SOBRE EL TIPO DE ESTILO DULZURA: HERMÓGENES EN

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SOBRE EL TIPO DE ESTILO DULZURA:
HERMÓGENES EN ANTONIO LULIO
Julián ARRIBAS REBOLLO
Johnson C. Smith University
1. INTRODUCCIÓN
En los últimos decenios la crítica ha comenzado a prestar
cierta atención a las teorías de Hermógenes de Tarso,5
tratadista bizantino del siglo segundo de nuestra era, por la
indudable influencia que éste ha tenido en los renacimien5
Annabel Patterson escribe en el prólogo de su libro Hermogenes
and the Renaissance. Seven Ideas of Style: "This book takes as its
starting point the historical fact that there was once a rhetorician by the
name of Hermogenes [...] whose work [...] caused considerable
excitement during the European Renaissance" [1970]. Desde entonces
se han publicado algunos estimulantes trabajos. Sobre el tema general
de retórica bizantina se deben consultar los siguientes: Kennedy, 1983;
Kustas, 1970; y Monfasani, 1983. Sobre las teorías de Hermógenes
véanse: Kustas, 1973a. Dado que Hermógenes es también una figura
nuclear en el resto de su libro, véase también: Monfasani, 1976; LópezGrigera, 1983, artículo seguido de una importante bibliografía [: 19-64];
Artaza, 1989; la introducción al tratado de Hermógenes Sobre los tipos
de estilo de Sancho Royo, 1991; y López-Grigera, 1994.
23
tos europeos. La difusión de su obra pasa por la Italia del
siglo xv en la figura de un exilado bizantino llamado Jorge
de Trebizonda y entra en España de mano de intelectuales
españoles que asistieron allí a sus clases. Entre los simpatizantes de las teorías del bizantino sabemos con seguridad de
Alfonso de Palencia. Después, tras la fundación de la Universidad Complutense de Alcalá de Henares y la cátedra de
Retórica en manos de Fernando Alonso de Herrera, quien
editó la obra retórica de Trebizonda para uso de sus estudiantes, entramos en un período casi inexplorado. La estela
de la obra retórica de Hermógenes en la España del siglo
XVI es un terreno poco menos que virgen.6 Uno de los
preceptistas españoles que más claramente muestran su
deuda para con el bizantino es Antonio Lulio. Este trabajo
es una contribución a la comprensión de esa influencia en el
aspecto del tipo de estilo Dulzura (glykytes),7 uno de los
rasgos de su teoría sobre el estilo más relacionados con los
géneros poéticos de "entretenimiento" y más específicamente con la égloga, tal y como se nos presenta en su tratado
6
Cf. Monfasani, 1976; Duran Barceló, 1993; y López Grigera,
1994. La obra de Herrera se intitula Opus absolutissimum rhetoricorum
Georgii Trapezuntii cum addilionibus herraerensis (Alcalá de Henares,
Brocar, 1511).
7
Sancho Royo, Wooten y Patterson traducen este término como
Dulzura (Sweelness), aunque Kustas prefiere el término Pleasentness.
Por claridad terminológica adopto también aquí el término Dulzura.
Sobre el uso de terminología moderna y la confusión que provoca en la
exégesis de la historia de la teoría poética, dice Grahame Castor: "To
alarge extent our difiiculty in dealing with the poetic theory of the
sixteenth century is a terminological one. [...] It is impossible to
transíate earlier terminology ínto modern terminology without altering
its significance, either by addíng something which was not previously
24
Perí Ideón; y del eco que estos preceptos tuvieron en el
trabajo de Antonio Lulio, tratadista balear que publicó su
obra retórica De oratione libri septem en 1558. No en vano esta
fecha coincide o es muy cercana a la publicación de Los
siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor, primera
novela pastoril española.9 Esta concepción de estilo tuvo un
importante papel en la transformación del género pastoril de
un tipo dramático en un tipo narrativo.
2. HERMÓGENES DE TARSO
2.1. ELEMENTOS DEL DISCURSO Y NOCIÓN DE IDEA EN HERMÓGENES
Según la teoría de Hermógenes, todo discurso está compuesto de tres grandes elementos, que son: el pensamiento o
contenidos nocionales (énnoia), el método o forma de tratar
there or by ignoring certain important areas of reference. Converseley,
we also should not take the words used by an earlier age than our own
and assume, without calling further evidence, that they carried the same
meaning then as they do now" [1964: 5].
8
El texto griego puede encontrarse en la edición de H. Rabe. He
tomado las citas de la traducción española de Antonio Sancho Royo,
Sobre los tipos de estilo, dando la página de referencia en el texto. He
consultado también la traducción inglesa de Cecil W. Wooten, On types
of slyle
9
Juan Bautista Avalle Arce escribe: "Con Jorge de Montemayor
nace, en estado de perfección, la novela pastoril española" [19742: 69].
Al parecer, que yo sepa, el hecho de que un género nazca casi de
repente y en estado adulto no ha suscitado en la crítica pastoril españo
la un esfuerzo investigador que trate de explicar este hecho. La mayoría
de los estudios enfocan el problema hacia sus antecedentes y no hacia
sus causas. Recientemente han aparecido tres trabajos sobre la primera
novela pastoril española que merecen destacarse: Fosalba, 1994; y las
25
ese contenido (méthodos), y el estilo elocutivo, dicción o
conjunto de rasgos formales (lexis). Estos elementos tienen
a su vez otras subdivisiones. Hermógenes, que analiza y
disecciona cada elemento en componentes diversos, percibe
el discurso como una combinación múltiple de los mismos.
El orden de importancia de estos tres elementos para la
composición de un discurso sigue esta secuencia:
pensamiento, dicción y método. Para Hermógenes el
pensamiento (lo que se dice) es lo más importante [: 39], la
dicción (el cómo se dice, o sea, los recursos materiales y
formales de la lengua: las palabras, la sintaxis, las figuras
de dicción, la cadencia y el ritmo) está en segundo lugar, y
finalmente el método, es decir, el tratamiento que se le da al
discurso al ser expresado: ya sea narrando, interpelando,
aludiendo, exponiéndolo de manera directa o indirecta, etc.,
donde se incluyen también las figuras de pensamiento [:
39]. Las distintas maneras en que se pueden usar estos tres
elementos y sus distintos componentes dan lugar a lo que
Hermógenes llama tipos de estilo. Aunque es posible que
algunos componentes sirvan a la vez distintos propósitos —
y de hecho se da el caso que algunas partes de un tipo
sirven de igual manera a otro tipo distinto [: 40]—, y
aunque es posible que un mismo componente esté presente
en varios tipos a la vez —y de hecho éste es el caso más
frecuente—, ello no impide que se puedan diferenciar e
individualizar los tipos de estilo. Hermógenes propone la
existencia de siete grandes tipos de estilo, que llegan hasta
veinte si añadimos los subtipos.10
ediciones de La Diana de Montero [Montemayor, 1996a] y de Arribas
Rebollo [Montemayor, 1996b].
10
Estos tipos de estilo son herencia de las "virtudes del decir" que
encontramos en Aristóteles, Isocrates, Dionisio de Halicarnaso, y otros
26
Para comprender mejor este juego de combinaciones el
tarso ilustra al lector con un ejemplo al principio de su
tratado Perildeón:
Supongamos que queremos crear [el tipo de estilo] Dulzura.
Hay pensamientos que implican Dulzura, los referentes a la
mitología y similares y algunos otros. Las formas de tratarlos
consisten en exponerlos como tema más relevante y en forma
de relato, y no de forma alusiva o por algún otro procedimien(cf. Monfasani, 1976). Conviene recordar aquí los siete tipos de estilo y los
subtipos correspondientes, según traducción de Sancho Royo: I. Claridad
(saphéneia)
Pureza (katharotés)
Distinción (eukríneiá) II.
Grandeza (mégethos)
Solemnidad (semnotes)
Aspereza (trachytés)
Vehemencia (sphodrotes)
Brillantez (lamproles)
Florecimiento (akne)
Abundancia (peribolé)
III. Belleza (kallos)
IV. Rapidez {gorgotes)
V. Carácter (ethos)
Sencillez (aphéleia) Dulzura
iglykyles) Sutileza (drimytes)
Modestia (epiéikcia)
Indignación (barytes) VI.
Sinceridad (alétheia) VII.
Fuerza (deinotes)
27
to. El estilo es de corte adjetival y, en general, sutil, y si
pertenece a la clase poética, no es el de tono elevado y difuso.
Las figuras de dicción son las acordes con la corrección gramatical, por lo general, y las que no contienen paréntesis. El
orden de palabras es más bien el relajado, debido al propio
tipo de dicción, mas no, por cierto, el totalmente descoyuntado, pues una parte del placer derivado de la Dulzura es menester que provenga del ritmo. En relación con los tipos de
metros, se emplean el dactilico o anapéstico [: 36-37].
El término que usa Hermógenes para identificar estos
tipos de estilo es Idea, lo cual apunta hacia una conceptualización platónica. Pero para el tarso Idea es un producto de
la combinación técnica de los elementos del discurso y sus
componentes en el proceso de composición, y no características del estilo de un orador particular.11 Parece que cada
orador tiene un estilo personal, pero esto lo percibimos así
porque los oradores usan de los rasgos de estilo más genuinos de un tipo particular frente a los demás, resultando en
un aparente estilo personal de autor cuando en realidad no
es más que el uso de rasgos preponderantes de los tipos de
estilo. Algún rasgo de estas Ideas o tipos de estilo
predomina en una obra y le da el "sabor" peculiar que tiene
esa composición.12
11
Se debe entender "orador" en el sentido general de "emisor": la
persona que emite un mensaje. En el contexto del lenguaje escrito lo
entenderíamos como "autor", como "narrador" y también como los
mismos "personajes" en las prosopopeyas. Hermógenes menciona autores como Demóstenes, Platón, Hornero, Jenofonte, y otros.
12
Ideai o Ideas, explica Kennedy, "are general qualities found in
composition and are not characteristics of an individual author, but an
understanding of them leads to an understanding of authors" [1983: 97].
El mismo Hermógenes dice que entre los autores antiguos alguno
28
Hermógenes, decimos, distingue siete concepciones diferentes de estilo en este tratado de retórica técnica. Una de
ellas es el Carácter (ethos). Existe una noción de Carácter
que consiste, apunta Hermógenes, en dotar de palabras y
pensamientos adecuados a un personaje, como sería, por
ejemplo, el tipo de palabras y argumentos que usaría un
general, o un hombre del campo; existe también otra noción
de Carácter que provee con atributos físicos y morales a lo
que conocemos como prototipos humanos, como son, por
ejemplo, los tipos del cobarde, el glotón o el avaro. Pero la
Idea de Carácter que trata Hermógenes consiste en una
combinación de tipos de estilo. Los que crean Carácter son
los siguientes: Sencillez (aphéleia), Dulzura (glykytes), que es
una suerte de belleza de la Sencillez, Sutileza (drimytes), Indignación {barytes) y Modestia (epiéikeia). De éstos hay, en
particular, dos tipos que Hermógenes asocia con los poemas
bucólicos: Sencillez y Dulzura. De ellos vamos a tratar aquí
del segundo.
2.2. EL TIPO DE ESTILO DULZURA
2.2.1. Contenidos nocionales (énnoia)
Podríamos agrupar los pensamientos que crean la concepción de Dulzura en la teoría de Hermógenes de la siguiente
manera:
usó "de forma preponderante rasgos propios de un tipo de estilo y otro
los de otro tipo, y así sucede que existe un estilo genuino de cada uno
de ellos. Por 'utilizar de forma preponderante' entiendo [...] el utilizar,
sobre todo, los rasgos más genuinos de cada tipo" [: 38]. Sobre la
importancia en la elección de las palabras griegas de Idea vs. Ethos, cf.
Kustas, 1973b: especialmente 30-34.
29
A) Al primer grupo corresponderían tres subgrupos de los
mismos contenidos nocionales que crean los tipos de estilo
Sencillez y Pureza.
En primer lugar, son pensamientos comunes a todo el
mundo, y que afectan o parecen afectar a todos. No encierran ningún contenido profundo, capcioso ni sofisticado, y
por eso tienen un valor introductorio en el discurso. Para
crear Pureza y Sencillez han de ser considerados en sí mismos y no en razón de su uso, es decir, sin tener en cuenta la
intención con que se declaran [: 41 y 108]. Son también
característicos de la Claridad. Se trata, en general, de afirmaciones cotidianas que por su simpleza son claras y cognoscibles por sí mismas. Este tipo de contenidos nocionales
se encuentra con abundancia en la oratoria política -—dice
Hermógenes—, pero también es abundante en las causas
demostrativas. Son pensamientos puros y sencillos a la vez,
pues el autor considera que los contenidos sencillos deben
ser puros, y viceversa. Muchos de estos contenidos nocionales también crean Dulzura. Hermógenes señala que existen
en la realidad social algunas personas cuyos pensamientos
no son sofisticados, sino simples y puros por naturaleza e
incluso infantiles, especialmente cuando exponen o se refieren a un asunto sin motivo justificado, o sin que se les haya
preguntado. Éstos son los pensamientos que uno oye puestos "en boca de los niños pequeños y de aquellos hombres y
mujeres de mentalidad cercana a la infantil, de las gentes
del campo y, en general, de los hombres sencillos e inocentes" [: 108]. La mayor parte de los poemas bucólicos, por no
decir la totalidad —añade Hermógenes—, son de tal clase.
Y así le ocurre a Teócrito en algunos de sus poemas bucólicos, como cuando dice: "Yo canto a Amarilis, mientras mis
30
cabras pacen en la montaña".13 El campesino es para
Hermógenes un prototipo humano que pone de relieve
el estilo de su carácter.
En segundo lugar, son pensamientos sencillos
aquellos que están al borde de lo trivial, y ocurre
especialmente cuando alguien habla de asuntos banales.
Hay una gran similitud entre éstos y los anteriores, pero
también existen diferencias, pues no necesariamente lo
trivial ha de ser común o cotidiano.
En tercer lugar, son sencillos los pensamientos que
usan argumentos o pruebas para tratar de demostrar
algo, cuando se hace usando de comparaciones con el
mundo animal o vegetal. Estos contenidos nocionales
por su propia naturaleza están más próximos a la
Dulzura que los anteriores, pero también pueden
comportar Grandeza, por lo cual abundan entre los
poetas, ya que lo placentero y lo grandioso, dice
Hermógenes, son dos de las preocupaciones más
importantes de los poetas.
Este primer grupo de contenidos nocionales que
expresan Sencillez también crean Dulzura cuando se
refieren a la mitología, cuando expresan lo sensual o
sensitivo, cuando refieren lo amoroso y lo emotivo, y
cuando se dota de racionalidad a lo irracional,
categorías que vamos a ver a continuación. El mismo
autor afirma que "la Dulzura es como una suerte de la
Sencillez" [: 112]
B) El segundo grupo de contenidos nocionales
corresponde con la ficción. Hermógenes los entiende en
un continium entre la falsedad y la verdad. No
entraremos aquí en deta13
Teócrito, Idilios III, l.
31
lies para pormenorizar la relación que tienen conceptos
como posible e imposible, real e irreal, verosímil,
admirable y maravilloso, porque ello mismo sería otro
ensayo en sí mismo. Baste recordar aquí la analogía que
existe entre estos contenidos y los tipos de narración
basada en los hechos que encontramos en el Ad
Herennium.11 En palabras de Hermógenes, son
pensamientos que crean la concepción de Dulzura
"todos aquellos que tienen que ver con el mito", como
hace Platón en el Banquete o en el Fedro; en segundo
lugar "las narraciones que están próximas a los mitos",
como son el relato de la guerra de Troya y otros
similares; y en tercer lugar "aquellos relatos que
participan del carácter mítico en escasa medida pero que
son más convincentes que los mitos", como son las
narraciones de Heródoto [: 113]. Añade Hermógenes
que cuando se tiene la certeza de la existencia de los
hechos que se relatan, la narración se aparta del carácter
mítico, "razón por la cual no participan de la Dulzura en
igual proporción que los mitos auténticos" [: 113]. Es
evidente, pues, que el grado de ficción de los hechos de
la narración es la idea subyacente en este grupo de
contenidos nocionales.
C) Un tercer grupo de contenidos que conllevan
Dulzura lo constituyen todos aquellos relatos de cuantos
placeres producen gozo a nuestros sentidos.
Hermógenes clasifica el goce sensitivo en términos
sociales, y de este modo puede tener dos fuentes:
aquellos hechos placenteros que compor32
Ad Herenium I, 8: Fábula est quae neque veras neque veri
símiles continet. Argumentum est ficta res quae tamen fieri. potuit,
velut argumenta comoediarium. Historia est gesta res, sed ab aetatis
nostrae memoria remota.
32
tan un deleite vergonzoso, y aquellos que producen un placer no vergonzante.15 Si bien afirma que ambos crean Dulzura, ya que tanto la ejecución de la acción como la imaginación de la misma producen un mismo efecto, aunque en
intensidad proporcionada, Hermógenes pone un mayor énfasis en los contenidos nocionales no vergonzantes, propios
de los prudentes. Entre ellos se cuentan fundamentalmente
dos subtipos: 1) las descripciones sensoriales propiamente
dichas, que son todas aquellas descripciones placenteras
para nuestros cinco sentidos [: 113]; y 2) los pensamientos
amorosos de toda clase [: 114]. Ejemplo de las primeras son
la belleza de un lugar, la diversidad de las corrientes de los
ríos, la variedad de las plantas, y cuantas similares a éstas
hay. Estas conllevan tanto Dulzura como Sencillez. Además, como especie del segundo subtipo encontramos aquellos temas con los que nos alegramos, como son los "elogios
de nosotros mismos, o de nuestros antepasados, o de nuestros hijos" [: 115], los cuales producen gozo sensorial y son
muy útiles para la oratoria pública. Volviendo al tema de los
pensamientos amorosos, Hermógenes puntualiza que
"expresar de manera poética sentimientos amorosos conforme a la naturaleza humana" [: 52] crea Dulzura. Por el
ejemplo con que ilustra esta idea,16 se puede inferir que
probablemente se trata de sentimientos expresados conforme a las convenciones sociales, de modo que la homosexualidad (cabe preguntarse si hay algún grado aceptable de
homosexualidad ya sea masculina o femenina) y otras for15
Las llamadas Fábulas Milesias constituirían un ejemplo de contenidos
vergonzantes, mientras que los idilios bucólicos serían un ejemplo de
los no vergonzantes.
16
Iliada XIV, 346: El hijo de Cronos asió entre sus brazos a su esposa.
33
mas sexuales contra natura estarían excluidas de esta categoría
de contenidos nocionales.
D) Un cuarto grupo de contenidos nocionales que crean Dulzura
consiste en revestir seres irracionales de cualidades racionales,
o en atribuir a seres irracionales acciones y cualidades propias
de los seres humanos. Unos son seres inanimados, como el agua
o el monte, y los otros de alma sensitiva, como son los
animales, carentes de volición racional.
Estos son los cuatro grupos de pensamientos que contribuyen a
crear el tipo de estilo Dulzura. En esta misma obra, al tratar el
tema de los recursos estilísticos que son más apropiados para
cada tipo de discurso, Hermógenes afirma que al discurso
panegírico en prosa le son más oportunos los recursos del tipo
Dulzura [: 150].17 En cuanto a la poesía, cuya naturaleza radica
en la imitación [: 151], le es propio, en primer lugar, "la
obligada utilización del metro"; en segundo y tercer lugar, los
asuntos referentes a la vida de los dioses ("pensamientos
míticos") y a la de los seres humanos, tales como "sus amores,
peleas, amistades, descendencia, crianza y cosas por el estilo";
en cuarto lugar, "todos aquellos relatos maravillosos"; en quinto
lugar, "las historias que exceden a la naturaleza humana y las
que cuentan proezas
17
Los seguidores de Aftonio, comentador de Hermógenes, dividen los
progymnásmata, catorce en número, en tres categorías: símbuléutico,
dicánico y panegírico. Hay cuatro tipos de panegírico: el encomio
(enkomion) y su opuesto la censura (psogos)t la comparación (synkrisis), y la
caracterización {ethopoiia). La descripción de personas, lugares y cosas
(ékphrasis), y la narración (diégema) son comunes a los tres géneros, mientras que la tesis (thesis) lo es sólo del panegírico y del simbuléutico. Cf.
Rustas, 1970:57-58.
34
maravillosas realizadas por seres humanos, como si realmente hubieran ocurrido y fueran dignas de crédito"; en
sexto lugar, la animación de los seres inanimados; y finalmente, narrar y describir con minuciosidad en el detalle [:
152-153].
Como vemos, cuando se piensa en el discurso poético,
podemos encontrar sin dificultad gran parte de estos contenidos en la "literatura de entretenimiento". No en vano la
finalidad más importante de esta literatura persigue agradar.
En tiempo de Hermógenes los géneros más representativos
habrían sido las fábulas, la poesía bucólica, la comedia, y
gran parte de pasajes épicos, históricos y diálogos
didácticos, filosóficos y moralizantes. Pero de cómo se recibieron estas ideas en la España del siglo XVI y de cómo se
adaptaron a la maquinaria cultural del momento trataremos
más adelante.
2.2.2. El estilo elocutivo (lexis) del tipo Dulzura
Los elementos formales del discurso, que también podrían
entenderse como recursos del lenguaje para crear un tipo de
estilo determinado, son en importancia el segundo elemento
del discurso y se clasifican fundamentalmente de la siguiente manera: la dicción, las figuras de dicción y el metro,
donde se contiene el ritmo, la cadencia y la rima.
2.2.2.1. Dicción
A. Léxico común
La dicción que origina Dulzura debe ser, en primer lugar,
sencilla en relación con el estilo Puro, es decir, común y
35
accesible a todos: empleo de vocablos bien conocidos y en
sentido literal [T 42-43]. Así pues quedarían excluidos de
esta dicción tanto los arcaísmos, como los neologismos,
cultismos y tecnicismos.
B. Dicción poética
En segundo lugar, crea Dulzura la dicción poética.18 El
vocabulario poético es el que expresa los contenidos
nocionales poéticos que hemos mencionado más arriba.
Hermógenes advierte que cuando se intercalan pasajes poéticos en el discurso, como hacen por ejemplo Platón,
Herodoto y Jenofonte, tanto si se trata de poemas del mismo
orador como si son poemas ajenos, deben estar bien
entrelazados con la prosa de manera que parezca que existe
un solo cuerpo entre ellos [: 116-117]. La analogía entre el
cuerpo humano y el cuerpo del discurso es frecuente en el
siglo XVI. Entre los tratadistas y comentaristas europeos
que escriben en latín encontramos este concepto expresado
con el término de "nexus".
C. Epíteto
En tercer lugar, "dicción dulce es la que se crea por medio
de los epítetos" [: 118]. El uso de epítetos hace que la
poesía parezca aún más dulce, ya que lo es por naturaleza,
lo cual agrada en buena medida.19
18
Hermógenes menciona el dialecto jonio como ejemplo de dialecto
poético por naturaleza. Sobre los ritmos y sus clases, cf. Dionisio de
Halicarnaso, Sobre la composición literaria; y Maas, 1962.
19
Cf. Sobejano, 19702. Sobre el epíteto pastoril, véase Arribas
Rebollo, 1998.
36
D. Dicción sutil
Finalmente, es también dulce la dicción sutil. La Sutileza
consiste en conjuntar un término, ya sea un vocablo o un
tropo, con otro término que apareció en el contexto precedente. Según Hermógenes, hay cuatro casos de Sutileza: el
primero consiste en usar un vocablo que de ordinario tiene
un significado concreto en combinación con otro vocablo o
con otro pensamiento de un contexto precedente para darlo
un nuevo sentido, a veces irónico. El riesgo de tal sutileza
es caer en la frigidez de estilo: quienes combinan lo serio
con lo cómico para provocar risa usan con frecuencia de
estas sutilezas.20 El segundo resulta de la conexión
homofónica de una palabra con otra del contexto
precedente, cambiando así su sentido. El tercero se produce
por paronomasia cuando usamos un vocablo en su acepción
normal y acto seguido en un sentido figurado. Algunas
paronomasias se producen con evidencia y están cerca de
llegar a la metáfora, lo cual crea Sutileza y Dulzura a la vez.
Finalmente, el cuarto caso se produce cuando se añade un
tropo en secuencia con otro anterior.
2.2.2.2. Figuras
En cuanto a las figuras de dicción, aquéllas que producen
Dulzura son las mismas que producen Sencillez y Pureza,
por una parte, y Belleza, por la otra.
20
Sobre la frigidez en el estilo, cf. Aristóteles, Retórica 1405b-1406a;
Longino, Sobre lo sublime 3-4; y Demetrio, Sobre el estilo 114-127.
37
A. Figuras que crean Sencillez y Pureza
Usar oraciones independientes y, en general, estructuras
gramaticales elementales (sujeto en nominativo, verbo conjugado y predicado), es propio de la Pureza. Los miembros
de las frases deben ser cortos y encerrar un pensamiento
completo. Por el contrario, el uso de oraciones subordinadas
es propio de la Abundancia, y se aleja de la Pureza.
B. Figuras que crean Belleza
Las figuras que crean Belleza son las siguientes: parísosis
(paralelismo), epanaphorá (repetición: los miembros de
frase tienen la misma palabra al principio de la frase),
antistrophá (repetición: los miembros de frase tienen la
misma palabra al final de la frase), epanastrophá (comenzar
una frase con la misma palabra con que comenzó la
anterior), klimax (anastrophá prolongada), poliptoton (usar
la misma palabra en distintas frases), afirmaciones que se
producen en virtud de dos negaciones, modos inusuales de
expresión (kainoprépeia), y el hipérbaton (alteración del
orden sintáctico usual de una frase). En cuanto a esta última
figura, hipérbaton, se debe anotar aquí el carácter equívoco
del uso de este recurso, ya que si bien crea Belleza, es
antagónico a la Sencillez y a la Pureza. Hermógenes, que
distingue tres clases de ornamentación en el discurso,
parecería inclinarse por la noción de que el uso del
hipérbaton sería conveniente en unas formas poéticas y
desaconsejable en otras. Hermógenes dice que "el adorno es
propio de la Dulzura y Sencillez" [: 68]. En este lugar distingue tres clases de adornos: el de la Brillantez, el de la
Belleza y el de la Dulzura. Parece ser que el adorno brillan38
te consiste en el uso de oraciones subordinadas junto a la
principal, que es la base del pensamiento que se expresa, o
en el uso de otros elementos de expansión, sin que se
interrumpa el pensamiento (los miembros de frase serán,
pues, largos); el adorno bello consiste en una cuidadosa
composición del orden de las palabras, en la simetría y
proporción de las partes en relación con el todo, y en la
conjunción y armonía de todos sus elementos; el adorno
dulce, aunque se omite en este pasaje, queda expuesto más
arriba: uso de formas rectas y estructuras gramaticales elementales. Presumiblemente, pues, el hipérbaton sería apropiado en algunas composiciones poéticas, pero no en las
que se pretende específicamente crear Dulzura.
2.2.2.3. El metro
Por lo que se refiere a la medida, el orden de palabras que
produce placer es el mismo que produce Belleza: 1) se debe
evitar el encuentro entre vocales (hiato), 2) las palabras deben tener un cierto carácter métrico, y 3) los pies métricos
deben adecuarse al tipo de discurso y estilo (decoro léxico).
Al considerar ese carácter métrico, Hermógenes añade dos
puntualizaciones más: una, que las palabras de las que está
compuesto el ritmo no deben tener igual número de sílabas,
ni ser isócronas ni isótonas; y dos, que la última palabra de
la que está compuesta una frase no debe ser monosilábica,
porque ello es antagónico a la belleza de la Dulzura. La
variedad es, pues, un aspecto importante de la belleza [: 98].
El ritmo de la frase, que no es sino el orden de composición de los pies métricos, es el mismo que produce
Solemni39
dad: dactilico (una larga y dos breves), anapéstico (dos breves y una larga), peónico (una larga y tres breves o viceversa), yámbico (una breve y una larga), espondaico (dos
largas) o epítrito (tres largas y una breve en múltiples
combinaciones).
Finalmente, la cadencia que produce Dulzura es la misma
que crea Pureza. Podemos destacar tres aspectos: 1) que la
frase termine con un pie largo, o en todo caso con uno de
los pies mencionados anteriormente; 2) que la oración acabe en un sustantivo o palabra sustantivada que tenga por lo
menos tres sílabas; y 3) que la oración tenga al final, o
próximo al final, un elemento abierto que ocasione la abertura de la boca al ser pronunciado [: 60-61]. Estas vocales
abiertas son, según Hermogenes, la "a" y la "o".
2.2.3. El tratamiento (méthodos) del tipo de estilo Dulzura
El método, o formas de tratar los contenidos nocionales, es
en importancia el tercer gran componente del discurso
(logos). Los que originan Dulzura son los mismos que
aquéllos que originan Pureza y Sencillez, y son tres:
1) Tratamiento narrativo. Presentar los hechos de forma
narrativa es propio de la Pureza. Hermogenes considera la
narración un tratamiento, ya que es fruto de muchas figuras,
y no una figura, porque no es natural que lo que es una
figura deba su origen a otra [: 42].
2) Fraccionar un contenido en partes diferenciadas y definidas. No se trata de dividir un pensamiento en partes
(divisio) sino de eliminar lo impreciso e indefinido de un
pensamien40
to y expresarlo en categorías concretas [: 110].21 Igualmente, se pueden expresar pensamientos agudos o profundos
(que no son sencillos) de esta forma sencilla y directa, lo
cual es propio de la Sencillez [: 118].
3) Garantizar la credibilidad de una causa mediante juramento y no por hechos. Garantizar la certeza de una afirmación usando un juramento en lugar de pruebas es propio
de la Sencillez [: 111]. Hermógenes considera que prorrumpir en juramento es revelador del carácter de espontaneidad
de quien habla. La espontaneidad dispone el ánimo de los
oyentes hacia una mayor credibilidad y en consecuencia
facilita la persuasión. Lo espontáneo es sencillo, y por ello
mismo es creíble y persuasivo [: 128]. Tiene también el
mismo efecto asociar a los oyentes o a sus adversarios por
juramento.22
3. ANTONIO LULIO
3.1. INTRODUCCIÓN
Antonio Lulio publicó su tratado retórico De oratione libri
septem en Basilea en 1558.23 El lugar de publicación y la
21
Se entiende definido en el sentido de especificativo, como en el
siguiente ejemplo: "a los que hacen trabajo por un salario"
(indefinido)vs. "a los segadores, a los zapadores... etc." (definido)
22
Estas formas de argumentación son persuasivas y revelan el carácter de quien las expresa (v. g. "Por Zeus y los otros dioses, no aceptéis..."). Sin embargo, los argumentos que persiguen credibilidad bajo la
forma de juramento no son sencillos ni reveladores de carácter.
23
ANTONI LVLLI / Balearis de Oratione Li- / bri septem. /
Quibus non modo Hermógenes ipse totus, ue- / rum etiam quicquid
41
lengua en que se escribe, el latín, hacen que este autor y su
obra trasciendan las fronteras de lo hispano. Aunque se ha
calificado esta obra como uno de los mejores libros de retórica escritos por un autor español,24 no existe ninguna edición moderna y consecuentemente tampoco existe ninguna
monografía del mismo hasta la fecha. El profesor Sancho
Royo ha reorganizado la mayor parte de lo que sabemos
sobre la vida y la obra de Lulio en la introducción a la
publicación de su reciente traducción de De poeticae
decoro.25 Marcelino Menéndez Pelayo primero, Annabel
Patterson, y más recientemente Luisa López Grigera han
llamado la atención de la crítica sobre la influencia de
Hermógenes en la obra de Antonio Lulio. De hecho, el
mismo autor así lo proclama en el título de su obra. El
tiempo y la manera en que las teorías de Hermógenes
penetraron en Europa, y finalmente en España, se han
apuntado aun más recientemente, aunque el tema todavía
requiere un mayor esfuerzo
feré á reliquis Graecis ac La- / tinis de Arte dicendi traditum est, suis
locis / aptissimé explicatur. [...] BASILEAE, PER IOAN- / nem
Oporinum (ejemplar de la Biblioteca Nacional de Madrid: 3/59459).
24
Marcelino Menéndez y Pelayo dice: "Es uno de nuestros mejores y
más racionales libros de Retórica, aunque no está exento de nimieda des
y de subdivisiones inútiles" [19744, vol. 1: 639]. Por su parte, Elena
Artaza señala: "este autor es una de las más preclaras figuras de la
retórica renacentista y su obra la más densa, sólida y sistemática de las
que componen el panorama retórico de la época" [1989: 159, nota 386].
Véase también la revalorización que de él hace López Grigera,
1994: 78-81.
25
Edición bilingüe (latín y español) del capítulo cinco, del libro siete
de Lulio, Sobre el decoro de la poética. Una breve noticia de la vida y
obra de Lulio también puede encontrarse en Artaza, 1989: 139-140.
42
de investigación.26 El tratado De oratione libri septem es
una extensa obra (532 páginas en folio) de teoría retórica y
poética en que el autor recoge las tradiciones griega, latina
y bizantina para recomponerlas en un nuevo impulso de teoría poética y retórica en la historia del siglo XVI.
El método de explicación que usa Lulio es muy
consistente en toda su obra: primero plantea y define el
problema a tratar, después recapitula sobre lo que considera
más importante que se ha dicho con anterioridad acerca del
mismo, y finalmente expone su propia visión. De esta
manera, y antes de centrarnos en los detalles del tipo de
estilo Dulzura, empecemos introduciendo algunas
generalidades, siguiendo así el curso de pensamiento usado
por Lulio.
3.2. La noción de Idea en Lulio
Antonio Lulio trata de explicar el hecho discursivo (orado)
dentro del marco teórico de la causalidad aristotélica. Para
elaborar una teoría sobre el discurso es necesario —diría
Lulio— conocer primero la substancia que le da existencia.
La causa material es, naturalmente, la lengua, es decir, las
palabras, pero la causa formal (aquello que determina que
un discurso concreto tenga una entidad propia y diferenciadora frente a otro cualquiera) no resulta tan clara. Para
ilustrar la complejidad de este asunto Lulio recuerda algunas de las maneras en que se había resuelto con anterioridad. Algunos habían dicho, por ejemplo, que el discurso se
determina por su cualidad (qualitas orationis), y por eso se
le llama asiático, lacónico, ático. Otros lo habían llamado
estilo
26
Cf. especialmente López Grigera, 1994.
43
(gemís dicendi) y así se dice, por ejemplo, que Virgilio
escribió la Eneida en estilo sublime, las Geórgicas en estilo
medio y las Bucólicas en estilo humilde.27 Y aún unos
terceros lo habían llamado "virtudes del decir" (virtutes
dicendi), o sea, aquellas que hacen que el discurso sea claro
(dilucido), breve (breve), verosímil (probabile), ilustre
[illustre) y suave [suave).28 Y concluye Lulio definiendo
Idea de esta manera:
Aquello, como dije, que unos llaman géneros, otros caracteres
y otros formas del decir, unos estilo y otros virtudes del decir,
nosotros llamamos Ideas después de las teorías de Platón e
Isócrates [...] Idea es, pues, una forma elaborada del decir que
declaramos al imitar la cualidad de nuestra habla, del mismo
modo que el poeta, por ejemplo, expresa la ira pintando a un
hombre de ánimo perturbado que se expresa de una manera
turbulenta e imperfecta.29
27
Es una alusión a la teoría de los tres estilos, que ya encontramos en
Ad Herennium(lV,8, 11 y ss.) y en Cicerón De Oratore (II, 177,
199,210-212). Lulio usa la siguiente terminología: Sublime (Amplum
aut Sublime), Medio [Modicum aut Temperatum) y Humilde (Tenue aut
Acutum). Sobre esta teoría de los estilos, véase Innes, 1985.
28
La fuente aquí es Quintiliano y Cicerón. Las tres primeras son las
cualidades narrativas (virtutes narrationis) que vienen de la tradición
isocrática y se encuentran presentes en todos los tratados mayores de
retórica latina: brevedad, claridad y verosimilitud. Quintiliano toma la
magnificentia de Teodectes y la añade a éstas en su discusión sobre la
narratio; finalmente, Lulio incluye la suavitas, que encontramos en
Cicerón, elevando el número a cinco. Sobre la teoría de las virtudes
(aretáí) en el estilo, ver Russell, 1981.
29
quod haec quae dixi genera, alii characteres appellant, alii formas
dicendi, alii stylum, alii virtutem, nos tomen posthac ex Platone et Isocrate,
ideas nuncupabimus [: 420]. Est autem idea cogitata forma sermonis, ad
quam imitando referimus nostri sermonis qualitatem, ut, cum á pertúrbato
homine omnia tumultuarié & imperfecte
44
En realidad, las dos nociones que subyacen tras estas
páginas no son nuevas, sino que ya habían sido declaradas
por Hermógenes: 1) que lo que diferencia un discurso de
otro es la manera y proporción en que se combinan los
recursos estilísticos [: 145], y 2) que el habla y calidad de las
personas para la invención de un discurso es un producto de
la imitación [: 151]. Hermógenes agrupó aquellas posibilidades de combinación en siete tipos de estilo y Antonio
Lulio los traduce y recompone de la siguiente manera:
I. Claritas (saphéneia) Claridad
1. Puritas (katkarotés) Pureza
2. Elegantia (eukríneia) Distinción
3. Evidentia
II. Amplitudo (mégethos) Grandeza
1. Dignitas (semnotes) Solemnidad
2. Ásperitas (trachytés) Aspereza
3. Vehementia (sphodrotes) Vehemencia
4. Splendor (lamprotes) Brillantez
5. Vigor (akmé) Florecimiento
6. Circuitio, Circunductio (peribolé) Abundancia
III. Pulchritudo (kallos) Belleza
IV. Torvitas igorgotes) Rapidez
V. Morata oratio (ethos) Carácter 1.
Simplicitas (aphéleia) Sencillez
proferantur, irali sermonem referens Poeta [: 422]. Todas las
traducciones al texto latino de Lulio, aquí como en lo sucesivo,
son mías.
45
2. Modestia, Candor, Facilitas (epiéikeia) Modestia
3. Calliditas, Subtilitas, Acumen (drimytes) Sutileza
4. Affecta oratio
4.1. Gravitas (barytes) Indignación
4.2. Suavitas (glykytes) Dulzura
4.3. Alacritas
VI. Veritas (alétheia) Sinceridad
VII. Decorum (deinotes) Fuerza
Lo primero y más importante que se aprecia en este cuadro es la adición de un subtipo más entre los que crean
Claridad: la Evidentia (enárgeia) y en segundo lugar el
agrupa-miento de Dulzura e Indignación, junto con
Entusiasmo (Alacritas), como subtipos de un subtipo nuevo
de Carácter: Affecta oratio. De la primera diferencia trataré
en otro lugar.30 En cuanto a la segunda, me ocuparé aquí
exclusivamente del tipo de estilo Dulzura.
Según Lulio, el acto discursivo se compone de tres elementos: emisor, receptor y mensaje,31 si bien el elemento
receptor no parece que tenga entidad propia, sino que es un
factor a considerar en el análisis tanto del emisor como del
mensaje. El mensaje, a su vez, se subdivide en dos elementos: el contenido (res) y la dicción (verba). Los tipos de
estilo se acomodan en estos tres polos lulianos del discurso
de esta manera: Claridad, Grandeza, Belleza y Rapidez en
la dicción; Carácter en el ánimo del emisor; y Sinceridad en
el
30
Sobre esta figura, véase Galán Sánchez, 1993.
31
Esta división ya se encuentra en Aristóteles, Retórica I, 3, 1358b.
46
contenido.32 Sólo un tipo de estilo queda fuera de esta clasificación: el tipo Fuerza. La razón es simple: la Fuerza o
Decoro debe estar presente en todos los elementos.
Con esta visión Lulio está acomodando y validando las
preceptivas de Hermógenes y Aristóteles. El carácter moral
del hablante (ethos) es para Aristóteles una de las tres
fuentes de persuasión (pistéis)33 en el discurso (Retórica I,
2, 1355b 35; I, 2, 1356a 4-13). Las otras dos son pathos
(inducir un cierto estado emocional en la audiencia) y logos
(la propia argumentación lógica del discurso). El orador
debe imponer un cierto carácter a su discurso de manera
que revele su condición moral,34 lo cual le hará ganar
credibilidad entre los
32
La Sinceridad (probabilitas o ventas, que así es como traduce el
término griego alétheiá), es un requisito importante que deben tener los
hechos mismos de los que se trata. Es más, para mover a un auditorio
es necesario que primero éste crea que lo que se dice es verdad. Se
simula verdad no sólo no omitiendo las circunstancias, sino además
exponiendo los hechos detalladamente, y aún mejor confirmándolos
también [: 424]. Pero la Sinceridad no sólo se consigue atendiendo a la
probabilidad o verosimilitud de los hechos sino también atendiendo al
ánimo con que habla el orador. El más adecuado para producir credibilidad es el ánimo espontáneo, es decir, aquel discurso que no parece
artificioso sino natural y espontáneo, como escrito al correr de la pluma.
33
En el De oratore (II, 27, 115) de Cicerón encontramos las pistéis
de Aristóteles redefinidas en términos latinos y adaptadas a los fines del
ars dicendi; y así las tres tareas del orador son: probare/'docere,
conciliare/ delectare, y movere (De oratore II, 29, 128; II, 77, 310; III,
27, 104). Cf. Fantham, 1973; y May, 1988.
34
Para ganarse a la audiencia el hablante debe hacer alarde de su
inteligencia (phrónesis), virtud (areté) y bondad (éunoia). Si alguna de
estas cualidades falta, la persuasión puede resultar ineficaz (Aristóteles,
Retó- ricall, 1, 1377b 20-24, 1378a 6-15).
47
oyentes y de este modo convertirse en un vehículo de persuasión.35 En la visión aristotélica esta credibilidad hacia el
hablante se debe establecer en el mismo y por el mismo
discurso, y no por ninguna preconcepción que el auditorio
tenga acerca del hablante.
El carácter de la dicción, entonces, está en el ánimo de
quien habla. Pero Lulio, como Hermógenes, distingue entre
lo que significa dotar a un prototipo humano del habla,
pensamientos y demás atributos que le corresponden, es
decir, adecuar su carácter a la persona así como al tiempo y
al lugar, y la Idea de Carácter:
No nos referimos aquí a aquel carácter del discurso que se
consigue adaptando el propósito [del pensamiento (argumentuníj] a las personas, como es lo que puede decir un soldado o
un agricultor; ni tampoco a aquello que pueden decir quienes
tienen una inclinación moral, como son el avaro, el adúltero, o
el salvaje.36
Esta adaptación del pensamiento a las personas es lo que
causa que se vea de forma natural que un soldado victorioso
35
Existen tres concepciones de ethos en la Retórica de Aristóteles: la
más importante es el carácter moral del hablante, que mencionamos
aquí. Una segunda concepción es el carácter de la audiencia al cual el
orador debe acomodar su discurso (Retórica I, 8, 1365b 21-28; II, 12,
1388b31- 1389a2), y la tercera es el carácter de un individuo ajeno al
hablante y a la audiencia: la construcción del carácter de un personaje
(ethopoiía) (Retórica III, 7, 1408a 25-36; III, 16, 1417a 16-36). Cf.
Sattler, 1947; y Kennedy, 1963: 91-93.
36
Non agimus hic de morata illa oratione, quae cuique propositae
personas adaptatur, ul quae dicantur ab milite, quae ab agrícola: aut
rursum personis sic qffectis, avaro, adultero, crudeli [: 463],
48
se jacte de su gloria, que un agricultor tema las
tempestades, o que un joven se enamore. Se trata, pues, del
decoro en las prosopopeyas. Y prosigue Lulio:
Sino que lo que tratamos de buscar es una Idea general de
Carácter, por la que se contemple, asociando unos elementos
con otros, que un discurso es verosímil y no falso.37
Estas Ideas que consiguen la verosimilitud del carácter
son: Simplicidad (Simplicitas), Modestia (Modestia),
Sutileza (Calliditas) y Discurso Afectado (Affecta oratió).
Éste último subdividido en tres tipos: Dulzura (Suavitas),
Entusiasmo (Alacritas) e Indignación (Gravitas). Para
justificar esta modificación Lulio recurre de nuevo a
Aristóteles, quien distingue dos clases de Carácter: aquel
que tiene su causa en el hábito cotidiano (ab habitu animo),
y aquél que tiene su causa en una inclinación o costumbre
del ánimo, o en una reacción emocional irreflexiva (ab
dispositione seu qffictatione).38 Según el hábito cotidiano,
dice Lulio, la cualidad del Carácter es la Simplicidad y su
contrario es la Sutileza, y entre ellas encontramos la
Modestia. Según la inclinación o la afectación del ánimo, el
Carácter que los griegos llaman pathético puede tener dos
fuentes: el dolor (dolor, en griego barytes), y el placer
(voluptas, en griego glykytes). Éste último es el origen del
tipo de estilo Dulzura.
Vemos aquí una interesante fusión entre las doctrinas de
Aristóteles y Hermógenes: el tipo de estilo Carácter tiene su
razón de ser en la construcción moral de la personalidad
37
Sed nos morís generalera ideam quaerimus, quae possit cum alus
misceri, etper quam oratio verisimilis, non ficta videalur [: 463].
38
Aristóteles, Ética a Nicómaco, II, 1, 1-2; II, 5, 2.
49
humana, cuyas causas son el hábito de la rutina diaria y la
costumbre o inclinación moral de un individuo, así como las
reacciones irreflexivas. Los subtipos de estilo que Lulio
relaciona con esta clasificación son Sencillez, Sutileza y
Modestia por el hábito cotidiano, y Dulzura, Indignación y
Entusiasmo por la inclinación moral y la reacción
irreflexiva de la persona. Además, esta importante noción
que Lulio añade a la teoría de Hermógenes, es decir, el uso
de los elementos y recursos de estilo para crear
verosimilitud, es lo que hace que esta obra tenga interés
técnico y filosófico. Representa también una adaptación de
las teorías de Hermógenes a los tiempos modernos de Lulio.
3.3. EL TIPO DE ESTILO DULZURA EN ANTONIO LULIO
El "discurso afectado" (qffecta oratio), según Lulio, tiene su
origen en una perturbación del ánimo, tanto si se debe a una
reacción emocional irreflexiva como si se debe a una
inclinación de la naturaleza humana. Al primero corresponde un tipo de dicción que Lulio llama morata dictio
{pathetikos logos), y al segundo otro que llama affectus
(diáthesis). En ambos casos se muestra el ingenio y el
carácter de ánimo de quien habla. Para mostrar estas
perturbaciones de ánimo Lulio recomienda jugar con dos
elementos: la voz y los gestos. Pero de estos dos géneros
morales nos interesa fundamentalmente el segundo.
Ya que estos tipos de estilo tienen la principal finalidad
de causar verosimilitud en el discurso, Lulio propone la
espontaneidad como fuente primaria de credibilidad. El
"discurso afectado" se caracteriza más por la espontaneidad
que por la industria, y por lo tanto le es más adecuado
50
aquello que se imita de la impericia y falta de sofisticación
de los hombres, por una parte, y por la otra del ímpetu del
ánimo y de las pasiones, como es, por ejemplo, lo que dicen
los niños, los hombres rústicos, o los que tienen su estado
de ánimo perturbado. Dice Antonio Lulio:
El habla espontánea es aquella que irrumpe del estado emocional, ya sea de la indignación, que en griego se dice barytes, o
del agrado, que suavidad o dulzura se dice, también del griego
glykytes39
En realidad Lulio está recomponiendo, en este proceso,
el cuadro del tipo de estilo Carácter de Hermógenes fundiendo las doctrinas de Quintiliano y Aristóteles con la de
Hermógenes. La verosimilitud de los hechos que se
exponen es una fuente de credibilidad, lo cual se encuentra
en la doctrina de Quintiliano;40 y también es una fuente de
credibilidad la apariencia de espontaneidad y falta de
artificio en el habla del orador cuando irrumpe de
improviso fruto de un estado afectivo, ya sea agradable o
desagradable.41 El considerar las sensaciones y afectos
agradables como una fuente de espontaneidad reveladora de
Carácter es una adición de Antonio Lulio a la teoría de
Hermógenes, que tan sólo habla de Indignación como
fuente de espontaneidad.
En cuanto a los temas que generan Dulzura, Lulio dice
que hay dos géneros de carácter afectado para la invención
de un discurso: lo que alegra (laetanús) y lo que entristece
39
est sermo impraemeditalus ex aliquo qffectu erumpens, vel ob rei
indignitatem, quae esl barytes, vel ob gratiam, quae suavitas et deliciae,
graecé glykytes [: 425].
40
Quintiliano, Instituciones, IV, 2, 52-54.
Hermógenes, Sobre los tipos de estilo [: 126-132].
41
51
moerentis). En la alegría los hechos (res) muestran a la
audiencia cosas gozosas y dulces en su aspecto, cosas llenas
de sentimientos placenteros, cosas unidas a la buena fortuna
y al cuerpo sano. Para mostrar tristeza, en cambio, se deben
tratar temas molestos, ásperos, odiosos, etc. Lulio define la
narración basada en el carácter orientado a lo agradable de
la siguiente forma:
Son narraciones agradables aquellas que contienen peripecias
y agniciones. Además deben contener rasgos de carácter, tanto
las [fábulas] simples como las compuestas. Así es [El asno de oro
de] Apuleyo y Aristófanes en el Banquete [de Platón].42
Se debe tratar lo placentero de una manera directa, como
se experimenta por los sentidos, sin tratar la utilidad, o la
necesidad, o la condición de los hechos, como hacemos, por
ejemplo, cuando tratamos de definirlos o averiguar la
veracidad o persuasividad de los mismos, ya que sólo se
pretende una cosa: delectar a la audiencia. Estos son los
temas que generan Dulzura.43 Por otra parte, también en el
habla de los personajes (prosopopoíias) se puede crear
Dulzura, como son por ejemplo las prosopopeyas de Fedra
y Medea.44
42
Sunl enim narrationes quaedam lepidae, in quibus peripetiae
agnitionesque continentur: tum mores, tam simplices quam versuti. Talis
est Apuleii et Aristophanis in Symposio [: 476].
43
Lulio añade que a este género de temas le llaman los griegos
habrás: lo delicado, géntil, bonito, lujoso, agradable.
44
In quantitatem aliquando veniunt prosopopoeiae delicatae et molles. Ac
molles quidem blandaeque fiunt omnes adulatoriae. Tunc hic eras mi
Phaedra et illa Medea [: 476].
52
Parece evidente que el cauce discursivo de Lulio resulta
de una fusión de elementos de las tres tradiciones: griega,
bizantina y latina, como ya nos avisaba el autor en el mismo
título de su obra: "Quibus non modo Hermogenes ipse totus,
verum etiam quicquid ferem ac reliquis Graecis ac Latinis de
Arte dicendi traditum est". Lulio está adaptando ideas latinas
de la teoría de la narración con ideas griegas de la
composición y estructura de la fábula a la noción de
Hermogenes de tipo de estilo Dulzura. Más específicamente
Lulio está fusionando los términos festivitas y glykytes
dentro de un marco teórico aristotélico. Son narraciones, y
también prosopopeyas, basadas en el carácter de las
personas (y no en los hechos que se narran), que deben
contener una diversidad de elementos, entre ellos cambios
de fortuna y reconocimientos, cuya finalidad fundamental
es entretener.45 Veamos ahora las características específicas
del tipo de estilo Dulzura.
3.3.1. Contenidos nocionales (sententiae)
Lulio, como Hermógenes, explica el tipo de estilo Dulzura
en base a las partes de que se compone el discurso: pensamientos o contenidos nocionales (sententiae), tratamiento
de los mismos o método (methodus, ductus), y léxico o
dicción (dictio). Lulio clasifica los pensamientos en siete
grupos, que yo he reagrupado aquí en tres siguiendo
criterios paralelos a la división hecha en los de
Hermogenes. Son los siguientes:
45
Compárese las palabras de Lulio con las de Ad Herennium cuando explica
cómo debe ser una narración basada en las personas (I, 8, 13), y con las de
Aristóteles cuando habla de la fábula (Poética, 1452a, 10). Para una discusión
sobre la teoría de la narración de Antonio Lulio, véase Artaza, 1989:
especialmente 156-162.
53
A) Ficción
La idea subyacente de este primer agrupamiento es la de
ficción: a mayor ficción mayor Dulzura.46 Corresponden
exactamente con los de Hermógenes, y son los siguientes:
En primer lugar, son dulces los "pensamientos mitológicos", como las Metamorfosis de Ovidio.47
En segundo lugar, son dulces "las narraciones cercanas a
la mitología, como es la guerra de Troya, y entre nuestros
contemporáneos los Orlandos, Amadises y otros
similares"'.48
46
Annabel Patterson ya destacó la relación subyacente que hay entre
la asociación de las dos categorías, Dulzura y ficción, y su relación
proporcional inversa: "But the real interest of these categories comes
from their underlying assumption that Sweetness and fiction go
together, and that one can create a hierarchy of written works, in which
the amount of Sweetness decreases in proportion to their increasing
factuatity" [1970: 61]. Esta relación no resulta tan chocante si pensa
mos que el tipo de estilo Dulzura sirve precisamente a la "literatura de
entretenimiento".
47
In primis vero senlentias fabulosas, ul de Androgyno el quales in suma
Metamorphosin plurimas accumulavil Naso [: 477].
48
Secundo loco narrationes ponunl fabulis affiines, ul Troiani belli, el
apud nos Rollandi, Amadisii, el similium [: 477]. Annabel Patterson, y
después Elena Artaza siguiendo a aquélla, entienden que Antonio Lulio
se refiere a la Chanson de Roland y el Amadís de Gaula con estas
menciones. Sin embargo, no encuentro ninguna razón para pensar que
Lulio está aludiendo a otro género que a los modernos libros de
caballería ejemplificados por el Orlando enamorado de Boiardo y el
Orlando furioso de Ariosto, y todos los libros de los Amadises
españoles.
¿Cómo
un
preceptista
del
calibre
de
Lulio mezclaría dos géneros tan dispares y distantes en el momento en
que el "Romanzo" se ha consagrado como género moderno? Ello su
pondría aceptar que Lulio era ajeno a los recientes debates por la
defensa de antiguos o modernos. Tan sólo cuatro años antes se había
publicado en Italia una importante defensa de la imilazione di novo de
54
Y en tercer lugar, son dulces "aquellas narraciones que
están mezcladas con la mitología, como es la historia de
Herodoto".49
La inclusión de los libros de caballerías entre las
narraciones contemporáneas a Lulio cercanas al mito nos
debe dar una idea de la clasificación de los géneros
novelescos de ese momento. Lulio no conoce La Diana de
Montemayor cuando escribe su tratado, pero sí que conoce
La Arcadia de Sannazaro, que incluye entre la poesía
bucólica junto con las obras de Teócríto y Virgilio.
B) Descripciones sensoriales y afectuosas
El segundo grupo de pensamientos, que Lulio expresa en
cuarto lugar, lo constituyen las descripciones agradables de
carácter sensitivo o sensual. A él añadimos las de carácter
emocional, que Lulio expresa en quinto lugar. Son las siguientes:
Primero, son pensamientos que crean Dulzura las descripciones de cosas que agradan tanto a la vista como a los
otros sentidos, ya que las acciones que dan placer a nuestro
cuerpo también agrada escucharlas.50 Es preciso hacer noinfluencia aristotélica: Discorsi di M. Giovambattista Giraldi Cinthio
nobile ferrarese, e segrelario dell'Illustrissimo et Eccellentiss. Dvca di
Ferrara intorno al compone de i Romanzi, delle Comedie, e delle Tragedle, e
di altre maniere di Poesie. In Vinecia appresso Gabriel Giolito de Ferrari
et Fratelli. M D LIIII (1554).
49
Tertio, quae cum fabulis mixtae sunl: ul Herodoti historia [: 477].
50
Quarto, descriptiones rerum, quae tum visui iucundae censentur (quo
modo dialogos fere auspicati sunt Plato et Tullius et alii) tum aliis sensibus
Jestivae et gratae. Quibuscunque enim delectatur corpus, eadem audire
iucundum esl, concentus vocum, prata virentia, aedificiorum elegantiam
[: 477].
55
tar que los dos sentidos preponderantes son la vista y el
oído: aquello que nos complace ver nos complace también
oír.
Segundo, "toda clase de discursos amorosos son tan tiernos y delicados como hermosos, y aún conmueven y ablandan el ánimo, creo yo, por naturaleza".51
Tercero, "también alegra mucho oír las alabanzas de
nuestros antepasados, de nuestros compatriotas, y de nuestros hijos".52
C) Dotar de atributos humanos al mundo animal y al mundo
inerte.
La idea subyacente de este grupo, que corresponde con el
sexto y séptimo de Lulio, es atribuir racionalidad a lo
irracional. Corresponde también con la clasificación de
Hermógenes. Son los casos siguientes:
En primer lugar, revestir objetos inanimados de características humanas.53
Y en segundo lugar, "siempre que se atribuye sensación
o raciocinio a aquellas cosas que carecen de sentidos, o de
razón".54
51
Ea propler sermones de amoribus ad hanc vel plurimum conferunl,
molliores lamen el delicatores quam formosiores. Flectunl enim el emolliunt
(crede mihi) hae natura animum [: 478].
52
Quinto loco, audire iuvat laudes suas, parentum, patriae, liberorum
[:478].
53
Adde fictiones personarum, el dialogos, ul Pontem indignatus
[:478].
54
El quandocunque rei quae sensu carel, aul ratione, sensus aul ratio
tribuilur [: 478].
56
La lista ofrecida por Lulio no es diferente de la de
Hermogenes, con la excepción de que Lulio no incluye los
contenidos de la Sencillez con los de la Dulzura.
3.3.2. Tratamiento de los contenidos nocionales (ductus)
El segundo componente del discurso que trata Lulio es el
método. Los tipos de estilo Dulzura y Sencillez comparten
esencialmente los mismos métodos.55 Son los siguientes:
A) Narración
El primero consiste en la narración cronológica de los
acontecimientos.56 Lulio censura algunas ficciones que resultan de imitaciones de personas excesivamente humildes
y de lenguaje excesivamente coloquial porque dañan la
educación de los adolescentes. Es probable que se esté
haciendo eco de las censuras morales erasmistas. Esta
postura puede estar en sintonía con una actitud humanista
que acusaba a ciertos géneros literarios de entretenimiento
como moral-mente perniciosos.57
55
Duclus ergo eligetur simplex [: 478].
Simplex quoque ductus est cum quis ea narrat, verbisque prosequitur,
quae nec quisquam rogat nec omnino necessaria videnlur [: 465].
57
Quod aetate nostra imitad quídam personas humillimas in suis
dialogís, aliisque tibellis inlroducentes, ut sermonis ridicula simplicitate,
nefandas opiniones inslillent in animos adolescentum [: 465]. Cf.
Bataillon, 1966, especialmente el capítulo "La estela del erasmismo en
la literatura profana". Sobre las críticas morales a los libros de pastores,
sentimentales y de caballería, véanse Krauss, 1936; de Riquer, 1973;
Russell, 1982.
56
57
B) Comparaciones argumentativas
Se refiere a tratar de confirmar un hecho recurriendo a
comparaciones con el mundo ya sea tanto animal como
inanimado, por lo que de común tienen ambas partes. La
Dulzura es tanto mayor cuanto más usamos de objetos inanimados.58
C) Afirmaciones por juramento
Afirmar la veracidad de un hecho por juramento en lugar de
usar pruebas es un método de la Sencillez, pero excluye las
invocaciones juradas que están dispuestas en el discurso
para satisfacer la línea argumentativa del mismo, porque
éstas no son ni sencillas ni tienen carácter.59
Los tratamientos que presenta Lulio son los mismos que
había señalado Hermógenes, con las siguientes precisiones:
para el primero las comparaciones argumentativas en las
que se usan seres no racionales son un pensamiento, pero
Lulio lo recompone junto con la noción de garantizar la
credibilidad de un hecho, que era un método para Hermógenes, y lo divide en dos casos: usar de comparaciones con
el mundo no racional y usar de invocaciones y juramentos
extemporáneos sin propósito argumentativo.
58
Confirmaciones ad fidem faciendam simplices erunt, quae a brutis
animan- libus, ut per similitudinen aul comparationem assumentur. Habet
autem simplecitas lanío plus de suavitatis idea quanto magis ad inanimata
refertur [: 465].
59
Affirmatio per iusiurandum quoque simplex est. Verum si
iusiurandum aul invocatio in finem argumenti incidat et probationis, non
simplex nec morale existimat genus esse Hermógenes [: 466].
58
Además de lo expuesto hasta aquí, Antonio Lulio introduce una adición interesante para nuestro propósito cuando
ilustra los tratamientos de la Dulzura poniendo como ejemplo la poesía bucólica; y dice de ella:
La poesía bucólica muestra las cosas que cantan los pastores.
Las fábulas son simples, y los pensamientos son ordinarios y
comunes a la mayoría de la gente. El discurso es espontáneo,
pues carece de premeditación, y tiene su causa y origen en la
declaración de experiencias sensoriales y sensitivas. En estas
experiencias, que provienen de las cosas plácidas, como la
sensación de lo sensual y el cosquilleo de nuestros órganos
interiores, declaramos prosopopeyas y exclamaciones delicadas y amorosas.60
Ya que son ficciones de entretenimiento, la mayoría
amorosas, el mundo de los sentidos juega un papel muy
importante. Según Lulio, en la poesía bucólica encontramos
ficciones de lo irracional agradables y entretenidas, asi
como el uso de apóstrofes y comparaciones en que se
invocan y comparan objetos inanimados.61
3.3.3. La dicción (dictio)
El tercer y último componente del discurso en que Lulio
divide el tipo de estilo Dulzura es la dicción: consideracio60
Docel carmen Bucolicum, quod ab pastoribus canlalur: fabulae
quoque simplices sunl, el communium vuigariumque sententiarum:
ommsque ex voluptale erumpens oratio, praemeditalione carel. Ea re
prosopopoeias, el exclamationes ex mili quodam sensu voluplatis,
titillalioneque viscerum delicalas nuncupamus [: 478].
61
Fictiones aulem rerum insensibilium, molles el/estivas. [...]
Apostrophe ad eadem. [...] Similitudines ex rebus iucundis cum
simplicitate [: 478].
59
nes formales de la lengua que ha de tener en cuenta el
orador para materializar la expresión de los contenidos. Son
los siguientes: léxico, figuras de dicción y compositio:
A) Léxico
Consiste en la adaptación de la lengua al pensamiento.
Lulio menciona los siguientes:
En primer lugar crea Dulzura el vocabulario común. Es
una cualidad que comparten los tipos de estilo Sencillez,
Pureza y Dulzura. Por ello entiende Lulio emplear los vocablos en su sentido literal, en el sentido común de su uso, y
no figurado.62
En segundo lugar son dulces los vocablos sensoriales y
desiderativos. El mismo vocabulario que denota lo agradable, amoroso, sensual y desiderativo, y también el uso de
vocablos que expresan familiaridad, crea Dulzura. Además,
Lulio menciona específicamente el uso de los diminutivos y
las expresiones que tienen la finalidad de agradar, así como
la contemplación de lo placentero.63
En tercer lugar es dulce la dicción poética. La elección
del mismo vocabulario que usan los poetas crea Dulzura.
62
Suavitas ergo ex una sit simplicitate [: 480]. Dicho [simplex] autem
eadem quae & pura, minimique qffectatae sonorilatis [: 467]. Dicho
[pura] propria et Latina [...] habeant communia usuque trita, propriaque et
absque interprete per se nota vocabula [: 427].
63
Voces ipsae, tener, delicatus, mollis ac símiles (nisi aliunde
impediantur) talem faciunt orationem, ut contra durus, asper, difficilis,
rigidus [: 479]. Deliciae autem, delicata inquam et tenera oratio ea est, quae
ex contemplatione (ut dixi) rei iucundae, quasique titillatione cordis erumpit
[: 480]. Diminutiva verba eadem sunt et suavia. Et desiderativa [: 481].
60
También crea Dulzura introducir versos en la prosa. Se
deben, en general, evitar las metáforas, ya que modifican el
sentido común de las palabras, pero Lulio admite las metáforas que se construyen de la materia agradable.64 En cambio la ironía es un tropo contrario a la Dulzura.65
En cuarto lugar el uso de epítetos en el discurso crea
Dulzura. En particular Lulio menciona dos casos que son
dulces por excelencia: a) usar epítetos propios de los seres
humanos en el discurso amoroso y cuando hablamos de
cosas queridas;66 y b) usar epítetos que ponen de manifiesto
el ánimo de quien habla en las construcciones de carácter
(ethopoiias), cuando de prosopopeyas se trata.67
64
Facta vero ad imitationem rei nomina mulium iuvant et quae per
melaplasmum deformantur. Cum enim sil poetica dictio omnium
suavissima, nulli magis hanc figurant quam poetae [: 480]. Tum versum
extemporalis fabricatio et spontanea (ut principium libri Ciceronis De
senectutej omnes festivitate delectant. Sequitur, ut dicho eligatur non
translata omnino. Etenim metaphora nisi in promptu sit, quaesita longius
non delectat. Sic uno verbo ex delicata facta est haec splendida [: 480].
65
Ironia ergo, quod ab simplicitate aliena est, minus potest suavis esse,
quan- quam lepide multa et urbana efficiat [: 479].
66
Mollis ergo oratio ubi significatio sit amoris el benevolentiae. Molles
simul et delicatae translationes ex rebus charissimis. Res quae tantum sunt
res, cum epithetis personarum, similiter molles fiunt [: 479].
67
Ergo ex prosopopoeiae partib[us] in primis eam seligemus, quae
dicta est ethopoeia, in qua sunt addubitationes et epitheta quae sensum
animi declarant, iusiurandum, vehementior affirmatio, omnis vocativus
casus, el mductio frequens pronominis [...] declarant enim nimium qffectum
animum haec, ideo multum morala et sine consilio dicta sunt [: 466]. La
ethopoiía (latín ethopoeia) es un ejercicio retórico que consiste en la
construcción de la personalidad de un perso naje por imitación. Cuando
tanto el personaje que se inventa como la personalidad de que se le
reviste son ficticios se llama prosopopoeia. Este ejercicio ya lo
preceptua Aftonio, cuyos Progymnásmata tuvieron una enorme difusión
en los siglos XVI y XVII. Cf. Clark, 1952; y López Grigera, 1993.
61
B) Figuras de dicción
A diferencia de Hermógenes Lulio no enumera ninguna
lista de figuras de dicción, pero en cuanto a la construcción
y enunciación de las oraciones Lulio dice que no existe una
manera única de hacerlo para crear un estilo dulce, sin
embargo destaca que entre las más adecuadas están la construcción optativa y la indicativa.68 La enunciación demostrativa, que es sencilla, también puede ser dulce, y la interrogativa, aunque es áspera, puede serlo dulce también,
sobre todo cuando hay colisión de vocales, se duplica la "s",
y se usan tres semivocales en una voz.69 El uso de adverbios
y epítetos enfatiza este tipo de enunciación dulce.
C) Compositio
Los elementos de la compositio son el numeras, la cadencia
y el ritmo. Lulio dice que el uso de ciertas letras también
contribuye al efecto general de este tipo de estilo. La vocal
más adecuada para crear Dulzura es la "e", y especialmente
cuando se usa junto con la "i".70 Dice además que las vocales "a" y "o" deben usarse en sílabas cortas, y también juntas
con la "e" o la "i". Por lo que se refiere a las conso-
68
Enunciatio in suavitate non una est; siquidem putamus teneram
omnem optalivam, alias non ilem, potest enim mollis esse indicativa et
alterius modi [: 481].
69
Una nimirum interrogalio magis obest quam colissio vocalium, el
sigma duplicatum, el trium semivocalium in una voce commixlio [: 481].
70
ínter vocales ergo mollissima est E, magis etiam si iungalur cum i [:
481 ].
62
nantes, las mejores para elegir son la "b", la "p", la "f, y
también la "t" o la "c" cuando se usan tras la "i".71
En cuanto a los pies métricos, los más apropiados son los
siguientes: dactilico, anapéstico, peónico, epítrito, jónico,
coriámbico y troqueo.72
4. CONCLUSIONES
Con Antonio Lulio se produce una fusión de tradiciones
retórico-poéticas. La más importante a destacar es la
"aristotelización" de la Idea de Carácter de Hermógenes. Al
tipo de estilo Carácter, que Hermógenes entiende en un
sentido estrictamente técnico, Lulio le dota de un contenido
ético y filosófico que lo entronca en línea con el pensamiento humanístico. El carácter del orador se convierte en uno
de los tres pilares de la invención discursiva, junto con la
elocuencia en la dicción y la verosimilitud de los hechos que
se tratan. Éste último también de gran importancia en la
tradición humanística. Si ello traduce ecos erasmistas o no,
es un problema que requiere de un análisis más pormenorizado.
La influencia de tratadistas latinos, sobre todo de
Quintiliano (a quien Lulio considera como el mejor retórico
hispano de la historia) y de Cicerón, también se deja notar
71
Mutarum porro, quae cognatae sunt vicinitas, in suavis erit; ut B, et
P, et F. Quo circa el i consonans, apposita T aut C [: 482].
72
De numero autem qui suavitatem pariat etsi mollem nihil perinde
dictionem facit, ac numerus, hoc solum repelemus, Dactylum,
Anapaestum, et Paeonem, formosos esse: Epitritum tertium, delicatum:
mollem vero lonicum, et Choriambum,
et Trocheum [: 482].
63
en algunos de los aspectos más técnicos que hemos visto,
tales como la clasificación de las virtudes narrativas o la
recolección de los temas que agradan (festivitas y suavitas).
En su conjunto, la adaptación que hace Antonio Lulio del
tipo de estilo Dulzura enfatiza de manera significativa la
narración como método y la verosimilitud como propiedad
discursiva en los géneros literarios de entretenimiento,
aquéllos que más lejos están de la verdad (o historia). Que
estos dos factores fueran decisivos para la creación, por
ejemplo, del Lazarillo (1554) en la forma discursiva en que
apareció (una sátira menipea —según lo clasifica el mismo
Lulio— reconvertida en diálogo en prosa) y de la Diana
(1558) de Montemayor (un poema bucólico reconvertido en
narración novelesca) es la hipótesis de trabajo que planteo
provisionalmente mientras completo un estudio para la historia del tipo de estilo Dulzura en el siglo XVI.
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