U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. TEMA 3 - APOGEO DE LA FILOSOFIA ESCOLÁSTICA (SIGLO XIII) 1.- Esplendor de la escolástica. A. Causas de este esplendor B. Principales representantes 2.- Santo Tomás de Aquino (1224 o 1225-1274) A. Biografía B. Obra C. Perfil psicológico de santo tomás D. Marco sociológico de santo Tomás E. Temas fundamentales de la filosofía tomista F. El aristotelismo de Tomás de Aquino G. Las relaciones entre la fe y la razón H. La estructura de la realidad I. La demostración de la existencia de dios J. Las vías para demostrar la existencia de dios K. La demostración de la esencia de dios L. Dios y el mundo M. El ser humano N. La teoría del conocimiento O. La teoría ética P. La ley natural, positiva, eterna Q. La política Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -1- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. 1.- ESPLENDOR DE LA ESCOLÁSTICA. Hasta el siglo XII la cultura fue un privilegio casi exclusivo del clero. Las escuelas monacales y episcopales «controlaban» la cultura y la docencia. En el siglo XII son sustituidas por las universidades, que nacen en parte por la excesiva masificación de las escuelas, en parte por una mayor implicación en la cultura de la naciente burguesía. Destacan: París, Bolonia, Oxford, Cambridge y, en España, Salamanca (1254), nuestra universidad más antigua. En la facultad de teología se estudiaba cuidadosamente la Biblia, la exégesis y la sistemática exposición de la doctrina cristiana, que tenía su manifestación más acabada en las llamadas “Sumas”. Además de la aparición de las universidades, otro hecho destacable es el establecimiento de las órdenes mendicantes. Destacan especialmente los dominicos y los franciscanos, que aportaron a la filosofía sus mejores representantes, que contribuyen al esplendor de la teología y de la filosofía. Se deben destacar otros factores que cooperaron también al auge de la cultura: el conocimiento de la cultura árabe a través de las grandes obras de la ciencia y del pensamiento griego, especialmente de las aristotélicas; el arte gótico con amplios ejemplos artísticos; el comienzo de las lenguas romances: francés, castellano, gallego, entre otras. Los temas centrales de las discusiones teológico-filosóficas del pensamiento medieval son: Las relaciones razón-fe. La naturaleza de los universales. La diferencia esencia-existencia y sus implicaciones filosófico-teológicas. La relación entre Dios (creador) y los seres (criaturas). Las escuelas eran fundamentalmente de tres tipos: Monásticas, dirigidas por monjes Palatinas, patrocinadas por emperadores Catedralicias, patrocinadas por obispos y dirigidas por el clero. A. CAUSAS DE ESTE ESPLENDOR Tres fueron las principales causas del apogeo de la Filosofía Escolástica: 1. Nuevos descubrimientos y nuevas traducciones de libros en las que tuvo una gran parte la Escuela de traductores de Toledo, especialmente en lo referente al corpus aristotélico, ya que en el siglo XIII se va a conocer por los filósofos medievales la casi totalidad de la obra aristotélica. Hay que destacar que, dado el carácter claramente agustiniano de la filosofía hasta entonces, y dado que san Agustín es platónico y que Aristóteles es muy opuesto a Platón, al principio la obra aristotélica es acogida con recelo y luego con franca oposición, llegando a prohibirse la lectura y sobre todo la enseñanza de Aristóteles, fundamentalmente de su Física y su Metafísica. Una de las grandes aportaciones de San Alberto y de Santo Tomás será hacer aceptar la filosofía del estagirita. 2. La creación de las universidades (universitas magistrorum et scholarum), nacidas de la agrupación de las antiguas escuelas; así la Universidad de París nace de la agrupación de las escuelas antes citadas, recibiendo el nombre de Sorbona del jefe de una de ellas, Roberto Sorbon. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -2- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. 3. La creación de las dos grandes órdenes mendicantes: dominicas y franciscanos. Desde este momento y a lo largo de toda la restante Edad Media los grandes pensadores medievales suelen, casi siempre, ser de una de estas dos Órdenes. B. PRINCIPALES REPRESENTANTES Nos limitaremos a citar algunos y muy brevemente: Guillermo de Auvernia, Alejandro de Hales, Juan de Fidanza (más conocido como San Buenaventura), San Alberto Magno (uno de los más grandiosos pensadores medievales, tanto como filósofo como científico —cosa no muy corriente en esta Edad—; el único inconveniente que tuvo San Alberto fue tener un discípulo como Santo Tomás de Aquino, ya que la ingente talla del discípulo ha oscurecido la también extraordinaria del maestro; pero en un hombre como Alberto Magno no hay lugar para envidias). 2.- SANTO TOMÁS DE AQUINO (1224 o 1225-1274) A. BIOGRAFIA Nació en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino; era, pues, napolitano. Su padre era el conde Landulfo de Aquino y su madre la condesa Teodora de Theate. Estudió en el monasterio de Montecasino, monasterio de los más importantes y del más alto rango, y después en la Universidad de Nápoles. Ingresó en la Orden dominica y marchó a Colonia, a estudiar con San Alberto Magno. Desde 1252 a 1259 enseñó en las Universidades de París, Roma y Bolonia. De nuevo pasó a enseñar en París, yendo después a la Universidad de Nápoles. En Orvieto conoció al traductor Guillermo de Moerbeke, quien le proporcionaría la traducción de la mayor parte de las obras de Aristóteles. Invitado por Gregorio X a participar en el II Concilio de Lyon, en camino hacia esta ciudad murió en Fossanova el 7 de marzo de 1274. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -3- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. B. OBRA Pese a vivir sólo cincuenta años escasos, la producción filosófica y teológica de Tomás de Aquino es ingente. Citaremos las obras más importantes: Comentarios sobre obras de Aristóteles, especialmente destacados los hechos a los Analíticos posteriores, al Sobre el alma, a la Física, a la Metafísica, a la Ética y a la Política. Los comentarios al Libro de los Sentencias de Pedro Lombardo y al Sobre la Trinidad de Boecio. Opúsculos (palabra que quiere decir obras pequeñas, sólo en extensión, por supuesto), como Sobre el ser y la esencia, Sobre la eternidad del mundo contra murmurantes y Sobre la unidad del entendimiento contra averroístas. Sobre el mal y Sobre la verdad, dos de las llamadas Questiones disputadas, que eran cuestiones que se exponían y disputaban con motivo de solemnidades académicas. Sobre el gobierno de los príncipes, obra inacabada por el santo y completada por Tolomeo de Luca. La Suma contra gentiles, defensa de la fe cristiana dirigida principalmente contra los árabes, y parece que en especial contra los árabes españoles. Y su obra fundamental, la Suma teológica, a la que se ha calificado como la mejor catedral gótica del pensamiento cristiano. C. PERFIL PSICOLÓGICO DE SANTO TOMÁS El perfil psicológico lo diseñaremos en estos puntos: a) El temperamento de Tomás de Aquino es profundamente especulativo, lleno de un gran deseo de saber; es un intelectual. De otra forma no se comprende como, siendo un «niño bien», en lugar de dedicarse a alcanzar elevados puestos en la jerarquía social de su época y a darse «buena vida» —cosa que le hubiera sido fácil por sus padres, condes y emparentados con el Emperador Federico II de Alemania— se dedica al estudio dentro de una Orden mendicante. b) Es muy inteligente; también es muy estudioso, pero sólo con el trabajo es imposible escribir en menos de cincuenta años todo lo que él escribió y con la calidad que lo escribió. c) Es de carácter constante e incluso terco, por lo que en cierta ocasión le dijeron que era un buey mudo. Pero es terco con esa terquedad del que ha intuido que tiene que realizar una gran misión y no hay nada ni nadie que le desvíe de ella; es la terquedad que construye las grandes creaciones filosóficas o científicas. Parece que no sentó muy bien a sus padres ni a sus hermanos que Tomás tomase el hábito de Santo Domingo, por lo que sus hermanos Reinaldo y Landulfo le aprisionaron, encerrándole en el castillo paterno de San Juan, quizás con la idea de que diera marcha atrás; incluso se cuenta que le presentaron a una bella jovencita para tentarle en su afán de castidad, pero ni Tomás fue quebrantado por el encierro ni tampoco por los encantos de la joven. d) Tomás no ambiciona nada, excepto saber. El Papa Clemente V, agradecido a la gran labor que Tomás había hecho por la Iglesia y atendiendo a sus enormes dotes de todo tipo, le ofreció la silla arzobispal de Nápoles. Creemos que el Papa no había comprendido la enorme categoría del santo y su afán de saber; con lágrimas en los ojos pidió Tomás al Papa que retirara tal ofrecimiento, ya que Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -4- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. como cristiano no podía rechazar una oferta pontificia, pero que él lo que quería era seguir entregado únicamente al estudio. Afortunadamente para la Filosofía, el Papa rápidamente comprendió su error y no insistió. e) La santidad de Tomás no es objeto que corresponda analizar a la Filosofía. D. MARCO SOCIOLÓGICO DE SANTO TOMÁS El marco sociológico lo estableceremos así: a) Tomás de Aquino vive en una época muy distinta de la de San Agustín. El Cristianismo ya está sólidamente establecido; cierto es que todavía hay herejías, como la albigense, y cierto es que en sus tiempos el imperio árabe es poderoso; pero él no vive el hervidero herético del siglo IV y el impulso árabe ya ha sido bastante doblegado. De ahí que su estilo será mucho más ordenado y reposado que el de San Agustín. Santo Tomás es un pensador ordenado, muy minucioso, muy reposado, muy sistemático —quizás también por influjo, diría un sociólogo, del modo de vida de la burguesía, clase social que entonces iniciaba su ascenso. b) Las luchas entre el Pontificado y el Imperio no tienen la virulencia de la época de Gregorio VII. Pero todavía «colea» la cuestión. Gregorio IX y Federico II Hohenstaufen, emperador de Alemania, entran en conflicto, especialmente porque el emperador nunca empezaba una cruzada que había prometido, siendo excomulgado por el Papa. La lucha, siquiera no muy virulenta, entre el poder eclesiástico y el civil pesó en las preocupaciones teóricas de Tomás de Aquino. c) La fortísima oposición a Aristóteles que ya hemos señalado. Tomás, siguiendo las huellas de San Alberto, defenderá la tesis de que el pensamiento aristotélico puede servir, con las oportunas enmiendas, como base de una excelente filosofía cristiana. Y Tomás marchará contra. Y por ello padeció ataques y disgustos sin cuenta. Recordemos la condenación de algunas de sus teorías de base aristotélica, por Esteban Tempier, obispo de París, y la oposición que encontró no solo en los franciscanos, como Pecham, sino en los mismos dominicos (salvo San Alberto); en una controversia en París se nos dice que Tomás era atacado fuertemente incluso por sus propios hermanos (de la orden dominica). Es la soledad del innovador frente a lo establecido y admitido durante siglos. Tomás tuvo que luchar contra la corriente agustiniana, muy fuerte y de gran tradición. E. TEMAS FUNDAMENTALES DE LA FILOSOFIA TOMISTA Naturalmente que no podemos hacer de Santo Tomás, como no podremos de ningún otro filósofo, una exposición completa de su filosofía. Nos vamos a limitar a esbozar los temas fundamentales, remitiendo en muchos casos a Aristóteles; pero sí es precisa una advertencia: Tomás sigue a Aristóteles en muchos casos, pero siempre completándole en aquellos aspectos algo descuidados por el estagirita, de forma que no es un mero comentador de Aristóteles, sino un profundo reelaborador de sus doctrinas. Es algo análogo a lo que en la filosofía árabe hicieron Avicena (lbn-Sina) y Averroes (lbn Rosch), y en la filosofía judía Maimónides (Moisés ben Maimón). Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -5- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. F. EL ARISTOTELISMO DE TOMÁS DE AQUINO Las fuentes de Tomás de Aquino serán, por un lado, las Sagradas Escrituras y la tradición teológica patrística y medieval, San Agustín sobre todo, y, por otro, el pensamiento filosófico a través de Aristóteles, el neoplatonismo, la filosofía musulmana (Averroes particularmente) y la judía (Maimónides). Construyó una síntesis prodigiosa que creó una forma propia denominada tomismo. El aristotelismo engloba a un conjunto de autores, que tratan de interpretar y entender a su manera el pensamiento de Aristóteles. Se distinguen cuatro tipos de aristotelismo: Árabe platonizado (Alfarabí, del siglo X y Avicena, del XI); Árabe puro (Averroes, siglo XIII); Judío (Avicebrón y Maimónides en el siglo XI); Cristiano (Alberto Magno y Tomás de Aquino, ambos del XIII). Tomás de Aquino, además de buen pedagogo, representa un ejemplo destacado de espíritu abierto, tal como lo demuestra el hecho de llegar a mostrar su simpatía por el pensamiento de Aristóteles en una época en la que un amplio número de autoridades eclesiásticas y teólogos le eran hostiles. Entendían que las doctrinas del Filósofo, como le denominará Tomás de Aquino, chocaban con los contenidos de la revelación cristiana. A pesar de todo, el teólogo dominico defendió y convenció del valor de la filosofía aristotélica y asumió muchas de sus tesis básicas para desarrollar sus propias explicaciones filosóficas y teológicas. Como afirmaba Pico de la Mirándola: «Sin Tomás, Aristóteles sería mudo» (Sine Toma mutus esset Aristoteles). De la misma manera, asume comentarios de Averroes, Avicena y Maimónides, pensadores de otras religiones. Ansiaba, en definitiva, alcanzar la verdad y transmitirla a los demás. Como teólogo cristiano consideraba que las verdades más trascendentales que afectan al ser humano provenían de la revelación (Sagradas Escrituras), pero también atribuía a la razón, usada con corrección, su protagonismo, ya que nos permite conocer verdades que no entran en el ámbito de la fe. Entendía en este contexto que el uso correcto de la razón no era exclusivo de los cristianos. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -6- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. G. LAS RELACIONES ENTRE LA FE Y LA RAZÓN La pretensión de racionalizar la fe, de compatibilizar sus verdades con las verdades de la razón, ha sido una constante a lo largo de la Edad Media. El problema de las relaciones entre razón y fe consiste en tratar de poner en relación y comparar los contenidos de la fe y los de la filosofía. La disputa versa en torno a la primacía de la fe sobre la razón, o de la razón sobre la fe. Durante la Edad Media, existen principalmente dos posturas a la hora de abordar estas relaciones. Una representada por los «dialécticos», que consideran que la razón es muy beneficiosa para la fe, para ayudar a creer, y otra por los «antidialécticos», que afirman que la filosofía es nociva para la fe y se oponen a las posibilidades de la razón. Tomás de Aquino entiende que la razón y la fe representan dos cauces distintos, pero no divergentes, de conocimiento: a) Afirma que son distintos porque la fe se basa en la revelación sobrenatural, mientras que la razón es una facultad que corresponde a las personas sobre la base de su propia naturaleza. b) Sostiene que no son divergentes porque entre ellas no puede darse contradicción, dado que tienen un origen común: la fuente de la verdad (Dios). Rechaza, por tanto, la tesis de algunos averroístas acerca de la existencia de dos verdades de signo contrario: la de la fe y la de la razón. Tomás de Aquino describe un triple ámbito de verdades: 1) Verdades a las que se puede acceder sólo con la razón natural y que no inciden en el ámbito de la salvación. Por ejemplo: las verdades de las matemáticas o las de la ciencia natural. 2) Verdades que el ser humano podría alcanzar con su razón, pero que son importantes para la salvación de la especie humana y que por tanto requieren también la intervención de la fe. Éstas no son «artículos de fe», sino «preámbulos de la fe». Por ejemplo: la inmortalidad del alma, la demostración racional de la existencia de Dios. 3) Verdades que están contenidas en los «artículos de la fe» y que exceden las posibilidades naturales de la razón humana. Para éstas resulta imprescindible la fe. Por ejemplo, los misterios de la Trinidad o de la Encarnación. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -7- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. Desde esas tres perspectivas es preciso entender las relaciones entre la razón y la fe, o entre la filosofía, como saber racional, y la teología, como saber fundado en la revelación, sobrenatural. Son relaciones de autonomía y de mutua colaboración. Por tanto, razón y fe se armonizan y se complementan. Por ello resulta legítimo el uso de la razón para aquellas verdades que el conocimiento humano puede alcanzar y al mismo tiempo la fe prolonga la capacidad de conocimiento humano más allá de los límites de nuestra razón. En este contexto, la filosofía comienza a dejar de ser la «criada» de la teología (ancilla theologiae), es decir, la consideración de que la razón está al servicio de la fe; pues la razón tiene su propio ámbito de aplicación, autónomo, dentro de esa verdad única, al igual que ocurre con la fe. H. LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD Los conceptos de esencia y existencia son nuevos y nuestro autor los recibe en herencia especialmente del pensador árabe iraní Avicena. Tomás de Aquino distingue cuidadosamente entre lo que las cosas son (esencia) y el hecho de que existan o no (existencia). La esencia es un conjunto de características que hacen que una cosa sea lo que es, su singularidad, que la hacen distinguirse de otras. Por ejemplo: la esencia del ser humano es ser «animal racional». Existencia es el acto de ser, recibido en la esencia por la intervención de «causas segundas» (padres) o de la «causa primera» (Dios), que es acto puro. En Dios, esencia y existencia se identifican, no hay distinción. Dios es un ser necesario: existe y no deja de existir. Su esencia consiste en el acto de existir. Por el contrario, los seres creados, que están compuestos de esencia y existencia son contingentes, es decir, existen, pero pueden dejar de existir (por ejemplo, con la muerte) por lo que a su existencia no pertenece necesariamente su existencia. Los seres creados participan del ser de Dios en grados diferentes, según la capacidad de ser de sus respectivas esencias. Nuestro autor establece una jerarquización entre los diferentes seres, según el criterio de la proximidad a la realidad (Creador). Así tenemos: Dios: sustancia primera (esencia = existencia) Los ángeles: seres inmateriales (esencia = forma sin materia) Los seres humanos (esencia = materia + forma) Las cosas (esencia = materia + forma) Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -8- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. I. LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS Existen fundamentalmente dos tipos de demostraciones o clases de argumentos para demostrar la existencia de Dios: Demostración a priori (propter quid). Se basa en la causa para llegar al efecto; parte, por tanto, de algo que es anterior y camina hacia lo que es posterior. Un ejemplo: el argumento ontológico de Anselmo de Canterbury. Demostración a posteriori (quia). Es aquella que parte del efecto y se apoya en lo que es anterior únicamente con respecto a nosotros. De este modo, a partir de un efecto cualquiera (por ejemplo, los seres creados), puede demostrarse la existencia de su causa propia. Parte, por tanto, del efecto para llegar a su causa; remonta desde el efecto a la causa anterior. Éste es el tipo de demostración que siguen las cinco vías de Tomás de Aquino. Tomás de Aquino afirma que la existencia de Dios no es una verdad evidente para la naturaleza humana (para la razón), por lo que, quienes la afirmen, deberán probarla. Entiende que la existencia de Dios es evidente considerada en sí misma, pero no considerada respecto al hombre y su razón finita y limitada. Así, las diversas culturas o civilizaciones (judaísmo, islamismo, cristianismo, politeísmo) no tienen la misma idea de Dios e, incluso, ni siquiera todos los hombres pertenecientes a la misma cultura. Nuestro autor pretende recalcar tanto la importancia del tema como la legitimidad de solicitar una garantía de la razón, independientemente de lo que afirme la fe. Si la existencia de Dios no es una verdad evidente para nosotros, es necesario, pues, que sea demostrada de un modo evidente para la razón, de un modo racional, en el que no intervengan elementos de la revelación o de la fe. Tomás de Aquino va a comenzar desde el conocimiento que proporciona la experiencia humana, de los seres que conocemos, tomados como efectos, para remontarnos, a través de ellos, a su causa, es decir, argumentando a posteriori. Por ello, criticará el argumento ontológico y rechazará su validez. Este argumento, denominado ontológico, tiene como punto de partida la idea de Dios como ser perfecto, pero tal idea, dice Tomás de Aquino, procede de la creencia, de la fe, y no tiene por qué ser aceptada por un no creyente. Pero, además, el argumento contiene un paso ilegítimo de lo ideal a lo real: pensar algo como existente no quiere decir que exista en la realidad. La existencia pensada no tiene más realidad que la de ser pensada, la de estar como tal en nuestro entendimiento, pero no fuera de él. Para nuestro autor la existencia sólo puede ser alcanzada si partimos de la existencia y argumentamos a partir de ella. Y la única existencia indudable para nosotros es la existencia sensible. Por ello desarrollará sus cinco pruebas de la existencia de Dios a partir siempre de la experiencia sensible, que es la primera, aunque no la única, forma de experiencia que el hombre conoce. Otros autores, como veremos en unidades posteriores, volverán a retomar el argumento ontológico, como por ejemplo Descartes en el siglo XVII y Hegel en el XIX. Sin embargo, tanto Kant en el siglo XVIII como la filosofía analítica en el XX lo someterán a discusión. Por todas estas razones, este tipo de razonamiento a priori constituye un capítulo muy importante de la tradición filosófica. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. -9- U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. J. LAS VÍAS PARA DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS En la Suma Teológica, primera parte, capítulos 2 y 3, encontramos formuladas las cinco pruebas tomistas de la demostración de la existencia de Dios (denominadas «cinco vías»). El concepto de «vía» ya había sido usado por el Pseudo Dionisio, quien afirmaba que había tres modos de llegar al conocimiento de Dios, basados en la relación que hay entre Él y las criaturas. Santo Tomás expone las vías demostrativas en las dos Sumas, aunque generalmente se considera que la Suma teológica refleja mejor la influencia aristotélica. Las vías tomistas son pruebas basadas en el principio de causalidad y esencialmente metafísicas, en tanto que la causa primera a la que conducen se sitúa más allá de la naturaleza. No son originales de Tomás de Aquino, ni él lo pretendió así, sino que su intención fue la de poner a disposición de los teólogos las principales pruebas filosóficas de la existencia de Dios. Estamos hablando de cinco demostraciones a posteriori. Las cinco sendas (vías) para demostrar la existencia de Dios tienen una estructura o esquema común: a) Un punto de partida: la constatación de un hecho observado, un hecho de la experiencia: el movimiento de los seres, la perfección del mundo. b) Aplicación del principio aristotélico de causalidad: todo efecto tiene que tener su causa. Por ejemplo, todos los seres creados dependen de una causa que es la que les confirió la existencia. c) Imposibilidad de que la cadena de causas se extienda hasta el infinito sin un principio. No existe un proceso indefinido de causas, lo que remite necesariamente a una causa primera. d) Conclusión o punto de llegada, que muestra la necesidad de una primera causa, que es Dios: la afirmación de la existencia de Dios. Así, por ejemplo, afirma en la 5.a vía: «Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas materiales a su fin, y a éste llamamos Dios». Veamos cuáles son las vías: Primera: la vía del movimiento. Es innegable, pues consta por el testimonio de los sentidos, que las cosas del mundo se mueven. Todo movimiento tiene una causa exterior a él mismo, ya que nada puede ser a la vez el motor y la cosa movida. Pero, si lo que mueve a algo necesita, a su vez, un tercero que lo mueva y así indefinidamente, tendríamos una cadena infinita de motores movidos, lo cual es imposible. Es necesario un primer motor inmóvil que no sea movido por nadie, y éste es al que todos llaman Dios. Segunda: la vía de la causa eficiente. En el mundo ninguna cosa puede ser causa de sí misma y efecto a la vez, pues la causa es anterior al efecto. Toda causa está causada, pero no es posible una cadena infinita de causas eficientes, pues si no hay una primera causa no existen las demás. Así pues, es necesaria una primera causa eficiente, que es Dios. Esta vía, también aristotélica, exige una aclaración. Las causas, según Aristóteles, están ordenadas jerárquicamente. Es posible una cadena infinita de causas del mismo orden (un hombre engendra a otro y así, sucesivamente, hasta el infinito). Pero la causa de la forma de ese hombre pertenece a una serie de causas de distinto grado y es ésta la cadena que no puede ser infinita. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. - 10 - U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. Tercera: la vía de lo posible o contingente. Todos los seres de la realidad existen, pero podrían no existir, pues son contingentes. Puesto que lo contingente no tiene en sí mismo la explicación de su existencia, si todos los seres fueran contingentes, no existiría nada. Es, pues, forzoso que exista un ser necesario: Dios. Esta vía parece tener su origen en Maimónides y Avicena. Estas tres vías constituyen formas distintas de exponer lo que luego se denominó argumento o prueba cosmológica. Cuarta: la vía de los grados de perfección. En la naturaleza hay seres buenos, verdaderos, nobles, etc. Para que pueda hablarse de un más o un menos en la perfección de los seres es necesario que haya un ser perfecto que haga posible la comparación: Dios. El fundamento de esta vía es más platónico que aristotélico en tanto que supone que los valores de los seres participan de la suma perfección de Dios. Quinta: la vía del gobierno del mundo. Todos los seres irracionales o carentes de conocimiento tienden a un fin. Esto sólo es posible si alguien los dirige, a la manera como el arquero dirige la flecha. Luego tiene que existir un ser inteligente que dirija todas las cosas: Dios. El propio Tomás de Aquino sitúa el origen de esta vía en Juan Damasceno, aunque ya había sido utilizada por los estoicos y era muy común en el cristianismo. Esta prueba se llamará en el siglo XVIII prueba teológica. Las vías tomistas tienen una metodología rigurosa e intentan dar respuesta a una preocupación o, al menos, curiosidad latente a lo largo de la historia: la posibilidad de una demostración racional de la existencia de Dios. Pero hay algunas dificultades. Entre otras: la no aceptación universal, el salto no muy lógico de un fenómeno observado a la existencia de un fenómeno (Dios) que no observamos, y el hecho de que negar la posibilidad de un proceso infinito parece eliminar una característica clave para la interpretación de la naturaleza: el recurso al azar. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. - 11 - U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. K. LA DEMOSTRACIÓN DE LA ESENCIA DE DIOS Una vez demostrada su existencia, surge la pregunta ¿qué es Dios? y la necesidad de obtener una respuesta a través de la razón. La razón humana no puede alcanzar la esencia divina. Por ello, acude a la «analogía del ser», aun admitiendo que existe una gran diferencia entre las criaturas y Dios, por lo que nuestro conocimiento de su esencia queda oscurecido. Indica, sin embargo, que la razón humana intenta conocer la esencia divina a través de tres caminos o vías: a) Vía afirmativa (catafática): afirmamos de Dios todo lo que nuestro entendimiento es capaz de concebir. Así, le atribuimos las características (atributos) de eterno, inmutable, bueno. b) Vía de eminencia: atribuimos a Dios todo lo que entendemos de Él en grado sumo. Afirmamos que es un ser omnipotente, omnisciente, suprema bondad, suprema perfección. c) Vía negativa o de remoción (apofática): sólo conocemos de Dios lo que no es. Así, si excluimos de Dios las limitaciones, imperfecciones y potencialidades, tenemos que se caracteriza por ser acto puro, forma pura, infinito, único. L. DIOS Y EL MUNDO Tomás de Aquino trata también el tema de la creación. A pesar de la raíz aristotélica de su pensamiento, seguirá la tradición agustiniana, conciliándola con su explicación de la estructura metafísica de esencia y existencia. Según ella, todos los seres se componen de esencia y existencia, excepto Dios, en quien la esencia se identifica con la existencia, como ya pudimos ver en el apartado de la metafísica. De aquí se infiere que sólo Dios es un ser necesario, pues sólo él debe su existencia a su propia esencia: su esencia es existir. Los demás seres reciben la existencia del ser necesario, ya se trate de seres materiales o inmateriales. Al igual que el resto de los filósofos medievales tributarios de la tradición cristiana, Santo Tomás afirmará la creación ex nihilo (a partir de la nada), es decir, la creación del mundo mediante un acto de Dios totalmente libre, radical y originario. La nada no representa una materia informe preexistente, sino la inexistencia absoluta, y no puede tomarse como la causa de la creación, pues ésta es sólo obra de Dios. El mundo tampoco es creado por «emanación» necesaria de la naturaleza divina, como afirmaba el neoplatónico Plotino. Dios no está sujeto a ninguna necesidad, sino que crea libremente. En cuanto al problema del mal en el mundo, Tomás de Aquino afirma que Dios lo ha permitido (tanto el físico como el moral) para obtener un beneficio mayor: la libertad de la voluntad y el perfeccionamiento del mundo. Entiende que Dios ha creado un mundo perfecto en su totalidad y por tanto el mal no proviene de Él. Lo define como «privación», como la ausencia de un bien que debería corresponder a un ser. M. EL SER HUMANO La concepción del hombre en nuestro autor también está inspirada por la antropología aristotélica; sin embargo, intentará conciliarla con las creencias básicas del cristianismo, es decir, con la inmortalidad del alma y la creación. El hombre es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, en el que el alma representa la forma del cuerpo. El principio de individuación. Para Tomás de Aquino, lo que hace que una esencia (única e idéntica) se individualice en cada miembro de una especie es la materia concreta de cada persona, que es la que hace que cada individuo sea diferente. Por ejemplo: Tema 3: Apogeo de la Escolástica. - 12 - U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. Andrea, Hugo y Marta tienen algo en común, su esencia: son seres humanos; pero en cuanto individuos particulares tienen elementos peculiares y exclusivos. Frente a la afirmación de algunos de sus predecesores de que existen en el hombre varias formas sustanciales, como la vegetativa y la sensitiva, afirma la unidad hilemórfica del ser humano. En contra de algunos averroístas, defiende la existencia de una única alma que regula todas las funciones del ser humano y determina su corporeidad. Las capacidades del alma pueden ser clasificadas en tres grupos que están jerárquicamente relacionados: facultades o potencias vegetativas, las sensitivas y las racionales. Nos encontramos, pues, ante una clasificación similar a la aristotélica. No se trata de tres tipos de alma, sino de tres facultades o potencias de la misma alma racional. La relación entre el alma y el cuerpo es una relación natural, no una situación forzada y antinatural, como ocurría en la filosofía de Platón. Defenderá la inmortalidad del alma. Afirmará, en contra de algunos averroístas, la inmortalidad individual. ¿Es compatible esta afirmación con el hilemorfismo? Santo Tomás defenderá la inmortalidad del alma apoyándose en su inmaterialidad (el alma es inmaterial, luego no es corruptible, luego es inmortal), un argumento similar al que ya había utilizado Platón en el Fedón; y en el ansia de inmortalidad del hombre: un deseo de inmortalidad implantado por Dios que no puede ser vano. N. LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO El alma es para nuestro autor no sólo un principio vital, sino también un principio de conocimiento. Ese ser humano de alma y cuerpo es el que vive y conoce, el que razona y entiende, el que imagina y siente. Todo nuestro conocimiento comienza por los sentidos. El alma, al nacer el hombre, es como un encerado en blanco (tabula rasa) en la que no hay contenidos impresos. Los objetos del conocimiento suscitan la actividad de los órganos de los sentidos, sobre los que actúan, produciendo la sensación, que es un acto del compuesto humano, del alma y del cuerpo, y no sólo del alma como pensaba Platón. Los sentidos, en colaboración con la imaginación y la memoria, producen una imagen sensible (phantasma). Sobre esa imagen concreta y particular actuará el entendimiento agente, dirigiéndose a ella para abstraer la forma o lo universal, la «especie inteligible», produciendo en el entendimiento paciente la species impressa quien, a su vez, como reacción, producirá la species expressa, que es el concepto universal o verbum mentis. El proceso de abstracción consiste, pues, en separar intelectualmente lo universal, que sólo puede ser conocido de esta manera. Esta labor la lleva a cabo el entendimiento agente. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. - 13 - U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. El neotomismo es una corriente filosófica que busca reivindicar el pensamiento de Santo Tomás de Aquino. Tiene como objetivo resolver problemas contemporáneos. Surge en el siglo XIX. Entienden que toda la filosofía a partir de Descartes está errada, lo que trae como consecuencia la crisis por la que pasa el mundo moderno. Entendida, dicha crisis, como un desvío metafísico y espiritual, sólo podía ser superada con un retorno al tomismo. Tomás de Aquino distingue, por tanto, un doble conocimiento: sensible (sentidosimaginación-memoria) e intelectual (entendimiento agente y paciente). Por ejemplo: tenemos un objeto (una casa concreta) que percibimos a través de nuestros sentidos, recreamos en nuestra imaginación y almacenamos en nuestra memoria. De ese objeto, captamos sus aspectos particulares y concretos. El entendimiento agente universaliza el contenido de esa imagen particular, despojándola de sus elementos individuales y obteniendo los rasgos esenciales, que son los mismos para los objetos de la misma especie. Interviene, finalmente, el entendimiento paciente, que formula el concepto universal (casa, en abstracto) que se corresponde con la imagen mencionada de una casa concreta. O. LA TEORÍA ÉTICA La ética de Tomás de Aquino sigue la línea aristotélica, aunque adaptada a los presupuestos cristianos en los que se basa el pensamiento tomista. Está de acuerdo con Aristóteles en la concepción teleológica de la naturaleza y de la conducta del hombre: toda acción tiende hacia un fin, y el fin es el bien de una acción. Hay un fin último hacia el que tienden todas las acciones humanas, y ese fin es lo que Aristóteles llama la felicidad. Sin embargo, nuestro autor entiende que la felicidad no puede consistir en la posesión de bienes materiales, sino que tiene que identificarse con la posesión del conocimiento de los objetos más elevados (teoría o contemplación). En su denodado intento por acercar aristotelismo y cristianismo, identifica la felicidad con la contemplación beatífica de Dios. Esta contemplación no la puede alcanzar el hombre por sus propias fuerzas, dada la desproporción entre su naturaleza y la naturaleza divina, por lo que requiere, de alguna manera la ayuda de Dios, la gracia, en forma de iluminación especial que le permitirá al alma adquirir la necesaria capacidad para alcanzar la visión de Dios. Distingue tres clases de virtudes: Corporales (perfección del cuerpo: la salud) Morales (moderación en los deseos: templanza, fortaleza, justicia) Intelectuales (perfección del entendimiento: sabiduría, prudencia). Por virtud entiende también un hábito selectivo de la razón que se forma mediante la repetición de actos buenos y, al igual que para Aristóteles, la virtud consiste en un término medio, de conformidad con la razón. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. - 14 - U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. A la razón le corresponde dirigir al hombre hacia su fin, y el fin del hombre ha de estar acorde con su naturaleza, por lo que la actividad propiamente moral recae sobre la deliberación, es decir, sobre el acto de la elección de la conducta. Concede por tanto primacía al entendimiento sobre la voluntad. Uno de los primeros principios que descubre la razón es que ha de hacer el bien y evitar el mal (bonum est faciendum et malum vitandum). Este principio (sindéresis) tiene en el ámbito de la razón práctica el mismo valor que los primeros principios del conocimiento (identidad, no contradicción) en el ámbito de la teórica. P. LA LEY NATURAL, POSITIVA, ETERNA Tomás de Aquino parte del principio de que todo lo real tiende a su fin, y hace notar cómo hasta los seres que carecen de razón se encaminan hacia la finalidad para la que han sido creados. Sobre este concepto de fin se funda el de ley natural, entendida como vía hacia el fin. La define como «participación de la ley eterna en la criatura racional». En efecto, el ser humano tiene unas tendencias enraizadas en su naturaleza, que le distinguen de otros seres. Así, su racionalidad le permite conocer sus propias tendencias y deducir ciertas normas de conducta para darles su cumplimiento adecuado. La ley natural se basa en tres tendencias: a) En cuanto sustancia, el ser humano tiende a conservar su propia existencia, de aquí el deber moral de procurar y conservar su existencia. b) En cuanto animal, el ser humano tiende a procrear. De ello viene el deber moral de la procreación y cuidado de los hijos. c) En cuanto ser racional, el ser humano tiende a conocer la verdad y a vivir en sociedad. De aquí la obligación moral de buscar la verdad y respetar las exigencias de la justicia. La ley natural tiene tres características: Evidente (normas fácilmente conocidas por los seres humanos) Universal (común a todos los seres humanos) Inmutable (permanece siempre igual a pesar de los cambios en las sociedades). La ley positiva o humana es la ley escrita promulgada por los gobiernos. Esta ley es una exigencia de la ley natural, que impone la vida en sociedad, vida que sólo es posible si existen unas normas legales que regulen la convivencia. Por otra parte, la ley positiva constituye la prolongación de la ley natural, por lo que debe concretar las normas morales naturales, que son generales. Finalmente, las exigencias de la ley natural deben ser respetadas por la legislación positiva, puesto que la ley natural constituye el marco que señala los límites dentro de los que debe organizarse moralmente la sociedad humana. La ley eterna o divina representa el gobierno de Dios en el mundo. Está enraizada en la naturaleza de todos los seres. Mientras se concreta en leyes físicas y mecanicistas para los objetos, con el ser humano deja espacio para que actúe en libertad con la ayuda de su razón. La ley divina, por su parte, hace posible una dicha sobrenatural que excede las posibilidades del hombre, aun cuando no afecta a sus aspiraciones: la gracia no destruye la naturaleza, la perfecciona. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. - 15 - U.D.3.- Filosofía Medieval. La Escolástica. Q. LA POLÍTICA Tomás de Aquino concibe al hombre como un ser social por naturaleza (animal social). Esto equivale a decir que también la sociedad es algo natural. El ser humano necesita de la sociedad, que no se organiza según impulsos del instinto como en los animales gregarios, sino por medio de la razón. Toda sociedad tiene dos fines: uno inmediato, material (satisfacer las necesidades de subsistencia), y otro trascendente (conducir a los individuos a Dios). Después de analizar las formas de gobierno sancionadas por la tradición clásica (monarquía, aristocracia y democracia), nuestro autor afirma que ninguna de ellas debe ser considerada ilícita a priori. Se convierten en ilícitas cuando degeneran en tiránicas, y este peligro no lo corren solamente la monarquía y la aristocracia, sino también toda democracia que no respete la justicia. El poder legislativo deriva para los gobernantes de Dios, pero no de modo inmediato, sino a través del consenso popular. Se rechaza así la doctrina teocéntrica, por la cual la autoridad civil pretendería derivar directamente de Dios a través del romano pontífice. De esta forma, se establece la distinción (nueva para el contexto cultural de la Edad Media), de dos ámbitos en el poder: La soberanía del poder civil por un lado. El poder religioso por otro. El Estado ha de procurar el bien común, para lo cual legislará de acuerdo con la ley natural. Las leyes contrarias a la ley natural no obligan en conciencia (por ejemplo, las contrarias al bien común, o las dictadas por egoísmo). Las leyes contrarias a la ley divina deben rechazarse y no es lícito obedecerlas, lo que marca claramente la dependencia de la legislación civil respecto a la legislación religiosa. Tema 3: Apogeo de la Escolástica. - 16 -