anexo, el término “república” es empleado en el texto del Dogma Socialista dentro de un campo semántico que lo asocia tanto con las caracterizaciones de otros tipos de forma de gobierno (por ej. ‘república’ como opuesto a las formas de gobierno tiránicas o despóticas) como con la idea de libertad, sea esta política como civil. Es precisamente por esto que el empleo del vocablo ‘república’ presenta una doble valencia que remite sin duda al carácter plural de las fuentes en que el texto se inspira. Para comprender esta cuestión vale la pensa remitirse a las cuatro definiciones de políticas acuñadas por la filosofía política más clásica. En primer lugar, puede 32 (Tocqueville,1996: 34). García Raggio retoma la periodización de Korn y señala tres etapas del positivismo en la Argentina: la de los emigrados, la generación del ’80 y el cientificismo de José Ingenieros. Sarmiento, Alberdi y el propio Echeverría son emigrados y, dado que el Dogma se redactó previamente a su exilio, podemos hablar de proto-positivismo. (García Raggio, 1999, p. 91) 33 10 entenderse a la ‘república’ o politeia a un régimen institucional que expresa el interés común y que asegura la mejor organización de la comunidad. Esta idea, desarrollada por Aristóteles en Política34, es retomada en la Modernidad por autores como Thomas Hobbes35 para quien cualquier Estado de derecho, es decir, basado en la institución del contrato, puede considerarse república o commonwealth, independientemente de la forma institucional que adopte (democracia, monarquía, república). Esta idea será ampliada posteriormente por la tradición liberal36 y recuperada en siglo XVIII por Rousseau y Kant37, para quienes la república es el gobierno de la ley emanada de la voluntad general. Sin embargo, Maquiavelo, quien toma como modelo la historiografía romana del siglo I d. C., define la república por oposición a la monarquía o cualquier forma de principado eclesiástico o civil. Así, la definición de república oscila entre las visiones que ponen el énfasis en la virtud del orden político y aquellas que lo hacen en la distribución del poder y el gobierno de la ley. El Dogma es en este punto fiel a lo que establece Monstesquieu en el libro II capítulo I de El espíritu de las leyes: “le gouvernement républicain est celui ou le peuple en corps, ou seulement une partie du peuple, a la souveraine puissance”. Pero esta definición, muy similar a aquella desarrollada por el autor de I Discorsi, se complementa más a delante con el principio que se deriva de la naturaleza del gobierno republicano en sus dos formas posibles (la democrática y la aristocrática): la virtud38. A pesar de lo anterior, otros fragmentos textuales del mismo Dogma… reemplazan el énfasis en la virtud por una tematización de la república como sinónimo del gobierno representativo. Esto desplaza el eje del concepto de la virtud cívica al tema de la libertad civil, definida esta en términos de libertad negativa o libertad de los modernos, cuestión muy cara al pensamiento de los doctrinarios franceses. Este carácter bivalente del empleo de la noción de ‘república’ es fundamental ya que la cuestión de si la república argentina debe ser una aristocracia de la virtud o si debe preferirse una forma de gobierno representativo, muchas veces reforzada con formas de sufragio censitario o calificado39 que limite la incidencia el pueblo raso en el proceso decisional, será un de 34 (Ar. Pol. 1266 y ss. y Ar. Pol. 1279 a, Se sigue la edición del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1997). 35 (Hobbes, 1997). 36 La relación con de Thomas Hobbes es bastante compleja y no hay una interpretación unánime al respecto. Una interesante lectura al respecto es la de Leo Strauss. 37 (Rousseau, 1964:184). 38 (Montesquieu, 1995: 116 y 120). 39 Natalio Botana resume bien las posiciones de Destutt de Tracy, Constant y Guizot ( Botana, , 1997: 125). 11 los ejes centrales del debate entre dos de los miembros dilectos de esta generación. Volviendo al imaginario que la revolución francesa construyó en torno del mundo clásico, pareciera ser que la dicotomía entre la virtud y ascetismo espartanos y el individualismo proto-liberal de la “Athènes Bourgeoise” resurge nuevamente, aunque con menos certezas que en los tiempos de Rousseau, Malby y Volney40. Y, como siempre, el Dogma elige una solución intermedia. Porque, aunque la pluma alberdiana ya se iba orientando hacia la construcción de una sociedad civil abierta y pujante donde la política tiene la función exclusiva de facilitar el contexto para su desarrollo, el espíritu de Echeverría siempre fue más afín con el deseo Sarmiento de hacer de la política un escenario donde, más allá de la lucha de pasiones, se yergan los estandartes de la virtud cívica y el patriotismo, que reemplazarán al faccionalismo cuando el populacho, activado políticamente por las guerras de independencia, se transforme en un pueblo soberano gracias a la instrucción pública. Al igual que el término ‘república’, el de ‘nación’ aparece siempre asociado con otros vocablos significativos como ‘patria’ e ‘independencia’ y, también, aunque no se lo haya destacado particularmente en el esquema gráfico, con el de ‘pueblo’. Ahora bien, ¿qué significa construir una nación en un desierto? Es decir, ¿cómo transformar la inmensidad, amada como paisaje y odiada por su relación con el despotismo41, en una unidad política sustentada en valores compartidos cuando la cultura colonial es menos una historia compartida que una rémora? Los hombres del ’37 se encontraban frente a la difícil tarea de construir una nación, luego de adquirir la clara conciencia de que el pueblo ideal profesado por las doctrinas de la voluntad popular distaba mucho de ser el pueblo real42, más afín a transformarse en clientela del caudillismo que en sujetos de derecho. Sin embargo, si bien eran conscientes de que frente al fracaso del idealismo de los hombres de Mayo era importante adoptar una perspectiva de claro cuño romántico e indagar con qué tipo de material contaban para realizar su obra de emancipación ideológico-social43, no podían darse el lujo de afirmar como Fichte que existía una 40 Una muy buena semblanza de los debates sobre las cualidades de las sociedades políticas del mundo clásico (en especial el griego) se pude encontrar en Hartog y Vidal-Nacquet Es interesante ver cómo en los distintos momentos de la Revolución Francesa la imagen de la ciudad antigua va cambiando según la orientación político-idelógica de quienes la postulan. Cabe señalar que aún en el siglo XX de la idea de la Atenas del siglo V como una sociedad proto-liberal y cuyo esquema de pensamiento es cuasi-iluminista (en particular, en el caso de los sofistas) se puede observar en la obra de uno de los más importantes historiadores de la filosofía antigua como lo es W. K. C. Guthrie. (Guthrie, 1971: 1-14?. 41 Altamirano, Sarlo, 1991: XXI- XXII). 42 Para las transformaciones en las visiones del pueblo predominantes entre ilustrados y románticos (.Barbero, :14- 56). 43 (Echeverría, 1944:.48). 12 nacionalidad pre-existente a la construcción del orden político. ¿Qué hacer cuando el fervor patriótico de las guerras de independencia se tornaba demasiado abstracto, porque no se dirigía a nadie44? Ni la lengua y ni la raza, dos de las formas que la historia ofrece para producir la etnicidad, es decir la comunidad ficticia formada por Estado Nacional45, parecían estar disponibles, ya que eran compartidas no solo con la antigua metrópolis sino también con otros pueblos vecinos otrora miembros del Imperio Español. Fue por ello que, para la Generación del ’37, la nación siempre fue más un proyecto que algo pre-existente que había que hacer renacer. No queda duda de que hubieran subscripto las palabreas que pronunció Renan en 188246: “Resumo mi idea señores. El hombre no es esclavo de su raza, ni de su lengua, ni de su religión, ni del curso de sus ríos o de la dirección de las cadenas de montañas. Una gran congregación de hombres, sana de espíritu y ardiente de corazón, crea una conciencia nacional que se llama nación” Más tarde, cuando enfrentados a los dilemas concretos de la construcción del Estado nacional argentino los jóvenes que pretendieron hacer del Dogma… su credo tuvieron que asumir que en la construcción de la nacionalidad también existe la violencia y la marginación. Y, al igual que los descendientes de los peregrinos del Mayflower, construyeron su ideología nacional representándose al pueblo argentino como un crisol de razas47, sustentada en el rechazo de la población autóctona y, en lo que respecta al pensamiento del autor de Las bases, la exclusión política de los recién llegados. Claro que Alberdi no pudo prever que no serían los industriosos anglosajones con su moral ascética y laboriosa los que desembarcarían a estas tierras. En su lugar, arribaron los campesinos desheredados de las zonas más perimidas de Europa. Y años después, un anciano Sarmiento, otrora enemigo acérrimo y brutal de la montonera, los acusaría de haber sembrado más tempestades que vientos48. Y es entonces cuando el maestro no puede evitar apelar su remedio de siempre, la educación. Así, abre un camino que conduce a dos tópicos fundamentales cuya íntima relación entre sí como con las nociones de ‘república’ y ‘nación’ es innegable: la democracia y la ciudadanía. La democracia es para la generación del ’37 un problema ineludible. ¿Cómo seguir postulando radicalmente la primacía del Estado popular cuando hasta uno de sus 44 (Balibar , Etienne, 1998:146). (Balibar, 1998:149). 46 (Renan, 1992: 42). 47 (Balibar, 1998: 162) 48 (García Raggio, 1999:.103 nota 22). 45 13 más fervientes defensores durante la gesta de Mayo como Bernardo Monteagudo llegó a afirmar: “Mis enormes padecimientos, por una parte y las ideas inexactas que tenía entonces de la naturaleza de los gobiernos, me hicieron abrazar con fanatismo el sistema democrático”49? Sin embargo, la revolución había significado una ruptura total y había dado lugar a una nueva puesta en forma de la sociedad y, por consiguiente, una nueva determinación de lugar del poder50. Frente a esto, no había vuelta atrás, la democracia como forma de vida era a la vez un punto de partida y un punto de llegada, la democracia era un destino51. Es por eso que una cuestión fundamental fue establecer de qué forma se pone en acto el poder soberano del pueblo. De allí que el grado de amplitud de la ciudadanía es una cuestión central a debatir. En este punto, si bien en el Dogma se valora al gobierno representativo como una forma política no solamente más plausible de ser aplicada sino ostensiblemente superior a la democracia directa, jamás objeta el carácter universal del sufragio como sí lo hicieron muchos de los pensadores políticos de la Monarquía de Julio. Si se sigue a Tocqueville en la idea de que la democracia es más un estado social basado52 en la igualdad que meramente una forma de gobierno, también se asume que es imposible ir contramano de esta revolución que arrasa con todo obstáculo que se le presente. Pretender que la restricción del ejercicio de la ciudadanía a unos pocos pueda mantenerse para siempre53 es una quimera, especialmente en un contexto donde los hombres se acostumbraron a determinar sus destinos. Lo que hay que hacer es evitar que el vulgo siga siendo seducido por los cantos de sirena del despotismo, para lo cual es necesario educarlo tanto mediante la instrucción pública como merced al ejercicio del derecho a voto en el ámbito municipal54. Ciudadanía restringida en lo nacional, sufragio universal en el nivel local, educación popular55, son los medios para llegar a una república democrática verdadera donde la virtud se encarne en la moderación y el conocimiento. En este punto, el Dogma expresa un ideario más afín al sueño sarmientino de una ciudadanía emancipada gracias a la acción civilizatoria del poder político56 que a la sociedad autorregulada, solo guiada 49 (Carozzi, , 1999: 129 nota 18). (Lefort:. 33). 51 (Echeverría, 1944:27). 52 (Aron, , 1967). 53 Halperín plantea una lectura complementara en este punto. (Halperin Donghi, 1995: 13). 54 (Tocqueville, 1996: 79-83). (Echeverría, 1944:12). (Echeverría, 1941: 420). 55 Cabe recordar que como señala en su nota biográfica Juan María Gutiérrez, Echeverría fue Consejero de una especie de Dirección general de Escuelas ideada por Lamas a fines de la década del 40. (Gutiérrez, 1941:. 60 –61). 56 Sobre las ideas de Sarmiento acerca del Estado en la educación (Botana, 1997:141-6, 453- 466). (García Raggio, 1999: 103 y 104). Botana desarrolla la contraposición entre el modelo educativo estado 50 14 por la pasión de interés individual y cuasi apática políticamente postulada por Juan Bautista Alberdi57. Este recorrido por los principales recursos temáticos del Dogma socialista ha permitido establecer de qué manera se configura el tema global del texto no es otro que la construcción de una república democrática en el territorio argentino. Para hacerlo, el Dogma se nutre de diversas tradiciones del pensamiento político, aunque el principal proveedor de influencias es el campo intelectual francés de las primeras tres décadas del siglo XIX. Sin embargo, esta afirmación no se aplica exclusivamente al plano temático sino también al retórico. Los recursos retóricos remiten a los tropos y figuras predominantes que se pueden destacar en la trama textual. En términos generales, el Dogma responde a la estructura de un manifiesto: expresiones ampulosas, preponderancia de hipérboles y no pocos casos de anáforas58. Sin embargo, como acertadamente mencionan Sarlo y Altamirano en su prólogo a las obras escogidas de Echeverría, lo más destacable del estilo del Dogma socialista es su carácter ecléctico. Este es un nuevo argumento que refuerza los enunciados cuando se analizaban los recursos temáticos, especialmente los epistemológicos, para afirmar que más allá de que con posterioridad el poeta rechazara la adscripción de este texto tanto en la tradición saint-simoniana como en la ecléctica, la forma de estructurar los argumentos amalgamando principios provenientes de diversas fuentes teóricas con el objeto de buscar una síntesis que exprese un principio de verdad, el énfasis colocado en la difusión de ideas que se consideran valiosas tratando de incorporarlas a la propia matriz de pensamiento y la intención pedagógica recuerdan a los escritos de Victor Cousin cuya solución ecléctica radicaba justamente en tomar lo positivo de todo59. Porque tanto para el filósofo e historiador de la filosofía francés como para el poeta del Río de la Plata, lo principal era la difusión de la ideas sea en la cátedra universitaria, sea en los salones literarios, sea en las piezas literarias de ficción, en los ensayos o en la prensa gráfica. Es precisamente la cuestión de la circulación de las ideas en sus variados soportes textuales lo que remite necesariamente a los recursos de tipo enunciativos. Así céntrico francés y el de tipo “pluralista” que predomina en EE.UU. en el siglo XIX. Esta comparación es interesante para analizar las posición de Sarmiento. 57 Para la diferente concepciones de Alberdi y Sarmiento en este punto: (Botana, 1997:443, 386, 318, 312). 58 Algunos ejemplos de hipérboles y anáforas pueden verse en las páginas siguiente. Cabe destacar el caso de la expresión “la única gloria” que encabeza todos los párrafos de la página 42 de la edición que manejamos de El Dogma. (Echeverría, 1944: 23, 27, 41,.42). 15 pues, en el análisis de los dispositivos de la enunciación en el Dogma socialista tres serán los interrogantes a plantearse: ¿qué huellas en el texto y su aparato paratextual remiten a las condiciones de producción del mismo?, ¿qué marcas del sujeto de la enunciación son útiles para abordar la cuestión de a quién o quiénes debe adscribírsele la autoría del texto? y, finalmente, ¿qué tipo de lector supone el texto? Si bien el punto de partida para esbozar una respuesta a estos interrogantes será siempre el análisis textual, será necesario establecer una relación con elementos contextuales cuyo conocimiento excede la entropía del texto. De allí que, particularmente en el caso del pacto de lectura, será necesario intentar reconstruir, a partir de uno de los paratextos principales que acompaña las ediciones del Dogma socialista desde 1846, Una ojeada retrospectivas sobre el movimiento intelectual del Plata desde el año 37, el proceso de circulación del texto desde su primera publicación hasta fines de la década del ’40. En lo que respecta al momento de enunciación del texto, en las primeras líneas de Ojeada retrospectiva se señala como fecha fines de mayo de 1837. Sin embargo, esta fecha también reafirmada en los primeros estudios críticos de la obra de Echeverría60 y por la mayoría de la crítica literaria de raigambre historiográfica que abordó este texto, es errónea. Félix Weinberg, quien realiza en su libro El Salón Literario de 1837 una extremadamente minuciosa descripción del campo intelectual de la Generación del ’37, en particular del grupo de los porteños que estuvieron vinculados con la actividad cultural generada en torno de la librería de Marcos Sastre, establece que la fecha de pronunciamiento de las Palabras Simbólicas de Echeverría en la Asociación de Mayo fue 23 de junio de 183861. De esa disertación surgiría el nuevo credo de una generación que posteriormente fue conocido como el Dogma Socialista. Más allá de la proliferación de deícticos temporales en Ojeada retrospectiva62, a lo largo del texto las menciones reiteradas al legado inconcluso de la revolución de Mayo como a la creciente influencia del espíritu faccioso son claros índices de que el momento de producción del texto corresponde a la década del ’30 del siglo XIX. Otro elemento, nada desdeñable por cierto, son los textos de referencia que se toman para redactar el Dogma, muchos de los cuales fueron publicados entre 1828 y 1835. En lo que respecta al uso de los pronombres, el empleo recurrente de la primera persona del plural63 establece con 59 (Janet, , 1885: 432). (Gutiérrez, 1941:.42). 61 (Weinberg, 1977:112). 62 (Echeverría, 1944: 9-10). 63 Ejemplos de uso de pronombres de la primera persona del plural: (Echeverría,1944: 56, 58, 29, 40, 53) 60 16 claridad el deseo por parte del sujeto de la enunciación de interpelar a los lectores de forma tal que ellos mismos se sientan locutores de las palabras que allí se profieren. Este es un procedimiento típico de los textos políticos que tienen la forma de manifiesto donde se destaca siempre el uso de pronombres personales en primera o en segunda personal del plural. Otro elemento a señalar es la utilización de colectivos de identificación64 que sirvan para agrupar en una comunidad tanto a redactores como a lectores, este es el caso de “la joven generación”65. La idea de jóvenes vigorosos luchando contra las rémoras del pasado es un tópico eminentemente romántico y que les sirve a su vez para distinguirse de las facciones en pugna, sobre todo de los unitarios con quienes se los suele asociar por su origen social y capital cultural similar66. De esta manera, se reafirma el carácter de empresa colectiva de la revolución en el mundo de las ideas que pretendía instaurar el nuevo credo. Ahora bien, estos recursos de tipo enunciativo son el punto de partida para interrogarse acerca del problema del autor. La bibliografía no coincide en este punto. Para algunos el Dogma es obra exclusiva de la pluma de Echeverría con excepción de la Introducción o Palabras Simbólicas que fueron agregadas por Alberdi con motivo de la primer publicación del texto completo en el último número de El Iniciador, que salió a la venta el 1 de enero de 1839 en la Ciudad de Montevideo. Otros, siguiendo lo afirmado en Ojeada Retrospectiva, paratexto que no hay duda pertenece a la pluma de Echeverría y fue redactado con motivo de la segunda edición del texto que tuvo lugar en junio de 1846 en la misma orilla del Plata, lo consideran el producto de un trabajo colectivo realizado por una comisión compuesta por Alberdi, Gutiérrez y el poeta. Sin embargo, si se retoma el análisis del plano enunciativo, queda claro que el Dogma fue una empresa generacional y que la adscripción del texto a Esteban Echeverría, figura emblemática por su carácter de primer poeta nacional, era un modo de reforzar este dispositivo enunciativo, ya que el mismo constituía un nexo comunicante entre los distintos hombres de la elite letrada. Ninguno dejaba de admirar a este joven sufrido, que por su propia disposición corporal y su deteriorada salud representaba el prototipo 64 Verón llama ‘colectivo de identificación’ a las palabras o sintagmas que se usan en el discurso político para interpelar al grupo de pertenencia o a los adversarios. (Verón, 1984) 65 (Echeverría, 1944:.27). 66 (Echeverría, 1944: 8, 59).( Weinberg, 1977: 49, 50 y 62). (Halperin Donghi, 1995:.14). Vale mencionar el caso de Vicente Fidel López, quien era hijo del autor de la letra del Himno Nacional y quien, junto a Don Pedro De Angelis, asistió a la reunión de apertura del Salón Literario. De Angelis, además de escribir una reseña muy irónica sobre el evento, a pesar de haber sido unitario confeso, se transforma en defensor del régimen de Rosas. De Angelis era italiano y por su carácter de europeo y ex colaborador de 17 del artista romántico67.El epígono Lamartine era dueño de un estilo poético bastante dudoso en lo que respecta a su calidad, pero con un notable éxito entre sus contemporáneos68 y, por eso, su firma era una garantía de una buena circulación entre el grupo generacional al que se pretendía motivar. Sin embargo, al igual que Facundo, el Dogma fue un texto maldito en lo que respecta a su circulación, por lo menos en los cinco años posteriores a su primera edición69. Más allá de estos avatares en sus primeras recepciones, ese credo cuyo propio título es polivalente y ecléctico, ya que la palabra Dogma remite al vocabulario saint-simoniano y constituye un sinónimo de axioma sociológico o político con carácter de principio supremo y la palabra ‘socialista’ remite a un campo semántico muy distinto al actual es el calificativo de toda doctrina social basada en la ley del progreso70, se transformó en un punto de partida de un modo de intervención intelectual en el ámbito social y político que será característico de la Argentina moderna. Pero el Dogma no solamente inaugura una actitud intelectual como puntualiza Tulio Halperín Donghi71, también favorece el ingreso al espacio público una serie de tópicos en torno de los cuales se desarrollarán las futuras reflexiones de los miembros de la generación. No importa tanto la continuidad ideológica o el carácter innovador de las materias tratadas. Lo interesante de todas estas conceptualizaciones, más allá de su carácter muchas veces inconcluso y contradictorio, es que muchos de los debates posteriores las tomarán como punto de partida y servirán también para establecer de qué manera se fueron modificando las posiciones de los miembros de la Generación del ’37 a lo largo de su trayectoria. Por eso y por su presencia imborrable en el imaginario colectivo de los intelectuales argentinos, el Dogma Socialista es un texto emblemático. III. Breve excursus sobre las posiciones de Alberdi y Sarmiento en el campo intelectual de la Generación del ’37 Los apuntes de la vida del fraile Aldao y la vida de Juan Facundo Quiroga, son, en concepto nuestro, lo más completo e original que haya salido de la pluma de las revistas que más admiraban los jóvenes del 37, había sido un referente de esa elite letrada. Su “conversión” al rosismo no le fue perdonada. 67 Echeverría, como buen romántico que se preciara, sufría de enfermedades respiratorias. Además, en los retratos que se hizo hacer en la década del ’30 imitaba las poses de Chateaubriand. (Gutiérrez, 1941: 923). 68 Los poemas “Las Rimas” y “Elvira” fueron un verdadero éxito editorial. Ídem p.29. 69 Un excelente análisis de la recepción de “Facundo” es el que realiza Sorensen. Allí, se indica las dificultades que tuvo la circulación del texto de Sarmiento en los años siguientes a su primer publicación. Gutiérrez, encargado de su difusión en el exterior de Chile, se llega a preguntar si no es un libro maldito: (Sorensen, 1998:54). 70 (Altamirano, Sarlo, 1991: XXXI). 18 los jóvenes proscriptos argentinos. No dudamos que estas obras serán especialmente estimadas en el extranjero, por cuanto revelan el mecanismo orgánico de nuestra sociabilidad y dan la clave para la explicación de nuestros fenómenos sociales, tan incomprensibles en Europa. Esteban Echeverría, “Ojeada retrospectiva sobre el movimiento intelectual en el Plata desde el año 1837”72. Alberdi se dio a conocer muy joven por la publicación de su “Introducción a la filosofía del Derecho”. En “La moda” después, bajo el seudónimo de Figarillo, nos hace esperar un Larra americano. Tuvo parte conspicua en la redacción de “El Nacional”, de la “Revista del Plata” y “El porvenir” (…). Pero la forma periódica no bastaba a la expansión de su inteligencia y tampoco podían absorberla las tareas del Foro (…). Infatigable apóstol del progreso, ha combatido en primera línea por él, y no dudamos que sus escritos, cuando se calmen las pasiones que hoy nos dividen, darán ilustración literaria a la patria de los argentinos. Esteban Echverría, “Ojeada retrospectiva sobre el movimiento intelectual en el Plata desde el año 1837”73. El objeto de este breve excursus no es abordar el desarrollo del pensamiento de Alberdi y Sarmiento desde su contraposición dialógica, tarea que fue realizada con distinta maestría y desde perspectivas distintas en diversas ocasiones74. Lo que aquí interesa es remarcar una cuestión que se ha ido planteando a lo largo del análisis textual realizado en la sección precedente: el Dogma Socialista, al tratar tópicos centrales del pensamiento político como las nociones de república, nación, democracia y ciudadanía, abre un espacio de debate intelectual que se enriquecerá a lo largo de la compleja trayectoria de Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi. Si Echeverría y su ensayo menor constituyen un punto que permite esbozar una descripción sincrónica del campo intelectual de la Generación del ’37, la producción simbólica y la praxis política (no de igual dimensión en ambos casos) del autor de “Las Cartas Quillotanas” y de “Las ciento una”75 permiten hacer un análisis diacrónico donde el estatismo de la primera descripción sea reemplazado por una visión dinámica. No tiene pertinencia preguntarse 71 (Halperin Donghi, 1995: 17). (Echeverría, 1944:16). 73 Idem p. 17. 74 (Botana, Natalio 1997). (García Raggio, 1999).(Halperin Donghi, 1995) (Schumway, 2003). 75 (Sorensen ,1998: 91-108). Schumway menciona que es justamente en las Cartas Quillotanas donde Alberdi se separa del elitismo de la generación del ’37 y su pensamiento adquiere un matiz, populista, nacionalista y localista. En realidad, el autor toma la palabra ‘populista’ en un sentido muy laxo, ya que en términos sociológicos culturales Alberdi siempre fue un claro exponente de la cultura de elite, y la categoría populista en términos politológicos no parece pertinente al contexto.(Schumway, 2003: 200204) 72 19 quién fue más o menos fiel al legado, quién fue más o menos idealista, quién se acercó al populismo o continuó la vertiente del legitimismo y la distinción cultural76, lo que importa es asumir cómo a lo largo de sus trayectorias siempre primó el imperativo de analizar la relación entre la política y la sociedad. Quizás, se puede deslizar como cierre una afirmación que requerirá de una investigación más exhaustiva para ser fundamentada: la política es para Alberdi un mal necesario y para Sarmiento una necesidad vital. Y es en este punto donde surge una pregunta fundamental: ¿ qué es lo que distingue al discurso filosófico político de otros abordajes, sean estos sociológicos, históricos o politológicos, entendido este último es su sentido restringido? III. Epílogo ¿La filosofía política como problema o la filosofía política como solución? Los desafíos intelectuales de construir un discurso político en el desierto Esplicando el pensamiento de Mayo, o más bien hallada la clave de su doctrina, no me fue difícil abarcar de un único punto de vista toda la sociabilidad Argentina y ponerme en estado de resolver por medio de ella todas nuestras cuestiones de un modo satisfactorio y con una sola tendencia. (…)Tal vez me haya equivocado; pero me quedará al menos la satisfacción de haber sido entre nosotros el primero en hacer tentativa semejante, y en provocar investigaciones serias sobre este punto capital de la filosofía política. Esteban Echeverría, “Segunda carta a Don Pedro de Angelis, editor del archivo Americano”. Los hombres del 37 pretendieron fundar una discursividad, a través de la cual analizar cuáles eran las condiciones para establecer un orden político y fundar, paralelamente, una nación y una sociedad argentina. Como se ha visto, apelaron a la historia, a saberes proto-sociológicos77 e inclusive a la ficción para pensar de qué manera podía constituirse un régimen político encarnado en una república democrática, con un acceso a la ciudadanía restringido en principio a la elite letrada, pero en proceso de expansión de acuerdo con los resultados de la educación popular. Sin embargo, en este pensar la política, ¿se reconocía la autonomía de la misma o se la tematizaba siempre como subordinada a otros campos de acción?78 Los caminos elegidos por los distintos miembros de la generación no serán homólogos en este respecto, pero el Dogma 76 (Grignon, Passeron,, 1995). Es factible hablar de saberes proto sociológicos si en lo que se piensa es en los análisis de la sociedad anteriores a los desarrollos teóricos de Marx, Compte y Durkheim, considerándolos como los fundadores de un discurso sociológico como pretensiones de cientificidad. 77 20 Socialista significó tanto para ellos como para nosotros un hito en el pensamiento político argentino porque recogió una serie de temas centrales a la hora de interrogarse acerca de los fundamentos del orden político. Por consiguiente, la propia indeterminación en este punto es un elemento central para plantearnos en los albores del siglo XXI la necesidad de rescatar el discurso filosófico político como una forma de interrogarnos sobre las condiciones de posibilidad el propio pensamiento79. De allí que lo que distingue un abordaje del tipo filosófico político de la historia de las ideas es que más que un racconto de debates y o recepciones de discursos propios o ajenos, lo que importa es ver de qué manera pensaron lo político aquellos hombres que fueron ideólogos y, muchas veces hacedores, de lo que posteriormente se denominó la Argentina moderna. Política, filosofía, teoría, praxis, pensamiento y acción, atravesaron sus vidas y sus obras marcando el sendero por el que de allí en más circularían las relaciones entre los intelectuales, el poder y la política democrática. Hacer teoría política hoy significa asumir como lo hicieron nuestros pares de entonces los dilemas de nuestro tiempo. Y en esa tarea, el relevamiento de la génesis histórica de conceptos pilares de la disciplina, no parece una tarea ociosa. Negar el peso de la tradición, es no solo un error sino una tarea inútil. Nación, República, Democracia, Ciudadanía son todavía en el mundo de la globalización, la integración regional, la crisis de representación, las democracias delegativas y la ciudadanía de baja intensidad, términos que nos interpelan y que nos exige plantearnos sus alcances y sus límites. Bibliografía Alberdi, Juan Bautista (1941):El iniciador, reimpresión de la versión facsimilar de la ANH por Mariano de Vedia y Mitre, Buenos Aires, Ed. Kraft. Altamirano, Carlos; Sarlo, Beatriz ( 1991): “Prólogo a Esteban Echeverría” en Echeverría, Esteban, Obra Escogida, Venezuela, Biblioteca Ayacucho Vol. 10. Aron, Raymond : (1967) : “ Alexis de Tocqueville” en Les Etapes de la pensée sociologique, Paris Barbero, Jesús Martín De los medios a las mediaciones. 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(2- Progreso) chap. 2 (Mostesquieu) La única gloria que puede legitimar la filosofía en el pensador, el literato o • Lettres el escritor, es aquella que ilustra y civiliza, que extiende la esfera del saber (Monstesquieu) • Alusión persantes humano y graba en diamante con el buril del genio sus obras inmortales (8Glorias Legítimas de la Revolución) • • He aquí una generación que viene en pos de la generación de Mayo viene a Enciclopédica • Revista Plagio septiembre de 1831 continuar la obra de sus padres enriquecida por el estudio y la experiencia. Ella conoce todo lo que hay de incompleto en esas instituciones y se prepara para perfeccionarlas. Ella procurará ponerlas en armonía con los adelantos de la razón pública (9- Continuación de las tradiciones) • • • De l´Esprit (Helvecio) Dos legados funestos de España traban principalmente el movimiento de la Suplmento del viaje de revolución americana: sus costumbre y su legislación.(10- Tradiciones Bougainville (Diderot) L´Esprit retrógradas) des Lois, Livre XIX (Mnstesquieu) La Democracia en América, 25 Alusión Primer Volumen, 2da parte,cap. IX,pp.278-287 (Alexis de Tocqueville) • Hay(…) muchas ideas, pero no un sistema de doctrinas política, artísticas, • • Plagio • Alusión • Plagio • Alusión • Plagio Foi et Avenir (Mazzini) no una verdadera ciencia; porque la ciencia no consiste en almacenar muchas ideas, sino en que estas sean sanas y sistematizadas y constituyan un dogma religioso para quien las profesa. 13- Confraternidad de Principios) • • Fragments Philosophiques, p. 338 (Victor Cousin) La confraternidad de principios producirá la unión y fraternidad de todos los miembros de la familia argentina, y concentrará sus anhelos en el solo • objeto de la libertas y el engrandecimiento de la patria (13- Confraternidad • Obras de Saint Simon t. 39 de Principios) p.177 Esa facultad de comunicación (…)entre generación y generación(…) es lo • Otras que constituye la vida y la esencia de las sociedades (13- Confraternidad de Reflexiones acerca de la Principios) revolución referencia: Francesa (Edmund Burke) • • No pretendemos transigir con lo bueno y lo malo, o hacer una amalgama • Revista impura de elementos heterogéneos (14- Fusión de las Doctrinas noviembre de 1833 Progresivas) 26 Enciclopédica, • (…)la fórmula llamada hoy a presidir la política moderna (…)consiste en la armonización de la individualidad con la generalidad, o en otros términos, la libertada con la asociación (15- Sacrificio de las Simpatías que puedan ligarnos con las facciones) República/ formas • de gobierno/ Libertad • • El libre ejercicio de las libertades individuales no debe causar extorsión ni • Estatuto de la Joven Europa • Plagio violencia a los derechos del otro. No hagas a otro lo que no quieres que te • Otra Referencia: concepto • Alusión sea hecho: la libertad humana no tiene otros límites.(5- Libertad) de libertad negativa o de los Reconocida la libertad de conciencia, ninguna religión debe declararse modernos (Hobbes, Locke, como dominante, ni patrocinarse por el Estado; todas igualmente deberán Constant, De la liberté des ser respetadas y protegidas mientras su moral sea pura y su culto no atente anciens comparée a celle al orden social (6- Creencias religiosas) des modernes) Todos los hombres son iguales: solo el mérito y la virtud engendran supremacía (6- Creencias religiosas) • L´Esprit des lois, Lvre III • Alusión (Montesquieu) La moral es regla de los actos del hombre privado, el honor de los del hombre público (7- Honor y Sacrificio) • • • Estatuto de la Joven Europa • Plagio El sacrificio es el decreto de muerte de las pasiones egoístas. Ellas solo han traído la guerra, los desastres y la tiranía al suelo de la patria. (7- Honor y • Alusión Du Contrat Social, Livre II, • Alusión Sacrificio) • 27 La única gloria que puede legitimar la filosofía en el magistrado, el • legislador o el estadista, es aquella que se muestra pura y deja rastros Chapitre VII (J.J. Rousseau) permanentes de sabiduría y de razón (8- Glorias legítimas de la Revolución) • • La Democracia en América( • El principio de la omnipresencia de las masas debió producir los desastres Volumen 1, parte 2, cap. que ha producido y acabar por la sanción y establecimiento del despotismo. VII) (9- Continuación de las tradiciones) • Alusión • Alusión • Alusión • Alusión • Alusión L´Esprit des Lois, Livre VIII, chap. II (Montesquieu) • La revolución marcha, pero con grillos. A la joven generación toca (…) la gran obra de la emancipación del espíritu americano que resume dos problemas: la emancipación política y la social. el primero está resuelto; falta resolver el segundo. (11- Emancipación del Espíritu Americano) • La democracia no es una forma de gobierno sino la esencia misma de los • L´Esprit des lois, Livre II, gobiernos republicanos, o instruidos para el bien de la comunidad. (12- chap.1, p.97 (Montesquieu) Organización sobre base democrática) • • Locke y toda la tradición liberal posterior Si la ley positiva del soberano se ajusta a la ley natural, su derecho es legítimo y todos deben prestarle obediencia(…), si la viola, es ilegítima y tiránica y nadie está obligado a obedecerla (12- Organización sobre base democrática) 28 • Historia de la Civilización • La razón colectiva solo es soberana, no la voluntad colectiva. La voluntad en es ciega, caprichosa, irracional (…)la razón examina, pesa y se decide. (12- Guizot) Organización sobre base democrática) • • Europa, p. 121 (F. • Du Contrat Social, Livre III, Chap.1, (J.J. Rousseau) La soberanía se ha encarnado en ley, allí está la razón y el consentimiento Alusión • Alusión • Alusión • Plagio del pueblo(…); allí está la salvaguarda de la democracia. (12- Organización sobre base democrática) • • Histoire de la Civilization en France, p.157 (F. Guizot) El gobierno representativo es el instrumento necesario del progreso, y la forma perfectible, pero indestructible, de la democracia (14- Fusión de las Otras Doctrinas Progresivas) fuentes:otros doctrinarios Constant, y Cousin, filósofos eclécticos( Jouffroy, etc.) • Nación/patr • 29 (…) el pueblo soberano no supo hacer uso de su libertad, dejó hacer al poder y nada hizo por sí para su bien. Esto es natural; los gobiernos • L´Esprit des lois, Livre IV, debieron educarlo, estimularlo a obrar sacudiendo su pereza (Ojeada chap. Retrospectiva) (Montesquieu) (la democracia) en su institución definitiva procurará hermanar dos ideas • Foi et Avenir (Mazzini) III p.135 ia/ fundamentales de la época: patria e humanidad independen • Cada pueblo tiene su vida y su inteligencia propia. –del desarrollo y cia ejercicio que hace de ella nace su misión especial, (…) Esta misión constituye la nacionalidad.(2- Asociación) • • Abramos el santuario de nuestros corazones a los que merecieron el bien de • Fragments Politiques, p.358 • la patria y se sacrificaron por ella (3- Fraternidad) (Jean Jacques Rousseau) Alusión La fraternidad es la cadena de oro que debe ligar todos los corazones puros y verdaderamente patriotas (3- Fraternidad) • Las glorias colectivas de la revolución son aquellas conquistadas por el esfuerzo heroico de la nación en la guerra de la independencia y por los patriotas de mayo y julio; son todas ellas santas y legítimas (8- Glorias Legítimas de la Revolución) • El pueblo que cuenta con glorias legítimas en su historia, es un pueblo grande que tiene porvenir y misión propia (8- Glorias Legítimas de la Revolución) • vol. 1, parte 2da., cap. IX, p. radical en nuestras costumbres: tal debe ser la obra de la educación y de las 302 Es preciso, en una palabra, ilustrar la razón del pueblo y del legislador sobre las cuestiones políticas, antes de entrar a construir una nación. 30 La democracia en América, • Para emanciparnos de las tradiciones añejas necesitamos una reforma leyes (10- Tradiciones Retrógradas) • • Alusión • (12- Organización sobre base democrática) Democracia • El camino para llegar a la libertad es la igualdad; la igualdad y la libertad / son los principios engendradores de la democracia(1- Asociación) Ciudadanía • La democracia es, por consiguiente, el régimen que nos conviene, y el único realizable entre nosotros (1- Asociación) • Ilustrar las masas sobre sus verdaderos derechos y obligaciones, educarlas con el fin de hacerlas capaces de ejercer la ciudadanía y de infundirles la dignidad de hombres libres y estimularlas para que trabajen y sean industriosas, suministrarles los medios de adquirir el bienestar e independencia: he aquí el modo de elevarlas a la igualdad (4- Igualdad) • La única jerarquía que debe existir en una sociedad democrática, es aquella que trae su origen de la naturaleza y es invariable y necesaria como ella. (4Igualdad) • El pueblo antes de la revolución era algo sin nombre sin influencia (…)La turba el populacho, antes sumergido en la nulidad, en la impotencia se mostró entonces (…) como una potestad destina por la providencia para dictar la ley.(9- Continuación de las tradiciones) • La soberanía pasó de los opresores a los oprimidos, de los reyes al pueblo, y nació de repente en las orillas del Plata la democracia , y la democracia 31 crecerá. (9- Continuación de las tradiciones) • Educar al pueblo, morigerarlo, será el modo de preparar los elementos de una legislación adecuada (10- Tradiciones Retrógradas) • • • Un cuerpo completo de leyes americanas, elaborado en vista del progreso • L´Esprit des lois, Livre IV, • de la democracia, será el sólido fundamento (…) de la emancipación del chap. espíritu americano (10- Tradiciones retrógradas) (Montesquieu) Política, ciencia, religión, arte, industria, todo deberá encaminarse a la • La Democracia en América, democracia, ofrecerle su apoyo y cooperar activamente a robustecerla y vol.1, parte 2da., cap. IX, p. cimentarla (11- Emancipación del Espíritu Americano) 299-302 La democracia no es una forma de gobierno sino la esencia misma de los • La Democracia en América, gobiernos republicanos, o instruidos para el bien de la comunidad . La vol. 1, parte 2da, cap.IX, p. democracia es el régimen de la libertad, fundado en la igualdad de clases 287-299 (12- Organización sobre base democrática) • • p.137 La Democracia en América, • El gobierno representativo es el instrumento necesario del progreso, y la vol. 1, introducción forma perfectible, pero indestructible, de la democracia (14- Fusión de las • Histoire de la Civilization Doctrinas Progresivas) en France, 157 (F. Guizot) Otras fuentes:otros doctrinarios Constant, etc.) 32 V, Alusión y Cousin, filósofos eclécticos( Jouffroy, Alusión • Para conseguir la realización completa de la igualdad de clases y la emancipación de las masas, es necesario que todas las instituciones sociales • Alusión • Alusión se dirijan al fin de la mejora intelectual, física y moral de la clase más pobre.(14- Fusión de las Doctrinas Progresivas) • • • La Democracia en América, Nuestro punto de arranque y reunión será la democracia (14- Fusión de las vol. 1, introducción (Alexis doctrinas progresivas) de Tocqueville) Queríamos que el pueblo no fuese como había sido hasta entonces un instrumento material de lucro y poderío para los caudillos (…) Y por pueblo entendemos hoy la universalidad de los habitantes del país; políticamente hablando, la universalidad de los ciudadanos; porque no todo • habitante es ciudadano y la ciudadanía proviene de la institución • |La Democracia en América democrática (Ojeada Retrospectiva) Vol.1 parte 2da cap. IV Nosotros queríamos, pues, que el pueblo pensase y obrase por sí, que se (Alexis de Tocqueville) acostumbrase de a poco a vivir colectivamente, a tomar parte en los intereses de su localidad comunes a todos, que palpase allí las ventajas del orden, de la paz y el trabajo común, encaminado hacia un fin común. Queríamos así, formarle una patria en pequeño para que pudiese hacerse idea de la gran abstracción de la patria nacional; por eso invocamos la 33 democracia (Ojeada Retrospectiva) Otros • No puede existir verdadera asociación sino entre iguales. La sociedad debe • Estatuto de la joven Europa. • tópicos poner a cubierto la independencia individual de sus miembros como todas Referencia relacionado las individualidades a concurrir con sus fuerzas al bien de la patria (1- iusnaturalista s: Asociación) Sociedad • Progreso Revolución • La revolución para nosotros es progreso (2- Progreso) • Progresar es civilizarse (2- Progreso) • El problema de la igual social está entrañado en este principio: A cada hombre con su capacidad, a cada capacidad según sus obras (4- Igualdad) La revolución americana, como todas las grandes revoluciones del mundo, ocupada exclusivamente en derribar el edificio gótico labrado en siglos de ignorancia por la tiranía y la fuerza, no tuvo tiempo ni reposo bastante para reificar otro nuevo, pero proclamó sin embargo las verdades que el largo y penoso alumbramiento del espíritu humano había producido para que sirviesen de fundamento a la reorganización de las sociedades modernas. (9- Continuación de las tradiciones) 34 la tradición Asociación, progreso, libertad, igualdad y fraternidad: términos correlativos de la síntesis social y humanitaria (1- Asociación) • a Plagio • Revista Octubre 1833 Enciclopédica, • Plagio • Dos ideas aparecen siempre en el teatro de las revoluciones: la idea estacionaria que quiere el statu quo (…) y la ideas reformadora y progresiva (10- Tradiciones retrógradas) • • (…) entendemos por revolución (…) el cambio absoluto tanto en el régimen interior como exterior de una sociedad (10- Tradiciones • La Joven Suiza (Mazzini) • Retrógradas) 26 de septiembre de 1835 Plagio No pretendemos emanciparnos de las tradiciones progresivas de la revolución, somos al contrario sus continuadores (14- Fusión de la Doctrinas Progresivas) • Creíamos que el país no estaba maduro paran una revolución material (…)Creíamos que antes de apelar a las armas era preciso difundir, por medio de una propaganda, lenta pero incesante, creencias fraternizadoras (Ojeada retrospectiva) 35 • Revista Enciclopépica, • octubre – diciembre de 1833 Plagio