BIBLIOGRAFÍA TAJADURA TEJADA, Javier (Dir.): Los principios rectores de la política social y económica, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 2004, 494 páginas. 1. Los principios rectores de la política social y económica, fijados en el Capítulo III del Título II de la Constitución Española, ofrecen una primera aproximación de carácter paradójico: de un lado, se refieren a aspectos de la realidad social y económica de notable relevancia para la vida cotidiana de la los ciudadanos, a necesidades básicas de las personas, cuya satisfacción es precisa para la efectividad de los valores del propio texto constitucional; y, de otro, la estructura de estos principios y los cambios en las condiciones sociales han retraído y dificultado su análisis jurídico, que ha ofrecido posiciones dispares, cuando no contradictorias. Como señala el profesor Miguel Angel GARCÍA HERRERA, en el Prólogo, "los derechos sociales y su inevitable conexión con el Estado social no han recibido en la doctrina toda la atención que se merecen", si bien "recientemente se ha producido un reverdecimiento de las reflexiones sobre el Estado y los derechos sociales". Los acontecimientos producidos en el último tercio del siglo XX hacen que el panorama del siglo XXI sea diferente: cambios en la perspectiva individual (calidad y subjetivización de las prestaciones), en la perspectiva política tanto ascendente (Unión Europea) como descendente (descentralización territorial en Comunidades Autónomas) y, desde el punto de vista funcional, el paso del fordismo al posfordismo con la globalización y las exigencias del mercado. Por ello, es precisa una revisión o visión remozada de los contenidos constitucionales referidos a la vivienda, seguridad, social, sanidad y cultura, así como la inmigración. Pues bien, ese es el propósito que anima esta obra colectiva: el estudio de los principios rectores de la vida social y económica desde el eje convergente del establecimiento de una sociedad democrática avanzada establecida en el Preámbulo de la Constitución. La obra se estructura, amén del prólogo, en una introducción, siete estudios o capítulos dedicado cada uno a un principio rector, y un epílogo. A continuación se indican algunas pinceladas sobre su contenido, con el objetivo de mostrar su elevado interés y animar a su atenta y completa lectura. 2. La "Introducción", cuyo autor es el profesor Javier TAJADURA TEJADA, apunta tanto un balance como los principales retos que han de afrontar los principios rectores en este nuevo siglo. Destacan, en tal sentido, los aspectos siguientes: 1) El avance en la universalización, que ha de alcanzar a todos ellos y se ve dificultada por la lógica economicista de la globalización, una de cuyas consecuencias adversas es el predominio de los poderes privados sobre los poderes públicos estatales, por lo que el reto es la desmercantilización de la sociedad, anteponiendo las necesidades de las personas a las exigencias del mercado, debiéndose subordinar la economía a la política, que es lo que subyace en los principios rectores; 2) La conexión entre principios rectores y nuestra organización territorial del poder, entendiendo subordinada ésta al Estado social y apelando a la "uniformidad de las condiciones de vida"; 3) Las insuficiencias garantistas del Estado constitucional, aludiendo a la inconstitucionalidad por omisión; 4) La relación entre estos derechos y el principio de solidaridad; y 5) El reto de la inmigración. 3. El primer principio rector analizado por el profesor Roberto URIARTE TORREALDAY es la redistribución de la renta y el pleno empleo (artículo 40 CE). Este precepto, de contenido heterogéneo y por ello necesitado de una interpretación contextual, es una norma jurídica vinculante. El objetivo o mandato de distribución 253 254 BIBLIOGRAFÍA equitativa de la renta está en íntima conexión con el derecho de propiedad (artículo 33 CE), que es instrumental para la libertad y el libre desarrollo de la personalidad, con un componente diverso de derecho fundamental y de derecho individual de tipo patrimonial. En su vertiente institucional (derecho fundamental) sería el derecho a acceder y gozar del status de propietario (artículo 33.1 CE), mientras que la vertiente individual estaría en el artículo 33.3 CE. Un derecho fundamental no universal (la titularidad de uno excluye la de otro) y de todos en condiciones de igualdad, existiendo, pese a no explicitarse en el texto constitucional, una cláusula general de accesibilidad. El pleno empleo remite a la protección constitucional del trabajo del artículo 35 CE, cuyo reconocimiento constitucional en clave de Estado social va más allá de la mera libertad de trabajar. La concepción constitucional del derecho al trabajo es compleja y cualitativa, teniendo también una dimensión individual y colectiva. Los derechos laborales específicos del artículo 40.2 impregnan la concepción cualitativa del derecho al trabajo. Finalmente, destaca las consecuencias jurídicas de estos derechos sociales, en razón de su carácter normativo, cuyos contenidos mínimos en la medida que concretan otros derechos reconocidos en el Capítulo II son auténticos derechos subjetivos. 3. La Seguridad Social (artículo 41 CE) es estudiada por el profesor Andoni PÉREZ AYALA, que comienza destacándola como institución emblemática o núcleo duro del Estado social. Tras el examen de los antecedentes y evolución de la figura, donde destaca el Informe Beveridge como documento fundacional, a la que sigue la constitucionalización e internacionalización, entra en la constitucionalización de la Seguridad Social en España (artículo 41 CE). Este precepto, siempre ubicado en el mismo lugar, a relacionar con otras referencias dispersas en el texto constitucional (en particular, con otros preceptos del mismo Capítulo a modo de intersección de círculos secantes), se conecta con el principio de solidaridad. La Seguridad social aparece configurada constitucionalmente por cuatro notas (carácter público, universalidad subjetiva, generalidad objetiva y suficiencia prestacional), que son rigurosamente estudiadas. Otra de las cuestiones examinadas, por su relevancia, dificultad y polémica, es la delimitación de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas en materia de Seguridad Social, destacando el tratamiento específico del régimen económico, que no entra dentro de las competencias de ejecución ni de las legislativas, y no deja de plantear problemas. 4. El Capítulo Tercero, cuya autora es Idoia TAJADURA TEJADA, Asesora Jurídica del Gobierno de Navarra, trata de la protección de la salud (artículo 43 CE). Tras poner de relieve la distinta percepción de la salud desde las diversas ciencias, destaca que la Constitución se refiere a la "protección" de la salud. Los antecedentes comparado e histórico y la gestación del precepto le permiten entrar en la exégesis del precepto constitucional: además de su carácter normativo, resultan no sólo intereses legítimos sino también derechos subjetivos; la titularidad corresponde a todas las personas, aseguradas o no, nacionales y extranjeras; y el contenido, pese a la indeterminación del precepto, se refiere a los medios y no al resultado, acogiendo la interpretación doctrinal más amplia. La distribución competencial examina las competencias estatales y autonómicas en materia sanitaria, con mención especial, en cuanto pieza clave del sistema, del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Asimismo, el capital papel del legislador para aplicar este derecho, lleva a examinar las leyes estatales más relevantes para su desarrollo, cuyo horizonte está marcado por la Ley 16/2003, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud. En fin, una visión retrospectiva muestra los importantes avances en esta materia; pero se apuntan algunas cuestiones que han de abordarse para la efectividad de este derecho: el gasto farmacéutico incontrolado, el consumismo asistencial sanitario, los BIBLIOGRAFÍA déficits educativos y culturales de la población, la potenciación de lo privado como paradigma de la eficacia, la falta de respuesta al problema de la inmigración, la rigidez del modelo de personal y la falta de movilidad del personal médico, las diferencias de nivel entre Comunidades Autónomas, las deficiencias de la estructura socio-sanitaria de apoyo y los déficits en la atención de la salud mental. A lo que puede añadirse el fenómeno de envejecimiento de la población. 5. El profesor Javier TAJADURA TEJADA estudia el acceso a la cultura (artículo 44 CE). En línea con el constitucionalismo más reciente, la Constitución Española fija una denominada "Constitución cultural", refiriéndose a la realidad pluridimensional de la cultura: un ámbito de la vida humana, un derecho y una función del Estado. Para analizar la noción constitucional de cultura, parte de la contraposición entre la concepción universalista y la particularista, que, pese a sus divergencias, la Constitución de 1978 ha armonizado, refiriéndose tanto a cultura o culturas, resaltando la interelación entre cultura y democracia. El Estado español de Cultura se levanta sobre los principios de pluralismo y progreso. Destaca el artículo 44 que configura un derecho de acceso a la cultura, así como el artículo 149.2 que fija la función cultural del Estado. En suma, la Constitución contiene una concepción global, no fragmentaria, de la Cultura, cuyo progreso tiende a la construcción de una sociedad democrática avanzada, sin que sea tarea fácil dados los peligros o frentes del particularismo y la mercantilización. 6. No podía quedar fuera el examen, realizado por el profesor Esteban ARLUCEA, sobre el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado (artículo 45 CE). Con ello se recoge la preocupación ecológica, lo que contrasta con la actitud involutiva de la Convención en la elaboración del Tratado de futura Constitución para la Unión. Tras referirse a la influencia del derecho constitucional comparado y a la elaboración del precepto, indica los rasgos del texto definitivo: sintonía con los tiempos y realidad social en que se enuncia; ubicación dentro del título sobre las libertades y derechos aunque finalmente en los principios rectores; la titularidad corresponde a todos los seres humanos; el apartado 1 establece el derecho y deber a un medio ambiente adecuado, con determinadas notas, el apartado 2 se configura como principio rector y el apartado 3 se dedica al régimen sancionatorio; y no es un derecho absoluto. Define el concepto de medio ambiente siguiendo la STC 102/1995 y analiza su naturaleza jurídica, penetrando en la estructura interna del precepto y aludiendo al derecho al disfrute de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, examinando sus elementos y refiriéndose a su proclamación en el Convenio de Aarhus y al principio rector medioambiental. Finaliza con las competencias de las Comunidades Autónomas en materia ambiental. 7. A continuación el profesor Rafael LASAGA SANZ estudia la protección del patrimonio histórico (artículo 46 CE). Comienza destacando la importancia del patrimonio histórico en España y luego recorre el derecho comparado, los antecedentes internos y el proceso de elaboración del precepto constitucional. La exégesis de este artículo 46 se realiza desgranando sus elementos, para centrarse en el examen de la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 y su Reglamento de 1986. La regulación postconstitucional incorpora una nueva terminología (patrimonio cultural y bienes de interés cultural), establece el objeto de protección con un amplio elenco de bienes protegidos, las técnicas administrativas de protección (registros e inventarios), las técnicas jurídicas de protección y el reparto de competencias con referencia a la STC 17/1991. A ello añade la normativa autonómica y la protección penal. 8. Un tema básico de plena actualidad, el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada (artículo 47 CE), es examinado por la profesora Pilar GARRIDO. Parte de la problemática residencial en el proceso de industrialización del siglo XIX, del origen y evolución de la política de vivienda en España y del derecho a la vivienda en el Estado social, para entrar en el debate constituyente y en el examen del precepto constitucional. El ámbito subjetivo del derecho se inicia afirmando que el ejercicio del 255 256 BIBLIOGRAFÍA derecho a la vivienda es una condición básica para que las personas puedan desarrollar una vida digna, lo que enlaza con la dignidad de la persona y el artículo 9.2, por lo que, aunque el precepto menciona a los españoles, destaca la necesidad de considerar a los inmigrantes y a los colectivos sociales más desfavorecidos, destacando la conexión entre integración social y vivienda. En cuanto a su contenido, el derecho a una vivienda adecuada presenta complejidad como exigencia de un hábitat adecuado para el hombre; dimensión integral que impone considerar la vivienda como unidad y objeto (información al consumidor y calidad), su entorno inmediato (la urbanización) y el medio urbano como marco existencial. Destaca el imperativo constitucional de utilización del suelo de acuerdo con el interés general, si bien tras la Constitución las actuaciones han sido continuistas. Analiza también las competencias de las Comunidades Autónomas en materia de vivienda, teniendo en cuenta la STC 152/1988; y, en último término, alude a la política de vivienda en España después de la Constitución. 9. El libro se cierra con un Epílogo, cuya autoría corresponde al profesor Fernando OLIVÁN, quien realiza una reflexión filosófica ante la crisis en que vive inmersa nuestra sociedad que pone en peligro su propia supervivencia, interrogándose sobre la compatibilidad de los mundos que se relatan en conceptos como globalización, democracia, bienestar general, lo público, justicia. Parte del proceso evolutivo del Estado, señalando que las modernas relaciones de extranjería ponen en cuestión la idea misma de democracia, tal y como queda definida en el Estado social, cómo las tres crisis del Estado social conducen a una crisis de la democracia, sufriendo el estado moderno una mecánica de deconstrucción y la fragmentación de la ciudadanía. De ahí que la cuestión sea cómo acceden los extranjeros a los derechos sociales, por lo que dada la posición vital de los derechos sociales, la batalla judicial en la extranjería ha terminado asentada sobre este campo. El desafío consiste en construir un sistema nuevo que sepa estructurar los derechos sobre ese sujeto que es hoy la persona y hacerlo profundizando, además, en la idea comunitaria del valor de la democracia. 10. En definitiva, los autores, bajo una dirección coordinada, vertebrada en torno a la idea fuerza de "una sociedad democrática avanzada" fijada en el preámbulo de la Constitución, abordan la problemática de los principios de la vida social y económica, con un enfoque riguroso y actual, recogiendo la situación de crisis existente, para progresar más que en la inteligencia teórica de los derechos sociales, en su necesaria aplicación práctica. Se trata de pasar del reconocimiento, a veces tildado de programático, a su implantación efectiva en la sociedad actual y en el siglo XXI considerando los notables cambios acaecidos en las tres últimas décadas. No basta con indicar la crisis del Estado en sus distintas dimensiones o niveles, sino de construir sobre las bases constitucionales un sistema nuevo que afronte los retos complejos del presente y del futuro. Estamos, pues, ante una importante obra que, tras los veinticinco años de vigencia de nuestra Carta Magna, se enfrenta al reto de dotar de sentido actual y operatividad a los derechos sociales, pasando de su determinación normativa a la efectividad. Se trata, por ello, de un estudio riguroso, que a partir de la doctrina científica y constitucional pretende avanzar en la materialización de estos derechos. Esta obra colectiva, por su actualidad y por la calidad de su contenido, será un referente obligado en la bibliografía sobre los derechos sociales en la Constitución Española. JOSÉ ANTONIO RAZQUIN LIZARRAGA