Clase 10 Enfermedades transmitidas a través del aire Las

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Clase 10
Enfermedades transmitidas a través del
aire
Las enfermedades respiratorias como la
tuberculosis pulmonar (bacteriana), la
influenza (viral) y la micosis pulmonar
(fúngica) se trasmiten por aire. Los
microorganismos
patógenos
de
los
pulmones, senos nasales y bronquiolos salen
del huésped por la boca y la nariz. Al toser,
estornudar y hablar se producen aerosoles o
gotas finas que pueden contener estos
organismos. Las saliva y las descargas
nasales se transfieren de las manos a
objetos intermedios (por ejemplo, ropa de
cama). El método de transferencia por
aerosol se designa como contacto directo, y
el que se trasmite por un agente secundario
como contacto indirecto. Las gotas que se
expulsan al toser o estornudar recorren una
distancia corta a través del aire, de modo que
para ser infectadas directamente las
personas necesitan estar en contacto con un
individuo infectado. Las gotas que caen
sobre objetos intermedios se secan dejando
un núcleo seco que puede tener patógenos
adheridos.
Las infecciones de transmisión por aire son
las que contagian los patógenos que portan
los minúsculos núcleos de las gotas, los
cuales se suspenden de nuevo y después el
aire los hace circular, el polvo los acarrea, o
vuelven a circular a través de sistemas de
ventilación inadecuados. Estas partículas se
introducen en el cuerpo por el sistema
respiratorio, figura 1.
Sistema respiratorio Humano
La parte superior de éste está integrada por
la cavidad nasal, la traquea y el árbol
bronquial, que
en cada pulmón es la ramificación de la
tráquea en tubos cada vez más pequeños.
Este sistema básicamente funciona como
una vía para que el aire llegue a los
pulmones. El sistema respiratorio inferior se
compone de los bronquiolos, extremos muy
pequeños (aproximadamente 0-05 cm de
diámetro) de los tubos bronquiales, y los
alveolos, racimos de pequeños sacos de aire
en el extremo de cada bronquiolo y que
tienen el tamaño aproximado de una cabeza
de alfiler. En un pulmón sano hay varios
cientos de millones de alveolos los cuales
proporcionan un área superficial interior
2
próxima a 56 m2 (600 ft ).
Las únicas partículas capaces de penetrar
hasta el sistema respiratorio inferior son
aquellas cuyo tamaño está entre 0.1 y 1.0
µm, intervalo que corresponde al que abarca
desde virus y esporas fúngicas hasta células
bacterianas individuales. Los mecanismos de
defensa del sistema respiratorio superior
eliminan las partículas más grandes, en
tanto, las más pequeñas se exhalan. Las
infecciones cuya puerta de entrada son los
alveolos o los bronquíolos necesariamente
son de transmisión por aire, pues sólo
pueden penetrar en el pulmón al estar
suspendidas en la corriente de aire. Son
ejemplos
de
infecciones
respiratorias
inferiores la tuberculosis pulmonar, la micosis
pulmonar y las formas neumónicas de la
peste.
Conforme el aire es aspirado hacía los
pulmones. debe habérselas con un cierto
número de giros abruptos en el sistema
respiratorio superior. Las partículas más
grandes no pueden dar vuelta en las
esquinas y por tanto chocan contra las
paredes recubiertas de los senos, la tráquea
y el árbol bronquial, las cuales son la puerta
de entrada para las enfermedades del
sistema respiratorio superior como la difteria,
la influenza y las afecciones respiratorias
virales agudas, así como para enfermedades
contagiosas agudas como el sarampión y las
paperas. Las panículas grandes alcanzan su
portal de entrada con más facilidad que las
partículas causantes de infecciones del
sistema respiratorio inferior y, por tanto, es
más difícil clasificarlas como infecciones de
transmisión por aire. Por ejemplo, los
patógenos que se depositan en la boca
podrían alcanzar el sistema respiratorio
superior. Sin embargo, el mecanismo de
transmisión por aire es sin duda importante.
La tuberculosis pulmonar es la más
significativa de las enfermedades de
transmisión por aire. Esta afección es todavía
una de las causas principales de incapacidad
y muerte en todo el mundo. Se informa de
más de un millón de casos nuevos cada año.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
estima que esto sólo representa el 10% del
número real de casos y que la Tuberculosis
causa de 2 a 3 millones de muertes anuales.
Al igual que muchas enfermedades
contagiosas, está más extendida en áreas
con un nivel de vida bajo. El agente causal, el
bacilo
tuberculoso
(Mycobacterium
tuberculosis), es una bacteria con forma de
bastón que no tiene esporas. Sus
necesidades
de
crecimiento
son
relativamente simples, pero crece con gran
lentitud, con un tiempo de generación de 18 a
24 h. Los bacilos se destruyen por exposición
a la luz solar directa, al calor y a los
desinfectantes; son más resistentes a los
agentes químicos y antibacterianos, como la
penicilina, que la mayor parte de los
organismos patógenos. Su tiempo de
supervivencia en el ambiente depende de la
naturaleza de las secreciones que los
contienen. Las bacterias son resistentes al
secado y por tanto permanecen viables en
los núcleos de las gotas, como ya se ha
señalado. La enfermedad de los legionarios
es otra afección respiratoria cuya causa es
una pequeña bacteria neumónica que se
transmite a través de sistemas de ventilación
contaminados.
La micosis pulmonar es una afección fúngica
de los bronquiolos y los alveolos. El
crecimiento de los hongos destruye estas
estructuras y reduce por tanto la capacidad
de los pulmones. Esto puede ocasionar
asfixia, pero por lo común el esfuerzo que se
exige al corazón es excesivo y éste falla
antes de que se alcance la etapa de asfixia.
Otras infecciones de trasmisión por aire de
naturaleza especializada son las de las
heridas quirúrgicas y las del personal de
laboratorio que trabaja con organismos
patógenos. El enorme éxito que en cirugía se
ha tenido para reprimir las infecciones por
medio de técnicas estrictamente asépticas
indica que la infección se trasmite por aire.
No obstante, el control de enfermedades de
transmisión por aire (o sospechosas de serlo)
por medio de la limitación del número de
bacterias o panículas de polvo en el aire en
general no ha sido satisfactorio. En
experimentos realizados en hospitales, una
reducción del 50 al 75% en el número de
bacterias presentes en el aire no dio por
resultado una disminución significativa en las
infecciones. Parece ser que, para un control
eficaz, se debe impedir el acceso de los
microorganismos a la atmósfera. La
contención de la enfermedad, por tanto,
depende de un diagnóstico temprano seguido
del tratamiento médico apropiado y el
aislamiento completo del paciente o la fuente
de infección.
Identificación
y
Cuantificación
Microorganismos en el aire
de
Las figuras 1 y 2 muestra las partes
anatómicas del sistema respiratorio Humano,
el cual se puede dividir en dos grandes
regiones:
La región extractoráxica denominada ET1 y
ET2 compuesta del pasaje nasal posterior,
pasaje nasal anterior, faringe, laringe y boca.
La región toráxico compuesta por la traquea,
los bronquios, denominada región BB, los
bronquiolos, bb y los alveolos intersticiales,
AI.
Figura 1. Regiones del tracto respiratorio
El sistema respiratorio superior humano
(nasofaríngeo) es muy eficiente para filtrar
las partículas grandes del aire que
respiramos. No obstante, las partículas
menores de 5 µm penetran hasta los
pulmones y se depositan en los alveolos. La
figura 3 muestra las fracciones de partículas
de diversos tamaños que se depositan en el
sistema respiratorio, incluyendo los aerosoles
microbianos, establecida por medio de un
modelo aerodinámico. Se puede ver también
que para partículas muy pequeñas, por
ejemplo los gases y particulas virales, se
depositan en una mayor proporción en la
región extratoráxica por difusión y estos no
llegan a los alveolos intersticiales, por esta
razón el oxígeno clínico no puede ser
oxígeno puro.
que las partículas menores de 10 µm son un
mejor indicador de los efectos policiales de la
contaminación del aire con materia
particulada en la salud. Por ejemplo, las
partículas de humo de los cigarrillos miden
menos de 1 µm, y entran y se depositan en
los alveolos.
Ciertas partículas son especialmente dañinas
porque absorben o adsorben gases que
causan una irritación local más intensa.
Además, los gases penetran en los huecos
más profundos de los pulmones.
Figura 2. Región Extratoráxica]
Figura 4. Depósito aerodinámico por
tamaño de partículas en el
conducto respiratorio
Los aerosoles microbianos que penetran el
tracto respiratorio, se sitúan de acuerdo al
tamaño de partícula como lo muestra la
figura 4. Cada contaminante afecta el cuerpo
humano de forma diferente, y se han reunido
registros de efectos que correlacionan la
intensidad con el periodo de exposición para
diversos contaminantes.
Bibliografía
Figura 3. Región Toráxica
El cambio de un estándar de materia
particulada total en suspensión a un estándar
PM10 en Estados Unidos en 1987, se dio
como respuesta al mayor reconocimiento de
1. Puerta Ortiz Jorge A. Tesis Doctoral Rio de
Janeiro. 1997.
2. Madigan, Martinko and Parker, Biology of
Microorganisms, Eighth Edition by Southern
Illinois University. 1999.
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