5. EL DERECHO CAMBIARIO ESPAÑOL a) Encuadramiento en uno

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Antonino Vázquez Bonome
5. EL DERECHO CAMBIARIO ESPAÑOL
a) Encuadramiento en uno de los sistemas
Con anterioridad a la Ley Cambiaria y del Cheque no ha existido coincidencia de criterios respecto al posible encuadramiento del sistema cambiario español en uno de los dos mencionados. Así, mientras un sector
doctrinal ha venido adscribiendo nuestro sistema al grupo francés232, otras
opiniones estiman que no podía encuadrarse en ninguno de los dos, y que
realmente ocupaba un lugar intermedio233.
Por nuestra parte opinamos que la Ley Cambiaria ha abandonado la concepción causalista para aproximarse a los sistemas en los que predomina la
abstracción; pero no de un modo franco, sino que, como hemos dado a
entender, por una parte, contiene unas formulaciones que conducen a la
abstracción, pero luego introduce un régimen de excepciones personales
que son un portillo que permite dar entrada a las conexiones causales234.
1) Las excepciones causales
En efecto, a tenor del artículo 67 de la Ley Cambiaria y del Cheque el deudor cambiario podrá oponer al tenedor de la letra las excepciones basadas
en sus relaciones con él. Y aunque el precepto no se refiere en particular
al contrato causal, es lo cierto que permite al librado-aceptante oponer
232. Vid. GARRIGUES, Joaquín, "Curso...", pág. 772/3; RUBIO, Jesús, "Derecho...", pág.
141.
233. Vid. URIA, Rodrigo, "Derecho...", pág. 955; REBOLLO ALVAREZ-AMANDI,
Alejandro, "Ley Cambiaria y del Cheque: La nueva regulación de la letra de cambio,
pagaré y cheque", edit. APD, Madrid, 1985, pág. 703; DELIBES CORTES, Adolfo,
"Elementos...", pág. 226.
234. Al legislador de la Ley Cambiaria se le reprocha "que no ha sabido satisfacer, en la
medida demandada, las exigencias o requerimientos planteados por la realidad", pues
aunque admite el truncamiento y los sistemas de compensación electrónicos, se necesitaba un desarrollo en profundidad de estos temas; según opinión del Profesor JIMENEZ SANCHEZ, Guillermo Jesús, "La nueva...", págs. 1377 ss., 1401/2.
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Nociones Introductorias
frente al tenedor-librador las excepciones derivadas de sus relaciones personales con el tenedor, que no suelen ser otras que las causales235.
Es decir, que las excepciones personales que el obligado cambiario puede
oponer frente al tenedor de la letra puede formularlas el librado frente al
tenedor, el endosatario frente al endosante y el tomador frente al librador;
siempre sobre la base de las relaciones personales habidas entre ambos
pares de personajes, pero no con fundamento en las relaciones habidas con
tenedores anteriores, por lo que la condición de tercer tenedor de la cambial produce la inmunidad del tomador o del endosatario, frente a las
excepciones que pudieran derivarse del pacto o contrato (causal) que dió
origen a la creación de la cambial236.
Sobre esta cuestión, los Tribunales han precisado que la excepción causal basada en un incumplimiento contractual, sólo será operativa si no
ha existido provisión en absoluto o si el incumplimiento del tenedor es
de tal entidad que queda frustrado el fin contractual237; o bien si se trata
de un incumplimiento parcial que provoca grave desequilibrio en las
prestaciones238.
Hay sin embargo dos supuestos en que el tenedor no es inmune a las
excepciones personales del deudor: a) cuando éste -ya sea el librado-aceptante o su avalista- hubiese adquirido la letra "a sabiendas" en perjuicio del
deudor (art.67 L.C.); y b) en algunos casos en que el deudor principal es
un consumidor239.
235. Vid. FAIREN-GUILLEN, Victor, "Algunas notas sobre la protección procesal de la
letra de cambio -cambiale- en España", ADC, t.45, fasc. II, abril-junio 1992, pags. 485
ss., 492, quien indica que con las excepciones "aparece una enorme cantidad de motivos de oposición"; concluyendo que "todo sueño sobre la abstracción de la cambial se
ha desvanecido".
236. STS de 24 de marzo de 1992, Ar. 1992/2278.
237. SAP Coruña, Sec.1ª, de 8 de enero de 1997, La Ley, 4739.
238. SAP Madrid de 10 de mayo de 1990, RGD, 1990.
239. Vid. arts. 12 y 15 de la Ley 7/1995 de 23 de marzo, de Crédito al Consumo (BOE 25
marzo 1995); y vid. supra en este mismo Cap.I, A.1. b),2), nuestro comentario bajo el
epígrafe "Los títulos cambiarios y los actos de consumo".
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2) La cesión de la provisión
En la Ley Cambiaria existe también una referencia expresa al negocio causal,
ya que regula la cesión de la provisión de fondos -muy útil para el tenedor en
caso de quiebra del librador-, permitiendo la inclusión en la letra de una cláusula por la que el librador cede los derechos sobre la provisión a favor del tenedor; y si bien es verdad que se trata de una cláusula potestativa y no de un
requisito indispensable de validez, es lo cierto que con ello se reconoce implícitamente una conexión legal de la letra de cambio con el contrato causal.
La cesión de la provisión debe constar escrita en la propia letra, pues en
otro caso nuestra doctrina mayoritaria opina que la transmisión de la letra
no conlleva necesariamente la cesión de la provisión, o sea del crédito derivado de la relación fundamental240.
Ahora bien, a efectos prácticos procesales la conexión causal tiene poca
efectividad, ya que la posición del aceptante -el principal obligado-, queda
debilitada porque la aceptación presupone la existencia de la provisión, y
según el artículo 1214 de nuestro Código civil, "incumbe la prueba de las
obligaciones al que reclama su cumplimiento y la de su extinción al que la
opone"; lo que significa que la carga de la prueba deberá gravitar sobre el
deudor aceptante en caso de que éste alegue la falta de provisión, y así lo
entiende la jurisprudencia menor de las Audiencias241.
Esta regla es también coincidente con el principio contenido en el artículo 1277 de nuestro Código civil, según el cual "aunque la causa no se
exprese en el contrato, se presume que existe y que es lícita mientras el
240. Por todos, vid. EIZAGUIRRE, José María de, "Cuestiones que suscita el artículo 62
del Anteproyecto de Ley Cambiaria y del Cheque (Cesión de la provisión", RDBB, 13,
1984, págs. 33 ss., 37 nota 8; GARRIGUES, Joaquín, "Tratado...", pág. 819.
241. Ss. AT Madrid 7 mayo 1987 (RGD pág. 2060-88); AT Oviedo 21 marzo 1988 (RGD
3387/89); AT Valladolid 11 marzo 1989 (A.C.A. nº 5 de 1989, pág. 134); AP Granada
de 24 marzo 1989 (A.C.A. nº 8-1989, pág. 207); AP Palma Mallorca 15 diciembre 1988
(RGD 787/90; y AP Bilbao 14 marzo 1989 (La Ley nº 10660). Para un comentario
sobre estas sentencias, vid. MOXICA ROMAN, José, "Ley Cambiaria y del Cheque: análisis de doctrina y jurisprudencia", Aranzadi, Pamplona, 1990, pág. 464 ss.
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Nociones Introductorias
deudor no pruebe lo contrario", lo cual ha dado lugar a que se haya afirmado que en nuestro Derecho no tienen cabida los contratos sin causa242.
3) Conclusión
De todo ello se obtiene la conclusión de que, después de la última reforma en nuestro país, el vigente sistema cambiario español trata de alejarse
del primitivo modelo francés (causal), para aproximarse al grupo germánico (abstracto), pero no lo logra del todo.
En efecto, a través de la cláusula de cesión de la provisión y sobre todo de
la posibilidad que tiene el deudor de fundar su oposición en las excepciones personales derivadas de relaciones habidas con el tenedor -entre las
cuales se encuentran las causales- todavía queda una especie de cordón
umbilical enlazando la cambial con el negocio causal subyacente -una rela243
ción extracambiaria -, lo que ha dado lugar a que el sistema diseñado por
la Ley Cambiaria fuera calificado de "causal y abstracto al mismo tiem244
245
po" , y, acaso con mayor precisión, como "tendencialmente abstracto" .
Como señalamos en otro lugar, pensamos que se puede sostener que, en
nuestro sistema cambiario, la letra es abstracta desde el punto de vista formal,
pero también es causal a través de la conexión con las excepciones personales, por lo que si tuviéramos que resumirlo en una frase, podríamos decir que
246
"la letra es un título abstracto en su forma y causal en su espíritu" .
Decimos que es abstracto en su forma porque el título no contiene ninguna referencia al contrato del que trae causa la letra; y es causal en su
242. Vid. VICENTE Y GELLA, Agustín, "Introducción al Derecho mercantil comparado",
2ª edición, Edit. Labor, Barcelona, 1934, pág. 201.
243. Vid. JIMENEZ SANCHEZ, Guillermo J., "Los títulos a la orden...", págs. 25 ss., 36.
244. Vid. SANCHEZ CALERO, Fernando, "Instituciones...", pág. 51; CALAVIA MOLINERO, José Manuel et al., "Letra...", pág. 108; GARCIA-PITA Y LASTRES, José
Luis, "La apertura de crédito de aceptaciones y las firmas cambiarias de favor", RDBB,
1986, págs. 727 ss., 748.
245. Vid. GARCIA-PITA Y LASTRES, José Luis, "La apertura de crédito de aceptaciones
y las firmas cambiarias de favor", RDBB, 1986, págs. 727 ss.
246. Vid. VAZQUEZ BONOME, Antonino, "Tratado...", 3ª edic., Dykinson, pág. 74.
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espíritu porque en su regulación se admiten excepciones basadas en las
relaciones personales con el acreedor, y se admite la cesión de la provisión
junto con la letra, como hemos visto.
El carácter causal o abstracto no es una cuestión intrascendente, porque
-como también hemos dicho- si en los negocios abstractos se presupone
que hay una causa lícita y que incumbe la prueba a quien alegue que no
existe, se produce una inversión de la carga probatoria, que al gravitar
sobre el aceptante, viene a reforzar en la práctica la posición jurídica del
acreedor cambiario.
b) Fuentes de nuestro Derecho cambiario
Aunque el núcleo principal del sistema se encuentra contenido en la Ley
Cambiaria y del Cheque, no se agotan en ella las fuentes de esta rama del
Derecho; antes al contrario, existe un insospechado entramado de normas
de diverso rango que completan este microsistema.
Es por ello, que para una mejor exposición de nuestro trabajo creemos
conveniente llamar la atención sobre la existencia, y operatividad práctica,
de esta variedad normativa, sobre todo en unos momentos históricos en
que la circulación de los títulos cambiarios está experimentando una revolucionaria transformación como consecuencia del empleo de los procesos
informatizados.
En este sentido, nos vemos obligados a hacer referencia al Código de
Comercio, al Código civil y a otras leyes mercantiles y civiles, en lo que
respecta al estatuto y capacidad jurídica de los personajes cambiarios; a las
circulares del Banco de España y del extinto CSB; y a los usos bancarios,
especialmente los relacionados con las nuevas tecnologías.
El Derecho Uniforme de Ginebra y el análisis comparado del Derecho de
los países que tienen un sistema cambiario similar al nuestro, junto con la
doctrina científica -nacional y extranjera- y las decisiones de nuestro
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Nociones Introductorias
Tribunal Supremo, son también citados con frecuencia; sin olvidar que, en
las cuestiones relacionadas con el valor ejecutivo de los títulos cambiarios,
se hace imprescindible aludir a la Ley de Enjuiciamiento civil y, en algunos casos, a normas de naturaleza tributaria.
Por último, el fenómeno de la aplicación de las nuevas tecnologías en la
banca, con su incidencia en la circulación cambiaria, tiene también un
lugar destacado en nuestros comentarios.
1) La Ley Cambiaria como eje del sistema
La Ley Cambiaria y del Cheque de 1985 es la principal fuente de Derecho
cambiario español; inspirada en las Leyes Uniformes de Ginebra, ha venido a derogar la antigua regulación del Código de Comercio de 1885 referida a los títulos cambiarios, y constituye hoy el principal núcleo del
Derecho cambiario material sobre la letra, el pagaré y el cheque.
2) La tímida apertura legal a las nuevas tecnologías
Pero además, nuestra Ley Cambiaria y del Cheque, siendo muy posterior a la
Ley Uniforme, ha introducido por vía legislativa algunas novedades que permiten aplicar las nuevas tecnologías a la circulación de los títulos cambiarios.
Nos referimos a los artículos 43.2 y 137 de dicha Ley, que conceden
plena validez a la presentación al pago de un título cambiario a través de
cámara o sistema de compensación; y al artículo 45.1, que también
autoriza a las entidades de crédito, a entregar al librado un recibo sustitutivo de la letra de cambio, con efectos liberatorios, sin necesidad de
entregar materialmente el efecto original.
Y, precisamente al amparo de estos preceptos legales, se ha revolucionado la
circulación de los títulos cambiarios, al permitir el empleo de los adelantos técnicos, que -como hemos indicado- están trastocando los cimientos de algunas
de las teorías sobre la letra, el pagaré y el cheque, generando al propio tiempo
ciertos riesgos, principalmente por la falta de seguridad jurídica que conllevan.
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3) El funcionamiento del sistema informatizado de la letra de cambio truncada
En Francia, la facilidad proporcionada por la moderna teconolgía para
transferir fondos casi instantáneamente sin necesidad de trasladar materialmente el dinero, junto con la imperiosa necesidad de eliminar la manipulación de ingentes cantidades de letras de cambio que iba en camino de
colapsar la banca, fue lo que llevó a las autoridades financieras de aquel
país a intentar la puesta en marcha de un sistema de movilización de créditos comerciales (conocido por las siglas C.M.C.C.), en el que se pretendía sustituir totalmente el soporte de papel de las letras de cambio por un
soporte informático, de modo similar a como funciona la circulación de
recibos en soporte magnético.
Como este sistema suponía una ruptura con usos mercantiles arraigados, al
estar considerada la letra como un título de rescate que permite reforzar las
garantías de cobro por medio de las obligaciones asumidas por aceptantes,
avalistas y otros firmantes cambiarios, el sistema no tuvo general aceptación,
por lo que se puso en marcha un sistema intermedio, que recibió el nombre
de letra de cambio relevé, circulando en varias fases netamente diferenciadas:
a) como una letra clásica hasta pasar a poder de una entidad bancaria
donde queda inmovilizada; y en esta fase se le denomina letra truncada,
porque queda truncada o interrumpida su circulación.
b) en forma electrónica por los circuitos interbancarios; y suele denominarse letra en extracto, porque en esta fase lo que circula es un extracto
de la letra, en forma de impulsos electrónicos, conteniendo solamente los
datos principales de la misma.
y c) reimpresa de nuevo en papel común para entregar al librado un recibo sustitutivo de la letra como justificante de pago.
Y como en España las barreras legales tampoco favorecían la supresión total del papel en la circulación cambiaria, fue por lo que se adop- 93 -
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tó un sistema inspirado en el procedimiento francés de la letra de cambio relevé, denominada aquí letra truncada247, porque -como se ha
dicho- se trunca la circulación del título, archivándose éste si es pagado a su vencimiento; o devuelto a su cliente, si resultase impagado, a
fin de que pueda utilizarlo para reclamar el pago a su deudor por la vía
judicial.
Este procedimiento circulatorio se estableció, según hemos indicado,
al amparo de la propia Ley Cambiaria, que autoriza a las entidades de
crédito:
a) la presentación al pago ante un sistema de compensación, con efectos
equivalentes a la presentación física, de una letra de cambio, un pagaré o
un cheque, respectivamente (arts. 43.2, 96.4 y 137 L.C.).
b) y a entregar al librado un recibo sustitutivo del documento original,
con efectos liberatorios, como justificante del pago de una letra (art. 45.1
L.C.) o de un pagaré (art. 96.4 L.C.).
4) El protagonismo que esta Ley otorga a las entidades de crédito
Con relación al Derecho de Ginebra en el que se inspiró nuestra Ley
Cambiaria, y también en comparación con el Código de Comercio, el
legislador español otorga un elevado protagonismo a las entidades de crédito en el funcionamiento del sistema cambiario.
Veamos a continuación de forma condensada las principales novedades,
que constituyen otras tantas alusiones a las entidades de crédito, cuyas
normas se han incorporado a la Ley Cambiaria y del Cheque sin que figurasen en el Derecho Uniforme de Ginebra:
247. Como dato curioso señalamos que el proceso técnico de circulación electrónica ha sido
inspirado en el sistema francés de la letra de cambio relevé (letra en extracto); pero el
término truncamiento, asimilado por la banca española ha sido tomado del proceso utilizado por los anglosajones con el cheque (check truncation). Vid. DEVESCOVI,
Fabrizio, "Titolo...", págs. 45 notas 12 a 15 y 46 nota 17.
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a) Tenedor bancario: prerrogativa de presentar al pago las letras de cambio y los pagarés por medio de un aviso cuando el tenedor sea un banco
(arts. 43 y 96 L.C.).
b) Domiciliación bancaria:
- Necesidad de domiciliar la letra o el pagaré en una cuenta bancaria para
su presentación a través de cámara o sistema electrónico de compensación
(arts. 43 y 96).
- Obligación de notificar el protesto al librado cuando la letra o el pagaré
estén domiciliados en una entidad bancaria (art. 52 y 96).
- Exigencia de que sea un banco el tercero domiciliatario para pago del
cheque (art. 114).
c) Posibilidad de truncamiento: prerrogativa otorgada a las entidades
bancarias, de poder entregar con carácter liberatorio, un recibo acreditativo de pago de un efecto cambiario domiciliado, sin necesidad de desplazarlo materialmente (arts. 43, 45, 51, 96 y 137).
d) Protesto:
- Obligación impuesta a las entidades de crédito de remitir al librado en el
plazo de dos días hábiles la cédula de notificación del protesto de las letras
domiciliadas en ellas (art. 52).
- Protesto bancario: llamado así, impropiamente, a la declaración equivalente al protesto, emitida por una entidad de crédito (arts. 40 y 51).
e) Consignación bancaria: su reconocimiento legal, aplicable a la letra y
al pagaré (art.48 y 96).
f) Días inhábiles: consideración como inhábiles los días que no sean laborales para el personal de la banca (arts. 90, 96 y 160).
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g) Concepto de banco: determinación del alcance del concepto de banco
a efectos cambiarios (art. 159).
h) Librado bancario:
- Exigencia de que el librado del cheque sea necesariamente un banco (art.
106).
- Obligación de pagar el cheque cuando existan fondos disponibles (art.
108).
i) Cheque bancario: posibilidad de que los bancos libren cheques contra
sí mismos, o contra otros bancos (art. 112).
j) Cheque conformado: su reconocimiento por vía legislativa (art. 110).
Resumiendo diremos que, a la vista de lo que antecede, es fácil deducir que
nuestra Ley Cambiaria favorece la "bancarización" de los títulos cambiarios,
prácticamente absoluta en cuanto al cheque, ya que éste no es viable fuera del
sistema cambiario -principalmente por la exigencia de que el librado habrá de
ser necesariamente un banco-; siendo algo menos rotunda la exigencia legal de
la intervención de un banco en la circulación de la letra y el pagaré ordinario.
c) Normas complementarias
Por lo expuesto, resulta notorio que las nuevas tecnologías están revolucionando la operativa bancaria, creando nuevos problemas para los cuales
no tiene respuesta la Ley Cambiaria y del Cheque, por lo que es preciso
acudir a otras fuentes del Derecho.
En efecto, aunque la Ley Cambiaria constituye el principal núcleo normativo
del Derecho cambiario, éste, como un microsistema jurídico que es, se complementa con normas reglamentarias y con los usos comerciales y bancarios,
e integra sus propias lagunas valiéndose de los principios que lo inspiran, no
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