“COMUNICADO DE EUSKADI TA ASKATASUNA EN EL DÍA

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“COMUNICADO
DELABERRI EGUNA
DE EUSKADI TA ASKATASUNA EN EL DÍA
ETA, organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional,
quiere enviar un afectuoso saludo a los ciudadanos que están participando en
los actos al hilo del Aberri Eguna. Y queremos expresar nuestra reflexión para
que el próximo año nos unamos todos los compatriotas en las celebraciones
del Aberri Eguna, incluso los que no han hecho suyo aun este día. Porque el
reto lo tenemos en construir el proyecto de Pueblo, entre todos y para todos.
Siendo un pueblo que sigue luchando frente a todos los ataques por
seguir vivo y para ser libre, en el día del Aberri Eguna tanto la celebración
como la reivindicación van de la mano. También suele ser un día para la
reflexión, es decir, para analizar cuánto hemos avanzado o retrocedido, definir
nuevos retos y para renovar el compromiso de abordarlos con gran
determinación. Para ello, a través de este comunicado queremos compartir la
reflexión que efectuamos en referencia a la situación y futuro de Euskal Herria.
ETA en esta ocasión quiere resaltar la importancia de los tiempos que
vive Euskal Herria. Este año se cumplen cinco desde que se realizara la
Conferencia de Aiete y, a resultas de la cual, que ETA dejara la lucha armada
de manera definitiva. En estos cinco años han surgido nuevas preguntas,
Euskal Herria tiene ante sí otros desafíos. En definitiva, estamos en la
coyuntura de dar un impulso a la liberación nacional y por ello es importante
dar una continuidad adecuada a la trayectoria de estos años y responder, como
es menester, a las nuevas variantes que han surgido.
Coyuntura actual
Gracias a las condiciones sembradas por la Izquierda Abertzale, el ciclo
político abierto hace cinco años continúa siendo una de las principales
referencias. Por un lado, porque ha cambiado de raíz la situación y porque ha
dejado resultados profundos cara al futuro. Por otro lado, y como se suele decir
frecuentemente, porque todavía estamos en la transición entre el viejo ciclo del
conflicto que está sin cerrar y el nuevo tiempo de paz y libertad que aun no se
ha abierto.
El final de la lucha armada de ETA y, junto con él, la desactivación de
varios componentes de la confrontación han caracterizado la nueva situación.
No es suficiente, dado que aun no se ha conseguido la paz real. Pero tampoco
es poco para el pueblo que durante décadas, siglos, no ha hecho más que
acumular sufrimiento y que reivindica que merece otro futuro. Nosotros hemos
hecho nuestro esfuerzo y reivindicamos con orgullo nuestra aportación y, con
la misma sinceridad, aceptamos la cuota de responsabilidad que hemos tenido
en el endurecimiento del conflicto.
El cambio de ciclo ha proporcionado otras dos consecuencias de cara al
futuro: por un lado, ha supuesto el declive de los proyectos políticos que se
asientan en la negación de Euskal Herria; y por otro, ha ofrecido la oportunidad
de construcción de nuevos puentes así como de materialización de cambios
profundos. Los ejemplos de ellos los tenemos en, por un lado, la Navarra Alta,
y por otro, en Lapurdi, Navarra Baja y Zuberoa, aun siendo en moldes y niveles
diferentes.
Sin embargo, si nos retrotraemos a cinco años atrás y si nos fijamos en la
expectativa colectiva que se generó en Euskal Herria entonces, no estamos en
el lugar que esperábamos:
No se ha emprendido el proceso dialogado de paz y resolución,
ni con los Estados ni tampoco entre las fuerzas políticas de Euskal Herria, con
la excepción de Euskal Herria Norte.
Las consecuencias del conflicto siguen sin resolverse, y la
situación de los presos políticos vascos, que es clave, sigue sin estar resuelta.
Más aún, la violencia de los Estados sigue tal cual, incluso las amenazas de las
fuerzas armadas.
No se ha acordado pacto democrático alguno que superase de
manera definitiva el conflicto político y que se asentase en la aceptación del
derecho a decidir de Euskal Herria.
Los Estados quieren clavar el futuro de Euskal Herria en el conflicto, a fin
de que en el nuevo contexto, la oportunidad de libertad y de voluntad de la
ciudadanía no avance.
Referencia al Estado Vasco
El Aberri Eguna nos ofrece a los abertzales ocasión para la reivindicación
de la nación vasca. El día para expresar, a los cuatro vientos, no sólo qué
somos sino también qué queremos ser. El abertzalismo ha ofrecido una gran
aportación a nuestro Pueblo, más aun, el abertzalismo de izquierdas. Ha
colocado bases sólidas para la construcción como pueblo, lejos de cualquier
comportamiento o postura retrógada. Porque concluimos que las bases
liberadoras e integradoras así como la liberación nacional y social son las dos
caras de la misma moneda y porque hicimos nuestro que todo aquél que vive y
trabaja en Euskal Herria son ciudadanos vascos. Tanto los conflictos entre
comunidades como los comportamientos basados en la xenofobia no tienen
sitio entre nosotros. Es una razón de la que estamos orgullosos, más aun,
viendo cómo se expanden los aires racistas en nuestro entorno.
Bases sólidas, cierto, pero que precisan de nuevos desarrollos y
elementos. Hay que adecuar el proyecto independentista del siglo XXI. Al igual
que necesitan el Estado Vasco para avanzar tanto la identidad, cultura y lengua
vascas, también necesitan el Estado Vasco el reto de crear una sociedad más
justa, en el camino hacia el logro del socialismo. No sólo los abertzales, sino
también otros muchos ciudadanos deben llegar a esa conclusión. Hay que
estructurar, entre muchos y entre diferentes, el proyecto independentista que
tenga por objetivos, entre otros, colmar las necesidades de toda persona, el
respeto de todos los derechos y la garantía de igualdad entre hombres y
mujeres. La consecución del Estado Vasco sería, sin duda alguna, un paso
decisivo en el proceso de liberación para toda emancipación que impulsa la
Izquierda Abertzale.
La propuesta independentista se debe situar en el otro extremo de los
modelos actuales, teniendo como base la solidaridad entre personas y pueblos,
la igualdad, los derechos humanos, la distribución de la riqueza...El trato
lamentable que los Estados europeos han dado a los miles y miles de
refugiados que huyen de la cruda miseria y de las salvajes guerras que han
provocado los poderes mundiales nos ha expuesto de manera clara y nítida
qué no queremos ser. No hemos sentido otra cosa que vergüenza y rabia.
Hemos visto el rostro real de los dirigentes que hablan, en abundancia, de
derechos humanos. El culmen de la hipocresía.
La situación, enrevesada de manera perversa y la negligencia, además,
ha abierto las puertas a las diferentes clases de fascismo e integrismo – bien
sea la que se efectúa en Europa contra los inmigrantes, bien sea en Siria, Iraq,
Kurdistán... y, finalmente, la que mata sin piedad en Bruselas-. Los
revolucionarios no podemos aceptar tales masacres que tienen como objetivos
las personas sencillas.
En Euskal Herria precisamos construir el futuro y se precisa, para ello, el
proceso popular, el cual hará factible el derecho a decidir propio de la
ciudadanía vasca, mediante la confrontación democrática hasta alcanzar la
superación de las limitaciones, trabas y obstáculos actuales. Ahora se cumplen
30 años desde que la población de Euskal Herria Sur, mediante referéndum,
manifestó de manera clara su opinión sobre la estructura militar e imperialista
OTAN. Le dimos un no rotundo, pero, nuevamente, nos despreciaron.
Conocemos muy bien qué nos han ofrecido los Estados español y
francés: la falta de reconocimiento, desprecio, imposición y opresión, durante
siglos. No siendo poco, de manera cada vez más notoria, en la misma medida
que empobrecen las condiciones de vida de los trabajadores y los sectores
populares, queman nuestras bases económicas y productivas. No tenemos
soberanía alguna para adoptar decisiones ni siquiera en este ámbito.
No tienen mucho más que ofrecer. Los Estados no son capaces de
ofrecer una propuesta política completa para colmar las reivindicaciones
mínimas de Euskal Herria y de los vascos. Las opciones de democratizar esas
estructuras ha encendido el debate en los últimos tiempos, sobre todo en el
Estado español, a consecuencia del nuevo mapa político que ha surgido tras
las últimas elecciones. ¿Qué otra cosa quisiéramos que romper el cerrojo del
78 y, dando vía real para alcanzar nuestro proyecto político, que se aceptase y
materializase para Euskal Herria el derecho de autodeterminación?
Desgraciadamente, en España no existe la suficiente relación de fuerzas para
dar tales cambios profundos y las fuerzas que se consideran de izquierdas no
acordarán pacto alguno que tuviera en como eje central el derecho a decidir. La
relación de fuerzas suficiente para dar cambios profundos está en las naciones
sin Estado. En Cataluña, ni que decir tiene, y también en Euskal Herria. Esos
proyectos transformadores serían, en definitiva, los proyectos reales de
democratización. El nuestro, por tanto, es también un proceso de
democratización.
Paz y libertad, libertad y paz
En este momento que se debe construir el futuro, algunos nos piden que
miremos hacia atrás. ETA no rehuye ese ejercicio, y actuará con sinceridad,
por el camino de la autocrítica y de la convivencia, pero hay que decir que
algunos que se empecinan en esa cuestión, tienen otro propósito e intención,
con el objetivo de justificar la responsabilidad que tienen en la estrategia
represiva del Estado y de perjudicar el razonamiento político e histórico de la
Izquierda Abertzale. No, los independentistas de izquierdas no nos
equivocamos cuando nos levantamos contra el franquismo, ni tampoco cuando
dijimos no rotundamente y nos enfrentamos a la reforma tramposa ulterior.
Cometeríamos errores, en ocasiones graves e injustos, hay que decirlo así,
pero en lo anterior, no.
Y no, no actuaron correctamente, ni mucho menos, los que, del mero
anzuelo del autonomismo, tras sumarse a aquella operación de asimilación,
colaboraron mano con mano con el Gobierno del GAL en la dispersión de los
presos y otros tantos ámbitos. Y no actuaron correctamente porque en cada
ocasión que se han abierto opciones de paz, siempre se alinearon con las
fuerzas a favor del Estado.
El PNV y, especialmente, el Gobierno de Lakua, proponen que se haga
un fraude en referencia a lo sucedido en estas décadas. Anteriormente, y
aunque haya sido ocasionalmente, reconocieron que el conflicto vasco no
comenzó con ETA. Pero, ahora no, aparentemente, reflejo del camino
involucionista efectuado desde los tiempos de Ibarretxe hasta los de Urkullu.
No fuimos en busca de guerra. Nos trajeron el conflicto a nuestra casa.
No queremos con ello suavizar la responsabilidad que tuvimos. Porque somos
responsables de lo hecho. Sin embargo, queremos resaltar, que incluso en los
momentos más duros, siempre hemos intentado dar vía a las propuestas de
paz. No fuimos en busca de guerra, pero en más de una ocasiones fuimos en
busca de paz, del modo más preclaro, con el ramillete de decisiones adoptadas
hace cinco años. La respuesta, no obstante, también en esta ocasión está
siendo la de siempre.
Todo ello nos lleva a una conclusión clara: pensamos que una vez
alcanzada la paz podríamos desarrollar el camino hacia la libertad completa,
pero, desgraciadamente, para los Estados más importante que la paz es
mantener su primacía, aunque para ello deba cerrar el camino a la democracia,
tal y como estamos viendo claramente en Cataluña, sin ninguna necesidad del
pretexto en torno a la lucha armada. La formulación es otra: necesitamos la
libertad para tener paz. El proceso independentista, por tanto, además de ser
un proceso de democratización, también es un proceso de paz. También debe
ser un proceso de superación de todas las consecuencias de conflicto, dicho de
manera más concreta.
Un recorrido tal precisa de la adhesión y activación de muchos
ciudadanos y sectores populares y, de cara a ayudar en el mismo, ETA ha
adoptado las decisiones habidas hasta ahora, y también las que adopte en el
futuro de cara a generar las condiciones adecuadas.
Necesidad de colaboración
La vocación de la Izquierda Abertzale es atraer a cada vez más sectores
al proyecto en pro de la independencia y el socialismo, pero aun son muchos
por ahora los que no ha optado por la independencia. Entre tanto, en el camino
hacia que todos comprobemos que esa opción en la más apropiada en todos
los ámbitos, las diferentes sensibilidades precisan actuar en colaboración para
hacer frente a los principales desafíos de nuestro pueblo:
Para alcanzar los grandes acuerdos de superación de las
consecuencias del conflicto. Para que el Pueblo reciba todo el beneficio.
Para conseguir el acuerdo político asentado en el derecho a
decidir, hasta el punto de que se convierta en el eje de la acción política vasca
la cristalización de ese derecho. Frente a la asfixiante legalidad de los Estados
la legitimidad de la ciudadanía vasca.
Para, con todo ello, abrir el camino al proceso democrático, al
proceso de conformación de Euskal Herria, con el objetivo de dar respuestas
concretas a las necesidades de la ciudadanía vasca.
Tenemos el futuro por ganar, para ganarlo desde hoy. Ése es el deseo
que queremos manifestar en este Aberri Eguna y, a la par de manifestar ese
deseo, queremos hacer llegar nuestro abrazo revolucionario más cálido a los
luchadores vascos que, fruto del compromiso por Euskal Herria, están en
prisión o en el destierro.
¡ARRIBA EUSKAL HERRIA LIBRE!
¡ARRIBA EUSKAL HERRIA SOCIALISTA!
¡HASTA LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO, SIEMPRE!
Euskadi Ta Askatasuna
En Euskal Herria, a 27 de marzo de 2016
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